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I SALON DEL MERCADO INMOBILIARIO I

Espacio para generar negocios El encuentro será una muy buena ocasión para el lanzamiento de nuevos desarrollos

Sábado 11 de septiembre de 2010 / LA NACION CLASIFICADOS

Propiedades / Real Estate

Entre el 9 y 11 de noviembre próximo, el Salón del Mercado Inmobiliario de LA NACION renovará el clásico encuentro con la muestra más representativa del sector en la Argentina que sumará también la presencia de protagonistas del Uruguay. Es un espacio en el que gran cantidad de visitantes pueden interiorizarse sobre la más variada gama de proyectos. Luis Ramos, presidente de L. J. Ramos Brokers Inmobiliarios, expresa: “Se concentran las empresas y los developers más reconocidos del mercado en los distintos rubros. Nuestra expectativa es que cada año se incorporen nuevos expositores para seguir enriqueciendo la muestra”. Herman Faigenbaum, managing director de Cushman & Wakefield Argentina, empresa de servicios inmobiliarios, agrega: “La idea es

OPINION

Capacitación y compromiso son las claves Por Damián Tabakman Para LA NACION

Una constante en la muestra es la consulta de los visitantes generar un espacio ameno para encontrarnos con clientes y amigos y, a la vez, entablar nuevas relaciones. Queremos escuchar cuáles son sus necesidades y contarles nuestra experiencia en soluciones globales de Real Estate”. En el SMI presentarán toda la gama de servicios para los mercados corporativo, comercial e industrial. Entre ellos, administración de edifi-

cios clase A, brokerage, valuaciones, project management y certificaciones de green building. Faigenbaum opina sobre el mercado: “Está muy activo, ya que los inversores prefieren los bienes inmuebles por las bajas tasas, en un contexto económico internacional de bajo crecimiento y turbulencia política interna. Las elegidas son las propiedades para renta, que provean

Amplias unidades

ingresos mensuales y apreciación de valor a largo plazo”. Y agrega que el segmento de alquileres comerciales está en niveles más bajos que hace entre 18 y 24 meses, pero se ha amesetado en valores por la absorción sostenida de los metros cuadrados vacantes en proyectos nuevos. El stand de Cushman & Wakefield contará con una barra de tragos, y el de Ramos será el B 30.

En Belgrano

Se venden de 1750 a 2200 dólares por metro cuadrado Con una inversión de cuatro millones de dólares se desarrolla en la avenida Balbín al 2400 un emprendimiento de uno, dos, tres y cuatro dormitorios de 90 a 200 m2, que se cotizan entre 1750 y 2200 dólares por m2. “Esta zona se ha revitalizado y aún tiene mucho potencial”, comenta Javier Dborkin, director de Boston Andes Capital, empresa desarrolladora. Roberto Parysow, del Estudio Parysow, encargado del proyecto y dirección, dice: “Es un barrio con muy buenos colegios, ideal para familias con hijos en edad escolar”.

Con plan de financiación Espacios verdes y variedad de amenities

Abasto Departamentos en preventa al costo desde US$ 1350 el m2 En la esquina de Anchorena y Sarmiento se construyen diez unidades monoambientes, de un dormitorio y dos dúplex de 32 a 74 m2. Se prevé la posesión para enero de 2012. “El mercado en la zona de Abasto sigue en pleno crecimiento, pujante, con obras variadas”, afirma Hernán Siwacki, de Gama Propiedades, empresa comercializadora. Se cotiza en preventa al costo desde 1350 dólares el m2.

Cerca del shopping

Los dos últimos pisos ofrecerán dúplex con terraza propia Sobre un lote de 1200 m2 se emplazará Sudamericana House Belgrano con 52 unidades de uno, dos y tres dormitorios, más dúplex de tres dormitorios en los dos últimos pisos, con superficies de 53 a 140 m2. Se cotiza a 2483 dólares por m2, con financiación del 35% al firmar el boleto, 55% en 15 cuotas y el 10 restante contra escritura. Miguel Ludmer, director de Interwin Marketing Inmobiliario, empresa comercializadora, explica: “Es uno de los últimos terrenos privilegiados de la zona, cercano a toda la movida comercial”. La posesión se prevé para noviembre del año próximo y lo desarrolla Constructora Sudamericana.

El mercado inmobiliario muestra signos de gran vitalidad. A diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados, donde el Real Estate está visto como el culpable de la crisis que llevó a que la gente se sintiera sumergida bajo deudas impagables, en nuestro medio vemos otra realidad. Aquí hay una economía que crece y regenera la capacidad de ahorro, al menos de los estratos más altos. Y la falta de mejores alternativas a la hora de resguardar el patrimonio termina favoreciendo la inversión en ladrillos. Pero ése no es el único síntoma de esta realidad tangible: en la segunda parte del año se han planificado en Buenos Aires cuatro encuentros inmobiliarios de alto nivel, uno precisamente será la semana próxima, que organiza la Cámara Inmobiliaria Argentina y en noviembre el que organiza LA NACION, un clásico desde 2005, con un gran panel de conferencistas y una asistencia de público cada vez mayor. Además, se publican con frecuencia libros sobre Real Estate. Ni hablar de la oferta educativa: todas las universidades, públicas y privadas, tienen cursos, programas ejecutivos o maestrías en Real Estate. Es un caso único en América latina, y miles de jóvenes se capacitan para hacer las cosas mejor. También las cámaras empresariales, como los consejos y asociaciones profesionales, tienen sus programas de capacitación en negocios inmobiliarios. Muchos se preguntan a qué se debe semejante fenómeno. La respuesta es que aquí los proyectos se financian con preventa, no con bancos como en el exterior, de modo que la proporción de inversores en nuestro medio es mucho más elevada que en otros sitios donde se ahorra con depósitos bancarios y son esas entidades las que luego los financian. Lamentablemente esa pujanza y entusiasmo no logran cambiar la percepción que muchos tienen sobre esta actividad, ya que para muchos es vista como simple especulación inmobiliaria y no como inversión genuina generadora de empleo y viviendas. Los vecinos se oponen a las edificaciones, luchan contra las torres, creen que se construye irresponsablemente y sin permisos, que las obras se derrumban todo el tiempo y entonces se lamentan víctimas, y que ni siquiera preocupa el patrimonio histórico ni por el medio ambiente. Además, se piensa que no se resuelven los problemas más importantes y acuciantes, como la falta de créditos para la clase media. A pesar de eso, el optimismo no decae: el sector cuenta con proyectos bien fondeados, sólidos y sin deuda. Y existe una generación de desarrolladores preocupada por hacer las cosas cada vez mejor. Es titular de la Asociación de Profesores de Programas Inmobiliarios