Estrenos para los más chicos

Para un cinéfilo de vacaciones en la ciu- dad, con algún saldo a favor en los bolsillos, no debe de haber otro progra- ma más atractivo y varia- do ni más ...
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ESPECTACULOS

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Martes 11 de enero de 2011

OPINION CINE

TELEVISION s NOVEDADES EN EL CABLE

FERNANDO

Estrenos para los más chicos

LOPEZ

La mirada de un gran crítico

Discovery Kids y Disney Channel renuevan sus propuestas CECILIA MILLONES LA NACION Las señales infantiles de cable Discovery Kids y Disney Channel suman a su programación de verano el estreno de series animadas y la emisión de nuevos episodios de sus producciones propias. Noddy en el país de los juguetes (de lunes a viernes, a las 7 y a las 16.30, por Discovery Kids) cuenta las historias de un simpático y divertido muñeco de madera, quien junto con sus amigos juguetes sortea contratiempos con humor y entusiasmo para vivir un sinfín de aventuras. Basada en el clásico libro escrito por Enid Blyton, esta serie tiene una avanzada animación, atractivos relatos y una dosis de magia e ilusión con

el objetivo de que los chicos aprendan valores sociales y lecciones de la vida cotidiana. Además, Discovery Kids estrena nuevos episodios de Artzooka!, la producción original de la señal sobre artes manuales. Conducido por el argentino Bruno Lázzaro, el programa busca proponer, mediante imágenes coloridas y mucho dinamismo, proyectos innovadores que se puedan hacer de manera fácil con objetos que se encuentran en las casas. La serie incluye segmentos grabados por chicos que se divierten en pantalla mientras crean pequeñas actividades y retan al conductor a hacer otras. Entre las propuestas veraniegas de Disney Channel, se encuentra Pecezuelos (de lunes a viernes, a las 17.30), una comedia animada

que pone su foco sobre las historias de tres amigos acuáticos que viven en una pecera. Fue creada a través de una innovadora mezcla de animación digital y un collage de fotografías. A través de 21 episodios, los chicos pueden seguir de cerca las aventuras de Milo, Oscar y Be, quienes con sus vecinos asisten a Freshwater High, una escuela sumergida en las profundidades de una pecera gigantesca en el centro de una tienda de mascotas. Juntos atraviesan los desafíos y triunfos característicos de los años previos a la adolescencia, que van desde la amistad, las citas y los deportes hasta asuntos un poco más atípicos, como el ataque de una langosta gigante o las excursiones escolares a las jaulas de los hámsteres.

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Pecezuelos, la nueva comedia animada de Disney Channel DISNEY

ara un cinéfilo de vacaciones en la ciudad, con algún saldo a favor en los bolsillos, no debe de haber otro programa más atractivo y variado ni más enriquecedor que el que el Malba está ofreciendo durante este caluroso enero. No está dedicado a un período del cine ni a una corriente ni a un autor, sino a un crítico –probablemente, el más prestigioso que ha habido en América del Sur: Homero Alsina Thevenet, o bien H.A.T., como firmaba sus escritos–, y comprende algunas de las muchísimas películas que él observó y analizó con mirada lúcida y rigurosa y a las que dedicó juicios precisos, contundentes, esclarecedores. El ciclo acompaña la presentación de sus Obras incompletas, tres tomos en los que Alvaro Buela, Elvio E. Gandolfo y Fernando Martín Peña reunieron gran parte de la obra del intelectual uruguayo que se encontraba dispersa en libros y revistas de su patria, España y la Argentina, los tres países en los que desarrolló su labor profesional.  El cine de Bergman (a quien Alsina Thevenet, junto con Emir Rodríguez Monegal, dedicó su primer libro, en 1954) ocupa, claro, un espacio importante (ver el programa en www.malba.org.ar, donde también pueden leerse fragmentos de los textos que H.A.T. les dedicó). Es sabido que el genial artista sueco se hizo famoso de este lado del mundo antes que en Europa, con la proyección de Juventud, divino tesoro en el Festival de Punta del Este de 1952, donde Alsina era jurado. Un largo artículo suyo publicado en 1953 por la revista Film contribuyó a que se lo llamara “el descubridor de Bergman fuera de Suecia”, aunque él solía extender el reconocimiento a los otros miembros del jurado). De la obra del sueco aún quedan por proyectarse cuatro títulos: Persona (1966), Vergüenza (1968), El toque (1971) y Escenas de la vida conyugal (1973), sobre la que escribió: “No es ni quiere ser gran cine. En lo formal, es a lo sumo una correcta televisión, un cine de cámara abundante en primeros planos, en gestos y en demasiadas palabras. Pero tiene una poderosa sustancia humana y es otro testimonio sobre uno de los mayores creadores cinematográficos de la época. Hay algo de milagroso en que haya podido continuar ese testimonio, treinta años después, en Saraband”. Algunos de los restantes films que se verán de aquí a fin de mes (en cotejo con sus textos) informan del espíritu abierto del crítico y aproximan a su estilo, sus intereses y sus gustos. Entre otros, están Codicia (Von Stroheim, 1923), “un adelanto a su época y un prólogo a lo mejor que el cine obtuvo después”; Monsieur Verdoux (1947), que le hizo decir: “Preferimos con calor esta gruesa pifia de Charles Chaplin a las relucientes latas de conserva que engendra Hollywood a centenares por año”; A la hora señalada (Fred Zinnemann, 1952), “un film singular y hermoso, que pocos críticos supieron apreciar en su momento”; Los amantes del río Tajo (Henri Verneuil, 1954), “lo que suele llamarse un film comercial”, pero hecho con inteligencia y buen gusto; Crónica de un amor (Antonioni, 1950), “la obra de un director muy seguro de lo que quería, aunque sólo en films posteriores llegó a expresarlo cabalmente”, y La tregua (1974), “para Sergio Renán, como director, como libretista y como ocasional intérprete, un triunfo personal y no sólo un debut”.