Antonio Morlanes Remiro
Hablemos de economía
[email protected] · www.aragonex.com PRESIDENTE DE ARAGONEX
Fronteras contra el egoismo
T
al vez lo más trágico de la condición humana es que puede el hombre intentar suplantarse a sí mismo, es decir falsificar su vida”. He querido iniciar este artículo con esta afirmación de D. José Ortega y Gasset, porque sin duda alguna las personas adoptamos papeles de acuerdo con nuestras propias necesidades y lo más curioso es que no damos importancia a lo incoherentes que son en muchas ocasiones. Esta reflexión que estoy haciendo es de alguna forma la respuesta al debate que, en esta sociedad desarrollada en la que vivimos, se está produciendo en relación a la inmigración, el cómo incide en nuestras vidas y lo generosos que somos con esas personas que de otras sociedades infradesarrolladas, vienen a la nuestra en petición de auxilio. Como esta sección, tal como indica su nombre, trata de economía, dediquemos estas líneas a ello y analicemos un continente como África, el tercero en extensión, tras Asia y América y con 1.600 millones de habitantes que viven en 54 países, la mayoría de ellos desconocidos para nosotros, aunque lo más cierto es afirmar que no tenemos mucho interés por nada de lo que allí sucede, sino es por levantar vallas que les impida llegar hasta nosotros. Eso sí, me refiero a las personas, porque las materias primas tienen vía libre para venir, pues sus recursos naturales son muy importantes para nuestra forma de vida. Como primer ejemplo tenemos el coltán, un mineral fundamental en los avances tecnológicos de nuestros países. Sin éste, los teléfonos móviles, ordenadores, tablets, equipos médicos y un sinfín de instrumentos no serían posibles. El 80% se encuentra en la República Democrática del Congo y su extracción se paga a 2$ la jornada de 14 horas, el dueño de la mina lo vende a 15$ el Kg y el intermediario que lo compra lo vende a los
fabricantes de equipos a 200$ el Kg. También este país es el mayor productor de cobalto y uno de los mayores de cobre, oro y diamantes, un alto porcentaje de los trabajadores lo hacen en la minería, eso sí, en situación de semiesclavitud. No vamos a relacionar los 54 países de África, pero si confirmar que en este continente se encuentran minas muy importantes de hierro, magnesio, cobre, bauxita, uranio y también pozos petrolíferos y gas natural y todo ello destinado a la exportación. Con respecto a la agricultura, el café, cacao, algodón, coco, plátano, azúcar, dátiles, frutas y hortalizas, forman parte, asimismo, de los recursos que nosotros, los países avanzados, consumimos. No quiero dejar atrás a la pesca, principales caladeros donde nos suministramos y todo esto en un sistema de explotación que no deja en África otra cosa que miseria y corrupción. Ahora bien, debemos estar orgullosos y satisfechos, porque en ocasiones les condonamos algún porcentaje de la deuda que ellos mantienen con nosotros y además somos capaces de enviarles ayudas que en mayor parte no terminan en manos de los más necesitados. La corrupción en África es una realidad y se cuantifica en 50.000 millones de dólares/año. La esperanza de vida está en los 60 años y, aunque la fertilidad de la mujer está en más de cinco hijos, muchos de ellos mueren por falta de alimentos, precisamente esos que se exportan para nosotros y que a veces incluso tiramos, y falta de medicinas que no pueden pagar. Este aprovechamiento de recursos en materias primas, que más bien diría explotación, se nos olvida cuando esas personas que viven en condiciones infrahumanas, suben a unas pateras, y a costa de su propia seguridad, vienen en busca de un modelo de vida que les permita, al menos, subsistir, entonces
nosotros protestamos porque entendemos, algunos, que nos vienen a invadir, a quitarnos lo que es nuestro y que son delincuentes contra nuestro propio bienestar; todavía no consideramos que en unos países como en los que vivimos, envejecidos, vamos a necesitar mano de obra que nos garantice el sistema de vida que disfrutamos. Y si no entendemos esto y continuamos en ese camino ignorante y egoísta, pues vamos dados. Creo que ha llegado el momento de que comencemos a reflexionar sobre: para qué sirven las fronteras; cómo somos tan mezquinos en aprovecharnos de los recursos de otros cuando ellos mueren por no poder hacer uso de ellos; por qué dis-
criminamos por razas o religiones cuando todos somos personas; por qué si hay alimentos suficientes para todos, los acumulamos nosotros para más tarde tirarlos. Creo que perder un poco de tiempo en pensar sobre nuestras vidas en el mundo, nos conducirá a tener un mayor concepto de justicia en lo que significa igualdad de oportunidades para todos, y sobre todo, ser capaces de no confundir ambición con egoísmo. Y aunque en estas líneas nos hemos centrado en África, es un ejemplo de otros territorios que tienen iguales condiciones. Abandonemos las vallas y abrámonos a la honradez de la especie humana.
Avda. Pablo Gargallo, 100, 3º, oficina 6 50.003 Zaragoza Tel. 976 432 834 – Fax 976 430 982
[email protected] www.rbrasesoreszaragoza.com
18
Fiscal, laboral, contable, seguros, financiera
Febrero 2019