LÍDERES QUE GUÍAN A LA VERDAD ABSOLUTA Contribución Usado con permiso Hace poco estaba charlando con un grupo de creyentes sobre la realidad de las personas que no tienen una relación personal con Dios. Les comentaba que para mí es triste saber que hay tantas personas que viven y mueren sin escuchar el plan de salvación y no van a disfrutar la eternidad en el cielo como nosotros. De repente una señora respondió, “Mi Dios no es así. Mi Dios es un Dios de amor. Él no va a mandar a nadie al infierno.” Muchos de los que estaban en el grupo indicaron su aceptación de lo que ella estaba diciendo. Me quedé asombrado. Esta señora se ha congregado y ministrado dentro de una iglesia evangélica sólida por años. Esta iglesia proclama cada domingo en sus cultos la importancia y autoridad de la Biblia. Pero aquí vemos un ejemplo de una persona que está creando a un dios a su propia imagen (idolatría). Ella pone su opinión como la fuente de verdad y autoridad. Me estoy enfrentando a situaciones semejantes con más y más regularidad. Nuestra cultura y sociedad están cambiando y están afectando nuestras creencias en cuanto a la verdad absoluta. En nuestro mundo postmoderno, me doy cuenta de que hay algunas tendencias peligrosas que estamos enfrentando en la iglesia de Cristo. Sin duda, siempre han existido estas tendencias en algún lado, pero ahora lo estamos viendo como parte de la cultura popular. Es importante reconocer estas tendencias peligrosas que se están filtrando dentro de la iglesia evangélica. Tenencia peligrosa #1: Algunos dicen que la Biblia no es la última autoridad. Hoy día se promueve la idea de que cada persona es su propia autoridad. Esta situación muestra la realidad de que hay muchas personas en nuestras iglesias con ideas propias que realmente van en contra de la Biblia. Por aceptar a todos y no ofender a nadie, algunos lideres, a veces, permiten a todos creer y expresar sus opiniones como válidas o a la par con lo que la Biblia enseña. No estoy diciendo que debemos rechazar a una persona que no ha llegado a entender la verdad bíblica en algún aspecto, pero sí debemos reconocer que la iglesia de Cristo tiene que seguir proclamando la verdad absoluta. Esta verdad se encuentra en la Biblia y no hay forma de discutir estas verdades con Dios. Más bien debemos reconocer quién es Dios y someternos a sus verdades. Tendencia peligrosa #2: Algunos ven la Biblia como un libro de muchas opciones a escoger. Ciertamente la Biblia muestra muchos aspectos o atributos diferentes (y a veces aparentemente opuestos) de Dios. Algunas personas aceptan lo que les gusta de la Biblia (y de Dios) y rechazan lo que no quieren. O bien, se puede decir que permiten que cada persona “crea en un dios a su propia imagen”. La Biblia no es como ir al supermercado. Allí hay tantas opciones, variedades, sabores y presentaciones diferentes. Vamos, y con todo derecho podemos escoger lo que nos gusta individualmente. Allá no compramos uno de cada cosa y presentación. Solamente compramos lo que nos gusta. No tenemos el mismo derecho al llegar a la Palabra de Dios. La realidad es que la Biblia presenta a Dios como una persona totalmente equilibrada, con atributos que tienen que combinar parejo para formar al Dios real. No tenemos el lujo de aceptar su amor sin reconocer su justicia. No podemos olvidar que él ama a toda persona incondicionalmente mientras odia las mentiras y creencias falsas que son parte de nuestro ser pecaminoso. La Biblia no es un supermercado espiritual. Más bien debemos estudiar cada capitulo cuidadosamente para entender quién es Dios en una forma equilibrada y completa. Que Dios nos ayude a orientar a la grey de Jesucristo y evitar estas dos tendencias peligrosas. Estamos en medio de una batalla espiritual fuerte. Si Satanás puede cambiar nuestra forma de acercarnos a la verdad de la Biblia, él puede ganar muchas victorias. Como líderes espirituales tenemos la responsabilidad de confirmar la veracidad total de la Biblia y

proclamar su supremacía sobre cualquier otra idea o concepto humano. Sí hay verdades absolutas, y esas se encuentran en la Palabra de Dios.

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