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el mundo
| Sábado 27 de abril de 2013
El republicanismo, un desafío silencioso que enfrentan los Orange
holanda. Un 21% de la población se opone a la monarquía y el
porcentaje crece entre los jóvenes; el martes habrá protestas
Inés Capdevila ENvIADA ESPECIAL
AMSTERDAM.– En la tierra de los Orange, no todo es color naranja. También hay blanco. El martes próximo, mientras cientos de miles de holandeses celebren a sus nuevos reyes, Guillermo Alejandro y Máxima, un puñado de personas, no más de 1000, llevarán remeras y globos blancos. Así protestarán, en plena plaza central de Amsterdam, contra el furor naranja, contra la entronización y, en definitiva, contra la monarquía. Unos metros más allá, en la Nueva Iglesia, escenario de la asunción de Guillermo, habrá 16 asientos vacíos. Serán los de los miembros de la Segunda Cámara del Parlamento que no jurarán lealtad al nuevo jefe de Estado. Los restantes 124 lo harán, pero ellos, los ausentes, también creen que la monarquía debe ser desterrada. Ser republicano hoy en Holanda es equivalente a ser brasileño en el Obelisco cuando hay festejos por un triunfo argentino en fútbol. La casa real no sólo vive una etapa bisagra, sino que está en uno de sus momentos de más popularidad. Esa silenciosa soledad entre tanta algarabía está, de todas formas, muy lejos de disuadir a los antimonarquistas; saben que el problema para la casa real no es el presente, sino el futuro. De acuerdo con una encuesta pu-
blicada por el diario De Telegraaf el fin de semana pasado, el 73% de los holandeses apoya a la monarquía, mientras que el 21% prefiere un sistema republicano. Esa tasa de aprobación es la mayor en cuatro años y una recuperación del bajón de 2010, poco después de que el escándalo por la inversión de Guillermo y Máxima en un complejo de mansiones en la empobrecida Mozambique irritara a los holandeses. Sin embargo, otro sondeo proyectó algo de sombra sobre tanta popularidad. Una encuesta del diario Trow, también de la semana pasada, señaló que el 34% de los jóvenes de entre 15 y 24 años se resiste a tener una monarquía. Ese porcentaje se reduce a medida que crece la edad, es decir que la casa real podría enfrentar un desafío generacional. “La visión de que una monarquía es muy costosa y poco democrática está bastante diseminada. Se escucha en cada bar, en cada reunión de amigos, en cada debate público. Hubo muchísima indignación con lo de Mozambique. Y también hay discusiones cada vez que los Orange se meten en política”, cuenta a la nacion Steven de Jong, un joven bloguero del diario NRC, que describe a la familia real como la “mascota de los holandeses, ni más ni menos”. varios son los reclamos que los republicanos tienen para su sistema y para los Orange, entre ellos, sus salarios reales y su exención impositiva.
Pero el principal es que la jefatura del Estado recaiga, a lo largo de las décadas, en una sola familia, y que esa persona, que no es elegida por la gente, tenga influencia sobre el gobierno, que sí es el resultado del voto. En sus 33 años de reinado, Beatriz apenas se perdió unas pocas de sus reuniones semanales con el primer ministro de turno. Con un minucioso sentido político, la reina solía estar al tanto de cada movimiento de la política y de la administración del país, y forjó relaciones cercanas con varios jefes de gobierno. Eso le permitió tener una influencia bastante mayor en la vida holandesa que la que indica su cargo, en esencia ceremonial, y convertirse, como lo fueron su madre y su abuela durante las dos guerras mundiales, en un pilar de estabilidad en momentos de crisis. “Una democracia que se respeta a sí misma y es bastante madura como la holandesa no necesita de un cuento de hadas antidemocrático para mantenerse unida”, dice a la nacion Max Westermans, un conocido periodista de la Tv holandesa. Hace casi un mes, Westermans publicó una columna en The Wall Street Journal que disparó la polémica sobre la validez de la monarquía, en pleno renovado romance de los Orange y los holandeses. Con el título “Es 2013, hay que abolir la monarquía”, el largo texto comparaba a la casa real con los Kim, de Corea del Norte, por mantener en la
Guillermo y Máxima, ayer, de festejo con alumnos holandeses en Enschede familia “el monopolio sobre el cargo de jefe del Estado” y por rodear a sus soberanos de un aura tal que criticarlos es un tabú. La columna recibió un aluvión de respuestas indignadas de igual tamaño en los diarios locales. Como queriendo revalidar el espíritu democrático sin despreciar a sus reyes, la mayoría de ellas apeló a una misma justificación: “Holanda no es monarquista, sino Orangista”. “Hay un fenómeno muy interesante en este país: la gente que respalda a la democracia también apoya una monarquía no democrática. Hay varias explicaciones posibles para eso. Una es que la reina Beatriz haya hecho un gran trabajo, con un excelente despliegue de relaciones públicas. Otra es que la monarquía haya teni-
do un impacto social efectivo: cada nueva generación recibe mensajes emocionales e informativos positivos sobre la reina o el rey, desde el colegio, los medios de comunicación, la familia, las tradiciones o los símbolos”, opina ante la nacion el analista político Henk Dekker. Guillermo Alejandro y Máxima muy probablemente sean conscientes de la necesidad de alimentar esos “mensajes positivos”. Y si no lo son, bien parecen serlo. Las celebraciones comenzaron ayer con los primeros Juegos del Rey, una enorme fiesta deportiva con alumnos de colegios primarios. Fueron 1,3 millones de chicos que disfrutaron el día con sus futuros reyes. Y, claro, todos vestían sus remeras naranjas. Por ahora, ninguno llevaba blanco.ß
afp
El Papa felicitó a los futuros reyes ^b^b^ El papa Francisco envió un mensaje personal de felicitaciones a Guillermo Alejandro y Máxima por su asunción como reyes de Holanda, según anunció ayer la diócesis de Haarlem-Amsterdam. El Pontífice dijo que rezará por los futuros monarcas, que el mes pasado viajaron a Roma para participar de la misa inaugural del argentino Jorge Bergoglio en el Vaticano.
En Amsterdam, una invasión de visitantes Prevén que más de 800.000 personas participarán el martes de los festejos reales AMSTERDAM (De una enviada especial).– En villa Eickenhorst, la casa de los futuros reyes de Holanda, en los suburbios de La Haya, hoy será un día calmo. Guillermo Alejandro cumple 46 años y los festejará tranquilamente con su mujer, Máxima, sus hijas y unos pocos amigos. En Amsterdam, en cambio, el día será más intenso, tanto que el alcalde de la ciudad, Eberhard van der Laan, teme que hoy empiece a gestarse una invasión de cara a la asunción del martes próximo. “Yo estoy sereno y duermo bien. Lo único que me preocupa es que venga demasiada gente a la ciudad”, dijo ayer van der Laan. El ayuntamiento prevé, como mínimo, que unas 800.000 personas participen de los festejos en toda la ciudad, el doble de la cantidad de holandeses que suele celebrar todos los años el Día de la Reina, el 30 de abril, en Amsterdam. van der Laan no anticipa incidentes como los de 1980, cuando Beatriz fue entronizada. Ese 30 de abril, cientos de okupas se lanzaron a las calles para reclamar viviendas y el Dam, también entonces escenario de la asunción, se convirtió
en un campo de batalla. Pero sí cree que el entusiasmo por el cambio de mando puede desbordar a las más de 15.000 personas, entre policías y empleados, del operativo de vigilancia. Sin pensarlo mucho, el gobierno local tomó una medida que probablemente irrite a muchos holandeses, tan conocidos por su afecto a la cerveza. Prohibió a los supermercados y bares vender más de una botella de alcohol por persona. Además de holandeses, el gobierno espera a varios miles de extranjeros. De hecho, las reservas hechas desde el exterior subieron un 30% en comparación con las de la misma época en otros años. De Europa, los más interesados en ser testigos de la asunción de Guillermo Alejandro y de Máxima son los italianos y los alemanes. Al parecer, según un sondeo publicado anteayer, al 20% de los alemanes le gustaría contar con una casa real. Como no la tienen, no está mal disfrutar de la de los vecinos, tal es así que los canales de televisión alemanes enviaron por lo menos a 80 personas a cubrir los festejos. Un número similar de periodistas viajará de Japón a Holanda para cubrir no sólo la entronización, sino también el primer viaje al exterior en siete años de Masako, la mujer del heredero al trono, Naruhito, que, golpeada por una depresión, evita la vida pública.ß
Boudou viaja a Holanda con siete acompañantes Va con su secretario privado, asesores, un custodio y con la senadora Rojkés Después de las primeras críticas generadas por lo numeroso de la comitiva, el vicepresidente Amado Boudou estará acompañado de siete personas en la delegación oficial de la Argentina que asistirá a la ceremonia de entronización de Guillermo y Máxima como reyes de Holanda, el próximo martes. Además de Boudou, que tenía previsto partir anoche hacia Amsterdam, la única senadora que viajará (saldrá hoy) será la kirchnerista Beatriz Rojkés, esposa del gobernador de Tucumán, José Alperovich, y presidenta provisional del Senado. La comitiva regresará a la Argentina el miércoles, luego de que concluyan las ceremonias previstas para pasado mañana y el martes. El viaje de la comitiva oficial que representará al país en Holanda había generado polémica, luego de que se informara que serían 11 las personas que la integrarían.
Al final, la comitiva quedó reducida a ocho personas. Boudou estará acompañado por su jefe de prensa, Sergio Poggi; su secretario privado, una persona de ceremonial y protocolo, y un custodio. Por su parte, Rojkés lo hará acompañada por un asesor y un efectivo de custodia. No se informaron detalles sobre la persona que viajará en calidad de asesor de Rojkés, algo ya de por sí llamativo tratándose de un acto protocolar, sin carácter legislativo. Según se informó en principio, entre sus acompañantes se encontraría una de sus hijas, Sara, que no ejerce ningún cargo en el Senado. Tampoco se precisó si Carlos Rojkés, hermano de la senadora, conocido por el sobrenombre de “Mayonesa” y por conducir un programa de televisión ultraoficialista en Tucumán, será de la partida. Por lo pronto, de confirmarse esta delegación, de las 11 personas que tenían previsto viajar, Boudou debió resignar un acompañante, mientras que la senadora tuvo que reducir su comitiva en dos personas.ß Gustavo Ybarra