La movida del bicing cruzó a la otra orilla y este verano

12 ene. 2013 - Quien se acomode en un banco de la rambla en la Punta o se pare en cualquier tramo de la bicisenda que recorre la costa de la Brava hasta.
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SÁBADO | 3

| Sábado 12 de enero de 2013

Calidad de vida

La movida del bicing cruzó a la otra orilla y este verano es furor en Punta del Este Gracias a un sistema de préstamo gratuito, las bicicletas invaden el paisaje desde la península hasta José Ignacio Un sistema saludable

Fernando Massa ENVIADo ESPEcIAL

PUNTA DEL ESTE.– Estuvieron a punto de traer sus bicicletas desde Buenos Aires, pero no resultaba una movida tan sencilla: otros años trajeron raquetas de tenis, equipo de pesca y otras cosas, y después nunca había tiempo para usar todo. Pero una vez que llegaron aquí, Ignacio Viboud y su esposa, Valentina, se decidieron por tomar prestadas un par de bicis del sistema de bicing local y todas las mañanas, a eso de las 9 o 10, cuando sus tres chicos aún duermen, salen a pedalear y a disfrutar de una actividad para que la que este verano sí se harán tiempo durante lo que duren sus vacaciones. “Es un transporte ecológico, simple y rápido –dice Ignacio, arriba de la bici, casco puesto y a punto de salir con su esposa desde la Punta hacia La Barra–. Y valoramos mucho las bicisendas que hay acá en Punta del Este: es una ciudad muy atenta al fenómeno de las bicicletas.” Quien se acomode en un banco de la rambla en la Punta o se pare en cualquier tramo de la bicisenda que recorre la costa de la Brava hasta La Barra las verá pasar. Durante la mañana, antes de que el sol se torne insoportable, o cuando baja, a eso de las ocho o nueve de la noche. Una tras otra, en ambas direcciones. Familias enteras con sus propias bicis traídas desde Buenos Aires, parejas que aprovechan para pasear con las del servicio de préstamo gratuito que montó este verano el Banco Itaú, personas que con la bici cumplen su rutina de ejercicio, y los más profesionales –remera ajustada, calza y casco aerodinámico– que arriba de modelos de competición pasan a toda velocidad para mejorar sus tiempos. Incluso muchos restaurantes han tomado nota del fenómeno y en la puerta han reservado un espacio exclusivo para estacionarlas. En consonancia con lo que suce-

en dos ruedas Estaciones Las bicicletas naranjas se pueden retirar en la Punta, en la parada 19 de la Brava y frente a la plaza en José Ignacio. Gratuitas Los clientes del banco Itaú pueden tomarlas prestadas por tres horas y los no clientes, por una. Sólo hay que dejar una tarjeta de crédito como garantía.

Como en Buenos Aires. Sofía Lalanne, su hijo Iván, y su hermana, Laura, pasean en las bicis públicas por fotos: santiago hafford/enviado especial José Ignacio (arriba); las dos ruedas se ven por toda la ciudad

de en Buenos Aires y otras ciudades del mundo, este verano en Punta del Este es, sin dudas, el de las bicicletas. Sofía Lalanne lo sabe: por eso apenas asomó nublado el día en José Ignacio se fue con su hijo Iván, de 12 años, y Laura, su hermana, hasta el restaurante Tutta en busca de unas bicis. Un hábito que traen desde Buenos Aires, cuando los fines de semana salen a pasear en familia desde la zona de la plaza San Martín, donde viven, rumbo a los bosques de Palermo con las dos bicis que ya tienen y a las que les suman dos más del sistema público porteño. “Un día nublado, sin playa como éste, es ideal para salir a andar una hora en bicicleta”, dice Sofía mientras elige una de las naranjas de paseo en uno de los cuatro puestos donde se prestan bicicletas. Este sistema de bicing privado ha contribuido a sumar bicis en la calle. Son 180 las que Itaú pone a disposición de clientes del banco y no clientes, aunque los primeros tienen privilegio: para ellos el tiempo de uso es de tres horas, mientras que para los no clientes es de una hora, siempre dejando una tarjeta de crédito como garantía

y con la cual se pueden retirar hasta cinco bicis al mismo tiempo. ¿Si se entrega tarde? Una multa de 250 pesos uruguayos (unos 90 argentinos) por cada hora que se pasen. Los puntos para retirar una de estas bicis cualquier día, de lunes a domingo, de 8 a 20, son cuatro: dos en la Punta, frente a los restaurantes Virazón y Miró; en la parada 19 de la Brava frente a Mía Bistró, y en el centro de José Ignacio, frente a la plaza. Y tal como sucede en Buenos Aires, pueden retirarse en cualquiera de los puntos y devolverlas en cualquier otro, candado y casco incluidos. “No alcanzan las bicis –dice una de las chicas que trabaja en el puesto de José Ignacio–. Acá estamos prestando unas cien por día, pero si hubiera más, saldrían más. Es que todos llegan con la idea de alquilarlas y cuando se enteran de que son gratis, se copan y te piden muchas.” Justamente esa gratuidad del servicio es la ya ha generado polémica acá: una empresa local que alquila bicicletas ha presentado una denuncia contra este sistema de préstamos gratuitos por presunta violación de la ley de promoción y defensa de la competencia. otra posibilidad que ofrece el servicio gratuito son las salidas grupales guiadas: el recorrido urbano, que sale los martes a las 8.15 desde Virazón, y que dura unos 90 minutos, y el de mountain bikes, los jueves, mismo horario, desde la 19, de la Brava hasta el club de Golf de La Barra, que requiere más esfuerzo. otro que se sumó a la movida gratuita, aunque con menos bicis, es Levi’s: de 14 a 20.30 las presta en el parador Pez Negro, en la playa Mantra de Manantiales, y en la puerta de su local de La Barra. comparado con el tramo La Punta-La Barra, que cuenta con bicisendas, el de La Barra hasta Manantiales se torna más complicado para los ciclistas: muchos autos, ningún semáforo ni sendas peatonales. ¿Los atajos? Ideales durante el día, pero no tanto por la noche cuando tanta oscuridad juega en contra de los ciclistas. “Si no fuera por la bici, no saldría a ningún lado”, dice Juan, que con el ritmo que agarró haciendo más de 10 kilómetros por día ya planea comprarse una a la vuelta y meter bici también en Buenos Aires.ß