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Nacio1les Unidas
SESION PLENARIA
ASAMBLEA
GENERAL
Miércoles 21 de noviembre de 1984, a las 15.30 horas
TRIGESIMO NOVENO PERIODO DE SESIONES
Documentos Oficiales
NUEVA YORK
Presidente: Sr. Paul J. F. LUSAKA (Zambia).
orden de proscripción del Gobierno sudafricano en su contra, ha advertido con toda claridad que la situación en Sudáfrica es peor que la que existía en la época del levantamiento de Soweto en 1976. Un artículo del Christian Science Monitor de ayer informa que Naude cree que la agitación negra existente en Sudáfrica, aunque "menos espectacular"que el levantamiento de 1976, es actualmente mucho más seria. Agrega que: "Las cosas evolucionan hacia una situación inquietante en la que el conflicto podria eventualmente volverse incontrolable" . Aunque el Gobierno sudafricano ha hecho todo lo posible para restar importancia a la gravedad de la situación, Naude estima que la utilización desembozada y considerable del ejército en la situación actual es un hecho decisivo no sólo para el Gobierno sino también para los negros, que la ven como una declaración defacto de guerra civil.
TEMA 31 DEL PROGRAt.,fA
Política de apartheid del Gobierno de Sudáfrica (conti-
nuaci6n): a) Informe del Comité Especial contra el Apartheid; b) Informe del Comité ad hoc para la elaboración de una convención internacional contra el apartheid en los deportes; e) . Informe del Secretario General
1. Sr. KESAVAPANY (Singapur) (interpretaci6n del inglés): Una vez más, como en los últimos tres decenios,
5. El régimen sud¡:l,fricano tiene que llegar a comprender que ningún tipo de represión ni cualesquiera medidas engañosas, como la promulgación de la supuesta constitución el año pasado, pueden acallar el clamor de que se desmantele el apartheid y se establezca el gobierno de la mayoría. En cambio, mientras queda tiempo, el régimen deberla ponerse en contacto con toda la población y buscar un sistema sociopolítico que permita a todo el pueblo de Sudáfrica -negros, blancos y mestizos- convivir en condiciones de armonía racial y justicia social.
este órgano considera la importantísima cuestión del - apartheid. Todos los años, indefectiblemente, hemos condenado al régimen sudafricano por la práctica de esa política inhumana y odiosa, y ello es testimonio de nuestro profundo y permanente compromiso con el principio de la igualdad racial, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 2. El debate de este año se realiza con el antecedente de un aumento de la represión que lleva acabo el régimen racista sudafricano. Ante la oposición creciente a las falsas propuestas constitucionales que presentó el año pasado, el régimen ha intensificado la represión y la coacción. Como indica el informe del Comité Especial contra el Apartheid, el régimen "detuvo, encarceló, torturó, juzgó o proscribió a los adversarios de su criminal sístema. Aceleró la política de bantustanización, aplicó rigurosamente las tristemente célebres 'leyes de pases' y aplicó con mayor rigor aún su inhumana política de traslados forzosos de la población." [Véase A/39/22, párr. 138.]
6. La comunidad internacional tiene un papel especial que desempeñar para hacer entrar en razón al régimen sudafricano. Si continúa manteniendo el aislamiento político, diplomático, militar y económico de Sudáfrica, el mundo demostrará que nunca va a aceptar la situación que exíste actualmente en ese país. 7. Por nuestra parte, el Gobierno y el pueblo de Singapur seguirán apoyando los actos y decisiones de las Naciones Unidas tendientes a establecer el gobierno de la mayoría en Sudáfrica. Daremos todo el apoyo necesario al pueblo oprimido de ese país y a sus movimientos de liberación nacional. Ayudaremos a movilizar a la opinión pública y a alentar la acción en apoyo de las medidas aprobadas por las Naciones Unidas. Al respecto, mi país se ha sentido orgulloso de recibir la visita de una delegación de mujeres dirigentes enviada por el Comité Especial contra el Apartheid en septiembre de 1984. La delegación, encabezada por Naome Nhiwatiwa, Viceministra de Información, Correos y Telecomunicaciones de Zimbabwe, realizó un fructuoso intercambio de opiniones con diversos sectores del Gobierno y el pueblo de Singapur.
3. Sin embargo, esta represión cada vez mayor no ha intimidado a la mayoria del pueblo, sino más bien la ha alentado a continuar la lucha por la igualdad racial y la justicia. Además, la lucha ha comenzado a tomar un giro violento, porque cada vez es mayor el número de personas dispuestas a recurrir a la fuerza para obtener lo que no pueden lograr por medios pacificos. Según el informe del Comité Especial contra el Apartheid, sólo en 1983 hubo 395 incidentes provocados por atentados con bombas, ataques armados y otros actos de ese tipo en Sudáfrica. La tendencia ha proseguido en 1984 con un nivel de violencia cada vez mayor. Así se va preparando el terreno para un enfrentamiento violento, de no prevalecer el sentido común y la razón.
8. Debemos preguntarnos qué clase de Sudáfrica es la que queremos. Ese gran nacionalista africano que ganó el Premio Nobel de la Paz de 1984, el Obispo Desmond Thtu, describió en forma clarísima lo que podría ser esa nueva Sudáfrica. En su libro "Crying in the Wilderness", el Obispo Thtu dice:
4. Beyers Naude, un clérigo africander que fue miembro prominente de los círculos africanders dominantes y que, después de siete años, obtuvo que se levantara una 1301
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''Anhel~ 'u~~arSudáfri~ .q~~ ~;m m~;bi~·ita."Y más justa, en' la que el Jiu'eblo cúeótey"tenga él nusmó acceso a las cosas buenas 'ae-Ia"'Vida; las mismásoporttiñi: dades de vivir, trabájar y- aprender. Ailhélo tina Sua~ áfrica en la que haya un'acceso igual.y'sin trabas,a los tribunales del 'pa.ís, (Aoodéla Cleteriéi,oii sin,p¡'oc~ó sea cosa del pasado, donde' ni ,~iqiliera se. lleguen a m~ncio': nar las proscripciones y otros actos arbitrarios y donde el imperio de la ley íija en tod,a su pleni~ud"l. 9. Las palabras del Obispo Thtu reflejan los sueños y aspiraciones de los hombres moderados y bien intencionados. Es a su propio riesgo que el régimen sudafricano y la minoría blanca hacen 'caso omiso de elh '
,y. poner fm a las inversiones en Sudáfrica. Mi país adoptó ,t8mbién 'la política de no vender petróleo a Sudáfrica. Además, , junto con los otros países nórdicos estamos aplicando un programa conjunto de acción contra ,el apaftheid destinado a oponerse a las inversiones en Sud'áfrica, -desalentar los contactos deportivos y culturales, aumentar la ayuda humanitaria a las víctimas del apart'heid e incrementar la ayuda económica a los Estados de primera línea. En este momento mi Gobierno estudia la posibilidad de fortarpeer nuestras medidas unilaterales contra Sudáfrica. Esperamos que otros países estén dispuestos a adoptar medidas similares.
15. Actualmente presenciamos un aumento de la tiran,teZ y de' la inseguridad sobre el futuro del país. El Gobier10. Mi delegación quiere dejar constancia de su aprecio no, 5udafricano ha promulgado una nueva constitución por la forma excelente en que el ,Secietarlo General y el en la cual se prevé representación parlamentaria para las comunidades mestiZa y de origen asiático. Sin embargo, Comité Especial contra el Apartheid sigUen la sitüaéión esta presunta reforma excluye a la población negra de en Sudáfrica. El Comité Especial; bajo'hi presider.Ciil dinámica del'Sr. Garba de Nigefia; hapresentado úfi'iiífór': cUalqtiier tipo de partiCipación política significativa, por me que consideramos de'inapreciable vaIor:-Ül~infórma; lo que hay que considerada como un mero intento de ción que allí figura sirve para fortiileeer riueSthi deCisióri afiarizar el sistema de apartheid. Las comunidades mestide incrementar la lucha contra los "dos mates'(Jel ra.cismo za y'de origen indio .emitieron un juicio claro sobre este y el apartheid a fin de esülblécer fmatme"nte''e1 gooiemo'. nuevo 'sistema l:Íl boicotear'las elecciones para las cámaras dé la mayoría en ese país..Con los aiñigos afriCanos tÍiun~ parlamentarias.' Las reformas constitucionales han causado;"ádemás; gran'intranquilidad en las comunidades urfaremos, 10&J:ando éstosfi~es'jusio~:y'I~gr!h1ios. ' ,bimas-negras de Sudiífrica: Esto indica que la población 11. Sr. WEIBERG-AURDAl;' (Noruega) ,(inte;preta- negiano está dispueSta a esperar en forma pasiva que se ción del inglés):' Desdeháce 30años;~la'ASamblea~Géíie~ mtroouzcancambiós: En los últlInos años se ha registrarál de las NacioneS UÍlidas oéupado:dé'lápolíi.!ca~de dOliñ-auiiuintó"de la.actividad política de la población aparth'eid 'dél'Gobierno lítica no ha contribuido a la eliminación del apartheid ni a promover una solución justa y duradera de la situación imperante en e"\frica meridional. Por el contrario, representa una grav;;. amenaza para el cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas, respecto a las cuales toda la comunidad internacional ha manifestado su acuerdo.
193. El régimen de apartheid no se limita únicamente a la opresión y a la represión dentro del país, sino que también comete actos de agresión en gran escala fuera de sus fronteras. Sigue ocupando ilegalmente a Narnibia y bloquea el ejercicio por el pueblo narnibiano del derecho a la libre determinación. En beneficio del imperialismo estadounidense, ha impuesto una démanda completamente inadmisible e ilegal en el sentido de que la concesión de la independencia a Namibia se vincule a la retirada de los destacamentos internacionales cubanos que se encuentran en Angola. Pesa sobre la conciencia de los gobernantes sudafricanos toda una serie de actos de agresión armada directa y de subversión llevados a cabo contra Estados africanos independientes. Todo esto ha servido para convertir a Sudáfrica en un foco de tensión internacional extremadamente peligroso. 194. Estas son las prácticas del apartheid, que combinan las principales características del racismo, el imperialismo y el colonialismo en sus formas más extremas y se imponen al propio pueblo. El régimen de Pretoria trata de mantener el sistema de apartheid no obstante la intensificación de la oposición dentro del país y de las manifestaciones de protesta fuera de sus fronteras. Esto también fue el propósito de las llamadas reformas constitucionales aprobadas exclusivamente por los blancos. Se trata de un engaño que fue ya justamente condenado por la Organización -con excepción de algunos Estados Miembros occidentales-, y por la opinión pública mundial. Tales maniobras no hacen más que intensificar el terror y la agresión y confirman la justeza de la lucha decisiva para lograr la eliminación total del apartheid. Las víctimas del apartheid se dan cuenta de esto. Su lucha decisiva, dirigida por el valeroso ANC para la eliminación del apartheid y el establecimiento de un Estado no racista y democrático, de conformidad con la voluntad de todo el pueblo sudafricano, lo atestigua. 195. La política de apartheid es sistemáticamente propugnada y apoyada por la asístencia política, diplomática, militar y económica que recibe de un grupo de Estados occidentales e Israel. El imperialismo mundial se esfuerza por obtener los mayores beneficios de las inversiones multimillonarias en dólares realizadas en la República de Sudáfrica y en Namibia que sigue estando ocupada ilegalmente y utiliza a Pretoria para cumplir sus fines estratégicos en Africa. El fortalecimiento del potencial nuclear de Sudáfrica desempeña un papel decisivo al respecto y las
197. Los Estados Unidos y algunos otros Estados occidentales aceptan de buena gana los argumentos de Pretoria en el sentido de que en cierta forma un proceso de cambio gradual en el sistema de apartheid tiene lugar en el país. Utilizan este argumento para justificar la abierta colaboración en todas las esferas con Sudáfrica. Testimonio de esto es la reciente gira realizada por el Primer Ministro de Sudáfrica por varios países de Europa Occidental. 198. Este apoyo prestado a Sudáfrica socava los esfuerzos para eliminar al apartheid. A nuestro juicio, ésta es la razón por la que se mantiene y se fortalece el régimen de apartheid. Sólo mediante una acción internacional sistemática, que incluya la aplicación de sanciones de ccnformidad con el Capítulo VII de la Carta, podrá ponerse fin a la ocupación ilegal de Narnibia y a las actividades agresivas y subversivas del régimen de Pretoria. Esto ha sido repetidamente afirmado por el Comité Especial contra el Apartheid. Apreciamos la labor de este Comité, encaiJe.. zado 1'or el Sr. Garba, de Nigeria, y valoramos el informe presentado por el Comité a la Asamblea General [A/39/ 22]. En este se hace un análisis correcto de todos los aspectos negativos de la política de apartheid así como de sus consecuencias perniciosas para la paz y la seguridad internacionales. Se señala también la manera en que se podría lograr la erradicación del apartheid. 199. La delegación de Checoslovaquia apoya incondicionalmente cualquier medida que contribuya en forma efectiva a la eliminación del apartheid, fenómeno anacrónico de nuestra época. Sr. BAAISA (Yemen Democrático) (interpretación del árabe): La política de apartheid ya no sigue siendo
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una cuestión polémica. La comunidad internacional la ha condenado enfáticamente en su forma y esencia y ha exigido su eliminación. Esta política racista se basa en las características más odiosas de la supremacía, la dominación y la explotación, desafía los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y se opone a los derechos fundamentales, a la libertad, la soberania y la igualdad. 201. Pese a todo ello, el régimen de la minoría racista blanca de Sudáfrica ha continuado desafiando a la comunidad internacional, violando el derecho internacional y
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las normas internacionales y pisoteando los llamamientos y las resoluciones de las Naciones Unidas. Todo esto ha sido una prueba difícil para la Organización y sus Miembros. 202. La aplicación de las resoluciones que piden el aislamiento del régimen racista y el cese de toda forma de colaboración con él constituye una forma de poner de relieve el prestigio de la Organización y demostrar la voluntad de sus miembros de respetar los derechos del ser hum...no en cualquier parte que se encuentre y sean cuales fueren su color, raza o creencias. Las medidas tomadas hasta ahora no han realizado las aspiraciones de la comunidad internacional y sus resoluciones y las han convertido en letra muerta. 20~. Ciertos Estados occidentales industrializados han invocado distintos pretextos para justificar su colaboración persistente con el régimen racista de Sudáfrica y defender el hecho de que no hayan roto todos los contactos con él. Ha continuado y se ha ampliado la cooperación militar y económica; de ese modo, el régimen racista ha podido persistir con su política represiva contra el pueblo en lucha de Sudáfrica y consolidar su política de agresión contra los Estados de primera línea asediándolos y sometiéndolos con diferentes medios de presión y chantaje.
204. El problema del racismo y del apartheid en Sudáfrica y la política de represión y opresión contra los que se oponen a dicho régimen, contra las manifestaciones y las huelgas de trabajadores que se propagan en toda Sudáfrica se han agravado. La campaña de arrestos y de terrorismo, las sentencias extremadamente severas, la confIScación de pasaportes y la negativa a emitirlos a los ciudadanos, la imposición estricta de las leyes de pases en el marco de la política de bantustanización que, en primer lugar, tiende a privar a los africanos de sus derechos nacionales y a fortalecer la política de apartheid, todo esto se ha multiplicado.
20S. En las llamadas reformas constitucionales se incluyen tácticas que han sido expuestas en el informe del Comité Especial contra el Apartheid [ibid.] Dicho informe nos ha dado elementos que describen claramente la situación trágica reinante en Sudáfrica. Felicitamos al Presidente y a los miembros de dicho Comité y les agradecemos sus incansables esfuerzos a fin de exponer la política de apartheid y fortalecer la lucha del pueblo de Sudáfrica. 206. El régimen racista de Pretoria ha optado por la política de fuerza y de terrorismo en tanto que ciertos Estados han optado por mantener sus intereses egoístas y aumentar los beneficios de sus empresas utilizando el supuesto contacto constructivo Yotros fútiles pretextos para justificar su cooperación con dicho régimen. Por lo tanto, no puede sorprender la existencia de esta colaboración estrecha y continua y de esta alianza a todo nivel y en teldas las esferas entre el régimen racista de Pretoria y el de Tel Aviv, especialmente en la esfera nuclear y militar. Ambos regímenes se atienen a la violencia, el engaño, la usurpación y la opresión; ambos tienen sus fundamentos en el racismo y en la agresión; son dos caras de una misma moneda que no circula más en el mundo de hoy y que ha sido excluida por toda la comunidad internacional. No es sorprendente que el régimen sionista continúe sus contactos con el país de los bantustanes al tiempo que persigue su política de ayudar al régimen de apartheid en su dominio de Namibia, a pesar de las campdias engaño-
sas con que sus representantes tratan de distraer la atención del problema. 207. El colonialismo es el mismo en todas las partes. La libertad y la justicia son indivisibles y estos derechos no debieran ser privilegio de unos en detrimento de otros. Aun así, se aplican distintos raseros. Europa es diferente de Asia y de Africa. Los paísts que alardean de haber liberado a Europa del nazismo y del fascismo califican como terrorismo la lucha por la libertad en Palestina y en Sudáfrica; quienes no vacilan en recurrir al boicot y al asedio de un territorio, a ayudar y fmanciar el envío de rebeldes y mercenarios para derrocar a los regímenes nacionales de los países en desarrollo son los mismos que exhortan a la moderación, a la no violencia, esperando una evolución gradual de la situación como respuesta a los regímenes embusteros, racistas y agresivos de Pretoria y Tel Aviv. Por eso adoptan actitudes que son contrarias a la voluntad de la comunidad internacional y a las resoluciones de las Naciones Unidas. Consideran el rechazo de la llamada nueva constitución de Sudáfrica como una injerencia en los asuntos internos de ese país; niegan a todo un pueblo su legítimo derecho a la soberanía y a la libre determinación en tanto que permiten al régimen de la minoría blanca practicar legítimamente su política inhumana en Sudáfrica; tratan de apoyar al régimen racista de Pretoría con inversiones y préstamos de instituciones financieras a fin de que pueda superar su crisis económica. Además acogen al Primer Ministro de ese régimen en sus capitales para conferirle un cierto respeto internacional y sacar a ese país de su aislamiento en lugar de ejercer presión sobre él y obligarlo a acatar las resoluciones de las Naciones Unidas. 208. El ílrOpósito de lograr que se haga justicia al pueblo sudafricano y liberarlo de las garras de la inhumana política racista no podrá lograrse mediante la colaboración con dicho régimen y el aumento de la cooperación con él en las esferas militar, política, económica, cultural y deportiva. 209. La política que siguen aI~unos Estados sólo ha servido para fortalecer al sistema de apartheid con sus medidas represivas y las atrocidades cometidas contra la abrumadora mayoría en Sudáfríca; sólo sirve para alentar a dicho régimen a desafiar a la opinión pública internacional y a amenazar la seguridad y la independencia de los Estados vecinos y I~ seguridad del mundo entero. 210. Esta política de acercamiento directo e indirecto con dicho régimen ha fratasado; se ha fortalecido su ir· trensigencia y su arrogancia. Es sorprendente que en esta era veamos que aquellos que se califican a sí mismos como líderes de los derechos humanos y de los valores de la civilización y del progreso contribuyan a perpetuar esta política de racismo. Nos vemos obligados a informar a la opinión pública sobre la verdadera naturaleza de esa política, denunciar sus atrocidades y contribuir a su erradicación definitiva. 211. El deterioro continuo de la situación en Sudáfrica exige una actitud moral humana y medidas serias para oponerse a la política de apartheid porque el apartheid es un crimen de lesa humanidad. El Movimiento de los Países no Alineados y otras organizaciones regionales se han opuesto a esa política y a las matanzas que derivan de la política de opresión y de la represión que lleva a cabo el
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régimen racista y han exhortado a que se boicoteen las relaciones con ese país y en esta forma se lo aísle. También han ayudado al pueblo de Sudáfrica que lucha por la libertad y la igualdad a fin de poner término al tratamiento inhumano que se le inflige. Las víctimas de~ apartheid no pueden tolerar más el hecho de que los llamamientos y las resoluciones sigan siendo letra muerta. Las Naciones Unidas deben asumir sus responsabilidades para con el pueblo de Sudáfrica y garantizar la seguridad en la región y la paz en el mundo entero. 212. Suceda lo que suceda el pueblo de Sudáfrica debe triunfar. Debe ponerse fin al régimen de esclavitud y repararse la afrenta a la humanidad, especialmente en esta era en que los Estados y los pueblos se han liberado del colonialismo y de la opresión y aspiran a un nuevo mundo en el que reinen la comprensión, la paz y la estabilidad y en el que desaparezcan para siempre las manifestaciones de la explotación, la injusticia y la dependencia. 213. Incumbe a las Naciones Unidas brindar toda la ayuda y el apoyo necesarios al pueblo de Sudáfrica en su lucha contra el azote racista, para que logre su libertad, se una a los países recientemente independizados y sirva de ejemplo para aquellos que luchan por la justicia y la igualdad. 214. Sr. KURODA (Japón) (interpretación del inglés): La oposición del Japón a la discriminación racial se basa no solamente en sus principios sino también en la amarga experiencia del pueblo japonés. Su ingreso a la comunidad de Estados modernos hace unos 125 años se produjo en un momento en que Asia y Africa se encontraban bajo el dominio colonial y sus pueblos sufrían bajo la aplicación de políticas de discriminación racial. Los centenares de millares de japoneses que emigraron a ultramar fueron objeto de un trato discriminatorio en muchos de los países que los acogieron. En 1919, en la Conferencia de paz de París, el Japón, prácticamente sólo en la lucha contra la discriminación racial, trató de incluir una cláusula que proclamase la igualdad racial en el Pacto de la Sociedad de las Naciones. Sus esfuerzos fueron en vano. 215. Es indudablemente lamentable que la discriminación racial siga practicándose virtualmente en todas las partes del mundo. Es un problema persistente y de raíces muy h0ndas que es tan antiguo como la historia de la humanidad. No obstante, no debemos renunciar a nuestra lucha contra él sino que, por el contrario, debemos redoblar nuestros esfuerzos para erradicarlo de donde se presente. 216. En la actualidad, el ejemplo más patente de esta práctica perniciosa es, por supuesto, el apartheid sudafricano, que no es más que un sistema institucionalizado de discriminación racial. Por ende, es natural que nuestros esfuerzos por lograr la igualdad racia! se centren prindpalmente en ese país. 217. En la declaración que pronuncié sobre este tema del programa el año pasado [63a. sesión], manifesté las dudas que abrigaba acerca de las medidas de reforma constitucional sudafricanas. Como era de esperarse, la nueva constitución fue rechazada por la gran mayoría del pueblo de Sudáfrica. Si el Gobierno sudafricano quiere que la comunidad internacional crea que esta nueva constitución constituye un paso adelante hacia el logro de la
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plena participación de los negros en el sistema político sudafricano, debe poner fin a todas las políticas y prácticas que desmienten ese objetivo. 2~8.
Por ejemplo, ¿cómo podemos creer que el Gobierno sudafricano actúa de buena fe mientras mantiene pertinazmente la política de bantustanización, en virtud de la cual reasienta despiadada y forzosamente a los residentes r.~gros que acusa de vivir ilegalmente cerca de las grandes ciudades? ¿Qué debe entender la comunidad internacional ante el hecho de que los sospechosos de actividades antigubernamentales son encarcelados durante largos períodos sin cerecho a comparecer ante un tribunal? Mirntras persistan tales rt'ácticas, la comunidad internacional no puede menos que condenar al Gobierno sudafricano. 219. Los últimos levantamientos ocurridos entre los negros comenzaron debido al aumento de los alquileres, pem nadie puede dudar que son el fruto de la insatisfacción y la frustración, derivadas de la represión a la que acabo de referirme. La represión subsiguiente de los trabajadores negros por la policía y el personal militar sudafricanos tuvo como trágica consecuencia un elevado saldo de víctimas. El Gobierno sudafricano cree que puede ahogar los levantamientos obreros por la fuerza. Esto podría parecer eficaz en un plazo breve, pero la historia demuestra que el imperio de la fuerza no puede mantenerse indefinidamente. Es imprescindible que el Gobierno de Sudáfrica renuncie a sus tentativas fútiles de ahogar los disturbios por la fuerza y que adopte medidas g~nuinas para resolver las dificultades fundamentales que las causan. 220. El Gobierno del Japón respeta plenamente las diversas resoluciones aprobadas sobre el apartheid ~ iesde hace tiempo ha venido adoptando las medidas posibles para ejercer presión sobre Sudáfrica para que ponga fm a su política de apartlleld. El Japón no mantiene relaciones diplomáticas con Sudáfrica y huelga decir que tampoco reconoce los llamados Estados bantustanes. 221. El Japón no se limita a observar rigurosamente el embargo de armas impuesto a Sudáfrica por el Consejo de Seguridad en su resolución 418 (1977), se abstiene también de brindar todo tipo de cooperación militar a ese país. No existe colaboración alguna entre el Japón y Sudáfrica en materia de desarrollo nuclear, ni siquiera dentro del ámbito de la utilización de la energía nuclear con fmes pacíficos. El Japón, al ser el único país del mundo que fue víctima de la devastación de las armas nucleares, es particularmente riguroso en el cumplimientn de esta política.
222. En la esfera económica, el Japón prohIbe las inversiones directas en Sudáfrica por parte de ciudadanos o empresas japonesas bajo su jurisdicción. Asimismo, el Japón ha exhortado lilos bances japoneses que comercian en divisas y a sus filiales en el exterior a que se abstengan de otorgar préstamos a Sudáfrica. Me complace poder informar que en este último año así como en años anteriores, los bancos y empresas japoneses han cumplido fielmente esta consigna. 223. Desalentamos el establecimiento de contactos culturales, educativos y deportivos con Sudáfrica. Fl Ministerio de Relaciones Exteriores del Japón no concede visas a los sudafricanos que quieren visitar el Japón con fmes de intercambio cultural o educacional o para participar
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en actividades deportivas. El Ministerio hace todo lo posible para velar porque esta política se cumpla estrictamente.
224. El Japón, desde hace tiempo, ha efectuado importantes contribuciones a los fondos y programas de las Naciones Unidas que proporcionan apoyo humanitario y educativo al pueblo oprimido de Sudáfrica y seguirá brindando esta asistencia humanitaria en el futuro. 225. Para el pueblo del Japón, Africa es un continente muy leja.'lo. Francamente, en el pasado, el pueblo japonés no seguía muy de cerca los asuntos africanos, pero las cosas están cambiando ahora y lo están haciendo rápidamente. A medida que el pueblo japonés conoce mejor la historia africana, la cultura y los problemas actuales de dicho continente aumenta su oposición al apartheid. El Comité Especial contra el Apartheid envió al Japón, en agosto pasado, una delegación de dirigentes femeninas. Durante su estadía, la delegación se entrevistó con numerosas personas, tanto integrantes del Gobierno como de organizaciones no gubernamentales. Su visita, a la que dieron amplia difusión los medios de información japoneses, fue de gran valor para acrecentar en el Japón la comprensión de los sufrimientos de las víctimas del apartheid. 226. Las tensiones en Sudáfrica han adquirido proporciones gravisimas. Si se permite que la situación siga este curso, podria desencadenarse una ola de violencia irreversible. 227. Como lo señalé en mi declaración del año pasado [ibid.], el Gobierno de Sudáfrica ha adoptado algunas medidas positivas. Sin embargo, estas medidas son demasiado modestas y el ritmo de los cambios es demasiado lento como para que constituya un progreso genuino hacia la igualdad racial. El Japón confía en que el Gobierno de Sudáfrica ha de escuchar la voz de la comunidad internacional y adoptará medidas para asegurar que en un futuro próximo sea abolido pacíficamente el sistema de apartheid. 228. Finalmente, deseo sumarme a los oradores que me precedieron en el uso de la palabra y expresar el sincero reconocimiento de mi Gobierno por los denodados esfuerzos que llevan a cabo el Comité Especial contra el Apartheid y el Centro contra el Apartheid. El Gobierno del Japón desea testimoniar a ambos organismos su plena colaboración en la noble lucha contra el apartheid que han emprendido. 229. Sr. MBYE (Gambia) (interpretaci6n dei inglés): Desde su periodo de sesiones inaugural, celebrado hace casi 40 años, la Asamblea General se ha ocupado de la política racista de apartheid de Sudáfrica. Sin embargo, este año el examen de este tema, lamentablemente muy familiar, se lleva a cabo en un momento realmente crítico. Los cambios constitucionales adoptados por el régimen racista en nombre de un plan de reformas y de liberalización han polarizado aún más a la sociedad sudafricana e intensificado peligrosamente las tensiones ya existentes en ese pais. 230. Para el régim:n racista el año transcurrido ha sido de una actividad desenfrenada. En el orden interno, ha tratado de imponer una nueva constitución, la cual, aun-
que prevé un papel distintivo en el proceso político para las comunidades asiática y mestiza, excluye formalmente a los 17 millones de negros del país que representan el 760/0 de la población total. Mientras tanto, en el orden externo, ha perseguido una campaña de diplomacia muy activa tratando de normalizar las relaciones con los Estados africanos independientes de la subregión. El objeto de este ejercicio es evidentemente el de crear y mantener la ilusión de que Sudáfrica ha iniciado un proceso de cambio pacífico y evolutivo capaz de garantizar un ambiente propicio para las inversiones extralJjeras. 231. Sin embargo, la verdad es muy distinta. Las reformas cosméticas de que se trata en modo alguno modifican los fundamentos racistas del sistema de apartheid. Por el contrario, como el mismo Botha lo asegurara ante los blancos de su distrito electoral "no hay ningún programa secreto". Cualquier duda respecto de la sinceridad de este pronullciamiento ha quedado fmnemente despejada con la ola de traslaciones forzadas que se llevaron a cabo en los primeros meses de este año. Todavía está fresca en nuestra memoria la suerte de Magope y de KwaNgema, comunidades de más de 100 años de antig(i'edad que, en virtud de su reciente designación como "puntos negros", fueron eliminadas sumariamente y sus pobladores enviados a los territorios patrios. Estas tragedias constituyen un ejemplo típico de la experiencia negra en la Sudáfrica racista. 232. Si bien la nueva constitución sudafricana ha sido declarada nula y carente de validez por la Asamblea General en su resolución 38/11, el régimen racista procedió, en el pasado mes de agosto, a organizar falsas elecciones para las cámaras asiática y mestiza de su nuevo parlamento tricameral. Esta farsa electoral fue debidamente denunciada nada menos que por el propio Consejo de Seguridad, en su resolución 554 (1984). No obstante, el comentario más elocuente fue dado por la participación ridículamente baja de los votantes. Las pretendidas elecciones fueron, de hecho, una victoria de las dos organizaciones de masas que concentran la oposición popular a los nuevos cambios constitucionales: el United Democratic Front y el National Forum Committee. A pesar de las detenciones en masa y de la intimidación de los miembros del movimiento de boicot, el régimen racista se vio forzado a admitir que menos del 200/0 de los votantes registrados en las comunidades asiátíca y mestiza habían optado por :jercer su pretendido derecho. 233. Como era previsible, Sudáfrica hizo caso omiso de este voto implícito de desconfianza y en el pasado mes de septiembre el Sr. Botha asumió el cargo de primer Presidente Ejecutivo con una vasta gama de poderes ilimitados. No obstante, su asunción del cargo provocó una ola de protestas que ha adquirido ah:>ra las dimensiones de un levantamiento general. Sinónimos durante mucho tiempo de la heroica resistencia negra al gobierno opresivo de la minoria, los nombres de Sharpeville y Soweto se han grabado nuevamente en las páginas de la historia junto con los de Sebokeng y Thmahole. Aunque se admita que la causa más inmediata de esta agitación puede hallarse en el anuncio de aumentos impopulares de alquileres y tarifas, las protestas sólo pueden comprenderse dentro de un contexto más amplio de rechazo por los sudafricanos negros de un sistema de discriminación racial institucionalizada que trata de convertirlos en extranjeros en su propio pais. 234. Gambia rinde homenaje a la valiente lucha de liberación que están librando los hermanos oprimidos en
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Sudáfrica bajo el ilustrado liderazgo del ANC y del Pan Africanist Congress of Azania (PAC). 235. La reacción del régimen racista ante esta resistencia fue caracteristica: simplemente recurrió a una represión cada vez mayor. Este despliegue de brutalidad fue dramáticamente ilustrado por el caso de un joven de Sebokeng llamado Joseph Sithole. Muerto en el curso de una manifestación de protesta en el pasado mes de septiembre, su funeral fue prohibido por las autoridades, con el resultado de que todo el cortejo fúnebre integrado p':>r unos 500 dolientes y simpatizantes fue detenido. Las tácticas bárbaras de Pretoria fueron condenadas en términos inequívocos por el Consejo de Seguridad en su resolución 556 (1984) que, entre otras cosas, pidió la "erradicación inmediata del apartheid". 236. Ya existe un claro consenso internacional sobre la ilegalidad e inaceptabiHdad del odioso sistema de apartheid que, con toda justicia, ha sido condenado como crimen de lesa humanidad. Pero esto no basta. La flagrante intransigencia de Sudáfrica exige la urgente adopción de medidas prácticas para poner en vigor las decisiones pertinentes de las Naciones Unidas. 237. No puedo concluir sin felicitar al Sr. Joseph Garba, Presidente del Comité Especial contra el apartheid, y por su intermedio a los demás miembros del Comité, por la importante contribución que han seguido aportando a la lucha contra el apartheid. 238. Sr. VAN DER STOEL (países Bajos) (interpretación del inglés): Los Países Bajos suscriben plenamente la declaración formulada en nombre de los 10 Estados miembros de la Comunidad Europea por el representante de Irlanda, quien ya expresó en forma inequívoca nuestro común aborrecimiento y condena de la política racial del Gobierno sudafricano. Los acontecimientos que ocurren actualmente en Sudáfrica son un trágico recordatorio de que es imperioso abolir cuanto antes todo el sistema de apartheid. Basado en la segregación racial institucionalizada y la opresión, el apartheid somete cotidianamente a la gran mayoría del pueblo de Sudáfrica a una vida de desigualdad, discriminación e injusticia. Como tal, constituye una flagrante violación de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas. 239. El Gobierno de los Países Bajos condena categóricamente al apartheid, tanto como concepto social basado en la discriminación racial ClJmo en su aplicación. Además, mi Gobierno seguirá tomando parte activa en los esfuerzos internacionales tendientes a lograr su eliminación de manera pacífica y su reemplazo por una sociedad democrática no racial y una forma de gobierno verdaderamente representativa de todo el pueblo de Sudáfrica. La alta prioridad que mi Gobierno asigna tradicionalmente al logro de este objetivo refleja el hecho de que la oposición al sistema inhumano de apartheid se ha convertido en una característica profundamente arraigada en la opinión pública de los Países Bajos y ha suscitado un fuerte movimiento contra el apartheid que recibe el apoyo de muchos sectores de nuestra sociedad. 240. Durante decenios, el Gobierno sudafricano se ha negado a escuchar los llamamientos de la comunidad internacional para que abandone la política de apartheid y
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se embarque en una política de genuinas reformas que permitan a todos los sudafricanos decidir el futuro de su país en un pie de igualdad. En lugar de ello, las autoridades de Sudáfrica han proseguido obstinadamente sus planes de dividir en compartimientos a la sociedad sudafricana mediante la promulgación de una vasta gama de leyes de apartheid. Con el objeto de lograr la perpetuación del gobierno minoritario blanco, han ampliado deliberadamente la brecha existente entre los diversos grupos que integran la sociedad multirracial sudafricana. Siguiendo su quimera del apartheid, el Gobierno de Sudáfrica ha expulsado por la fuerza a millones de ciudadanos sudafricanos de sus hogares y tierras. Como parte de su gran plan de apartheid, recurre a distintas formas de presión para llevar el mayor número posible de negros a los llamados territorios patrios, lugares generalmente pobres y superpoblados que se han convertido en virtuales reservas de mano de obra excedente. Al declarar "independientes" a algunas de esas entidades, ha tratado de despojar a sus habitantes de su ciudadanía sudafricana y de su aspiración legítima a gozar de todos los derechos políticos. Sin embargo, aparte de Sudáfrica, ningún país del mundo ha reconocido a esos bantustanes como Estados independientes. Los Países Bajos siempre se han unido a la comunidad internacional en su rechazo de la bantustanización y todo el concepto de desarrollo por separado. 241. En los últimos meses, las consecuencias desastrosas de la malhadada política del Gobierno sudafricano se han manifestado en una explosión de alzamientos, derramamientos de sangre, destrucción y huelgas masivas en pro de los derechos civiles que han barrido todo el país, especialmente los barrios negros del Triángulo del Vaal. En esa ola de intranquilidad civil, que se ha venido produciendo desde las elecciones celebradas en Sudáfrica el verano pasado para elegir a los representantes de los mestizos y las personas de origen asiático, han muerto hasta ahora entre 100 y 200 personas y otros centenares han sido detenidas, incluyendo a muchos dirigentes obreros y otros activos opositores al apartheid. La semana pasada fueron arrestados más de 2.000 trabajadores negros en incursiones de la policía y el ejército en el barrio negro de Sebokeng, casi siempre por faltas menores, como no pagar los alquileres. 242. Mi Gobierno ve el deterioro de la situación en Sudáfrica con la mayor preocupación e insta urgentemente a . las autoridades sudafricanas a que liberen de inmediato a los detenidos sin cargo. Si bien causas más inmediatas, como un aumento de alquileres, pueden haber provocado este estallido de violencia, parece evidente que las frustraciones subyacentes derivan de agravios más importantes. Deploramos que las autoridades sudafricanas hayan respondido duramente ante esos hechos, en una demostración de fuerza y ahogando las voces de protesta, sin revelar disposición alguna a resolver las causas de esas injusticias y tomar medidas significativas para satisfacer las legítimas aspiraciones de la mayoría negra de la población. Si bien la nueva constitución de Sudáfrica da algunos poderes limitados de representación parlamentaria a los mestizos y a las personas de origen asiático del país, hace caso omiso del importantísimo problema de la privación de los derechos civiles al pueblo sudafricano negro. Por esta razón, toda la comunidad internacional ha rechazado la nueva constitución. 243. En opinión de lílÍ Gobiemo, estos acont;~dmientos demuestran claramente que se aebería alentr..r a quienes
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hsambJea General- Trigésimo noveno periodo de sesiones - Sesiones Plenarias
propugnan un cambio pacífico en la sociedad y el sistema político de Sudáfrica. En consecuencia, el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz al Obispo Desmond Thtu, Secretario General del Consejo Sudafricano de Iglesias e importante propulsor C:' .In cambio pacífico en la lucha de los negros contra la o; cesión racial en Sudáfrica, ha sido recibido con gran satisfacción en los Países Bajos. 244. Como parte de sus esfuerzos por contribuir al logro del objetivo del cambio pacífico, los Paises Bajos han desarrollado y perfeccionado a lo largo de los años una doble política respecto a Sudáfrica. Esta política trata de utilizar los canales de comunicación existentes para estimular a las fuerzas del cambio pacífico, ejerciendo presión efectiva sobre el Gobierno sudafricano para que inicie reformas fundamentales que permitan a todos los sudafricanos participar auténticamentp en un pie de igualdad en el proceso de toma de decisiones políticas y económicas. Deseo explicar esta política con más detalles. 245. Como la acción colectiva tiene más posibilidades de ejercer influencia en la política sudafricana que las medidas individuales, mi Gobierno seguirá dando prioridad a los esfuerzos que se realicen dentro del marco de las Naciones Unidas para lograr la abolición del apartheid. Los Paises Bajos respetan escrupulosamente el embargo obligatorio de armas impuesto a Sudáfrica por la resolución 418 (1977) del Consejo de Seguridad. Además el Gobierno de los Países Bajos ha pedido repetidamente que se intensifique el embargo existente y se amplíe su alcance. Más concretamente, es partidario de complementar la mencionada resolución 418 (1977) con una prohibición de la importación de todas las armas producidas en Sudáfrica, para contrarrestar los intentos de ese pais de soslayar el embargo de armas dispuesto por las Naciones Unidas, intensificando su propia capacidad de fabricar armas. Esto privaría a Sudáfrica de los mercados de exportación que necesita para compensar el aumento de sus inversiones en esta industria. 246. Además, los Paises Bajos están dispuestos a respaldar las decisiones obligatorias que adopte el Consejo de Seguridad para establecer un embargo petrolero contra Sudáfrica y limitar las nuevas inversiones extranjeras en ese país. También deseo señalar que mi Gobierno comparte la preocupación de muchos Estados Miembros con respecto a la política nuclear de Sudáfrica. Teniendo en cuenta la voluntad universal de que Africa siga siendo una zona libre de armas nucleares, pedimos a Sudáfrica que desvirtúe estos temores suscribiendo el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares [resolución 2373 (XXII). anexo] o al menos permitiendo que el régimen de salvaguardias se aplique a todas sus instalaciones nucleares. 247. El Gobierno de los Países Bajos considera que la aprobación de sanciones selectivas por el Consejo de Seguridad sería la mejor forma de aumentar la presión sobre Sudáfrica. No obstante ello, los Paises Bajos han adoptado medidas unilaterales para recalcar su oposición a la política de apartheid de Sudáfrica; entre dichas medidas figuran el cese de los acuerdos culturales con ese país y la exigencia de visas para los sudafricanos, lo cual permite a mi Gobierno entre otras cosas, restringir la participación sudafricana en las competencias deportivas que se realicen en los Paises Bajos. En la esfera de las relaciones econór-ticas, el Gobierno de los Paises Bajos insta activa-
mente a las empresas holandesas que tienen subsidiarias en Sudáfrica a cumplir fielmente las directrices del Código de conducta de la Comunidad Europea para las empresas que tengan filiales, sucursales o representaciones en Sudáfrica destinado a fortalecer las normas aceptadas internacionalmente. Mi pais está empeñado, ade~ lás, en realzar la eficacia del código de conducta. Mi Gobierno, en consulta con las asociaciones de patronos y los sindicatos, está considerando activamente cómo se puede influir en la forma más efectiva posible sobre las inversiones de las empresas holandesas en Sudáfrica. 248. Los Países Bajos seguirán alentando en la medida de lo posible las tendencias hacia el cambio pacífico en la sociedad sudafricana. Por lo tanto. mi Gobierno ha decidido intensificar los contactos con personas, organizaciones e instituciones cuyas actividades en esferas tales como las relaLiones laborales, la cultura, la información y la educación tiendan a disminuir las desigualdades reinantes y hacer sentir me!or la necesidad de transformar pacíficamente el sistema político y social de Sudáfrica. 249. Como'n el pasado, los Países Bajos seguirán prestando ayuda humanitaria a los presos políticos y otras víctimas del apartheid por conducto del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para Sudáfrica, de los movimientos de oposición al apartheid y de las crganizaciones no gubernamentales para el Consejo Mundial de Iglesias y el Fondo Internacional de Defensa y Ayuda. 250. Aunque se han tomado algunas medidas para estabilizar la situación en el Africa meridionai, el mantenimiento del sistema de apartheid en Sudáfrica continuará afectando inevitablemente a los Estados vecinos y aumentando la pesada carga económica que ya soportan dichos Estados. En consecuencia, los Paises Bajos seguirán brindando una importante ayuda a los paises del Africa meridional, tanto en forma bilateral como mediante proyectos patrocinados por la Conferencia de Coordinación del Desarrollo del Africa Meridional, de modo que estos paises puedan disminuir su dependencia económica de Sudáfrica desarrollando recursos económicos y sociales propios. 251.
Este debate y todos nuestros esfuerzos nacionales
y colectivos tienen un único fin: eliminar el
apartheid y
crear en Sudáfrica una sociedad multirracial verdaderamente democrática, en la cual todo el pueblo -independientemente de su raza o del color de su piel- disfrute de derechos iguales. Aunque en la sombría situación actual se hace difícil vislumbrar alguna señal de flexibilidad de parte de las autoridades sudafricanas o algún ablandamiento de su coraza de prejuicios raciales, no cabe duda de que algún día tendrán que abandonar la estructura del apartheid tras la cual se han atrincherado. Tenemos la responsabilidad como miembros de la comunidad mundial de acelerar la llegada de ese dia, antes de que nuestras esperanzas de alcanzar una solución mediante el diálogo y el cambio pacifico se ahoguen en la creciente marea de la resistencia en Sudáfrica. Sr. OULD BOYE (Mauritania) (interpretación del árabe): El número de personas detenidas sin haber sido
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sometidas a juicio en Sudáfrica aumentó hasta alcanzar la cifra enorme del 70% •Muchos de los detenidos murieron a consecuencia de torturas. Después de 20 años, Nelson Mandela y sus compañeros combatientes por la libertad, siguen presos debido a su justa lucha en pro del estableci-
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miento de una sociedad basada en la justicia y la igualdad. La Sra. Albertina Sisulu, de 66 años de edad, fue encarcelada por sus actividades revolucionarias y por cantar las canciones de la libertad. Su esposo, el luchador por la libertad y Presidente del African National Congress de Sudáfrica, Walter Sisulu, ha sido condenado a prisión perpetua. 253. El régimen racista de Sudáfrica no se limita a la represión y al terrorismo dentro del país sino con sus manos ensangrentadas golpea a los luchadores africanos por la libertad en el extranjero. El valioso informe del Comité Especial contra el Apartheid demuestra claramente y sin equívocos que el régimen de apartheid en Sudáfrica constituye un crimen de lesa humanidad y una amenaza para la paz y la seguridad internacionales. 254. Las Naciones Unidas deberían realizar mayores esfuerzos para combatir al régimen de una minoría extremista que, cegada por sus intereses egoístas y un patrimonio colonial, viola los derechos humanos fundamentales. La Organización debería obligar a este régimen intransigente a respetar la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales [resolución 1514 (XV)] así como las resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad referentes al derecho del pueblo sudafricano a vivir con libertad y dignidad. 255. Como lo demostraron el Comité Especial contra el Apartheid y la Conferencia de Solidaridad Arabe con la Lucha de Liberación en el Afríca Meridional, celebrada en Túnez del 7 al 9 de agosto de 1984, el régimen racista de Pretoria colabora con el régimen de Tel Aviv para obstaculizar la marcha hacia la libertad y el progreso de los pueblos y países afrícanos y árabes. La experiencia ha demostrado que no basta con aprobar resoluciones contra estos dos regímenes nazis. Las Naciones Unidas y sus diversos organismos, con la participación de todos los Estados Miembros, y especialmente de los Estados a los cuales incumhe una responsabilidad especial en virtud de la Carta de las Naciones Unidas que, al tiempo que les confiere privilegios les impone una responsabilidad especial al respecto, deberían castigarlos severamente. Estos países deben ayudar a las Naciones Unidas a imponer severas sanciones al régimen racista de Suc!áfrica. 256. Mauritania condena el régimen de apartheid. También condena los actos horribles y criminales perpetrados contra la población indígena y sus dirigentes nacionales. Condenamos asimismo la política de bantustanización y el intento de legitimar el racismo por medio de las denominadas reformas constitucionales, cuyo propósito real es minar la unidad de los combatientes en Sudáfrica y perpetuar el régimen de apartheid. 257. Mi país desea reafirmar su apoyo a la justa lucha del pueblo de Sudáfrica bajo la dirección del ANC. Pedimos a todos los países amantes de la paz y de la justicia que presten su asistencia al pueblo sudafricano en su heroica lucha por la libertad y la independencia. Estamos convencidos de que, con la ayuda de Dios, este pueblo hermano triunfará sobre el racismo. Y, como dijo el poeta árabe tunecino, si un pueblo quiere vivir, el destino le responderá, las tinieblas se disiparán y podrá romper sus cadenas. 258. Sr. KEYES (Estados Unidos de América) (interpretación del inglés): Nos encontramos ahora en la se-
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gunda mitad del debate sobre el apartheid en el trigésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General. El extraordinario número de oradores que decidieron diri girse a la Asamblea sobre esta importante cuestión testimonia la oposición universal a las prácticas raciales del Gobierno sudafricano. Hemos escuchado atentamente las intervenciones realizadas hasta ahora. Compartimos las emociones expresadas por muchos oradores durante el debate: la firme condena del apartheid, la aversión a la injusticia, la oposición a la violación de los derechos humanos y la dignidad humana. 259. Como lo expresó el Presidente Reagan en una carta al Obispo lUtu, laureado con el Premio Nobel: "Todos los norteamericanos se unen a mí para reconocer sus esfuerzos por promover un cambio no violento de la política de apartheia hacia una forma de Gobierno basada en el consentimiento de los gobernados y hacia una sociedad que ofrezca igualdad de derechos y oportunidades a todos sus ciudadanos, sin tener en cuenta su raza. Los Estados Unidos han escuchado elllamarniento hecho en favor de la justicia de los sudafricanos que sufren bajo el yugo del apartheid. Continuaremos instando al Gobierno sudafricano para que inicie un diálogo significativo con todos sus ciudadanos para lograr una transición pacífica que deje atrás el apartheid." . 260. Desgraciadamente, el problema del apartheid, como tantos problemas humanos en otras partes del mundo, no será resuelto simplemente con expresiones de preocupación o críticas contra el sistema del apartheid, por válidas que éstas puedan ser. 261. Nosotros, en los Estados Unidos, nos hemos preguntado qué podemos hacer y hemos llegado a la conclusión de que hay otras formas de a"~uar en pro de una mayor justicia y paz en el Africa meridional. Estos son los medios de la diplomacia tradicional, y aunque en forma alguna prometen un remedio total, han sido adoptados una y otra vez por los gobiernos que desean ejercer una influencia que vaya más allá de la condena retórica. Nuestra concienzuda reflexión sobre esta situación tan penosa y compleja nos ha llevado a pensar que no tenemos otra alternativa que comprometernos plenamente en un esfuerzo por hallar una alternativa a la violencia, un camino hacia el cambio que, en lugar de destruir, construya un futuro mejor para todos los pueblos del Africa meridional. óada en esta creencia ha sido deno262. La polític minada "contacto lnstructivo". Desde el principio, ha sido una política no sólo para con Sudáfrica, sino para con el Africa meridional en su conjunto. Mediante ella, esperamos contribuir constructivamente a la paz en la región y a una mayor justicia en Sudáfrica. 263. Creemos que para que resulten efectivos nuestros esfuerzos, éstos tienen que dirigirse a toda la región, porque una situación de conflicto y de tensión regionales sólo conseguirá exacerbar la sospecha y provocar reacciones violentas tanto dentro de Sudáfrica como entre Sudáfrica y sus vecinos. Por cO.1Siguiente, hemos tratado de fomentar los contactos y el diálogo entre las partes regionales; hemos tratado de que quedase claro para todos, y especialmente para Sudáfrica, que la acción militar no puede
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Asamblea General- Trigésimo noveno período de sesiones - Sesiones Plenarias
resolver las dificultades regionales. Hemos trabajado con todos los Estados de la región para fortalecer su soberanía e independencia. Hemos alentado a Sudáfrica para que reemplace la fuerza por el diálogo. Por consiguiente, hemos acogido con satisfacción y tratado de facilitar el mejoramiento de las relaciones entre Sudáfrica y Mozambique y entre Sudáfrica y Lesotho. Creemos que si esta política es conducida correctamente estas mejoras constituyen pasos positivos hacia una mayor seguridad y paz para todos en la región. 264. El núcleo de nuestra política regional está constitui~ do por los esfuerzos encaminados a lograr la independencia de Namibia. En la prosecución de este objetivo, liemos trabajado sin descanso con todos los países de la región y con todas las partes afectadas por elproblema para mantener un marco que permita llevar a cabo contactos; discusiones y negociaciones. En la: pro:;ecución de este objetivo, hemos tratado de promover asiduamente el entendimiento entre Sudáfrica y Angola con miras a la completa retirada de las tropaS sudafricanas de ese pais. Ningún Gobierno representado aquí, incluido el mío; está satisfecho'con el ritmo de los progresos hacia ese objetivo; pero sabemos que la diplomacia requiere paciencia y esfuerzos persistentes y que la etapa más delicada y difícil en un proceso de negociación se puede presentár cuand~ laposibilidad de éxito se convierte en algo más que una esperanza abstracta. 265. Hay quienes condenan los esfuerzos realizados por países como el mío, paises que persiguen nuestros objetivos comunes mediante un proceso eÍl el que la retórica brutal desempeña un papel menos importante que la di': plomacia prudente. Entre esos críticos'se encuentra una serie de Estados no africanos, a quienes mueve el deseo de perpetuar una situación de tensión y deconflicto'que les ofrece oportunidades de expandir su intervención e influencia en la región. Esperamos que todos,cuantos comparten nuestro compromiso para con lá independencia de Namibia y el fomento de lapaz y el desarrollo enel Mrica meridional, rechacen eStas motivaciones. 266. Reconocemos que un grupo mayor de países experimenta una profunda frustración por el aplazamiento del tan esperado día de la independenCia de Namibia. Están motivados por la sed de justicia, por una firme y legítima impaciencia con los últimos vestigios del colonialismo en Africa. Mi país también nació de tales emociones. 267. Además, largos años de lucha contra la injusticia racial han dejado al puehlo norteamericano con un aguda sensación de frustración, ira e impaciencia causada por esa injusticia. Es ésta la razón por la cual no hemos escatimado esfuerzos para provocar un cambio en el Mrica, meridional. Por eso no hemos flaqueado en nuestro compromiso por llevar esos esfuerzos a buen término. 268. Algunos gobiernos aquí representados nos han apoyado calladamente en nuestros esfuerzos y apreciamos su valentía. Sabemos que otros difieren firmemente de nuestro enfoque. A estos les pedimos Que si no nos pueden juzgar favorablemente al menos no nos juzguen injustamente. A todos prometemos un diálogo sostenido para ampliar el terreno común que nos permita actuar cor.juntamente en favor de nuestros objetivos comunes. 269. La política norteamericana de contacto constructivo es una política regional destinada a reducir las tensio-
nes, fomentar los acuerdos que lleven a la independencia 'de Namibia y crear un ambiente en el cual la inseguridad no pueda ser una excusa para demorar una modificación pacífica del apartheid en Sudáfrica. Pero más allá de eso, el contacto constructivo es un principio que se refleja también en nuestra política hacia Mrica en general. Es una política sensible que responde a los problemas críticos actuales de los pueblos africanos. Es una política comprometida a llevar a cabo esfuerzos masivos para alimentar a los millones que sufren de hambre. Es una política que trata de llegar a una asociación madura con los Estados africanos en la prosecución de los objetivos de desarrollo a largo plazo. Es una política que refleja los vínculos humanos y los intereses comunes que vinculan a los: Estados Unidos con las naciones y los pueblos de Africa y se basa en la determinación de trabajar incansablemente para fomentar y alentar los esfuerzos africanos encaminados a superar la crisis de hoy y lograr el pleno desarrollo del enorme potencial material y humano. 270. Sr. MALUKI (Kenya) (interpretación del inglps): La cuestión de la política de apartheid del Gobierno de Sudáfrica se ha venido tratando en las Naciones Unidas desde hace más de 35 años. Durante todo este período, las Naciones Unidas, junto con otras organizaciones e instituciones internacionales, han aprobado numerosas resoluciones relacionadas con la política de apartheid, exigiendo su abolición y, al propio tiempo, advirtiendo a la comunidad 'internacional acerca de lli grave amenaza que se cierne sobre la paz y laseguridad internacionales, a raíz de la persístencia,del sistema de apartheid en Sudáfrica. 271. Es lamentable que pese a los esfuerzos realizados P9r la comunidad internacional para eliminar al apartheid, el sistema no solamente se haya consolidado ínterr;amente,. sino que además haya expandido su polí~ica de terror más allá de sus fronteras socavando la soberanía, la' independenCia política y el desarrollo económico de Estados africanos independientes. Los principios de la soberanía, la integridad territorial, la independencia política y la no injerenCia en los asuntos internos de los Estados, por otros Estados son los pilares de esta Organización; Sin embargo, el régimen de Pretoria sigue violando estos principios impunemente, desacatando de plano el comportariliento y el derecho internacional. 272. Mi delegación hace uso de la palabra para reaflfmar la oposición decidida e inequívoca de Kenya a la polítiéa inhUlriana de apartheid en Sudáfrica. Además, estamos aquí pára hacer, una vez más, un llamamiento a la Organización a fm de q';le aplique sanciones punitivas contra el ré~men de Pretoria para obligarlo a abandonar su maléfia. política de lI.¡¡