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la b nacional
| Domingo 9 De marzo De 2014
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| Domingo 9 De marzo De 2014
La imagen del declive y de una gran desolación
Atlético igualó y quedó a uno de los Rojos empate. Fue 2-2 con Instituto, en Córdoba; Banfield, 1-1 ante Ferro
C Montenegro insulta tras errar el penal; la gente lo silbó
La derrota con Huracán por 1 a 0 es la tercera caída seguida de Independiente, que en 2014 logró cinco puntos de 18 Damián Cáceres PARA LA NAcIoN
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s un derrumbe que no estaba anunciado. No lo anticipó nadie. Si un intrépido advertía, a fines de 2013, cuando logró en un final de temporada bárbaro cuatro victorias y un empate que lo llevaron al último escalafón a tiro de ascenso, que hoy estaría en bancarrota futbolera, lo habrían señalado como un desquiciado. Independiente transformó la esperanza en desolación. La ilusión la convirtió en un bolsillo roto. Monedas de oro arrojadas en el césped. Independiente es la imagen de la desesperanza, de la desolación. Una clara muestra que el declive institucional, que lanzó al espacio del mundo del ascenso al equipo, hoy lo tiene atrapado en un calabozo existencial. Encerrado, descalzo. Ni pensar puede. Ni recordar aquellos buenos tiempos. La derrota de anoche, en su casa, frente a Huracán (otro grande caído en desgracia hace años ya) por la mínima diferencia genera gritos, insultos, reproches, de todos. De los hinchas al plantel. De los jugadores entre colegas. De De Felippe, que pasó de crear un equipo competitivo a ser el capitán de una embarcación sin horizonte. Independiente suma tres derrotas seguidas. Independiente alcanzó cinco partidos sin ganar. Independiente sacó cinco puntos de 18 posibles en un pobre comienzo de 2014. Del final entusiasta del año que pasó al verano fatídico, que incluye un 0-3 con Racing. Empezó la parte final de la compleja B Nacional con un triunfo esforzado, un 2-1 contra Brown, de Adrogué. Después, la nada misma. Ni con Insúa, ni sin Pocho. Hasta el Rolfi es señalado con el dedo acusador por el penal que anoche le contuvo Marcos Díaz en el comienzo mismo del partido. Independiente corre hacia adelante con los ojos vendados y con los botines desatados. Juega mareado, sobre todo, con la presión del público
y con los resultados cuesta arriba. El club es un caos institucional organizado. La barra brava quema un quincho; surgen, desde las sombras, mensajes mafiosos en Villa Dominico. El mundo Independiente atenta contra sí mismo. Las banderas puestas del revés, antes del espectáculo, resultaron otra señal. Independiente se vuelve loco solo. Pero Huracán, con poco y nada, lo lleva al precipicio. con Defederico, un ex rojo, que juega como si se tratara de la final del mundo. con Toranzo, un ex Racing, que se siente cómodo entre los insultos multitudinarios. Tanto, que aprovecha una jugada fantástica de caruso para definir con serenidad. Pasó sin pena ni gloria por la Academia, pero en el cuerpo de Independiente la vida es un gran puñal. Le ganó un ex Racing, así lo siente hoy. El Rolfi no puede con su alma. capitán, símbolo y referente, se convierte en la sombra de lo que alguna vez supo ser. El Ruso Rodríguez evita una derrota más dolorosa. No funcionan los grandes, como Tula, como Insúa, como Mancuello. No se foguean los chicos, como Pisano, como Vidal, como Villalba. No le sale una a Independiente: hasta se lesiona el chico Alexis Zárate, el lateral derecho, a pocos minutos del final, cuando ya se habían realizado los tres cambios... Parra se recupera de un desgarro, pero los goles no los tiene guardados en el cajón de su escritorio. Este asunto, así como está hoy, no lo arregla ni Bertoni, ni Bochini. Hay algo bueno, entre tanto nubarrón: Independiente sigue tercero, permanece en zona de ascenso. Pero el declive es tan pronunciado que el vaso medio lleno parece una utopía. Se viene Banfield, el líder, que al menos no ganó. Defensa y Justicia jugará hoy y le puede sacar mayor distancia. Atlético Tucumán empató en el final y quedó a un punto. Y se pueden acercar otros más. Porque Independiente se aleja de sí mismo. Su vieja estirpe, por el suelo.ß
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Insultos y forcejeos con Assmann y Parra En medio de la reprobación general, los dos futbolistas se llevaron la peor parte
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Incredulidad, desasosiego, abatimiento... los jugadores de Independiente no le encuentran explicación a otra derrota, la tercera consecutiva en la segunda rueda del torneo
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independiente huracán Diego Rodríguez 5 Alexis Zárate 5 Cristian Tula 4 Samuel Cáceres A 5 Lucas Villalba A 3 Hernán Fredes 5 Marcelo Vidal A 6 Federico Mancuello 4 Daniel Montenegro C A 4 Matías Pisano 4 Sebastián Penco 4 DT: Omar De Felippe Cambios: ST: 16m, Martín Benítez por Fredes; 24m, Federico Insúa por Pisano, y 28m, Cristian Menéndez por Montenegro. Suplentes: Fabián Assmann, Sergio Ojeda, Franco Bellocq, Martín Zapata.
Marcos Díaz 6 Germán Mandarino 6 Eduardo Domínguez C 6 Víctor Cuesta A 6 Carlos Arano 4 Lucas Villarruel A 6 Alejandro Capurro 8 Patricio Toranzo 8 Matías Defederico 7 Leandro Caruso 6 Cristian Espinoza 7 DT: Frank Kudelka Cambios: ST: 32m, Ezequiel Gallegos por Espinoza; 38m, Ramón Abila por Caruso, y 44m, Guillermo Sotelo por Defederico. Suplentes: Gastón Monzón, Leonardo Correale, Leandro Kuszko, Alejandro Romero Gamarra.
GOLES: ST: 12m, Toranzo (H). Incidencias, PT: a los 25m, Díaz (H), le atajó un penal a Montenegro (I). CANCHA: Independiente ÁRBITRO: Sergio Pezzotta (bien)
Huracán se aprovechó de los fantasmas de su adversario b^b^b Huracán es un equipo discreto. Lo expresa su juego colectivo y lo reflejan, sobre todo, las posiciones: se encuentra a 19 puntos de Banfield, el líder, mezclado en la intrascendencia de la mitad de tabla. Sin embargo, hay noches en las que todo puede suceder. como el caso de una de verano por Avellaneda: Huracán aprovechó los fantasmas ajenos y ganó con claridad, a pesar del exiguo 1 a 0. Un zurdazo de Toranzo fue suficiente. Sin refugiarse y con la convicción de administrar el balón como recurso primario de su idea. Así edificó un triunfo que comenzó a gestarse luego del penal que Díaz le detuvo a
Montenegro, apenas empezado el espectáculo. Fue, claro, un momento bisagra, porque el Rojo quedó devastado anímicamente. Luego, con el gol de Toranzo, el mejor, el Globo siguió buscando y pudo irse con un triunfo aún más abultado. Los cambios en el Rojo mostraron a un equipo más compacto, con volantes como Fredes, Vidal y Mancuello, pero no tuvo creatividad en los metros finales. Pato expresó su felicidad: “Ganamos una final. No nos desesperamos, siempre intentamos jugar. Nunca bajamos los brazos, esto nos da fuerzas para el futuro”. Fue, también, un respaldo para Frank Kudelka, el entrenador.
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goles anotó en los primeros 6 partidos de 2014, en los que ganó uno, empató dos y perdió tres (1-3 con A. Tucumán, 1-2 con I. Rivadavia y 0-1 con Huracán).
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l partido había terminado hacía media hora. La antesala al vestuario local era un hervidero. Facundo Parra y Fabián Assmann, que no habían jugado, salieron de los camarines a buscar a un hincha que los insultaba. Hubo gritos, forcejeos y amenazas, hasta que los referentes del plantel, encabezados por el Rolfi Montenegro y Cristian Tula, salieron a defender a los agredidos. El clima continuó tenso hasta la desconcentración. Todo había empezado con un “¡Que se vayan todos... que no quede...ni uno solo!” Apenas habían pasado segundos desde que Sergio Pezzotta señalara el final del partido con Huracán. El Libertadores de América no aguantó más y explotó contra el equipo. Antes, durante el encuentro, habían señalado a algunos jugadores con nombre propio: ni el capitán Daniel Montenegro se salvó de la rechifla. Los silbidos fueron el saludo para el hombre que falló el penal cuando Omar De Felippe decidió reemplazarlo por Cristian
Menéndez al promediar el segundo tiempo. Matías Pisano, que antes era un joven maravilla, también fue despedido con desaprobación por el público de Independiente, que ya no aguanta más frustraciones. “Jugadores... la c... de su madre...”, emprendieron los hinchas con los futbolistas tras el gol convertido por Patricio Toranzo. Era la primera muestra explícita de descontento. El malestar se transformaría en un concierto de críticas con el correr del partido: “¡La camiseta del Rojo se tiene que transpirar!”, fue el hit que dominó la tribuna en el segundo tiempo. La tarde-noche no había empezado nada bien en Avellaneda: las banderas en las tribunas populares y en algunas de las plateas estuvieron dadas vueltas, en clara señal de descontento por el nivel del equipo. Ya en plena noche un grupo de plateístas –no había barras– se la agarró con el presidente del club, Javier Cantero. “¡Váyanse, no roben más!”, cantaron, dirigiéndose a la máxima autoridad del club.ß
omo si su presente no fuera errático, Independiente ahora tiene que preocuparse por los demás equipos. Creía que estaba cómodo en la tercera posición, que le garantizaba un ascenso. Pero Atlético Tucumán hizo un milagro en Córdoba y los Rojos ahora sienten a los norteños soplándoles en la nuca. Atlético caía 0-2 frente a Instituto, en Córdoba (goles de Juan Martín y Pablo Burzio). Luis Rodríguez, el goleador del equipo, anotó el descuento. A diez minutos del final, fue expulsado el uruguayo Víctor Píriz Alves y parecía que el partido se encaminaba hacia una victoria de la Gloria. Pero Diego Jara anotó a dos minutos del final y los tucumanos celebraron el punto como si fuera una victoria; el punto que le permite quedar a una unidad de Independiente. El líder del torneo, Banfield, también igualó. Fue 1-1 con Ferro en la cancha de Atlanta (el viernes, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires había clausurado el estadio del equipo de Caballito). El paraguayo Santiago Salcedo anotó el gol del Taladro, pero Pablo Vegetti empató para los dirigidos por la sociedad Medero-Marini. San Martín (San Juan) no pudo vencer en su estadio a Villa San Carlos. Leandro González convirtió para los sanjuaninos, mientras que para los de Berisso igualó Jonathan Gayoso. El inicio del partido estuvo demorado porque cayó una bomba de estruendo cerca de Gastón Sessa, arquero visitante. Además, Brown (Adrogué) y Boca Unidos (Corrientes) igualaron 1 a 1: Gonzalo Ríos convirtió para los correntinos y empató Víctor Soto.ß