VIERNES, 3 DE MARZO DE 2017 LA OPINIÓN - EL CORREO DE ZAMORA
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PARA EL FIN SE SEMANA
No necesito fama y que la gente me conzoca por mi nombre. Prefiero que se me asocie a mis papeles
«La fuerza del teatro, del espectáculo en directo y único, es insuperable» «Lorca es uno de los grandes autores a los que hay que ir a ver porque siempre resulta interesante»
EMILIO GAVIRA Intérprete. Actúa hoy en el Teatro Principal �Actor y cantante lírico.
Comenzó su vida profesional representando óperas y zarzuelas. Ha trabajado en cine y teatro dirigido por directores como Juan Carlos Pérez de la Fuente, Miguel Bardem, Gerardo Vera, Javier Fesser, José Luis García Sánchez, Francisco Nieva o Carlos Saura, entre otros. Algunas de sus obras estrenadas han sido «Las alegres comadres de Windsor», «La discreta enamorada», «La caída de los dioses» o «Divinas Palabras». En el cine ha protagonizado «El Milagro de P. Tinto», «La gran aventura de Mortadelo y Filemón» o Blancanieves».
Texto: Natalia Sánchez Foto: Cedida por Salbi Senante
El actor Emilio Gavira pisa esta noche la escena del Teatro Principal con una adaptación de piezas de Lorca. —Usted comenzó su trayectoria en el canto. —Me gusta mucho la música y comencé estudiando clavicémbalo, un instrumento maravilloso. Un día me oyó una profesora cantar un fragmento de Puccini y me llevó con la profesora de canto. Estudié en la Escuela Superior de Canto de Madrid donde los cantantes líricos se subían al escenario y tanto las clases como los exámenes eran abiertos al público. Empecé cantando en óperas y zarzuelas donde hacía pequeños papeles hasta que me llamaron para hacer teatro en el María Guerrero y luego para cine e incluso he tenido la suerte de conjugar interpretación y música en el musical infantil «La reina de las Nieves», en el Apolo, y en el musical de «El libro de la Selva» y en el de «Mortadelo y Filemón». —La pareja de detectives parece que le persigue en tanto que también ha participado en las tres adaptaciones al cine del tebeo de Ibáñez. —Sí he interpretado a Rompetechos en las tres películas que se han hecho y en el musical. No obstante yo era más de Astérix y Obélix, pues me atrae más la historia (risas). —Regresa a Zamora con una obra de Federico García Lorca, «Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín», uno de los títulos quizá más desconocido del granadino. —Sí parece que es una obra que no se ha representado mucho a
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pesar de que hay especialistas en esta obra de Lorca. La versión de Alberto Conejero que traemos es una mezcla de esta obra con «El Retablillo de don Cristóbal», donde todo encaja perfectamente. Además siento una vinculación con Lorca, porque me ha interesado su biografía y todo el siglo XX, y nunca pensé que acabaría haciendo una obra suya. —¿Qué nos puede decir de la adaptación? —La versión de Lorca es una maravilla. Es hacer teatro ni en verso ni en prosa... es pura poesía y es maravilloso. Además estoy muy bien arropado, entre otros actores, por Olivia Delcán, que interpreta a Belisa, una excelente actriz que triunfa a donde va. Lleva muy poquito tiempo pero estoy convencido de que va ser una de las grandes actrices de este país porque tiene ángel, algo que no se aprende en escuelas. No obstante, hay que poner al autor por delante de los intérpretes. Lorca es de los grandes del teatro español y universal y siempre hay que ir a verlo porque sus obras son interesantes. Es un espectáculo muy redondo gracias al vestuario, la escenografía y la música, parte de ella cantada en directo. —En estos momentos ¿resulta complicado que las obras hagan gira? —Cada vez está más complicado quizá porque hay otros medios y la gente busca otro tipo de diversiones. Sin embargo creo que la fuerza del teatro, del espectáculo en vivo, la gente la va a querer experimentar. Siempre se mantendrá, aunque ahora sean momentos complicados. Los espectáculos en directo no hay quien los supere. Los actores en cada función hacen una representación distinta y única para el público que está en la sala. Lo que pasa ahí es lo que está pasando y siempre tendrá la fuerza del arte único. Una serie de televisión se puede ver en el momento que se quiera frente que el teatro, que es el hecho único. —De sus palabras se deduce que prefiere el teatro frente a otros registros interpretativos. —Sí, pero ante todo me gusta el hecho de la interpretación. Lo que tiene de frustrante el teatro es que puedes hacer cosas maravillosas y que quedan, con mucha suerte, en los periódicos y en los libros de historia frente al cine. Cuando participas en una obra de creación colectiva al final persiste y siempre puedes recurrir a ella. —Entre los títulos de trabajos colectivos fílmicos en los que ha participado, ¿cuál seleccionaría? —Entre todos elegiría la primera película que hice «El milagro de P. Tinto» que a nivel interpretativo fue muy mágica. Esta cinta fue muy importante e incluso todavía me siguen asociado a ella y hay gente que recuerda los diálogos de memoria, lo cual supone un verdadero honor para un actor. No necesito fama y que la gente me conozca por mi nombre, prefiero que se me asocie a mis papeles y que se me siga identificando por el Milagro, una película de culto porque Javier Fesser es un director autor y en lo que hace, pone su impronta.