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espectáculos
| Lunes 10 de marzo de 2014
El locutor, frente al micrófono de Continental
mauro alfieri
Fernando Bravo: seis años en Continental protagonistas de la radio. Es uno de los comunicadores más
prestigiosos y habla de su nueva etapa sin Alfredo Leuco Alicia Petti
PARA LA NACIoN
Es una de las figuras representativas de nuestra radiofonía, donde lleva casi 50 años en el aire, en los que recorrió casi todas las emisoras, todos los horarios, y acuñó éxitos de audiencia fiel, que admira su humor, su impronta, su personalidad y su elocuente emoción. En su sexto año en Radio Continental (AM 590, lunes a viernes, de 13 a 17), habla de las características y renovación del ciclo ante la partida de Alfredo Leuco y destaca la incorporación de Jorge Sigal. “Han sido años interesantes, fuertes. Desembarqué en Continental con una tarde que estaba bastante maltrecha. Le dimos impronta, ritmo y personalidad. Traspasamos lo que veníamos haciendo en Del Plata y le sumamos la riqueza de Continental, que creo que es una de las radios más importantes por sus características, su llegada, su imagen, y tuvimos un salto de calidad”, describe el popular conductor sus exitosos seis años al frente de Bravo.Continental. Un gran cambio sufre este año, y es la partida de su gran partenaire y amigo. “Llegué con Alfredo Leuco. Fueron cinco temporadas muy intensas. Los caminos se han bifurcado, pero esto es parte de lo que se plantea en el juego de la oferta laboral. Está todo bien, esto es así. Ahora estoy ante el desafío de generar un programa que la gente no sienta distinto, pero, al mismo tiempo, diferente”. Bravo destaca que la idea es conservar la esencia: magazine, informativo,
polirrubro, pero algo con distinta temperatura y otro juego. “Yo también me tengo que acostumbrar a la ausencia de Alfredo, porque durante mucho tiempo jugamos juntos. Nos entendíamos con sólo mirarnos. Quien ahora está a cargo de la pata política del programa es el periodista Jorge Sigal, escritor y profesional de larga trayectoria en la gráfica, que sin dudas empezará a construir una relación con el programa, con los oyentes y conmigo. Éste es el desafío para esta nueva temporada”, explica. En el ciclo continúan Román Iutch (deportes), Silvia Quintans (vida cotidiana), Silvia Moscoso (informativo),
“La radio es muy periodística y creció mucho como formadora de opinión” Roberto Moldavsky (humor), Alicia de Arteaga (arte), Iván Steindhardt (cine), la colaboración de Andrea Estévez Mirson y el padre Ángel Rossi. “Por supuesto estarán mi impronta, mi estilo, mi relación con los músicos que tocarán en vivo, los reportajes, y seguiremos incentivando el perfil solidario. Este año empecé a leer algunos cuentos consagrados. El programa es un poco lo que yo siento que tiene que ser un espacio de radio”, afirma Bravo. Considera que no hubo muchos
pases y cambios en la radio a comparación de otros años. “A pesar de la volatilidad, hay gente que hace muchos años que se queda en el mismo lugar. Ése es nuestro caso. Este tipo de programas es para quedarte, solidificarte, consolidar la sintonía y generar una corriente de oyentes que te busque y encuentre. Estoy muy agradecido. Y hasta fin de año, en que finaliza mi contrato, estoy comprometido con la radio. No sé qué pasará en 2015. Afortunadamente, la audiencia nos acompaña.” La radio fue su primer amor. Hizo televisión porque se dio, pero siempre quiso ser locutor de radio. Fue su gran objetivo. “A la radio la veo muy periodística, muy hecha por periodistas. Ha crecido mucho como formadora de opinión, es un punto de referencia en la opinión pública y un medio muy confiable. No digo que la radio haya reemplazado al diario, pero se complementan en esta función. La prueba de esto es que muchas de las firmas de los diarios han desembarcado en la radio porque despierta una fantasía muy grande, y a veces despierta un concepto equivocado, sobre todo en la gente de la TV, que piensa que porque le va bien en la tele le va a ir bien en la radio. Esa ecuación no se da fácilmente. Todos los oyentes tienen una fidelidad con el medio con el que coinciden. Esa relación también se da con la gráfica: nadie lee los diarios con los que no está de acuerdo. A partir de ahí, se teje una especie de complicidad a la distancia con el oyente”, concluye. ß
teAtro
Un drama inquietante m a r av i l l o s a i n fa nc i a clandestina. ★★★ buena. autor: Gustavo Cornillón. intérpretes:
P au l a C a s t a g ne t t i , A leja nd r a D’Agostino, Alejandro Schiacappasse.
vestuario :
Laura Etcheverry,
Inés López Vicente. escenografía : Julieta Potenze. luces: Sergio Cuchiara. diseño sonoro: Nicolás Gallo. música original: Caio Kosiner. asistente de dirección: Javier Martín Piazza. dirección: Germán Rodríguez. sala:
Teatro del Abasto (Humahuaca 3549).
funciones :
viernes, a las 21.
duración: 60 minutos.
D
os hermanas, científicas, trabajan en un proyecto singular: deben limpiar el cerebro de soldados que vienen de la guerra, después de sufrir duras situaciones traumáticas. El proceso no es sencillo, aunque, en apariencia, todo está preparado para que así sea. El ambiente es el ideal. La predisposición de ellas y sus investigaciones están destinadas a obtener buenos resultados. Pero algo obliga a transformar la realidad. Una de esas hermanas también atravesó de niña una situación con la que carga dolorosamente. Su misión entonces se modifica. Ella busca traspasar su daño al soldado. Interfiere en la memoria del hombre, le quita un dolor para imponerle el suyo. El procedimiento termina teniendo unas secuelas inesperadas. Gustavo Cornillón construye un drama con muchas referencias a algunas series televisivas norteamericanas, de esas en las que la técnica parecería ser tan poderosa que se vuelve implacable con la
El acento está puesto en la interpretación sensibilidad del ser humano. Pero, en definitiva, el mundo interno de una persona siempre sale airoso y no habrá máquina que pueda con él. Afortunadamente. La historia inquieta. Y adquiere una mayor teatralidad porque el director Germán Rodríguez se propone jugarla con múltiples recursos. Hay un fragmento, por ejemplo, que las actrices desarrollan cantando. y eso le hace muy bien a la trama, porque la torna dramáticamente más atractiva. Rodríguez no se decide a tomar partido por este material que debe moldear. Por momentos se arriesga a reírse de él, y es ahí donde todo se torna muy elocuente. Por otros, se deja encorsetar por la dramaturgia, y entonces ese mundo pierde densidad. Y al no saber cómo pararse ante ese texto, su rumbo se desvía a la hora de la dirección de actores. Esas hermanas y ese soldado son criaturas con unas conductas muy enrarecidas por aconteci-
mientos del pasado. Eso los torna seres muy agobiados y, sobre todo, muy vulnerables. Lo que se ve en el espectáculo es que ellos deciden tomar cierta distancia de esas cualidades. Prefieren poner en primer plano el acontecimiento, mostrar ese guión televisivo devenido en texto teatral, antes que encontrar una empatía mayor con la platea. Y es necesario destacar que la relación que construyen Paula Castagnetti y Alejandra D’Agostino es muy rica, por momentos. La escena así se convierte en una muestra interesante de un proceso de investigación que tiene su riqueza. Todos los elementos están muy cuidados, hay mucha prolijidad en esa puesta, pero hay un mundo interior que esos personajes no terminan de decidirse a enfrentar con el público. Sus problemáticas reales parecerían ser consumidas por las paredes blancas de esa preciosista escenografía que diseña Julieta Potenze. ß Carlos Pacheco