Enamorados de la vida y del micrófono

4 mar. 2007 - periencia anterior en Continental, pe- ro eran otras épocas ... espectáculo, con un clima de humor ... Y eso se traduce en un clima natural.
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Espectáculos

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Domingo 4 de marzo de 2007

Por Alicia Petti

Mónica y César, por Radio del Plata (AM 1030)

Enamorados de la vida y del micrófono Hace tres años que cambiaron la televisión por la radio, y están fascinados con el medio y su repercusión Mónica Cahen d’Anvers y César Mascetti, matrimonio en la vida real, referentes del periodismo televisivo, a partir del mes entrante ingresan en el cuarto año de una experiencia radial a lo que abordaron con curiosidad y con ánimo de aprendizaje. Por Radio del Plata (AM 1030), desde el 18 de abril de 2004, conducen de lunes a viernes, de 9 a 12, Mónica y César, un espacio que se fue afianzando y ganando audiencia día tras día y año tras año. –¿Se puede establecer una suerte de pequeño balance después de tres años frente al micrófono? Mónica: –Yo estoy enamorada de la radio, porque da una libertad que no pasa sólo por el hecho de no tener que producirse (maquillaje, peluquería, vestuario, etc.), sino por la libertad mental. Se puede hacer lo que uno piensa y siente. El “corsé” de la televisión (medio en el que trabajé durante 35 años y del que he disfrutado mucho) aquí no existe. Y esto para mí es fascinante. Yo tenía un poco de experiencia anterior en Continental, pero eran otras épocas (década del 80); toda la radio era más durita. Todo ha cambiado. Ahora siento que la radio es el medio. César: –La sensación de libertad que Mónica expresa yo la siento en la manera de trabajar. Encontrás la posibilidad de tener un horario en el cual podés desarrollar un estilo, manera de ver, de ser, y esto se traduce en un producto cargado de naturalidad y espontaneidad. Salís de un esquema (la TV) cerrado, ortodoxo, en el que los espacios de todo tipo son menores. Esa libertad radial es la que estamos disfrutando y así nos sentimos todas las mañanas. Me parece que encontramos un formato en el que conviven la actualidad, la política, el deporte y el espectáculo, con un clima de humor y de diversión entre los integrantes de la mesa, que es real y no forzado. Creo que eso le llega al oyente, que está bombardeado con la nota dramática y pesada. Y está el reportaje estricto con las preguntas justas y adecuadas. Lo importante es saber a quiénes nos dirigimos y encontrar ese delicado equilibrio que permite que

–¿El año pasado organizaron una suelta de palomas mensajeras? César: –Sí, es un hecho, en apariencia, antirradial. Lo extraordinario de la suelta, desde la radio hasta San Pedro, es que los oyentes iban siguiendo su recorrido a través de los mensajes y decían: “Las estoy viendo en Villa Urquiza”, “las veo por la ventana” y luego: “Sí, acá, en Villa Martelli, atención… ¡Viene la bandada, viene la bandada!” Y al final se transformó en un emotivo hecho radial que la audiencia siguió comentando días después. –¿Qué opinan de la serie de cambios recientes que se produjeron en la radio? Mónica: –Ultimamente, es impresionante la cantidad de gente de la tele que pasó a la radio, conoció el medio, aprendió, se enamoró y ya no la subestima. César: –Sí, el dial está muy caliente, al rojo vivo, tanto la primera como la segunda mañana que se parecen al horario central de la TV, en que está todo: la batalla, la publicidad, la producción, las figuras.

La pareja se complementa en el aire con un compacto equipo

todos disfruten y cuando hay una realidad urgente allí estamos. Mónica: –No hay que perder de vista, por ejemplo, los datos de la temperatura, que es lo primero que al oyente le interesa. Aquí, de 9 a 12, hay que poner todo en dosis justas. Y ese milagro creo que se logra mucho más en la radio que en la televisión.

Todo juntos –¿Cuál es la fórmula para ejercer esta coconducción? Mónica: –Dormir, soñar y comer juntos desde hace 30 años. Tenemos mucha suerte porque César y yo nos complementamos; nunca competimos. Pero César es el conductor del programa y yo rezo a Dios que no tenga ni una gripe, porque a mí me da un infarto si tengo que hacerlo sola. Es su manera de ser, su educación periodística, sus conocimientos, su timing. César: –Yo puedo ser el fogonero, pero aparece Mónica, dice dos frases y

Por adentro en el acto tenés la respuesta de la gente. La misma mezcla que aplicábamos en la tele la practicamos también aquí. A veces, con un entrevistado difícil, por distintas circunstancias y no quiere hablar con nadie, sale ella y se escucha “hola, Mónica”. Los años de TV no son en vano. Una señora le decía el otro día: “Mónica, yo soy íntima amiga tuya y si vos no los sos es tu problema, porque hace 35 años que estás metida en mi casa”. Las proporciones son diferentes porque San Pedro ocupa un lugar importante en nuestras vidas; vivimos allí. Y un par de días por semana, yo hago ida y vuelta por la ruta 9; soy un chofer experimentado y a veces hasta movilero, porque la semana pasada no pude llegar a la radio, a raíz del accidente que allí ocurrió, y relaté desde el lugar todas las alternativas. Los días que Mónica se queda allá, está en el arranque y en el pase. Funciona muy bien este fixture que armamos.

■ El equipo de producción está integrado por Horacio Fernández, Cecilia De Dann y Liliana Direnzo. La operación técnica está a cargo de Claudio Canullán.

–¿Están felices de seguir con el programa? Mónica: –Tenemos mucha suerte; nos ganamos la vida haciendo lo que nos gusta. Muy poca gente puede hacer eso, y por eso, nuestro agradecimiento a Tata Dios. Sé que tengo gran llegada con la gente; digo lo que siento; no trato de quedar bien con nadie. Soy así y la gente lo agradece. Y además, se establece ese juego, porque César es un lanzado y yo soy la que lo reta o la que pone los límites, como sucedía en la tele. César: –La verdad es que nosotros disfrutamos de lo que hacemos. El equipo de profesionales solventes que nos acompaña es muy importante

Los noticieros de la TV ANIBAL GRECO

y está integrado por Mario Portugal con la actualidad, Gustavo Sylvestre en política, Miguel Angel Rubio en deportes, Guillermo Blanc y Nora Lafón en espectáculos, Walter López en humor, Alicia Cuniberti en la locución y Marcelo Martín, productor general del ciclo y hombre de confianza nuestro. La mesa se desarrolla con buena fe. Y eso se traduce en un clima natural y auténtico. Cuando comenzamos, no sabíamos qué botón había que tocar para hablar con producción o con el operador, ni ponernos los auriculares. Hubo que hacer un aprendizaje y nuestro programa fue un banco de pruebas. La radio nos respaldó y ahora comienzan a verse los resultados de esa perseverancia en el formato como en el contenido, que redundan en el posicionamiento del ciclo. Mónica: –Nos entusiasma haber logrado un programa popular con buen gusto, algo así como la platea con el tablón.

–Siendo la pareja referente de los noticieros televisivos, ¿cómo observan hoy ese género? Mónica: –Los noticieros, ya desde la época nuestra, se fueron transformando en magazines. Ahora son casi un show de noticias, y las noticias no son un show, son una realidad que no queremos ver, porque, desgraciadamente, en general son malas y tristes. Ya sé que la TV es un negocio, pero creo que los noticieros deberían ser menos amarillos. César: –Hoy, con la tecnología disponible pueden brindar excelentes productos técnicos. Pero a esto se suma la necesidad de los programadores de extender sus horarios. En un comienzo, eran de 30 minutos y se privilegiaba lo esencial. Recordemos que El reporter Esso duraba 15 minutos. Entonces, con esas extensiones de horarios, se convierten en magazines y perjudican el resultado. Pero a la hora de elegir, Telenoche seguirá siendo de por vida Telenoche y es el clásico de los noticieros.

“Ciudad oculta”

¿Qué nos canta el tango, che? Anteanoche, Juan Vattuone presentó su proyecto junto a doce letristas Cuando el cantor Juan Vattuone, curador de “Ciudad oculta”, hacía la presentación de este proyecto que reúne a poetas del tango de distintas generaciones, alguien del público BUENOS advirtió en voz alta AIRES la sorpresa que el resto trataba de disimular sin buenos resultados. “Juan: hay un problema. Hay dos murciélagos volando ahí arriba”. Hay que preguntarse acerca de esa expectativa, que hasta atrae a los murciélagos, por la presentación de poco más de una docena de tangos incluidos en “Ciudad oculta”, en el Teatro Alvear. Luego de que Vattuone dijera por enésima veces que el proyecto era suyo y de su compañera, y de un homenaje que se le realizó a Armando Rolón –veterano hombre de la radio y de la difusión del tango–, subieron los cantantes Nora Roca, Clori Gatti, Esteban Riera y Javier “Cardenal” Domínguez para presentar las composiciones junto a un grupo de músicos. El conjunto, liderado por Néstor Basurto (guitarra, arreglos y dirección) se completó con Fernando Bruguera (piano), Jorge Spessot (bandoneón) y Nicolás Rainone (contrabajo). Como no se trataba de una competencia con premios, en vez de una evaluación sobre la calidad artística de compositores, intérpretes y arreglos conviene contar de qué se trató esta muestra. La idea no era ver quién era mejor, sino reunir repertorio y darlo a conocer. Se nota en la actitud de Horacio Ferrer, con una obra conocida, especialmente la compuesta con Piazzolla, que no tuvo problema de ponerse en el mismo escalón que los que recién comienzan a escribir letras de tangos. En esta presentación se escucharon trece piezas. ¿De qué hablan? Los que aseguran que con el tango se puede hablar de todo, tuvieron al menos dos o tres temas de esta lista que apuntan (de manera intencional o no) a nuevas temáticas. Los tradicionalistas son quienes más tranquilos pueden estar, ya que la mayoría de las letras se refirió a lo habitual: desencuentros amorosos, la nostalgia, a veces la evocación y, muy de vez en cuando, a la esperanza. No se preocupen: sigue habiendo malvones y violetas en los tangos. Hernán Castiello hace autoanálisis en los muy interesantes versos de “Tibieza” (quizá lo más destacado que se escuchó esa noche) sin caer en la psicología social callejera de los setenta, con frases del estilo: “¿Qué nos pasa, che?”.

TANGO

Javier “Cardenal” Domínguez y una versión del tango “Tibieza”, de Castiello FOTOS DE SOLEDAD AZNAREZ

Agenda para hoy 19 Orquesta Típica La Furca, en el Complejo Cultural Chacra de los Remedios, en el Parque Avellaneda, Lacarra y Directorio. 20 Alejandra Martín Cuarteto y Zsapiro-Polemann, en el Centro Cultural Julián Centeya, San Juan 3255. 20 Dora Brown, junto a “Chino” Laborde, en el Espacio Cultural Carlos Gardel, Olleros 3640. 20.30 Rodolfo Mederos Orquesta Típica, en la Rural, Santa Fe y avenida Sarmiento. 20.30 Ramiro Gallo Quinteto, en el Teatro de la Ribera, Pedro de Mendoza 1821. 21 Arlett Fernández con el trío del bandoneonista Carlos Corrales. Luego, el cantor Javier “Cardenal” Domínguez con La Bagayera, en el Centro Cultural del Sur, Caseros 1750. En caso de lluvia, las actividades al aire libre se suspenden Ferrer aportó un tema para dobles lecturas. Vattuone, con “Bajá, chabón”, jugó entre la mística, el delirio y el humor y se refirió al uso tan porteño de la che (ese que también se escuchó en la obra de otros letristas, aunque a veces suene anacrónico: “chabón, chanta, chivar, marchanta)”.

Juan Vattuone y Horacio Ferrer María José Demare trajo un tema que puede ser autobiográfico o no. Habla de llegar a cierta edad y tenerse confianza sin necesidad de buscar ayuda en los quirófanos de la estética. Alejandro Szwarcman se pone nostálgico. Acho Estol piensa en qué hubiera pasado con aquel amor, de haber durado más de una noche. Claudia Levy habla de muchos amores, pero de que hay uno al que el corazón sigue extrañando. Marcela Bublik también piensa en el tiempo y el adiós. Raimundo Rosales retrata de manera simple, bella y directa “División de bienes”, tras

el divorcio. Alfredo “Tape” Rubín es evocativo al recordar una vieja milonga. Y Héctor Negro encontrará una forma muy romántica en su “Pasacalle”. La esperanza aparece en el tango de resistencia cultural “Volver a ser”, de Ernesto Pierro. Y un rato después, Luis Alposta la sugiere en un tango de 1988 en el que imagina el 2000. Aunque comienza con la clásica visión de que todo tiempo pasado fue mejor. Alguna vez se deberá admitir que el punk rock es hijo no reconocido del tango.

Mauro Apicella