POLITICA
Domingo 7 de marzo de 2010
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EL JUEZ MAS POLEMICO s INVESTIGACION POR ENRIQUECIMIENTO ILICITO
La llamativa fortuna de Faggionatto Continuación de la Pág. 1, Col. 1 patente BKI-713, de color verde. Ese vehículo fue adquirido por el importador J. R. para una empresa petrolera, que era investigada en el juzgado de Faggionatto Márquez, por contrabando de combustibles e infracción a la ley penal tributaria. Ese expediente se tramitó bastante tiempo en el juzgado hasta que llegó a la Cámara Nacional de Casación Penal, que entendió que el asunto había quedado prescripto por el paso del tiempo y archivó la causa. Una de las hipótesis de investigación es que esa camioneta pudo haber sido entregada al juez como parte de un presunto cohecho a cambio de favorecer a la empresa en el caso, según dijeron a LA NACION fuentes judiciales. De hecho, en otra causa judicial contra el magistrado, una empleada suya declaró que tanto el juez como su prosecretario Juan Manuel Arroquigaray –testigo propuesto por Faggionatto Márquez en el jury de enjuiciamiento que se le sigue en el Consejo de la Magistratura– recibían al abogado de la petrolera investigada y supuestamente percibían dinero para dictar resoluciones favorables a la compañía. Dijo, incluso, que la causa en que se investigaba una infracción a la ley penal tributaria se tramitaba separada del expediente que había sido declarado prescripto, sin avisar al fiscal para que no continuara la investigación penal por ese delito que sí se encontraba vigente. En la causa que le sigue el juez Bergesio –que fue testigo en el jury contra Faggionatto– también fue denunciado que el magistrado era dueño de una avioneta. Luego de las investigaciones realizadas, se estableció que una hermana del magistrado, Fernanda Faggionato Márquez, que vive en Palermo, tiene registrado un avión a su nombre. Se trata de un Aerostar 601-B, número de serie 61-0463-124, matrícula LV-MEJ. Ese avión, valuado en unos 150.000 dólares, participó en la guerra de Malvinas, integrando el escuadrón Fénix, una agrupación de aeronaves civiles que prestaban servicios de apoyo logístico. Faggionatto Márquez, que suele pilotar aviones, negó que el aparato fuera suyo. También se denunció que suele manejar otro avión, un Beechcraft 65-B80. Pero esa aeronave aparece registrada a nombre de quien sería un importante empresario textil. La otra denuncia por enriquecimiento ilícito contra el juez se
FAGGIONATTO MARQUEZ JUEZ FEDERAL
Profesión: abogado Edad: 44 años Jurisdicción: Zárate-Campana Tuvo a su cargo la resonante causa del tráfico de efedrina. El Consejo de la Magistratura lo suspendió mientras lo investigaba por 25 denuncias de mal desempeño. La sentencia se conocerá este mes. tramita en el juzgado federal de Campana, actualmente a cargo de Adrián González Charvay, y está delegada en el fiscal Pablo Bosca, también testigo contra Faggionato en su juicio político. La denunciante aquí es la prosecretaria Mariana Pose, que, apenas el juez fue suspendido, reveló irregularidades en las que involucró a funcionarios y empleados del tribunal. Además del asunto de la petrolera, explicó que dos de los funcionarios cercanos al juez habían ampliado su patrimonio, hasta tal punto que uno de ellos se compró un Volkswagen Bora TDI 2008 y otro una Suzuki Grand Vitara del mismo año, mientras que su esposa manejaba un Honda Fit 2009, con caja automática. Además, denunció que uno de los prosecretarios había comprado un lote en el barrio San Jorge, de Los Cardales, donde construyó una casa de grandes dimensiones y hacía frecuentes viajes al exterior. Faggionatto Márquez también vive en Los Cardales, en una zona no muy favorecida, pero su casa se destaca en el barrio, hasta tal punto que cuando un funcionario judicial fue a notificarlo de una medida judicial se sorprendió de la importancia de la vivienda, según dijeron fuentes judiciales. Faggionatto está a la espera de la decisión del Consejo de la Magistratura, que el 25 de este mes determinará si lo remueve del cargo, como pidieron el viernes los integrantes del cuerpo que actúan como fiscales, o si lo reponen, como quiere el kirchnerismo.
El Aerostar 601-B que está a nombre de la hermana de Faggionatto Márquez, fanático de los aviones
Un caso testigo para el poder En los tribunales se sigue con inusual expectativa el juicio político contra Federico Faggionatto Márquez. El resultado de ese proceso, que se conocerá el 25 de este mes, definirá no sólo si el polémico juez de Zárate-Campana vuelve a ejercer sus funciones, sino que podría influir de modo decisivo en la relación entre el gobierno de los Kirchner y la Justicia. El kirchnerismo busca salvar al juez. La oposición pide destituirlo. Evitar la caída de Faggionatto Már-
quez, según legisladores oficialistas, podría ser leído como una señal para otros jueces de que el Gobierno va a protegerlos en caso de que fallen a su favor en causas por corrupción. Faggionatto Márquez quedó relacionado con el Gobierno sobre todo a partir de su decisión de involucrar a Francisco de Narváez en una resonante causa por tráfico de efedrina, justo en medio de la campaña electoral del año pasado, en la que el diputado opositor competía contra Néstor Kirchner.
El jury está integrado por el juez de tribunal oral Facundo Giúdice Bravo, el diputado Rubén Lanceta, el senador Juan Marino (ambos de la UCR), la senadora María Riofrío, el diputado Juan Irrazábal (los dos kirchneristas), el abogado Daniel Medah y el juez de Cámara Jorge Villada. Sólo bastan tres votos en contra de la acusación para que Faggionatto Márquez conserve su cargo. Si los dos legisladores del kirchnerismo votan a favor del juez sólo deberían convencer a uno más.
Expedientes vencidos y una carga de explosivos A Federico Faggionatto Márquez se lo juzga por irregularidades administrativas en el manejo de las causas de su juzgado; se lo acusa de investigarse a sí mismo y de proteger a policías exonerados por la desaparición de parte de una cosecha de soja. El resultado de una auditoría interna en el juzgado reveló nuevas irregularidades, que no están incluidas en la acusación contra Faggionatto Márquez. Se descubrió, por ejemplo, que en el juzgado había 17 tarros de pólvora, 1500 fulminantes, 42 cartuchos de escopeta y 164 municiones. Un perito dijo que parte del material explosivo estaba húmedo, y otra parte estaba vencido y era inestable, con lo que podría haber hecho volar a todo el juzgado. Además, se descubrieron cerca de 200 causas que se extinguieron porque prescribieron por el paso del tiempo. Otros 17 expedientes en los que el Estado reclamaba 4 millones de pesos de impuestos quedaron sin impulso. Unos 70 expedientes por venta de drogas al menudeo quedaron paralizados sin hacer los allanamientos, desde hace 4 años, y en otros 21 expedientes por contaminación ambiental no se siguieron las investigaciones. Por estos hechos, el juez no está siendo juzgado. Los delitos penales por los que lo investiga la justicia federal tampoco forman parte del proceso en el Consejo de la Magistratura, por el que, a lo sumo, podrían destituirlo. Si ocurriera, perdería los fueros que lo protegen de un eventual arresto por las causas sobre presunto enriquecimiento ilícito y otros delitos penales.