En busca de la traducción perfecta

10 abr. 2012 - César Pradines. En busca de la traducción perfecta. La banda local que le rinde tributo a la obra de Stephin Merritt presentará pasado mañana ...
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ESPECTACULOS

I

Martes 10 de abril de 2012

MUSICA s LOS CAMPOS MAGNETICOS

QUIEN ES QUIEN

En busca de la traducción perfecta La banda local que le rinde tributo a la obra de Stephin Merritt presentará pasado mañana su álbum doble SEBASTIAN RAMOS LA NACION

SEBASTIAN RUBIN

“Nos pidió que evitásemos las imágenes religiosas y que neutralizáramos el género del protagonista de las canciones porque las suyas no son las típicas letras de «chico ama a chica» o viceversa. Nos pidió que en ese aspecto tratemos de ser confusos o directamente gay.” Así cuenta Sebastián Rubin la devolución que tuvo de su trabajo como traductor para Los Campos Magnéticos del mismísimo Stephin Merritt, creador de los originales The Magnetic Fields. Pero antes que nada expliquemos un poco más. “Alvy, Nacho y Rubin interpretan a Los Campos Magnéticos es el resultado de un singular proceso de investigación y traducción sobre las formas y los modos con que Stephin Merritt construyó un repertorio de canciones de amor universales desde una plataforma musical sorprendente, que sumerge tanto la pluma en ABBA como en Gershwin.” Así explican los tres músicos (Alvy que es Singer, Nacho que es Rodríguez y Sebastián que es Rubin) en su página oficial el espíritu de éste, su proyecto musical en torno a la obra de Merritt y sus Magnetic Fields, que comenzó casi de casualidad en 2009 y que pasado mañana completará un ciclo al pre-

Ex cantante y líder del efímero grupo pop Grand Prix, comenzó su carrera solista en 2004 apoyado en la canción propia y en la versión ajena (fórmula que completó con el álbum Componé, ladrón, con temas de Ramones, Marc Bolan, Bob Geldof y Andrés Calamaro, entre otros). Su último disco en soledad es Desayuno de campeones, de 2009.

NACHO RODRIGUEZ Fundador y cabeza parlante del grupo Doris (2000-2007), sorprendió a la escena porteña con el proyecto de espíritu casual Onda Vaga. Además, es el líder del grupo Nacho y Los Caracoles, banda con la que editó dos discos homónimos (2008 y 2011). En su reciente presentación en el país, Caetano y Moreno Veloso interpretaron un tema suyo, “Cántale”, que también ya había cantado la cantante Adriana Calcanhotto.

➾EN SU OBRA, MERRITT TIENE UN SENTIDO DEL HUMOR QUE NO VEIA DESDE QUE DESCUBRI A COLE PORTER➵

Sebastián Rubin, Alvy Singer y Nacho Rodríguez, en la versión original, en formato trío

SEBASTIAN RUBIN sentar en vivo el álbum que compila los dos discos grabados hasta aquí, con el nombre de Vol. 1 y Vol. 2. ¿Por qué armar un trío para homenajear al tal Merritt? ¿Para qué traducir sus canciones con el cuidado esmero de quien traduce un texto bíblico? ¿Qué opina un artista de renombre internacional ante tan descarado homenaje nacional? ¿Qué relación tiene este rockero norteamericano –poco conocido por estas tierras– con la prolífera escena local de cantautores? De aquí en más, las respuestas a estas preguntas, y un par más, en la voz de Rubin, la tercera parte de un grupo de locos. –¿En qué momento la obra de Merritt te golpeó en forma de cachetazo? –Creo que la primera vez que apagué la “compactera” y dije “¡Qué HDP este tipo! ¿Cómo puede escribir algo así?” fue cuando, tal vez después de varias escuchas del disco 69 Love Songs, en 2000, me cayó la ficha del juego de palabras que hace con la palabra “blue” en “Reno Dakota”. Ya me había rendido ante su don de la melodía, su capacidad de escribir clásicos instantáneos a granel, pero a partir de ese momento empecé a meterme más de lleno en sus letras y a darme cuenta de que hay algo diferente en su manera de escribir: una precisión, un ritmo en sus frases y un sentido del humor que no veía desde que había descubierto a Cole Porter una década antes. –En tu carrera solista también demostraste cierta pasión por la traducción de canciones de otros, ¿qué es lo que te entusiasma de esto que podría ser toda una profesión del siglo XXI: traductor de canciones pop? –Me gusta el desafío de intentar

Los Campos Magnéticos en su versión completa, tal cual se los verá en La Trastienda, con Alvy, Pablo Font, Eugenia Brusa, Facundo Cruz, Rubin, Rodríguez y Alfonso Barbieri RODOLFO SCHMIDT

reproducir la sensación que genera escuchar una letra foránea en tu propio idioma, hacer esa mudanza compleja de palabras y sonidos e incorporarlos como propios a mi repertorio. –¿Qué fue lo más difícil en el momento de traducir las letras de Merritt? –Cuando nos propusimos traducir el cancionero de Merritt, sabíamos que teníamos que intentar llegar a una versión en español que, al ser escuchada, generara una sensación análoga a la que generan las versiones originales en los angloparlantes. Y para eso, tuvimos que tratar de cumplir con varias cuestiones: conservar el sentido de la original, preservar el tono de las palabras usadas por Merritt, que la traducción sea cantable, que sonara natural en español y que fundamentalmente no sonara como una traducción. –¿Qué tema traducido al español de los que escuchaste de niño te ha quedado especialmente en la memoria?

–La primera canción que se me viene a la cabeza es “La distancia” de Roberto Carlos, que escuchaba en el auto de mi viejo, la versión en castellano, claro. También “Chiquitita”, de ABBA, que la pasaban hasta en la sopa. Hasta los años 80, era normal que artistas internacionales grabaran sus éxitos más grandes en varios idiomas. Hasta los Beatles lo hicieron. –¿Llegaron a contactar a Merritt? –Nos contactamos con él principalmente porque necesitábamos su aprobación de las traducciones por cuestiones legales. –¿Y qué les dijo?

PARA AGENDAR Los Campos Magnéticos: presentarán el álbum que reúne sus dos discos, Vol. 1 y Vol. 2. La Trastienda, Balcarce 460. Pasado mañana, a las 21. Entradas, desde $ 50.

–Básicamente, se sintió sorprendidísimo por el hecho de que unos pibes de la otra punta del planeta hicieran lo que hicimos con sus canciones. Respecto de las letras, puntualmente, nos hizo dos o tres observaciones genéricas y bastante técnicas que nos ayudaron mucho a la hora de darles el barnizado final. –¿A qué te referís con “observaciones genéricas y bastante técnicas”? –Por un lado nos pidió que evitásemos las imágenes religiosas en las traducciones, ya que su obra no tiene relación alguna con la religión. Vino a colación a que en ese momento usamos la frase “cargar la cruz” en un par de temas (sobre todo porque en español no hay muchas palabras con qué rimar “luz”). La segunda cuestión, más relacionada con la naturaleza de cada lenguaje, es que él considera que, cuando escribe canciones de amor, sus protagonistas no tienen género, no son las típicas letras de “chico ama a chica” o vice-

versa. Nos pidió que tratásemos de “neutralizar” el género de nuestras versiones o en caso de no poder hacerlo que fuera confuso o directamente gay. Nosotros le explicamos que, a diferencia del inglés, en el español los verbos y sustantivos casi siempre tienen un género, masculino o femenino, y que neutralizarlo era prácticamente imposible si queríamos que las canciones sonaran naturales y cantables. Por suerte, lo entendió perfectamente. –¿Qué relación encontrás entre Merritt y toda esta generación de cantautores a la que pertenecen ustedes tres y tantos otros por estos días en la escena local? –La verdad es que me cuesta mucho encontrar una relación entre Merritt y cualquier otro compositor o cantautor de nuestra época, de acá o de allá. Sin lugar a dudas, el hecho de haberlo estudiado y tratado de desenmarañar el secreto detrás de sus letras y melodías debería tener algún impacto positivo, ojalá, sobre nuestras canciones en el futuro. Es alguien de quien bien vale la pena aprender; es muy difícil encontrar un compositor de canciones con tanta precisión a la hora de escribir y con tanta sencillez a la hora de musicalizar, y sin caer jamás en la obviedad y el chiste fácil. –¿Por qué creés que es tan difícil para el rock tener sentido del humor? –Tal vez porque los “rockeros” suelen tomarse demasiado en serio a ellos mismos, se creen lo del rock como forma de vida y se olvidan que hacer rock es hacer música, es entretener, es emocionar. Y también porque lamentablemente se confunde el “sentido del humor” con lo gracioso y hay decenas de ejemplos de canciones “graciosas” que servirían para abogar por la abolición de este subgénero de canciones. Igual, como en todo, hay excepciones, pero ya lo dijo Frank Zappa: “Does Humor Belong In Music?”.

MUSICA

ALVY SINGER Ex contrabajista de la orquesta académica del Teatro Colón, Jano Seitún se convirtió en Alvy Singer (nombre del personaje que Woody Allen interpreta en su film Annie Hall) para homenajear a las orquestas de jazz y swing de los años 20. Junto con Nacho Rodríguez, también forma parte de Nacho y Los Caracoles y lo último que editó como Alvy Singer Big Band fue El tiempo del amor, en 2011.

STEPHIN MERRITT El cantante y compositor nacido en Nueva York que un día unió a Alvy, Nacho y Rubin para homenajearlo es el fundador del grupo The Magnetic Fields, con quienes acaba de editar el álbum Love at the Bottom of the Sea. Además, este músico inclasificable se presenta y edita discos como solista y mantiene proyectos paralelos como The 6ths, Future Bible Heroes y The Gothic Archies.

((((( BUENO

RECITAL

Mariano Otero El músico presenta un sonido más rockero en Rojo, su último trabajo discográfico

21.30 L LUGAR: BORIS CLUB DE JAZZ, GORRITI 5568.

Una propuesta que, definitivamente, lo acerca al rock. El camino de Mariano Otero alcanzó una nueva etapa con la presentación de su disco Rojo, en Boris. Lejos quedaron aquellos proyectos de recrear en su música aquel espíritu mingusiano que lo llevaron a armar una de las orquestas más potentes de la escena local; hoy, este bajista orientó sus pasos por un sendero más relacionado con la intensidad del rock y algunos de sus arquetipos. Otero mostró con Rojo su calidad como compositor. Temas como el que le da nombre al disco o “Gordini” o “Led”, un obvio tributo a Led Zeppelin, dejaron en evidencia no sólo esa inquietud de búsqueda

colectiva, sino también su gusto por las improvisaciones, clara señal de su pasado jazzístico. En efecto, la música del artista sigue teniendo un fuerte énfasis en el espíritu colectivo como lo mostró a lo largo del show, en el que la rica sección rítmica formada por Jacinto, en teclados; Carpossi y Tarzia, en guitarras; Otero, en el bajo, y López, en batería, fueron desarrollando diferentes climas. El grupo armado desde el bajo de Otero y con un López que generó un empuje necesario frente a las funciones más pasivas de los guitarristas y el tecladista lograron una mixtura sonora original. Esa variedad de matices, preci-

samente, surgieron de Carpossi y Tarzia, pero apoyados por Jacinto, que trabajó casi exclusivamente en la edificación de atmósferas, y un Flores, que sonó contenido tanto en el soprano como en sus teclados. Además de las composiciones originales, la presentación tuvo algunas perlas como “Pétalo de sal”, de Páez (presente en el concierto), “Redemption Song”, de Marley, y “Something”, de Harrison. En su afán de arreglador realizó estas versiones en tonalidades diferentes a las originales, con una mirada por cierto moderna en lo armónico. A diferencia de otras expresiones que van del jazz al rock, la propuesta de Otero pareció carecer de un hilo conceptual; en verdad, el concierto saltó de temas de su último disco con algunas versiones que, posiblemente, le quitaron contundencia. A una composición como “Snob”, un tema con dos ideas yuxtapuestas y con una lectura orquestada del sexteto, le siguió una versión algo

anodina de la obra de Páez. Eso sí, en la canción de Otero hubo una interesante edificación del clima. “Gordini” es una balada sostenida por una melodía de tono casi introspectivo, en la cual Jacinto y Flores refrescaron el motivo original con diferentes aproximaciones. Cerraron el show con “Led”, un tributo a la gran banda inglesa de esplendor en la década del setenta. El motivo original es un riff que va estrechándose, poco a poco, con “Kashmir”, una de las composiciones que hizo famoso aquel cuarteto. Si bien basado en una construcción rítmica poderosa, este tema sonó liviano, con un arreglo psicodélico seguido de un solo y un fraseo que embelleció la canción. Otero Sexteto mostró en su debut que el espíritu de la composición sigue surgiendo a través de diferentes géneros, esta vez, en el rock.

César Pradines

El músico Mariano Otero

ARCHIVO

L PRESENTACION DEL DISCO ROJO, DEL BAJISTA MARIANO OTERO L MUSICOS: RAMIRO FLORES, EN SAXO SOPRANO Y TECLADOS; HERNAN JACINTO, EN TECLADOS; MIGUEL TARZIA Y PATRICIO CARPOSSI, EN GUITARRAS; ALEJANDRO LOPEZ, EN BATERIA, Y MARIELA PERTICARI, EN VOZ, COMO INVITADA L NUEVAS FUNCIONES: HOY Y TODOS LOS MARTES DE ESTE MES, A LAS