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Gilberto Alzate Avendaño, sensibilidad leoparda y democracia. La ...

Era una metáfora importada del vocabulario del deporte para la estrategia ..... decidirse a fusilarnos inermes, pues no caeremos en el lazo de la rebelión que.
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Álzate* la estrategia de la procesionalidad v la conquista, de la OI'ÍUÍ VIII

I m p o r t a c r e a r la república de l a s m a s a s , erguida sobre el oleaje h u m a n o como una góndola. La plaza pública, estremecida de presentimientos y clamores, es nuestro lugar de cita. ¡El paraninfo, para las damas!'

Los contextos La prensa conservadora auguró un desenvolvimiento melancólico del año 1936, y sin titubeos afirmó: La república liberal es la negación de la patria, la negación de su pretérito, la postración de su fisonomía moral y el rompimiento de un equilibrio social y económico que sólo es posible fundar mediante un sistema organi-zado de ideas. Los hombres que hoy día rectorizan los destinos de Colombia han trastornado la trayectoria de un pueblo civilizado que pudo ser espejo de las naciones de América. De una democracia de principios han hecho los gobernantes colombianos una obtusa democracia de masas 2 .

Era así como los conservadores se referían al adversario en el poder. Era el resultado de lo que venía pasando desde 1930. El Partido Conservador estaba marginado de las decisiones fundamentales que se tomaban desde las alturas del poder. Las reformas de los gobiernos liberales se habían llevado a cabo sin la participación del partido que constituía la otra mitad de la Nación. El régimen de la Revolución en Marcha, abiertamente liberal, constituido así gracias a la abstención conservadora en las elecciones de 1934, se convertirá en el elemento principal alrededor del cual los conservadores configurarán el adversario que necesitaban para fortalecer su identidad y lograr la unidad partidista resquebrajada. En la nueva representación del enemigo se activaron todos los ecos fabricados a lo largo de la historia republicana contra el liberalismo: partido de masones, de ateos, de iletrados, etc. Las condiciones históricas nacionales e internacionales les brindaron a los conservadores otro episodio, el más " Véase el artículo de Joaquín Estrada Monsalve "La cita conservadora", en La Patria, agosto 3 de 1936, p. 3. - El Colombiano, enero 2 de 1936. p. 3.

dramático, quizás, en el largo proceso de fabricar enemigos. La relación liberalismocomunismo les demandará nuevos esfuerzos e invectivas. Los frentes populares, esa alianza de los partidos demócratas con el comunismo para atajar al fascismo les propiciará el elemento que necesitaban para unir dos adversarios en un solo enemigo. Obviamente, para ellos, eran los liberales quienes habían empezado la violencia, así lo vivían y padecían. Los eventos políticos de los conservadores se realizaban al compás de la violencia contra su militancia 3 . Había razón en los augurios. Será 1936 un año de grandes realizaciones liberales y por ello de tenaces confrontaciones con los conservadores. El Gobierno obtendrá beneplácito al ver aprobadas por el Congreso liberal sus principales propuestas de reforma constitucional. La oposición afrontará el debate desde la prensa y los jóvenes derechistas arrojarán al recinto de la Cámara bombas de azafétida en protesta por las medidas: "El viril acto de protesta de los derechistas se considera como el primer brote de la reacción popular de la nación en contra de una representación que devora las arcas del tesoro nacional en medio de la más grande esterilidad parlamentaria" 4 , opinó y legitimó la acción el periódico El Colombiano. De ahí que cuando apenas empezaba el año, la prensa conservadora sentenciara: La oposición no es un pregón de Año Nuevo, sino un sistema de lucha continuado que no entrega ninguna de sus posiciones espirituales [...] el conservatismo ingresa al nuevo año no con propósitos de capitulación con el poder, sino con nervios renovados y con equipos humanos dispuestos al sostenimiento de unos principios y a la defensa de una patria que se amengua día a día en manos extrañas 5 .

Se presentaban los conservadores ante la sociedad como mártires, perseguidos, acorralados y asesinados: "Aquí se le mata, allí se le oprime y castiga, allá se le befa 3' ofende, en el otro extremo se le roba y se le desvalija. Es el hecho menudo de todos los días, en todos los rincones de la patria" 6 . Y para tales aseveraciones tenían motivos. Había un sabor catastrófico en su lectura de los tiempos que corrían. Pero, los conservadores, que acusaban al régimen de antidemocrático, no veían o no querían ver que todo lo que querían decir, por lo menos hasta ese momento, lo estaban diciendo: que el odio que estilaban sobre el Presidente hubiese provocado medidas de represión sobre la libertad de prensa que, hasta este momento, tampoco se habían dado. Por ejemplo, en septiembre de 1936, cuando se conmemoró en Aranzazu el primer aniversario de una matanza de conservadores, el periodista que cubrió el cabo de año escribió: "luego la justicia liberal declaró exentos de culpa a los malhechores y el gobierno los colmó de privilegios, porque en este desventurado país el crimen es una industria política, celosamente protegida por el régimen" 7 . Carlos Echeverri Herrera no sólo catalogaba a López Pumarejo de "el más grande desarticulador del organismo patrio", sino que además escribía: "No sé hasta dónde será útil averiguar la edad mental del presidente, en vez de entrar de lleno a castigar sus vicios morales. En todo caso este hombre inepto y desagradable, es tan ignorante y anónimo como sus ministros y parlamentarios. Lo peor es que es más costoso que ellos, más locuaz y holgazán. El palacio de la Carrera es una fábrica de gases asfixiantes contra la honra, el decoro y la paz pública" 8 . Los rituales de la política conservadora se reactivaron tan pronto empezó el nuevo año. El 2 de enero, Álzate se reunió en Manizales con Ramírez Moreno, Elíseo Arango 7

Puede verse al respecto 7 Salamanca, Guillermo. La República Liberal 19301934. I, Bogotá, Editorial Centro. 1937. El Colombiano, enero 2 de 1936. p, 3. Ibid. 77 El Siglo, marzo 1° de 1937, p. 4. 7 La Patria, septiembre 7 de 1936, p. 1. ' Ibid.. diciembre 17 de 1936, p, 3. 7 7

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y Silvio Villegas11, los tres leopardos que habían quedado como grupo. De los otros dos, José Camacho Carreño andaba extraviado en las lides apeninas, y a Hermida se lo había tragado la tierra. Dialogaron, dictaron conferencias, confirieron declaraciones. La cedulación de los conservadores estaba teniendo muchos tropiezos, y quienes representaban al partido en ese proceso no se cansaban de presentar quejas. A veces hasta eximían al Presidente e inculpaban de todo a sus funcionarios. El leopardo Elíseo Arango escribía: "El Estado es substituido por juntas políticas, que estorban la justicia penal, aniquilan la libertad e imponen su querer destructor [...] las minorías violentas y armadas imponen su voluntad [...] una oligarquía voraz ha decretado la muerte civil para nuestros compatriotas de Nariño, Santander y Boyacá [...] la libertad política ha muerto" 10 . Así las cosas, Silvio Villegas, el otro leopardo, escribió: "el conservatismo debe abandonar la. esperanza de la cedulación, no quedándole más remedio que lanzarse a las calles y plazas" 11 . "Estar en forma" fue el título que escogió este leopardo para una editorial de El Colombiano de comienzos de año. Era una metáfora importada del vocabulario del deporte para la estrategia conservadora: "Estar en forma en 1936 es nuestro anhelo en la alborada del año" 12 . Para Villegas, Antioquia y Caldas constituían las peores razas políticas del mundo por cuanto pensaban que el hombre había nacido únicamente para vivir tranquilo, mientras que el progreso de la humanidad era producto de la inquietud. Hipérboles que usaba el leopardo para interesar a sus lectores, lejanas de la realidad del espíritu antioqueño. Le preocupaba a Villegas que dichas razas se movilizaran sólo para las elecciones: "En sesenta días de agitación y de violencia tratan de recuperar el tiempo que han perdido en largos meses de reprobable molicie. Por esto cada elección es una descarga eléctrica. Solamente pueden aspirar al reino de la justicia los partidos que han aderezado con oportunidad sus lámparas" 13 , escribía, y sostenía que era necesario el entrenamiento fecundo del partido. Llamaba a que 1936 no fuera un año de vacaciones políticas, sino de organización y disciplina; hacer de cuenta que se estaba frente a dos o tres elecciones en perspectiva! que se distribuyera copiosamente la doctrina del partido. Villegas pondrá a circular una idea que atravesará todo el año: Nosotros no somos ciudadanos colombianos, constituimos una raza paria, a la cual se le niegan hasta los derechos elementales del hombre. No podemos esperar justicia del régimen inicuo que la república padece. Y a las elecciones no podemos volver sino c o n v e n i e n t e m e n t e organizados para resistir la salvaje violencia de las autoridades y de las masas liberales. Debemos alistarnos para el dominio de la calle, para el mitin constante, para una poderosa hazaña de acción y de defensa. O resignarnos a ser indefinidamente una mayoría sojuzgada, el más doméstico de los animales domésticos 14 .

Haciéndole eco a su colega, Elíseo Arango declaró: "los colombianos de Nariño, de Boyacá y Santander que pertenecen a partidos políticos distintos del liberal, son unos desterrados dentro de su propio suelo, forman una doliente humanidad que trabaja para pagar a sus perseguidores" 15 . Mesiánicos, como se reconocían los Leopardos, y con ellos todos los jóvenes nacionalistas, Villegas se echaba sobre sus hombros toda la responsabilidad del partido en la hora aciaga: "Una generación en forma puede lograr lo que siglos sin ella no consiguieron" 16 . Se trataba ya, sin duda, de la conjunción de dos generaciones: la de él y la de Álzate. " Ramírez procedía del Valle del Cauca 7 Arango que oficiaba como decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional se había desplazado desde Bogotá7 y .Álzate, que aún estaba radicado en Antioquia. se hallaba de vacaciones en su ciudad natal junto a Silvio Villegas, que dirigía La Patria. " El Colombiano, enero 11 de 1936. p. 3. Ibid.. enero 3 de 1936, p. 1 7 Ibid.. enero 11 de 1936, p. 3. Ibid. ' Ibid. Ibid. "' Ibid.

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La provincia se expresaba a través de los ritos del conservatismo. Las convenciones departamentales, por ejemplo, tenían resonancia nacional. De allí emanaban documentos que influían en la marcha de la política de toda la comunidad conservadora del país. En la elaboración de la política partidista no era Bogotá superior a ciudades como Cali, Medellín o Manizales. A esto contribuía no sólo la presencia de connotados caudillos locales, sino también la ausencia de un periódico madre que diera las pautas. Aunque El Siglo aparece en 1936, demorará todavía para convertirse en el órgano central de la expresión del partido. Las fuentes del discurso conservador se elaborarán de abajo hacia arriba o, mejor, de la provincia a la capital. Paradójicamente, la organización federal del partido le colmaba de una naturaleza democrática. Así, el 19 de marzo se reunió en Medellín la Convención Departamental del conservatismo, que en su sesión final aprobó una declaración que daba cuenta de la reacción que había producido en el partido el proceso final de aprobación del conjunto de reformas presentado por el Gobierno al Congreso. Reforma constitucional dirigida a la secularización del Estado, a separar los asuntos de este de los de la Iglesia. Proceso normal en otras latitudes, pero que en Colombia será dramático por el peso de la influencia de la Iglesia y por el del conservatismo en la construcción del universo espiritual de la gente. El documento de los conservadores antioqueños calificó el proceso de transformación liberal como un atentado contra las instituciones primordiales de Colombia, como la destrucción de las bases fundamentales del país. Particularmente violento para el conservatismo fue el intento liberal de borrar del preámbulo de la Constitución el nombre de Dios como fuente de inspiración constitucional. Que tales medidas se instaurasen en un país bipartidista por un solo partido le hería profundamente! y, sobre todo, que por los asuntos religiosos y por los de la educación escolar, caros para el conservatismo, respondiera el partido contrario le ofendía. La desaparición de la influencia de la Iglesia y de la religión en la población les preocupaba a los conservadores antioqueños, pues consideraban que para un país de las características geográficas de Colombia, que además carecía de unidad racial, el factor espiritual era fundamental para mantener y consolidar la unidad nacional. El divorcio, apenas planteado, les pareció exótico y pernicioso, una válvula de escape para el libertinaje. Se pronunciaron contra la naturaleza de la reforma agraria, y, al contrario, pusieron al Quindío como modelo de una vía distinta para resolver el problema de la tenencia de la tierra en el país: la colonización. Protestaron por la reforma tributaria que no obedecía, según ellos, a una verdadera necesidad pública, sino al sostenimiento de una burocracia voraz. El documento le dedicó buen espacio al problema de las libertades públicas, justamente para horadar en la contradicción de un régimen que se ufanaba de ellas. Le enrostró, por ello, la persecución contra la palabra conservadora, y, para no perder su eficacia inmediata, dirigiéndose a su propio destinatario, llamó al mantenimiento de la absoluta unidad doctrinaria y cívica. Finalmente, se dirigió al espectro todo de la población: Que a n t e todos los hombres de buena v o l u n t a d , que a m a n a la p a t r i a , declara que la responsabilidad de los acontecimientos turbadores, radica, no en el partido alejado, por la persecución, de los puestos directivos de la república, sino en el que abusa de ellos, desconoce los sentimientos del país y pretende legislar en campos que le son vedados, y donde sólo la ley divina impera y a ella, sólo, es posible obedecer 17 .

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Ante el incontenible proceso de aprobación de las reformas, el leopardo Elíseo Arango llamó a hacerle la contrarrevolución al régimen: "Nuestro deber es elaborar, hacer viable una contrarrevolución por un orden distinto. Y nuestra urgencia de ahora consiste en nacionalizar el Estado. Si la revolución liberal ha sido ante todo un paso de la nación hacia un partido, nuestro trabajo debe ser todo lo contrario. Hay que introducir los valores nacionales dentro del Estado para que éstos sean su guía y sostén intangible" 18 . La vía para este propósito era preparando el alma de los conservadores para las nuevas condiciones. La realidad de la política nacional obligaba a los ideólogos conservadores a repensar sus destinatarios clásicos: Nuestras masas tradicionalistas son rurales. Pero la ciudad hace y dirige la política. Somos una mayoría colombiana sometida a la tiranía de organizaciones urbanas audaces. Nuestro problema de táctica no es hacernos fuertes en los campos sino en las calles y plazas. No podemos confiar para este laborar en el sufragio universal. Ya sabemos qué significa esa despreciable farsa. Las papeletas no dan nunca la medida de n u e s t r a fuerza. Hay por fuera de las corporaciones representativas una opinión dinámica que se forma, crece y actúa y se hace más digna de todos los sacrificios19.

Como se advierte, el leopardismo estaba en pleno apogeo. Su lucha había tenido eco! los Leopardos y la generación bolivariana confluían y daban la pelea en pro de un nuevo tipo de militancia y de un nuevo modelo de hacer la política en el interior del conservatismo: "La contrarrevolución que esperamos, para ser fecunda tendrá que empezar por adueñarse de nuestro espíritu como una pasión ardiente y batalladora que debe superarse todos los días. Nada sería más nefasto que buscar una victoria sin la emoción de nuestras almas" 20 . Era la opinión de Elíseo Arango, que coincidía plenamente con lo que pensaban Álzate, Mejía Mejía y los nacionalistas del centro del país. La nueva estrategia de llegar a las calles de la ciudad no era de fácil asimilación ni siquiera en el interior mismo de la sensibilidad nacionalista. El desdén por lo popular urbano era parte de su concepción de la política. Un ejemplo de esto fue la lectura que hicieron de la manifestación del primero de mayo de 1936, Día del Trabajo, que fue todo un espectáculo. El régimen se congratuló al presenciar una manifestación de apoyo popular inédita en la historia del país. El mismo Presidente salió a los balcones de la Casa de Nariño y desde allí, junto a dirigentes comunistas, presidió los discursos de respaldo a su obra de gobierno. Era la puesta en escena del Frente Popular que no era un pacto suscrito entre liberales y comunistas, entre López y comunistas al menos, como lo pensaban y atestiguaban el conservatismo y el mismo liberalismo de derecha, sino la manifestación de apoyo que por cuenta propia habían organizado los sectores de trabajadores que se sentían en un frente popular con el Gobierno para atajar la resistencia conservadora. Y el régimen salió al encuentro de la adhesión! la necesitaba, además, aunque le incomodara a la gran prensa liberal. Pero la manifestación del primero de mayo era también una respuesta a las movilizaciones conservadoras 21 , a las que, a su vez, estimulará. 'Rubayata', el periodista nacionalista, se mofó del espectáculo. Colmó de denuestos a los participantes: hordas disgregadas por la ciudad, patrullas mazorqueras, despliegue de la guacherna, guacamayas y cacatúas remuneradas, turbas... Manifestó que se habían marchado de la ciudad las gentes buenas! que ese día la ciudad olía a puerto y que en el Paseo Bolívar, que era un refugio del hampa, habían empezado a florecer las banderitas coloradas! que la ciudad 7

" ibid., abril 20 de 1936. p. 6. " ibid. Ibid. 777 Este episodio del primero de mayo de 1936, ha tenido amplia difusión en la historiografía colombiana. Pueden consultarse al respecto 7 Medina, Medófilo. Historia del Partido Comunista de Colombia. Bogotá. Ediciones CE1S, 198CK Tirado Mejía, Alvaro, Aspectos políticos del primer Gobierno... 7

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se había vestido de bermellón, que en toda parte florecía el tufillo del aguardiente que era con lo que se escribía en Colombia liberalismo22. Tanto 'Rubayata' como el editorialista de El Colombiano coincidieron en sus apreciaciones sobre la manera como el comunismo había manipulado la manifestación: 'las turbas entronizaron a los caudillos de la oratoria. La demagogia molía, como trapiche, las virtudes de la República. Salía el bagazo de aquellas mentes enfebrecidas y las turbas bramaban contra Dios y contra la ley. Los comunistas izaron los estandartes de Carlos Marx, manosearon al presidente, pidieron el desquiciamiento de las leyes y el imperio de la anarquía" 23 . 'Rubayata' siguió comentando el evento y, con ironía, le escribió una carta abierta a Stalin en la cual le contaba sobre la conversión de Colombia al comunismo: El día de los trabajadores, toda la plebe colombiana desfiló frente al Lenin de Honda, para rociarle la testa con aguardiente y alaridos como a cualquier gallo triunfador [...] Aquello fue imponente. La calle de La Carrera no tenía nada que envidiarle a la perspectiva Newsky donde se hacinaron las turbas moscovitas para escuchar la voz trepidante de Kerensky [...] Fueron tres horas tártaras [...] Si Vieiras a Alfonsovitch y a los Diegoluises y a los Carrascales y a los Jorgeliéceres y a los Margaritavillaquiráes triunfadores en esta hora de avance 24 .

A la manifestación del primero de mayo, los nacionalistas opusieron la invasión de Mussolini a Etiopía. El jerárquico José Mejía Mejía, futuro ideólogo de Haz Godo, escribía: La captura de Addis Abeba indemniza a la civilización de la fiesta del primero de mayo en Colombia [...] Roma, tesis del presente, funda en el África una civilización y una cultura. Moscú, antítesis de nuestros días, despedaza las instituciones nacionales y entabla el caos colombiano. El Duce le abre canales al espíritu occidental y edifica una meseta fascista en la Etiopía primigenia y desértica [...] El liberalismo ha sido derrotado en el África25.

La graduación de Gilberto Álzate Avendaño y los contenidos de su tesis de grado. Afínales de abril, Álzate se recibió de abogado. Le acompañaron a su graduación sus amigos íntimos de Medellín: José Mejía Mejía y J u a n Roca Lemus, el conocido 'Rubayata'. Los primeros días de mayo los pasó en Medellín celebrando, compartiendo y hablando de estrategia política con sus amistades. Como era de esperarse, la prensa conservadora antioqueña y caldense registró la noticia. El informe del tribunal de la tesis, compuesto por Julio E. Botero, Bernardo Echeverri y Manuel Restrepo Jiménez, fue publicado íntegramente por El Colombiano. Los jurados calificaron positivamente la monografía "Los oficios en la Edad Antigua": "Es obra de crítica y observación atenta e inteligente de los fenómenos sociológicos, así económicos como jurídicos y políticos, ocurridos en la época antigua y que fueron abriendo los surcos por donde más tarde habría de desbordarse la humanidad organizada en clases, tribus, aldeas, villas, ciudades y estados! en clases, gremios, oficios y profesiones"26. Sus grandes amigos, que eran también sus copartidarios e impulsores, le dedicaron sus columnas. El grado de abogado de Álzate fue utilizado por los líderes nacionalistas para continuar y reafirmar la construcción del personaje que esta sensibilidad política necesitaba: "Él puede ser el caudillo ambicionado desde la época aquella en que la hegemonía conservadora entraba en el periodo comatoso"27, escribía 'Rubayata'. Un ¿2

Véase El Colombiano, mayo 2 de 1936. p. 3. Ibid. "Ibid.. mayo 4 de 1936. p. 3. 77 Ibid., mayo 6 de 1936, p. 5 S77 Ibid.. mayo 4 de 1936. p. 3. 2 Ibid.. mayo 9 de 1 936. p. 3. 77

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dirigente al estilo de Ortega y Gasset, pero que fuera incluso más allá: "En política no hay principios sino circunstancias. Álzate Avendaño se hizo para sostener sus principios dentro de las circunstancias de la vida política, corta aún por obra del tiempo pero estilizada por su tenacidad" 28 . Sus pares nacionalistas ratificaron el reconocimiento por el contacto directo con las masas a través de una especie de liderazgo militar (en el sentido metafórico) que era para ellos el medio a través del cual podrían regresar los conservadores al poder. Es decir, Álzate había inventado en la práctica de la política la metodología necesaria: [...] el partido de la tradición y del orden sólo requería, para entrar nuevamente al poder, muchos sargentos en los cuarteles. Álzate Avendaño es el sargento efectivo dentro del escalafón militar, y es un capitán generoso y benemérito fuera de él. El conservatismo antioqueño le ha visto -jinete de las más intensas emociones- galopar por toda la montaña, recorriendo ocho y diez municipios en u n día, alebrestando a las masas de Dios para que se empujen h a s t a traspasar los lindes de la victoria 29 .

Y así, lleno de loas, regresó a Manizales el recién graduado, llevando en mente una obsesión: movilizar a los godos caldenses, esa vez no desde las campañas electorales, sino a través de conmemoraciones y funerales. "Alzo el brazo para despedir a este capitán nobilísimo, orgullo de las generaciones que aún no han pensado en cerrar su ciclo"30, clamó J u a n Roca Lemus. En 1937, la Universidad Católica Bolivariana de Medellín sacó a la luz pública su revista académica, en la que le publicaron a Álzate dos capítulos de su tesis de grado. Los dos son importantes porque revelan las preocupaciones académico-políticas del joven universitario al término de su carrera universitaria. Álzate recordaría años después: En 1936 me dieron el diploma de profesional, que obtuve con una tesis pedante, sobre la historia de los gremios, empezando desde los judíos del éxodo. Me fatigué cuando iba en los "collegia" romanos y en las gildas de la edad media. Por eso quedó trunca, inconclusa. Sin embargo, como citaba textos abstrusos y daba datos estadísticos sobre las finanzas de Egipto bajo los lágidas, la junta de calificadores resolvió que era muy profunda. Por poco soy laureado de la facultad 31 .

Aparte del buen humor y de la ironía, realmente se trataba de darles salida a hondas preocupaciones intelectuales y políticas suyas. Su escrito es importante por los trazos de lo que será su pensamiento político y prédica de toda la vida: la solidaridad con los desvalidos, lucha contra la tendencia monopolista de la economía capitalista, preocupación por una clase trabajadora más allá del proletariado obrero. El estudio de los gremios le permitía a Álzate reafirmar en su conciencia el culto a los muertos que había aprendido de Barres. Sus lecturas están en la dirección de su ideología antiliberal y pro corporativista. Othmar Spann, entre otros paradigmas del corporativismo y del protofascismo le influye grandemente. Este economista y filósofo austríaco, crítico de la obra de Adam Smith, había sido traducido al español por mediación de Ortega y Gasset. Algunas de sus obras circulaban en Colombia: Filosofía de la sociedad, de 1928 (publicada en Revista de Occidente en 1933); El Estado verdadero, de 1921 y Teorías principales de la economía política, de 1928, textos que influirán, a su vez, en el nacionalismo español y portugués. '" Ibid. * Ibid. " Ibid. 7 Véase Álzate Avendaño. Gilberto, "La indagatoria de Gilberto Álzate Avendaño", en Obras selectas. Bogotá. C á m a r a de Representantes. 1979. p. 108.

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Equipado de teóricos nuevos y clásicos, Álzate anotaba que su ánimo había sido "establecer las sucesivas formas de asociarse los hombres por afinidades profesionales, para deducir algunas leyes"32. El joven graduando buscaba cimientos para apuntalar su propuesta ideológica, para responder con argumentos tan fuertes como los de sus adversarios. El objetivo de toda esta búsqueda en medio de los avatares de la política que lo envolvían consistía en verificar la posibilidad de establecer en Colombia un régimen de naturaleza corporativista : Aspiro a establecer si en este país de "desarrollo combinado", para usar la terminología marxista, d o n d e las clases no e s t á n s u f i c i e n t e m e n t e s e p a r a d a s y a l i n d e r a d a s , es posible cierto corporativismo, no de tipo contemporáneo, pues supondría la presencia de la industria pesada y la bifurcación neta de los grupos sociales, sino de vago acento medioévico, intermedio, atemperado a nuestro estadio económico, a la falta de ordenación vertical en clases y horizontal en profesiones. Si a eso se agregaren las implicaciones políticas de un movimiento semejante, quedaría totalizado mi trabajo"'.

Es decir, su concepción de los gremios no tenía que ver con la que hoy tenemos de ellos. En Álzate se trataba de una organización del trabajo de las pequeñas economías. De una especie de solidaridad entre pequeños productores para afrontar las vicisitudes de la vida. Encontraba en las antiguas sociedades formas de organización acordes con la estructura social colombiana de su tiempo. De tal manera que el producto que resultó de esta aventura intelectual fue una historia del trabajo. Le interesó destacar la importancia del trabajo en la vida de los hombres y de las sociedades. Descubre cómo la sociedad se constituyó gracias a las formas de asociación que se van construyendo desde abajo. Para él es fundamental el espacio que han ido ganando los trabajadores en la sociedad. Antes de concentrarse en las culturas pretéritas de Grecia y Roma, Álzate recurrió al Antiguo Testamento y a las culturas de India, China y Egipto. Señaló que en la construcción del Templo de Jerusalem hubo algún tipo de agrupamiento por tareas y cierta jerarquía profesional. Destacó en el pueblo judío su aporte al desenvolvimiento de los oficios. Dice Álzate en su tesis que fue el único pueblo en el mundo antiguo que no menospreció a los obreros manuales. Cierta concepción igualitaria en el mundo antiguo, a diferencia de la Grecia clásica, llama la atención del graduando: Las enseñanzas del Génesis sobre la homogeneidad del linaje humano y su común raíz en Adán, las tablas de la ley y la voz de los profetas acerca del amor al prójimo y la piedad hacia el pobre, la inmediata relación tribal que hacía de la raza judía una sola vasta progenie, sustentaban el equilibrio social y s i t u a b a n a los hombres en un mismo nivel, por sobre menesteres y fortunas".

Según Álzate, las cosas se tornaron complejas para los trabajadores manuales durante la época de la Grecia clásica, a la cual está dedicado el primer capítulo de la tesis. Álzate analizó la 'reforma solónica' como la primera legislación encaminada a la formación de corporaciones, siempre y cuando no fueran contrarias al Estado. La historicidad en la que se ha movido Álzate le lleva a buscar formas de equilibrar las clases sociales. Advierte en Solón un primer intento de equilibrio social "aunque existe una preferencia de los grandes propietarios y los caballeros, a quienes dentro de esa timocracia o constitución censitaria se otorgan las altas funciones públicas, los honores" 3 '. Alo largo de su investigación, el autor señala las contradicciones y el 1

Ibid.. Ibid.. • Ibid.. "• Ibid.. 7

p. 22. p. 24. p. 26. p, 35,

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dinamismo del proceso histórico! en los momentos de mayor concentración de riquezas y privilegios es más evidente la emergencia de la lucha de clases: Triunfa el poder del dinero, la crematística, el capitalismo griego, produciendo vuelcos y avatares sociales. Los grandes señores y los caballeros se han dedicado al comercio con ahínco, haciéndose armadores y exportadores. La fortuna crea nuevas clasificaciones en la jerarquía ciudadana, como la riqueza y la nobleza se fusionan en un solo estamento. Hay una ansia [sic] desbridada de poseer. El rico, ávido y voluptuoso, ostenta un lujo insólito. Se busca el lucro para levantar suntuosas residencias, tener bellas armas y objetos de boato, agasajar con vinos selectos y joyas a las mujeres de la familia y a las cortesanas, servir opíparamente a los invitados ilustres y a los parásitos del cortejo. En tanto los agricultores sudan vanamente en búsqueda de la congrua subsistencia. Los obreros libres se ven en frecuente paro involuntario, por la abundancia de mano de obra extranjera y servil. Se suscita de tal suerte una áspera lucha de clases, en la que los unos se engríen en sus privilegios y los de abajo se exasperan con las arengas de los demagogos. Hay una psicología de clases, afincada sobre el resentimiento. Los humillados por la vida tienen una susceptibilidad mórbida. Cuando los distintos grupos encuentran que los intereses económicos los separan se abre entre ellos un ancho foso. Los ricos se h a r t a n de bienes hasta reventar. Los demócratas apelan a la violencia 36 .

Concluye el autor que los gremios en la antigüedad griega no tuvieron mayor desarrollo por efectos del desprecio al trabajo manual. Sin embargo, afirma que los gremios continuaron persistiendo "en su función de apoyo mutuo, celebraban los funerales de los compañeros en su santuario particular y con sus sacerdotes, a veces hacían fiestas de carácter jovial o participaban en las escaramuzas de las facciones, pero arrastrando siempre sus días precariamente, en el tramonto de Grecia"37. En el número siguiente de la revista, apareció el segundo capítulo de la tesis: "Los collegia romanos". Como en la griega, en la sociedad romana Álzate encontró la persecución a los gremios y su sometimiento al Estado. En ambas sociedades existe en su mejor momento un desarrollo capitalista que coincide con el decaimiento de los gremios. Álzate se apoya en la historiografía de Toutain, Mommsen y Waltzíng para demostrar que el sistema corporativo toma fuerza durante los primeros siglos de la era cristiana. Y resalta el papel social de las asociaciones que iban conformándose: [...] ciertas prácticas de hermandades o sociedades de socorros mutuos. El auxilio recíproco fue excepcional en Roma. La mutualidad sólo viene a aparecer con el cristianismo, al soplo de un espíritu nuevo, en virtud de la caridad evangélica y el amor al prójimo, según se refleja en un pasaje del Apologeticus, donde Tertuliano describe las diaconías cristianas fundadas p a r a asistir y sepultar a los pobres, ancianos, desvalidos, huérfanos, menesterosos, náufragos y cuantos estuviesen necesitados de su piedad. Ante la muerte sí mostrábase ampliamente el sentimiento corporativo [...] los colegios intervenían para garantizar a los compañeros unas exequias honorables, con la plenitud de los ritos prescritos 38 .

En esta particularidad de los colegios romanos, Álzate es ampliamente descriptivo en la medida en que le permite fundamentar el ritual de la muerte en que se ocupará después de su graduación. Van al cortejo todos los collegiati, precedidos de músicos y plañideras, conduciendo el cuerpo a la pira p a r a incinerarlo. Las cenizas se recogen en u n a u r n a y se depositan luego en el columbarium. Un epitafio grabado sobre la piedra relata el nombre, el oficio, la edad y la dignidad del difunto. En seguida se verifica en la casa del duelo una ceremonia purificadora 777

Ibid.. p.36 Ibid.. p. 38, * Ibid.. p. 55. 7

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denominada suffutio. Continúan d u r a n t e nueve días las luctuosas solemnidades h a s t a el silecernium, que reúne a los cofrades en un banquete fúnebre 39 .

En conclusión, por curioso que parezca, la historia que sale de la pluma de Álzate es dialéctica y materialista. Es la realidad material el factor que incide en los cambios de la sociedad. Fueron, por un lado, la economía de guerra y el sometimiento de los gremios por parte del Estado las causas de la caída del Imperio Romano. Para Álzate, las invasiones bárbaras habían operado cuando las reservas del imperio eran ya exiguas40. Lo principal de la tesis estaba por venir. O bien no lo alcanzó a escribir o bien no se publicó! quedaba tan sólo la promesa: Los gremios en el Bajo Imperio, recluidos en su rol de apéndices del estado, volviéronse más inertes y languidecieron, siendo ya su estructura como un forro vacío. Pero de sus vestigios, fusionados con las gildas germánicas sobre aluviones cristianos, habría de surgir en el medioevo una organización corporativa de la sociedad, calificada históricamente como economía artesana y período de los oficios11.

La conspiración de Amadeo. Según fuentes oficiales, una conspiración inspirada por el general conservador Amadeo Rodríguez había sido debelada al promediar el mes de junio. Los dirigentes Primitivo Crespo, del Valle, y Arcesio López, de Popayán, fueron arrestados. El primero, director de Diario del Pacífico, que acababa de intervenir por los micrófonos de La Voz de Colombia, fue deportado inmediatamente a Cali. En el allanamiento a su casa, el general Amadeo Rodríguez, quien resistió a la invasión de ochenta policías, resultó herido 42 . Dos ciudadanos más —el mayor Quintiliano Campuzano y el coronel Gonzalo Medina—, fueron retenidos en el Valle. Los altos dirigentes del conservatismo montaron en cólera, y no era para menos : se trataba de importantes dirigentes del partido. Crespo era prácticamente el partido en el Valle. Pertenecía a la sensibilidad del leopardismo, ya que era condiscípulo de Ramírez Moreno. El Directorio Nacional Conservador (DNC) protestó: "es éste un nuevo caso de persecución, fruto de la anormalidad en que vive la república"43. Ninguno de los dirigentes conservadores calló: "La conspiración es una farsa", declaró airado Laureano Gómez; Ramírez Moreno, a su vez, dijo: "La conspiración es una farsa para reír como complot, y una farsa para crucificar como atropello [...] es una farsa despavorida"44. Mariano Ospina Pérez atribuyó el hecho a imaginaciones del Gobierno; el poeta Guillermo Valencia escribió: "Para exterminarnos, el gobierno tendrá que decidirse a fusilarnos inermes, pues no caeremos en el lazo de la rebelión que habilidosamente nos está tendiendo el régimen"' 0 . Por su parte, el general Berrío declaró, que el gobierno sí merecía caer, pero le parecía estúpida la aventura de la conspiración46. Más adelante, las emisoras liberales se enfrentaron a las conservadoras; cada una difundía, con dicterios hacia el adversario, una versión diferente de los hechos. La versión oficial era transmitida por la H.K.F, La Voz Catía, de Medellín, y la Colombia Broadcasting, que nutrían además a los medios liberales de la capital y de la provincia. Los conservadores intervenían por La Voz de Colombia, desde la cual se radiaba toda la propaganda del partido. Por ella transitaban densas conferencias 779

Ibid., p. 56. " Ibid., pp. 60-61. 77 Ibid., p. 61. '- Establecer la verdad de los hechos es bastante complicado por cuanto las versiones en una prensa y en otra se contradicen. Aquí seguímos los reportes de los diarios conservadores. Una interesante publicación del general Rodríguez, poco después, da cuenta de su propia versión. Véase 7 Rodríguez, Amadeo. Caminos de guerra y conspiración. Barcelona, Gráficas Claret, 1955. 43 El Siglo, jumo 20 de 1936, p. 1. " La Patria, junio 20 de 1936. p. 1. 77 Ibid. 417 Véase, ibid., junio 24 de 1936, p. 1.

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de la alta dirigencia del conservatismo. Justamente, cuando explotó la noticia de la conspiración, Primitivo Crespo acababa de conferenciar sobre la situación política nacional. Laureano asiduamente hacía uso de esos micrófonos para orientar a la militancia sobre la situación política mundial. Suspendió una serie de conferencias sobre Rusia y España para afrontar por la radio la defensa de sus copartidarios. Finalmente, la emisora conservadora fue clausurada por el término de un mes : "La palabra hablada del conservatismo queda prohibida, mientras las radiodifusoras liberales insultan" 47 , fue el resumen de la noticia en El Siglo, que traía el siguiente titular: "Se anula con ella una libertad garantizada por la Constitución" 48 . Sin excepción, los dirigentes conservadores negaron y rechazaron la supuesta conspiración, aunque coincidieron en que existían razones de peso para rebelarse. En un libro posterior a los hechos, el general Amadeo Rodríguez, en tono irónico, enumeró algunas: 1. Hacer una caricatura de república sobre la imagen de Colombia, y proyectar tan híbrida concepción sobre el dolor, la sangre y las lágrimas de un gran partido vencido! 2. Atacar las normas inmutables de la humanidad y pretender oponer al cristianismo cualquier movimiento sofista, materialista y falsamente revolucionario; 3. Suprimir de la Carta Fundamental el nombre de Dios: 4. Elegir un presidente inepto o veleidoso, que una vez en el solio de Bolívar llame a los puestos de administración a los sectarios, escribas y fariseos de la política; 5. Absolver y aun felicitar al jayán que asesina por la espalda a su magistrado; 6. Reducir a cenizas los hogares de los ciudadanos de la región; 7. Encuadrar en la estancia de la mansión honrada las escenas de la violación, del linchamiento y del robo; 8. Alejar todo un partido de las urnas eleccionarias, y convertir los cuerpos colegiados en suntuoso banquete de apetitos; 9. Convertir un ministerio en refugio de judíos y en foco de inmoralidad; 10. Llevar al espíritu de las generaciones nuevas el morbo del materialismo y hacer olvidar con literatura extranjera el recuerdo de la cariñosa cruz, con la cual todo colombiano ha despuntado la alborada de sus ojos19.

El affaire de la conspiración fortaleció a los conservadores. Las disputas internas cesaron para cerrar filas. Los cuatro leopardos -Camacho Carreño, Arango, Ramírez y Villegas-, se reunieron con Laureano, y este, que no simpatizaba con ellos, ni con Amadeo ni con los demás supuestos conspiradores, pronunció apasionadas arengas a su favor y en contra del Gobierno. Camacho Carreño asistió en su defensa al general Amadeo Rodríguez y Álzate intervino como apoderado del carismático cronista conservador de Caldas, Gonzalo Uribe Mejía, más conocido como 'Luis Yagarí', implicado en la conspiración. Era el bautizo de abogado que recibía Álzate, prácticamente su primer caso posgraduación. Representar a un personaje como Yagarí' ha debido ser una lección encantadora - d e hecho lo fue-, de la que Álzate sacará frutos muchos años después cuando tenga la oportunidad de su famosa indagatoria ante la huelga de choferes en los años cuarenta. Yagarí hace de la defensa una mofe: —Diga usted si es casado, soltero o viudo—, pregunta el juez. -Viudo. Se me murió la vieja... Iniquidad. Así se llamaba la cuitada, responde Yagarí. El inspector trémulo agrega: "Yo no consiento en que se haga mofa y escarnio de las autoridades y de las leyes"77".

Ahí interviene Álzate para defender el comportamiento de su apoderado: "El sindicado tiene una libertad sin fronteras para absolver el interrogatorio. Contesta a su amaño, 17

El Siglo, junio 24 de 1936, pp. 1 y 3, " Ibid Rodríguez, Amadeo. Caminos de Guerra y Conspiración... pp. 167-168, 777 La Patria, junio 27 de 1937, p. 4. 777

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exento de amenaza, apremio y pauta. Si sus respuestas evaden la pregunta, puede el señor inspector reiterarla [...] El sindicado puede decir lo que le parezca, sin vallas ni normas. Así lo quieren los más rudimentarios principios del Habeas Corpus"51. Así, el cronista manizalita encuentra despejado el camino para su defensa. Veamos algunos apartes: -¿Dónde nació usted? —No recuerdo. Era entonces t a n pequeñuelo. -Usted sindicó ayer de graves cargos la seguridad del Estado a una persona que designa como "El bobo Pumarejo". ¿A quién aludía? -Yo suelo desdoblarme. En mí habitan muchos hombres, como en una casa de huéspedes. Soy sucesivamente inteligente y cretino, bondadoso y perverso, risueño y taciturno, montañés y girondino, social-demócrata y godo, tirio y troyano, montesco y capuleto, prosa y verso. Tengo para esos estados de alma una nomenclatura, nombres propios. A veces se me revuelven esas almas diversas y riñen en mi intimidad. Nadie sabe, por ejemplo, los conflictos que han tenido Gonzalo Uribe Mejía y Luis Yagarí, el cronista y el ciudadano. Así pues les confieso que el bobo Pumarejo es una criatura de mi fantasía, protagonista de mis jornadas, un doble mío. Tengo que rendirme a la terrible evidencia: yo soy el bobo Pumarejo cuando me encarajo. -¿Por qué se declaró conspirador? - E n estos días sólo se habla de complots nocturnos, siniestras asechanzas contra las instituciones, golpes de estado. He tenido que engullirme toda esa literatura aprensiva, Estoy nerviosísimo. Me dan pesadillas y sobresaltos. No veo sino capuchas y claves. No duermo, ¡ay! Hasta que un día de estos amanecí de conspirador, ascético, demacrado y tremendo, como un nihilista de San Peters'burgo. Me miro en un espejo y tiemblo de horror. ¡Qué carajo! ¡Un modesto ciudadano tiene derecho a sufrir las mismas alucinaciones del gobierno! No hay ley vigente que lo prohiba! ¡Exijo que se me respete la libertad de creerme un hombre peligroso! La técnica del golpe de Estado, por Curzio Malaparte, es mi libro de cabecera. Aquí traigo también conmigo un m a m o t r e t o de Pió Baroja, l l a m a d o El a p r e n d i z de c o n s p i r a d o r , que es m a n u a l de aprendizaje. Yo creo que voy a hacer muchos progresos en ese ramo [...] -¿Cómo lo hice?, le pregunta Yagarí a Álzate y este le responde: -¡Pésimamente! Demasiadas cosas sensatas. No olvide el precepto de Baudelaire: 'Hay que ser sublime sin interrupción' 52 .

La conspiración fabricada o real volcó a los colombianos sobre la memoria de las guerras civiles. La abierta guerra verbal que venía caracterizando a conservadores y liberales desde 1930 daba para pensar no sólo en conspiraciones, sino en el advenimiento de una guerra civil. El mayor implicado, el general Amadeo Rodríguez, atribuyó los temores del liberalismo a la férrea organización, casi militar, que había adquirido el conservatismo para asumirse como partido de oposición: "Lo de la conspiración de 1936 se debió a la equivocación que sufrió el liberalismo al confundir las gestiones de un movimiento civil con las diligencias preparatorias para dar por tierra con el gobierno denominado República Liberal" 53 . Los comunistas, que movilizaron a su gente y a la del liberalismo para protestar por la supuesta conspiración, enarbolaron carteles que pedían el fusilamiento de los jefes conservadores comprometidos en la conspiración, la clausura de los diarios derechistas y el destierro de sacerdotes políticos. Verdad o invención, el despliegue policial y militar, y la actitud enérgica del Gobierno tuvieron también el encargo de mensajes simbólicos: mostrarle a los conservadores que el régimen estaba en condiciones de repeler cualquier tipo de rebelión y comunicarle a la población que una reedición de las guerras civiles no se 57 777 177

Ibid. Ibid. Rodríguez Amadeo. Caminos de guerra y conspiración.... p. 187.

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presentaría durante las nuevas administraciones liberales. Y hay más: inventar una conspiración sobre la base del lenguaje bélico que utilizaba el conservatismo en sus documentos ideológicos les servía a los liberales como estrategia de unidad, y los obligaba a rodear al Gobierno y a aplazar las disputas. Justamente, el sur, donde el adversario liberal ubicaba el epicentro de la revuelta, era uno de los lugares donde se expresaba más y mejor la división del liberalismo. Curiosamente, nadie salió perdiendo: el Gobierno ratificó sus respaldos, el comunismo legitimó su Frente Popular, el conservatismo se sintió como un solo hombre y se mantuvo como noticia de primera plana durante todo el proceso, el general Rodríguez se convirtió en héroe, aumentó el prestigio de los líderes conservadores presos, los Leopardos continuaron de moda y Laureano se reconcilió con toda la militancia. El 27 de junio, el general Amadeo Rodríguez fue puesto en libertad condicional. El liderazgo conservador, que lo era de abogados, consiguió la absolución al comprobar que no había existido orden de arresto por conspiración contra él. En noviembre se produjo la absolución completa. El 5 de julio, Cali vivió un día de intensa actividad política. Primitivo Crespo, Arcesio López, Quintiliano Campuzano y Gonzalo Medina consiguieron salir de la cárcel. Ante un nutrido grupo de conservadores que les vivaba en la calle, Crespo improvisó: "Sólo tengo que decir una cosa a este grupo de amigos que me hace el honor de recibirme: que tiene que jurar restaurar al partido conservador en el poder"54. Los asistentes, sorprendidos, respondieron: "Sí juramos", y junto a los recién liberados iniciaron una manifestación que concluyó en una fiesta política que contó con la participación de Fernando Londoño Londoño e Ignacio Rengifo. Era apenas el comienzo de la explotación de un triunfo que el partido necesitaba.

La ansiada fiesta política del occidente colombiano. Había que aprovechar la circunstancia. El desagravio a los ilustres ofendidos se convirtió en una gran fiesta regional programada para el 25 de julio en el Circo Granada y en el Club Belalcázar, ambos de Cali. La fiesta política coincidía, además, con la celebración del cuarto centenario de la ciudad de Cali, y era un evento más de la magna conmemoración. En Cali se concentraron eminentes jefes del conservatismo local y regional. La delegación más sonada era la de Manizales, especie de capital conservadora de occidente. A los delegados de toda la comarca: Ignacio Rengifo, Hernando Navia, Elias Salazar García, entre otros, se sumaron Gilberto Álzate Avendaño, Silvio Villegas y Fernando Londoño Londoño. A las cuatro de la tarde, una multitud agolpada en los alrededores de la casa de Primitivo Crespo inició una imponente procesión hacia el lugar de la concentración. Encabezaba la marcha un pendón azul en manos de un grupo de distinguidas damas. Con ellas desfilaban los excarcelados dirigentes acompañados de Ignacio Rengifo, Silvio Villegas, Londoño Londoño y Álzate Avendaño. La manifestación fue saludada frenéticamente por la multitud que les aguardaba en las graderías del circo. Casi todos los jefes hablaron y de todos se dijo que habían pronunciado su mejor discurso y que cuando habían evocado el nombre de Laureano Gómez la multitud había ovacionado al ilustre y ausente jefe. Silvio Villegas definió al presidente López como ' El Siglo, julio 6 de 1936. p. 1.

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u n hombre bien intencionado, pero incapaz de actuaciones propias y definidas, que era la incapacidad personificada, que desde que se había posesionado de la Presidencia la silla estaba vacante y que el Palacio de la Carrera era casa para alquilar. Añadió finalmente que cuando López muriera no iría ni al cielo ni al infierno, sino al limbo55. Crespo, que tenía un hermano combatiendo al lado de Franco en España, proclamó la necesidad de armar los espíritus hacia la reconquista de la nacionalidad y puso de ejemplo la acción española. A la fiesta popular siguió un banquete en el Club Belalcázar, que continuó la celebración con nuevos discursos. Silvio volvió a hablar ante una multitud agolpada en la Plaza de Caicedo, frente al mencionado club social. Desde un balcón, adonde salieron los héroes conservadores a saludar, Silvio dijo que lo que se estaba llevando a cabo en el Valle del Cauca era el comienzo de la unión del conservatismo. Hizo un elogio de la contrarrevolución española que había vengado el asesinato de Calvo Sotelo, mientras que en Colombia los conservadores no habían sido capaces de vengar a sus muertos, como Clímaco Villegas 56 . En el banquete, el brindis estuvo a cargo de Álzate.

Homenajes fúnebres, ritos y discursos conmemorativos. El homenaje a Clímaco Villegas. Qué bien estamos aquí'- el cementerio, la única patria que nos ha dejado la república liberal ,7.

La estrategia de la conmemoración y los rituales para mantener movilizado al conservatismo en épocas de abstención electoral tuvieron en 1936 su mayor expresión. Los conservadores necesitaban el rito, celebrándolo recobraban la confianza, se sentían unidos y con fuerza. El desarrollo del ritual los igualaba, a través de él se reencontraban con su propia identidad y se reconocían. La construcción que hacían del enemigo mediante los discursos de sus ideólogos les permitió adquirir y pulir su propia conciencia de ser distintos. Pero, sobre todo, en la medida que concelebraban, que se veían y se sentían juntos percibían la sensación de poder y de fuerza. El proceso del rito los llenaba de confianza, estar juntos en una misma comunión los colmaba de vida, de optimismo, de solidaridad. Fabricando carencias en el adversario revitalizaban sus propios valores y transmitían las ideas renovadoras para que el mito que los cubría a todos permaneciera: e l Partido Conservador. Pero era también la influencia de los tiempos que corrían. El editorialista de La Patria escribía en julio de 1936: Antes de llegar al poder, Hitler, que todo lo preveía como conductor, lanzaba un presupuesto determinado de mítines en el año. Nosotros quisiéramos lo mismo para el conservatismo de Colombia [...] cinco o seis mil hombres disciplinados, marchando entre un bosque de banderas imponen respeto al adversario. Sólo la acción pública puede crearle una conciencia nueva a nuestra colectividad. 5Í

Los fascismos eran movimientos de masas, antes y después de conquistado el poder. Sus apoteósicas manifestaciones influían lo mismo a liberales que a conservadores. '•" Véase La Patria, julio 26 de 1936. p. 3. 56 Ibid. Justamente, acababa de ocurrir un acontecimiento entristecedor para la sensibilidad nacionalista. El 13 de julio de 1936 José Calvo Sotelo fue asesinado por un grupo socialista de la guardia de asalto. Calvo se había residenciado en París ante el advenimiento en España del Frente Popular y de allí, bajo la influencia de la derecha francesa, construyó un discurso de derecha que los nacionalistas colombianos emularon. El asesinato de Sotelo, que revelaba la profundidad del conñicto español, produjo un sentimiento de orfandad en la comunidad nacionalista, que lo tenía como uno de sus principales inspiradores. 57 Del discurso pronunciado por Manuel Serrano Blanco en el homenaje a Clímaco Villegas. Véase La Patria, junio 22 de 1936. p. 4. 7 »íhid.,julio28de 1936. p. 3.

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Podríamos decir que era una época de movilización popular en todo el mundo. Justamente, el gobierno del Frente Popular en Francia era afrontado por grandes movilizaciones. El 22 de junio los nacionalistas de ese país se reunieron en el Arco del Triunfo cantando la Marsellesa y gritando "abajos" a los soviets. En la misma fecha, diez mil nacionalistas reunidos en Marsella juraron morir por el restablecimiento nacional. Para el domingo 21 de junio los conservadores programaron en Manizales la realización del cabo de año de la muerte del dirigente Clímaco Villegas, asesinado por el gamonal liberal, coronel Carlos Barrera Uribe. El acontecimiento será un abrebocas para la serie de conmemoraciones que vendrán. El evento era organizado directamente por el Directorio Nacional del partido. Aquilino Villegas fue comisionado para llevar la palabra en su nombre en Manizales. El evento se realizaría de manera simultánea en todo el país. En Bogotá tendría lugar el 18 de junio y allí hablaría el leopardo Elíseo Arango, cuyo discurso sería transmitido a todo el país por La Voz de Colombia. Una colecta nacional se llevaba a cabo para recoger fondos para un monumento al mártir conservador en la capital de Caldas. Los considerandos de la resolución de las altas directivas dicen de la estrategia de la conmemoración: "El día en que cayó en la ciudad de Manizales bajo el artero plomo asesino [...] fue muerto porque encarna la justicia, que es símbolo del partido conservador [...] Que el recuerdo del eximio magistrado, honor de la juventud colombiana, debe perpetuarse para ejemplo de las nuevas generaciones" 09 . Se anunciaba una grandiosa peregrinación al cementerio. Álzate estuvo al pie de la organización del evento 60 . No hacía mucho que el probado organizador había escrito a uno de los corresponsales de El Siglo en Manizales: Un día se me ocurrió que los b l a s o n e s m e n t a l e s e r a n poco válidos en política, que la contrarrevolución necesitaba más caracteres que inteligencias. Quise entonces a r r a s a r en la acción todas esas zonas femeninas que existen en la personalidad del hombre de letras, convirtiéndome en un caporal, un jefe de patrullas, cuyas disciplinas literarias de a n t a ñ o sirven apenas como utensilios secundarios en su destino. He estudiado, acaso por primera vez en nuestra historia política, el tema del partido concebido como un tema militante, no como una suma aritmética de votos y voluntades. Por esto ya ni hablo ni escribo. Hace algún tiempo vivo en la soledad y el silencio. Pero en un silencio tenso y en una soledad fructífera. Alerta, expectante, más allá de los vanos estrépitos 61 .

Manuel Serrano Blanco, joven santandereano y ya político renombrado, fue invitado al homenaje en honor a la memoria de Villegas. Tenía fama de gran orador de las derechas y era promotor de la ideología fascista. Era el refuerzo importado, necesario y estratégico. Serrano llegó a Cartago, donde fue recibido por Gilberto Álzate, Bernardo Mejía Rivera y Gonzalo Uribe Mejía. De ahí la comitiva se desplazó por las ciudades en la vía a Manizales y en todas llevó la palabra y fue recibido como héroe por las masas conservadoras. Serrano Blanco, esbelto y bien puesto, habló frenéticamente en el cementerio. Su figura y sus ademanes apenas se distinguían en la terraza de las bóvedas del cementerio.

" Ibid., jumo 19 de 1936. p. 3. Álzate se tituló de abogado en junio de 1936, en medio de la peregrinación del asesinato de Clímaco Villegas. La Patria y la revista Tradición celebraron su grado y alabaron su tesis de grado sobre las corporaciones de trabajo. Véase La Patria, junio 11 de 1936, p. 5. 777 El Siglo, agosto 5 de 1936, p. 7. &>

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Sin embargo, fue Antonio Alvarez Restrepo quien impactó a los conservadores. Su oración fúnebre estaba tan inspirada en el culto a los muertos de Barres que a través de su voz era como si se estuviera expresando Alzate : Ser muerto no es morir. Aquel cuyo recuerdo perdura, aquel cuya imagen se refleja en el futuro, aquel cuyas p a l a b r a s germinan en surcos nuevos, ese no ha muerto. Nosotros no morimos. Puede la deleznable arcilla deshacerse bajo el aguilón que engendra la noche en su seno maldito, puede la pobre carne transitoria perecer, mas no perece aquel soplo de Jehová sobre la intimidad de nuestro barro. Una gloriosa comunión nos ata y nos une en cadena sin término, y desasidos transitoriamente de la tierra, seguimos conviviendo con los nuestros en u n a radiación perenne de vida. Vivimos dentro de aquel círculo de soberana armonía que es la comunión de todos los santos 62 .

Y terminó su discurso con la siguiente peroración: Esta cita que el conservatismo de la república se ha dado en torno al sepulcro de Clímaco Villegas es a manera de aquellas legendarias peregrinaciones de la gente cristiana que sobre las yermas colinas de la Palestina, buscaban su nueva fortaleza para pelear las batallas de Cristo. Hemos venido aquí para rendir homenaje filial al caído y para ratificar desde este sitio solemne la fidelidad a nuestro credo. Por la infamia de las sentencias injustas, por la cárcel, por las persecuciones crueles, por los días acerbos, sin pan frente a la mesa familiar, con los hijos hambrientos. Por las torturas de las mujeres viudas y de las hijas huérfanas y con el llanto que ensombrecen sus ojos. Por la sangre vertida sobre la tierra maternal como óleo de pacificación. Por t u muerte, Clímaco Villegas, nosotros j u r a m o s en torno a tu sepulcro ser fieles a tu memoria y leales a los principios tutelares del partido. Todo el dolor, toda la acerba amargura, todo el mal que nos hacen habrá de florecer un día en la gloria de nuestro triunfo 61 .

Manuel Serrano Blanco, que era una especie de leopardo santandereano, promovió sin duda y con énfasis el fascismo como método para reorganizar el partido y dar la batalla contra "las demasías revolucionarias". Señaló que "para librar al país de tanta concupiscencia vendría el fascismo purificador y restaurador" a derrotar a los que habían hecho de "Colombia la grande, Colombia la pequeña". El orador señaló al fascismo como "único medio de salvar al país" y declaró enfáticamente que era preferible esa "guerra terrible llevada a cabo en los campos de batalla, que esta odiosa e implacable a que hoy nos ha sometido el gobierno"64. El acontecimiento fabricado dio los resultados esperados. Consiguió mantener al conservatismo movilizado, en la calle, alerta. Si se hubiera movilizado de esta manera para participar en las elecciones muy probablemente hubiese barrido al adversario o, por lo menos, h u b i e r a p r e s e r v a d o su c a u d a . M u e s t r a n e s t a s e n o r m e s manifestaciones que la abstención decretada y reafirmada no se compadecía con los grandes esfuerzos de Álzate, y de quienes como él pensaban, para poner a los conservadores en las calles. Era una lástima, un desperdicio; sin duda, se trataba de una equivocación, como el mismo Álzate lo sostendrá más adelante, a la hora de los balances. Y no era el conservatismo el único en movilizar a las masas, también lo hacía el liberalismo, a veces solo o a veces con el Frente Popular, es decir, con el comunismo. El país estaba movilizado y ha podido desbocarse hacia una guerra civil; pero también la coyuntura hubiera sido propicia para el diálogo, para la concertación, de la que hubiera salido, sin duda, otro país, una síntesis de país donde 62

La Patria, junio 22 de 1936. p. 4. " Ibid. •" Ibid. 7

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unos y otros, los contrarios, se hubiesen reconocido y aceptado. Pero, al parecer, esto no hacía parte de la agenda histórica.

El cincuentenario de la Constitución de 1886. Nada más propicio para el momento que vivía el país que la celebración de los cincuenta años de la debatida Constitución de 1886, pieza intocable para la cultura política conservadora del país. Los conservadores no desperdiciarán la coyuntura. Sería en Manizales donde se llevaría a cabo el evento más solemne e impactante de la celebración. La urbe había sido catalogada por El Espectador como "ciudad incendiaria". Era todo un reto. En las condiciones del viejo Caldas significaba llevar provincia a la provincia, campesinos a la capital departamental. La fuerza del proceso histórico en que se encontraban obligaba a que los conservadores de Caldas se las vieran con las multitudes, ese espectro que asustaba tanto a conservadores clásicos como don Aquilino Villegas. Eran campesinos rumbo a la ciudad, pero, de todas maneras, multitudes. En su calidad de opositores no había más remedio que acudir a las masas. 'La acción en la calle' fue el nombre que escogió la sensibilidad leoparda para su táctica política, que ya había desarrollado en Antioquia desde 1929 Álzate Avendaño. La estrecha relación entre el leopardismo y Álzate se cristalizó por el encuentro entre la propuesta del primero y la vocación para la acción del segundo. Se había empezado a configurar a través de las letras, y por las identidades mutuas : la misma ascendencia político-ideológica y la misma patria chica. Fue en el año 32 cuando la táctica de la procesión o de la acción en la calle adquirió forma ideológica en la pluma de los Leopardos: Nuestra mayor urgencia presente es de agitadores eficaces y responsables. Necesitamos un partido procesional que invada los circos, los teatros, las calles, las plazas públicas en incansable acción democrática, para romper el más fuerte y poderoso silogismo de radicales y socialistas; el dominio de los grandes centros urbanos. El deber primero de los dirigentes es internarse en el país, recorrerlo en todos sus meridianos, para que su acción penetre los misteriosos repliegues de la conciencia pública 65 .

Y así aconteció. Primero fue el homenaje a Clímaco Villegas, luego vino el 25 de julio, cuando se llevó a cabo en el circo Granada de Cali un masivo acto de desagravio a Primitivo Crespo y a Arcesio López Narváez, dirigentes nacionalistas del Valle y del Cauca respectivamente. Los dos líderes, según las fuentes oficiales, habían estado comprometidos con la reciente conspiración contra el Gobierno y por ello habían sido arrestados. El desagravio fue de masas, conmovedor, vital e imponente. De otro lado, Joaquín Estrada Monsalve, que vivía por entonces en el departamento y movilizaba las masas de la región quindiana, consideraba que el cincuentenario de la Carta Magna "no debía celebrarse con banquetes sino con mítines, para que, mientras el Congreso se atarea en reformarla, el pueblo renueve su fidelidad a aquellos capítulos tutelares" 66 . Anotaba, además: "La orden del día del conservatismo debe ser la procesionalidad [sic] [...] Hoy como nunca el partido necesita desplegarse sobre las calles públicas, colmar ágoras y teatros, desbordar oceánicamente sobre las plazas y avenidas. Sólo un partido asiduo a los ritos populares, de arengadores y caudillos, dispuesto a ir hasta la demagogia, tiene razón de existencia en el momento espectacular 777 7777

Ibid.. julio 28 de 1936. p. 3. Ibid., agosto 3 de 1936, p. 3

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que vivimos" 67 . Se refería Estrada al banquete con que el conservatismo capitalino conmemoró el cincuentenario. La flor y nata del conservatismo nacional se daría cita en Manizales. Laureano Gómez presidiría la manifestación. Según la versión transmitida, las damas conservadoras de Caldas donaron sus joyas para fundir una llave de oro que le obsequiarían al jefe nacional del partido. En honor al ilustre visitante se deponían los desencuentros. Como muestra de esto, el comité organizador ordenó la confección de escudos de solapa con su retrato para portarlos el día de la manifestación. La primera página de La Patria dedicará al insigne copartidario -pero contradictor también— la primera página del periódico durante varios días. Delegaciones de todo el país asistirían. Los dirigentes de la Acción Nacional Derechista de Bogotá también t o m a r á n parte de la celebración. De los 43 municipios del departamento llegarían delegaciones de copartidarios. Los organizadores recorrían las empinadas cumbres de la región movilizando a la gente a la concentración de resistencia, "so pena de que quien se abstenga incurrirá en alta traición" 68 . La movilización, de hecho, era ya u n ritual que se desarrollaba con la mística propia del proselitismo otrora electoral. Se organizaba un desfile de banderas azules con la Cruz de Malta en blanco, que confeccionaban a toda prisa las damas conservadoras y que debería contar con la participación del mayor número posible de copartidarios de la zona. En cada municipio, corregimiento y vereda se nombraba un capitán que inscribía a los futuros participantes. Los organizadores comprometieron en el evento las bandas municipales de los pueblos. El jefe de la movilización conservadora pro aniversario de la Constitución de 1886 era nada menos que Gilberto Álzate Avendaño, quien había puesto al servicio del que se vislumbraba magno acontecimiento toda su experiencia de los años de organizador de las campañas electorales de Medellín y Antioquia. Era el más grande acto de masas que organizaba el joven político en su departamento. Lo que afirmaba Estrada Monsalve: "Un concepto épico de la política, nos define hoy como hombres irremediablemente destinados a la vida multitudinaria" 69 , era ya en Álzate una realidad. Y no era un acto regional. Laureano llegó a las once y media de la mañana en avión al aeródromo de Cartago en compañía de la delegación de Antioquia, en cabeza de Fernando Gómez Martínez y Gonzalo Restrepo Jaramillo. Lo acompañaba, además, su hija Cecilia y el dirigente Fernando Londoño y Londoño. Allí, en medio de vítores, aplausos y calle de honor, los recibió una amplia comisión de recepción presidida por Silvio Villegas. Un grupo de damas de Cartago le entregó al jefe nacional conservador u n a tarjeta de oro. No se debía desperdiciar u n minuto: vinieron los discursos. Laureano agradeció las palabras a él dirigidas y señaló, como sabiendo dónde se encontraba, que la doctrina conservadora era la única que podía salvar al país de la barbarie comunista que amenazaba con aniquilar a Colombia. Una caravana de automóviles escoltó la comitiva, que se detuvo en la ciudad de Pereira para recibir los homenajes de los conservadores locales, que tenían preparado banquete y copa de champaña. Gómez volvió a hablar. Esta vez invitó a la restauración de la República, recibió más tarjetas de oro y continuó su viaje. Más gente conservadora se sumaba a la movilización que a la altura de Santa Rosa y Chinchiná era monumental. En esos lugares también hubo parada y en ellos también, en medio de 777

ibid. Ibid., p. i . " Ibid., p. 3.

68

202 El porvenir del pasado

banderas azules, tuvo que responder a discursos y recibir más tarjetas de oro. A su arribo a Manizales, a las cinco de la tarde, le fue entregada la llave de oro de manos de una comisión de las damas conservadoras de la ciudad. Un comité de obreros le obsequió esa vez, no una tarjeta, sino una medalla de oro. Comenzaba la fiesta política. El sábado 8 de agosto, Manizales estaba a reventar, los hoteles no dieron abasto. Delegaciones enteras tuvieron que amanecer en la calle. El ambiente era festivo. Estaban en la ciudad Guillermo Camacho Montoya, Ignacio Gutiérrez Pineros y José Jesús Jaramillo, directivos de la AND. Durante las horas de la noche, la juventud derechista agasajó a sus pares de Bogotá con un solemne banquete en el que participó Álzate Avendaño. Además de la experiencia de Álzate, presente en la preparación del evento, contó la de los conservadores en la realización de las fiestas patrias durante la República Conservadora. Todo se organizó como una fiesta oficial pese a que el régimen local era liberal. Un pormenorizado programa con recomendaciones puntuales se repartió a la multitud. No era una manifestación política común y corriente, espontánea. Se trataba de un desfile con todas las de la ley, que impactó, que fue un espectáculo de orden: Los carteles y pregones no irán en hilera sino entreverados con las banderas y esparcidos) los abanderados se formarán en columnas de tres, cada una de ellas encabezando un cuerpo del desfile; a las doce en punto del día se iniciará el acto en el parque Caldas. Las bandas de músicos tocarán simultáneamente el himno nacional, que debe ser cantado por todos los conservadores en una potente e impresionante masa coral. Los vítores deben corearse unánimemente. El ondear de banderas y pañuelos ha de ser simultáneo. Al toque de silencio cesarán todos los ruidos. Se prohibe dar "abajos" y "mueras" [...] Después de la marcha de banderas deben evitarse los grupos vociferantes, pues el conservatismo quiere hacer uso plenamente de sus derechos constitucionales de expresión, no suscitando deliberadamente disturbios. 7 "

El ritual de los festivos patrios se mezclaba con el ritual de las grandes concentraciones fascistas de la época: "La ciudad reconquistada, después de un sitio de seis años"71, decía 'Luis Yagarí', uno de sus organizadores.

"Id a decir a todas partes que el conservatismo ha resucitado". La Patria y El Siglo calcularon en sesenta mil los conservadores que participaron en la gran manifestación dedicada al cincuenta aniversario de la Constitución de 1886. Realmente, fue un éxito: "¡La orden del día está cumplida, Gilberto Álzate Avendaño!" escribió uno de sus lugartenientes 72 . No faltaron los tropiezos, aunque leves. Tensiones, saboteos de liberales, movilización de fuerza pública y una que otra escaramuza que el mismo Álzate logró superar. En Medellín, donde tenía lugar otra manifestación conmemorativa, las confrontaciones fueron dramáticas. Unas y otras sirvieron para darle realce a lo que se quería decir y escribir: que la República estaba en su otoño, que en Colombia habían fracasado los métodos civiles y republicanos y que todas las actividades legales del conservatismo estaban prohibidas por las autoridades. Editoriales previos y posteriores, lo mismo que discursos de los prohombres del partido, constituyeron el refuerzo de la ideología que el conservatismo necesitaba y el afianzamiento de sus estrategias. Lo que vendrá tendrá en estos discursos la inspiración y la aplicación. 777 77 777

Ibid.. agosto 9 de 1936. pp. 3-4. Ibid., agosto 10 de 1936, p, 3. Ibid.

El porvenir del pasado 203

Se trató de u n verdadero acto de masas que no sólo repercutió en el curso de la política, sino que se convirtió en un valor más para tener en cuenta en la construcción del nuevo discurso conservador en el que trabajaban los nacionalistas. De la manifestación decían que, sin duda, era "la más caudalosa concentración humana que se ha llevado a cabo en años en el país" 73 . Laureano Gómez hizo gala de su dominio de la oratoria. Alabó la región y habló largamente de la tenacidad de su gente. Les dijo a los habitantes de Caldas que constituían una realización lograda casi en su plenitud y que eran un ejemplo del dominio de la raza sobre el territorio 74 . Todo esto para advertirles de lo que les pasaría con las reformas liberales, ante las amenazas de la barbarie moscovita: "La amenaza es más grande para el pueblo emprendedor, el más próspero, el más laborioso. Caldas se ha sentido amenazado en el secreto de su grandeza, en la clave de su bonanza, en la esencia de su vida y por eso está aquí" 75 . La manifestación, llena de histrionismo patriótico, recorrió los parques que llevaban el nombre de un patriota de la independencia: Caldas, donde se congregó la multitud y donde habló Gómez Martínez. Luego el desfile se desplazó lentamente al parque Bolívar. Gómez iba escoltado como si fuera un presidente. Su automóvil estaba adornado con las banderas nacional y conservadora, lluvias de flores caían desde los balcones. Además de banderas, los manifestantes portaban un amplio número de carteles con leyendas como las siguientes: "Bolívar ayer, a h o r a y siempre"; "El conservatismo en t r á n s i t o histórico"; "Conserva tu derecha"; "Somos la nación contra la secta"; "La p a t r i a frente a la antipatria"; "La república de Colombia contra la república liberal"; "El conservatismo colombiano es un viejo partido que se incorpora al orden, a la j e r a r q u í a y a la disciplina"; "Trabajadores de todas las clases unios": "La familia del doctor Clímaco Villegas: g u a r d a en nosotros la esperanza"; "Dadnos ánimo, solidez, perdona n u e s t r a s fugas sin combate" 76 .

En el parque Bolívar le correspondió hablar a Laureano. El fin de su discurso fue patético: ¡Libertador! ¡Delante de esa efigie de bronce el himno mudo que el poeta previo se trueca ahora en salmo de esperanza, en promesa de acción, en j u r a m e n t o de heroísmo! ¡Bolívar! Son tus hijos los que se congregan en torno de la estatua. No han renegado de tu enseñanza y de tu ejemplo. Como en los días en que viviste, aman la libertad y no doblan el cuello bajo el yugo extranjero que hoy nos amenaza, uno mil veces más odioso y salvaje que el que rompió tu espada. Tu memoria augusta domina en la esfera de nuestro sentimiento. A tus pies, como sublime síntesis de todo lo que amaste y amamos, de nuestros labios sale el férvido grito: ¡Viva la República de Colombia! 77

Terminada la intervención de Laureano, Álzate Avendaño ordenó continuar el desfile al parque Colón, donde hubo más discursos, y así siguió la fiesta política hasta el anochecer. Gómez permaneció unos días más en la ciudad y más eventos se sumaron a la conmemoración. Pero el país todo estaba en movilización. La gente se hallaba en la calle. La política era de masas, u n a constante latinoamericana y mundial de la que Colombia no escapaba. Sin embargo, existían circunstancias particulares por las cuales los partidos hacían movilizar a los colombianos.

7:7

Ibid.. diciembre 8 de 1936, p. 8. El Siglo, agosto 10 de 1936. p. 3. '•• Ibid. 777 Ibid. 77 Ibid., p. 3. 71

204 El porvenir del pasado

"Sólo donde hay tumbas hay resurrecciones". 7S En términos generales, se trataba de una tenaz resistencia al gobierno de la Revolución en Marcha, que no era apenas una resistencia ideológica, a secas. La resistencia era, además, respuesta a la violencia que los conservadores creían de proceden-cía oficial. Tenía la resistencia conservadora ceremoniales como el luto, la conmemoración, el recuerdo casi inmediato. Era un continuo peregrinar a las iglesias y a los cementerios, bien a enterrar o bien a conmemorar. Álzate decía a propósito: "Empotremos nuestras meditaciones políticas sobre las fosas de quienes fueron fieles al partido hasta en el campear postrero" 79 . El funeral o el cabo de año se realizaba en una mezcla mística entre la ideología latente y el proceso político. Así sucedió en el municipio caldense de Aranzazu el 6 de septiembre de 1936, cuando los conservadores conmemoraron el primer aniversario "a los compañeros caídos en la emboscada del régimen". Posiblemente no era nueva la escena en la cultura política colombiana, liberales y socialistas conmemoraron a su manera cuando eran la oposición. Pero esta vez se trataba de su adaptación a una ritualidad de veras nueva: pompa católica, peregrinación conservadora ante las t u m b a s de los sacrificados e incorporación del ritual fascista a la concelebración. Hacia la localidad se trasladaron todas las organizaciones del conservatismo regional. La presencia de Gilberto Álzate y de Fernando Londoño, comisionados para presidir el evento, llenó de entusiasmo a la población y le insufló solemnidad a la conmemoración. De todos los municipios y corregimientos del departamento se hicieron presentes delegaciones que portaban coronas y emblemas distintivos de sus organizaciones locales, que impregnaban de colorido el ambiente pueblerino. Sobre todo, destacaron las delegaciones de las organizaciones de extrema derecha: Acción Nacional Derechista, que impactaba por sus estilos novedosos para la población: arrogantes vítores y la alternación de banderas que simbolizaban lo viejo y lo nuevo ; banderas azules, azul y blanco, y la verde y negro del movimiento nacionalista. Por supuesto, alrededor de una solemne misa giraban las actividades del aniversario y hacia allá se entronizaron viejos y nuevos símbolos que llamaron la atención del periodista que cubría para La Patria el acontecimiento: "Fue un momento de extraordinaria emoción, cuando al alzar la hostia, todos los estandartes se inclinaron hacia el suelo, entre un vasto silencio, mientras las gentes permanecían de rodillas" 80 . Finalizado el acto litúrgico, los asistentes se desplazaron a la estación central del cable a la espera de los dignatarios del partido: "Cuando la góndola que los conducía fue divisada inicióse un maravilloso aleteo de pañuelos. Al entrar la vagoneta en la estación la banda de música tocó el himno nacional [...] Los doctores Mejía Rivera, Londoño y Londoño y Álzate Avendaño cruzaron por una calle de honor, bajo las banderas en arco, mientras toda la muchedumbre hacía con el brazo en alto el saludo romano" 81 , escribió el cronista, quien relató también que el desfile al cementerio, donde llevaron la palabra Londoño y Álzate, estuvo cargado de vítores al conservatismo y a lo largo de la peregrinación "los derechistas gritaban Roma sí, Moscú nó; derechas sí, izquierdas nó."82. Pero si las derechas del occidente del país utilizaron los ritos luctuosos, sus contemporáneos de la Acción Nacional Derechista en Bogotá adoptaron la simbología fascista europea. Durante el segundo semestre de 1936 desde Derechas, los 17

Álzate, citando el libro de F. Nietzsche Asi hablaba Zaratustra ' La Patria, octubre 24 de 1936, p, 1. Ibid., septiembre 7 de 1936. p. 3. 7 Ibid. ' Ibid.

71

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derechistas bogotanos incorporaron a su mundo simbólico la camisa negra, la oración fascista, el juramento derechista, las órdenes y los cursos de orientación política83. En este mismo orden de los rituales, los conservadores, en particular los jóvenes, protagonizaron eventos con el propósito de que su presencia fuera advertida como un advenimiento. Le dieron especial énfasis a su vestimenta e insignias, así como a las maneras agresivas de presentarse en público. Así sucedió el 20 de septiembre de 1936 cuando los espectadores de las salas de cine de Bogotá presenciaban en cortos previos a la función central reportes de la guerra española. La muchachada derechista invadió los recintos vivando a la revolución española y a sus jefes. En el mismo sentido recorrieron las calles céntricas de la ciudad preconizando entre la ciudadanía la urgencia de que la sociedad se defendiera del Gobierno84. De otro lado, se organizaban ágapes derechistas para celebrar el ingreso de obreros e intelectuales a las falanges. Álzate fue convidado a uno de esos eventos, realizado en los alrededores de Bogotá en septiembre de 1936. La Acción Nacional Derechista trabajó duro durante todo el año de 1936 para consolidarse como expresión de todas las vertientes de las derechas nacionales: bolivarianos, corporativistas, falangistas, integralistas y fascistas. Laureano Gómez, que no veía con buenos ojos las ínfulas de autonomía de la juventud derechista, presionó para la desarticulación de la ADN, llegando incluso a prohibir la impresión del semanario Derechas, que se realizaba en los talleres de El Siglo. Además, la adopción de la parafernalia fascista por parte de la ADN, acrecentó las diferencias e n t r e conservadores clásicos y profascistas. Aspirando a u n a s j u v e n t u d e s conservadoras obedientes y sumisas, Laureano Gómez encontró en la sensibilidad leoparda una feroz resistencia a sus anhelos de jefe supremo del conservatismo; sin embargo, vislumbró en la Unión Nacional de Estudiantes Conservadores la fuerza juvenil que necesitaba para sus planes de aplastar a la juventud profascista.

La Unión N a c i o n a l de E s t u d i a n t e s Colombianos (UNEC).

Conservadores

H e r m a n o s de b a n d e r a : E s h o r a de los sacrificios, de ¡as g r a n d e s r e s i g n a c i o n e s . Cuando Dios es ultrajado y la j u s t i c i a es envilecida, un puesto de combate es una puerta para el sufrimiento. Nos esperan las cárceles, las bayonetas asesinas del gobierno, pero qué importa todo eso si como dijo el otro- no hay m u e r t e sin resurrección. N u e s t r o grito es "¡Organicémonos!, ¡Organicémonos" Y vamos a las plazas, a las calles de la ultrajada provincia. Prediquemos las ideas que dieron p a t r i a a nuestros padres y que h a n de ser pan para nuestros hijos 85.

7 1 5

Véase las ediciones de Derechas en el segundo semestre de 1936. Ibid.. septiembre 21 de 1936, p. 1. Véase el mensaje del Comité Ejecutivo de la UNEC a la Asamblea General. El Siglo, junio 14 de 1936, p. 3.

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El 13 de junio de 1936 se creó la Unión Nacional de Estudiantes Conservadores Colombianos86. El papel de Luis Ignacio Andrade, secretario general del partido, fue decisivo. Su propósito expreso fue organizar a las juventudes colegiales y universitarias nacionales alrededor del Partido Conservador. Tal cual lo hicieron los primeros comisionados: Fue nuestra primera medida enviar a cada uno de los establecimientos de Bogotá, circulares en las cuales comunicábamos nuestros deseos y dábamos las instrucciones necesarias para llenar nuestro cometido. Luego nombramos en las universidades y colegios, comités permanentes que se encargaban de desarrollar una labor de propaganda a los proyectos sometidos. Y todos a una sola voz, orgullo es confesarlo, contestaron al llamamiento y empezaron a laborar de una manera eficaz y definitiva87.

La UNEC estaba vinculada directamente con las altas jerarquías del conservatismo con el objetivo de neutralizar la influencia en la juventud de los grupos nacionalistas: AND, Haz Godo, entre otros, aunque sus formas de persuasión tenían parecido: "creer, obrar, combatir". No sólo los identificaba la acción, también las fuentes de inspiración. César Tulio Delgado, uno de sus directivos, como los derechistas nacionalistas, se amparaba en Charles Maurras y compartía con ellos su visión catastrófica del presente nacional e internacional: "El cuadro que se vislumbra no puede ser más triste y desolado. Sangrante y descompuesta como una virgen violada, la patria colombiana tirita y lloriquea de angustia y de dolor bajo el alero en ruinas de su grandeza difunta."88. El Directorio Nacional Conservador (DNC) asistió a las reuniones de la gran asamblea estudiantil que dio comienzo a las actividades de la UNEC en junio de 1936. En su discurso de apertura, Laureano Gómez les habló a los jóvenes del momento oportuno en que había nacido el movimiento y puntualizó en "la necesidad de aceptar el sacrificio heroico a que estamos llamados por una predestinación histórica y definiendo los perfiles de la actitud que en el futuro hayan de adoptar ante el caos provocado por el actual régimen" 89 . A su vez, el secretario general, Luis Ignacio Andrade, manifestó su irrestricto apoyo a la UNEC. El DNC designó un cuerpo consultivo conformado por Rafael Bernal Jiménez, Elíseo Arango y Augusto Ramírez Moreno, quienes debían iluminar a los jóvenes del partido. Emulando a sus superiores, los jóvenes declararon mártir del partido al joven Roberto Vargas Archila "abaleado en forma cobarde en los claustros del Colegio de Boyacá por defender valerosamente su credo político"90, y aprobaron una proposición en la que anotaron que no tolerarían la reelección de Olaya Herrera porque representaba "un pasado atormentado y doloroso para la patria" 91 . Las deliberaciones de la UNEC coincidieron con los sucesos de la supuesta conspiración conservadora. Como sus superiores, los muchachos también protestaron "por el inaudito atropello [...] presenta al desprecio de hoy y a la condenación de la historia las prácticas indignas del régimen actuante, y reafirma su voluntad irrevocable de acompañar y rodear en esta hora oscura de persecución a las directivas del partido" 92 . Finalmente, la UNEC redactó y dirigió un célebre memorial de agravios al presidente López, uno de cuyos apartes rezaba: "Los conservadores, señor, no podemos ser extraños en esta 86

Su Comité Ejecutivo Nacional estaba integrado por J. Eliécer Suárez, Pedro J. Buitrago, Héctor Acevedo, César Tulio Delgado, Mario Vélez Escobar, Carlos Acosta, y como secretario Carlos Daniel Sánchez. "'" EJ Siglo, junio 14 de 1937, p. 3. 88 La Patria, mayo 29 de 1937, p, 7. 89 El Siglo, junio 14 de 1936, p. 1. 7777 Ibid., p. 3. 771 Ibid. '" Ibid.. jumo 21 de 1936, p. 1,

El porvenir del pasado 207

patria que hemos ayudado a crear con el ímpetu de nuestras inteligencias y a sostener con el fuego de nuestros corazones"93. El 20 de junio la UNEC clausuró su asamblea. El 18 de octubre, la UNEC puso a disposición de la juventud conservadora bogotana una serie de servicios lanzados pomposamente por Luis Ignacio Andrade, secretario del partido, y por el leopardo Ramírez Moreno en nombre del DNC. Hubo derroche de palabra. César Tulio Delgado, designado por la organización, arremetió violentamente contra el desbarajuste que vivía la República por obra del régimen frente-populista e invitó a sus compañeros a no desfallecer hasta conseguir la derrota del comunismo. Andrade, por su parte, invitó a los jóvenes bogotanos a concurrir a la Casa Conservadora como a la suya propia, y Ramírez declaró que mientras no cesara la persecución contra el más ínfimo e ignoto labriego conservador el DNC no cedería un momento en su política abstencionista 94 . Fueron puestos a disposición de la juventud escolar y universitaria los servicios de cafetería y restaurante a bajo costo, un salón de lectura con aprovisionamiento de revistas, periódicos y propaganda ideológica, una biblioteca, un billar y hasta una peluquería. Contarían los estudiantes, también, con servicios médico y odontológico, el primero gratuito y el segundo a precios módicos. La droga sería vendida a un costo por debajo de la tarifa del mercado. Se prometía ofrecer ciclos permanentes de conferencias sobre temas político-ideológicos y de cultura universal. Se anunciaron cursos de apologética y elocuencia, inglés y francés; y la fundación de una academia con órgano propio de difusión. Se trataba de una oferta suficientemente amplia para atraer a los jóvenes bogotanos que se inscribieran a la UNEC. Finalmente, se hizo un llamado para que se replicara esta experiencia en provincia 90 . Al final del año, los estudiantes bogotanos pudieron extasiarse con conferencias colmadas de histrionismo, sabiduría y elocuencia. Manuel Serrano Blanco disertó sobre la situación política nacional e internacional y Bernal Jiménez trató del animismo y del humanismo; apenas para una sociedad donde el esparcimiento era pobre aún 96 .

Haz Godo: punto de llegada de Página Universitaria y de J e r a r q u í a . El matrimonio; José Mejía Mejía y Álzate Avendaño. Se trataba de una serie de actividades orientadas o previas a la constitución de organizaciones políticas de derecha como organismos previstos para encuadrar a "las nuevas gentes" en el Partido Conservador. Así, la prensa conservadora de Antioquia y Caldas registró el 21 de septiembre de 1936 la creación de El Haz de las Juventudes Godas, con el propósito de darle "un alineamiento beligerante a la vanguardia del conservatismo antioqueño". Era el punto de llegada donde confluía el esfuerzo que venía materializándose desde la Página Universitaria de 1929 y J e r a r q u í a en los últimos años. El movimiento se gestó después de dos reuniones constitutivas, la primera de ellas con cuarenta y la segunda con ochenta participantes. Las oficinas de la revista Tradición sirvieron para las deliberaciones. Los jóvenes reivindicaron el apelativo de godos'- "Además de tener arraigo popular contiene en sí mismo una definición programática por cuanto los partidarios de Bolívar en la Convención de Ocaña, primeros varones de derechas en el país, fueron calificados 7,77

Ibid., junio 25 de 1936, p. 1. ' 7 Ibid.. octubre 19 de 1937, p. 2. Véase ibid.. noviembre 7 de 1936. pp.l y 12. 77 * Véase ibid.. noviembre 21 de 1936, p. 1. 99

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originariamente con ese vocablo que ha mantenido a través de los tiempos su noble significado histórico" 9 '. Sus organizadores hablaron del Frente Godo para oponerlo al F r e n t e Popular y lo definieron como oposicionista integral, a n t i l i b e r a l y contrarrevolucionario. Álzate Avendaño estuvo en las reuniones constitutivas del nuevo organismo político. Se le reconoció como jefe y caudillo de derechas y fue saludado a la romana. En una de las reuniones constitutivas, Álzate esclareció sobre la historia del Partido Conservador y ahondó en lo que serían los nuevos métodos tácticos, lo mismo que sobre la nueva plataforma programática del movimiento. Propuso que al sindicato rojo se opusieran los gremios de oficios, y a la violencia ejercida desde el poder, las brigadas defensivas del conservatismo. Por primera vez se propuso la fórmula de No hay enemigos a la derecha para atraer todas las fuerzas políticas afines. Los miembros de Haz Godo serían identificados con el carné godo y el nuevo movimiento tendría un ordenamiento jerárquico: Consejo Supremo del Haz, una secretaría general y asesorías técnicas. En todos los municipios del departamento tendría filiales y a él podrían afiliarse personas de todas las clases sociales. El Consejo Supremo quedó integrado por Juan Roca Lemus, José Mejía Mejía, Abel Naranjo Villegas, Guillermo Fonnegra Sierra, Víctor Carvajal Ortega, Manuel Betancur y Gabriel Congote, y como secretario general fue elegido Gabriel Aramburo. Como órgano del movimiento se anunció la aparición del semanario El Clarín, que estaría bajo la dirección de J u a n Roca Lemus, José Mejía Mejía y Víctor Carvajal Ortega. Mientras tanto, fungiría como vocera la revista Tradición. Durante las primeras reuniones se estudió la posibilidad de convocar a un Congreso Nacional de derechas en el mes de noviembre en Medellín, que contara con la participación de la juventud conservadora de todo el país. Haz Godo aprobó una proposición de saludo a Laureano Gómez y al general Pedro J. Berrío, "los más cimeros jefes de la oposición". José Mejía Mejía, el destacado ideólogo de Jerarquía, pasó a hacer parte de Haz Godo. Se sentía a sus anchas y tenía todos los valores necesarios para iluminar a esa agrupación. No hizo otra cosa que trasladar a la nueva tolda sus prédicas de Jerarquía. Incrustó entre los pilares del nuevo edificio el decálogo ideológico denominado entonces Posiciones y proposiciones. Los diez puntos que aparecen en el capítulo anterior fueron aprobados como la plataforma de Haz Godo. Se estableció así el vaso comunicante entre una agrupación y otra: Página universitaria (1929), Jerarquía (1935) y Haz Godo (1936). En las tres, Mejía Mejía contó con la supervisión y colaboración de Álzate Avendaño. Ambos personajes se sentían trabajando en la misma dirección. Por eso, al final de la plataforma del nuevo movimiento, Mejía anotó lo siguiente: Gilberto Álzate Avendaño y el autor de estas líneas establecieron desde el año de 1931 una nueva modalidad mental en el partido. Gestores, animadores e iluminadores de una briosa gesta derechista, n u e s t r a s actuaciones casi pudiéramos decir que carecían de acústica, el partido estaba sumido en la sensibilidad gobiernista del imperio hegemónico. Inteligencias insulares como la de Álzate Avendaño y la nuestra abrieron el desbrozamiento de una agitación dura y cuajada como la que ahora contemplamos. Las premisas de aquella época, edificadas casi contra el coro de nuestra pusilánime generación, forman e integran el estatuto mental de estos días. Sobre nuestros hombros quedan estos atrevidos mandamientos. La responsabilidad es corajudamente de los que en sangre y espíritu podemos responder por la tremenda sinceridad de estos principios 98 . 97 Véase La Patria, septiembre 21 de 1936, p. 3. "" Ibid.

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El respaldo de El Colombiano a Haz Godo fue inmediato. Mejía Mejía reanudó allí su columna "Rúbrica" con brío, y contó incluso con el espacio de la editorial para difundir y ampliar la voz del nuevo movimiento. "Convención Nacional Goda" fue el titular de un editorial suyo aparecido en septiembre 12 de 1936. Allí, el ideólogo, sobraría decirlo, ubica a una supuesta extrema izquierda colombiana como la contraparte de Haz Godo. Según escribía, a esa fuerza política y beligerante debe oponerse otro estilo, distinto del lírico, del poético. Testigo de la vocación poética y literaria del conservatismo, pensaba que si no se cambiaba era imposible que el partido reconquistara el poder, de ahí que fuera necesario cambiar de táctica. Se hacía necesario ser diáfanos: "Las nuevas generaciones derechistas deben buscar al hombre anónimo y no al intelectual engreído y melindroso. Descender a la plaza pública para correr tras la muchedumbre que espera un programa de certezas" 99 . Mejía invitaba a "operar con la materia prima de la restauración nacional", que eran las masas conservadoras, pero sin manifiestos literarios, sino con la acción: "la tremenda realidad de los brazos en movimiento". Convocaba a olvidar al hombre pusilánime que es el de letras, "debilitado por las fruiciones mentales sin haber levantado nunca el músculo para la acción"100. Esa era la propuesta del principal ideólogo de Haz Godo para la convención, que se programaba con el fin recibir en Antioquia a las juventudes godas de todo el país. Declaraba a ese departamento fortaleza derechista y confiaba que de allí salieran los índices de restauración que se necesitaban "en la hora presente". Culminaba con un llamado: "Lancémonos a la acción sin ningún exordio de estrofas. Las masas godas y católicas nos están esperando" 101 . Mejía Mejía y con él, Haz Godo, querían que el conservatismo acogiera sus puntos de vista, que eran los del fascismo: "Es una verdadera impertinencia retórica creernos ubicados en el subsuelo de los principios fascistas que rigen hoy día la vida de otros pueblos [...] El Haz Godo aspira precisamente a una adaptación rigurosa de las ideas con los hechos y a que el partido conservador estruje la historia con u n a doctrina de su altura" 102 . Haz Godo se organizaba a toda prisa. El epicentro del movimiento era Medellín. El desenlace de la guerra civil española a favor de su manera de pensar los empujaba. En la oficina del movimiento, la misma de la revista Tradición, ubicada en la pieza 14 del Edificio Comercial, en el centro de la ciudad, al tiempo que los jóvenes se inscribían firmaban una declaración de adhesión al Gobierno provisional de Burgos, c o n s i d e r a d o " r e s t a u r a d o r de la civilización e s p a ñ o l a a m e n a z a d a por el bolcheviquismo". Se configuraron las asesorías: orientación social, conexiones, organización y estatutos, movilización, fondos, propaganda, universitaria, empleados, y se anunció la creación de las asesorías obrera y campesina. Todas estaban integradas por hombres probados en la militancia de la derecha. J u a n Zuleta Ferrer y Abel Naranjo Villegas hacían parte de la asesoría de orientación social, Juan Roca Lemus de la de conexiones, Jorge Luis Arango de la de fondos y Mejía Mejía de la de propaganda. La asesoría de movilización acordó iniciar la formación de una brigada compuesta por mil hombres distribuidos en diez brigadas, lo mismo que una milicia infantil y una retaguardia goda. Era un liderazgo masculino; las mujeres aparecerán más adelante. A diario, el movimiento emitía boletines de información de generosa recepción en las páginas principales de El Colombiano, que, además, publicaba entrevistas a sus impulsores. El entusiasmo era delirante, todo el mundo proponía iniciativas: que el carné debía llevar foto, que se publicara una página especial en un 779

El Colombiano, septiembre 21 de 1936, p. 3. "' Ibid. "" Ibid. 77777 Véase "La plataforma ideológica del Haz Godo", en La Patria, diciembre 3 de 1936. pp. 3 y 7. 7

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diario, que se convocara a una convención de las juventudes de derecha de los países de la Gran Colombia, que se organizara una brigada de voluntarios para que defendiera al Partido Conservador. Aunque en negativo, la organización del comunismo en el fondo atraía a los ideólogos de Haz Godo. Y si no los atraía era su estímulo y su legitimación. José Mejía propuso una asesoría lírica para organizar la producción de un nuevo arte en el conservatismo. A lo mejor tenía en mente emular al gobierno soviético en este sentido: "Las letras revolucionarias sirven de palanca en la predicación ideológica de los cuadros de izquierda. El poema rojo o la canción proletaria son herramientas de trabajo en donde el artista cumple una función disociadora que le asigna su fe en un dogma y el rótulo político emanado de una filiación ideológica"103. Rechazando el arte por el arte y considerando que este no podía ser la investigación de lo inútil, sugería emular la experiencia soviética: "¿Por qué las banderías godas de Colombia no construyen con idéntica efusión la estética derechista, el ritmo poético de acento puramente contrarrevolucionario y la estrofa de firmes aristas católicas?" 104 . Propugnaba por un arte acorde con los intereses, intenciones y naturaleza de la nueva agrupación: "Que nuestros poetas godos inicien desde ahora la construcción del canto político, duro y arriscado [...] Que brinque el ritmo nuevo del poema político para transportar una intención ideológica a las masas del partido. Hagamos arte contrarrevolucionario para refutar la literatura roja que es también una dialéctica emocional contra las columnas de nuestros credos"106. Y también el marxismo los emulaba. El secretario general de Haz Godo aconsejaba al movimiento una táctica combinada de crítica constructiva y crítica negativa: "Negar, como lo hace el marxismo con resultados benéficos en una forma sistemática pero inteligente y racional los postulados del adversario y afirmar con énfasis los propios"106. En noviembre estaba en plena marcha el Haz Godo femenino. J u a n Roca Lemus, se dirigió a un auditorio de trescientas mujeres, que se reunieron para escuchar la misión histórica que les correspondía llevar a cabo en la organización: el culto a los héroes. 'Rubayata' les habló de una Colombia del pasado que había sido bolivariana, augusta y aristocrática. Las invitó a jugar un papel definitivo en un momento de nivelación de clases sociales como el que se vivía. Ellas, el primer elemento nacional, debían mediar para conservar lo que quedaba del espíritu aristocrático de la sociedad de ayer, evitar, en fin, los desmanes propios de este proceso. Anotaba el célebre 'Rubayata' que hordas cafreras se habían regado por el mundo fusilando imágenes santas, blasfemando contra Dios y contra el sentido vigoroso de la patria, clamando por leyes que desnivelaban la moral del hogar, creando ambiente de libertinaje y vandalismo. Las consideró predestinadas y en esa investidura las llamó a infiltrar el sentimiento católico en las fábricas, en las usinas, en los talleres; a que enseñaran sentencias de moral. "Las patrias en donde el sentimiento nacionalista no existe se derrumban" 107 , decía, por eso las mujeres de Haz Godo trabajarían en esta dirección: "Entronizad en vuestros hogares, ojalá en acto trascendental, la imagen de Bolívar, para que quede frente a la estampa sacrosanta del Señor. Ayuntados así la fuerza divina y la fuerza nacionalista, la patria va ganando en salud"108. En el esquema del ideólogo de Haz Godo, las mujeres de la organización debían estar junto a las mujeres trabajadoras "enseñándoles quién fue el Libertador, quiénes los demás proceres, quiénes las heroínas que trazaron paradigmas que vosotras vais a seguir"109. 70:7

El Colombiano, septiembre 18 de 1936, p. o. ' ibid, ibid. 1776 Ibid.. septiembre 21 de 1936, p. 2. 77,7 ihid., noviembre 23 de 1936, p. 3.

777

77,7

•'•' Ibid. '"" I b i d .

El porvenir del pasado 211

La conversión de Álzate en un personaje de primera línea en el Partido Conservador hacía que su papel en el movimiento de las derechas fuera atenuado. Más bien se le veía como representante de estas en el partido. De hecho, su llegada al Directorio Departamental era producto de su trabajo como organizador de masas. Esa parecía ser la estrategia. Pero Álzate estaba ahí, influyendo, haciendo conferencias, dando pautas sobre las tácticas del movimiento y sobre sus programas. Haz Godo se pensaba como la parte que necesitaba el conservatismo para reanimarse y prepararse para la reconquista del poder. Reconquistado este gracias a tal estrategia, los nacionalistas se convertirían en los hombres del nuevo gobierno. Decía uno de sus militantes: "El Haz godo es una legión de ataque del conservatismo. Este es el todo, aquel es una parte. Lo que puede ocurrir es que la parte se confunda con el todo"110. Se trataba, además, de otra estrategia: la suya propia para escalar las posiciones dentro del partido y dentro, también, de la sociedad colombiana. Reconocían, sin embargo, los ideólogos de Haz Godo la presencia de Álzate en el movimiento. Era como si estuvieran trabajando para él. Según Abel Naranjo Villegas, Álzate era el hombre predestinado. Así lo afirmaba al explicar que la causa que había originado el movimiento era la amenaza soviética que se cernía sobre el país y el bárbaro régimen liberal que no hacía nada por evitarlo. Decía que Álzate sentía "la urgencia de acomodar a nuestra derecha en la dirección universal y ha buscado el roce con núcleos de intelectuales que en todo el país hagan la promoción de los cuadros del conservatismo hacia los climas de heroicidad que la época y el régimen están solicitando para responder a su desenfrenada insolencia"111. Sostenía Naranjo que se trataba por entonces de un núcleo de intelectuales universitarios interesado en darle uso al godismo como hecho histórico. Eran pocos, sí, y en ellos pesaba la influencia de Cristo y del cristianismo. Tal como ellos había empezado Cristo, con apóstoles, y era justamente la acción lo que había convertido al cristianismo en un inmenso rebaño: "Desempeñamos el papel de Bautistas pero confiamos en nuestro oficio mesiánico porque tenemos seguridad de que el que ha de ser está ya entre nosotros. Vamos a prepararle el escenario" 112 . Si duda, se trataba de Álzate. Pero hay algo nuevo que merece la pena mencionarse. Con Haz Godo disminuye el empecinamiento de los conservadores por el campo y por los campesinos. A esta altura de su configuración, la asesoría campesina no arranca. Sus líderes y sus miembros son urbanos y es en la ciudad donde están trabajando. "Nuestra gesta quiere una política de masas", es una frase tardía, pero que Mejía Mejía y Álzate Avendaño asumen finalmente. El proceso histórico colombiano los estaba presionando para superar el prejuicio conservador de ver las multitudes como lo habían aprendido de Gustave Le Bon.

Haz Godo y el uso público de la historia. Más que proponer otra lectura de la historia de Colombia, Haz Godo intentaba reafirmar lo que consideraba era un legado y una ventaja: la tradición histórica. Se trataba de reforzarla, de volver sobre ella y gracias a ella ganar prosélitos. Así lo expresaba el secretario de la organización:

77 7 1

ibid.. septiembre 27 de 1936. p. 4, Ibid.. septiembre 18 de 1936. pp. 1-2. Ibid.

212 El porvenir del pasado

Nosotros, los jóvenes que queremos un estado de cosas mejor dentro de n u e s t r a armonía histórica y dentro de una concepción católica y conservadora del Estado, predicaremos al electorado nacional de una manera fiel todo el contenido espiritual del pensamiento de Bolívar, procurando ante todo adaptarlo a su espíritu y a sus verdaderas concepciones políticas. Vamos a ser verdaderos exégetas de politica histórica para armonizar y contemporizar las concepciones sociales de ahora con las del vidente Simón Bolívar, padre de la Patria 113 ,

A su turno, Mejía Mejía llamaba a que el Partido Conservador estrujara la historia con una doctrina a su altura, y apuntaba: "El pasado es el mejor alimento del presente. Nosotros no lo desechamos" 111 . Y a nivel externo, como ya lo hemos afirmado, la nueva propuesta consistía en introducir al país el modelo del Estado corporativo, "que es el que mejor consulta los intereses de los pueblos", decía el secretario general repitiendo lo que sus pares también formulaban. A Gabriel Aramburu, que por algo ocupaba ese alto rango entre los jóvenes nacionalistas, le maravillaba ese modelo: La estructura de corporaciones por profesiones u oficios en que todos son técnicos y conocen por sí mismos sus problemas, sería una formación ideal del Estado [...] El actual parlamento podría ser reemplazado por Cámaras profesionales en las que sólo tuviesen votos consultivos los respectivos cuadros técnicos sin considerar su origen social o su antigua extracción política11".

Juan Roca Lemus, intelectual de prestigio que, como ya sabemos, firmaba su columna "Periscopio" de El Colombiano con el seudónimo de 'Rubayata', se convirtió a finales de septiembre en el presidente del Consejo Supremo de Haz Godo. Un ciclo de conferencias, donde se anunciaba la participación de Álzate con una ponencia sobre la política, daría inicio a la creación de una escuela de formación política. Las primeras conferencias versarían sobre el proceso de la guerra civil española, justamente en momentos que los nacionalistas estaban próximos a coronar la victoria. En octubre continuó en firme la organización de Haz Godo. La asesoría obrera entró en plena actividad. Se inventaron una cinta azul para distinguir a todas las personas que se inscribían y se puso en marcha una agresiva campaña para recolectar fondos para el movimiento. Un manifiesto de adhesión dio inicio a la asesoría de la mujer goda. Gilberto Álzate Avendaño iba y venía de Manizales a Medellín. Estaba de lleno en la configuración del movimiento nacionalista. El 14 de octubre participó en las deliberaciones donde el Consejo Supremo aprobó el 'Plan bienal' que trazó el itinerario del movimiento en tres periodos: agitación, organización y movilización. En el primero se intensificaría la matrícula de los afiliados y se promovería con ahínco el nuevo espíritu militante dentro del partido en ciudades y campos; en el segundo se verificaría el encuadramiento en vanguardias juveniles y formaciones de adultos con potencialidad de choque; y en el tercero se procedería a movilizar los efectivos de Haz Godo en la lucha política contra el régimen. Álzate intervino sobre los prospectos tácticos y programáticos del movimiento. La reunión saludó la aparición del primer número de Clarín, el semanario de la organización, que estaba bajo la dirección de Roca Lemus y José Mejía y Mejía. Se aprobó la convocatoria de un concurso para escoger la letra del futuro himno del movimiento, y como escudo se adoptó el mismo de la Acción Nacional Derechista, con el Libertador enmarcado en la cruz latina, y se aprobó también el saludo a la romana, con el brazo en alto. Finalmente, Álzate, que se aprestaba para viajar a Manzanares a una concentración política fue despedido con efu-sión. Sus aconsejados hicieron votos por el pronto regreso del caudillo y por el éxito de sus empresas políticas. 777 777 77

Ibid.. septiembre 21 de 1936. p. 2. Ibid.. noviembre 20 de 1936, p. 5. Ibid.

El porvenir del pasado 213

La aparición de Clarín, como era de esperarse, produjo satisfacción en la comunidad derechista. Diario del Pacífico, donde los jóvenes nacionalistas del Valle del Cauca gozaban de la página universitaria Fe y Doctrina, se expresó así : "Con un saludo romano recibimos al nuevo colega de Antioquia. Desde aquí seguiremos fervorosos t o d a s sus afirmaciones en favor de los principios derechistas" 1 1 6 . P á g i n a U n i v e r s i t a r i a estaba dirigida por Gustavo Salazar García y contaba con la participación de Elias Salazar García, Hernando Olano Cruz, Luis Carlos Valencia y Gerardo Rojas Bueno. Mientras tanto, Fernando Gómez Martínez, director de El Colombiano, legitimó las actividades de Haz Godo. Repitió y ratificó lo que sus ideólogos venían diciendo: que equipaba al conservatismo de los elementos de lucha que le estaban siendo indispensables, que le estaban cambiando la psicología al partido para adaptarlo como partido oposicionista, oprimido y aislado. Contenidos de un artículo suyo publicado en Clarín y reproducido en su periódico nada menos que como editorial. José Mejía Mejía volvió a publicar la plataforma del movimiento que, como hemos dicho, era la misma de Jerarquía, sin una coma menos. En octubre, poco después de creado Haz Godo, Álzate concedió una entrevista al periódico La Patria. Allí, el capitán -como le decían- hizo algunas declaraciones en las cuales confirmó su temple. Se mostró tan partidario de la abstención integral como lo hubiera estado Laureano Gómez. Con la experiencia del hombre de elecciones que ya era, sonreía cuando le preguntaron su opinión sobre algunos conservadores que consideraban necesario regresar a las urnas : Nadie se imaginaría a esos orondos señores capitalinos en unas elecciones caliginosas de la provincia, al pie de muchedumbres inermes, afrontando el riesgo físico y la responsabilidad del debate [...] Nosotros nos negamos a sacrificar copartidarios indefensos para darle empleo en la C á m a r a a t a n t a gente conspicua. No se puede supeditar una táctica de vasto alcance a la nostalgia de algunos parlamentarios sin escaños 117 .

Pero aquí es necesaria la transcripción de la entrevista para comprender al Álzate Avendaño de ese momento histórico118. Periodista (P): ¿Qué opina acerca de las negociaciones políticas entre personas de ambos partidos?, es la primera pregunta que le formulamos a Gilberto Álzate Avendaño. G i l b e r t o Á l z a t e A v e n d a ñ o (GAA): El c o n s e r v a t i s m o no coopera ni vota. Los n o t a b l e s pueden entretenerse en sus diálogos platónicos, buscando un acuerdo con porfía cortés. Pero eso no produce ningún cambio actual o inminente en nuestra táctica. La política conservadora de hoy no se decide desde el reposo de los divanes, en comedidas pláticas, lejos de las masas, sin tener en cuenta sus complejos de motivación, sus estados psicológicos, su oscuro impulso anhelante. El partido - p a r a citar la frase del político peninsular, un poco deteriorada por el uso— no es marinería pronta a zarpar rumbo a cualquier puerto. Posee una conciencia, una disciplina, una ruta, un objetivo. No está dispuesto a variar sus itinerarios porque se sobresalten algunos individuos aprensivos de la tripulación. P: Si el gobierno ofrece garantías para el sufragio, ¿el conservatismo puede y debe votar otra vez? GAA : No. Esas g a r a n t í a s no dependen del e s t a t u t o electoral. Tampoco es potestativo del gobierno crear. Hay un divorcio entre las leyes y los hechos, entre la norma y la obra. En la hipótesis de que los altos poderes desearan un retorno a la normalidad democrática, para que 7777 17 7777

Diario del Pacíñco. noviembre 5 de 1936. p, 3. La Patria, octubre 4 de 1936. pp. 1 y 3, Es bueno anotar que la táctica del conservatismo en este momento era la abstención. En septiembre de 1936, la DNC había rechazado la invitación a participar en el Gran Consejo Electoral.

214 El porvenir del pasado

el conservatismo se situara nuevamente dentro de los cuadros constitucionales del Estado, me parece imposible verificarlo en la práctica. El populacho, espíritu y carne de este régimen faccioso no lo consiente. Las turbas están desbordadas. Durante estos años ha sido estimulada sin reservas su brutalidad triunfante. El gobierno y las directivas políticas se han puesto a remolque de ella, zagueramente [sic], en vez de embridarlas y conducirlas. La hez del país, por bajas mareas sociales, nos anega torrencialmente, sin diques ni esclusas. Nadie contiene esa hampa beligerante, dilatándose en fuerza y en apetito. Ella no tolera la convivencia. Tampoco los cabecillas liberales la proponen lealmente, porque dejarnos votar sería suicidarse, perder el poder y los empleos. P: ¿Cómo podría entonces el conservatismo volver a las urnas? GAA: Con un encuadramiento de choque. El conservatismo no puede confiar en garantías distintas de las que puedan darse en virtud de su propia voluntad y eficacia. Ni la piedad patriótica, ni nuestro anhelo nazareno de concordia van a establecer la paz civil. El repliegue de la violencia facciosa, ha de resultar de la tensión y equilibrio de fuerzas contrapuestas, con igual poderío y parejo vigor de ataque que se respeten recíprocamente. Cuando el conservatismo, desembarazado de su costra de mansuetud y sus supersticiones curialescas disponga de móviles equipos defensivos, no habrá más masacres impunes ni nuevos mártires en nuestro santoral laico. Por ahora hay que continuar armando los espíritus, mantener viva la voluntad de revancha. Mientras la colectividad conserve su beatitud, sus viejos hábitos mentales y propensiones volitivas, cualquier organización de tipo nuevo sería una estructura inerte, un forro vacío. Lo que el partido requiere inicialmente es un ánimo de dominio, una vivaz levadura psicológica, para efectuar su metamorfosis de cofradía en falange. P: Algunos personajes conservadores insisten en que es posible y necesario votar... GAA: Déjeme sonreír levemente. ¿Quiénes son esos personajes? Los abstencionistas, los que no votan y están al margen de nuestra dramática beligerancia. Nadie se los imaginaría en unas elecciones caliginosas de la provincia, al pie de núcleos inermes, afrontando el riesgo físico y la responsabilidad del debate. Muchos de esos saben que el partido sufraga por la credencial que les viene desde el remoto feudo político. Pero nosotros nos negamos a sacrificar copartidarios p a r a darle empleo en la C á m a r a a t a n t a gente conspicua. Algunos alegan que el partido necesita votar para mantenerse en forma. La gimnasia electoral puede ser sustituida con otros estímulos. En cambio las masas se desmoralizan en un vano y cruento episodio sin otro objeto que una minoría parlamentaria. P : ¿Qué piensa usted de la intervención del doctor Gonzalo Restrepo Jaramillo? GAA: El doctor Gonzalo Restrepo Jaramillo es un varón clarísimo, en quien confluyen los atributos y virtudes de u n a egregia estirpe. Orador y escritor de mucha valía, capitán de industria, ciudadano ejemplar y pulquérrimo. Después de la monumental figura patricia del general Pedro J. Berrío, guía y vértice del conservatismo antioqueño, no hay silueta t a n enérgicamente perfilada como la suya en los cuadros montañeses. Todos sus móviles son nobles, pero replegado en faenas de índole privada, un poco al margen del comando político, hubo de desenfocar el paisaje y cometer algunos errores de perspectiva. El doctor Restrepo Jaramillo propone un frente nacional, fonéticamente semejante a la Concentración Nacional, aunque más actualizado en el rótulo y vagamente alusivo a un cartel contrarrevolucionario. El conservatismo se opuso al régimen de Olaya Herrera, que tenía divisa concentracionista, porque estaba siendo desmantelado y estrujado al amparo de una difusa fraseología patriótica. El partido no quiso convertirse en un apéndice burocrático del gobierno, ni resignarse a minorías arbitrarias, ni consolidar el nuevo régimen como la oposición de su majestad. Optamos por una política abnegada e intrépida, sin más pasión y norte que el poder. Ya hemos avanzado mucho en este a s p é r r i m o camino hacia la r e c o n q u i s t a p a r a verificar un r e c l u t a m i e n t o despavorido, traicionando nuestro destino. Para evitar un acuerdo con el gobierno, poniéndonos bajo su zona de influencia y haciendo una política tributaria, bastaría el recuento de tantos muertos, sus sombras vengativas, esa neblina de ánimo que cubre la vía de retirada. El doctor Restrepo Jaramillo alude al comunismo en avance, oye el galope de las tropas revolucionarias sobre el país. No es eso. El comunismo como colectividad ideológica alinderada, con una táctica,

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un programa y una causa humana, no está todavía presente en nuestra escena histórica. Lo que existe es la invasión vertical de los bárbaros, los instintos antisociales proliferando, un oscuro desorden ubicado en el gobierno y en la totalidad de sus afluentes políticos. Sería erróneo hacer sutiles distingos escolásticos y p l a n t e a r el tema en abstracto. No se puede separar el liberalismo de las otras fuerzas anárquicas. Carlos Barrera Uribe, jefe honorario del liberalismo caldense, es socialmente un animal más dañino que cuantos propagan el evangelio marxista. Hoy somos las reservas políticas del país, intactas y compactas. Cualquier compromiso con núcleos pequeños o grandes de otra divisa nos haría perder cohesión interior e ímpetu sin beneficio equivalente. Lo que algunos denominan liberalismo de orden o derechas liberales, con falta de rigor en el lenguaje o de sagacidad política, no es más que un minúsculo cortejo apenino, una abyecta burguesía que ha estado fomentando la revolución con sus votos, porque en ella ha sido más fuerte el odio histórico hacia el conservatismo, o el pánico, o el snobismo que su propio interés y la responsabilidad patriótica. Esas gentes creen que no se salvan sino capitulando. Lo mismo pasa en todos los países. Políticamente la burguesía es un club de suicidas. Un pacto con ellas apenas serviría de lastre e impedimenta, porque carece de una fuerza numérica y de beligerancia. P: No se puede negar que hay dentro del conservatismo ciertos sectores dispuestos a ofrecer la paz al régimen. GAA: Evidentemente. Nadie ignora que algunos b u r g u e s e s conservadores son olayistas, paladina o soterráneamente. Ellos están saboteando v a n a m e n t e la oposición. Dentro de su sórdida concepción de la vida, consideran que podemos perdonarle al sangriento candidato nuestros muertos en gracia de que es la reacción plutocrática, un servidor de la alta finanza. Para ellos el conservatismo no tiene más oficio que montar guardia en defensa de sus bolsillos. Pues se equivocan. El conservatismo profesa un concepto sobre la propiedad expuesto en sus programas, pero no es una simple patrulla apenina. Hay un pensamiento social de derechas. Una doctrina que no le sirve de atrincheramiento a la plutocracia en sus privilegios, sino que b u s c a fórmulas no catastróficas de r e d i m i r el d r a m á t i c o desespero de los de abajo. El conservatismo preconiza que el Estado intervenga a favor del trabajo, que no es una mercancía inerte, sino algo que suda, que padece y que piensa. Por eso no solamente enjuicia la candidatura de Olaya Herrera por motivos políticos, ya que ella trae consigo unas vísperas de guerra civil, sino porque es un avance del capitalismo sin patria. P: ¿A dónde llevan al conservatismo la oposición y la abstención integrales? GAA: Al poder. Al margen de la vida civil, el partido mantiene intactos sus efectivos, los organiza y e n t r e n a . El desempleo, t a n grave en los años de crisis económica, está siendo resuelto mediante un acomodo paulatino en las actividades privadas. Ya empieza a nacer dentro del partido que antes no era más que un montón de empleados cesantes una enérgica voluntad de dominio, un sentido militante de la vida y la responsabilidad de una misión. Entre tanto cartel de izquierdas que se denomina liberalismo, sin el aglutinante de nuestra presencia en los comicios, se bifurca en oposición y gobierno obligado a reemplazarnos dentro de la mecánica democrática. Es una fatalidad histórica, superior al oportunismo de sus líderes. Cuando una colisión interna los haya desgastado y aniquilado, ninguna de las fuerzas supérstite de la izquierda podrá resistir nuestra carga al poder. P: Pero eso afectaría al país. GAA: Así opinan algunas almas recoletas y aseguran los escritores del régimen. En cambio el país no se perjudica en su ritmo histórico porque los conservadores no seamos ciudadanos sino subditos, animales de carga pública. Pero además ese pequeño interregno de caos es necesario para provocar un subido y violento regreso al orden. Sólo así se posibilita una nueva etapa creadora. Este país debe ser fundado otra vez, transformado de faz y de raíz, porque la república liberal lo ha desorganizado moral y socialmente, en su economía y en su espíritu. Por eso no nos seduce por ahora un precario acuerdo de partidos, el fallido y desesperado proyecto de hacernos convivir en zonas epicenas de centro. Las dolencias nacionales de hoy no se curan

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con emplastos sino que requieren una cirugía de hierro. Esa cataplasma verbal concentracionista transformaría el absceso en gangrena. Ha fracasado el postrer empeño de los políticos centristas. Mejor que así sea. Todo lo ambiguo en la política contemporánea es interinidad. Ahora vamos a definirnos y a ubicarnos, porque no hay puentes levadizos entre el orden y la revolución. Sabemos que sobrevendrán unos pocos años azarosos de caos, prestos a afrontar el ígneo fluir de los acontecimientos. Hay que seguir la lógica de este destino tremendo. Alguien decía que no se puede ser un incendiario profesional con alma de bombero... P- ¿Qué dice de las Derechas'.' GAA: P a r a el próximo número hablaré sobre los prospectos tácticos y programáticos del movimiento. Por ahora me basta advertirle que a mi parecer el conservatismo en el poder tendría que aplicar el programa político y social de las derechas. Somos necesarios e inevitables. Nosotros debemos prepararnos para entrar a caballo en la historia y participar en la agonía de los creadores.

Álzate en Pensilvania, ¿qué haces tú 9 . La vida se encargaba de darle la razón a Álzate; o mejor, la vida se le ponía a tono con lo que decía. Días después de su entrevista célebre, el sábado 18 de octubre, Álzate, junto a Londoño y Londoño, se trasladó a la población caldense de Pensilvania, un municipio donde los liberales apenas eran noventa, con el propósito de presidir otra de las tantas conmemoraciones que constituían la resistencia del conservatismo local: e l ceremonial del luto. Esa vez se homenajeaba al general José Domingo Flórez. Los dos dignatarios del conservatismo departamental fueron recibidos a la entrada del pueblo por una cabalgata de jinetes embanderados, que con dificultad se movilizaba entre una multitud que los vivaba. El color azul de que estaban vestidas las damas partidarias le daba a la fiesta solemnidad. La muchedumbre se congregó en la plaza principal, donde se alternaron los discursos tanto de los visitantes como de los anfitriones. Se trataba no sólo de un evento político que reunía a los conservadores de Pensilvania. Hacia esa población se habían movilizado conservadores de Marquetalia, Manzanares, Samaná, Marulanda, Guayabo, Fresno y Florencia, para no mencionar sino las delegaciones más numerosas. El clima en que se desarrollaba la fiesta fúnebre era tenso por el tenor que le había puesto el joven nacionalismo regional a la disputa política y por los recientes acontecimientos de sangre ocurridos con el conservatismo en la región. El aire estaba enrarecido. Hacia la zona, el régimen liberal había desplazado pelotones del Ejército y la Policía para prevenir los desmanes conservadores. Días antes, advertía El Espectador: "Entre los liberales del vecindario hay con este motivo un gran temor de que puedan ocurrir graves desórdenes, y quizá sucesos lamentables, pues en la actualidad la situación que allí reina no es de completa tranquilidad" 119 . En horas de la noche se llevó a cabo una retreta frente a los balcones de la casa donde se hallaban hospedados Álzate y Londoño. En medio del jolgorio, Londoño llevó la palabra. La fiesta continuó al día siguiente. El descanso dominical corrió por cuenta del evento conservador que se celebraba. En la tarde tuvo lugar el acto central de la conmemoración: la exhumación de los restos mortales del General Flórez y su traslado al nuevo cemeterio de la ciudad. Para tal propósito se llevó a cabo un solemne desfile que recorrió las principales calles de la población, y se detuvo en la casa donde se hospedaban Álzate y Londoño. Empezaron los discursos. Primero habló don Tomás Mejía, dirigente del conservatismo de Aranzazu, que llevaba de esa población a Pensilvania el estilo y la 7777

Citado por La Patria, octubre 20 de 1936. p. 1.

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novedad del nuevo discurso nacionalista que apenas hacía unos días su municipio había presenciado: "Traigo de Aranzazu, ciudad martirizada, un saludo para vosotros y un homenaje a la memoria de vuestros héroes. No os voy a decir un discurso, porque yo soy un embajador sin palabras. Sólo os pido que como postrer homenaje a los héroes desaparecidos levantéis el brazo en alto haciendo el saludo romano, saludo con el que Benito Mussolini y Adolfo Hitler contienen el comunismo ruso y salvan el espíritu católico del mundo"120. Enseguida llevó la palabra Álzate. A su cargo estaba la parte protocolaria, por eso leía un discurso que exaltaba la raza y la tierra en el mejor estilo de Barres; de repente, como en un santo y seña, alguien vivó al Partido Liberal al tiempo que se iniciaba una balacera. O, como lo narró después él mismo: "Al rematar un periodo severo y noble, sobrevino la interrupción trágica, las descargas que abrieron un paréntesis de seis cruces en la oración"121. Da cuenta la crónica del pánico del que fue presa la multitud conservadora, víctima de descargas de los revólveres en manos de liberales. Los resultados fueron seis muertos conservadores: "Todos a bala y la mayor parte presentan las heridas por la espalda". Y ocho heridos: "todos con balas de la policía. Ningún herido hay liberal, lo que indica por sí sólo lo villano y sorpresivo del ataque" 122 . Y escribe el cronista de La Patria que mientras "ocurrían los sucesos, Gilberto Álzate Avendaño no abandonó por un momento el balcón desde donde hablaba, buscando desde un sitio eminente orientar a los conservadores en la defensa y evitar el desconcierto"123. Los dignatarios emitieron un comunicado que terminaba así: "Nos demoraremos hasta sepultar las víctimas y lograr la plena reorganización moral de nuestras masas. El conservatismo está sereno, pero consumido de indescriptible cólera"124. Por supuesto, era una tragedia política considerable que la prensa partidaria resaltó. Con tal noticia abrió edición La Patria el lunes 19 de octubre. El titular cubrió todas las columnas de la primera página, que traía, además, la fotografía de Alzate : "El Gobierno de Caldas se ha manchado con el más negro crimen oficial. La policía y el resguardo masacraron el pueblo de Pensilvania ayer tarde". Un subtitular: "Villanamente fueron asesinadas por la espalda seis conservadores y heridos muchos más, niños y mujeres". Y un amplio sumario: Se trata del más cobarde y alevoso crimen realizado en nuestro departamento. El secretario de gobierno, faltando a su palabra y a su condición obligada de caballero, mintió a Fernando Londoño Londoño y Gilberto Álzate Avendaño. —Se desplegó ejército, policía, bandoleros de las r e n t a s d e p a r t a m e n t a l e s y policía b a r r e r i s t a de Armenia, para asesinar al conservatismo indefenso. -Terrible despacho acusador de Álzate Avendaño y Londoño Londoño. "Enjuiciaremos al gobierno por este espantoso asesinato cometido con perfidia y engaños", dicen. -Detalles que precedieron a la matanza. Se pide el acuertelamiento de la policía. —Hoy deben ser sepultadas las víctimas. -Todos los muertos y heridos son conservadores. -Todos los detalles.

En la misma primera página y en recuadro los editores del periódico incrustaron una columna con el siguiente titular: "Asesinos, asesinos, gobierno asesino!!!". En uno de sus apartes se leía: "El partido conservador queda notificado por la última vez de que no puede presentarse inerme en las plazas públicas. Pero hasta cuándo Dios mío, diremos por la última vez"125. Pero, además de este despliegue, la otra mitad de la primera página se compartía con el desenlace de los acontecimientos de la guerra civil española que se presentaba en igual tono y trascendencia: "A más tardar dentro de 3 días se hará la entrada a la capital. Declaró el Gral. Mola ayer. Formidable triunfo rebelde". '-"La Patria, octubre 22 de 1936. pp. 1-2. '-' Ibid., octubre 21 de 1936, pp, 1 v 5. Ibid. •-" Ibid.. octubre 19, p. 4. 77 Ibid. '-' Ibid.

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Mitad de la página dedicada al dolor y mitad a la felicidad, tristeza por lo de adentro y alegría por lo de afuera. La dirigencia conservadora nacionalista de Caldas tenía interiorizado el proceso español a tal punto que lo consideraba parte componente del proceso colombiano. Ambos eran una misma cosa, les salía espontáneamente en medio de la ira o la felicidad. Silvio Villegas escribía a propósito de los acontecimientos de Pensilvania: El llamado gobierno colombiano de Colombia no es sino una pesadilla peligrosamente armada, como el señor Azaña, contra el cual luchan bravamente, cumpliendo con su deber, los legionarios de Franco, Mola y Quiepo del Llano. Nuestro deber es luchar por todos los medios permitidos por el gobierno, es decir fuera de la ley, porque se restablezcan la libertad y la justicia 126 .

Abel Naranjo Villegas, otro de los ideólogos de Haz Godo, escribía: La realidad universal es de un dramatismo insurgente, somos poco aficionados al patetismo pero cuando las izquierdas se internacionalizan p a r a a r r a s a r el contenido h u m a n o de los Estados tenemos ya un oficio que es el de mirar adelante de ellos internacionalizándonos también para escoltar los principios normativos asociando si es preciso la escenografía de otras latitudes. Nuestras gentes saben que es una misma la causa de Mola y la de Laureano Gómez o Pedro J. Berrío. Han captado sutilísimamente ese sentido de orientación histórica que los capacita para escuchar con ardorosa mística lo mismo una arenga de Cabanellas o un discurso violento de nuestro gran jefe127.

El mismo Álzate, poco después, cuando se anunció la reconquista de Madrid por los nacionalistas, escribió - n a d i e mejor que é l - el editorial de La P a t r i a con el titular "La España resurrecta". Era como si escribiera sobre lo que en Colombia estaba pasando. Haciendo justicia a la lucha contra la República, anotaba: "A la postre, el pueblo se endereza y aniquila a los facinerosos acampados en el poder. Entre más tiempo se aplace la empresa r e s t a u r a d o r a , mayor dolor apareja" 128 . Sacando lecciones de la guerra civil española, agregaba: Porque los políticos de derechas fueron incautos y plegadizos en los primeros años de la república, porque el ejército estuvo en un inicial balanceo dubitativo, porque la burguesía pusilánime se hincó ante los nuevos amos, se hizo preciso que los legionarios de Franco recorrieran como bestias épicas, entre escombros, los desolados páramos castellanos 129 .

El triunfo del nacionalismo español, la derrota de la República, caía como bálsamo en el espíritu conservador caldense. La estrategia estaba cubierta, además, por una amenaza, una advertencia para el adversario liberal-comunista. En la popular iglesia de Santa Rosa en Cali se llevó a cabo un te Deum por el triunfo de las armas nacionalistas españolas, que Diario del Pacífico justificó: "Ese triunfo del general Franco significa la victoria de la civilización cristiana sobre la barbarie" 130 . Empero, la dicha fue pasajera. José Antonio Primo de Rivera, jefe de la Falange española, el admirado e imitado guía espiritual por excelencia, fue condenado a muerte por un tribunal de Alicante. El 20 de noviembre fue fusilado contra un muro de la cárcel. Fue un golpe duro para la sensibilidad de extrema derecha en Colombia. 'Rubayata' exclamó en su columna: "nuestro corazón está grávido de dolor. Dios lo tenga en su seno. Y los hombres buenos lo tengan como guías de venganzas" 131 . 716

Ibid., octubre 20 de 1936, p. 1. El Colombiano, septiembre 18 de 1936. p, 2, ''" La Patria, noviembre 8 de 1936, p. 3. '-' Ibid. 7717 Diario del Pacifico, noviembre 10 de 1936, p. 5. El Colombiano, en un editorial de fin de año, consignó7 "La sangre, la lengua, la religión y la historia nos unen a España, y por eso debemos estar pendientes de la Península y de sus experiencias". El Colombiano. 21 de noviembre de 1936. p. 3. 771 Véase. "Guía de venganzas", en ""Periscopio", la columna de "Rubayata". El Colombiano, noviembre 21 de 1936, p. 3. l¿7

El porvenir del pasado 219

Primo era un icono, un paradigma: caudillo y hombre de letras, virtuoso de la acción política, capitán de multitudes con vocación de poder y poder de convocatoria. Apenas tenía treinta años y los muchachos godos de Colombia habían calcado de él la Falange española de las Juntas de Ofensivas Nacional Sindicalistas, las famosas JONS. De esta organización tomaron formas y contenidos para los grupos criollos. Todo o casi todo lo de Primo lo importaron. E importarán más, aun después de muerto, cuando se conozca y se digiera en realidad toda su obra, que a partir de entonces empezó a circular junto a los escritos de los nacionalistas criollos132. Como Primo, los jóvenes nacionalistas colombianos habían sacudido al conservatismo, le habían insuflado dinamismo y lo habían sacado a la calle, y, como él, se separarán muy pronto, y se enfrentarán con los pares comunistas a puño limpio. Hay que anotar, sin embargo, que el pensamiento de Primo de Rivera, aunque lo dijeran, no podía ser adaptado, en este instante, a las condiciones colombianas! eran más sus gestos guerreros que su ideario lo que ha debido cautivar a los conservadores locales que a diferencia del sacrificado jefe de la Falange española no hablaba de partidos, no reconocía a ninguno, apenas a la patria. Su discurso era abarcador e incluyente, así estaba consignado en el concelebrado discurso constituyente de su movimiento: El movimiento de hoy, que no es de partido, sino que es un movimiento, casi podríamos decir un anlipartido, sépase, desde ahora, no es de derechas ni de izquierdas [...] sepan todos que nos escuchan de buena fe que esas consideraciones espirituales caben todas en nuestro movimiento: pero que nuestro movimiento por nada atará sus destinos al interés de grupo o al interés de clase que anida bajo la división superficial en derechas e izquierdas. / La patria es una unidad total en que se integran todos los individuos y todas las clases: la patria no puede estar en manos de la clase más fuerte o del partido mejor organizado. La patria es una síntesis trascendente, una síntesis indivisible, con fines propios que cumplir: y nosotros lo que queremos es que el movimiento de este día y el Estado que cree, sea el instrumento eficaz, autoritario, al servicio de una unidad indiscutible, de esa unidad permanente, de esa unidad irrevocable que se llama patria 133 .

Para el país en que intervenían los nacionalistas colombianos, los lineamientos no se acomodaban. Para un primorriverismo criollo faltaba que corriera el tiempo, pero su muerte precipitaba tal proceso. Primo era una herramienta de ayuda para cubrir sus propuestas de un aura popular que no por confesarse fascista dejaba de serlo. La emoción de la muerte del ilustre falangista influía para que se escribieran cosas sugestivas: Las masas tienen además de urgencias espirituales y afectivas apetencia económica. A los sindicatos comunistas hemos de oponer los sindicatos católicos con pliego de servicios especiales superior y justo [...] La extrema derecha o sea el fascismo adaptado a nuestras circunstancias de cultura, raza y geografía, es la expresión de nuestro nacionalismo cimentado en el pretérito y t e n d i d o al porvenir con un sincero temblor de ahínco [...] Somos el ala fascista del conservatismo que erige el pecho en barricada para defender los símbolos de la república. P r e t e n d e m o s hacer real el contenido social de n u e s t r a ideología tradicional, a t e n d e r al proletariado y al campesinato con instituciones gremiales que lo liberten de la avidez de los intermediarios y de la explotación de los prestamistas a la vez que les proponemos luchar por la conservación y mejora de sus reliquias espirituales. Nuestro programa es de actualidad palpitante y ha encontrado eco en la conciencia nacional 134 .

Ya en julio anterior, La Patria había dado cabida a un interesante artículo, del que reproducimos algunos apartes claves para la comprensión del fenómeno que aquí reseñamos: 777 77 71

Véase, el "Credo de la Falange", en La Patria, noviembre 22 de 1936, pp 1 y 7. El Siglo, noviembre 19 de 1937. p. 3. La Patria, noviembre 28 de 1936. p. 8.

220 El porvenir del pasado

Seguimos la revolución de la península con el más grande interés. Sabemos hoy mejor su geografía que la del barrio en que vivimos. Los godos de la tertulia aseguran, con los puños cerrados, que si triunfamos en España, volveremos al poder en Colombia antes de dos años. Creemos sinceramente que el triunfo de los azules en España, vale más para nosotros que una victoria electoral en elección de representantes a la Cámara. Y creemos también que si las derechas se rinden, el directorio conservador debe decretar la abstención por cuatro años más. Sólo ahora hemos venido a saber lo que nos parecemos a los españoles. Nuestra política tiene la misma ubicación espiritual y geográfica. Hasta los políticos se parecen. Azaña es el propio Luis Cano. Alcalá Zamora es idéntico a Abadía Méndez. Largo Caballero es un Olaya Herrera ilustre e ilustrado. Madrid, Barcelona y Valencia es como decir Bogotá, Medellín y Barranquilla" 130 .

Los sucesos de Pensilvania tuvieron gran repercusión política, obviamente. La estrategia conservadora de mantener a su militancia movilizada a través del ritual de la muerte coincidía con u n a t r e m e n d a realidad. No se t r a t a b a de actos preformativos, sino que la realidad se encargaba de propiciar el material para construir un conservatismo mártir. El partido tenía además la cultura para sostener una invención a todas luces fundamentada en su catolicismo y constatada en la vida cotidiana. Toda la prensa conservadora concurrió a la solidaridad de partido, la primera página y los editoriales abundaron el acontecimiento. Augusto Ramírez Moreno declaró que el Gobierno estaba tratando al conservatismo como enemigo extranjero. Y, realmente, así estaban las cosas. Colombia vivía en una situación psicológica de guerra, una sensación de inseguridad se apoderaba de la población. La política se desarrollaba desde la construcción del otro como enemigo, y este no estaba afuera, no era un país vecino. Toda la energía nacional, o gran parte de ella, se gastaba, se agotaba en la fabricación del odio, en la confrontación de colombiano contra colombiano. La fragmentación del país en dos bandos estaba en su punto. Los hechos de Pensilvania constituían la consolidación de una ingobernabilidad que tardará años en resarcirse. Una parte de Colombia, que intempestivamente no era ya la mayoría, consideraba al Gobierno ilegítimo, no tanto por no haber participado en las anteriores elecciones presidenciales, sino por la persecución a la que estaba sometido el conservatismo. Que las cosas reventaran por Caldas no era casual. Se trataba de un departamento al que se le cambiaba violentamente el rostro de su electorado históricamente constituido. Keith Christie, una voz neutral y especializada en lo que narramos, ha descrito el fenómeno de la siguiente manera: Los p a t r o n e s de votación empezaron a t e n e r un vuelco a nivel municipal en el periodo posterior a 1930. Manizales se convirtió en m a r c a d a m e n t e liberal en 1930: otros distritos cambiaron su afiliación política de modo más marginal. Pero tales cambios se llevaron a cabo más ampliamente en los municipios del occidente donde los conservadores fueron de manera progresiva perdiendo la ventaja electoral que poseían en los años veinte. Apía en el occidente y Filandia, el único puesto de avance conservador en el sólidamente liberal Quindío, sufrieron los cambios más dramáticos. Los conservadores fueron dominados de tal manera en Apía que ni siquiera votaron en las elecciones municipales entre 1934 y 1937, siendo el nivel municipal el único en que los conservadores dejaron de abstenerse durante estos años. Pero en general, si se toman juntos todos los distritos del occidente, se ve que u n a mayoría segura de los conservadores por 5.017 contra 3.511 liberales en las elecciones de 1923 para la Asamblea se redujo a un pequeño margen de 8.460 sobre 7.299 en la elección presidencial de 1930. Siete años más tarde, esta vez en elecciones para concejos municipales, la región había llegado a ser claramente liberal con 12.755 votos liberales contra 6.702 conservadores 116 .

77 717

ífud.. julio 27 de 1936, p. 3. Christie, Keith. Oligarcas, campesinos y política en Colombia. Aspectos de la historia socio-política de la frontera antioqueña. Bogotá, Universidad Nacional. 1986. pp. 152153

El porvenir del pasado 221

Este mismo autor ha reconstruido, para beneficio nuestro, el papel desempeñado por el coronel Carlos Barrera Uribe en la política y en la violencia liberales de la época del joven Álzate que estamos rastreando. Se trata de un gamonal, soporte del liberalismo en la región quindiana del viejo Caldas. A través de su parábola política se entrelaza la relación delincuencia y política. Tal parábola contradice la relación entre el liberalismo de los años treinta y la modernización. Tal vez se trate de su mayor contradicción y más bien a través del personaje se comprenda el proceso dialéctico por el que estaba pasando el Partido Liberal, que también lo era de gamonales. La importancia del libro de Christie es que nos demuestra que en la aplicación de los mecanismos de intimidación política y de los usos de la violencia la figura del gamonal es esencial: "Era siempre el gamonal el que, por medio de un pesado trabajo, estaba generalmente mejor ubicado para decidir cuándo y dónde debía emplearse esta clase de mecanismos"137, y el liberalismo tenía en Barrera esa fortaleza en Caldas. Justamente, había sido Barrera el asesino de Clímaco Villegas, una de las primeras víctimas conservadoras de la región convertida en mártir, concelebrada, conmemorada y heroizada. En los reclamos en alto tono del conservatismo caldense por los sucesos de Pensilvania, el nombre de Barrera salió a relucir por todas partes y a él el conservatismo adjudicó la culpabilidad de los asesinatos. Y no era que Barrera hubiera mandado a matar a Villegas, ni tampoco eran rumores o sospechas de la oposición: Barrera le había herido mortalmente con dos disparos por la espalda el 18 de junio de 1935138. El régimen, lo mismo que el liberalismo, fue indulgente y solidario con Barrera y, más bien, corrió en su defensa y legitimó sus actuaciones. El adversario natural, el liberalismo, que se expresaba a través de su gran prensa, culpó a los oradores de Pensilvania del fatal desenlace. Una estrategia no muy afortunada por cuanto paralelamente a la concentración política de Pensilvania, otra de similares características, sólo que en el bando contrario, se desarrollaba en Bogotá: los liberales y lo que se denominaba el Frente Popular conmemoraban el asesinato de Rafael Uribe Uribe. Los discursos, también en elevado tono, fueron incluso transmitidos por las emisoras La Voz de la Víctor y la H.K.F. Allí, como debió de haber sido en Pensilvania, hubo estridencias y "abajos" al conservatismo y a la Iglesia. Y, sin embargo, no hubo Pensilvania. El Directorio Nacional Conservador, que estaba integrado por Laureano Gómez, Ospina Pérez y Augusto Ramírez, entre otros, emitió u n a declaración redactada con el léxico en el que Silvio Villegas y Álzate Avendaño venían construyendo sus textos de combate. El documento horadaba en lo que supuestamente era lo más sagrado en la doctrina liberal: No hay para los conservadores libertad de reunión ni libertad de palabra, y es un nuevo hecho probatorio de que nuestros copartidarios sólo son tolerados como contribuyentes, que carecen en absoluto de derechos políticos: y sabiendo, además, que sería absurdo esperar garantías y justicia de la república liberal que trata a los nuestros como a enemigos extranjeros 139 .

El acontecimiento de Pensilvania realmente significó para el régimen un examen de prueba. El Gobierno introdujo la censura, esa vez telegráfica. Los comunicados de los opositores fueron interceptados, y los conservadores así lo advirtieron. La relación liberalismo-libertades públicas continuó en entredicho. Y esa debilidad la trabajará el conservatismo, dedicado día y noche a la estrategia de la sobrevivencia. La Patria 7,7 7777 7777

ibid., p. 169. Véase en detalle ibid.. p. 174. La Patria, octubre 22 de 1936. p. 1.

222 El porvenir del pasado

ya lo había señalado desde los días previos a la manifestación del cincuentenario en Manizales, cuando respondió a las presiones de la prensa liberal para que se impidiera tal celebración. En medio del análisis, el periódico manizalita anotaba: Es claro que si a la oposición se le cierran todos los caminos legales tiene que apelar a la acción directa, al tumulto, a la revuelta [...] Si el liberalismo no quiere tolerarnos las actividades cívicas, apelaremos a la suprema terapéutica que necesitan las democracias enfermas: la contrarrevolución del orden. El partido conservador no ha sido ni es una colectividad de acción directa: quiere y acepta las soluciones de la libertad; pero tampoco renuncia al derecho de defensa 140 .

La censura se ejercía también a través de multas a la emisora conservadora La Voz de Colombia141. Así, el régimen liberal estaba herido en lo que era la naturaleza de su propia ideología. En un editorial del otro periódico conservador de Manizales, La Voz de Caldas, leemos: La única razón de ser de la oposición conservadora ha sido precisamente la opresión liberal contra las libertades públicas, contra la verdadera expresión democrática de la nación, contra la misma dignidad el individuo. Opresión liberal y demagógica ha sido la pedrea contra La P a t r i a , la clausura tropical de la radiodifusora La Voz de Colombia, la pedrea contra El Deber de Bucaramanga, contra El Cruzado de Tunja, contra La Defensa y El Colombiano de Medellín. Éstas son todas manifestaciones de la limitación de las libertades públicas y políticas, son expresión de la violencia y contra ellas estaremos siempre así sea la demagogia azul o la demagogia roja quienes la ejerciten 142 .

Y un poco más tarde, cuando terminaba el año, Laureano Gómez trató sobre la democracia, otro de los conceptos caros para el liberalismo, poniéndola en entredicho: Desde que asumió el mando el liberalismo, desapareció la democracia en Colombia. Hay demagogia, pero no hay democracia. Hay vencedores y vencidos, opresores y oprimidos, gobierno de partido, gobierno de Alfonso López para sus amigos y aduladores. Todo menos democracia, menos gobierno de opinión, menos garantías para los conservadores a quienes se les niega el agua y el fuego143.

Hay que anotar, para terminar este aparte, que la estrategia del ritual funerario para mantener en dinamismo su militancia se llevaba a cabo justamente en poblaciones mayoritariamente conservadoras. No estaban los conservadores violentando poblaciones liberales, no se las estaban tomando, hacían sus rituales de la resistencia con sus copartidarios, entre su propia gente.

La Convención Conservadora en Caldas. El 7 y el 8 de diciembre de 1936 se reunió en Manizales la Convención del Partido Conservador. La intensidad política en la que había transcurrido el año 36 recargaba el evento, lo cubría con un enorme manto de trascendencia. Esta Convención, aunque departamental, tendrá u n a importancia nacional. Se t r a t a b a de uno de los departamentos conservadores del país, desde donde se resistía a la liberalización del electorado con mayor tenacidad. Se t r a t a r í a n problemas concernientes a la confrontación entre la oposición y el Gobierno, como también a las confrontaciones en el interior mismo de la colectividad conservadora. Los contenidos de ciertas cartas que después de la Convención se harán públicas, contaminaban el ambiente. 17,1

Ibid.. agosto 8 de 1936. p. 3. Ibid. La Voz de Caldas, diciembre 9 de 1936, p. 3. 7777 El Siglo, diciembre 13 de 1936, p. 3 771

1477

El porvenir del pasado 223

Álzate, que iba en representación del municipio de Manzanares, fue elegido presidente del evento. El joven político estaba en el mejor momento de su carrera! era arte y p a r t e de las grandes movilizaciones del año. Presidir el magno evento del conservatismo de su región era una muestra de legitimación y reconocimiento. Joaquín E s t r a d a Monsalve, que representaba a la ciudad de Armenia, fungió como vicepresidente. La Convención Departamental no se reunía desde agosto de 1935. Apartir de entonces la situación política había empeorado. El balance pormenorizado de los 42 delegados representantes de cada uno de los municipios del departamento era dramático. Vale la pena valemos de las memorias de uno de los protagonistas de este evento para abundar más en el contexto: Los miembros del directorio departamental conservador, doctores Fernando Londoño Londoño, Eudoro Galarza, y el que esto escribe, nos trasladamos a Bogotá para poner en conocimiento del gobierno aquellos hechos delictuosos y otros de no menor gravedad. En conferencia con el señor presidente le relatamos en la forma más descarnada y realista posible, la situación que se vivía en Caldas: hicimos hincapié en el hecho insólito de que a nuestro departamento y, especialmente a la provincia de occidente, se habían enviado desde Bogotá comisiones de catequización liberal, presididas por un senador de apellido Torres, boyacense, las cuales recorrieron la comarca dando instrucciones sobre el sistema para liberalizar una región conservadora. Así habían hecho en Boyacá, realizando esta propaganda en forma violenta, en una región donde solamente una pequeña población, Quinchía, se mostraba de filiación liberal, y cuyas mayorías siempre fueron respetadas por los gobiernos conservadores 144 .

Nada resolvieron López ni su ministro de gobierno, que se desplazó a la región para estudiar in situ los reclamos de los altos dirigentes. La militancia se quejó de persecución, de ultraje, de fraude y coacción para impedir el acceso a las urnas. Denunció también el abuso de poder, lo mismo que los asesinatos colectivos e individuales. Los conservadores llegaron a la conclusión de que las puertas de la intervención legal en la política nacional y regional se habían cerrado y se autodeclararon "auténticos emigrados en el interior"145. Después de escuchar a todos los delegados, la Convención ratificó la política de abstención electoral. Álzate previno al partido de los peligros del "quietismo" y llamó a una abstención beligerante. Silvio Villegas fue la figura de la Convención. Su intervención fue interrumpida en varias ocasiones con ovaciones. El delegado Gabriel Rojas Arbeláez señaló que no era suficiente con los periódicos como medio de propaganda por llegar estos tan sólo a las élites, y como parte complementaria propuso la hoja volante, el cartel, el libelo que llegara hasta la última vereda. Declaró que "a la vertiginosa propaganda comunista hay que oponerle la sistemática difusión de las ideas del orden. El partido conservador es, por encima de todo, un movimiento contra-rrevolucionario que aspira a disputarle sus masas a las izquierdas"146. Para que no quedara duda al respecto, la Convención emitió una proposición del siguiente calibre: La Convención conservadora de Caldas reunida en Manizales hace pública su impresión de júbilo por el espléndido avance de las fuerzas nacionalistas españolas que al mando del general Francisco Franco realizan en la madre patria la más heroica movilización contrarrevolucionaria que haya contemplado Europa en los últimos años, y declara enfáticamente que sólo la organización vigorosa de los partidos de orden logrará contener la revolución comunista y atea 14 '. 774 7 77 7777

Ocampo, Francisco José. Memorias inconclusas de un amnésico. Bogotá. Editorial, Cosmos, 1979, pp. 157-158. La Patria, diciembre 7 de 1936. pp. 1 y 8. Ibid.. diciembre 9 de 1936. p. 4. Ibid.. pp. 1 y 7.

224 El porvenir del pasado

La Convención eligió un nuevo directorio departamental conformado por Gilberto Álzate Avendaño, Francisco José Ocampo y Fernando Londoño Londoño, quienes a su vez quedaron comisionados como delegados a la Convención Nacional a reunirse en enero del siguiente año en Bogotá. Como quien dice, los nacionalistas se tomaron el partido en Caldas. Finalmente, los convencionistas desfilaron ante la tumba de Clímaco Villegas, depositaron una corona de flores, guardaron cinco minutos de silencio, y se comprometieron a seguir recogiendo fondos para erigirle una estatua en su honor y en el del partido. Se reunieron luego en El Casino para brindar "por el bienestar personal de cada uno de los asistentes y por el glorioso futuro del conservatismo de Caldas"148. Por supuesto, La Patria saludó la elección de Álzate en su editorial: "encarna plenamente los anhelos de renovación política de la juventud derechista de Colombia; él ha sabido remozar nuestra savia tradicionalista con la uva retinta de Italia, con los viñedos germanos o con los copiosos lagares de jerez y de Burgos" 149 . Días después se publicó un amplio informe sobre las conclusiones de la Convención, que recogió la recomendación de Álzate en el sentido de darle a la abstención un tono beligerante. Por eso, se entendía la creación de todo aquello que contribuyera al entrenamiento del partido como una organización militante: más mística, más disciplina, más periódicos, más medios, y, ante todo, crear organismos de defensa: brigadas de choque "disponibles en la hora necesaria" para rechazar "eficazmente el atropello del enemigo político"150. Se trazaron directrices para una meticulosa organización del partido, de tal manera que cubriera en detalle la marcha de las actividades partidistas de abajo hacia arriba, es decir, desde las veredas remotas hasta la capital del departamento. Los inspectores de provincia estarían al pie de esta iniciativa y su trabajo sería remunerado. A la política laicizadora del régimen liberal los conservadores caldenses opusieron una agresiva política de resistencia: P a r a oponernos a la instrucción comunista del pueblo, obra que realizan la prensa izquierdista, las imprentas oficiales, el magisterio, el gobierno y los agitadores extranjeros, nos proponemos p e n e t r a r i n t e l e c t u a l m e n t e en la m a s a . N a d a podrá oponerse a la movilización de las inteligencias conservadoras. La intelectualidad tiene que convertirse en u n cuerpo docente y apostólico. Las reuniones obreras de carácter ilustrativo, la repartición gratuita de folletos doctrinarios, las hojas volantes, la desanalfabetización, las conversaciones cotidianas sobre las ideas, deben promoverse en todo tiempo y lugar 151 .

En la resistencia a la política de modernización de los liberales en el poder, los ecos del México cristero estaban presentes. Pero, sobre todo, estaba también presente la asociación histórica en Colombia de liberalismo y comunismo, que desde el siglo XIX afilaban los intelectuales de la Iglesia y del Partido Conservador. No era casual, por eso, que los jóvenes conservadores, acostumbrados a identificar liberalismo con pecado y masonería, le asociaran en esos momentos el comunismo. Y sucedían cosas curiosas, que el conservatismo no tenía en cuenta porque a lo mejor iba en detrimento de su estrategia. Por ejemplo, el matrimonio por la Iglesia del ministro de educación y precandidato presidencial Darío Echandía, realizado el 2 de agosto de 1936. Decía la misma prensa conservadora que cubría la noticia, que Echandía se había confesado, 7 7 7

ibid. Ibid., p. 4. El informe completo puede verse en La Voz de Caldas, diciembre 11 de 1936. p. 4. Ibid.

El porvenir del pasado 225

que la bendición de la boda la había hecho Luis Concha Córdoba y que a la ceremonia nupcial había asistido la corte de Palacio con Presidente a bordo152. Más aun cuando los comunistas estaban apoyando al régimen y este necesitaba de ellos. Fieles a la geografía económica de su región, los conservadores caldenses pusieron énfasis en sus campesinos: La difusión ideológica de la doctrina hay que efectuarla especialmente sobre las gentes del campo. En Caldas mora el labriego ejemplar. Por su espíritu de trabajo y su dura cohesión católica, ha mantenido a raya la infiltración comunista. Aislado por virtudes autóctonas, es él quien mejor convive con el sacrificio y el desamparo a que lo avoca una política tributaria intensa y un peligro de expropiación agraria por las injustas leyes del gobierno. El liberalismo lo lisonjea y engaña, para entregarlo presto al comunismo. El campesino caldense debe ser anticomunista 163 .

Continúa la elaboración de la estrategia de combatir dos enemigos a la vez: liberales y comunistas, aunque lo que va a prevalecer es el anticomunismo, que redundará en desmedro de los conservadores mismos por cuanto los aislará de las masas urbanas: [...] se impone la obligación de acercarnos a la masa rural para disciplinarla al servicio de la causa. Debe ser una comunión espiritual, verbal y escrita. Para llevar a cabo la última importa crear en todas las provincias un servicio de mimeógrafos a fin de i n u n d a r las veredas de efectiva propaganda. En todo caso, combatir cotidianamente la enseñanza materialista y atea que está corrompiendo a las clases campesinas 154 .

En el informe se advierte la influencia del núcleo nacionalista en desmedro del tradicional. Definitivamente, la juventud conservadora, aunque reconoce del viejo esquema ideológico la tradición y la religiosidad, apela al novísimo ideario en boga: "nuestro partido resume las más nuevas orientaciones de los partidos de derecha, quiere saturar de principios y emociones todas las clases sociales, con una apasionada voluntad dominante" 155 . Como habrá advertido el lector, una de las características de los jóvenes conservadores, que iba incluso contra ellos mismos, era su vocación mesiánica: creerse salvadores. Los esfuerzos que invertían en esta tenaz cruzada que, no obstante su juventud, los desgastaba, iban en desmedro de esfuerzos que hubieran podido dirigirse hacia el planteamiento y la resolución de los problemas sociales que afectaban de veras a la población colombiana.156

No hay enemigos a la derecha : un acto de habla afortunado. El 10 de diciembre, cuando todavía olía a convención, Silvio Villegas escribió el editorial de La Patria : "No hay enemigos a la derecha", que cubría la página tres. Era una especie de parodia extraída de la expresión de Waldeck Rousseau: "Jamás veáis ningún enemigo a la izquierda", que Silvio Villegas invirtió. Pero era también una expresión que se venía pronunciando de boca en boca en los rituales conservadores de la conmemoración. En la primera y segunda páginas de la misma edición, un titular llama la atención: "Cartas cruzadas entre el Dr. Aquilino Villegas y el director de La Patria". No eran cartas comunes y c o m e n t e s : contenían nada menos que la desautorización y desaprobación por parte de Aquilino Villegas a los jóvenes nacionalistas: 77,2 El Siglo, agosto 3 de 1936, p. 1. "" Ibid. 57 Ibid. 155 La Patria, diciembre 11 de 1936. p. 3. VM Véase a este respecto

226 El porvenir del pasado

Vengo leyendo, ya con demasiada frecuencia, en las páginas de La Patria, y en la página editorial, artículos absolutamente contrarios a la doctrina conservadora, en favor del fascismo, en contra de la democracia, en favor de la DICTADURA, así como suena, en contra de la LIBERTAD, así como suena, en favor de una AUTORIDAD ilímite, en contra de LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO, así como está escrito. Y lo peor de todo es que aquellos escritos están firmados por mozos inteligentes, que piensan y saben escribir, como Echeverri Herrera y Estrada Monsalve. Ellos dicen que SON conservadores, pero ustedes saben que NO PUEDEN ser conservadores con semejantes ideas. Ellos, dentro de su conciencia, saben que NO SON conservadores, pero están a nuestro lado viviendo de nuestra vida y royendo nuestra doctrina como un gusano interno. 157

Y continuaba la extensa carta, que era un alegato ideológico más en secreto, pero que las presiones políticas convirtieron en público justamente cuando había finalizado la Convención regional, a la que no concurrió el republicano Aquilino Villegas. Era el punto de llegada de una disputa que tenía ya años. Aquilino no sólo les permitía la discusión sobre el relevo generacional, sino que también les garantizaba el desarrollo de la polémica ideológica. El triunfo del sector nacionalista en la pasada Convención departamental fue utilizado por Silvio Villegas, director de La Patria, para sacar a la luz la discusión. Ahora que Aquilino daba papaya- 'Yo creo que ustedes prudentemente debieran con toda cortesía liquidar aquellos escritos, o liquidarme a mí." La Patria decidió liquidar al republicano, liquidarlo púbbcamente. Al contrario de lo que aspiraba don Aquilino, el director del periódico le contestó reafirmando las tesis nacionalistas que, además, ya no tenían nada de improvisación; hacía quince años, por lo menos, que los Leopardos habían irrumpido en la palestra política y desde entonces no habían cesado en sus propósitos ideológicos. Así contestaba Silvio Villegas: Lo que ha fomentado en nuestro sentir una tendencia derechista en la juventud de Colombia, ha sido la intensa propaganda comunista de los últimos años. Si el comunismo no llega a ser nunca un peligro perentorio, todo aquello no pasará de ser u n ejercicio retórico que abandonarán nuestros amigos con los años y con la convivencia republicana. Una ideología democrática puede luchar eficazmente contra otra: pero al comunismo que no tiene más ley que la violencia no podrá oponérsele eficazmente sino los sistemas adoptados por Mussolini en Italia y por Franco en España. Históricamente el fascismo es posterior al comunismo. El fascismo no es sino la reacción nacional contra la amenaza comunista. Siempre la anarquía engendró el cesarismo. La cirugía es un delito en los organismos sanos. Pero en los tejidos enfermos es imposible prescindir de ella1,778.

"Jugué y perdí", replicó don Aquilino, y agregó: No es este el primer sacrificio ni el último que yo le haga al partido conservador tradicionalista, democrático y republicano. Ustedes son los amos del periódico y dueños de acoger lo que les plazca, tanto mas si creen que al comunismo o dictadura roja es necesario oponer el fascismo o dictadura blanca. No puedo quejarme aunque crea que no es bueno curar la lepra inyectando tuberculosis [...] Yo lamento profundamente perder p a r a el conservatismo tradicionalista exclusivamente, un órgano como La Patria, entregado hoy, en buena parte, a la propaganda dictatorial: me duele profundamente, lo confieso, y por eso jugué la única carta que tenía en mis manos, y perdí. Hay que buscar otro camino para servirle a las ideas, que ningún interés ni miedo alguno deben hacer palidecer o eclipsarse 159 .

Se configuraba así un hecho noticioso político relevante. Si bien la Convención de Caldas había tenido repercusión importante, el artículo "No hay enemigos a la derecha" y el intercambio de cartas entre los dos Villegas de Manizales hicieron que 7 ibid. diciembre 10 de 1936. pp.l v 2. "•' Ibid. '"" Ibid.

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el evento comunicativo que se construía tuviera una perlocución considerable. Se trataba de un acto de habla afortunado. Toda la prensa se implicó, salvo leve silencio de El Siglo. El liberalismo republicano aprovechó semejante oportunidad para caerle también a la juventud conservadora. La gran prensa liberal rodeó a don Aquilino y lo equiparó al republicano Eduardo Santos, que se comportaba con los liberales de izquierda de la misma manera como Aquilino con los de extrema derecha 160 . Manuel Mosquera Garcés, alto dirigente de Derechas, se expresó enfáticamente: "¿Qué diferencia ideológica fundamental hay entre Aquilino Villegas y el Director de El Tiempo, cuando en este mismo periódico se ha afirmado que Villegas es un liberal descarriado? Que se unan los conservadores-liberales al partido liberal, y que se llamen así, con el nombre que les corresponde." 161 . El diario liberal La Razón, que decía ser "el reflejo auténtico de la vida colombiana", que vio la luz pública el 18 de septiembre de 1936, para la defensa del liberalismo republicano, pero como oposición liberal directa, y que estaba bajo la dirección del liberal J u a n Lozano y Lozano, salió también al ruedo. Su editorialista, el mismo Lozano y Lozano, escogió un léxico en extremo descalificador, nada parecido a su fama de mesurado: juventudes enloquecidas, imaginación calenturienta, liviandades políticas, ilusionados déla mística mussoliniana, agitación bullanguera y romántica de derecha. Las posturas del director de La Razón eran las mismas de Aquilino. Ambos profesaban el republicanismo! era como si fueran miembros del mismo partido. Rastreando la historia política de Colombia, Lozano encuentra que el país ha sido ajeno a las dictaduras, señala que en los casos en que hubo ese intento en Bolívar, en Meló y en Reyes, por ejemplo- el proyecto dictatorial había fracasado. Sí coincidía Lozano con los filofascistas en su apreciación del comunismo, al fin y al cabo su periódico más que refíejo auténtico de la vida colombiana, lo era de la oposición a López, por las mismas razones que los nacionalistas se oponían a ese régimen. Como ellos, anotaba: "Harto trabajo tenemos con el comunismo, que merced a una falsa interpretación de lo que es izquierda se ha venido apoderando de las mejores posiciones que existen dentro del obrerismo, para intentar crear uno nuevo por el lado derecho"162. Pero se apartaba de aquellos cuando les quitaba piso a sus argumentos: "Se equivocan los que se imaginan que un gobierno fuerte de izquierda o de derecha, sería la panacea para nuestras desgracias nacionales"163. Sin embargo, Lozano y Lozano era justo en considerar al adversario conservador en franca decadencia. Al contrario de otros liberales no le abonaba criterios democráticos a Laureano Gómez, opinaba que tanto en él como en los nacionalistas anidaba la antidemocracia: "La mayoría de los conservadores, la inmensa mayoría, difiere de la m a n e r a como el señor Laureano Gómez enfoca el problema político; pero el conservatismo es disciplinado y se halla bajo el régimen de terror que le ha impuesto su jefe"164. Como liberal de centro-derecha, Lozano se manifestaba preocupado por la situación del conservatismo: "Ahora toma fuerza en el país un movimiento antilaureanista de derechas iniciado por jóvenes intelectuales! pero ese movimiento no está todavía bien orientado, y parece que en la convención conservadora actualmente reunida se entregará al jefe del partido" 165 . Se trataba de la convención que iba a reunirse en enero del siguiente año. P a r a Lozano la situación del conservatismo se debía al demasiado tiempo en el poder, que implicaba la carencia 77777

Véase la gran prensa liberal del 12 y el 1.3 de diciembre de 1937. El Espectador, diciembre 12 de 1936, p. 7. Véase, "El mito fascista y la democracia7", en La Razón, enero 18 de 1937. p. 7, 7777 ibid. 7777 Lozano y Lozano, Juan. "Hacia una política nacional" (carta a Gabriel Turbay). en La Razón, febrero l77 de 1937, p. 7, 7,77 Ibid. 7171 7,77

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de un hombre importante que pudiera reemplazar a Gómez. Coincidía Lozano con el periodista 'Calibán', de El Tiempo. Ambos ponían en la misma bandeja a comunismo y fascismo. El oráculo de El Tiempo culpaba a la violencia conservadora de haber producido el hecho del acercamiento entre comunistas y gobierno liberal: "El frente popular lo trajeron las campañas inauditas de los conservadores contra los liberales"166. Y opinaba sobre la alharaca: La consecuencia lógica de la valerosa actitud de Aquilino tiene que ser el retorno a la política nacional, real y patriótica, que salve lo que aún puede salvarse del conservatismo histórico. Volver a la política de moderación, aceptar el partido constitucional, colaborar en las soluciones de los problemas que afectan a los colombianos, no sustraer al servicio de la nación capacidades de primer orden, es el secreto de evitar los peligros que Aquilino señala y que está en la obligación de ayudarnos a combatir167.

Así, La Razón y El Tiempo pescaban en río revuelto. Las cartas de don Aquilino sirvieron para afrontar una polémica ideológica que de todas maneras era soterrada. Por lo menos para aclarar posturas, para poner en mejor punto de comprensión los conceptos a través de los cuales se expresaba la política. Por ejemplo, se esperaba de Primitivo Crespo, el líder conservador del Valle del Cauca, un alinderamiento a favor del repúblico caldense. Pero Crespo no se alarmó! al contrario, medió. Opinó que no todos los fascismos eran iguales: La Falange española o fascismo español no es copia exacta del italiano, pues José Antonio Primo de Rivera, el caudillo joven asesinado en Alicante, supo insuflarle acentos nacionales bien marcados. En el célebre credo político de la Falange se lee, por ejemplo: "Séptimo: La dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e intangibles. Pero sólo es de veras libre quien forma parte de una nación fuerte y libre". Nos parece que este principio es inobjetable y que no se asemeja a la medrosa descripción de b r u t a l tiranía y estrangulamiento de la libertad, que ve el maestro Aquilino en esta clase de movimietos, que ante todo son nacionalistas 168 .

Justamente, Diario del Pacífico, ante el primer aniversario de Derechas, expresó alborozo y se declaró simpatizante de sus ideas 169 . Los así denominados y autodenominados nacionalistas también entraron en la polémica a favor de Silvio. Sus réplicas a los contenidos de las cartas de don Aquilino sirvieron para que reafirmaran y legitimaran sus postulados. Guillermo Camacho Montoya destacó el carácter dictatorial del gobierno de Rafael Núñez y explicó que no por esto había dejado de ser una "época de oro para Colombia"170. Camacho presentó la prédica de los nacionalistas como la búsqueda de una nueva democracia. Consideraba que el Partido Liberal había "guillotinado" el concepto que se tenía en el país de democracia: Antes de su advenimiento al poder no existían, entre nosotros, escritores que p e n s a r a n antidemocráticamente [...] Nosotros pensamos que es más demócrata el gobierno de Mussolini o de Hitler que el remedo de ensayo que hoy practica en Colombia el partido liberal [...] Hoy en Italia o Alemania, o en España están representadas, con todo su pueblo, en los conductores de su Estado. Esa es la verdadera democracia. Así entendemos nosotros la democracia: una aspiración común, que en espiral de humo, se localiza en un hombre que interpreta sus anhelos 1 ' 1 .

1776

La Patria, diciembre 13 de 1936, pp, 1 y 4. íhid. Ibid.. diciembre 11 de 1936. p. 3. 77777 Diario del Pacifico, noviembre 12 de 1936, p. 3. 7777 La Patria, diciembre 16 de 1933. p. 3. 77 Ibid. 1777

77777

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La aseveración de Montoya se construye en un contexto local en el que el liberalismo está valiéndose de toda la maquinaria del poder para convertir a Colombia en un país liberal. Si la conquista del voto de la manera agresiva como lo estaba haciendo el liberalismo era la democracia, los conservadores tendrán razón para formular la antidemocracia: Hay que aceptar que quienes usufructúan la democracia son los aventureros de la política. Por eso las grandes masas urbanas y campesinas (de nivel cultural como en Italia o Alemania) creen en los hombres providenciales y toleran mejor la violencia de un dictador que la burla de los políticos infieles. El dictador tiene la gallardía de saltar los obstáculos que se oponen a su paso. La conducta del político es sinuosa y vacilante. Suele escudarse frecuentemente en una representación usurpada. Si fuéramos a examinar microscópicamente el origen de la elección de los actuales senadores y representantes estaríamos obligados a hacerles evacuar sus escaños del congreso. Más de la mitad perderían la credencial, como resultado del malabarismo electoral, que es uno de los sistemas que se derivan de la democracia 172 .

Las cartas de Aquilino Villegas no hicieron renunciar a los nacionalistas su aceptación de las dictaduras: "pretenden poner armonía y justicia en el caos provocado por la francachela de los falsos postulados. Los héroes que culminan dictatorialmente no ejercen sus funciones por extracción personal, como el caso de Napoleón, sino en nombre del partido o agrupación que los llevó al poder. Mussolini o Hitler gobiernan al través del fascismo o del hitlerismo" 173 . La P a t r i a y su director recibieron el beneplácito de pares de todo el país: El Colombiano, La Tradición y Clarín, de Medellín! El Diario del Pacífico y El Correo del Cauca, de Cali! La Razón, de Popayán! El Vigía, de funja! La República, de Armenia! Afirmación y Derechas, de Bogotá, Voces, de Santa Rosa! La Doctrina, de Pasto, Camisas Negras, de Bucaramanga. Continuaba la repercusión en el destinatario positivo del mensaje de la juventud derechista. En medio de la algarabía, La Voz de Caldas, periódico del conservatismo democrático, medió: En lo que algunos han llamado derechas conservadoras hay jóvenes de nobles y avanzada cultura mental, jóvenes de vigoroso espíritu y de amplio corazón, hay que llamarlos, no repelerlos, atraerlos, no expulsarlos. Ellos representan el porvenir de la patria, son el patrimonio social y político de la nación. Son escuadrones generosos de nobles ambiciones, movidos, con algunas excepciones, por un amor profundo a su partido, cuyas doctrinas defienden en toda su integridad. 1 '"

De algo sirvió el escándalo. La P a t r i a tuvo que explicar, relativizar: "nadie ha pensado en establecer en Colombia u n régimen fascista, porque esto sería desconocer nuestra realidad política [...] Lo que predican propiamente las derechas en Colombia es la urgencia de reconstruir el orden y la autoridad en un país amenazado por la anarquía y el comunismo" 170 . En la misma dirección argumentó Camacho Montoya ; Sepa el doctor Aquilino Villegas y quienes lo acompañan en sus ideas, que el derechismo no pretende importar directamente, y para su uso personal y exclusivo al fascismo italiano. El fascismo en Italia es un fenómeno vernáculo, peculiarmente de allí. Pero el fascismo, como la democracia, tienen ideas y aspectos de universalidad que son aplicados a todos los meridianos y bajo todos los soles176.

ibid. ibid. La Voz de Caldas, diciembre 10 de 1936. p. 3. La Patria, diciembre 16 de 1936. p. 3. ibid.

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Pero si la juventud nacionalista había importado algunas de las ideas y principios que profesaba, era la polémica sobre la democracia. La manera de plantear su negación de la democracia tenía que ver con las condiciones de Europa occidental en la primera posguerra, Trasladar ese tratamiento negativo de la democracia a Colombia era complicado. A los nacionalistas colombianos les servía por cuanto desde esa categoría de análisis podrían combatir la democracia liberal, que de hecho perseguía a los conservadores. La polémica sobre la democracia planteada por los nacionalistas desde comienzos de los años treinta tenía en esta coyuntura un momento importante. Un sector amplio del conservatismo la reclamaba como uno de los atributos del partido. Y esto no lo podía ignorar el sector nacionalista. Laureano Gómez, por ejemplo, se autodenominaba demócrata e incluso escribía que la única democracia que había tenido Colombia era el Partido Conservador. Comparando la época actual con la anterior, decía : "Todos los colombianos vivíamos en paz, había trabajo para todos, había bienestar, había progreso" 1 ' 7 . La palabra democracia estaba en el léxico que se seleccionaba como referente. Incluso, desde La Patria se pronunciaba gente para la cual el concepto era un valor aferrado a los significados de las guerras civiles donde los conservadores habían combatido justamente por la democracia. Así lo hizo notar Gabriel Rojas Arbeláez en la construcción de un diálogo imaginario con un veterano conservador: El partido conservador en que tú y yo militamos es demócrata por principio y por tradición, y es, muy en alto esa bandera, como espera dar las mejores cargas del porvenir. La democracia, mi querido estropeado, es nuestro mejor ejercicio: pero para nuestros adversarios es una reina de burlas a quien le escupen la cara. Si en el país rigiera la democracia podrías concurrir libremente a manifestar en las plazas tu voluntad; no tendrías el peligro de la corrupción de tus hijos; no pesarían tan duras cargas sobre tus hombros caducos; amasarías en tu hogar el pan dulcemente, y podrías disfrutar de tu amor con imperturbable embeleso [...] Nosotros no sólo creemos en la democracia sino que nos sacrificamos por ella: así lo acredita el pasado belicoso y civil de la patria 178 .

La voz de Aquilino, como lo hemos expuesto, tuvo amplificadores potentes. No solamente fue absorbida, asimilada y refutada. La solidaridad ideológica convirtió los textos que escribía para continuar el diálogo del desencuentro en editoriales de La Voz de Caldas y de El Siglo. El director del diario La Defensa de Medellín, que escribió un amplio artículo, lo respaldó también La resonancia de la polémica se debió a circunstancias concretas. Correspondía a un momento de acumulación de tensiones que no se h a b í a n expresado diáfanamente. Aquilino había sacado a flote una realidad: el Partido Conservador estaba dividido. Existían dos corrientes opuestas: la tradicional y la fascista. Casi en todas partes se expresaban por medios distintos y a través de ellos se enfrentaban. En Medellín, La Defensa representaba el conservatismo tradicional antifascista y se oponía a El Colombiano, a Tradición y a Clarín. A este mismo fenómeno correspondía en Manizales La Voz de Caldas y La P a t r i a ! en Bogotá, El Siglo y Derechas! y así sucesivamente. El cruce de cartas entre los Villegas removió significados que el conservatismo había construido y sostenido por mucho tiempo. El trasteo que hizo Aquilino de un diario a otros desbrozó el camino para que el reordenamiento de significados que el otro conservatismo, el 177

El Siglo, diciembre 13 de 1936. p 3. " La Patria, diciembre 17 de 1936, p. 3,

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s u p u e s t a m e n t e republicano necesitaba, continuara su curso: "Es preciso que la convención de n u e s t r o partido que se r e u n i r á en el mes de enero, aclare defini-tivamente esta cuestión, para que cese el equívoco"179, declaró el diario La Defensa de Medellín, que respaldó también a don Aquilino. Y t e r m i n a b a así el proceloso año 36. La convención de enero del año siguiente t e n d r á como tema principal, en su agenda de trabajo, afrontar la definición ideológica del Partido Conservador.

77

Véase. La Voz de Caldas, diciembre 22 de 1936, p. 2.