Lo más importante es el amor - Centro de Alabanza y Proclamación

directamente ante tu presencia, confesar nuestros pecados y recibir el perdón. ..... de la ley religiosa, cuando le pregunta ¿Cuál de los mandamientos es el.
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La Reunión a la Que No Puedes Faltar

Cuando la tierra tiembla

Edición Digital elías betanzos • noviembre 2017

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Día • Pág. • Mensaje 3 • Directorio 1 • 4 • La angustia 2 • 5 • Permanezcan tranquilos 3 • 6 • Llamado a confiar 4 • 7 • Paz a los que en Él confían 5 • 8 • El miedo 6 • 9 • Nuestra Esperanza 7 • 10 • La incertidumbre 8 • 11 • Yo te ayudo 9 • 12 • La misericordia 10 • 13 • El desamparo 11 • 14 • No tengas miedo 12 • 15 • La esperanza 13 • 16 • La Roca 14 • 17 • Nada es casualidad 15 • 18 • La fe 16 • 19 • Todo está bajo Su control 17 • 20 • La ayuda a otros 18 • 21 • El poder de la oración 19 • 22 • Ser prudentes 20 • 23 • Cuidando nuestra salud 21 • 24 • Cumplir con nuestras responsabilidades 22 • 25 • Protegiendo a nuestra familia 23 • 26 • Conociendo al Padre 24 • 27 • Saciados de sed por el Espíritu 25 • 28 • ¡Alabemos! 26 • 29 • Dios todo es todo poder 27 • 30 • Terremoto liberador 28 • 31 • Su poder es incalculable 29 • 32 • Ante su presencia todos se inclinan 30 • 33 • Dios lo dijo

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Cuando la tierra tiembla. Pastor Elías Betanzos Director General

Ediciones Ginosko Año VII Número 11, «Cita Con Dios» es una publicación mensual gratuita con un tiraje de 20,000 ejemplares. Descargue la versión digital en: www.familiacap. org Centro de Alabanza y Proclamación: Reuniones Domingo: 8:30 y 10:30 am, 1:00 y 7:00 pm, Martes: 7 pm. (deportivo oaxaca) Carretera 190 km. 6.5, San Francisco Tutla, Oax. (campus reforma) Domingo 11:30 am. y Jueves: 7:30 pm. , Netzahualcóyotl 218, (campus cdmx) Domingo 11:30 am., Salomon 352 esquina norte 83 Col. Libertad, Delegación Azcapotzalco, C.P 02050, Tel. 55 4205 0128 / [email protected] (campus cuilápam), Domingo 11:30 am. y Jueves: 7:00 pm, Carretera a (Cuilápam-Zaachila) Km.6, No. 20. Cruz Blanca, Cuilápam de Guerrero, Oax. Pasando el puente de Nazareno. Oficinas: Jazmines No. 909, Col. Reforma, Oaxaca de Juárez, Oax. C.P. 68050. Tels. 01 (951) 515173301 / (951) 5184878 • Si deseas anunciarte en esta publicación, llama al: 9511283204 o escribe a [email protected]

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Miércoles 1° de noviembre | Lectura del día: Salmos 18:1-16

La angustia

Pero en mi angustia, clamé al Señor; sí, oré a mi Dios para pedirle ayuda. Él me oyó desde su santuario; mi clamor llegó a sus oídos. Salmos 18:6 (NTV)

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ran las 7:19 de la mañana del día 19 de septiembre de 1985, cuando la Ciudad de México fue sacudida por un terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter. El epicentro se localizó en las costas de Michoacán. Las cifras oficiales fueron de 5,000 personas fallecidas, 250,000 familias con sus casas destruidas y 770 edificios colapsados. Una de las primeras reacciones humanas que aparecen cuando vivimos la experiencia de un temblor fuerte es la angustia. Se manifiesta con falta de aire, sudoración excesiva, temblor de cuerpo, taquicardia. Además puede ser acompañada de miedo, tristeza, nerviosismo, irritabilidad, dolores de cabeza, dificultades para conciliar el sueño o ansiedad. No siempre la angustia llega por medio de un movimiento fuerte de tierra inesperado. También puede ser provocado por el ritmo estresante de la vida que llevamos, por los compromisos profesionales o personales a los que tenemos que hacer frente cotidianamente, o por la situación económica que pasamos. El salmista nos recuerda que no importa qué nos haya provocado angustia, porque tenemos el recurso maravilloso de poder clamar a Dios pidiendo ayuda, con la esperanza de que nos escuchará y nos dará la ayuda necesaria. Nuestro Dios está con su oído atento y su mano extendida para quitarnos la angustia y darnos seguridad en Él. El testimonio del salmista nos anima a confiar en que nuestro clamor llegará a los oídos de nuestro Señor y su ayuda vendrá a nosotros de manera pronta y oportuna. Oremos: “Bendito Dios: Muchas gracias por darnos la confianza segura de que en medio de la angustia contamos con tu presencia. Gracias Papá, por la seguridad de sentir que estás cerca de nosotros en el momento de mayor necesidad y que no estamos solos. Que no solamente calmas nuestra inquietud, sino que tratas con lo que nos causa esa experiencia. Gracias Señor, porque podemos refugiarnos en Ti y allí encontrar la calma que nuestra vida necesita. Te lo agradecemos en el nombre de Cristo Jesús. Amén” Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

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Jueves 2 de noviembre | Lectura del día: Salmos 46:10-11

Permanezcan tranquilos

¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios! Salmos 46:10 (RVR60)

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uando enfrentamos dificultades en nuestra vida, parecería que nos encontramos sobre un barco que es sacudido por un mar tormentoso. El consejo de la Palabra en el Salmo 46:10 es que permanezcamos quietos porque Dios es nuestro refugio. ¿De qué manera podemos permanecer quietos y fuertes ante nuestra familia mientras la tormenta brama a nuestro alrededor? ¿Qué significa estar quietos? Una definición de ‘quieto’ en el diccionario es libre de ruido y de la turbulencia; sin problemas. Cuando estamos libres del ruido de la turbulencia exterior, somos capaces de escuchar la voz del Espíritu de Dios, que viene a consolarnos y a guiarnos en medio de la prueba. Algo del ruido que experimentamos, que podría bloquear nuestra habilidad de sentir la presencia de Dios, es nuestra propia preocupación. Cuando aprendemos a cambiar nuestros pensamientos negativos por pensamientos positivos, somos más capaces de sentir el amor de Dios porque estamos en armonía con Él. El ruido y la turbulencia se reemplazan por una dulce melodía de paz. Otra definición o sinónimo de ‘quieto’ es ‘calma’: la calma no significa que la tormenta ya no se encuentra alrededor tuyo. Significa que la tormenta ya no está dentro de ti. La tormenta puede continuar rugiendo, pero eres libre de sus efectos. No te mortifican porque sabes en quién has confiado. Estás en un lugar donde no temes más. Una definición más de ‘quieto’ es ‘tranquilo’: serenamente libre de interrupciones o disturbios. Podemos aprender a estar quietos conforme oramos, leemos las Escrituras, caminamos, meditamos o nos damos tiempo para reflexionar, libres de interrupciones o disturbios. Esto no solamente nos permite comunicarnos con nuestro Padre celestial sino que a la vez permite que nuestro Padre celestial se comunique con nosotros. Oremos: “Padre gracias por tu presencia en nuestras vidas, ayúdanos a mantenernos siempre confiados en ti, que podamos siempre recordar que Tú estás al control de toda situación adversa que podamos vivir, ayúdanos para que aprendamos a vivir en quietud, libre de ruidos, en calma y tranquilos escuchándote sólo a ti; recordando que Tú eres Dios y que eres nuestro refugio y nuestra fuerza. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.” Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

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Viernes 3 de noviembre | Lectura del día: Salmos 46:1-3

Llamado a confiar

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. Salmos 46:1(RVR60)

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ios quiere que aprendamos a confiar en Él, que estemos seguros que Él tiene el control de todas las cosas, que conozcamos su poder y que Él es suficiente para que podamos ser más que vencedores en los momentos de aflicción. Él ha prometido estar con nosotros todos los días de nuestra vida hasta el fin del mundo, y eso debe traer gozo y paz a nuestro corazón. Dios es nuestro refugio y da fuerza al que no tiene ninguna dice su Palabra, y necesitamos aprender a confiar que así será, Él nos levanta con poder y nos permite salir vencedores en todo momento por más difícil que éste sea, cuando permitimos que Dios obre en nuestra vida Él es exaltado. He escuchado testimonios donde el Salmo 46 ha sido de gran bendición y consolación para muchas personas que han vivido momentos muy difíciles en su vida. Su corazón ha sido bendecido y confortado al leer este salmo que nos muestra el poder de Dios y que nos exhorta a confiar en ese Dios que tiene el control de todas las cosas. En 1529 Martín Lutero se inspiró en este salmo y compuso un himno famoso de la reforma protestante “Castillo Fuerte es nuestro Dios” el cual ha sido el himno de batalla de una Reforma que continúa en miles de corazones que se encuentran con la gracia que transforma vidas: Castillo fuerte es nuestro Dios, defensa y buen escudo. Con su poder nos librará, en todo trance agudo. Es hermoso cuando la Palabra de Dios te inspira a componer cantos y adorar a Dios en medio de tormentas, de batallas emocionales que podamos vivir en nuestro interior, de situaciones adversas en nuestras vidas, la Palabra trae consuelo, seguridad y confianza del Dios a quien estamos adorando. Oremos: “Padre gracias por ser tú mi refugio y mi fuerza, gracias por estar conmigo todos los días de mi vida, ayúdame a confiar cada día más y más en ti, a vivir una vida llena de tu presencia, que pueda vivir siempre seguro y confiado en ti. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.” Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

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Sábado 4 de noviembre | Lectura del día: Filipenses 4:1-7

Paz a los que en Él confían

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones. Filipenses 4:7 (RVR60)

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esús trae paz a los que en Él confían. He pensado que los cristianos deberían ser las personas más alegres y con la mejor actitud y conducta en la vida, en lugar de agitarse con ansiedad, deberían estar en paz. La paz de Dios viene mediante la oración y sobrepasa todo entendimiento. La oración y la paz están íntimamente vinculadas, el que confía en los cuidados de Cristo en lugar de atormentarse con sus problemas, experimentará que la paz de Dios le librará del agobio de la ansiedad. Pablo dio dos reglas de oro para los que busquen dicha paz: 1.| Por nada estéis afanosos, no se habla aquí de una preocupación razonable, sino de pánico. En 1 de Pedro 5:7 NTV dice: pongamos todas nuestras ansiedades en manos de Dios porque Él tiene cuidado de nosotros. 2.| Nuestras oraciones deberían ser a la vez concretas y devocionales. Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego. (Filipenses 4:6). Se ha dicho que hay solo dos cosas acerca de las que el cristiano no debería preocuparse: • Aquellas cosas que puede cambiar, en cuyo caso la respuesta es el esfuerzo. • Aquellas cosas que no puede cambiar, en cuyo caso la respuesta es la oración. Todos los hijos de Dios gozan de paz con Él mediante el sacrificio de Jesús según Romanos 5:1, una paz que: guarda nuestro corazón, y nos protege de sentimientos equivocados; guarda nuestra mente, protegiéndonos de pensamientos equivocados. Cuando aprendemos a confiar y a descansar en Jesús en medio de situaciones difíciles, la paz de Dios llena nuestro corazón y podemos experimentar una vida victoriosa aún en medio de las tormentas. Oremos: “Padre, te pido que la paz que sobrepasa todo entendimiento llene todo mi ser, ayúdame a experimentar esa paz por más difícil que la situación parezca, ayúdame a estar en comunión contigo mediante la oración todos los días de mi vida, gracias por el sacrificio de Jesús porque es gracias a Él que podemos gozar de esa paz que menciona tu Palabra. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.”

Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

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Domingo 5 de noviembre | Lectura del día: Juan 14:23-31

El miedo

Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo. Juan 14:27 (NTV)

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l miedo es una respuesta natural del ser humano ante el peligro. Es una sensación desagradable que hace que el corazón bombeé sangre a mayor velocidad para llevar hormonas a las células, especialmente adrenalina. Aumenta la presión arterial y la actividad cerebral, se dilatan las pupilas para facilitar la entrada de luz. La sangre fluye a los músculos, especialmente a las extremidades inferiores. El temor puede provocar un ataque de ansiedad o parálisis. Por otro lado, el miedo puede ser considerado como saludable, porque evita algo doloroso y es un mecanismo de defensa que se activa ante el peligro y permite responder con mayor rapidez. El miedo puede ser provocado por un peligro real o por uno imaginario. El regalo que nuestro Señor Jesucristo nos dejó es su paz en la mente y en el corazón. Es algo que el mundo no nos puede dar. Por eso el consejo es: no se angustien ni tengan miedo. Bien sea que el miedo no sea provocado por un peligro real o uno imaginario, nuestra mirada puesta en Jesús debe ayudarnos a superarlo, confiando plenamente en Él. Su amor echa fuera el temor, su gracia nos ayuda a superar todo miedo. Un huracán, una inundación, un temblor, una tormenta pueden provocarnos miedo, pero la presencia de Jesús en nuestras vidas aleja todo miedo. Nuestra confianza debe estar plenamente fundada en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Oremos: “Bendito Padre celestial: Muchas veces y por muchas razones aparece en nosotros el miedo a no ser aceptados, a hacer mal las cosas, a no mantenernos fieles a Ti, a no alcanzar las metas que nos proponemos, o miedo a perder todo, a morir bajo los escombros de casas destruidas por los terremotos; es entonces Papá, que necesitamos sentirte en nuestros corazones dándonos la paz que necesitamos. Quitando toda angustia, todo temor. Enséñanos a confiar plenamente en Ti, por medio de nuestro Señor Jesucristo. En su nombre oramos. Amén.”

Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

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Lunes 6 de noviembre | Lectura del día: Josué 10:1-16

Nuestra Esperanza

No les tengas miedo porque te he dado la victoria. Josué 10:8 (RVR60)

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cada uno de nosotros Dios nos ha dado una palabra que trae a nuestro diario caminar una esperanza, la esperanza de que estará con nosotros y nos dará la victoria ante cualquier batalla a enfrentar. En el capítulo 10 de Josué registra una batalla contra los ejércitos del sur. Cuando los cinco reyes amorreos oyeron que los gabaonitas habían hecho la paz con Israel y que ahora eran sus aliados reconocieron que el territorio central con sus colinas abundantes era vulnerable, y decidieron atacar a Gabaón. Los gabaonitas enviaron a pedir ayuda militar a Josué. Una vez más Josué oyó esas palabras de consuelo de la boca de Jehová: “no tengas temor de ellos.” Las había oído antes con referencia a la victoria en Jericó y antes de su emboscada de éxito en Hai. Garantizaban triunfo a pesar del tamaño del ejército enemigo, asegurados por el Señor de la victoria, Josué atacó las fuerzas enemigas en Gabaón, haciéndoles huir. Dos milagros sucedieron en la destrucción del enemigo, primero: hubo una tremenda granizada, la cual mató más hombres de los que habían matado los Israelitas. Pero notamos que eran piedras de granizo que mataron solamente al enemigo. Segundo: a petición de Josué el sol y la luna se detuvieron prolongando las horas que los Israelitas tenían para perseguir y destruir al enemigo antes de que pudiera escapar a la seguridad de sus ciudades amuralladas. Cuando creemos que Dios nos va a dar la victoria, y tomamos las promesas del Señor para nuestras vidas, es cuando grandes milagros suceden. A pesar del tamaño del ejército enemigo, es importante recordar que el triunfo está garantizado y que Dios es lo suficientemente poderoso para hacer y cumplir lo prometido, es por eso que no debemos temer, pues nuestra esperanza está en Jesús. Oremos: “Padre gracias porque tú eres nuestra esperanza, cuando las tormentas vienen a nuestras vidas, cuando las circunstancias se tornen difíciles permítenos recordar las palabras que le dijiste a Josué: “no tengas miedo que te he dado a victoria”, ayúdanos a que podamos creer esta promesa y hacerla nuestra, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.” Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

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Martes 7 de noviembre | Lectura del día: Santiago 1:1-7

La incertidumbre

Cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios, y no duden, porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro. Santiago 1:6 (NTV)

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uando el reloj marcaba las 11 de la noche con 49 minutos del día jueves 7 de septiembre del 2017, sucedió un terremoto de 8.2 grados en la escala de Richter. Con epicentro en el golfo de Tehuantepec, a 127 kilómetros al suroeste de Pijijiapan, Chiapas y a 69.7 kilómetros de profundidad, cerca de la frontera entre México y Guatemala. Los estados de Chiapas y Oaxaca resultaron severamente afectados, donde más de 100 personas perdieron la vida y fueron miles los damnificados que perdieron totalmente sus viviendas. En los siguientes días se registraron más de 5935 réplicas, que trajeron como resultado incertidumbre, esa necesidad que tenemos de saber qué va a pasar, para que no nos tome desprevenidos y en la medida de nuestras posibilidades lo podamos controlar. Ante una experiencia de vivir un terremoto de tan alta magnitud en los últimos 100 años de registros, deja en las personas que en segundos perdieron sus bienes materiales, una incertidumbre sobre su futuro muy difícil de superar. Pero, la incertidumbre también es provocada por la injusticia social y el contraponer la conducta a los valores. Por ejemplo, una persona que defiende el medio ambiente pero trabaja en una empresa que lo daña. Santiago nos dice que la manera en que podemos superar la incertidumbre es asegurándonos que nuestra fe está puesta solamente en Dios. De esa manera no sólo logramos estabilidad espiritual, emocional, relacional sino hasta física. Oremos: “Padre celestial: en un mundo con tanta incertidumbre, gracias porque nos das seguridad en el conocimiento de tu Palabra santa y en tu amado Hijo Jesucristo. Gracias, Papá Dios, por la certeza de nuestra salvación. Por la seguridad de ser tus hijos. Porque sentimos tu amor manifestado de muchas maneras a favor de nosotros. Gracias por la seguridad de tus promesas. Por la tranquilidad que nos da el saber que estamos protegidos en todo momento por Ti, En el nombre y por los méritos de Cristo Jesús. Amén.” Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

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Miércoles 8 de noviembre | Lectura del día: Isaías 41:1-13

Yo te ayudo

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10 (RVR60)

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ios se volvió a Israel para consolarles en su pena y sufrimiento, alienta a su pueblo que serían entonces cautivos en Babilonia, a que no temieran este gran guerrero de oriente, porque Dios lo usaría para derrotar a todos los enemigos de ellos y para restaurar a Israel a su anterior gloria. Este versículo ha sido una columna de fortaleza y una fuente de consuelo para los hijos de Dios de todas las edades. Es alentador saber que el Dios que hizo los cielos y la tierra, el todopoderoso, el que tiene el universo en sus manos, es nuestro ayudador. Solo nos pide que confiemos en Él, que no desmayemos, que recordemos que nuestra fuerza viene de Él y que Él nos ayudará en todo momento, aun cuando veamos que la situación se va complicando cada día más y creamos que ya no hay solución para el problema. También nos pide que recordemos que es Él quien nos sostiene con su mano derecha victoriosa. A lo largo de nuestra vida tendremos situaciones adversas, esas situaciones Dios las usa para fortalecernos, para afirmar nuestra fe, para recordar que si clamamos a Él, Él nos ayudará. Es importante recordar que es Dios el único que tiene el control de todas las cosas y que tenemos que aprender a confiar y a descansar en Él. En el libro de Mateo 11:18 Jesús dijo “Venid a mi todos los que están trabajados y cansados que yo los haré descansar.” Oremos: “Padre en ti confía nuestro corazón, gracias por esta hermosa promesa de tu palabra que trae a nuestras vidas fortaleza y consuelo, gracias porque nos recuerdas que eres Tú el que tiene el control de todas las cosas, gracias por que traes a nuestra vida fuerza, gracias porque nos ayudas sosteniendo nuestra mano, gracias Señor porque en ti podemos descansar, en el nombre de Jesús, gracias Dios. Amén.”

Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

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Jueves 9 de noviembre | Lectura del día: Gálatas 6:1-10

La misericordia

Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos el bien a todos, en especial a los de la familia de la fe. Gálatas 6:10 (NTV)

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a misericordia es la disposición que uno tiene por compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenas. Dentro de las manifestaciones que adopta están la bondad, la amabilidad, la ayuda al necesitado, el perdón, la reconciliación y la benevolencia en el juicio o en el castigo. Si tomamos su etimología, del latín Misere que significa miseria, necesidad; y Cordis, corazón; significa tener un corazón solidario con aquellos que tienen necesidad. A raíz de los terremotos del pasado mes de septiembre, se desbordó la misericordia en ayuda humana, material y económica en favor de los damnificados por los sismos. Para los cristianos no debe ser un sentimiento de simpatía sino una práctica diaria. Nos dice Santiago 2:8 “Por supuesto, hacen bien cuando obedecen la ley suprema tal como aparece en las Escrituras: Ama a tu prójimo como a ti mismo”. De la misma manera en que Dios tiene misericordia de nosotros, así debemos ser misericordiosos con los que nos rodean. Muchas personas ahora no sólo necesitan apoyo para reconstruir sus casas, alimento o ropa. También necesitan una palabra de consuelo, de ánimo, de esperanza, nuestra presencia, un abrazo, una expresión de cariño. Durante su ministerio público Jesús manifestó misericordia con los enfermos, los necesitados, los desprovistos de atención espiritual. Mateo 9:35 dice que, “Jesús recorrió todas las ciudades y aldeas de esa región, enseñando en las sinagogas y anunciando la Buena Noticia acerca del reino; y sanaba toda clase de enfermedades y dolencias.”  Oremos: “Padre de misericordia: Te damos gracias por las oportunidades de poder mostrar misericordia con los demás, especialmente con nuestros hermanos en la fe. Permítenos encontrar a un anciano solo, encerrado en su casa y en su amargura, que necesita un oído que le escuche y una mano que le de sus medicamentos. Danos la oportunidad de encontrar a un pordiosero para compartirle un pan. A un preso que visitar. A un enfermo por quien orar. Y a todo necesitado, darle las Buenas Noticias de salvación por medio de Jesucristo. En Tu nombre oramos. Amén.” Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

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Viernes 10 de noviembre | Lectura del día: 2 Timoteo 4: 9-18

El desamparo

La primera vez que fui llevado ante el juez, nadie me acompañó. Todos me abandonaron; que no se lo tomen en cuenta. 2 Timoteo 4:16 (NTV)

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uando las cámaras de los reporteros y los micrófonos se apagaron. Cuando los rescatistas y el personal de Protección civil regresaron a sus oficinas. Cuando la prensa internacional se fue a cubrir la nota del día. Aquel 4 de abril del 2010, a las 15:40 de la tarde en que sucedió el sismo de 7.2 grados en la escala de Richter que sacudió Mexicali, Baja California y sus alrededores como Ensenada y Tijuana, muchos damnificados que sufrieron daños severos en sus viviendas, en las carreteras, los puentes, las escuelas y los hospitales quedaron desamparados. Desamparo es la experiencia de quien ha sido abandonado sin lo que necesita o pide. Nuestro ejemplo supremo de abandono es nuestro Señor Jesucristo, quien en la cruz del Calvario clamó a su padre: —Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? (Marcos 15.34).  En muchas ocasiones en la vida vamos a sentirnos desamparados. Casi al final de su ministerio el apóstol Pablo se queja de cuando fue ante el juez, nadie le acompañó, todos lo abandonaron. Pero él mismo asegura que el SEÑOR estuvo a su lado, le dio fuerzas, y le libró de una muerte segura. La experiencia del salmista es que, fue joven, llegó a ser un anciano y durante ese tiempo no vio a ningún justo desamparado ni a sus hijos mendigar pan. Es promesa que nuestro Redentor cumple el estar a nuestro lado cuando todos nos han dejado y las cosas a nuestro alrededor están mal. Oremos: “Bendito Dios y Padre celestial: Agradecemos tu presencia con nosotros en el tiempo cuando experimentamos el abandono. Te bendecimos por no dejarnos solos. Tu presencia por medio del Espíritu Santo hace la diferencia. Te bendecimos por ayudarnos cuando todo a nuestro alrededor está mal. Gracias por nuestro Señor Jesucristo que prometió estar con nosotros todos los días, hasta el final de los tiempos, especialmente cuando estamos desamparados, cuando nos sentimos sin nadie a nuestro lado. Muchas gracias En el nombre de Cristo Jesús. Amén”

Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

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Sábado 11 de noviembre | Lectura del día: Mateo 14:29-30

No tengas miedo

Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ver a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo, y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Mateo 14:29-30 (RVR60)

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egún el diccionario la palabra ‘miedo’ proviene del término latino metus. Se trata de una alteración del ánimo que produce angustia ante un peligro o un eventual prejuicio, ya sea producto de la imaginación o propio de la realidad. En esta historia de la Palabra de Dios, nos dice que los discípulos de Jesús viajaban en una barca que estaba siendo azotada por las olas ya que el viento era contrario, Jesús se aparece andando sobre el mar, a lo cual los discípulos reaccionaron con temor, el apóstol Pedro bajó de la barca y fue a encontrase con Jesús, pero al ver el fuerte viento tuvo miedo y comenzó a hundirse. Pedro oyó la voz de Jesús cuando dijo a sus discípulos: “¡Tengan ánimo! no tengan miedo, soy Yo”, esto le dio a Pedro la seguridad suficiente para bajar de la barca y caminar hacia Jesús; y logró hacerlo porque su mirada estaba puesta en Jesús, pero cuando desvió su mirada y vio los fuertes vientos que soplan sobre su persona, sintió mucho miedo y comenzó a hundirse. Es cuando vemos nuestros problemas y adversidades más grandes que nuestro Dios, cuando comenzamos a tener miedo y a hundirnos. Mientras nosotros mantenemos nuestra mirada en Jesús las fuertes olas y vientos contrarios en nuestra vida no podrán causar ningún daño a nuestra persona. Porque estamos seguros que Jesús tiene el poder para salvarnos. Jesús pide que no tengamos miedo porque Él está con nosotros, Él tiene el control de todas las cosas, y Él es tan grande que aun el viento y la mar le obedecen, pues Él es el creador de todas las cosas. Oremos: “Padre gracias porque nos das ánimo cada día de nuestra vida, gracias porque Tú estás con nosotros y si Tú estás con nosotros, quién contra nosotros dice tu Palabra, aunque se levanten grandes olas y aunque los vientos sean contrarios tenemos la seguridad que Tú estás con nosotros. Gracias en el nombre de Jesús. Amén.”

Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

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Domingo 12 de noviembre | Lectura del día: Salmos 39:1-12

La esperanza

Entonces, Señor, ¿dónde pongo mi esperanza? Mi única esperanza está en ti. Salmos 39:7 (NTV)

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ien podemos definir esperanza como el estado de ánimo que nos permite creer que aquello que uno desea o pretende es posible. El anhelo acompañado con la expectativa o confianza de su realización o su cumplimiento. Puede significar certidumbre, seguridad, fe. Para la teología cristiana, la esperanza es la virtud que capacita al ser humano para tener confianza de alcanzar la vida eterna con la ayuda de Dios. El sismo del 19 de septiembre del 2017, exactamente 32 años después del ocurrido en 1985, sobrevino a las 13:14:40 de la tarde, en la Ciudad de México. El epicentro se ubicó a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, Morelos, en los límites con Puebla, e hizo perder a miles de habitantes de los estados de México, Puebla, Morelos, Guerrero y Oaxaca la esperanza de salir vivos. A muchos damnificados les ha robado la esperanza de superar esta contingencia que les hizo perder los bienes materiales que ganaron a lo largo de su vida. Todo ser humano se aferra a la esperanza cuando se halla en una situación difícil. No hay nada mejor, de acuerdo al consejo de las Sagradas Escrituras, que poner nuestra esperanza en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, para no caer en depresión o en una severa crisis emocional. Él ha sido para todos los seres humanos de todos los tiempos y para todos los pueblos del mundo, la esperanza segura. Job nos comenta: ¡Hasta un árbol tiene más esperanza! Si lo cortan, volverá a brotar y le saldrán nuevas ramas. Aunque sus raíces hayan envejecido en la tierra y su tocón esté podrido, al sentir el agua renacerá y echará nuevos brotes como un árbol recién plantado. Job 14:7 Oremos: “Buen Dios y Padre celestial: Te pedimos que en un mundo tan lleno de desesperanza, nos llenes de tu presencia y con ello de esperanza. Una esperanza viva que en medio de tanto dolor, limitaciones y tristeza cambie nuestro lamento en alegría. Mantén nuestro corazón con la mirada puesta en los bienes futuros y en la vida eterna, después de la vida presente. En el nombre de Jesús. Amén”.

Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

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Lunes 13 de noviembre | Lectura del día: Mateo 7:24-29

La Roca

Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Mateo 7:25 (RVR60)

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sta parábola comienza presentando a un hombre que es prudente, la prudencia es una cualidad que consiste en actuar o hablar con cuidado, de forma justa y adecuada, con cautela, con moderación, con previsión y reflexión, con sensatez y con precaución para evitar posibles daños, dificultades, males e inconvenientes, y respetar la vida, los sentimientos y las libertades de los demás, este hombre prudente cava. Una vida no escatima esfuerzo, cavando y cavando, y con eso, abriendo una profunda zanja. Cavar en la roca, y aún más, con profundidad, no es algo fácil. Esta edificación no puede ser algo en la superficie, tiene que ser profunda. La profundidad en Cristo trae seguridad, pues aprendemos a confiar en el Señor a través de las circunstancias. Recuerde que la casa edificada sobre la roca no fue conmovida. Ella fue bien construida, tenía fundamentos, y también profundidad. Usted puede tener los fundamentos; sin embargo, éstos tienen que ser profundos y estar en el lugar adecuado, que es sobre la roca. La roca, que es una clara figura de Cristo, jamás será conmovida. Deuteronomio 32:4 Él es la Roca, cuya obra es perfecta. En la Palabra de Dios el salmista dijo: Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca más alta que yo. Sal. 61:2. (Salmos 31:3) porque tú eres mi roca y mi castillo; (Salmos 62:5-6) alma mía, en Dios solamente reposa. Porque de él es mi esperanza. Él solamente es mi Roca y mi salvación. La Palabra de Dios nos invita a edificar nuestra vida en Cristo quien es nuestra Roca, y así va a estar preparada para cuando vengan la lluvia, los ríos y los fuertes vientos de la vida y podamos mantenernos firmes y de pie. Oremos: “Padre ayúdanos a edificar nuestra vida en Ti que eres la Roca fuerte, sabemos que vendrán fuertes lluvias y ríos y vientos en nuestra vida, tú lo dijiste en tu Palabra: en el mundo tendrán aflicción; por eso ayúdanos a confiar siempre en ti, que al cavar profundo y afirmarnos en ti siempre nos mantengamos de pie, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.” Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

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Martes 14 de noviembre | Lectura del día: Efesios 1:3-12

Nada es casualidad

Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan. Efesios 1:11 (NTV)

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uchas de las cosas que suceden llevan al ser humano a buscar explicación y puede, decir que fue por casualidad, o bien atribuírselo al azar, que es lo fortuito, lo contingente o lo inesperado. El azar también puede entenderse como suerte y es común hablar de que algo nos sucedió por suerte o por la muy mencionada frase “en lo que me sucedió tuve buena suerte”. La otra explicación es como dice el apóstol Pablo a los Efesios, “que todas las cosas resultan de acuerdo con el plan de Dios”. Creemos que en su infinita misericordia y amor, Dios ha preparado todo para nuestro bien. Nada sucede por suerte, por casualidad, ni por causa del azar. Leemos en Efesios 1:3 y 4, “Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo. Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos.” Aún las cosas que consideramos negativas son para nuestro bien. En la película “Tierras de penumbra” mencionan dos frases: “El dolor es el megáfono que Dios utiliza para despertar a los sordos” y “El sufrimiento es el cincel que Dios utiliza para perfeccionar al hombre”, que nos ayudan a entender que todo lo que nuestro SEÑOR permite tiene un propósito. Oremos: “Padre celestial: Gracias porque permites que en nuestra vida nada suceda por casualidad, sino que todo tiene una causa, un propósito y es conforme a tu voluntad. Gracias porque nos permites que aun las enfermedades, la escases, el problema y toda situación aparentemente negativa, sea para nuestro bien. Gracias Papá, por planear todo para nuestro bien. Gracias porque nuestro viaje tiene una meta a la que quieres que lleguemos: tu presencia misma. Este es tu plan y nos ayudas a cumplirlo. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.”

Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

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Miércoles 15 de noviembre | Lectura del día: Hebreos 11:1-7

La fe

De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad. Hebreos 11:6 (NTV)

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unque muchas personas no puedan definir lo que es fe, la asocian fácilmente al mundo religioso. En realidad es algo que aplicamos a casi toda situación en nuestra vida diaria. La podemos definir sencillamente como confianza, confianza en algo o en alguien. Por ejemplo, cuando usamos el transporte público tenemos confianza que la persona que está detrás del volante sabe manejar. Si vamos a comprar un kilo de carne al mercado, tenemos fe de que nos darán mil gramos de este producto. Cuando tomamos un medicamento, confiamos en que curará la enfermedad que tenemos. Sin embargo la Biblia nos habla de un nivel de fe que tiene que ver con nuestra salvación. Es la confianza, la seguridad, la certeza, la convicción puesta en Dios y en la obra de nuestro Señor Jesucristo en la cruz del Calvario. Necesitamos fe en Dios cuando sucede un sismo de 7 grados Richter, como el de Acambay, Estado de México, el 19 de noviembre de 1912, a las 7:12 de la mañana que provocó en la tierra fracturas hasta de un metro de profundidad y serios daños en la zona. Hebreros 11 principia diciendo que La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver. En un momento de prueba esperamos que pase la crisis, que termine el movimiento telúrico, que arreglemos lo dañado, que nuestra situación mejore. Necesitamos fe para agradar a Dios y para recibir de su mano lo que necesitamos. Oremos: “Buen Padre celestial: Reconocemos que en todo tiempo necesitamos confiar en ti y en tu Hijo nuestro Señor Jesucristo. Ayúdanos para creer en tu Hijo amado y depositar nuestra vida completa en Él. Confiamos en que guardarás nuestra vida de todo peligro, que proveerás para nuestros hermanos damnificados lo necesario. Que nuestro futuro será mejor. Ayúdanos a creer en Cristo para ser salvos y a recibirle como Salvador y como Señor. En el nombre de Jesús. Amén.”

Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

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Jueves 16 de noviembre | Lectura del día: Deuteronomio 31:1-8

Todo está bajo Su control

¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará. Deuteronomio 31:6 (NTV)

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entro de las frases que muchas personas, incluyendo algunos cristianos, atribuyen a la biblia está: “no se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios” y aunque explica la verdad de que todo está bajo el dominio y voluntad de Dios, no se encuentra en ninguna parte de las Sagradas Escrituras. La verdad es que en 1602, Miguel de Cervantes Saavedra escribió las aventuras del Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha y su fiel compañero Sancho Panza. Cuando platican acerca de una isla que a Sancho le hubiera gustado gobernar le dice: «—que si Dios quiere, no le faltarán a Sancho mil islas que gobernar, cuanto más una. Encomendadlo a Dios, Sancho —dijo don Quijote —que todo se hará bien, y quizá mejor de lo que vos pensáis; que no se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios». La verdad bíblica es que Dios es señor de todo lo creado y lo tiene bajo su control. Cuando Josué asume el liderazgo en Israel, Moisés le recuerda que contaba con la presencia y ayuda de Dios. Que Él no le abandonaría y que con ello garantizaba que todas las batallas serían ganadas. La conquista de la Tierra prometida estaba siendo dirigida por quien no ha perdido ninguna batalla. Nosotros tenemos que aprender a confiar plenamente en nuestro SEÑOR y nuestra actitud debe ser como la de Habacuc. “Aunque las higueras no florezcan y no haya uvas en las vides, aunque se pierda la cosecha de oliva y los campos queden vacíos y no den fruto, aunque los rebaños mueran en los campos y los establos estén vacíos, ¡aun así me alegraré en el Señor! ¡Me gozaré en el Dios de mi salvación!” Habacuc 3:17-18 Oremos. “Gracias Padre Celestial: Por tener en tus manos nuestro presente, porque así nuestro futuro está asegurado. Gracias porque tienes control de todo cuanto sucede a nuestro alrededor. Gracias por guiarnos y llevarnos de triunfo en triunfo. En el nombre de Jesús. Amén”

Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

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Viernes 17 de noviembre | Lectura del día: Hechos 20:25-38

La ayuda a otros

Y he sido un ejemplo constante de cómo pueden ayudar con trabajo y esfuerzo a los que están en necesidad. Deben recordar las palabras del Señor Jesús: “Hay más bendición en dar que en recibir.” Hechos 20:35 (NTV)

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os recientes terremotos, al igual que el sucedido el 30 de septiembre de 1999, con magnitud de 7.5 en la escala de Richter, a las 11:31 de la mañana en Oaxaca, han sacado lo peor y lo mejor del ser humano. Descubren que en los edificios destruidos no se cumplieron las normas de construcción o los funcionarios públicos dieron permisos que no debieron dar. Pero por otro lado, aparecieron muchas personas dispuestas a quitar los escombros y rescatar a personas atrapadas. Escuchamos muchos testimonios de quienes se pasaron días y semanas trabajando de manera gratuita en algunos edificios caídos. Otros más llevando agua y comida a los que lo necesitaron. Y después, pasada la contingencia, llevando carpas, tiendas de campaña, techos temporales, asistencia médica o terapias psicológicas especialmente para los niños. En una palabra, apareció la solidaridad. Para los creyentes en Cristo Jesús la compasión y el amor hacia los necesitados debe ser un estilo de vida. El ayudar a quien lo necesite debe nacer de un corazón lleno del amor de Dios y de nuestro interés por el bienestar de los más necesitados. Nuestro testimonio debe brillar especialmente cuando hay mayor necesidad. Es una bendición ir y estar con nuestros hermanos en situación de prueba, escases o limitaciones. Nuestro ejemplo supremo de misericordia nos dijo, según Mateo 10:42: Y si le dan siquiera un vaso de agua fresca a uno de mis seguidores más insignificantes, les aseguro que recibirán una recompensa. Oremos. “Padre nuestro celestial: Te pedimos que nos concedas encontrar maneras de ayudar a quienes más lo necesitan. Enséñanos a ser generosos. Que podamos apoyar con nuestras oraciones, con dinero, alimentos, materiales de construcción, trabajo, presencia y cuidado de quienes lo requieren. En el nombre de Cristo Jesús. Amén”

Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

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Sábado 18 de noviembre | Lectura del día: Santiago 5:13-18

El poder de la oración

Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos. Santiago 5:16 (NTV)

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a fuerza manifestada destructiva en los terremotos que sufrimos en el pasado mes de septiembre, y en los huracanes que han golpeado las costas de nuestro país, nos ha demostrado el poder que tiene la naturaleza. Podemos ver sus resultados terribles y de lo que es capaz una fuerza descontrolada. Un ejemplo de ello es el sismo de 6.4 grados ocurrido el 3 de mayo de 1920, a las 5:46 de la mañana, en Xalapa, Veracruz. Ha sido el segundo mayormente mortífero por las 600 víctimas de ese día, sólo después del terremoto del 19 de septiembre de 1985. En el mundo espiritual contamos con el poder maravilloso de la oración. El poder reside en el Dios al cual oramos, escucha y responde. En la Biblia encontramos muchos ejemplos que nos muestran el poder de la oración, cito sólo dos de ellos: En Hechos 2 se nos relata que Pedro fue puesto en la cárcel por haber sanado a una joven adivina que usada por el enemigo le daba ganancia a sus dueños. Mientras la iglesia oraba, Dios envió un ángel para liberarlo de manera que ni ellos mismos lo podían creer. Pablo y Silas cantaban y oraban en la prisión de Filipos. Nuestro SEÑOR envió un gran terremoto para liberarlos y explicar el plan de salvación al carcelero y su familia. Dios Todopoderoso invita al ser humano a hablar con Él utilizando la oración y la fe. Él escucha y actúa. Oremos: “Glorioso Padre celestial: Gracias te damos por habernos dado este medio maravilloso para comunicarnos contigo: la oración. Fortalece nuestra confianza en Ti. Reconocemos tu poder. Reconocemos que puedes calmar toda tempestad, alejar los terremotos y quitar de nosotros toda ansiedad. Pedimos que nos hagas depender del sorprendente poder de la oración. Oramos para que ayudes a nuestros hermanos damnificados. Que les proveas los recursos para reconstruir sus casas y sus vidas. En el nombre de tu Hijo Amado: Nuestro Señor Jesucristo. Amén.”

Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

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Domingo 19 de noviembre | Lectura del día: Proverbios 22: 1-9

Ser prudentes

El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón avanza a ciegas y sufre las consecuencias. Proverbios 22:3 (NTV)

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i entendemos que la prudencia es una de las virtudes esenciales en la vida cristiana, que es la templanza, la moderación, el buen juicio, la cautela y el dominio propio llegamos a la conclusión de que es necesaria para andar en los caminos de nuestro SEÑOR y para obedecer y hacer su voluntad. Salomón nos explica que escribió los proverbios, Para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia,  Justicia,  juicio y equidad; para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura. Proverbios 1:1-4 Mateo se vuelve el portavoz de Dios para decirnos que somos prudentes cuando escuchamos su enseñanza y la obedecemos. Luego nos compara con el hombre que construye su casa sobre una roca sólida y el imprudente la construye sobre la arena. Muchas personas que salvaron sus vidas del temblor de 7.5 grados en Ometepec, Guerrero el 20 de marzo del 2012, a las 12 del día con 2 minutos, es porque prudentemente se anticiparon al peligro, tomaron sus precauciones y siguieron las instrucciones que Protección Civil les había dado. Otros fueron prudentes al construir sus casas siguiendo las normas necesarias en una zona altamente sísmica como el Estado de Guerrero. Debemos ser prudentes para usar materiales de construcción adecuados y evitar que, por ahorrar un poco de dinero, se exponga la vida ante un desastre natural. A Dios le agrada que tengamos la cualidad de la prudencia en todo lo que hacemos en la vida. Oremos: “Bendito Padre Celestial: Ayúdanos a usar la prudencia en nuestro diario vivir, al hablar, en nuestras relaciones interpersonales y familiares, en el trabajo, en la escuela, en el ministerio. Gracias por ayudarnos a evitar el peligro y hacer lo necesario para protegernos. Bendecido seas, Papá, por permitir que los daños, después de un desastre natural, sean menores en tus hijos. Gracias por darnos la virtud de ser prudentes ante las contingencias y la fuerza de la naturaleza. Ayúdanos a ser prudentes también con nuestras palabras. En el nombre de tu Hijo amado: Cristo Jesús. Amén.” Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

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Lunes 20 de noviembre | Lectura del día: 3 Juan 1:1-8

Cuidando nuestra salud

Querido amigo, espero que te encuentres bien, y que estés tan saludable en cuerpo así como eres fuerte en espíritu. 3 Juan 1:2 (NTV)

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i consideramos que los ángeles sólo tienen espíritu, que los animales sólo tienen cuerpo, vemos que los seres humanos somos criaturas maravillosas de Dios con espíritu, alma y cuerpo. Así como cuidamos nuestra vida espiritual, debemos también cuidar nuestro cuerpo porque nos lo dio Dios al crearnos y está destinado para la eternidad, aunque para eso el SEÑOR lo glorificará. Cuidar nuestra salud significa honrar a nuestro Creador. Además no olvidemos que las Sagradas Escritura nos enseñan que somos templo del Espíritu Santo. Debemos estimar nuestro cuerpo físico evitando todo aquello que lo daña: Las bebidas alcohólicas, el cigarro, las drogas, los deportes extremos que ponen en peligro nuestra vida, la velocidad inmoderada al manejar, el abuso en la comida, los medicamentos que provocan adicción o cualquier otro exceso. Para tener una buena salud es necesario seguir una alimentación sana y natural. No comer con grasa, con mucha sal o demasiada azúcar, hacer ejercicio, descansar suficiente, eliminar de nosotros la tensión y el temor depositando nuestra confianza plena en Dios, comer más frutas y verduras, evitar alimentos enlatados y con conservadores. Para cuando enfermemos, Santiago en su capítulo 5 nos recomienda que, además de pedir a los hermanos que oren y nos unjan con aceite, debemos confesar nuestras ofensas unos a otros para ser sanados. Juan escribe a su amigo Gayo y desea que su cuerpo esté saludable como fuerte está en su vida espiritual. Oremos: “Padre celestial: Te pedimos hoy que nos ayudes a ser buenos administradores de nuestro cuerpo físico. Que nos ayudes a mantenerlo limpio. Que por dentro y por fuera esté saludable. Que cada día recordemos, Papá, que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo. Permítenos adorarte con todo nuestro ser, incluyendo nuestro cuerpo. Enséñanos a ser prudentes siempre y precavidos. Líbranos de todo peligro. Protégenos de los accidentes. Cuídanos cuando estemos en medio de un desastre natural. Danos oportunidad de estar bien para ayudar a otros que están en mayor necesidad. Te lo pedimos en el nombre de Cristo Jesús. Amén.” Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

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Martes 21 de noviembre | Lectura del día: Lucas 12:35-48

Cumplir con nuestras responsabilidades

Pero alguien que no lo sabe y hace algo malo, será castigado levemente. Alguien a quien se le ha dado mucho, mucho se le pedirá a cambio; y alguien a quien se le ha confiado mucho, aún más se le exigirá. Lucas 12:48 (NTV)

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lgo con lo que Dios nos ha hecho desde que nos creó es el sentido de responsabilidad. Tan pronto Adán y Eva fueron radicados en el huerto de Edén les encargó la administración de los animales y de la naturaleza. La responsabilidad le da sentido a nuestra vida, nos permite desarrollar nuestro carácter cristiano, con ello logramos relaciones duraderas y avanzamos en nuestro trabajo y ministerio. Reconocemos que vivimos en un país con leyes y reglamentos que debemos cumplir. El ser irresponsables en cumplir, por ejemplo, con los ordenamientos de construcción, va a librarnos de sufrir las consecuencias de un desastre natural. El 15 de junio de 1999, en Puebla, hubo un sismo de 7 grados en la escala de Richter, a las 15:42 de la tarde. Las construcciones que no cumplieron con los lineamientos en cuanto a construcción se desplomaron y provocaron la muerte de muchas personas. Podemos mejorar nuestra responsabilidad, cuando reconocemos que todo lo que hacemos tiene una consecuencia que depende de lo que nosotros decidimos hacer. Y considerar que nuestras decisiones afectan negativa o positivamente a los que nos rodean. De igual manera, debemos como un estilo de vida, cumplir todas las promesas que hacemos con Dios y con los demás. Finalmente, debemos animar a los demás a cumplir fielmente sus responsabilidades. El médico Lucas nos recuerda que “a alguien a quien se le ha confiado mucho, aún más se le exigirá”. Oremos: “Bendito Padre Celestial: Gracias por poner en nosotros un sentido moral de responsabilidad. Permítenos cumplir lo mucho o lo poco que se nos ha confiado para administrarlo. Ayúdanos a cumplir las leyes de nuestro país y evitarnos consecuencias no deseadas. Papá Dios, aunque signifique para nosotros un sacrificio, permítenos ser responsables en todo. Pedimos tu gracia para ser responsables de nuestra familia y de aquellos cercanos a nosotros con quienes debemos compartirte. En el nombre de Jesús. Amén.” Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.

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Miércoles 22 de noviembre | Lectura del día: Hebreos 11:1-7

Protegiendo a nuestra familia

Fue por la fe que Noé construyó un barco grande para salvar a su familia del diluvio en obediencia a Dios, quien le advirtió de cosas que nunca antes habían sucedido. Por su fe, Noé condenó al resto del mundo y recibió la justicia que viene por la fe. Hebreos 11:7 (NTV)

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ios puso en los padres el encargo de proteger a la familia. Es a la vez un privilegio como una responsabilidad. El cuidado debe ser integral, desde su salud física hasta su aspecto espiritual, pasando por lo académico, lo social y lo emocional. Noé es el personaje bíblico extraordinario, no sólo porque en obediencia a Dios construyó un barco de enormes dimensiones, sino que lo hizo para salvar a su familia. Durante los años de espera y mientras construía el gran barco, Noé protegió a su familia de las influencias negativas de la sociedad perversa en la que vivían. Mateo 24:38 nos comenta: “En esos días, antes del diluvio, la gente disfrutaba de banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento en que Noé entró en su barco.” Como ninguna compañía puede ofrecernos un seguro de protección para la familia, garantizando que nada malo les pasará, tenemos que cuidarla nosotros. Echemos mano de la gracia de Dios para guiarles a tener a Cristo en sus corazones como su Salvador y Señor, desarrollemos las disciplinas espirituales. Privilegiemos la comunicación abierta con los hijos, que nos alertará sobre riesgos de malas compañías. Recordemos a cada miembro de la familia que el mal existe y que es una realidad que enfrentamos. Enseñémosles a guardar su dignidad como persona. Limitemos su acceso a las redes sociales. Hagamos un plan de emergencia en caso de temblor, incendio o huracanes. Oremos: “Padre eterno: Viviendo en un mundo de tantos peligros te rogamos que pongas tu mano de protección en nuestra familia. Que nos ayudes a poner lo que esté de nuestra parte para protegernos de los riesgos naturales, de los sociales y de los espirituales. Papá, pon vallas de protección alrededor de cada uno de los nuestros, especialmente cuando el enemigo de nuestras almas nos ataca. Ayúdanos a cuidar nuestros ojos, nuestras manos, nuestros labios, nuestros pies. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.” Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.

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Jueves 23 de noviembre | Lectura del día: Juan 1:18

Conociendo al Padre

A Dios nadie le ha visto nunca, el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer. Juan 1:18 (RVR60)

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n una ocasión un discípulo de Jesús llamado Felipe le dijo: Señor muéstranos al Padre, Jesús respondió: ¿He estado con ustedes todo este tiempo, y todavía no sabes quién soy? ¡Los que me han visto a mi han visto al Padre! En nuestra vida cristiana es importante conocer a la persona de Jesús, quien lo conoce a Él conoce a Dios porque Él es Dios y es por medio de Jesús que nosotros podemos tener una relación íntima con el Padre, pues ese es el único Camino a Él. He conocido a muchas personas que tienen muchos años dentro de la vida cristiana, y no conocen a Dios, han oído de Él pero no le conocen y es por eso que viven vidas a medias y siempre derrotadas. Un cristiano debe vivir siempre en victoria, pues cree en el Señor que hizo la tierra y la formó y la estableció con firmeza. Jeremías 33:2 Es tiempo de saber quién es Jesús pues es Él quien nos ha dado a conocer al Padre, es tiempo de creer lo que hizo por nosotros en la cruz del calvario, que dio su vida por amor a nosotros, perdonó nuestros pecados, nos libró de la muerte y nos dio vida eterna, y que nos ha dado libertad para vivir vidas victoriosas. Él está con nosotros todos los días de nuestra vida, Él lo ha prometido en su Palabra, es por eso que no debemos de temer y siempre debemos estar seguros que si Él está con nosotros nadie podrá estar en contra nuestra. Oremos: “Señor queremos conocerte cada día más y más, aprender a desarrollar una relación íntima contigo, recordar siempre el sacrificio que hiciste por mí en la cruz ya que es por medio de ese sacrificio que puedo obtener la salvación de mi alma, perdón por mis pecados y puedo vivir una vida victoriosa. En el nombre de Jesús te lo pido, amén.”

Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.

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Viernes 24 de noviembre | Lectura del día: Juan 7:37-39

Saciados de sed por el Espíritu

Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Juan 7:37-39 (NTV)

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esús invitó al pueblo a que le aceptaran para salvación y para ser llenados con el agua viva del Espíritu Santo, Juan interpreta las palabras de Jesús como una referencia al derramamiento del Espíritu Santo que todavía estaba por ocurrir. Pues Jesús todavía no había sido glorificado. (Con la expresión agua viva, se refería al Espíritu, el cual se le daría a todo el que creyera en Él; pero el Espíritu aún no había sido dado, porque Jesús todavía no había entrado en su gloria.) En el diccionario se describe a un rio como: corriente natural de agua que fluye permanentemente y va a desembocar en otra, en un lago o en el mar. Cuando el Espíritu Santo de Dios llena nuestras vidas, podemos experimentar las palabras de Jesús cuando dice que de nuestro interior correrán ríos de agua viva. La vida del que posee la plenitud del Espíritu Santo de Dios no es inactiva ni estéril, sino que es vigorosa, poderosa, dinámica, está en continuo progreso confiando que Dios es el que tiene el control de todas los cosas, y tiene como finalidad derramarse en bendición sobre los demás. El Espíritu Santo de Dios es quien nos da dirección, nos ayuda a cambiar y a transformar nuestra mente y corazón para cumplir el propósito que Dios tiene para nuestra vida. Todos los que hemos sido saciados por Jesús nos convertiremos en canales para la revitalización espiritual de otros, para la gloria de Dios. Oremos: “Padre gracias por el poder de tu Espíritu Santo que has puesto en nosotros, permítenos ser como esos ríos que fluyen, que siempre están en constante movimiento y tienen aguas poderosas, que podamos compartir la bendición que tú nos has dado con los demás, y que tu nombre siempre sea glorificado, en el nombre de Jesús te lo pido, amén.”

Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.

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Sábado 25 de noviembre | Lectura del día: Salmo 150:1-2, 6.

¡Alabemos!

Alaben a Dios en su santuario, ¡Alábenlo en su poderoso cielo! Alábenlo por sus obras poderosas, ¡alaben su grandeza sin igual!... ¡Que todo lo que respira cante alabanzas al Señor! Salmo 150: 1-2; 6 (RVR60)

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enemos un poderoso llamado a alabar a Dios dentro y fuera de su santo templo, debemos entonar alabanzas a causa de sus prodigios y la grandeza de nuestro Dios, podemos adorar a Dios con una variedad de instrumentos musicales de tal manera que sea una alabanza creativa. La alabanza es una expresión de gratitud sincera por lo que Dios ha hecho por nosotros, es elogiar, exaltar a nuestro Dios. En Hebreos 13:15 dice que por medio de Jesús ofrezcamos un sacrificio continuo de alabanza a Dios, mediante el cual proclamamos nuestra lealtad a su nombre. Es importante alabar a Dios con entusiasmo y gritos llenos de gozo, acostumbrémonos a alabar a Dios por lo que Él es, por todo lo que nos ha dado, por su bondad y su misericordia, por su protección, por su guía, por sus prodigios y por cada uno de sus beneficios, que nuestra boca se llene de alabanza a nuestro Dios, alabemos al Señor con todo nuestro corazón. Aún en los momentos más difíciles de nuestra vida démosle a Dios alabanza, en medio de las pruebas y las tormentas de la vida alabemos a nuestro Dios. El rey David era un adorador y en medio de situaciones difíciles él alababa, en el Salmo 34 escribió: “Alabaré a Jehová en todo tiempo, su alabanza estará de continuo en mi boca”, este salmo lo escribió cuando se hizo pasar por loco frente a Abimelec, quien lo echó de su presencia. Alabemos a nuestro Dios, alabemos su grandeza sin igual, exaltémoslo y entremos siempre ante su presencia con acción de gracias, vayamos a sus atrios con alabanza, pues el Señor es bueno, su amor inagotable permanece para siempre. Oremos: “Padre eres hermoso, maravilloso, gracias por tu presencia en mi vida, gracias porque en los momentos más difíciles estás ahí; te alabo, te bendigo y te doy gracias porque eres mi Dios grande, fuerte y poderoso, te amo con todo mi corazón y bendigo tu nombre en Cristo Jesús, Señor nuestro. Amén.”

Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.

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Domingo 26 de noviembre | Lectura del día: Efesios 3:14-21

Dios todo es todo poder

“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a Él sea la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.” Efesios 3:20 (RVR60)

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ablo oraba para que sus hermanos creyentes conocieran el poder del Espíritu en la persona interior, como el barco asediado por la tempestad, según había experimentado una vez, se vio reforzado por dentro y ceñido por fuera Hechos: 27:17 sabiendo que la fuerza del cristianismo no se debe a leyes externas, Pablo oró para que Cristo entrara a través de la puerta abierta de la fe, para que habitara en los corazones, e imprimiera su naturaleza sobre las mentes, voluntades y emociones de aquellos creyentes. Cuando Cristo entra en una vida, la llena con Su vida. Dios es todo poder, Él es tan grande como usted se lo permita en su vida. Sí, Él puede hacer lo que sea, pero muchas veces nosotros lo limitamos. Nuestro Dios es tan poderoso que Él puede hacer mucho más de lo que podemos imaginar. En Efesios 3:16-17, Pablo nos dice que podemos recibir una experiencia de poder en nuestro interior por medio de su Espíritu, así Cristo puede permanecer en nuestros corazones a medida en que confiemos en Él, echaremos raíces profundas en el amor de Dios y ellas nos mantendrán fuertes. Podemos conocer la llenura del amor de Cristo y ser llenos de la plenitud de Dios. Toda la plenitud de Dios habla más de una experiencia o aspecto de su verdadero poder, el cual, punta hacia una profunda espiritualidad, que participa de forma balanceada de todas las bendiciones, recursos y sabiduría de Dios. Oremos: “Padre gracias por el poder de tu Espíritu Santo que has puesto en nosotros, ayúdanos a seguir confiando en ti de tal manera que echemos raíces que nos mantengan fuertes, siempre creyendo que eres nuestro Dios todopoderoso, y que harás cosas que nosotros ni siquiera nos imaginamos, en el nombre de Jesús te lo pedimos, amén.”

Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.

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Lunes 27 de noviembre | Lectura del día: Hechos 16: 25-34

Terremoto liberador

“Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.” Hechos 16:26 (NTV)

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os terremotos nos traen malas experiencias, y malos recuerdos, ya que siempre se asocian a caos y destrucción, pero en esta historia, vemos cómo Dios puede usar el caos, el poder destructivo y un terremoto para traer liberación. Ya que los presos en esta historia fueron liberados gracias a un terremoto que sacudió los cimientos de la cárcel. Es en esta historia que aprendemos el poder de la oración y la alabanza en medio de situaciones difíciles. Cuando las cosas naturales o habituales caen en las manos de Dios, todo cambia, la tristeza se vuelve alegría, el llanto en gozo, la muerte en vida y un terremoto en salvación. Esta historia comienza con muchos problemas y caos. Ten en mente lo siguiente: Pablo y Silas fueron azotados, o sea, tienen heridas graves en su espalda, no pueden dormir, ni siquiera pueden ir a hacer sus necesidades ya que están esposados en el cepo, es media noche, hay un terremoto que liberó todas las puertas y todas las cadenas, imagínate lo terrible de esta situación, entra el guardia y no ve a nadie; pero lo interesante es esto, que sin importar las circunstancias en las que se encuentre uno, Dios puede usarlas a nuestro favor. La historia termina con la conversión de este guardia, posteriormente Pablo escribe una carta a la Iglesia que está en Filipos, o sea, en medio del peor panorama posible, Dios trajo salvación y liberación a este guardia, que a su vez llevó las buenas nuevas a su familia, que a su vez llevaron las buenas nuevas a su ciudad. No importa qué tan dura, imposible o terrible se vea tu situación, si Dios toma el control Él puede usar incluso un terremoto para salvarte. Oremos: “Señor Jesús, en este día pongo mi vida en tus manos porque veo que Tú puedes cambiar las peores circunstancias en algo bueno, porque incluso un terremoto puede ser utilizado por ti para liberar a aquellos que viven lejos de Ti. En el nombre de Jesús, amén.”

Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.

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Martes 28 de noviembre | Lectura del día: Salmos 104:31-35

Su poder es incalculable

“Él mira a la tierra, y ella tiembla; toca los montes, y humean.” Salmos 104:32 (NTV)

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ste es uno de los salmos que nos describe la creación, de cómo Dios se encarga de cada detalle, pero también nos muestra el poder que Dios tiene sobre su creación, el verso 32 nos dice que cuando Dios mira la tierra, Él la hace temblar. Para el salmista el poder de nuestro Dios es tal, que incluso su mirada puede estremecer la tierra, también declara que, si Dios toca los montes ellos humean. El salmista le atribuye a Dios la acción volcánica y geológica. Hoy comprendemos que la actividad volcánica está relacionada con el movimiento tectónico, si tomamos en cuenta que estos movimientos siguen reglas físicas entonces entendemos que Dios estableció esos movimientos. Pero el salmista al contemplar el poder de Dios se pone a alabarlo y dice “Cantaré al SEÑOR mientras viva. ¡Alabaré a mi Dios hasta mi último suspiro!" Salmos 104:33. Y al comprender el poder tan extraordinario de Dios también se da cuenta de lo detallista que es nuestro Dios, porque el salmista declara que Dios puede conocer nuestros pensamientos. Por ello se determina en que sus pensamientos sean de agrado al Señor, lo que el salmista nos relata tiene que ver con dos cosas, primero que Dios es tan poderoso que su mirada estremece la tierra, segundo, que Él es tan detallista que no hay pensamiento que se escape de su mirada, hoy te hago la invitación a que reflexiones en lo poderoso que es Dios, en cómo ha cuidado tu vida y que todos tus pensamientos son considerados por Él, en esta ocasión no te estoy diciendo que Dios observa tus malos pensamientos, ya que el Apóstol Pablo nos invita a meditar en todo lo honesto, al igual que el salmista, que dice que nuestros pensamientos sean agradables a Dios. Hoy puedes tener pensamientos grandes, llenos de ánimo, sueños en los que Dios quiere mostrar su poder y llevarlos a cabo. Oremos: “Padre todo poderoso, dame esos pensamientos que te agradan, que pueda soñar conforme a tus maravillosas obras, porque veo que tus planes y diseños son perfectos, permíteme agradarte con mis pensamientos, que sé que se pueden volver acciones y que eso que haga te bendecirá, diré como el salmista “que todo lo que soy alabe al señor”, en el nombre de Jesús, amén.” Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.

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Miércoles 29 de noviembre | Lectura del día: Éxodo 19:17-25

Ante su presencia todos se inclinan

“Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera.” Éxodo 19:18 (NTV)

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n este pasaje tenemos la descripción de la presencia de Dios sobre el monte Sinaí, vemos claramente una imagen de una montaña cubierta por el fuego, por el humo, sonido de trompetas y por supuesto, todas las montañas se estremecían con este suceso, Jehová estaba mostrando su poder a los Israelitas, ya que ellos no lo conocían y no sabían de qué era capaz. También hallamos dos imágenes muy claras, una es el fuego, el cual se asocia a la santidad y pureza, lo que nos da a entender que la presencia de Dios trae pureza a nuestra vida. Cuando nos encontramos con Él vemos lo que realmente significa ser puro, Isaías dice que se consideraba pecador por estar en medio de un pueblo inmundo de labios, pero Dios a través de su fuego lo purificó. La otra figura que encontramos es que todo monte se estremeció, esto significa que tembló, que hubo temor de la naturaleza, al igual que ante la presencia de Dios todos nos estremecemos, el profeta Isaías dice que cayó como muerto en su encuentro con Dios, los Israelitas en este momento de la historia tuvieron temor reverente. Dios no permitía que se acercaran a Él como sea, Él pedía que fueran purificados. Esto significa que Dios quiere que seas purificado para que te acerques a Él, pero si recuerdas, ahora Jesús se acercó a nosotros para purificarnos, ahora podemos entrar en la presencia de nuestro Dios con temor reverente. Oremos: “Dios todo poderoso, me doy cuenta de que ante tu presencia hasta las montañas se estremecen, hoy agradezco que tu Hijo se haya acercado a mí para mostrarme que tu presencia es incomparable, pero que ahora te acercas en amor. Te doy las gracias por purificarme en el nombre de Jesús, amén.”

Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.

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Jueves 30 de noviembre | Lectura del día: Apocalipsis 6:12-17

Dios lo dijo

“Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.” Apocalipsis 6:14 (NTV)

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iempre que hay sucesos naturales que conmueven a la sociedad inmediatamente pensamos en el fin del mundo, cada vez que sucede una catástrofe natural, pensamos que es nuestro turno de irnos con el Señor. Cuando leo el libro de Apocalipsis encuentro dos verdades muy interesantes. La primera es, que las catástrofes son inminentes y no se pueden evitar, simplemente Dios dice que en la historia humana Él ve que los desastres naturales llegan sin previo aviso, simplemente suceden, devastan y muestran que el ser humano no tiene el control. Con ello nos hace ver que somos tan indefensos contra la naturaleza. En este pasaje Juan dice que vio como todos los montes se removieron al igual que todas las islas, esto nos habla de una gran catástrofe. Hasta aquí el panorama es aterrado. Si yo solo pudiera leer esto, la verdad estaría lleno de miedo, pero la segunda verdad que encuentro en este libro es que cuando creemos en Jesús, Él protege y cuida a sus escogidos. Lo que vemos en todo el libro de Apocalipsis sí es catastrófico, pero también entendemos que para los que hemos creído, Él ha declarado que nos guardará, que aún en medio de la tribulación de la vida Él nos sacará adelante, que veremos caer a nuestro lado mil y diez mil a nuestra diestra, pero a nosotros no llegará. Hoy quiero que tengas un día confiando en nuestro Dios que aunque tengamos problemas, o enfrentemos catástrofes recuerdes que Dios es nuestro amparo, Él tiene el control, que Él ya lo ha dicho “¡Esperen! No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que hayamos puesto el sello de Dios en la frente de sus siervos.” Apocalipsis 7:3 Lo que Jesús nos muestra en este día es que cuando estás sellado por su Espíritu Santo no tienes nada que temer. Oremos: “Señor Jesús, Tú tienes todo el control, porque tuyo es el poder y la gloria, debo confesar que me da temor las catástrofes naturales pero, Tú palabra me muestra que al creer en ti y ser sellado por tu Espíritu Santo, puedo vivir confiado, por eso hoy quiero que tu amor me inunde y eche fuera todo temor, en el nombre de Jesús, amén.” Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios