Cultura
Página 18/LA NACION
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Domingo 23 de septiembre de 2007
TENDENCIA / Las editoriales, atentas al año electoral
La política vuelve a atraer lectores Con ventas sostenidas y un recambio generacional en sus autores, resurgen los títulos que describen la actualidad del país Por Susana Reinoso De la Redacción de LA NACION Menem lo hizo. Y con éxito. Después lo hizo De la Rúa, con suerte dispar. Entonces volvió Duhalde y el mercado respondió. Al final, Cristina Fernández de Kirchner también despuntará antes de fin de año el placer de la escritura y hará su propio libro. Se titulará Pensando en la Argentina y será publicado por Grupo Planeta, que no comentó cuánto le pagará a la candidata a presidenta como anticipo por derechos de autor. Sirva este comienzo para contar que el libro político –por asignarle un nombre general, aunque no se trate de un género editorial en sí– está vivito y coleando. En un año electoral, los editores viven el acontecimiento como rasgo saludable del mercado, ya que las ventas son sostenidas. Con una tirada promedio de entre 3000 y 5000 ejemplares, puede decirse que los libros políticos gozan de buena salud. No es poca cosa. Después de haberse desgañitado frente a los bancos que confiscaron sus ahorros o portando pancartas contra los dirigentes políticos ante el Congreso de la Nación y la Casa de Gobierno, al grito de “¡Que se vayan todos!”, los lectores argentinos desembolsan hoy su dinero para comprar títulos que denuncian corrupciones políticas o analizan el momento histórico-político o muestran la actualidad socioeconómica y cultural. “Este año se han publicado libros con más visibilidad, y además hay más sellos que publican títulos de contenidos políticos. En el caso de Planeta publicamos estos libros cuando hay temas que nos interesan”, explica Ignacio Iraola, gerente editorial de Planeta. Para Julia Saltzmann, editora de Alfaguara, este sello del Grupo Santillana “no publica libros sobre coyuntura política, porque nuestra aspiración es que sean títulos que permanezcan en el tiempo. Creemos que la cuestión política incide fuertemente porque es una dimensión fundamental de la cultura y el arte”. También Pablo Avelluto, gerente edi-
torial de Sudamericana, aporta miga para el debate: “En los primeros años de Kirchner hubo pocos libros de actualidad política. Hubo mucho frío, tal como pasó con el periodismo de investigación en gráfica. Nos costaba encontrar periodistas que escribieran sobre casos de corrupción u otras investigaciones periodísticas. Creo que en parte se debió a que muchos periodistas asumieron una actitud de apoyo al Gobierno. Y más tarde se desencantaron”. Lo expresado por estos editores pone de relieve lo que pasó con el libro político desde los años 90 a la fecha. Durante la gestión del ex presidente Menem surgieron títulos que aun hoy el público recuerda como paradigmáticos de una época. Por ejemplo, Robo para la corona, de Horacio Verbitsky, hoy uno de los periodistas más próximos al entorno del matrimonio Kirchner. Luego, según el análisis de los consultados, vino una suerte de declinación en el interés de los lectores –quizá por la saturación del mercado con el fárrago de libros publicados– y un resurgimiento a partir de la crisis de 2001, que echó por tierra los sueños de la clase media argentina. “En 2002 surgió una gran cantidad de títulos sobre la crisis, un poco por catarsis y otro para entender qué pasaba”, dice Avelluto. Hasta 2004, oportunidad en que todavía se negociaban los bonos de la deuda externa, el interés de los lectores por la realidad político-económica se mantuvo en alza. En 2006, La cara oculta de Kirchner, de Walter Curia, y Reina Cristina, de Olga Wornat, vendieron muy bien, según los datos, pero lejos de la estelaridad que en su momento tuvie-
En los primeros años de Kirchner, hubo pocos libros de actualidad política. En parte se debió a que muchos periodistas asumieron una actitud de apoyo al Gobierno. Y más tarde se desencantaron
ron Horacio Verbitsky o Hernán López Echagüe. Este año la línea descendente se rompió con Memorias del incendio, de Eduardo Duhalde, que superó los 10.000 ejemplares. Dos razones alimentan la expectativa: hay un recambio generacional en los periodistas que escriben libros políticos y éste es un año electoral. Paralelamente resurge un interés en los libros políticos sobre temas específicos, a raíz de la aparición de casos de corrupción: como Skanska, la bolsa con dólares en el baño de la ex ministra de Economía Felisa Miceli y la valija del venezolano Antonini Wilson. Dice Avelluto que si hasta hace dos años había periodistas que no se atrevían a escribir sobre esto, ya sea “porque compartían la ideología de Kirchner o se beneficiaban del Gobierno, hoy es más sencillo
encargar estos libros y, de hecho, hay varios títulos en producción, incluidos algunos sobre la relación del gobierno de Kirchner con los medios”. Julia Saltzmann rescata que este año Alfaguara se ocupa de temas históricopolíticos inéditos o de nuevos enfoques sobre otros conocidos. “Por ejemplo, La ley y las armas, de Rodolfo Ortega Peña, enfoca a un personaje de los años 70 cuya vida nunca se contó y el libro de Jorge Halperín saca a la luz las relaciones entre el periodismo y el poder.” La periodista María O’Donnell acaba de publicar un libro de excelente repercusión en librerías: Propaganda K. Dice a LA NACION: “Traté de hacer un libro que no fuera para periodistas ni para el mundillo de los medios. Porque la publicidad oficial atañe a todos los ciudadanos; se vincula con la información que debe llegar a todos. Quise contar qué pasa cuando el Gobierno distribuye arbitrariamente los fondos de acuerdo con quien factura, y no para informar planes de gobierno, como campañas de vacunación o planes sociales. En el reino de la arbitrariedad pasan estas cosas”. La periodista agrega que “cuando se discute la publicidad oficial en función del medio o del periodista, la gente desaparece y el Gobierno decide el contenido editorial de la prensa. Los medios que tienen al periodismo como negocio, en un sistema como éste, salen perjudicados”. María O’Donnell cita como casos paradigmáticos de este “reino de la arbitrariedad”, como llama a la irregular asignación de publicidad oficial, los casos de los empresarios Daniel Hadad y Rudy Ulloa –íntimo amigo del presidente Kirchner– y la productora Nara Ferragut, ex novia del secretario de Medios, Enrique Albistur, cuya pyme engordó gracias a los aportes oficiales del funcionario.
Tendencia. El mercado de los libros de actualidad se renueva. www.adncultura.com.ar
Títulos que se sumergen en historias que nos reflejan Los argentinos, más interesados por lo que hace el poder Ensayos periodísticos, biografías, novelas histórico-políticas, crónicas y periodismo narrativo son los géneros que cubren el vasto abanico de títulos que se publicaron este año alrededor de un tema: el poder político, desde diversos ángulos. Algunos de esos títulos son, según las editoriales que los han editado: El atroz encanto de ser argentinos 2, de Marcos Aguinis; El descascaramiento, de Jorge Asís; Propaganda K, de María O’Donnell, y Los apremios del día, de Santiago Kovadloff, todos publicados por Grupo Planeta. En 2006, este sello editó con buen nivel de ventas La marroquinería política, de Asís, con un promedio de 25.000 ejemplares vendidos en varias reediciones. Y hasta ese año, El atroz encanto de ser argentinos, primera parte, vendió 150.000 copias. Sudamericana consiguió una excelente repercusión con el libro de Eduardo Duhalde, Memorias del incendio, con 10.000 ejemplares vendidos. Este sello publicó también Kirchner y yo, de Fernando Iglesias; La resurrección, de Diego Valenzuela y Eduardo Levy Yeyati; Lo que no se dice, no es, de Daniel Ivoskus; La ilusión, de Graciela Fernández Meijide; Fuimos todos, de Juan Baustista Tata Yofre, y
El poder, de Dick Morris y Luis Rosales. El año pasado, el libro del periodista Walter Curia, El último peronista. La cara oculta de Kirchner, fue uno de los títulos más vendidos. Grupo Santillana también divide en varios géneros los títulos editados por sus sellos. Entre las crónicas, en las que la cuestión política constituye el escenario predominante, se encuentran dos ediciones actualizadas de La pasión según Trelew, de Tomás Eloy Martínez, y Persona non grata, de Jorge Edwards. Otras dos novelas de Tomás Eloy Martínez contadas como non fiction fueron también reeditadas este año por Santillana: Santa Evita y La novela de Perón. En el género histórico, reaparecieron Sarmiento y sus fantasmas, de Félix Luna, y Voces en las calles, de Ricardo de Titto. También se publicó Batallas de Malvinas, de Pablo Camogli. Y hay textos sobre la violencia política y social, como Pendejos, de Reynaldo Sietecase; Muertos de amor, de Jorge Lanata; López Rega, el periodismo y la Triple A, de Marcelo Larraquy; El camarada Carlos. Itinerario de un enviado secreto, de Alicia Dujovne Ortiz, y Noticias del poder, de Jorge Halperín.
Breves Distinción de la UBA Doctorado Honoris Causa para Roger Chartier
Presentación de libro Sociedades invisibles, de Francisco Delich
Seminario Vinculación de las empresas y las escuelas
El profesor Roger Chartier, de la École de Hautes Études en Sciences Sociales de París, será distinguido con el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires. Será mañana, a las 18, en la Sala del Consejo Superior de la universidad (Viamonte 430).
El sociólogo y diputado Francisco Delich presentará mañana su libro Sociedades invisibles. La cultura de la ingobernabilidad en América Latina, en el marco de la 1° Feria del Libro Social y Político. La cita será a las 17.30 en el Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543).
El próximo viernes se realizará el seminario “Empresas y escuelas: hacia una mayor vinculación”, organizado por la Asociación Empresaria Argentina, en el Círculo Italiano (Libertad 1264), que contará con la presencia de especialistas internacionales (www. empresaescuela.org).