El concepto de Cero tolerancia con la piratería editorial Richard Uribe Schroeder.
Consultor internacional del CERLALC
En enero del 2004 escribí un documento para la Subdirección de Derecho de Autor del CERLALC que titulamos: Estrategias para la lucha contra la piratería editorial, y que hoy se encuentra publicado en www. convenioantipirateria.org.co. Para este artículo retomo algunos de los conceptos que traté en esa oportunidad, con nuevos alcances. La piratería es un delito y como cualquier delito tiene sanciones penales y su reincidencia se castiga en algunos países con la cárcel. Nadie debería justificar la piratería editorial. Una vez incautado o decomisado un libro pirata, su destino final se define por lo dispuesto en las normas legales específicas de cada país. Sobre este tema tengo una posición personal radical al preferir la destrucción del libro pirata una vez se haya judicializado el proceso, de la misma manera como se destruyen los dólares o los billetes nacionales falsificados, o se quema la cocaína decomisada. Puede sonar desproporcionada la comparación y lo reconozco. No es el mismo daño el que causaría rehusar un billete falso o el guardar unos kilos de cocaína para la tentación de la corrupción, al que causaría la lectura posterior de un libro pirata. Si se tiene claro el concepto de Cero tolerancia frente a la piratería, el siempre invaluable aporte que tiene la lectura de un libro jamás podría llevar a justificar, en aras de la cultura y la equidad social, el uso de los libros piratas y desde luego poner en una mejor perspectiva el hecho que la remuneración de los derechos autorales, posibilita la subsistencia económica de quienes escriben por oficio.
La piratería editorial y el comercio informal El editor pirata es un delincuente con la habilidad de conocer y conseguir, con la mayor celeridad posible, el material que le permita reproducir, sin pagar los costos y gastos editoriales, ni los derechos de autor, una obra literaria que tiene o ha tenido gran demanda, compensando el riesgo de la delincuencia, con una ganancia económica que puede llegar al 100% en un periodo muy corto. Para su gestión, se ampara en el desconocimiento por parte de algunos impresores de los derechos de reproducción y en las redes que manejan el comercio informal. Las costumbres comerciales para la contratación de impresión de los Estados Unidos y de varios países de América Latina dejan en el cliente la responsabilidad de garantizar la titularidad de los derechos de autor de la obra que será impresa. Los impresores organizados firman compromisos en los que el cliente se compromete a indemnizar y a mantener al proveedor indemne por todos los daños y responsabilidades, así como de todos los honorarios legales en que pueda incurrir debido a cualquier acción legal relacionada con la infracción de derechos de autor, que involucre el trabajo producido o suministrado. Así, entre menos formal sea la organización de una imprenta, más fácil le será al editor pirata su contratación. Desde luego, es también predecible la existencia de impresores con organizaciones legalmente constituidas que se presten a imprimir una obra –con conocimiento de causa- que podría ser pirata. Esto los hace cómplices del delito. También, existen impresores que son los mismos editores piratas. La venta del libro pirata a través del comercio informal es la práctica más frecuente. En casi todos los países de América Latina, este tipo de comercio tiene un peso importante en la actividad económica y en la
supervivencia de las familias. Las ventas callejeras, ya sea ocupando superficies del espacio público o a través de los “maneros” o personas voceadoras, o de caminantes entre carros, son los medios más utilizados para la venta de los bestsellers pirateados. En varios países, las políticas de protección del espacio público han llevado a reubicar a los vendedores de libros ambulantes en establecimientos comerciales organizados, como centros de copropietarios, donde también se han establecido comercios de reventa del libro usado en lugares populosos. Normalmente, todos estos pequeños establecimientos de comercio de libros pertenecen a familias que han tenido contacto con la producción y comercio del libro, mientras que los “maneros” se relacionan con organizaciones de distribución que les suministran cualquier tipo de bienes. Los distribuidores de la piratería editorial pueden estar asociados o no con los editores piratas y tienen la habilidad de cubrir las zonas geográficas donde la distribución formal no llega. Por lo general, la gran mayoría de los vendedores de libros informales con puntos de venta no tienen acceso a las editoriales, o por lo menos a sus sistemas crediticios y compran sus libros de contado para la reventa a distribuidores. También lo hacen a los distribuidores informales que a su vez les suministran libros piratas robados o muestras sin valor comercial, principalmente del área de textos escolares y universitarios. Por otro lado, estos vendedores son los principales compradores de libros usados. Esta práctica comercial hace más compleja la identificación de un libro pirata, pues en un mismo negocio se encuentran mezclados libros originales, comprados con soporte documentado, con las copias pirateadas, los libros robados que son originales, así como con las muestras sin valor comercial y los libros usados. En los países donde la práctica comercial de las editoriales incluye obsequiar muestras a los maestros, éstas, en algunos casos, se convierten en dinero efectivo al ser compradas por el comercio informal para su posterior reventa. Esto los lleva a solicitar más muestras y empieza un ciclo que fortalece el comercio informal. En síntesis, entre más grande y vigorosa sea la red del comercio informal, más se le facilita la labor al editor pirata. Todos los procesos que se desarrollen tendientes a la recuperación de los espacios públicos donde se instalan los vendedores ambulantes, y los acuerdos asociativos para la formalización de libreros informales contribuirán a fortalecer los mercados legales.
Las crisis económicas y la piratería editorial Frente a una disminución colectiva de los salarios o de los ingresos percibidos por los consumidores, la compra de mercancías se reduce y los patrones de consumo se amoldan a las nuevas circunstancias. En un escenario así, las promociones y las ofertas de mercancías son frecuentes en los grandes almacenes y centros comerciales. Los lectores enfrentan reducción en sus ingresos y se ven motivados a comprar libros por las promociones y se enfrentarían a un dilema ante la posibilidad de encontrar libros en la calle que le son ofrecidos entre un 20 y un 50% más baratos que en librerías o en otros puntos de venta formales. En un estudio sobre hábitos de lectura realizado en Colombia se encontró que: “Al hacer el análisis cruzado por acceso al libro entre personas ocupadas y desempleadas de la encuesta, el acceso a libros usados en personas desempleadas aumentó en 2 puntos, mientras que el acceso a nuevos disminuyó en 11 puntos”.1 Para acceder a los libros usados, se visitan los sitios donde probablemente se ofrecen libros pirateados, fomentándose su venta. Como hipótesis queda planteado que las ventas de libros piratas aumentarán 1 URIBE, Richard. Hábitos de lectura y consumo de libros, capítulo: La crisis de demanda de libros, Fundalectura, 2001.
de manera proporcional a la disminución del ingreso per cápita de no mediar estrategias efectivas para combatir la piratería editorial, en los países que tienen establecida esta práctica. Recientemente, el CERLALC aplicó una encuesta de opinión empresarial entre un grupo de editoriales representativas del mercado formal. Los resultados que hemos tabulado en Junio del 2005 con las respuestas recibidas a la fecha se presentan a continuación en el Cuadro 1. Cuadro 1. Principales problemas que afronta la empresa Mayo 2005 Baja Demanda Piratería Cambios en las variables macroeconómicas del país Devoluciones Reprografía ilegal Cambios en las disposiciones normativas del gobierno Otros (identifique) Cambios en piratería editorial Incrementó piratería Permaneció Igual Disminuyo No disponible Total
Ranking 1 2 3 4 4 6 7 2003-2004 68 29 3 0 100%
Número de títulos pirateados
207
Fuente: SIER Encuestas de opinión empresarial mayo 2005, CERLALC 2005. Muestra 45 encuestas en 17 países, en las principales empresas editoriales. Nota: 1 mayor problemática, 7 menor problemática.
La baja demanda e incremento de la piratería es el peor de los escenarios en el que puede vivir la industria editorial. ¡Un 68 por ciento de las empresas encuestadas perciben un crecimiento de la piratería en la región! Lo cual es alarmante (sólo en muy pocos países se indican mejoras. En Brasil, la piratería editorial prácticamente no se conoce). Precios altos y ventas menores para mantener la rentabilidad, o precios ajustados y mayores ventas, son políticas que sólo cada casa editorial puede decidir. Sin embargo, en épocas de baja demanda y escasez de recursos en las familias, el rebusque de mejores precios se hace una realidad cotidiana y en esas circunstancias los libros que se ofrecen pirateados en la calle tienen más posibilidades de venta.
La piratería es una problemática mundial en las industrias culturales La Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI) informó en su reporte del año 20022 sobre piratería que 19.000 millones de unidades de todos los CD y casetes de música eran piratas, el 40% de 2 Información al respecto esta disponible en las siguientes organizaciones internacionales: International Intellectual Property Alliance (IIPA), Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), Business Software Alliance (BSA), Interactive Software Federation of Europe (ISFE), Federación Internacional de Videogramas (IVF), Motion Picture Association (MPA) y Sociedad Internacional de Propiedad Intelectual (IIPS)
la producción mundial. La International Intellectual Property Alliance –IIPA- de los Estados Unidos, estimó en el mundo la pérdida por piratería de libros de origen americano, en el año 2001, en 653 millones de dólares, es decir un 6.8% en los países que monitorea, mientras que el resto de industrias representa el 93.2% de los casi 10.000 millones de dólares que pierden por piratería, como se ve en cuadro 1. Es un hecho que el libro, en relación con los otros bienes culturales como CDs musicales o DVDs de obras cinematográficas o software, es menos afectado. Pero no por ello hay que prestarle menos atención, por el contrario hay que desarrollar cada vez más acciones para impedir que se incremente, como se percibe que esta pasando en muchos países. Pérdidas estimadas en millones de dólares por piratería para los Esados Unidos América Africa y Medio Oriente Europa Asia Total Participación
video
música
285 139 504 420 1348 13,9
1252 66 662 420 2400 24,8
software para negocios 648 130 689 1829 3296 34,1
software recreativo 202 232 387 1147 1968 20,4
libros 115 51 92 395 653 6,8
2502 618 2334 4211 9665 100%
Fuente: estadísticas IIPA 2001
El último informe estadístico muestra cómo las perdidas causadas por la piratería editorial y la reprografía ilegal presentan en su conjunto incrementos desfavorables. Aunque de nuevo se nota claramente cómo la piratearía afecta más a los otros sectores culturales y menos al libro (8.5% del total de las pérdidas estimadas). Pérdidas estimadas por piratería editorial y reprográfica para las empresas norteamericanas millones de dólares
Argentina Brasil Venezuela Bahamas Belice Bolivia Canadá Chile Colombia Costa Dominicana Ecuador Guatemala Jamaica México Perú Uruguay Paraguay TOTAL
2003 Libros
2004
4,0 14,0 NA NA NA NA NA 1,1 5,4 NA 1,0 2,3 NA NA 40,0 8,5 NA 2,0 78,3
4,0 18,0 NA NA NA NA NA 1,0 6,0 NA 1,0 2,5 NA NA 42,0 8,5 NA 2,0 85
2003 Industrias culturales Total 108,6 907,4 87,0 NA NA 25,0 620,0 66,2 131,8 NA 15,9 28,3 NA NA 806,9 118,5 NA 163,6 3079,2
2004
% Libros 3,7% 1,5%
1,7% 4,1% 6,3% 8,1%
5,0% 7,2% 1,2% 2,54%
Total 138,5 960,9 95,0 NA NA 23,0 560,0 114,7 143,6 11,0 15,3 29,5 8,0 NA 862,2 102,5 9,0 137,8 3211
Fuente: IIPA USTR 2005 “SPECIAL 301” DECISIONS, IPA 2003-2004 FiNAL ESTIMATED TRADE LOSSES DUE TO COPYRIGHT PIRACY
% Libros 2,9% 1,9%
0,9% 4,2% 6,5% 8,5%
4,9% 8,3% 1,5% 2,65%
La lucha contra la piratería: un compromiso colectivo La problemática de la piratería es similar en muchos aspectos para varios sectores e industrias culturales de bienes protegidos por la propiedad intelectual. En esencia, un CD de música o un CD-ROM de una enciclopedia, un video, un DVD de películas tienen la misma la tipología de delito y la misma normatividad de protección, es por ello que tiene sentido la celebración de alianzas entre los afectados, y entre ellos y las diferentes entidades oficiales responsables de combatir este delito. Estas alianzas pueden ser intergremiales, interinstitucionales e intergubernamentales, y pueden tener el apoyo y la participación de organismos multilaterales y regionales, como la OMPI y el CERLALC. Las alianzas pueden cristalizar acuerdos específicos sobre normativas; prevención y fiscalización; medición del impacto económico e intercambio de información; indicadores del tamaño de la piratería (especialmente para el caso de libros, llevando el inventario de títulos pirateados documentado), estadísticas de los decomisos; campañas publicitarias para sensibilizar a la opinión pública acerca de la cadena de perjudicados con el delito de la piratería (autor, editor, productor, distribuidor, sociedad civil, Estado); capacitación a jueces civiles, jueces penales, fiscales, agentes investigativos penales, funcionarios de impuestos y aduanas, funcionarios de investigación policial, agentes de policía y otros funcionarios. Es hora de respaldar una jornada antipiratería durante una semana, en donde las entidades pudieran hacer eventos de capacitación interna, acciones y operativos, y gran divulgación. Sin un compromiso colectivo de todos y cada uno de los afectados por la piratería, ésta no se podrá combatir. La formulación de una política pública, una participación activa de la ciudadanía respetando los derechos de autor y una respuesta dinámica del mercado legal en cuanto a distribución y precios, que faciliten el acceso al libro legal, y las alianzas en torno a los procesos y acciones expuestas, garantizarán en el mediano y largo plazo una dramática disminución de la piratería editorial. Una sociedad consciente de los derechos de propiedad intelectual hará a las empresas más creativas e innovadoras, al comprender que una protección sólida de los derechos de propiedad intelectual produce más posibilidades al trabajo autoral y beneficios de todo orden a la misma sociedad.