Espectáculos

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Miércoles 11 de julio de 2007

Estreno de mañana

El ritual de recuperar un sueño Pulqui, un instante en la patria de la felicidad, de Alejandro Fernández Mouján El documental Pulqui, un instante en la patria de la felicidad, que Primer Plano estrenará mañana en el Cosmos, Malba y Tita Merello, es, según el artista plástico Daniel Santoro (autor del lujoso y voluminoso libro Mundo peronista, publicado en coincidencia con la culminación de esta película), una forma de homenajear a esa gran industria argentina que nació y creció al promediar el siglo XX y fue diluyéndose con el paso de los años de una manera, según sus propias palabras, “despiadada”. Marcelo Céspedes, documentalista y productor, junto con Carmen Guarini al frente de Cine Ojo, es un amante de los juguetes y de la pintura. Alejandro Fernández Mouján es documentalista y entre sus obras se destaca la dedicada a un curioso artista, Ricardo Longhini, que tituló Espejo para cuando me pruebe el smoking. Santoro es un artista que, si bien viene trabajando desde hace varias décadas, comenzó a ser reconocido públicamente en los últimos tiempos, por la singular mirada que toda su múltiple obra tiene sobre las tensiones entre realidad y ficción del peronismo –el de los tiempos de Juan Domingo y Eva Perón–, y su no menos curiosa iconografía. El productor rosarino, él mismo director de trabajos como Tinta roja y Jaime de Nevares, último viaje, tuvo una idea que podría reunirlos en una misma propuesta: que una cámara siguiera al artista en el proceso del armado de una maqueta en escala del avión a reacción Pulqui II y el posterior intento de hacerlo levantar vuelo, una original manera de revivir medio siglo después y nada más que por unos segundos aquel logro de la industria aeronáutica argentina en la década del 50 y todo lo que significó desde el plano emocional para el peronismo. El trabajo, en el que los tres invirtieron muchos días y noches, quedó terminado poco antes del último Bafici, donde compitió, en la sección oficial argentina. Dice Santoro en las páginas de su trabajo que “en la mañana del 8 de febrero de 1951 asoma en el horizonte de Buenos Aires un pequeño avión con forma de flecha lanzado a gran velocidad: era el Pulqui II –explica–, que en su primer vuelo público trazaba en el cielo la rápida diagonal del progreso, ubicando a la Argentina entre los

Gérard Depardieu presentará Michou d’Auber, fuera de competencia

Harry Potter se adelantó en Giffoni Abrió el clásico festival de cine infantil Por Néstor Tirri Para LA NACION

La personal visión del Pulqui según el artista plástico Daniel Santoro países más avanzados, sorprendidos por este objeto inesperado que volaba a más de 1000 km/h”. Como un avión estrellado

Para Santoro, el proyecto Pulqui OVJ (Objeto Volador Justicialista) “intenta reconstruir una épica perdida, conjurar a través de un ritual evocador el paso fugaz de un avión huyendo en el tiempo como en un sueño”. Según el artista, “en esta acción artística se intentó reproducir el proceso manual de su realización, incluyendo la utilización de aluminio y remaches metálicos en la estructura y revestimiento”, pero sin motor ni tren de aterrizaje, que finalmente fue trasladado a la República de los Niños, en Gonnet, otro de los íconos del peronismo, el que dicen inspiró a Walt Disney a la hora de decidir la construcción de su parque temático Disneylandia, en Anaheim. La maqueta del Pulqui II, que sobrevivió a los impulsos de Céspedes, Santoro y Fernández Mouján, fue exhibida en el patio central del Abasto durante la realización del Bafici: “El

avión, además de ser ese objeto caído que fija el límite de nuestros deseos, es también una metáfora del movimiento justicialista, el cual habita en el vacío entre ambas alas, la derecha y la izquierda”, interpreta el artista. Para él, “ese espacio, sin embargo, aparece ocluido para nuestro abordaje, por lo cual suponemos que realizará su corto vuelo más allá y a pesar de nuestra pericia y propia voluntad”. De allí, y según el mismo Santoro, nace la tan discutida “tercera posición”, que explica como “una suerte de armonización de ese vacío”. La construcción del modelo-juguete, así como el rodaje de muchas de las escenas registradas por Fernández Mouján, tuvo como escenario el taller del experimentado maquinista teatral Miguel Biancuzo en Valentín Alsina, asistido por su hijo Gustavo y Raúl García, los dos realizadores escenógrafos del Teatro Colón, que invirtieron tres meses de trabajo en este proyecto. Para el rodaje del “vuelo experimental” de la réplica se utilizaron tres cámaras, tras lo cual fue llevada al Museo Caraffa, en Córdoba.

“El proyecto de este film nace de un encuentro y del fuerte deseo de seguir manteniendo la ilusión de ciertas utopías”, dice Céspedes. “Pulqui significa para mí las ganas de jugar a un país con un destino, y también al arte como destino capaz de sublimar todas las frustraciones”, asegura. El director, que actualmente también se desempeña como uno de los programadores fílmicos de Canal 7, piensa que el Pulqui “…es una huella, pero no una producida por los sucesos, por los datos históricos, sino por lo que realmente es la historia, por los sujetos, y aquello que en ellos vive”. Pulqui, un instante en la patria de la felicidad recibió el premio especial del jurado del público en el festival internacional de Nyon Visions du Reel, en abril último, y se vio el domingo último en el Festival Internacional de Cine de Jerusalén, en la categoría largometraje documental.

Claudio D. Minghetti

GIFFONI.– La avant premiére nacional de Harry Potter y la Orden del Fénix inauguró ayer la 37ª edición del Giffoni Film Festival, el encuentro multidisciplinario (cine, música, teatro) más importante del mundo, dedicado a niños y adolescentes, que se celebra anualmente en Giffoni Valle Piana, una pequeña ciudad de la Campaña (sur de Italia). El quinto episodio de la saga de J.K. Rowling, dirigido por David Yates, se presentó así un día antes del estreno simultáneo en todo el mundo. Es la primera vez que la Warner Brothers cede a un festival un film de esta serie en prioridad absoluta. El director del evento, Claudio Gubitosi, hizo saber que un verdadero ejército de pequeños jurados está desembarcando en la Citadella del Cinema (el vasto predio del pueblo construido ad hoc para el festival, en el que se consuman exhibiciones y conciertos), con un incremento de 400 participantes respecto del año anterior. Los chicos, que se erigen en jurados de distintas categorías para evaluar y premiar los films, provienen de 30 países, tales como Belarús, Palestina, Túnez, Israel, Macedonia, Letonia y –entre otros– Irán. Por primera vez también estarán los Emiratos Arabes Unidos, México, República Dominicana, Malta, Grecia y Moldavia. Mucho del cine que se ve en Giffoni no se exhibe comercialmente en los

multicines comerciales: tanto en Europa como en Asia existe una industria de estas películas con problemática juvenil, altamente desarrollada. En la Argentina muy esporádicamente llega a conocerse alguno de los títulos aquí premiados (una excepción fue, hace poco, el film C.R.A.Z.Y.). Entre los numerosos films que competirán este año figura Antonia, de la brasileña Tata Amaral, que recorre los sueños de cuatro negritos de los suburbios de San Pablo que forman un grupo vocal al que denominan Antonia. Eagle vs. Shark es la ópera prima de Taika Waititi (candidato al Oscar 2005 por su cortometraje Two Cars, One Night). Uno de los escasos italianos en concurso es Enrico Pau con Jimmy della collina, crónica del pequeño Jimmy, que vive en un poblado sardo, pobre y sombrío. El otro italiano es Pasquale Scimeca, que comparecerá con su Rosso malpelo. Otra invitada que no compite es Michou d’Auber, producción francesa dirigida por Thomas Gilou, con Gérard Depardieu y Nathalie Baye, que recupera la anécdota de un episodio real de 1961 alrededor de Massaoud, un niño de 9 años de origen argelino que es adoptado por una familia francesa. Son algunos de los títulos y de los eventos sustanciales, pero hay mucho más, y no sólo de cine: en el programa Giffoni Music Concept (todas las noches, al aire libre, en un anfiteatro para 5000 espectadores) se anuncian Samuele Bersani, Carmen Consoli y Ziggy Marley. Como decía Aznavour, la fiesta está por comenzar.