El libro de Sofonías 1. El profeta y su época La introducción de su libro (1,1) sitúa la actuación de Sofonías en la época de Josías. Se suele situar por lo tanto a Sofonías en la década 640-630 aC. En ese tiempo cumple Judá un siglo de sometimiento a los asirios, desde que Acaz los mandó llamar el año 734 con motivo de la guerra siro-efrainiita. La reforma de Ezequías supuso un breve sueño de restauración. Las costumbres extranjeras han tomado ya carta de ciudadanía (1,8), se practica el culto a los astros y la idolatría, hay varios apóstatas del yavismo (1,4-5), la violencia de los poderosos parece habitual (1,8.11; 3,3), los príncipes, jueces, profetas y sacerdotes se han convertido en opresores (3,3-4). Entonces, la predicación de Sofonías prepararía los corazones para una buena acogida de las reforma de Josías. La mención de diversas partes de la capital (“el barrio nuevo”, “la puerta del pescado”, “el mortero”, 1,10-11) hace suponer que Sofonías predicó en Jerusalén. Su larga genealogía (1,1), se hace llegar hasta la cuarta generación, quizás para que quede clara su ascendencia judía, ante el error al que podría inducir el nombre de su padre (Kushí, que como nombre común también significa “habitante de Kush”, pues los “cusitas” son los etíopes en el AT). 2.
El libro de Sofonías Se suele dividir el libro de Sofonías en 3 secciones:
1) 1,2-2,3: oráculos contra Judá. Esta sección está centrada en el “día del Señor” o, mejor, en el “día de la ira del Señor” (1.7.9.10.14-16.18; 2,13). Se lo presenta como un banquete sacrificial (zbx, 1,7) que ha preparado el Señor para castigar a los pecadores (1,17). La “visita” de YHWH implica siempre su intervención justiciera, en este caso desfavorable. El juicio del Señor lo convertirá en “día tenebroso y terrible”. Se trata de extirpar la idolatría y la injusticia (1,4). Todavía queda un tiempo para la conversión (2,1-3) y hay que aprovecharlo: los apóstatas (1,6) deben “buscar al Señor”, buscando la humildad y la justicia (2,3). 2) 2,4-3,8: oráculos contra las naciones. Contiene varios oráculos breves contra otros pueblos, concluyendo con uno contra Judá (3,1-8): el conjunto de ciudades filisteas (2,4-7), Moab y Amón (2,8-11), Etiopía (v. 12) y Asiría (2,13-15) atraen las miradas del profeta. Las fases del día marcan el ritmo: al alba el Señor juzga (3,5), al mediodía llega la destrucción (2,4), al atardecer se retira el “resto” a descansar en las ruinas (2,7). El oráculo contra los filisteos no tiene una motivación clara; pero se menciona como nuevo propietario al “resto de Judá” (v. 7). La prepotencia contra Judá es el motivo de la desgracia para Amón y Moab; el beneficiario será “el resto de mi pueblo” (v. 9). La bullanguera Asiría, confiada y segura en su fuerza, sólo albergará fieras (v. 15). El interior de Jerusalén (“en ella”, 3,3.5) marca el contraste: los príncipes, jueces, profetas y sacerdotes que la habitan no son nada comparados con el Señor . 3) 3,9-20: oráculos de salvación. Esta sección no es uniforme, pero recoge los temas del libro. La conversión de los pueblos abre esta parte (vv. 9-10). La purificación de Jerusalén deja en ella “un 1
resto pobre y humilde” (vv. 11-13). La alegría porque el tirano deja paso al rey 1 (vv. 14-15) se completa con la presencia del Señor en la ciudad (vv. 15-18a). En la sección resuena el tema del «día» (vv. 11.16), la presencia del Señor en Jerusalén (vv.11.12.15.17), su actividad de guardar, recostar (rbs, v. 12; cf. 2,7.14.15) y el resto (vv. 12-13) de pobres e indigentes (.v. 12; cf. 2,3). Los pueblos abren y cierran la sección: al principio con su conversión (vv. 9-10), al final con su testimonio (v. 20). Los vv. 18b-20 podrían ser añadidura posterior 11, pero recuerdan la imagen del buen pastor. 3. Estructura literaria de Sofonías2. Se ha querido ver el esquema clásico de los grandes profetas (juicio a los israelitas – juicio a las naciones – oráculo de salvación para Israel); pero esto apenas se adapta a lo que econtramos en el libro. Más bien parece estructurarse en tres series de círculos concéntricos que contienen, cada uno, una frase central: I) A (1,2-6)- Yo (Yhwh): destrucción (Mundo-Judá-Jerusalén). B (1,7)= 3ª persona: el día de Yhwh está cerca. C (1,8-9)= Yo (Yhwh): castigo (pqd) de la corte de Jerusalén. D (1,10-11)= 3ª persona: el día de Yhwh en Jerusalén C’(1,12-13)= Yo (Yhwh): castigo (pqd) de los ricos. B’(1,14-16)= 3ª persona: el día de Yhwh está cerca. A’(1,17-18)= Yo (Yhwh): destrucción ( ...al final todo el mundo). La primera parte (Sof 1-2,3) tiene como eje el Día de YHWH. La tradición sobre el Día de YHWH arranca con Elías. Al principio se esperaba como el día en que las naciones enemigas serían destruidas y el pueblo de Dios exaltado. Israel era según el proyecto divino una sociedad alternativa frente a los modelos de los otros pueblos; pero cuando Israel pierde su identidad y se asimila a ellos, el Día del Señor es también día de castigo para Israel y los demás pueblos (Sof 1). II) A (2,1-3)- Exhortación (“país”): llamado a la conversión (cdq / $p+). B (2,4-6)= Vecinos del 0: juicio sobre Filistea. C (2,6-9)= Vecinos del E: juicio sobre Moab y Amón. D (2,1 1)= Las “islas” (lo más lejano): Fin de los ídolos y Conversión de las Naciones. C’(2,12)= Vecinos del S: juicio sobre Kush (Egipto). B’(2,13-15)= Vecinos del N: juicio sobre Assur (Nínive). A’(3,1-5)= Lamentación (“ciudad”): no hay conversión en Jerusalén (cdq / $p+). Luego siguen los oráculos contra las naciones. En Sof 2,1-3 la amenaza del Día de YHWH deja 1
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Este texto podría deberse a una elaboración posterior del libro, pues YHWH aparece como “Rey de Isrel”, una idea que fue elaborada en el exilio.
Cfr. N. LOHFINK, "Zefanja und das Israel der Armen" Bibel und Kirche (1984) 100-105. 2
en pie una esperanza para Israel, si es que se convierte. Esta salvación es prometida a los (ànáwîm, a los humildes de la tierra, que deben buscar la justicia (c:dáqáh) y la humildad ((ànáwáh) para “encontrar cobijo el día de la cólera de YHWH” (Sof 2,3). El centro de éstos está en 2,11: “Terrible será YHWH contra ellos cuando elimine a todos los dioses de la tierra, y se postren ante él, cada una en su lugar, todas las islas de las naciones ”. Este versículo no puede ser una adición, pues se encuentra en el centro del quiasmo. Ciertamente representa toda una evolución en la concepción del “día de YHWH”: la ejecución del plan de Dios no implica la destrucción de las naciones sino su conversión III) A (3,6-8)= Yhwh decreta destruir a Jerusalén mediante las naciones (mi$pá+). B (3,9-10)= Sin embargo (kî )az): conversión de las naciones y peregrinación hacia Jerusalén. C (3,11a)= Israel no tendrá ya que avergonzarse de ningún pecado. B’(3,11b-13)= Ahora bien (kî )az), ya no hay orgullosos, los pobres son el “Resto de Israel”. A’(3,14-5)= Himno a Yhwh que reina con justicia y dispersa a los enemigos (mi$pá+). Sin embargo lo más novedoso está en el capítulo 3. En 3,6 se manifiesta que YHWH destruye a las naciones ante los ojos de Israel, ante la impenitencia de Israel, YHWH congregará a las naciones para destruir a Israel. Pero el texto continúa en 3,9 diciendo que “entonces volveré puro el labio de los pueblos, par que invoquen todos el nombre de YHWH y le sirvan bajo un mismo yugo”. ¡La conversión no comienza con Israel sino en las naciones! Incluso llama a las naciones etíopes “mi diáspora” en 3,10. Las naciones encuentran a un “pueblo humilde y pobre”, un “resto” (3,12-13). Se muestra que este resto encarna el ideal propuesto en 2,3 (BJE, nota a Sof.3,11 y a 2,3). Los (ànáwîm son los pobres y oprimidos en el mismo Israel (cfr. Rm 2; Lc passim) 4.
El mensaje de Sofonías
La predicación de Sofonías está centrada en Jerusalén. La presencia del Señor en ella es la fuente del juicio y de la esperanza. Existe en el libro una tensión entre Jerusalén y los pueblos: la destrucción de todo hombre y de toda tierra (1,2-3) culmina en el castigo de Judá (1,4); la restauración de Jerusalén (3,11-18a) es el resultado de la conversión de los pueblos (3,9-10). El pecado es idolatría (1,4-5; 3,1-2) e injusticia (1,12-13; 3,14) y se resume en arrogancia (2,10; 3,1l). La estructura espacial tiene como centro a Jerusalén. En su interior (2,14; 3,3.5.11.12) la confianza en el monte santo (3,1) cambiará en acogida al Señor (3,13). El tema del resto, iniciado por Amós, adquiere en Sofonías tintes específicos de humildad y pobreza, que posibilitan la búsqueda y la acogida del Señor (2,3; 3,12-13). Pero esto sucederá después del castigo, tras el juicio que tendrá lugar el día de la cólera del Señor. a) El Señor justo, en medio de de Jerusalén b) El resto pobre y humilde c) La participación de los paganos en la futura felicidad d) El “día del Señor”.-
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