Espectáculos
FACUNDO ARANA
“Es bueno que te acaricien”
mente con Oreiro. También cuando interpretó a Ross Gardiner en Visitando al Sr. Green, en teatro, junto a Pepe Soriano, papel por el que ganó un premio ACE. Le gusta surfear y volar, no precisamente con la cabeza (no obstante reconoce que lo hace) sino en el cielo. Tras su experiencia en las tablas, a Arana todavía le quedaba pendiente dar un paso más importante en el cine, donde solo había aparecido hace ya mucho tiempo en Chiquititas: Rincón de luz y perdido en el gran reparto de La fuga, de Eduardo Mignogna. En 2006 circuló una versión que filmaría una película con mucha acción, pero parece que la quietud superó al riesgo. Este es el momento de Tocar el cielo, una coproducción argentino-española dirigida por Marcos Carnevale (ver aparte), el mismo de Elsa & Fred, una de las buenas y exitosas sorpresas del cine nacional de 2006. –¿Poco cine? –En todo este tiempo me ofrecieron muchos guiones. Si bien eran
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te sirva, no le presto atención. –¿Seguís tocando el saxo? –Cada día. Teníamos una gran banda en la Carranza...: Ligia Piro, creo que la mejor cantante de jazz que yo conozco de la Argentina, Javier López del Carril, David Libedinsky en batería y Ernesto Ballesteros en los teclados… –Cuando hacés TV, ¿tenés tiempo para tocar saxo? –Para tocar saxo, para entrenar, para volar, para hacer todo lo que me gusta. En TV no se trabajan las
“No voy detrás de un personaje en particular sino detrás de la historia, y en esta película la gran protagonista es la historia”
El galán de Sos mi vida, el mayor éxito de ficción de la televisión del 2006, es el protagonista de Tocar el cielo, una película nacional en la que compartirá elenco con China Zorrilla y Betiana Blum
Jorge Facundo Arana Tagle es un tipo afortunado. Su carrera en el mundo del espectáculo comienza a principios de la década del 90, cuando era poco más que un adolescente, tocaba el saxo en estaciones de subte porteño y un productor de TV lo descubrió, como muchos creen que sólo ocurre en los “cuentos de hadas”. Al mismo tiempo que hacía sus primeras apariciones, en ciclos como Son de diez, La flaca escopeta y Canto rodado, pudo superar una enfermedad de cuidado para finalmente, consagrarse como una promesa actoral y, no es poco, en la medida en que maduraba también como un sex-symbol. El próximo 31 cumplirá 35 años. De mirada transparente y profunda, conquista el corazón de las mujeres desde que apareció por primera vez en la pantalla de un televisor. Lo hizo en Muñeca brava, junto a Natalia Oreiro; en 099 Central, cuando encarnó a un hijo de desaparecidos durante la dictadura militar; en Padre Coraje, y recientemente en Sos mi vida, nueva-
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FOTOS MARIANA ARAUJO
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24 horas. No te voy a negar que los tiempos se aprietan un poco más, pero uno tiene que hacerse el propio para las cosas que le gustan, siempre. –¿Que es lo que te gustó de este guión? –No voy detrás de un personaje en particular, sino detrás de la historia, y en esta película la gran protagonista es la historia. Si te fijás en todo lo que hice, siempre fue así: la gran protagonista tiene que ser la historia, sea una historia de
buenas historias, ninguna me copaba como para hacerla. La que me ofreció Marcos sí: me dio ganas de contarla. Esa es la única razón. No trabajo para que un crítico me aplauda. La crítica debería ponerse en el lugar del público. Lo único que me importa es trabajar para el público, para gente sensible. –Hacer cine o televisión tienen que ver con ritmos de trabajo diferentes… –Es como la televisión con el cine o con el teatro. No los separo por estar delante de una cámara, del público, o en un estudio de TV haciendo veinte tomas por día. No me importa de qué forma se cuentan las historias: me importan las historias, y eso es suficiente. Buscar el personaje antes de ir a buscar la historia es como jugar al fútbol y comerse la pelota. Son 22 los jugadores que tienen que hacer un gran partido. Si no tenés una historia, no tenés partido para jugar. Sea en cine, en TV, en teatro o en Plaza Francia, como lo hice,
lo importante es contar historias. –¿Cómo vivís la exposición fuera del trabajo? –Es un tema aparte, una consecuencia del trabajo. Son muchos años de exposición. Como todo, tiene su costado positivo y otro incómodo. Tiene cosas superagradables y superlindas, depende de lo que uno esté atento a ver, y quiera ver. Su otro costado es más bien cansador. Con el tiempo, de a poco, la vas incorporando. –¿Entrás en los blogs que te nombran en Internet? –No, nunca. No creo que sea bueno entrar en ese juego. Un blog es un lugar que usa la gente para conversar acerca de determinada cosa que les interesa. Ya tengo espejo en mi casa como para querer leer qué dicen de mí. No tiene que hacer interferencia. Además, con la gente me encuentro directamente en la calle, cara a cara. A todo lo que tiene que ver con Internet, salvo que sea algo puntual que busqués y que
Sábado 10 de marzo de 2007
amor, una comedia o un drama. Si la historia empieza a caer, ahí si me preocupo. Al personaje lo defiendo después, no importa el género: lo importante es la historia. Visitando al Sr. Green es una comedia dramática, pero lo importante es que te toca el alma. Acordate lo que pasó con 099 Central, un policía que no sabía que era hijo de desaparecidos. –¿Cuándo apareció el guión de Tocar el cielo? –Hace un año, mientras tomábamos mate, Marcos me contó esta historia, y que yo estaba en su cabeza. «Si tenés un personaje para mí en esa película, lo hago, no importa que sea un mozo que sirve en un bar». Y me dijo que sí. Al tiempo me llamó y me dijo que se llamaba Santiago, alguien que siendo muy chico pierde a sus padres, algo que le genera un miedo tremendo al compromiso. No es consciente de eso: a lo largo de la historia se le van a presentar momentos de elección. Tiene que decidir si seguir así o cambiar. –¿Comedia o drama? –Tiene mucho drama, mucha comedia, mucha reflexión, mucho compromiso. Cuando esté terminada la g ente va a descubrir que Tocar el cielo no es “sentarse a ver una película” sino una caricia. Es bueno que de vez en cuando te acaricien.
Claudio C. Minghetti
Buen clima Confianza y camaradería entre Marcos Carnevale y Facundo Arana, en un alto del rodaje
Otro éxito en ciernes Marcos Carnevale habla de su film Para Marcos Carnevale, 2005 fue un año inolvidable. La primera satisfacción fue volver al cine con Elsa & Fred. En 2000 Carnevale ya había salido al ruedo con Almejas y mejillones, con Leticia Bredice y Jorge Sanz, que en España fue vista por más de 300 mil espectadores. Sin embargo, aquí no le fue tan bien y volvió a la TV. La cita, cinco años después, fue con una pareja algo mayorcita que aquélla: China Zorrilla y Manuel Alexandre. Esta vez el éxito golpeó su puerta por partida doble ya que no sólo resultó un éxito tanto aquí, donde vendió 600 mil entradas como del otro lado del Atlántico, donde vendió 400 mil más. Antes de terminar 2006. y para Pol-ka, su lugar habitual de trabajo, dirigió la versión local de Amas de casa desesperadas. Desde los primeros días de este mes Carnevale se puso al frente de Tocar el cielo, una coproducción entre Shazam (Argentina) y Tesela (España), protagonizada por los argentinos Facundo Arana, China Zorrilla, Betiana Blum y Lidia Catalano, y los españoles Verónica Echegui, Chete Lera (el mismo de la aún no terminada El niño de barro, acerca de “el Petiso Orejudo”) y la catalana Montsé Germán (la misma de Ficción, que en estos días compite en el Festival de Mar del Plata). “Sí, lo reconozco: Elsa & Fred era una película que desafiaba las leyes del marketing”, asegura el cineasta.
“Cuando adelantaba que se trataba de una historia de amor entre dos ancianos muchos dudaban: ¿a quién podía interesarle eso? Fue una sorpresa y el puntapié para esta otra”, dice. “Tocar el cielo tiene que ver con mis cuarenta, con mis temas existenciales: la vida, la muerte, la felicidad y el tiempo. Es una película que reza sobre la amistad. Habla de gente que por diversas razones necesita de sus amigos: hay una adopción, alguien que parte, alguien que tiene que arreglar la relación con su hijo... Trata acerca de que hay que aprovechar el tiempo, fundamentalmente de que no hay que perderlo, porque no hay una segunda oportunidad. Lo que pasa, es que a los cuarenta nos damos cuenta de que llegamos a la mitad de la vida, y peor todavía cuando descubrís que sólo queda una mitad, muchas cosas por hacer, y que a lo mejor el tiempo que te resta no es suficiente. Se pueden sufrir episodios de pánico... Tiene que ver con mirar la vida de otro modo, más relajada”, confiesa. “En la TV sí tenés segunda oportunidad, en cine no y el riesgo es altísimo. Es propio de la aventura de hacer cine. Sin embargo, con productos comprometidos como los de Pol-ka, la TV me sirvió de escuela”, reconoce el director que el lunes pasado partió con rumbo a España, donde tendrá lugar buena parte del rodaje. El estreno de Tocar el cielo está previsto para agosto.