Personajes La hija de Tyrone
Romina
Los colores de Romina Power La ex integrante de uno de los duetos más exitosos de la música escribe, dirige y pinta. Convencida de que su hija desaparecida está viva, desafía el dolor con la fe budista y dice que se alimenta con canciones
POR FRANCIA FERNÁNDEZ Para La Nacion
L
a vida la ha llevado de un lugar a otro, con escalas de alegría y de tristeza. A los 60 años, Romina Power aún conserva la mirada profunda y la sonrisa dulce con que conquistó al mundo en la década del 70, cuando entonaba canciones como “Arena blanca, mar azul”, al lado de su ex marido, Al Bano Carrisi. En los últimos años las noticias sobre su vida han estado más vinculadas con aspectos privados que con su trabajo artístico. Declaraciones acerca del destino de su hija Ylenia, que desapareció en extrañas circunstancias en Nueva Orleans, en 1994, o referentes a su polémico divorcio han sido el centro de las contadas entrevistas que ha concedido a los medios. Sin embargo, aunque sus logros no han sido igualmente publicitados, la
carismática Romina ha demostrado ser más que sus circunstancias. Además de haber integrado el dúo italiano más exitoso de los años 70, 80 y 90, ha publicado libros, ha conducido un programa de TV (Per tutta la vita, 1999-2000), ha sido actriz de teatro (Monólogos de la vagina, 2001) y directora de cine (Upaya, 2005). Y se ha convertido en una pintora que exhibe sus trabajos tanto en Estados Unidos, donde reside actualmente, como en Italia. Tenía apenas 14 o 15 años cuando comenzó a pintar. Estaba entoces en un internado en Inglaterra y, según relata por correo electrónico, la profesora “se volvía loca” con ella, porque no le hacía caso y optaba por hacer todo a su manera. Dice que por eso encontró su propio estilo, que define como expresionista. Su madre y una tía también tuvieron que ver con esa vocación. “Mi mamá acostumbraba a pintar en Roma, en los años 60. Así que yo usaba sus materia-
les, aunque tenía mis propios lienzos… Y cada vez que visitaba en Florida a mi tía Anne –la hermana de mi padre, que era pintora–, ella trataba de enseñarme.” Paralelamente, Romina escribía, producía, dirigía y representaba shows que se montaban en la escuela. “Eso me encantaba. Componíamos las canciones con una amiga y nos hacíamos llamar The Cobwebs (Las Telarañas, derivado del nombre de la institución, Cobham Hall).” Su primera exhibición colectiva tuvo lugar en Roma, en 1969. Cada artista exponía una pintura, y por la suya (The Island, 1967), ganó una medalla de oro. Mucho después, en el año 2000, concretó su primera muestra individual, en Venecia, titulada El poder de los colores. Actualmente, ocho pinturas al óleo de su autoría pueden verse en Santa Monica Art Studios, en California. “Veo algo que me cautiva: puede ser un paisaje marino o algún otro, en el que