LA RIQUEZA ESPIRITUAL DE DIOS Nueva posición en Jesucristo, Efesios 1:3-7 Por Erisbel R. Castañeda Pérez [email protected] Usado con permiso La sociedad presente se halla nuevamente preocupada por sus ingresos; la depresión de los años treinta del siglo pasado, trajo a la sociedad internacional gran preocupación. Hoy, ¡nuevamente la economía es un tema internacional! En cambio, la verdad del evangelio revela que la salvación de Dios es suficiente para solucionar los desaciertos de la vida, originados, tanto por el hombre como por las cuestiones y consecuencias del pecado. El ser humano aún no logra entender a Dios, más que con presuposiciones filosóficas. Pero sólo se le conoce por la fe y en la medida que se revela. Por demás, es la Biblia que nos concede contemplar a Dios y lo que de él es manifiesto. La creación, la Palabra de Dios y la excelencia de la persona de Jesucristo es lo que las personas necesitan para desarrollar su vida en estabilidad. El apóstol Pablo en su carta a Tito expone la salvación de Dios como un resultado de la bondad y la misericordia divinas, a causa de que nuestra rebeldía nos impulsa a la miseria ante el creador. En otro sentido, ser escogidos en el amado nos concede una posición de privilegio ante Dios. Por tanto, no tiene sentido para un seguidor de Jesucristo expresarse en amargas lamentaciones, gracias a la obra realizada por su salvador. El Padre en su ministerio de la salvación nos concedió un cambio de vida espiritual; a su vez, la esperanza gloriosa de vivir eternamente en su presencia. El escritor de la epístola manifiesta esta verdad de las Escrituras de la siguiente forma: una vez resucitados en Cristo, nos hizo sentar en los lugares celestiales por la eternidad. 1 Se nos concede un cambio de vida espiritual, y a su vez, una nueva posición en Cristo. Vivimos en este mundo, pero no somos de él. La nueva vida en Cristo nos desafía a vivir en nuestra cultura, siendo parte de ella, pero con la esperanza mucho más allá de lo que la misma pudiera ofertar. Más que alternativas, la regeneración espiritual nos proporciona una nueva expectativa en la gracia salvadora y regeneradora de Jesucristo. La sociedad internacional busca, desde diferentes posiciones, la forma de solucionar la crisis existente. En cambio, ve la solución bíblica desde una perspectiva diferente. Por su parte, el Libro a los Efesios manifiesta a sus interlocutores la solución y la esperanza en la obra de la redención final en Jesucristo revelando la promesa eterna de Dios.2 Nada que hayamos hecho o podamos hacer podrá devolvernos la riqueza perdida en el edén. Más bien, Dios nos escogió y relaciona, desde la elección hasta la adopción, las cosas realizadas desde la eternidad. Aún cuando no existíamos, ya Dios estaba reconciliando al mundo a través de Jesucristo.3 Por demás, no tiene sentido seguir la búsqueda de soluciones, cuando en realidad la misma nos ha sido regalada. Si pensáramos como católicos, musulmanes o quizás como buena gente nada podríamos hacer para salvarnos. El Dios de la gracia salvadora nos prepara de antemano la ofrenda de la propiciación. La persona de Jesús proporciona la gracia y la salvación. No se trata del hombre, sino de las consecuencias del pecado en éste; efecto que sólo puede ser liberado a través del sacrificio del cordero en la cruz.

1 Efesios 2: 6 – 7. 2 Efesios 1: 3–7. 3 Efesios 1:13.

La justicia viene de Jesucristo, en él tenemos la santificación y por medio de él, la redención total.4 Sin lugar a dudas, podemos añadir como premisa la acertada presentación ¡solo Cristo salva! Este escrito es una contribución del grupo de autores evangélicos cubanos denominado “Pluma Evangélica”. Tiene su sede en Jatibonico, Sancti Spíritus, Cuba. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.

4 1 Corintios 1:30.