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Crisis, deuda e inmigración. Parte 3

España pasa de la inmigración a la emigración en cinco años de crisis Fátima Martín, Jérôme Duval Diseño infografía: Eduardo Luzzatti. España pasa de recibir 310.641 migrantes en 2008 a perder más de un cuarto de millón de personas en 2013 por la crisis.

Este artículo es el último de tres sobre la inmigración en el Estado español y la UE. Forman parte de un amplio estudio sobre el 'austericidio' que próximamente verá la luz.

El Estado español ha pasado de recibir 310.641 migrantes en 2008 a perder más de un cuarto de millón de personas (entre extranjeras y españolas) en 2013. Es uno más de los datos que muestran la brutal crisis que padece el país tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. El saldo migratorio, que es la diferencia entre inmigrantes y emigrantes, comenzó a ser negativo desde 2010, cuando salieron 42.675 personas más de las que entraron. La tendencia ha ido en aumento en los años siguientes hasta alcanzar un abultado pico de 251.531 personas que abandonaron España en 2013, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Aún en el primer semestre de 2014, último periodo del que se tienen datos, el saldo migratorio no ha salido del terreno negativo. Como consecuencia de ese saldo migratorio negativo y del saldo vegetativo, (diferencia entre nacimientos1 y defunciones) sucede que España está perdiendo población desde 2012, lo que no ocurría desde que se disponen datos anuales (la serie se inicia en 1971). Es otra de las consecuencias de la crisis. Durante los años 2013 y 2014, el Estado español perdió más de 300.000 habitantes reduciéndose el total de población hasta los 46,5 millones y la tendencia continúa en 2014.

1 La natalidad se encuentra en tendencia decreciente desde el año 2009. Indicadores Demográficos Básicos, INE, 19 de diciembre de 2012. http://www.ine.es/prensa/np759.pdf

En el primer semestre de 2014, último periodo del que se tienen datos, la población extranjera se redujo en 138.556 personas, hasta situarse en 4.538.503. Este descenso se debe al efecto combinado de la emigración y de la adquisición de la nacionalidad española. Por nacionalidades, el INE destaca el incremento de la población italiana (+3.356 personas) y, en menor medida, la francesa (+547 personas). Por el contrario, los mayores descensos se dieron en la población ecuatoriana (-27.014 personas), la marroquí (-20.917 personas) y la colombiana (-18.873 personas). En porcentaje, los mayores descensos se dieron entre los nacionales de Perú (-14,8%), Bolivia (-14%) y Ecuador (12,6%), países que gozan de una mejora de la calidad de vida de su población en comparación con la que existe en el Estado español, que va empeorando. Llama la atención que entre las cinco principales nacionalidades de los inmigrantes extranjeros en el primer semestre de 2014 figuran la italiana, la de Reino Unido y la china, además de la rumana y la marroquí. Entre el 1 de enero y el 1 de julio de 2014, 206.492 personas abandonaron España con destino a algún país extranjero. De ellas, 42.685 eran españolas. Los cinco principales países de destino fueron, por este orden, Reino Unido, Francia, Ecuador, Alemania y EEUU.

El drama para los españoles que emigran ("movilidad exterior" lo llamó con gran cinismo la ministra de Empleo, Fátima Báñez) se ve agravado por la política del Gobierno de Mariano Rajoy que, desde el 26 de diciembre de 2013, niega la asistencia sanitaria a todo aquel español que salga al extranjero durante más de 90 días. Viendo cómo trata el Gobierno a los españoles, no es de extrañar el trato que dispensa a los inmigrantes sin papeles, a los que retiró la atención primaria en la Sanidad pública española en el año 2012. Tres años después, en vísperas de las elecciones, Rajoy prometió que los inmigrantes volverían a ser atendidos en los ambulatorios, pero sin recuperar la tarjeta sanitaria que les fue retirada, lo que, en la práctica, les dará derecho a un diagnóstico pero no al tratamiento. Recientemente, el Gobierno ha anunciado que trabaja en un decreto para realizar pruebas de idioma y valores constitucionales y socioculturales españoles para conceder la nacionalidad. Paralelamente, Europa envejece a pasos agigantados. En 1960, la edad media de los europeos era de 31,5 años. En 2060, según 'El País', se aproximará a los 47,2. España era uno de los países más

jóvenes en 1960. En 2060 será de los más envejecidos con una edad media de 49,7 años, aunque si deja de ser receptor neto de inmigrantes dicha edad se podría disparar hasta los 54,4 según Eurostat. A pesar de las evidentes mermas de bienestar y derechos que está sufriendo el pueblo español, el presidente del Gobierno sólo muestra autocomplacencia con su gestión servil a una UE, como hemos visto, profundamente injusta. El Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, prometió durante la campaña de las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011, el “cambio” y “devolver la felicidad”. “Súmate al cambio” fue su lema de campaña, copiado del que utilizó el Presidente chileno Sebastián Piñera (derecha) en su carrera electoral victoriosa de 2010 : “Es verdad que a mí me gustaría que algunas cosas se hicieran más rápidamente, pero ¿balance global de dos años? Yo estoy satisfecho. (...) La gente critica mucho a Europa, pero para España la integración europea ha sido un éxito, una de las mejores cosas que nos ha ocurrido. Para nosotros, que vivimos 40 años de régimen autoritario, Europa es democracia, libertad, progreso. Por tanto hay que hacer pedagogía de Europa, en España y fuera de España. A la gente hay que explicarle fuera de España lo que es el mercado único, lo que es poder vender a un mercado de 500 millones de personas sin barreras, ni aranceles, eso es muy importante.” Entrevista al Presidente del Gobierno Mariano Rajoy, El País, 9 de diciembre de 2013. El cumplía entonces dos años en la Moncloa, la mitad de su mandato.