La nueva forma de leer casos policiales

9 ago. 2007 - en los que las mujeres son las victi- marias, pero también las víctimas. Esos casos, que en la TV ganaron mi- llones de espectadores, llegaron ...
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Cultura

Página 18/LA NACION

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Vida cultural

El éxito televisivo y editorial de Mujeres asesinas

La nueva forma de leer casos policiales Marisa Grinstein, creadora de la serie, intenta develar el trasfondo que esconde cada historia criminal Por Daniel Amiano De la Redacción de LA NACION El café está en Santa Fe y Esmeralda, y la hora es la misma en la cual los oficinistas abandonan sus tareas cotidianas. Marisa Grinstein llega a la hora señalada con aplomo y sencillez, mientras Mujeres asesinas, la exitosa serie de unitarios que ya cerró su tercer ciclo y tiene listo el cuarto para 2008, se distribuye entre todos los países conocidos de cualquier continente, pero además entre otros que están muy lejos de ser un lugar cotidiano a nuestros oídos. Su creadora, Grinstein (que por diez años fue periodista política en Noticias), hurgó en los archivos policiales en busca de esos casos que, muchas veces, pasan inadvertidos en pequeños titulares de los diarios, y en los que las mujeres son las victimarias, pero también las víctimas. Esos casos, que en la TV ganaron millones de espectadores, llegaron a su fin. Tres libros y tres temporadas en el aire generaron una nueva forma de leer (y escribir) casos policiales y una nueva medida de calidad para las producciones televisivas. El éxito editorial no es menor que el televisivo. El primer tomo de Mujeres asesinas ya cuenta diez ediciones; el segundo, cuatro, y el tercero acaba de aparecer con una tirada inicial de 10.000 ejemplares.

Historias que asombran Las mujeres no asesinan sólo en nuestro país; sin embargo, esos casos que primero pasaron por las crónicas de Grinstein y luego fueron adaptadas para la TV resultan tan originales y tan bien interpretados que el mundo entero se asombra como el público argentino ante el horror y la desesperante ternura que provocan esos personajes. Los unitarios producidos por Polka ganaron el Martín Fierro de Oro 2006, pero también se llevaron otras distinciones, como mejor unitario, mejores actrices (primero Inés Estévez; luego, Cristina Banegas), mejor libro y dirección. Más allá del éxito del nuevo formato creado a partir de su pluma, Marisa Grinstein parece aún sorprendida por el alcance de sus casos policiales, y confirma que ya no habrá más Mujeres asesinas: “Lo veo como el final de una etapa: la de ponerme a estu-

diar e investigar a mujeres asesinas. Es el fin de un ciclo”. Con la aparición de Mujeres asesinas 3 (Sudamericana) se cierra una saga que nació de la curiosidad de la autora: “Surgió de tanto ir al archivo. Tenía curiosidad por el tema de crímenes cometidos por mujeres y me puse a investigar. Fue a partir de un caso que me había atraído mucho, el de Emilia Basil [que hizo empanadas con la carne de su marido] y en determinado momento me encontré con varios más... Había hablado con varios forenses, y ahí nació la idea del libro.” –¿La televisión todavía no había aparecido como posibilidad? –Nunca lo había imaginado para la televisión o para el cine. –Los relatos tienen una estructura de crónica periodística. ¿Fue para que no se entendieran como ficciones? –Quería elegir la manera más sencilla, contarlo de una forma que se entendiera. Quería comprender el camino que habían recorrido esas mujeres para llegar adonde llegaron, qué las llevó a matar, qué tenían en la cabeza, y me puse a contarlo y la narrativa salió naturalmente. Deliberadamente traté de que fuera crudo, porque la realidad era cruda. –¿El asesino hombre es más previsible? –Ese es el viejo paradigma de que la mujer es débil, y de alguna manera esto es un quiebre; tal vez por eso llame la atención. –También la manera como se desencadenan esas situaciones. –Si se contara a través del género estrictamente policial, haría más hincapié en los hechos, pero a mí me interesa más descubrir qué las lleva a matar, incluso entender la situación más opresiva de los que la rodean y la importancia del discurso. El discurso de la madre, del marido, machaconamente, y cómo eso va modificando el escenario. El discurso, las situaciones, el ámbito. De esos climas salen las mujeres que matan. No salen de un lugar maravilloso y una familia donde se conversa todo. –¿Hubo un caso que te costó mucho más escribir? –El de una mujer que mató a los dos hijos. Era un tema que no podía evitar, porque en casi el 80 % de los crímenes cometidos por mujeres las víctimas son los hijos. Fue un caso circular. Una mujer que cuando era chica la madre había intentado estran-

Jueves 9 de agosto de 2007

Con sus creaciones literarias, Marisa Grinstein aportó un sello de calidad en la televisión

gularla; finalmente no lo hace, pero tiempo después la madre se ahorca en el ropero. Se cría con la abuela, se casa, el marido la deja, se siente abandonada y estrangula a los hijos. Me costó mucho hacerlo. Si cuento que una madre mató a los hijos y punto, es una cosa, pero si cuento qué le pasó a la mujer en la vida, se empieza a entender el final trágico. –¿Qué casos fueron los más sorprendentes? –Hay algunos ante los que me digo: “No se me hubiese ocurrido nunca inventar una cosa semejante”. Una mujer, por ejemplo, que puso una víbora en una canasta para que la nuera pusiera la mano y fuera mordida por la serpiente. Otra que mata al marido clavándole un paraguas. Después te das cuenta de que ésa es una anécdota, porque cuando empezás a ver qué las llevó a eso... –Y eso es en realidad lo más atractivo de las historias. –Sí, es esa cosa curiosa que una tiene y se pregunta cómo llegó esta mujer a hacer un puchero con el marido, quiénes estaban y cómo era su familia.

“Ya tiene que terminar” Marisa Grinstein no busca justificar a sus asesinas. Tampoco se desnudan en los relatos discursos moralistas: “Se trata de entender qué las llevó a eso. Es tremendo matar y es imposible decir que hay que matar al marido porque te molesta. Cuando pasás ese límite, es decisivo. Ya está. No hay retorno”, explica la autora a LA NACION. Para formar parte de Mujeres asesinas los casos debieron cumplir ciertas reglas que se impuso la escritora: “Algunos quedaron afuera porque no encuadraban en ese esquema, que es el de mujeres muy oprimidas que terminan tomando la decisión de matar, con unas vidas absolutamente trágicas y desdichadas. Eso es la mayoría, según lo que vi yo y cuentan los forenses”, dijo Grinstein. “También hay casos en los que una mujer entra en un bar, saca un revólver y mata a cualquiera. Esos no los tomo, como tampoco los de mujeres que viven en situación de

extrema marginalidad, donde todo es precario”, advirtió. La serie televisiva de Mujeres asesinas continuará en 2008, pero Marisa ya le puso punto final a esta creación literaria: “Ya terminó. Tiene que terminar”. “Con la TV tenía mis dudas. Yo siempre me identifiqué con la gráfica, y siempre hay algún prejuicio ante la tele. Pero en Pol-ka me transmitieron mucha confianza y me dijeron que querían preservar a la mujer y no presentarla como una loca histérica que tuvo un mal día. El trabajo de toda la gente fue bárbaro”, confió la autora. Ahora quiere descansar, aunque deja entrever que ya trabaja en otra cosa: relatos y, sí, guiones, aunque no quiere adelantar nada, pero se siente bien con la televisión. “Es un lenguaje muy lindo. Y se trabaja realmente en equipo; todos aportan su mirada y eso siempre es enriquecedor.”

Breves FORO ECUMENICO SOCIAL

Calvez en la Cancillería ■ El padre Jean-Ives Calvez hablará sobre “Diálogo intercultural” hoy, a las 9, en el Palacio San Martín, Arenales 761, dentro de la Cátedra Abierta del Foro Ecuménico Social. Por la tarde, a las 18, disertará en el mismo lugar el padre Matteo Zuppi, italiano, de la Comunidad San Egidio. Asistirá el secretario de Culto, Guillermo Oliveri. INVASIONES BRITANICAS

Muestra de historietas ■ El Museo del Cabildo abrió una muestra de historietas sobre el tema “A 200 años de las invasiones británicas”. Estará abierta de martes a viernes, de 10.30 a 17, y los domingos , de 11.30 a 18.

Culto católico Santoral. Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith) Stein, virgen y mártir. Nació en 1891 en Wroclaw, Polonia. Muere en la cámara de gas del campo de concentración de Auschwitz el 9 de agosto de 1942. El papa Juan Pablo II en 1998 la proclamó santa. Liturgia. Hoy se lee el libro de los Números (20,1-13) y el Evangelio de San Mateo (16,13-23).

Fe de erratas El martes, en la columna “Mil palabras” (sección 4, página 8), se escribió mal la palabra bonobo, nombre del chimpancé pigmeo. Ayer, en la apostilla “Sin usar” (página 6), debió haberse escrito: “Las grandes figuras del establishment argentino se apiñaban en busca de su tarjeta…”

El arte que ayuda a soñar Dice la artista plástica Carolina Antoniadis que el primer sueño del hombre es el de la eternidad. Y que con el paso del tiempo, ese sueño se escapa del deseo. Entonces, el ser humano se conforma con sueños más pequeños, como el de que Por Susana sea posible Reinoso hacer algo por alguien. La reflexión de Antoniadis abre un catálogo pletórico de sueños. Son los de 42 artistas que donaron sus obras a la ONG Make A Wish (Concreta un sueño), una entidad que en 1980 nació en Arizona y tiene ya más de 30 filiales en todo el mundo; la local es presidida por Mónica Parisier. Make A Wish se ocupa de concretar los sueños de miles de niños y jóvenes en peligro, ya sea por enfermedades terminales o por situaciones extremas. Si de cumplir sueños se trata, vale la pena conocer el desafío al que se atrevió la fotógrafa Irina Werning con los chicos de Iruya, Salta. Iruya es una aldea colgada de un cerro hasta donde llegó la reportera con varias cámaras digitales, una impresora fotográfica, un proyector digital y el patrocinio de Hewlett Packard. Y armó un taller para los alumnos de 7° grado de la Escuela N° 4379, que como regalo impensado se quedaron con las camaritas digitales. Con las fotos, los chicos escribieron historias que expresan, con ternura e inocencia, la vida y la cultura de su pequeño pueblo. Las imágenes de los chicos salteños integraron una muestra en el Centro Cultural Borges. Con un pie en cada lado del Atlántico, entre Londres y Buenos Aires, Werning ganó el año último la beca Ian Parry Scholarship por su muestra “The Damned and the Beautiful”, que documenta la decadencia de las fiestas de los chicos de clase alta de Londres. Para la fotógrafa fue sorprendente la generosidad y el deseo de los chicos por aprender los secretos de la fotografía y su velocidad para absorber las nuevas tecnologías de la imagen. * * * Esta semana, Make A Wish presentó en la Casa de la Cultura, del Fondo Nacional de las Artes, las 42 obras soñadas por sus hacedores, con deseos o recuerdos de su infancia. Las obras permanecerán expuestas hasta mañana en la bella casona que perteneció a Victoria Ocampo, en la calle Rufino de Elizalde 2831. El martes próximo se rematarán con base en el Malba. Los fondos serán destinados a concretar esos sueños infantiles y juveniles, que van desde conocer a un personaje de ficción o a un deportista famoso, hasta tener una bicicleta, un juguete o una computadora. Los voluntarios reciben un promedio de 20 llamados diarios de familiares de chicos internados en todo el país. Dicen en la ONG que el único límite para el sueño de un chico es el de su imaginación y que su concreción puede ser sanadora. Clorindo Testa, Carolina Antoniadis, Rodrigo Suárez, Adriana Fierman, Enio Iommi, Nora Iniesta, María Silvia Corcuera, Diana Chorne, Jorge Diciervo, Víctor Chab, Sergio Bazán, Eduardo Stupía, Eduardo Pla, Anna Lisa Marjak y Josefina Robirosa, entre otros, cedieron obras figurativas y conceptuales; deseos que estallan en colores e imágenes que reconstruyen la memoria real o la onírica. Como la expresiva obra de Pancu Ledesma, El costado del camino, cuyo texto expresa: “Alguien dijo que la madurez es realizar los sueños infantiles. Cuando los sueños infantiles no existen, no suceden, la madurez es imposible”.

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