Internet de las cosas, el cambio

que ya se ha asentado en nuestras vidas, lo contemplamos todavía como algo que influye a las empresas y las nuevas formas de trabajo, esto último es lo que ...
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Hablemos de economía

Antonio Morlanes Presidente de Aragonex · [email protected] - www.aragonex.com

Internet de las cosas, el cambio

E

l concepto transformación digital, que ya se ha asentado en nuestras vidas, lo contemplamos todavía como algo que influye a las empresas y las nuevas formas de trabajo, esto último es lo que más variantes viene ofreciendo al debate, pues parece del todo cierto que muchas de las profesiones existentes y conocidas hasta la fecha, desaparecerán y dará inicio a otras nuevas, la mayoría identificadas con las tecnologías y su implantación para casi todos los procesos de producción. Esto sin duda, generará a su vez una gran necesidad de formación en las próximas generaciones, aquellos trabajos muy mecánicos que venían realizando trabajadores sin formación, van a ser sustituidos paulatinamente por nuevos sistemas robotizados, por tanto el esfuerzo económico que esta sociedad debe realizar en la formación, es obligado y necesario, pero también veremos que esa inversión es altamente rentable. Pero este modelo no va a quedar aquí, nos vamos a ver implicados todos y cada uno de nosotros en nuestras propias formas de vida, y es que ya ha dado inicio lo que se conoce como el internet de las cosas, IoT siglas en inglés (Internet of Things) y esto significa que todos aquellos elementos que nos acompañan en nuestras casas y vidas, terminarán estando conectadas a internet, el frigorífico, la lavadora, la secadora, el robot de cocina, la cafetera, la televisión, el coche y todo aquello que se nos pueda venir a la mente. Bajo la premisa de hacernos la vida más fácil y cómoda, nuestra dependencia de la red será cada vez mayor, esto es una parte fundamental de lo que ya conocemos, al menos de oídas, como el Big Data, porque no tendrá límite alguno la cantidad de información que se acumule, para luego trabajar con ella, por tanto los datos serán nuestro elemento natural. En el año 2020, entre 20.000 y 30.000 millones de objetos en el mundo, estarán

conectados a la red, o lo que es lo mismo, estarán interconectados, aportando nuestro modelo y costumbres de vida y generando cambios en los mismos, nuestra independencia y libertad no me atrevería a afirmar que desaparecerán, pero sí se verá transformada en sus definiciones actuales, estamos ante un mundo camino a la globalidad. Y esto que nos mostrará un mundo más cercano para todos, también tendrá sus riesgos, porque cuando abres tus ventanas y te muestras al mundo, no solo se te puede condicionar en tus decisiones, también los ataques son más posibles. La ciberseguridad será ese nuevo concepto que también nos acompañará en esta nueva vida que se nos ha presentado; España se verá obligada a invertir en los próximos años, 23.000 millones de euros en garantizar que los sistemas de seguridad serán suficientes para evitar ataques a todo lo que nos rodea y hace que cada día tenga su sentido. En 30 años la interconectividad será total, no me atrevo a afirmar que absoluta, porque es muy rotundo, pero tendremos poco espacio de exclusividad en nuestras vidas, todo será más cómodo, pero los costes y no solo económicos, también sociales, serán importantes. No quiero decir con todo esto, que estemos ante un sistema abominable, pues los cambios en los modelos siempre han existido y el abandono del status quo, siempre ha sido doloroso o al menos incómodo. ¿Qué cosas pueden suceder con estos nuevos instrumentos que nos van a ir diciendo, la comida que debemos comprar, los caminos a recorrer y otras muchas cosas?, que esa afirmación no solo estará a nuestra disposición, también a la de los fabricantes, que conocerán mejor nuestros modelos en los funcionamientos diarios y con ello irán adecuando los aparatos a esa información, también los productores

de alimentos y en general, el sistema de stocks pasará a mejor vida, pues los ritmos de fabricación se acomodarán a las necesidades del mercado y por supuesto quien tendrá una gran variación en su sistema de funcionamiento, será la logística, ya que si no hay almacenes deberán conceptuarse otras fórmulas alternativas. El mundo logarítmico se asentará en sus reales, para que todo esto que hemos descrito muy superficialmente tenga un sentido, porque no nos vale el disponer de un número infinito de informaciones si no somos capaces de organizarlas, diseñarlas y ordenarlas para fines concretos, por tanto y volviendo al inicio de este artículo, las próximas generaciones deberán tener

muy presente que si algo va a ser imprescindible es la formación en esta materia, el conocimiento de los algoritmos. La economía, la sanidad, el ocio, la educación, todo estará basado en la transformación digital, en el BIG DATA y en lo individual en el internet de las cosas IoT, no metamos la cabeza debajo del ala y aceptemos cuanto antes mejor, que estamos en ese cambio inevitvable, hagámoslo nuestro. A todos los lectores de Actualidad de las Empresas Aragonesas, les deseo que tengan unas dichosas y descansadas vacaciones y que la vuelta sea lo más liviana posible.