78 / DEPORTES UAB, lunes 20 de diciembre de 2010 natación sincronizada La generación post-Mengual al relevo
Hay vida después de Mengual La sincronizada española continua cosechando éxitos después de la retirada de su estrella, Gemma Mengual estefania ruiz, Barcelona Doce sirenas que se han fugado del mar para bailar en una piscina. Así es como se puede definir a las integrantes del equipo nacional de natación sincronizada. Jóvenes con talento que se mueven al son de la música, que trazan movimientos casi imposibles bajo el agua, que hacen de la sincronizada más que un deporte, un arte. Con Anna Tarrés como directa de orquesta, las chicas de la sincro, entrenan 10 horas al día para conseguir la perfección y más ahora que la gran estrella mediática del equipo, Gemma Mengual, no compite con ellas. Pero no hay porqué temer, la sincronizada española continua cosechando éxitos, con o sin Mengual al frente. La líder de la sincronizada española, Gemma Mengual, anunciaba el agosto del pasado año en el Mundial de Roma que dejaba el equipo. Estaba embarazada. Tenía entonces 30 años y ese reloj biológico que dicen tenemos empezó a sonar con tanta fuerza que Mengual no tuvo más remedio que hacerle caso. Y Anna Tarrés y sus chicas se quedaron huérfanas. “Vivimos en un mundo de referentes, de imágenes y Gemma ha sido la mejor imagen entre otras cosas porque es la mejor nadadora que hemos tenido en la sincro”, comenta Anna Tarrés. Mengual colecciona medallas. En total, 37 metales entre Mundiales, Europeos y Campeonatos entre los que se
Fuentes y Carbonell lucen la plata del dúo en Budapest/ E.P encuentran las 2 medallas de plata conseguidas en los Juegos Olímpicos de Pekin 2008. Pero a veces no es tanto el número sino la manera cómo se ha hecho con ellas. En el Europeo de Eindhoven, también en 2008, la catalana sumó 4 medallas de oro. Por este y otros muchos triunfos, Anna Tarrés sabe que “no podremos tener a otra Gemma pero volveremos a crear una figura primera con personalidad”. Y ahora, un año después de la retirada de Mengual, Anna Tarrés ha vuelto a dar forma a un equipo casi nuevo. De las doce chicas que participaron en los JJOO de Pekin, sólo 3 continúan siendo sirenas. En-
tre ellas está el relevo de Gemma Mengual. Es de Tarragona, tiene 27 años y se llama Andrea Fuentes. Hasta el adiós de Mengual, Andrea había sido la segunda de abordo. Ahora, sin embargo, es ella quien lleva el timón del equipo. “Me siento responsable. Yo no puedo fallar” sentencia la nadadora. Y lo cierto es que no lo hace. Con un estilo propio, más atlético, más fuerte y menos teatral que el de Mengual, la de Tarragona ha conseguido mantener al equipo español como la segunda potencia continental en este deporte por detrás de las rusas. Anna Tarrés la descu-
brió con 9 años y la reclutó para su equipo en 1999. Entonces también su hermana, Tina, competía con ella pero ahora ya está retirada. Andrea Fuentes ha aprendido des de 2007 de la experiencia de una verdadera bailarina acuática y ahora ejecuta cada movimiento que le enseñó. “Gemma me ha ayudado mucho. Es un referente”. De hecho, los ejercicios que han ejecutado las chicas de la sincro, tanto en el Campeonato de Budapest como en el de Moscú (FINA World Trophy) presentan muy pocas variaciones en comparación con los de Roma 2009, entonces con Mengual en el equipo. Pero es que después de una renovación casi total, el objetivo no era crear sino consolidar. Y así lo hizo Fuentes que se llevó de la capital de Hungría dos platas. “Andrea lo hace todo. El solo, el dúo, es la que salta. Está increíble” decía su entrenadora, Anna Tarrés, al final del campeonato. Pero Andrea Fuentes no baila siempre sola. En los dúos la acompaña Ona Carbonell, una nadadora catalana que con tan sólo 20 años ya ha conseguido dos platas en finales de dúo y 3 oros en el FINA de Moscú. Estos éxitos no sólo se deben a la profesionalidad y el talento de las dos nadadoras sino también al buen tándem que forman. Andrea Fuentes está encantada de compartir el dúo con Ona Carbonell porque “tiene una
UAB, lunes 20 de diciembre de 2010 natación sincronizada La generación post-Mengual al relevo fuerza mental increíble, un espíritu de superación que he visto en poca gente”. También Ona está contenta de tener una compañera como Fuentes. “A las dos nos encanta el trabajo, la superación y los retos”. De momento han podido con los primeros desafíos aunque Ona reconoce que “Gemma ha dejado el listón muy alto”. Tanto se valoraba a Mengual que su retirada temporal sembró las dudas y la desconfianza sobre el futuro del equipo español de sincronizada. Sin embargo, la nueva generación se ha encargado de demostrar que son capaces de continuar con el legado que dejó Mengual. Los triunfos recientes en Budapest y Moscú son la mejor prueba para concluir que todavía que hay vida en la sincro después de Mengual. Su líder, Andrea Fuentes siente que “se compenetran muy bien y que pueden llegar
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Ejercicio del equipo de sincronizada en Budapest. / Reuters lejos porque tienen mucha ilusión”. Los campeonatos de Budapest de este verano eran la primera prueba de fuego para este nuevo equipo porque después de 17 años Mengual no estaba en la formación de Anna Tarrés. El conjunto se resintió poco y volvió a Barcelona con
2 medallas de plata. También en Moscú las chicas lucieron sumergidas en el agua. En total, 3 oros en los ejercicios acrobáticos por equipos,, en el combo y en el dúo y, 1 plata en el dúo temático de Fuentes y Ona. Sobre el triunfo en la ciudad de las rivales, Thaïs Henríquez, la nadadora canaria de
la sincro española afirma que “fueron mejores y que próximamente nos volveremos a ver en la piscina”. Cada cita es un mundo pero el equipo de sincronizada ha demostrado que tiene capacidad suficiente para seguir plantando cara al equipo ruso. Ya no importa si no está Gemma Mengual.
Anna Tarrés y rutina, fórmulas del éxito Si la sincronizada española es hoy un deporte reconocido, con presencia en los medios de comunicación y capaz de ganar medallas, incluso olímpicas, es en parte gracias a Anna Tarrés. Desde que en 1994 pasará a dirigir el equipo nacional, Tarrés ha colocado a las chicas de sincro en la cúspide del deporte español. Thaïs Henríquez lo tiene claro. “Sobre la gloria sin Tarrés, yo opino que no es posible. Los valores que nos transmite la entrenadora, a pesar de la exigencia, son claves”. También la líder del grupo, Andrea Fuentes, coincide con su compañera canaria. “Anna tiene mucho
que ver con los resultados que obtenemos”. A base de un trabajo diario muy duro hoy la sincronizada española puede medirse de tú a tú con las rusas e, incluso, superarlas como hizo la primera semana de diciembre en el World Trophy de Moscú. Un deporte como la sincronizada requiere disciplina y muchas horas de entrenamiento, tantas como 10 al día. Las doce integrantes del quipo se levantan a las 8 y una hora después ya están calentando y untándose crema por todo el cuerpo en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat. Las más jóvenes del equipo deben tener preparada
ya la música, las pantallas de video, etc. Es una manera de quitar peso y responsabilidad a las veteranas. Con los músculos ya a tono las chicas entran a la piscina bajo las órdenes, claras y muy gestuales, de Anna Tarrés y sus ayudantes. Una vez dentro no pararan hasta las dos de tarde cuando se toman una hora libre para comer, relajarse o estudiar. Pero los minutos se agotan rápido y de nuevo ya están en la piscina donde siguen entrenando. Incluso meriendan dentro de ella alguna pieza de fruta para no perder tiempo. Cuando las sesiones en la piscina acaban, a las chicas aún les queda trabajo. O
bien tienen visita con el fisio o clases de hip-hop para perfeccionar los tetris que hacen con las manos y de danza para mejorar posiciones corporales. Además, recientemente, Anna Tarrés ha incorporado clases de microgimnasia para trabajar diferentes zonas del cuerpo y evitar lesiones. La jornada de trabajo es tan larga que muchas, sobretodo las que no son catalanas, residen en el CAR para compaginar mejor deporte y estudios. Pasan tantas horas juntas que el equipo de sincro se ha convertido en su segunda familia. “El roce hace el cariño”, resume Andrea Fuentes con una amplia sonrisa.