el incendio de un sueño - GREDOS USal

decisión más tarde. yo era un lector entonces que iba de una sala a otra: literatura, filosofia, religión, incluso medicina y geología. muy pronto decidí ser escritor,.
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BIBUOTECAS PÚBUCAS

el incendio de un sueño Charles Bukowski

El 29 de abril de J 986 se incendió buena parte de la Biblio­ teca Central de la Biblioteca Pública de Los Angeles y se des­ truyeron centenares de miles volúmenes. Charles Bukowski, entonces, escribió el siguiente poema.

"el incendio de un sueño", en: Bukowskl, C. Peleando a (a contra. Barcelona: Anagrama, 2001, pp. 84-90

la vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles

muy pronto

ha sido destruida por las llamas.

decidí ser escritor,

aquella biblioteca del centro.

pensaba que sería la salida

con ella se fue

más fácil

gran parte de mi

y los grandes novelistas no me parecían

juventud.

demasiado díficiles. tenía más problemas con

estaba sentado en uno de aquellos bancos

Hegel y con Kant.

de piedra cuando mi amigo Baldy me

lo que me fastidiaba

preguntó:

de todos ellos

"¿ vas a alistarte en

es que

la brigada

les llevara tanto

Abraham Lincoln?"

lograr decir algo

"claro", contesté

lúcido yl

yo.

o interesante.

pero, al darme cuenta de que yo no era

yo creía

un idealista político

que en eso

ni un intelectual

los sobrepasaba a todos

renegué de aquella

entonces.

decisión más tarde.

descubrí dos cosas:

yo era un lector

que la mayoría de los editores creía que

entonces

todo lo que era aburrido era profundo.

que iba de una sala a

que yo pasaría décadas enteras

otra: literatura, filosofia,

viviendo y escribiendo

religión, incluso medicina

antes de poder

y geología.

plasmar

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Julio de 1972. Cortesía de Uza Williams. Bukowski, una vida genes. Salamandra. 2001

en

EDUCACION y BIBLIOTECA -127. 2002

imá­

BIBLIOTECAS PÚBLICAS

una frase que

la vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles

se aproximara un poco

seguía siendo

a lo que quería

mi hogar

decir.

y el hogar de muchos otros

entretanto

discretamente utilizábamos los

mientras otros iban a la caza de

aseos

vagabundos.

damas,

y a los únicos que

yo iba a la caza de viejos

echaban de allí

libros,

era a los que

era un bibliófilo, aunque

se quedaban dormidos en las

desencantado,

mesas

y eso

de la biblioteca; nadie ronca como un

y el mundo

vagabundo

configuraron mi carácter.

a menos que sea alguien con quien estás casado.

vivía en una cabaña de contrachapado detrás de una pensión de 3 dólares y medio

bueno, yo no era realmente un

a la semana

vagabundo. yo tenía tarjeta de la biblioteca

sintiéndome un

y sacaba y devolvía

Chatterton

libros,

metido dentro de una especie de

montones de libros,

Thomas

siempre hasta el

Wolfe.

límite de lo permitido:

mi principal problema eran

Aldous Huxley. D.H. Lawrence,

los sellos, los sobres, el papel

e. e. cummings, Conrad Aiken, Fiódor

y

Dos, Dos Passos, Turguénev, Gorki,

el vino,

H.D., Freddy Nietzsche,

mientras el mundo estaba al borde

Schopenhauer,

de la Segunda Guerra Mundial.

Steimbeck,

todavía no me había

Hemingway, etc.

atrapado

siempre esperaba que la bibliotecaria

lo femenino, era virgen

me dijera: "qué buen gusto tiene usted

y escribía entre 3 y

joven."

5 relatos por semana

pero la vieja

y todos

puta

me los devolvían, rechazados por

ni siquiera sabía

el New Yorker, el Harper's,

quién era ella,

el Atlantic Monthly.

cómo iba a saber

había leído que

quién era yo.

Ford Madox Ford solía empapelar

Julio de 1972. Cortesía de Liza Williams. Bukowski, una vida en imáge­ nes. Salamandra. 2001

EOUCACION y BIBUOTECA

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127. 2002

el cuarto de baño

pero aquellos estantes contenían

con las notas que recibía rechazando sus

un enorme tesoro: me permitieron

obras

descubrir

pero yo no tenía

a los poetas chinos antiguos

cuarto de baño, así que las amontonaba

como Tu Fu y Li

en un cajón

Po

y cuando estaba tan lleno

que son capaces de decir en un

que apenas podía

verso más que la mayoria en

abrirlo

treinta o

sacaba todas las notas de rechazo

incluso en cientos.

y las tiraba

Sherwood Anderson debe de haberlos

junto con los

leído

relatos.

también.

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BIBUOTECAS PÚBUCAS

también solía sacar y devolver

la vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles

los Cantos

muy probablemente evitó

y Ezra me ayudó

que me convirtiera en un

a fortalecer los brazos si no

suicida,

el cerebro.

un ladrón de bancos,

maravilloso lugar

un tipo

la Biblioteca Pública de Los Ángeles

que pega a su mujer,

fue un hogar para alguien que había tenido

un carnicero o

un

un motorista de la policía

hogar

y, aunque reconozco que

infernal

puede que alguno sea estupendo,

ARROYOS DEMASIADO ANCHOS PARA

gracias

SALTARLOS

a mi buena suerte

LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO

y al camino que tenía que recorrer,

CONTRAPUNTO

aquella biblioteca estaba

ELCORAZÓNESUNCAZADORSOLITARlO

allí cuando yo era joven y buscaba

James Thurber

algo

John Fante

a lo que aferrarme

RabcJais

y no parecía que hubiera

de Maupassant

mucho.

algunos no me

y cuando abrí el

decían nada: Shakespeare, G.B. Shaw,

periódico

Tolstói, Robert Frost, F. Scott

y leí la noticia sobre el incendio

Fitzgerald

que había destruido la biblioteca y la mayor parte de

Upton SincIair me llegaba

10 que en ella había

más que SincIair Lewis

le dije a mi

y consideraba a Gogol y a

mujer: "yo solía pasar

D reiser tontos

horas y horas

de remate

allí.

.. "

pero tales juicios provenían más

EL OFICIAL PRUSIANO

del modo en que un hombre

ELATREVll)Q MUCHACHO DELTRAPBaO

se ve obligado a vivir que de

TENER y NO TENER

su razón. NO PUEDES RETORNAR A TU HOGAR.

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