espectáculos | 9
| Domingo 3 De febrero De 2013
Finalizó el Festival de cine de Rotterdam nuevas tendencias. La muestra que convocó a casi 300.000
espectadores permitió conocer la cinematografía que se viene
Los ganadores Mohammad Shirvani, Mira Fornay y Daniel Hoesl
Diego Batlle
PARA LA NACiON
ROTTERDAM, Países Bajos.– La 42ª edición del Festival de Rotterdam finalizó anoche tras 12 días de intenso frío, pero mucho calor en las salas siempre repletas de público (casi 300.000 espectadores). Con el foco puesto en las nuevas tendencias y en los jóvenes artistas –aunque también hay secciones panorámicas y retrospectivas dedicadas a grandes maestros–, la muestra holandesa permitió hacerse una idea bastante acabada de cómo viene el cine internacional modelo 2013. En este sentido, los tres premios Tiger de la competencia oficial –reservada para primeros y segundos largometrajes– reflejaron en toda su dimensión las miserias, inquietudes y contradicciones de la sociedad contemporánea. La notable tragicomedia austríaca Soldate Jeanette, de Daniel Hoesl, tiene como protagonista a una mujer madura de origen aristocrático que se dedica a dilapidar la fortuna familiar, mientras crecen sus deudas, es desalojada de su departamento y termina trabajando en una granja (hay en esta producción de apenas 65.000 euros de presupuesto varias escenas audaces y creativas). También con una propuesta muy absurda y delirante –en lo que constitu-
ye toda una rareza para los cánones habituales del cine iraní– fue recompensada Fat Shaker, de Mohammad Shirvani, sobre un ser despreciable que abusa de su autoridad oficial y –utilizando a su hijo– seduce, engaña y extorsiona a mujeres de buena situación económica. No menos provocativa resultó la eslovaca My Dog Killer, de Mira Fornay, sobre un adolescente descontenido en el ámbito familiar que se dedica a entrenar a su perro y luego queda a merced de unos skinheads neonazis. No hubo premios para Noche, auspiciosa, ópera prima de Leonardo Brzezicki, pero el cine argentino tuvo un reconocimiento en el CineMart (el excelente mercado para coproducciones internacionales que se desarrolla de forma paralela al festival), ya que uno de los tres premios en dinero fue para Zama, nuevo proyecto de Lucrecia Martel basado en la novela histórica de Antonio Di Benedetto. Las representantes iberoamericanas, de todas maneras, tuvieron su reconocimiento en el palmarés, ya que Il futuro, tercer largometraje de la chilena Alicia Scherson (basado en Una novelita lumpen, uno de los últimos trabajos del gran escritor Roberto Bolaño) sobre las desventuras de dos hermanos adolescentes que pierden a sus padres y se involucran
robert vos/efe
en una estafa contra una vieja estrella de cine (Rutger Hauer), se llevó el premio KNF de la crítica holandesa; mientras que la española O quinto evanxeo de Gaspar Hauser, propuesta experimental de Alberto Gracia que recupera en Galicia la historia del niño alemán encerrado durante 16 años, obtuvo el galardón Fipresci de la crítica internacional. Más allá de los premios, esta 42ª edición tuvo excelentes y muy completas muestras dedicadas a la mítica realizadora Kira Muratova, al director alemán Dominik Graf, a la actualidad del cine iraní y a múltiples trabajos de grandes cineastas de todo el mundo para el ámbito de la televisión. Si a eso se le suman propuestas multimedia como instalaciones en museos de arte moderno o eventos ligados con la música electrónica y películas que fueron desde el cine de acción de grandes cineastas asiáticos como Johnnie To y Takashi Miike hasta la provocación de Harmony Korine al trabajar con las “chicas Disney” (Selena Gomez, Vanessa Hudgens y Ashley Benson) en la incendiaria mirada sexual de la hiperviolenta y estilizada Spring Breakers puede sostenerse con certeza que Rotterdam cumplió con su objetivo de tomarle el pulso al estado de las cosas en el universo audiovisual ß