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Un informe de la OMT destaca el dinamismo de este segmento

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La gastronomía, una oportunidad para revitalizar y diversificar la oferta turística Desempeña un papel clave dentro del turismo de experiencias

Turistas y visitantes que planean sus viajes con el fin de probar la cocina del lugar o para realizar actividades relacionadas con la gastronomía. Así definen los expertos consultados por la Organización Mundial de Turismo (OMT) el turismo gastronómico, que se revela como uno de los segmentos más creativos y dinámicos.

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a gastronomía se consolida así como un elemento clave para diversificar la oferta turística y estimular el desarrollo económico local, regional y nacional con valores de sostenibilidad basados en el territorio, el paisaje, el mar, los productos locales y la autenticidad; todos ellos en consonancia con las actuales tendencias de consumo cultural. No en vano, como han destacado los autores del informe de la OMT sobre este segmento turístico, el territorio, y con él su historia y tradiciones, son la base de la oferta gastronómica de un lugar, un elemento fuente de la identidad local que le diferencia de otros. Por ello señalan que uno de los retos del turismo de destinos es precisamente “convertir el territorio en un paisaje culinario”. Este aspecto es especialmente importante para las comunidades rurales, según ha afirmado el secretario general de la Organización, Taleb Rifai, que presentan así una gran ventaja competitiva a la hora de servir platos tradicionales dada su proximidad a las tierras productoras de alimentos. De este modo tienen la oportunidad de generar ingresos y puestos de trabajo, además de contribuir al mantenimiento de otros sectores de la economía local como la agricultura.

Los turistas reconocen el valor de la gastronomía como un espacio para el intercambio de experiencias. En la foto, de pintxos en el bar Bergara de San Sebastián.

Mercado en crecimiento Y es que la gastronomía va ganando posiciones entre las motivaciones para elegir destino, lo que se ha traducido en un creciente desarrollo de la oferta basada en productos locales de calidad y la consolidación de un mercado en clara tendencia al alza que le ha convertido en uno de los más dinámicos del panorama internacional. Aún así sigue siendo un fenómeno emergente que se está desarrollando como un nuevo producto turístico debido, entre otras causas, al hecho de que, según los expertos, más de un tercio

del gasto en la oferta turística del destino se dedica a la alimentación, lo que revela la importancia de la gastronomía en la calidad de la experiencia vacacional. Es más, cada vez adquiere más importancia como motivación secundaria en el momento de elegir destino. Prueba de ello es que, de acuerdo con recientes investigaciones, comer en restaurantes es la segunda actividad favorita de los turistas internacionales que visitan Estados Unidos, y la número uno para los viajeros estadounidenses en sus desplazamientos por ocio a otros países.

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Experiencia turística El turista hoy en día, con más práctica, renta disponible y tiempo libre, viaja buscando experiencias, ámbito en el que la gastronomía está desempeñando un papel cada vez más importante como parte, además, de un estilo de vida sofisticado, asociado a la buena vida y al bienestar económico de un consumo exclusivo y de alta calidad de productos locales. El citado análisis de la OMT distingue entre motivaciones internas de la demanda para viajar a destinos gastronómicos, que incluyen deseos y necesidades psicológicas y sociales como evadirse de la rutina diaria, relajarse con la familia, descansar, explorar, la interacción social y la vinculación afectiva o emocional; y estímulos externos integrados por factores de atracción culturales y naturales como eventos especiales y festivales, experiencias con productos alimenticios y otras oportunidades para el ocio y el entretenimiento, la amabilidad de los residentes, la diversidad gastronómica y otros atributos del destino como la proximidad, por ejemplo. Varios estudios han coincidido en que los turistas viajan a los destinos que han establecido una reputación como un lugar para experimentar con productos locales de calidad. De hecho, en el mundo del turismo hay destinos influyentes cuya imagen de marca se conecta con valores gastronómicos en diferentes niveles de intensidad, España entre ellos, pero también Francia, Italia, Grecia, Bélgica, Portugal, Estados Unidos (especialmente regiones como la de los valles de Napa y Sonoma en California), Brasil, Perú, México, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Australia, Chile, Malasia, Japón, Indonesia, Bali, China o Singapur. Es significativo, por ejemplo, que la dieta mediterránea de España, Grecia, Italia y Marruecos fuera designada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en noviembre de 2010.

Las comunidades rurales presentan una gran ventaja competitiva en este nicho de mercado, dada su proximidad a las tierras productoras de alimentos La satisfacción del consumidor, en cumplimiento de sus expectativas, permitirá al destino fidelizarle incrementando su intención de repetir estancia. No en vano “la gastronomía de calidad es un factor decisivo en la satisfacción, ya que produce un recuerdo imborrable en la experiencia vivida por el turista”, como indica el informe de la OMT. Turismo cultural En los últimos años se ha convertido en un elemento indispensable para conocer la cultura y el estilo de vida de un territorio. De hecho encarna los valores tradicionales del respeto a la cultura asociados a la tradición, un estilo de vida saludable, la autenticidad y la sostenibilidad, entre otros. Los turistas gastronómicos forman parte así de las nuevas tendencias de consumo cultural: buscan la autenticidad de los lugares que visitan a través de los alimentos; están preocupados por el origen de los productos; y reconocen el valor de la gastronomía como un medio de socialización, como un espacio para el intercambio de experiencias. Con un elevado nivel de gasto, son exigentes, pero al mismo tiempo agradecidos, y evitan la uniformidad. Por tanto, la gastronomía no puede convertirse en un producto anónimo, sino que debe tener personalidad, porque de lo contrario será vulnerable. Y es que el producto es la base de este segmento turístico, por lo que es importante definir qué recursos

El producto es la base de este segmento turístico, por lo que es importante definir qué recursos serán los que permitan identificar el territorio. En la foto, cerezas en Navarra.

culturales y naturales van a convertirse en esos productos que permitan identificar el territorio. Los expertos van más allá asegurando que “el diseño de cualquier oferta dentro de este segmento no será viable si no tiene en cuenta las características culturales del territorio”. No en vano la gastronomía permite a los turistas acceder al patrimonio cultural e histórico de los destinos degustando, experimentando y adquiriendo, facilitando de este modo acercarse a la cultura de una manera más vivencial y participativa. Rutas gastronómicas En ese campo las rutas gastronómicas se están convirtiendo sin duda en uno de los productos de mayor proyección. Estos itinerarios también aúnan lugares de interés histórico y otras atracciones turísticas, debidamente empaquetados para alargar la estancia en el destino y promover así el desarrollo económico de su área de influencia. Asimismo deberán diferenciarse de la competencia, pues los visitantes buscan variedad, novedad y autenticidad en las experiencias. Sin embargo, cualquier propuesta de creación de valor para fortalecer la gastronomía como una de las motivaciones del viaje debe sustentarse en los principios de sostenibilidad y en un sistema eficaz de colaboración público-privada. Sólo así se crearán las condiciones para mejorar el empleo local y la promoción de nuevas actividades en las zonas de influencia. En suma, el turismo gastronómico es un fenómeno local de alcance universal que se encuentra en una clara fase de crecimiento, con un impacto positivo en la economía, el empleo y el patrimonio locales. Presenta asimismo un gran potencial de expansión como motivación principal para viajar y, aunque todavía es practicado por una minoría, lo cierto es que atrae a un tipo muy selecto de turista con un elevado volumen de gasto en productos de muy alta calidad. Su desarrollo además contribuye a mejorar la percepción general del destino. Vivi Hinojosa Diciembre 2012

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