Opinión
Página 30/LA NACION
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Sábado 27 de octubre de 2007
Cartas de lectores Rugby de derecha Buenos Aires, sábado 27 de octubre de 2007
Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 “LA NACION será una tribuna de doctrina” (Núm. 1, Año 1) Director: BARTOLOMÉ MITRE
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Extasis y fiestas electrónicas
UESTRA sociedad asiste, entre estupefacta e indiferente, al descontrol suicida con que algunos adolescentes se están dejando arrastrar por la perversa atracción que genera el consumo de drogas y alcohol. Son varios los recientes casos mortales que dan cuenta de la peligrosidad de esta aberrante tendencia. Los anuncios que anticipan el comienzo de una serie de fiestas electrónicas estarían directamente vinculados con los dos operativos que permitieron la incautación de más de 44.400 pastillas de éxtasis. En el primero de ellos, realizado en la zona de Congreso, la Policía Federal secuestró 18.500 pastillas de esa droga, camufladas en caramelos confitados y encontró, además, entradas y afiches de una fiesta por realizarse en una disco de la Costanera. El otro procedimiento, a cargo de la Aduana, se efectuó en el aeropuerto de Ezeiza, donde a un ciudadano holandés, proveniente de un vuelo desde Madrid, se le descubrieron, ocultas en el doble fondo de su valija, 25.924 pastillas de éxtasis, valuadas en el mercado en 675 mil dólares. Las fiestas electrónicas (o raves, como también se las denomina) forman parte de un fenómeno cada vez más extendido en la Argentina. En el verano de 2006, quedaron en el medio de un fuerte debate en el que se oyeron voces como la del ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Claudio Mate, que proponía prohibirlas o desalentarlas por la “combinación indisoluble” que, según su criterio, se da entre la música y las luces de este tipo de fiestas con los efectos psicoactivos de las pastillas de éxtasis. Las fiestas electrónicas se caracterizan por su música, aunque en realidad no hay instrumentos musicales sino disc jockeys que combinan sonidos con computadoras y bandejas. Y también por la iluminación (luces láser) y su coordinación con la música, lo cual crea un ambiente muy particular, que es aprovechado al máximo por los jóvenes que saltan y bailan descontroladamente. En sus orígenes, estas fiestas se realizaban al aire libre y como duraban hasta más allá del amanecer, los anteojos oscuros formaban parte de la indumentaria de los concurrentes. La moda se impuso y ahora, aun cuando estén encerrados en un local, los lentes forman parte del uniforme, junto con la gorra y zapatillas. Las drogas más populares en las fiestas
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electrónicas son el ácido lisérgico (LSD) y el éxtasis. Esta última empieza a actuar entre los 30 y 60 minutos después de la ingestión, alcanzando un máximo a los 90 minutos y sus efectos perduran por entre ocho y doce horas. El consumo de éxtasis aumenta en un principio el nivel de vigilia e intensifica las percepciones sensoriales y emocionales, pero después de estas sensaciones la persona presenta confusión, problemas con el sueño, trastornos musculares, depresión, náuseas, visión borrosa, escalofríos y sudoración excesiva. Ocasionalmente puede provocar ataques de pánico, paranoia, ansiedad, insuficiencia renal aguda y accidentes cardiovasculares. Más allá de los debates, lo cierto es que en estas fiestas, o raves, al igual que en otros locales bailables, la venta de drogas sintéticas se expande entre los jóvenes que buscan permanecer despiertos, desinhibirse y bailar sin parar. Al mismo tiempo, los cuadros clínicos graves derivados de su consumo son cada vez más frecuentes en el país. Las recientes muertes de tres adolescentes, por causas presuntamente vinculadas con tan perniciosos hábitos, deberían conmover nuestra conciencia social hasta las más profundas raíces. Como en años pasados, la mayor de las fiestas electrónicas será Creamfields, que se realizará el próximo 10 de noviembre en el autódromo de la ciudad de Buenos Aires. Teniendo en cuenta los problemas, las consecuencias y el descontrol de fiestas anteriores, es de esperar que las autoridades porteñas, en colaboración con las fuerzas de seguridad, dispongan de todas las medidas necesarias para evitar que la droga ingrese, se comercialice y se consuma durante el desarrollo del encuentro. También para impedir el ingreso de menores. Similares medidas deberían adoptarse en muchos otros lugares bailables donde el consumo de drogas y el abuso del alcohol entre adolescentes son moneda corriente. No queda tiempo para indecisiones. Todos los integrantes de la sociedad, y los padres en particular, debemos interiorizarnos acerca de los peligros que acechan a nuestros jóvenes en los lugares que habitualmente escogen para su diversión. Debemos optar entre tomarnos en serio la lucha contra las drogas o resignarnos a regalarles nuestros hijos a este perverso mal.
¡Gracias, Pumas!
INALIZADO el campeonato mundial y tras haber sido protagonistas de la más trascendental conquista de la historia de nuestro rugby, los integrantes de los Pumas disfrutan de un muy merecido reconocimiento. Inmersos en una popularidad poco frecuente, no han dejado de manifestar su inquietud acerca de las consecuencias de un éxito que, correctamente aprovechado, puede llegar a ser muy positivo para el futuro de este deporte y también de nuestros jóvenes. Los clubes locales ya están recogiendo los primeros frutos del apasionamiento generado por el nada casual desempeño de los Pumas: durante las dos últimas semanas, en casi todos ellos se ha inscripto un gran número de niños y adolescentes interesados en jugar al rugby. Será menester, entonces, darle sustento a esta circunstancia propicia. Tras el traspié que representó el campeonato mundial disputado en 2003, en el cual nuestro seleccionado fue eliminado por Irlanda, aquellos Pumas y los más jóvenes que se incorporaron posteriormente al equipo no sólo asimilaron, sino que supieron capitalizar lo ocurrido. Superando porfiadamente múltiples obstáculos, temporada tras temporada y partido tras partido, cimentaron las bases que hicieron posible la obtención de un tercer puesto que vale tanto como si fuera el primero. Los Pumas han hecho lo suyo dentro de los campos de juego y fuera de ellos; hicieron gala de sobresaliente comportamiento. Pero en el recorrido hacia su espectacular conquista confirmaron que el éxito no es algo que se pueda alcanzar por medio de la improvisación, la casualidad o un golpe de suerte. Como ya dijimos en esta columna, estos Pumas respetaron valores que son caros al rugby y al deporte en general: tesón para superar los inconvenientes y la incomprensión que les fueron interpuestos; nobleza, espíritu de cuerpo, entereza; sano orgullo, entrega, predisposición para el trabajo; temple, disciplina, autocontrol, buena conducta y, sobre todo, ple-
na convicción de que el equipo está siempre por sobre las meras individualidades. No es poco. Tanto que permite inferir que si la sociedad argentina en su conjunto tuviese por lo menos una porción de esas virtudes, la grandeza de nuestra nación dejaría de ser una triste añoranza y podría volver a ser radiante realidad. En los Pumas, entonces, se ha corporizado ese tantas veces mentado espíritu del rugby que, sin embargo, no siempre ha sido definido con entera propiedad. Los jugadores se han convertido, así, casi sin haberlo previsto y sin dejar de divertirse, en los mejores propagandistas de este deporte al que aman y al cual siguen representando con el fervor y la transparencia de los aficionados, sin por ello desdeñar el rigor y el trabajo propios del profesionalismo. Ahora es el turno de los dirigentes, quienes deberán demostrar que están a la altura de los acontecimientos y que el único interés que los mueve es el de hacer cuanto sea más conveniente para el progreso y la difusión del rugby. El renovado entusiasmo por este juego, que no sabe de clases sociales y es indiscutible formador de caracteres, debería servir de elemento de integración social y, como lo hizo en su momento con los Pumas de hoy, contribuir con lo suyo a la formación de la niñez y la juventud. Para ello, será imprescindible que las entidades rectoras establezcan las estructuras administrativas y técnicas adecuadas, lo cual también redundará en favor de algo que tampoco podrá ser descuidado: el porvenir de los Pumas, tanto en preparación como en inevitable renovación. Sería tristísimo que la hazaña lograda en Francia quedase limitada a ser tan sólo una página de historia. Los Pumas nos han demostrado a todos los argentinos que tienen muy presente que, tanto en el rugby como en la vida, lo que vale y debemos premiar es el esfuerzo. En tal sentido, nos han brindado, sin proponérselo deliberadamente, un ejemplo que va mucho más allá de lo estrictamente deportivo.
Señor Director: “Nunca fui rugbier, pese a que en mi único colegio, el La Salle, se jugaba en todas las divisiones. Nunca participé en los distintos clubes de los que mis padres con mucho esfuerzo me hicieron socio de chico, como CUBA, ni de los entrenamientos, torneos o «seven»; ni siquiera iba a ver los partidos que nunca terminé de entender. Ni hablar del tercer tiempo, que siempre me pareció algo lejano a mi estética y sentir. “Pero la verdad es que, después de haber pasado unos cuantos cumpleaños después de los 40 y ante la actuación de los Pumas y el Campeonato Mundial de Rugby en Francia, tengo que reconocer que mi por lo menos apatía hacia este deporte se transformó primero en atención, luego en sufrimiento y casi, casi, finalmente, en pasión. “Tengo que reconocer que, como todo, no sólo incidió la garra de Pichot o Contemponi, o la precisión en la patada de Hernández, sino también los artículos cargados de resentimiento y de ideologismo de algunos comunicadores del falsamente llamado progresismo criollo (falsos porque no apuestan al progreso ni al futuro, sino sólo al pasado y al revanchismo, y porque de criollos y nacionales tienen muy poco). “El de Mario Wainfield, en Página 12 cuando denostó a los Pumas y al rugby por ser de derecha, cercano a los regímenes militares y, en especial, un fenómeno de las lamentables clases medias argentinas, quienes sueñan con ser clases altas; o el de Orlando Barone, repitiendo lo mismo en la revista Debate, ironizando además en sus comentarios radiales sobre las lágrimas de los jugadores cuando cantan el Himno Nacional. “Gracias, Wainfield y Barone por seguir reconfirmándome de qué lado estoy. Siempre es bueno reafirmar la fe y la razón, contraponiendo ejemplos como ustedes.” Miguel Saredi
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contrario estaríamos (frente al hecho consumado) en la órbita de los actos que se deben realizar para reprimir o combatir al delito. “Con lo cual, no existe tal «prevención predelictual», ya que todo acto de tipo preventivo tiene por misión evitar que el hecho lesivo se produzca.”
Seis meses sin luz Señor Director: “Somos vecinos del barrio de Liniers, en la calle Pilar al 600, entre Tonelero y Caaguazú. Hace 6 meses que nuestra cuadra no tiene luz. Cansados de reclamar y de que la respuesta sea que no hay presupuesto para reemplazar las lámparas quemadas, creemos que es una burla al contribuyente; cabe aclarar que esta zona está a cargo de la ciudad y no de una empresa privada; también queremos comentar que las luminarias en cuestión tienen más de 60 años de antigüedad. “Esta cuadra es de una oscuridad absoluta; téngase en cuenta que es una vía obligada para llegar desde la ave-
nida Rivadavia hasta el hospital Santojanni, a escasos 300 metros de este lugar por el que circula mucha gente que quiere llegar allí caminando. “Dicen que les preocupa la inseguridad y no hacen nada para mitigarla.”
María Elena Mungo DNI 11.858.624
Inseguridad Señor Director: “En estos días de campaña política, he tenido la posibilidad de escuchar a más de un cándido/da referirse a la «prevención predelictual». Esta frase, a la que recurren los aspirantes a ejercer la función pública, da cuenta de su falta de conocimiento o, peor aún, de interés en el tema. “Señores candidatos: si hablamos de prevención, obviamente nos estamos refiriendo a las acciones tendientes a evitar que se produzca el hecho no deseado (el delito). De lo
La gorra y la laptop
Señor Director: “Hace más de cuatro años (para ser más exacto el 18/6/03) hice el cambio de domicilio con la esperanza de poder votar y ser partícipe de la política de mi país. “Pero, lamentablemente, todavía no figuro en los padrones... La verdad, no debería extrañarme cuando personas que ya murieron hace años siguen empadronadas… ¿Hasta cuándo seremos víctimas de esta lentitud y burocracia? ¿Es necesario tener que esperar tanto para votar?” Milagros Padilla
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Señor Director: “Leí el reportaje al señor Exito Gianforte, intendente «de facto» de Casa de Piedra, quien dijo de unos obreros de la construcción que se habían robado un boyero eléctrico: «Bueno, los quiero a todos a las cinco de la tarde fuera del pueblo...». “¡Qué bueno sería oír al ingeniero Macri, en su discurso de asunción, decir de todos los malhechores de la ciudad de Buenos Aires: «Bueno, los quiero a todos a las cinco de la tarde fuera de la ciudad...»!” Rafael Delpech (h.) DNI 23.779.464
Señor Director: “Mi nieto Alejo, su esposa Martita y dos amigos decidieron dar un paseo aprovechando un feriado largo. Salieron hacia las montañas. Acamparon en un sitio paradisíaco y pasaron un par de días inolvidables. “En el camino de retorno, advirtieron que la laptop que habían llevado, en un alto que hicieron por el camino, había quedado en el techo del auto. Desanduvieron el camino, pero sin ningún éxito. Averiguaron por el puesto policial más cercano; decidieron no darse por vencidos con la búsqueda y allá fueron. “Cuando llegaron, la sorpresa fue enorme: allí estaba la laptop, que había sido encontrada por un par de viejitos campesinos. Pidieron a la policía el nombre y la dirección de la honesta gente y se llegaron hasta su casa, ubicada muy lejos en medio del campo; intentaron recompensarlos de alguna manera entregándoles unos dólares; ellos se negaron enfáticamente. El viejo campesino sólo aceptó con alegría una gorra que llevaba bordada la palabra Argentina. “Todo lo narrado ocurrió en el Norte de Auckland, Nueva Zelanda, lugar donde desde hace un par de años trabajan mi nieto y su esposa. “Un país con gente noble, honesta y donde nadie osaría quedarse con algo que no le pertenece. Más o menos como ocurriría en la Argentina, ¿verdad?” Oscar Luis Perretta LE 1.994.098 - 85 años
Estricnina Señor Director: “A pesar de ser un veneno que no se comercializa por su peligrosidad, todavía hay quienes lo consiguen y utilizan sin contemplar el riesgo; como en este caso, para matar gatos. “El 10/08, en el Club Náutico Olivos, Zara, mi hija perruna de 7 años falleció con convulsiones, luego de olfatear carne podrida bajo una montaña de polvo blanco y hojas secas en un cantero del estacionamiento, donde por la tarde había habido niños jugando. Las autoridades del club fueron notificadas a la mañana y, sin darle mayor importancia, regaron el lugar donde todavía se veían restos de sustancia. “El sábado murió otro perro… Pero el club no cerró sus instalaciones; no se investigó; no se notificó a los socios, y nadie se responsabilizó por estas pérdidas. ¿Será que están esperando que muera una persona? ¿Acaso no alcanzan dos vidas para tomar medidas? ¡Qué poco se valora
Los textos destinados a esta sección no deben exceder las 15 líneas o los 1100 caracteres. Debe constar el nombre del remitente, firma, domicilio, teléfono y número de documento. Por razones
Atención al lector 4317-3000 Impresión y distribución: Zepita 3251, Capital Federal • Las ventas de LA NACION son auditadas por el IVC. • © Año 2007, S.A. LA NACION, Dirección Nacional del Derecho de Autor, expediente Nº 452.769. Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido del presente diario. RODRIGO NESPOLO
Señor Director: “El Club Atlético Huracán, al desconocer aviesamente el derecho de mi madre Petrona Ramírez, octogenaria y casi ciega, a percibir la modesta indemnización por la muerte de su marido, ex empleado de esa institución, la obligó a litigar hasta que obtuvo sentencia condenatoria. “Aun así, hallándose judicialmente intimado el club a pagarla, no lo hizo, no obstante el prolongado lapso transcurrido, que la obligó a colocarse en la «cola» de sus acreedores. “Mientras tanto, sus directivos, recientemente, se dieron el lujo de contratar a un nuevo director técnico, a quien le están pagando mensualmente una suma infinitamente superior al monto total de la indemnización que le corresponde a mi pobre madre por el fallecimiento de su esposo.” Mirta Graciela Ramírez DNI 5.597.909
Y sigue sin votar
A los lectores
Espíritu de equipo y temple: un ejemplo que excede lo meramente deportivo
Raúl H. Fernández Schóo Capitán de fragata (R) DNI 5.108.330
Evelyn Gutiérrez DNI 24.821.851
Mano de piedra Señor Director: “Días pasados tuve que explicar a mi hija de 11 años el sistema de gobierno adoptado por la Constitución para nuestro país. Sentí una profunda vergüenza cuando debí referirme a la función del Poder Legislativo, pues en los libros de texto escolares no se mencionan los decretos de necesidad y urgencia (DNU) “Sentí que la engañaba cuando le dije que, además, el Congreso es el ámbito donde también las minorías, representadas por la oposición, hacen oír su voz para que no haya un pensamiento único. “Es de esperar que quien asuma la presidencia el próximo 10 de diciembre restituya las funciones que, de acuerdo con la Constitución, corresponden a las instituciones de la Nación; de lo contrario, seguiremos enseñando a nuestros niños mentiras disociadas de la realidad.”
Señor Director: “Al tomar conocimiento de sendas Cartas de Lectores de los señores Horacio J. Clariá y del presidente del Instituto Nacional Belgraniano doctor Aníbal J. Luzuriaga, cuyos términos comparto en su totalidad, con respecto al fallecimiento del señor capitán de fragata Ernesto Proni Leston, vino a mi memoria una frase de nuestro almirante Guillermo Brown, pronunciada con motivo de la muerte del joven capitán don Tomás Espora y cuyo párrafo final dice así: «Lástima grande que haya nacido en un país que no sabe reconocer a sus héroes».”
Derecho
Edgardo R. Purnik LE 4.150.074
Educación cívica
M. Vet. Claudia Brehm
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Reconocer a los héroes
Hernán L. Quintana Lic. en seguridad
[email protected]
Salvaje asesinato Señor Director: “Profundamente conmovido y apenado por la salvaje agresión y asesinato de los tres policías que estaban custodiando la planta transmisora de la radio de la policía de la provincia de Buenos Aires, me hago estas preguntas: ¿el edificio de la planta no tenía puertas y ventanas blindadas, con cerraduras de seguridad? ¿El terreno circundante no tenía un vallado y sistemas detectores electrónicos de proximidad de intrusos que hicieran sonar alarmas en el interior de la planta y encender poderosos reflectores hacia el exterior con cámaras de circuito cerrado de televisión? “Hay que rever todo esto; si no, será «en casa de herrero, cuchillo de palo».”
la vida de nuestras mascotas! ¡Y las nuestras! Ante tanta ignorancia, siento la obligación moral de alertar a los padres.”
Reajuste jubilatorio Señor Director: “Tengo 89 años. Soy jubilado docente. Tal como lo hicieron muchos colegas, inicié un expediente de actualización de haberes, basado en la resolución de la Corte, de 2005. El trámite fue iniciado en la Anses el 28/11/05, bajo el N° 024-20-01297296-3-922-1. “Habiendo transcurrido un tiempo prudencial, concurría a la Unidad de Atención Integral (UDAI) Pacífico, el 20/9, casi a 2 años de iniciado, donde me informaron que no tenía resolución por haberse extraviado el expediente. “Me pregunto: ¿podré cobrar en vida lo que me corresponde? ¿Deberé recurrir a la sobrecargada justicia para realizar un simple trámite administrativo?” Luis María Echavarría DNI 1.297.296
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