El país extravió significado del concepto democracia 01 de febrero 2010

La investigadora de la Universidad Católica Andrés Bello, Lorena Rojas Parma, se entusiasma explicando la lucidez que tuvieron autores clásicos para identificar las desviaciones de la democracia que pueden terminar por anular las libertades que posibilita la convivencia democrática. ▪ César Noriega Ramos Foto Tomás González

Con la perplejidad que produciría reconocer lo que nos pasa en la realidad cotidiana en una historia escrita del pasado lejano, Lorena Rojas Parma va enlazando el devenir del sistema político venezolano actual con las desviaciones de la democracia de la Antigua Grecia, que fue agriamente criticada por pensadores universales como Platón, Aristóteles o Sócrates. Parafraseando a Platón, Rojas Parma identifica los males que la propia democracia engendra y que pueden terminarla por suprimirla. “Como Platón entiende que el paso para llegar a la tiranía, surge no de una monarquía, no de una oligarquía, sino de la democracia, de una democracia donde hay muchos pobres. Donde repentinamente hay un líder que se erige como representante de la voz de todos, y a los ricos los llama oligarcas y los desprecia. Al principio, cuando llega al poder condona deudas, regala tierras. Uno se siente vértigo al ver la lucidez que tuvo Platón hace 2 mil 500 años y nuestra torpeza quizá de ver cómo esto se repite y se repite”, argumentó con evidente emoción la pensadora. “Nuestro interés no es hacer arqueología, ni mantener un espíritu de anticuario, sino irnos más bien por la vía de diálogo de una época anterior que constituye nuestra tradición y que nos permite conocernos un poco mejor de donde venimos, y de donde vienen voces como participación, asamblea, voto, etc.”, de esta forma resumió Rojas Parma la utilidad para entender los

tiempos que corren recurrir al legado intelectual de pensadores fundamentales de la cultura occidental. Críticas premonitorias De las demoledoras críticas de Platón a la democracia ateniense de su época, sumida en un período decadente, Rojas Parma rescata algunos cuestionamientos a las instituciones democráticas del momento. “Platón expresó críticas que nos parecen dolorosas para nuestro contexto. Por ejemplo la poca capacidad o entrenamiento político que tenemos los ciudadanos cuando vamos a votar, cuando vamos a tomar una decisión. El creer que la democracia funciona en cualquier parte. Cada polis, ahora países, decía Platón con lucidez tienen ciertas particularidades que pueden o no prestarse a la democracia”. Rojas Parma recalcó que “la brecha entre las clases pobres y rica es tan grande hace que la democracia sea viciosa, no funcione y tenga problemas mucho más profundos de los que tienen en otros países. Es un problema muy grave que ya los antiguos habían entendido, a la hora de organizarnos políticamente”. A juicio de Rojas Parma hemos llegado a tal grado de polarización que los venezolanos con tendencias políticas distintas no se reconocen como integrantes de una misma sociedad. “Es terrible hablar de ‘nosotros’-los que no están de acuerdo con el proceso político del presidente Chávez- y de ‘ellos’ -los sí lo están. A propósito de esto, Platón decía que hay ciudad donde hay una unidad, una ciudad fracturada no constituye comunidad”. Incomprensión del otro La filósofa observa que consensos fundamentales para la cohesión social, como lo son significados compartidos sobre conceptos como ciudadanía o democracia, son imposibles conciliar por la división del país en dos mitades. “Cuando tratamos el concepto de ciudadanía, que es un punto álgido como he podido comprobar en los seminarios, aquí ciudadano es todo el mundo. Es ciudadano cualquier persona que llegué por ejemplo a la UCAB, la cierre, le caiga a golpes a los estudiantes que los agreden por ejercer su derecho a manifestar, que les disparan perdigones a niñas jóvenes por protestar en la calle ¿Es ciudadano quien hace eso y también es ciudadano quien lo padece? La tradición occidental que le ha dado tanta fuerza a la voz ciudadana, no admitiría algo así”. El significado de la palabra democracia es otro punto que traba las posibilidades de diálogo entre las dos mitades del país. “La voz democracia es causa de desacuerdos. Porque nosotros salimos a defender la democracia, marchamos por la democracia, porque lo sentimos lastimados. Pero cuando ellos hablan, me refiero a los que apoyan al presidente Chávez, también hablan de democracia. Es más dicen que ellos tienen la verdadera democracia”. Rojas Parma plantea que mientras se mantenga la incomprensión entre chavistas y no-chavistas sobre conceptos fundamentales de ciudadanía o democracia, no habrá espacio para el acuerdo y la reconciliación que desmonte la polarización. En este contexto destaca la importancia de examinar nuestro pasado cultural e intelectual para buscar respuesta de cómo Occidente ha concebido los significados de ciudadano y democracia. “Una vía que nos orienta es buscar en la tradición, es decir en la nuestra que es la Occidental. Hemos entendido tradicionalmente que en la democracia hay división de poderes, eso lo sabe todo el mundo, porque forma parte de la cultura ciudadana. Ahora resulta que no es así, un vocero del gobierno dijo que los poderes no son independientes, y sin embargo se llaman

demócratas”, analizó Rojas Parma. La ambigüedad en la que ha caído el significado de la democracia, también se extiende para el modelo alternativo que se propone el Gobierno nacional. Rojas Parma alegó que “No sé qué es el socialismo del siglo XXI. No sabemos para dónde vamos, pero vamos. Es un poco de la filosofía ‘como vaya viniendo, vamos viendo’, es bien simplista pero que expresa lo que estamos viviendo”.

- ¿La democracia admite apellidos, como socialismo, revolucionaria o simplemente es una? - No es que la democracia no puede apellidarse, porque uno ve la democracia de países nórdicos, y son democracias socialistas, pero no marxistas. Además que son los países que tienen el mejor nivel de vida del mundo pero también son socialistas. Eso por un lado, pero por el otro está el querer disfrazar regímenes que nosotros conocemos como totalitarios o dictatoriales. Lo ha hecho Corea del Norte, China o la extinta República Democrática de Alemania. Ellos exaltan su carácter democrático, pero qué entienden ellos por democracia.