Un volumen colectivo a cargo de la historiadora Mirta Zaida Lobato recorre las movilizaciones en las calles porteñas a lo largo del siglo XX
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BUENOS AIRES Por Mirta Zaida Lobato (ed.) Biblos 288 páginas $ 70
unque a veces aparezcan como fenómenos novedosos, o que extienden sus antecedentes sólo hasta el estallido del 2001, las movilizaciones callejeras son una constante desde fines del siglo XIX en la ciudad de Buenos Aires. Con diversos tonos –de la fiesta al enfrentamiento violento–, por distintas razones y con diferentes protagonistas, las manifestaciones y cortes de calles han dado forma a “una geografía de la protesta” que atraviesa la ciudad y fue haciendo visibles en la historia a los que reclamaron derechos políticos y laborales, ahorros confiscados, justicia o ciudadanía. Buenos Aires. Manifestaciones, fiestas y rituales en el siglo XX recorre un repertorio variado de movilizaciones en las calles porteñas –en las del centro y en las de los barrios–, cuyos protagonistas en conjunto permiten trazar una historia social y cultural del país. Por los trabajos compilados en el libro pasan obreros, feministas, sufragistas, católicos, nacionalistas, chacareros, estudiantes, gays y lesbianas, piqueteros y militantes de los derechos humanos, en un caleidoscopio ruidoso y democrático, a veces reprimido con violencia, descripto con rigor histórico y una prosa que, en la mayoría de los casos, logra tomar elementos de la crónica con soltura cuando lo necesita. Los textos están ordenados respetando la cronología histórica, pero pueden ser leídos de manera independiente.
Mensaje a una nación El presidente de Estados Unidos presenta este libro como una carta a sus hijas, pero no se trata meramente de una comunicación familiar: por intermedio de ellas, habla a la nación y al mundo entero. En páginas enfrentadas, Obama conecta trece virtudes de sus hijas (por ejemplo la creatividad, la inteligencia, la valentía, la fortaleza) con su encarnación en figuras de la historia de Estados Unidos: Martin Luther King, Albert Einstein (que en 1940 obtuvo la ciudadanía), Billie Holiday, Toro Sentado, Neil Armstrong, Abraham Lincoln y George Washington, entre otros. Obama exalta la diversidad étnica y religiosa del país que gobierna. El libro es simple pero sentido y cuenta con las bellas ilustraciones al pastel de Loren Long. G. G. A TI TE CANTO. UNA CARTA A MIS HIJAS. Por Barack Obama y Loren Long. Roca. Traducción: Cristina Hernández Johansson. 40 páginas, $ 75
Raquel San Martín
Libros reeditados Poemas emblemáticos Que esta nueva edición de Punctum, cuya aparición original se remonta a 1996, esté dedicada ahora a la memoria de Fogwill tiene su sentido más allá del homenaje: varias novelas de Fogwill son una clave literaria de los años noventa, y Punctum es quizás el libro de poemas más emblemático de esa década. Un televisor emite un aire gris “que no provoca ninguna emoción salvo en las cosas”: la época está en varios de estos versos que la trascienden. Punctum Por Martín Gambarotta Mansalva/Vox, 112 páginas
La lectora de Austen En más de un sentido, la protagonista de La abadía de Northanger, novela que Jane Austen escribió alrededor de 1798 y que se publicó póstumanente en 1818, es un eco de Don Quijote y una anticipación de Madame Bovary. Insegura sobre su belleza, Catherine Morland ve el mundo a través del cristal de las novelas góticas que lee. Finalmente, su vida se convertira de a poco en algo parecido a una de ellas, hasta que, irónicamente, despierte de la ficción. La abadía de Northhanger Por Jane Austen DeBolsillo, 294 páginas.
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19 Viernes 5 de agosto de 2011
La ciudad, de puertas afuera
Entre ellos, atrapa el vívido relato de la indignación popular por un plan de reestructuración de la deuda externa que promovía el presidente Julio A. Roca, en 1901, en el que varios diarios tuvieron un protagonismo singular y fueron blanco de críticas y apoyos, narrado por Inés Rojkind. O la presencia de los obreros en las calles, en diferentes vertientes políticas desde fines del siglo XIX, y el modo en que los funerales de trabajadores asesinados se convirtieron en poderosas escenificaciones de protesta social, según Mirta Zaida Lobato, Silvana Palermo, Juan Suriano y Luciana Anapios. O el activismo católico que logró convocar multitudes en un Congreso Eucarístico Internacional en 1934, como cuenta Miranda Lida. O la constante presencia femenina en las calles que relata Dora Barrancos, enarbolando las banderas del sufragio, el divorcio, los hijos y nietos desaparecidos. Ese tema justamente desarrolla con amplitud Federico Lorenz, en un texto que retrata las mutaciones del movimiento de los derechos humanos desde 1976 a 2006. A medida que las páginas avanzan hasta el presente, el lector contemporáneo se desliza de la historia a su memoria, sobre todo en textos como el de Maristella Svampa, que hace un relato más etnográfico que teórico sobre la aparición, el ocaso y la transformación de las formas de protesta social que impulsó la crisis de 2001, o el de Flavio Rapisardi, que recorre los itinerarios del “deambular marica” y el dificultoso proceso de visibilización de gays, lesbianas y travestis en la ciudad. El libro construye para el lector una imagen contundente. El derecho a la protesta pública se ha enfrentado periódicamente con el poder, que durante los últimos cien años usó un repertorio similar de respuestas ante los reclamos colectivos: la represión, la indiferencia pública, la negociación, la cooptación, pocas veces la marcha atrás. Y así, muchas veces, avanzó la historia.