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encierro y de pereza. Llegó des- pués de seis horas de viaje, por la carretera seca hacía Barbacoas, llegó después de haber visto el paisaje transformarse de ...
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Género

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La inclusión de género, un reto regional

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Juventud

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Sed joven. El camino hacia el proceso departamental de juventud

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Comunicación

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Cuando la comunicación y la cultura son estratégicas

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Opinión

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Etnodesarrollo y autonomía, a pesar de la guerra

Distribución Gratuita * ISSN: 2145-955X

2 Editorial Si uno viaja a la Isla de La Corota, en La Cocha, una de las realidades que más sorprende es descubrir el bosque húmedo tropical primario que caracteriza este santuario de flora y fauna colombiano.

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ecorrer el sendero habilitado para los visitantes implica descubrir una de las expresiones más curiosas de la naturaleza: el dosel arbóreo de los bosques húmedos tropicales. A mitad de camino, una señal en un árbol invita a mirar hacia arriba y muestra como las ramas están creciendo respetando el espacio bajo la luz del sol de cada uno de los árboles. La imagen desde el suelo se parece a un collage. Cada rama ocupa su espacio bajo el sol sin sobreponerse por encima del resto de las ramas. Cada árbol coopera con el resto para que todos tengan su espacio bajo los rayos del sol. Esa realidad tiene una dimensión poética: te das cuenta de que cada árbol aprende con el tiempo que cooperar con el resto de árboles, es la única estrategia que tienen para sobrevivir colectivamente y para crear un bien superior a cada árbol: el bosque.

Piensa en la situación. En el origen, la lógica y el incentivo de cada uno de los árboles es crecer verticalmente, buscando arrebatar al resto de los árboles la energía solar. Es una competencia sostenida, acompasada por el lento pasar del tiempo. Cada uno de los árboles puede medir de 20 a 30 metros de altura. Pero, majestuosos en su ascenso, cada árbol empieza a sentir que algo va mal. Con la altura, pierden grosor y se van debilitando frente a las lluvias, el frío, los vientos y otras expresiones climáticas. Algo deben hacer. Competir con otros por un tiempo fue una buena estrategia, pero insostenible por ser un riesgo para la vida de cada árbol. Tuvieron que cambiar de estrategia y aprendieron que el reto residía en dejar de competir y empezar a cooperar por la luz del sol. Así, empiezan a crear el dosel arbóreo. Dejan de crecer en vertical

y empiezan extender sus ramas en horizontal para crear cobertura vegetal del bosque. Los árboles, rama a rama, sin sobreponerse los unos a otros, cooperan por la energía y la luz del sol y así generan el bosque húmedo tropical. La anterior realidad sirve de sustento para demostrar de forma natural estrategias de cooperación en favor de todos los actores involucrados en determinado proceso. Por eso, Voces de Nariño, ofrece a través de diversos artículos periodísticos algunas de las expresiones más significativas del proceso de la Estrategia de Cooperación del Departamento de Nariño y del Municipio de Pasto.

En 2008, con la llegada a las administraciones públicas de los Gobiernos de Antonio Navarro Wolff y de Eduardo Alvarado Santander, con el acompañamiento de la Oficina Territorial del PNUD, y la participación de un amplio conjunto de actores, se buscó impulsar una serie de estrategias para coordinar mejor a los cooperantes internacionales que llegaban a Nariño, para sumar y complementar los recursos locales -muy exiguos en términos económicos- con recursos políticos, técnicos y económicos de actores de la cooperación internacional. Tras cuatro años de trabajo, podemos sacar una serie de aprendizajes importantes, algunos de los cuales se vislumbran en los artículos de esta edición. En primer lugar, aprendimos que la cooperación internacional juega un papel importante, pero no puede sustituir el liderazgo de los actores locales, tanto institucionales como de la sociedad civil. En segundo lugar, que la cooperación internacional se debe orientar a aportar servicio al territorio y sus actores. Del mismo modo es fundamental que el territorio no se ponga al servicio de la cooperación internacional sino al servicio de la formulación de sus agendas territoriales, temáticas y programáticas, centradas en los hombres y mujeres nariñenses para impulsar el desarrollo humano sostenible y la construcción de paz con estrategias de corto, medio y largo plazo (planes de desarrollo, estrategias de cooperación internacional, políticas públicas, planes decenales, programas marco territoriales, programas y proyectos tipo).

En tercer lugar, que estas agendas territoriales son fundamentales para orientar estratégicamente los procesos de desarrollo y construcción de paz en Nariño, incrementando así la eficacia de estos procesos. La cooperación internacional se convierte en un complemento fundamental pero no sustituye la responsabilidad de los actores locales para liderar los procesos y para ser promotores y garantes de los derechos de la población. En cuarto lugar, es importante destacar que a partir de estos procesos hemos dejado al territorio y a los entrantes gobiernos un conjunto amplio de programas y proyectos estratégicos, que surgen de las agendas ya mencionadas, que han permitido orientar recursos a prioridades claves para la vida digna de los y las nariñenses. Muchos de estos proyectos están en plena implementación y otros están disponibles para la gestión de recursos locales, departamentales, nacionales e internacionales. En quinto lugar, creemos que estos esfuerzos no deben centrarse sólo en gestionar recursos de la cooperación internacional, en tanto el proceso es útil para ordenar y gestionar recursos de las diversas fuentes que dispone Nariño para apoyar política, técnica y económicamente sus procesos de desarrollo y construcción de paz. Sabemos hoy que la cooperación internacional es importante y muy significativa para Nariño, pero más importante y significativo es gestionar y construir a partir de los recursos de Nariño y de Colombia (los activos del territorio, las fuentes de financiación locales, los recursos del gobierno nacional).

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Creemos que en un futuro cercano sería interesante pasar de una lógica de estrategia de cooperación internacional (de la que partimos hace 4 años) a una lógica de cooperación y gestión de Nariño, tendiente a focalizar algunos temas claves para el desarrollo humano, la construcción de paz y la cooperación, entre todos los actores claves de Nariño, incluido aquellos de cooperación internacional que tienen interés en seguir acompañándonos. Fomentar la cooperación entre todos los actores claves de Nariño (instituciones, gobiernos, pueblos indígenas y afrocolombianos, organizaciones sociales y comunitarias, gremios, universidades, bancada nariñense en el Congreso y la Asamblea departamental), alrededor de unos temas claves para Nariño sería un ejemplo de cooperación para la paz para Colombia, además de una estrategia óptima para la gestión de los recursos políticos, técnicos y económicos necesarios para el logro de fines colectivos.

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Un lector curioso entenderá ahora mejor la analogía con la que empezamos este editorial. Pero hay más. Los ambientalistas y ecólogos expertos en los fenómenos de la naturaleza, el medio ambiente y la biodiversidad nos explican que el dosel arbóreo es fundamental para el equilibrio del bosque. No sólo permite que todos los árboles accedan a la luz y la energía de sol, sino que también, son fundamentales para mantener el equilibrio y la biodiversidad del bosque. Es uno de los elementos claves de la estructura eco-sistémica y climática del bosque. El dosel es un elemento regulador de las variables del clima que afectan al bosque. Sus plantas y ramas son las primeras que reciben la lluvia, así como la luz solar, filtrando sus rayos. El dosel, a su vez, atempera los vientos y debilitan sus

efectos destructores. Esta función reguladora permite que dentro del bosque se genere un microclima y una humedad apta para que se reproduzca en todo su esplendor la vida. Decenas de plantas y animales conviven en armonía natural en un hábitat en donde todos encuentran su función en el bosque. El dosel arbóreo no sólo es una estrategia de cooperación que permite que se genere el bosque húmedo tropical sino que también protege y desarrolla la vida en uno de los ecosistemas de mayor biodiversidad en nuestro planeta. Así, cooperando permiten la vida en toda su esplendor, pluralidad y equilibrio.

Edición Especial

Edición Especial ISSN: 2145-955X

Director General: Borja Paladini Adell. Coordinador: Gustavo Montenegro Cardona. Asesoria: Germán De La Rosa Pantoja. Diseño Gráfico: Christian Daniel Sánchez Lozano Corrección de Estilo: Ricardo Erazo Mera Fotografía: Borja Paladini, Eric Bauer, Colaboradores: Alejandra Guerrero, Mario Fernando Mora Unigarro, Manuel Guillermo Zarama. Impresión: Casa Editorial El Tiempo. Dirección: C.C. Sebastián de Belalcázar - Torre A - Of. 301 Teléfono: 3013571892 e-mail: [email protected] Web: www.vocesdenarino.com

4 Género Por Alejandra Guerrero Fondo Mixto de Cultura de Nariño

La inclusión de género,

un reto regional Ya es hora de pasar del discurso a la práctica, desde la política pública Departamental en equidad de las mujeres nariñenses.

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n 2007, el municipio de Pasto adoptó la política para las mujeres y la equidad de género, y planteó un escenario posible, con una estructura social y cultural, en la cual las relaciones de poder sean equitativas entre las mujeres y los hombres de la ciudad, y en 2009 se aprobó la Política Pública Departamental para la equidad de las mujeres nariñenses, sobre la base de la dignidad humana, la justicia social, la equidad, diversidad, y la construcción de paz. El tema de género inició a partir de un espacio dado en la Gobernación de Antonio Navarro Wolff y, específicamente, con los cabildos abiertos y diversos escenarios de participación comunitaria, donde se pensaba y soñaba en crear un componente de equidad de género dentro del plan de desarrollo. Esta iniciativa se fortaleció con la estrategia de la cooperación internacional que tuvo en cuenta la diversidad cultural y las realidades que enfrentaban las mujeres en cuanto a la inequidad, las violencias basadas en género, la invisibilidad en su rol como actores políticos y sujetos de derecho. La construcción de la política pública de género departamental requería de una alianza, desde la unión, disposición, participación del ser mujeres en medio de la diversidad. Con respecto a esto Lilian Rodríguez, coordinadora de la Oficina de Política Social, estima que uno de los mayores resultados ha sido la generación de una alianza entre la institución pública, las ONG, la cooperación internacional y las otras organizaciones, “Entendemos que cooperar es apostarle a esa estrategia, cooperamos más entre muchos otros desde la diferencia”. El territorio se articula en ese ser mujer, y comienza a verse como un primer logro la designación de un rubro específico para las mujeres. Al respecto, María Gines Quiñones dice, “Un punto de ganancia es que el tema de mujer compartía un rubro con la población vulnerable, cuando se trabaja en las mesas sectoriales, y cuando se trabaja en las mesas para el plan de desarrollo, se logra que se establezca que las mujeres no somos población vulnerable sino que somos un sector poblacional”. Al ser un sector poblacional el tema de mujer se posicionaba de manera particular en cada uno de los ejes del plan de desarrollo, siendo la mujer fundamental para el desarrollo económico, político, ambiental y social. Cuando hablamos de la mujer nariñense, la palabra diversidad y su reconocimiento ha sido una fundamentación de la política pública de mujeres; por eso, se pensó en las subregiones, desde sus características y procesos particulares. Desde allí surge la metodología y la mirada pluricultural de la Escuela de Género, que significaba representar el ser mujer desde las diferencias, y ponía uno de sus más grandes retos, “ser amigas y mujeres desde la comprensión de la mujer, del Pacífico, Cordillera Andina y del Pie de Monte costero. La existencia de una escuela de género era un espacio para el aprendizaje, para la narración de la realidad y para construir ciertas rutas que visibilicen el rol de la mujer como constructora de paz. La escuela de género se posicionó como escenario de capacitación, cuyo objetivo era comenzar a escribir la política de género departamental. Para la construcción de la política se hizo un diplomado que trabajó ocho ejes temáticos: conceptualización de género, desarrollo personal de autoestima, derechos humanos y derechos de las mujeres, violencias de género y prevención, construcción de política pública para las mujeres, desarrollo organizativo, desarrollo regional y, por último, em-

presarismo y emprendimiento. En este proceso, que involucró una formación integral basado en la sostenibilidad, fueron las mujeres quienes tuvieron que apropiarse y empoderarse de este propósito, fortaleciendo con ello a las organizaciones de base, en su rol en el desarrollo local y regional. La escuela de género es un espacio de interlocución para la amistad. Rosa Elvia Enríquez, perteneciente a la mesa departamental de mujeres, cuenta que esto no es sólo un proceso de mecánica, “en cada reunión habitan seres humanos, mujeres que se reunían con su historia de vida, con su crítica y sonrisa a pensar soñar y exigir una mejor región para la mujer”. Ahora, y luego de un trabajo de sueños, los retos se avizoran con una política construida, que debe trascender del discurso a la práctica, para que ellas mismas comiencen a incidir en época electoral y los procesos de empalme. Mireya es una mujer del Pacífico que destaca que el triunfo del trabajo de la Escuela de Género, de la Mesa Departamental de Mujeres, y de la Política Depar-

tamental para la Equidad de las Mujeres, está en el riesgo de romper los esquemas de una historia excluyente; ahora mujer y política comienzan andar juntas e inseparablemente. Ahora el compromiso de las y los mandatarios elegidos debe concretarse en apostarle a estos esfuerzos que parten desde una realidad por transformar. María Gines Quiñones dice que la incidencia política debe entenderse como el hecho de que las mujeres desde sus localidades, desde lo más pequeño, desde sus juntas de acción comunal, organizaciones y sus gobiernos locales, empiezan a ser significativas dentro de lo político, exigiendo, que exista una dependencia que trabaje los temas de género, exigiendo que las autoridades y las instituciones, respondan, como debe ser a la normatividad que defiende los derechos de las mujeres. “Si las mujeres llegan a un respeto de sus derechos, estarían en igualdad de condiciones; es difícil pero no imposible, esa ha sido la estrategia y lo que se ha esperado en todo ese proceso”. Los aprendizajes han sido múltiples, pero ahora los retos ponen

en ejercicio a las mujeres nariñenses para incidir y participar en la política, un ejercicio de ciudadanías activas desde las mesas subregionales y los procesos locales. “En esta nueva etapa se debe iniciar reconociendo lo local para la implementación de las políticas públicas, que nos permitan hacer incidencia fuerte con las y los candidatos, formalizar y asegurar un camino claro para que esto se incorpore en planes de desarrollo, planes de vida, planes estratégicos, planes comunitarios”, agrega Lilian Rodríguez.

“C

omo mujeres nariñenses nos decidimos a caminar con derechos, sin miedo alguno, exigiremos nuestra representación para construir paz, iremos marcando con hechos y acciones, enfrentaremos la historia de la inequidad, dando el abrazo, dando la luz con la palabra”.

Sed Joven

El camino hacia el proceso departamental de juventud ¿Qué podemos pedir sino más sed? Alejandra Pizarnik

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la lluvia llegó de pronto, casi después de haber visto por la ventana del carro un cielo perfecto que culminaba cerrándose sobre las montañas del piedemonte costero. Llegó como un presagio, sin embargo, no supe entenderla, por el contrario, me pareció un fenómeno cualquiera que siempre viene cargado de aburrimiento, de encierro y de pereza. Llegó después de seis horas de viaje, por la carretera seca hacía Barbacoas, llegó después de haber visto el paisaje transformarse de cemento a madera, de planchas a tejas de zinc, la gente mutaba también, cambió de color cada vez más oscura y cada vez con los ojos más atentos y expresivos, cambió la vegetación rotundamente. La lluvia llegó como presagio de otras transformaciones, pero no supe verlo, tenía que esperar, tuve que esperar hasta llegar, para que eso que aprendí en Barbacoas se consolidara en mí para siempre.

¿Qué es aprender? Ahora recuerdo que está era la pregunta fundamental que nos hicimos para pensar en una estrategia pedagógica que permitiera fortalecer los procesos organizativos juveniles, para consolidar un espacio -inexistente en algunos municipios-, propio de jóvenes donde ellos y ellas pudieran debatir, acordar y actuar de su realidad.

Aprender implicaba, en ese momento, la necesidad de generar condiciones donde la experiencia, el conocimiento propio de las y los jóvenes fuera materia de la forma que tomaría la política pública tiempo después. Pensamos que era fundamental transformar la idea del aprendizaje, y la percepción del Ser joven, que ellos y ellas han creado de sí mismos, para así transformar las relaciones alrededor de la juventud. Entendíamos que el aprendizaje y el conocimiento era una construcción de lo político, fundamentado en tres ejes: la ciudadanía activa como una forma de repensar al joven como un actor social transformador desde su ciudadanía; el desarrollo humano confiado en los sueños y propuestas juveniles y los futuros posibles desde la palabra y la acción de ellos y ellas, y la construcción social de paz a partir de la capacidad de generar nuevas relaciones, de fortalecer lo existente y de una articulación conjunta. Antes, otros caminos se habían recorrido, ya otros y otras habían viajado por ese camino nuestro, y habían visto también como objetivo la política pública de juventud.

También habían dicho que otra necesidad era transformar la idea de participación, de superar la consulta, de ser coherentes con la idea de que una política de juventud depende de un proceso sólido de jóvenes que lideran y asumen los riesgos de sus propias acciones -tal como lo han hecho siempre-, pero con la necesidad de la confianza de las instituciones, como base de las relaciones. Todos los caminos, si se ve a la distancia, mutan, son variables, no en sí mismos, pero sí en lo que los rodea. Y así ha sido el camino de Nariño Adelante, con las y los Jóvenes Adelante, y el de la estrategia departamental de juventud. Si volvemos al momento justo de haber empezado a movernos las y los jóvenes eran diferentes, las circunstancias también lo eran, reflejaban unas distan-

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5 Por Mario Fernando Mora Unigarro Comunicador - Pedagogo Proyecto Adelante Nariño con las y los jóvenes adelante

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cias profundas, históricas, entre las instituciones y ellos-as; una percepciones equivocadas entre unos y otros -pero mucho más en las instituciones y funcionarios-, era un mundo pensado desde la lógica adulta, donde el ser joven busca maneras de representarse, visibilizarse y ser reconocido.

bres, ni intento recordarlos, no es necesario. Ellas representan ahora a cualquier joven que habite el Departamento o la cordillera, que haya visto las montañas cubrirse de neblina o mojarse en el agua de la montaña, que huela a la caña del guaico o que haya sentido el latir del Pacífico.

Las prácticas juveniles no eran percibidas como formas de participación, pero sí como respuestas rebeldes al deber ser. Entre tanto, los jóvenes empezaron a demostrar que sueñan y piensan en otro mundo y, por supuesto, que trazan el camino que nos trajo hasta aquí.

Esas tres niñas, sin nombres, sin rostros, representan la capacidad de la juventud para hacer de su realidad lo que deseen, de las posibilidades de crear, si se los motiva, si se les reconoce su valor.

Llovía, como llueve en la Costa, violentamente. Pensé en municipios como Ricaurte preso de la niebla, abajo. Pensé en tres mujeres jóvenes de unos 17 años, que caminaban por horas, desde las cinco de la mañana, cubiertas de niebla, la misma que cubre el resguardo, las tanquetas del ejército, los camiones, buses y carros que atraviesan el casco urbano. La lluvia de Barbacoas me trajo a la memoria a tres niñas que son representativas en su esfuerzo, por lo que ellas dicen que le dieron al proceso. No recuerdo sus nom-

En las Escuelas de liderazgo juvenil, que en su primera fase se realizaron en diez localidades y que hoy están en 23 de los 64 municipios, existen diversidades, complejidades e historias que tejen el Ser joven en Nariño. Durante trece encuentros en año y medio, hombres y mujeres han ido construyendo desde sus historias particulares lo que hay en medio de todos, mostrando a la juventud como una categoría social movilizadora. Encontramos formas diversas de ser y de habitar, formas únicas de ver Nariño, de querer y de ser nariñense; encontramos en ellos la producción de lo que han sido y de lo que ha sido su mundo milenario.

Cuando esas tres niñas salieron de la niebla y llegaron al salón de Camaguary -aliado del proceso en Ricaurte-, no hablaban, eran tímidas, no podían relacionarse en un mundo que las obligaba a decir cosas que quizá no necesitaban decir. Ahora, ellas han logrado liderar junto a otros jóvenes procesos locales de juventud, que los-as han posicionado como un sector fundamental para el desarrollo del municipio. En Ricaurte, al igual que en la mayoría de municipios del proceso, la juventud ha sido invitada a hacer parte del COMPOS, desarrollaron foros locales con candidatos y lograron acuerdos municipales y compromisos para garantizar sostenibilidad del proceso, con las oficinas de juventud, la adopción de la política pública de juventud departamental, el nombramiento de responsables de juventud, la asignación presupuestal para inversión en los proceso juveniles liderados por los mismos jóvenes, y el apoyo a iniciativas juveniles. Igualmente, se constituyeron mesas subregionales y una departamental, así como procesos de constitución de mesas locales de juventud para que dinamicen

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las lógicas propias de las y los jóvenes como un resultado de articulación entre jóvenes e institucionalidad, que fortalezcan las organizaciones juveniles, grupos, parches, etc., que los valide como espacios de participación y permita reconocerles sus capacidades. También fortalecer instancias de participación que se han determinado estatalmente como los CMJ. Cuando se llega a Barbacoas se siente un respiro, el cuerpo se deja caer como si durmiera, es un alivio. Mientras vivía esta sensación, llovía. Las calles se habían convertido en ríos que desembocaban al Guaguí y Telembí. Huí al hotel, salté y corrí para salvarme de la lluvia. La dueña del hotel estaba mirando por el balcón a unos niños. Yo con mi cara de animal cansado, entré como pidiendo auxilio, ella sonrió -o se rió-, y me mostró a los niños, quienes se habían quitado la ropa para saltar en el agua como algo milagroso, como si fuera la primera vez que conocían la lluvia; la recibían, soltaban carcajadas y todo era felicidad. Me sentí pobre, no era uno de esos niños que saltaba en el andén bendecido por el agua, era un hombre escondido, incapaz de ver lo que otros ven en la lluvia.

El proceso de política pública ha significado un esfuerzo profundo por reconocer y hacer visible lo que la juventud percibe de su realidad, y por plasmar grandes apuestas de transformación que supere la lógica estatal, el lenguaje institucional de la oferta, y proponga componentes, líneas estratégicas, estrategias y acciones que promuevan posibilidades, transformaciones y diálogos basados en la cooperación y la confianza. Está política -o camino- se consolidó a través de un proceso de investigación de un año y medio de experiencias; primero en las Escuelas de Liderazgo juvenil, desde donde se sistematizaron percepciones, conocimientos y construcciones, alrededor de trece temas y ocho ámbitos de desarrollo. También, 10 encuentros subregionales con la participación de jóvenes de los 64 municipios de Nariño, 6 mesas técnicas (étnico territorial con la participación de seis pueblos indígenas de Nariño, autoridades y jóvenes, campesinos y comunidades negras; adolescentes, para profundizar el enfoque de ciclo de vida; género, discapacidad y fronteriza, con participación de jóvenes de las provincias fronterizas del Ecuador), dos encuentros depar-

tamentales que permitieron consolidar documentos cualitativos alrededor del ser, pensar, habitar y moverse joven. Participaron 78 instituciones y 380 organizaciones sociales, y el documento fue dando una forma de esta política. Ahora, Nariño cuenta con una política pública de juventud, promovida por ellos y ellas, quienes proponen otros territorios, otras instituciones, otras relaciones. Allí, donde vemos un Departamento con grandes dificultades, nos invitan a ver un Departamento con inmensas posibilidades. Donde vemos grupos juveniles pasajeros, nos muestran solidez y entrega para asumir su vida y sus pasiones. Donde vemos un Barbacoas con miedo, tenebroso, doloroso, nos muestran otros rostros, otras razones por las que llegar allí, como la tranquilidad de los jóvenes que salieron a mojarse, de la banda musical tocada por jóvenes, que agradecía el agua, en medio de los charcos, de aquellos que me recibieron con abrazos, cantos y sonrisas. Donde hace dos años sólo veíamos ideas de un proceso departamental de juventud, ahora vemos a 4.000 jóvenes llenando todo con sus sueños.

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Cooperación

Nariño, un referente nacional

en cooperación internacional Por Manuel Guillermo Zarama

Nariño es un departamento con interesantes ventajas estratégicas en beneficio del país y la gente de la región. Por eso, y con miras a su proyección mundial, durante el cuatrienio del gobernador Antonio Navarro se estableció una entidad especializada en ese sector.

Grupo de Trabajo Departamental:

trabajando juntos

Los inicios La Oficina de Cooperación Internacional de la Gobernación de Nariño se creó en 2008 “con funciones específicas de coordinación interinstitucional y de apoyo a decisiones de alto nivel, que se materializan a través de proyectos diseñados conjuntamente con el Despacho del Gobernador, secretarías y gerencias subregionales”, expresa Patricia Urbano, exdirectora de esta dependencia.

De esta manera, la articulación que promueve la Oficina “se realiza en el marco de políticas públicas departamentales concertadas participativamente, que delinean estrategias de largo plazo en los ámbitos económico, social, cultural, político, ambiental y de asuntos binacionales y frontera” agrega. Las prioridades de gestión de cooperación internacional están consignadas en la Estrategia Regional de Cooperación Internacional de Nariño 2008-2011.

Esta estrategia regional se formula desde mayo de 2008, con la participación de los alcaldes del Departamento, autoridades indígenas y afrodescendientes, universidades, cámaras de comercio, instituciones nacionales de nivel regional, ONG del territorio y agencias de cooperación presen-

tes en Nariño, quienes conforman el Grupo de Trabajo Departamental de Cooperación InternacionalGTD, con dos espacios: la Asamblea General integrada por todos los miembros, y un equipo técnico de doce aliados, que dinamizan la estrategia departamental.

Cooperación con Nariño: los aliados internacionales Diferentes entidades han apoyado la labor de la Estrategia Regional de Cooperación Internacional de Nariño; entre ellas, la embajada de Suecia, en la implementación de proyectos de construcción de paz. Con la Unión Europea, el proyecto Sí Se Puede implementado en Leiva y El Rosario; con Estados Unidos, Sí Se Puede en Las Varas, Tumaco a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional-USAID. Con la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo-AECID, el macroproyecto Ventana de Paz, en ocho municipios de frontera y Pacífico, que opera a través de la ONU para la Agricultura y la Alimentación-FAO, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados-ACNUR, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo- PNUD, ONU Mujeres y el Fondo de Naciones Unidas para la InfanciaUNICEF. Así mismo se ha recibido apoyo directo para programas de género y juventud desde la Agencia Catalana de Cooperación para el Desarrollo y PNUD, y con Canadá Creciendo Juntos, realizado en 10 municipios del Departamento. Con Israel se ha trabajado en temas de agricultura, con Japón el desarrollo local sostenible, y con Francia, a través de Veterinarios sin Fronteras, se ha desarrollado un

proyecto binacional con Ecuador. Cabe destacar que Nariño ha trabajado con la Comunidad Andina de Naciones-CAN en proyectos de integración fronteriza en cuencas binacionales y con la Organización de Estados Iberoamericanos-OEI en un proyecto de educación y cultura afrodescendiente. En esta integración, resalta el apoyo a la cultura del Parlamento Andino, la Corporación Andina de Fomento-CAF y la CAN en el Encuentro Internacional de Culturas Andinas realizado en Pasto.

¿Qué queda para el futuro? Desde esa Oficina se ha apoyado la creación de grupos regionales de carácter mixto para generar cooperación internacional, a partir de las agendas territoriales, “La Agencia de desarrollo económico del Pacífico Sur-ADEPAS, el Grupo de Trabajo Municipal de Pasto, y en la zona de frontera la Agencia de desarrollo e Integración de Frontera Sur-ADIFSUR” tal como lo expresa su directora. Igualmente se ha instalado una red de comunicación con los integrantes del Grupo de Trabajo Departamental, a través de la cual circula información relacionada con convocatorias de cooperación internacional. A futuro, quedan también arti-

culados diferentes comités: el Departamental de atención integral a víctimas, el de Atención integral a población en situación de desplazamiento, el de Atención integral a víctimas de minas anti persona y el de Tierras, igualmente están el Proceso departamental de biodiversidad, el Proceso de cuencas hidrográficas binacionales, y la Minga Agroecológica. Por otra parte, tanto ADEPAS y ADIFSUR son procesos muy exitosos de trabajo en la frontera con Ecuador, ya que como espacios de decisión han apoyado al Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia para proyectos binacionales y su Plan Fronteras para la Prosperidad 2010-2014, que adelantan proyectos en conjunto con ministerios e instituciones nacionales. En lo que se refiere a referentes políticos en el territorio, quedan consignados en las siguientes políticas públicas departamentales: de Mujer y Equidad de Género, de Infancia, de Juventud, de Educación, y de Comunicación y Cultura. Así, se puede afirmar que el trabajo constante de la administración departamental saliente en materia de cooperación internacional ha dado frutos, convirtiéndose en referente nacional para otras regiones. Aunque es un largo camino que apenas comienza, ya que las necesidades y proyectos requieren de sostenibilidad y mucha atención.

11 Pasto,

en las agendas internacionales de cooperación

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as ciudades deben responder a las actuales necesidades de proyección mundial, para convertirse en espacios de intercambio comercial y dialogo cultural, entre otros aspectos. Para ello, fue creada la Oficina de Asuntos Internacionales de la Alcaldía de Pasto en 2004 y así “gestionar, captar, canalizar y dar seguimiento a acuerdos y recursos de cooperación técnica o financiera, nacional e internacional acordes al municipio”, manifesto Carmen Amelia Coral, responsable de esta dependencia. Se pretende garantizar que exista armonía entre la Estrategia Nacional de Cooperación Internacional y su réplica local, “Pasto abierto al mundo”.

Aliados de invaluable apoyo Bajo el liderazgo del Alcalde Eduardo Alvarado Santander, la Oficina inició alianzas para la sostenibilidad de los procesos, tanto con agencias de cooperación internacional como con embajadas y entes territoriales. Entre las agencias de cooperación se encuentran Art Redes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo(PNUD), aliado en la implementación y formulación de la Estrategia de Cooperación Internacional del Municipio de Pasto; la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo-(AECID); la Organización Internacional para las Migraciones-(OIM); Save the Children de Inglaterra; el Consejo Noruego para Refugiados-(NRC); el Programa Integral contra Violencias de Género-(MDGF); ONU Mujeres; el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados(ACNUR) y el Comité Internacional de la Cruz Roja-(CICR), entre otros. En cuanto a relaciones internacionales, destacan los procesos con las embajadas de Argentina, Suiza, España, Francia, México, Guatemala y Ecuador, trabajando en aspectos culturales, turísticos y académicos. En tanto que entre los actores locales se encuentran sociedad civil, entidades de carácter mixto, universidades y gremios.

12 Cooperación Referentes políticos En lo local, se cuenta con el acuerdo 033 de diciembre 9 de 2004, mediante el cual se creó y puso en funcionamiento la Oficina de Asuntos Internacionales. “Así como en Colombia está el Plan de Desarrollo Nacional, donde se consagra la importancia de las buenas relaciones internacionales, igualmente están los entes territoriales que orientan la gestión en cooperación y relaciones internacionales, como la Estrategia de Cooperación Nacional; la Agenda de Acción ACCRA; la Declaración de París y la Declaración de los Objetivos de Desarrollo del Milenio”, comenta la directora de esta dependencia.

¿Qué queda para el futuro? El Grupo de Trabajo MunicipalGTM es coordinado por esta Oficina, estableciendo prioridades y necesidades, llamadas proyectos estratégicos de ciudad. Está conformado por representantes de la sociedad civil, entidades públicas, ONG, agencias de cooperación internacional, gremios y universidades, establecidas así: Mesa de Primera Infancia e Infancia, Mesa de Adolescencia y Juventud, Mesa de Mujer y Género, Mesa Humanitaria, Víctimas

y Población Desplazada, Mesa de Discapacidad, Mesa Local de Participación, Mesa Ambiental, Mesa de Cultura y la Mesa de Desarrollo Económico Incluyente. Cada una cuenta con coordinación, proyecto estratégico y secretaría técnica, para garantizar sostenibilidad en los procesos. Según Carmen Amelia, es necesario que haya continuidad en las administraciones municipales puesto que “Las acciones actualmente se concentran en una transición con el gobierno entrante, ya que la incidencia de estas temáticas en el Plan de Desarrollo 20122015 es definitiva”. La Oficina trabaja los ejes de Fortalecimiento Institucional, Cooperación Internacional y Relaciones Internacionales, que permiten la generación de capacidad instalada.

Experiencias significativas: una buena cosecha. En la internacionalización hay múltiples éxitos, como la Red de Escuelas de Formación Musical que beneficia a infantes de instituciones educativas públicas de Pasto, y que se ha presentado desde lo nacional en Tulúa y Bo-

gotá, e internacionalmente en España, Argentina y Ecuador. De igual manera, el Carnaval de Negros y Blancos fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura-UNESCO en 2009 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y se lo ha promovido internacionalmente, contando en el 2011 con Suiza, y para el 2012 con Francia como países invitados de honor. También se realizaron intercambios con los carnavales de Basilea, Suiza y Steenvorde, Francia. A lo anterior se suman eventos como el Panamericano de bicicrós, el suramericano de baloncesto masculino sub 15 y el femenino sub 17, el Primer Encuentro Internacional de Nodos de Presupuestación Participativa, el Primer Encuentro Internacional de Orquestas infanto-juveniles, y el Segundo Encuentro Nacional de Turismo Comunitario. En junio de 2011 Pasto, como reconocimiento a su exitoso trabajo, realizó el noveno Encuentro del Sistema Nacional de Cooperación Internacional de la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, para analizar la eficacia de la ayuda, y que permitió mostrar la maravillosa riqueza del territorio.

Mesa de discapacidad: reconocimiento desde España Tal vez, el más impactante de los diversos éxitos es el obtenido desde la Mesa de discapacidad, a la cual pertenece Mariela Sanzón, de Luna Crearte, fundación que lleva 18 años trabajando con población que posee capacidades diversas para su habilitación en la sociedad a través del arte. El proceso de internacionalización con la Alcaldía Municipal de Pasto surge gracias a Dayana Sánchez (q.e.p.d) de la Secretaría de Bienestar Social, ya que “era muy cercana a nuestros chicos y se da cuenta de sus necesidades, por lo cual empieza a hacer proyectos a nivel nacional e internacional”, comenta Mariela. “Como vio la transformación de ellos quiso ayudar más, por eso en 2009 envió ese proyecto al Premio Reina Sofía de España con la labor de la Alcaldía en Luna Crearte, Luna Arte y Coordinar que salió premiado en 2010”, agrega. Coincidencialmente, Dayana murió el mismo día que recibieron el premio.

Foto cortesia Eric Bauer

Para este evento, el Alcalde viajó a España con Sonia Miranda, de Luna Arte, quien recibió el premio en representación de las tres entidades. “Es un logro en equipo, puesto que la Alcaldía es la ganadora, porque mostró el trabajo que se hace con las fundaciones y, a su vez, gracias al trabajo de ellas, la Alcaldía sale ganadora. Para Luna Crearte, contar con el apoyo de la Alcaldía Municipal es de por sí un reconocimiento, ya que colabora con transporte, materiales y algunos talleristas, lo cual ha permitido recibir 50 beneficiarios más, especialmente de estratos uno y dos”. acota Mariela. Y finaliza diciendo que gracias al trabajo de todos, “le contamos al mundo cómo podemos a través de las herramientas artísticas sacar adelante a esa población escondida, y así mostrar que sí se puede”. Con los recursos de este premio, Luna Arte y Luna Crearte buscan empezar a hacer realidad su sueño de tener una sede propia, mientras que Coordinar busca acondicionar sus talleres.

Cuando la comunicación y la cultura son estratégicas

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Ejes para el desarrollo humano en el contexto de la cooperación Desde las estrategias de cooperación del municipio de Pasto y del departamento de Nariño, la comunicación y la cultura se insertan en el contexto de las propuestas para contribuir al desarrollo regional, superando la mirada instrumental y mediática de estas herramientas que aportan significativamente a la construcción de región. Por Gustavo Montenegro Cardona Coordinador área de comunicaciones Fondo Mixto de Cultura de Nariño

A

l igual que Digital Estéreo, la emisora comunitaria de Sandoná, cerca de 35 municipios en 1999 obtuvieron licencias para funcionar como estaciones de radiodifusión comunitaria. En ese mismo año surgieron varios canales locales de televisión, y se evidenciaron diversos colectivos de comunicación que se habían limitado a su tarea local casi en silencio. El entonces Ministerio de Comunicaciones emprendió el fortalecimiento de las emisoras indígenas, y se generaron alianzas estratégicas para promover la investigación, la producción y la realización radial. La mesa regional de comunicación que tuvo lugar en Pasto en 2001, con apoyo del Ministerio de Cultura y los Fondos Mixtos de Cultura de Nariño y Cauca, permitió la identificación de los actores de comunicación de la región, de la mano de sus necesidades, requerimientos y proyección. Se empezaba así a trazar un camino por donde años después llegarían proyectos estratégicos para la región de la mano del II Laboratorio de paz, de proyectos educativos locales y regionales, y de impulsos de políticas nacionales que en lo regional comenzaron a develar la necesidad de comprender que la comunicación era algo más que la sola presencia de medios de comunicación.

La cultura en cada rincón Álvaro Zambrano, maestro de la Facultad de Artes de la Universidad de Nariño, e integrante de la mesa cultural de la estrategia de cooperación internacional, nos recuerda que siempre se ha dicho que “Pasto y Nariño son lugares ricos en la expresión cultural, pero no sabemos certeramente quiénes somos, qué producimos, cuánto producimos los artistas”, en complemento lo expresa el asesor de la Oficina Municipal de Cultura de Pasto, Raúl Ramírez “estamos en deuda de levantar un ejercicio investigativo que nos permita saber si además lo que el artista produce es lo que el consumidor del arte está esperando”. Es insuficiente cualquier espacio para narrar la riqueza cultural de estas tierras, pero sí es posible contar que la estrategia municipal de cooperación planteó un nuevo punto de encuentro que en el contexto de la mesa de cultura motivó el acercamiento de los gestores, fundaciones, organizaciones y actores de la cultura municipal para plantearse nuevos retos en la incidencia política. De igual manera ya lo había hecho el sector a nivel departamental cuando fue motivado en el contexto de la construcción colectiva del plan de desarrollo 2008-2011 “Adelante Nariño” para diseñar su Plan Decenal de Cultura, documento que hoy ya es una política pública.

Comunicación en el desarrollo regional La comunicación que está presente en lo local a través de colectivos de comunicación, circuitos comunicativos, medios ciudadanos y comunitarios, empezó a convertirse en un actor del territorio, con voz, con participación, con proyectos, con propuestas, con mensajes. Redes de emisoras comunitarias, alianzas de canales locales, y asociaciones de comunicadores y periodistas, también permitieron fortalecer un sector que empezaba a generar diferentes condiciones de diálogo regional. Fue el propio sector

el que propuso durante la fase de construcción participativa del plan de desarrollo, la necesidad de incluir en la planeación estratégica del territorio el componente de la comunicación como eje articulador del desarrollo humano. Gloria Ximena Garzón, coordinadora de los procesos de comunicación regional del área de comunicaciones del Ministerio de Cultura, hizo parte de esa iniciativa en 2008 y recuerda que este requerimiento permitió “incluir por movilización del mismo sector de la comunicación del departamento de Nariño, la dimensión de la comunicación dentro del Plan de Desarrollo en el eje 1 de Vida y Paz, como un promotor del desarrollo de la región”.

Era necesario contar con un plan estratégico para el área de comunicaciones, y desde la memoria del proceso así lo recuerda Aura Patricia Orozco “no nos podíamos quedar ahí, y entonces fue cuando surgió la iniciativa de articular esos esfuerzos en una Alianza que movilizara el diseño de un plan decenal. El momento coincidió con una serie de procesos que lograron sinergias en lo nacional, lo local y lo regional. Así nació la Alianza permanente para la comunicación y la cultura de Nariño”.

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Alrededor de la mesa Katherine Zamudio, asesora de la Oficina de Asuntos Internacionales de la Alcaldía de Pasto -con el apoyo del Programa Suyusama, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en el fortalecimiento de las Mesas de Cooperación que se conformaron alrededor del modelo de cooperación que estableció la capital del departamento-, expresó que cuando de convocar y articular esfuerzos se trata, la Mesa de Cultura no podía quedarse rezagada de la invitación. Con el apoyo de la secretaría técnica del Fondo Mixto de Cultura de Nariño y el apalancamiento cooperativo con la Oficina Municipal de Cultura, hacia finales de 2010 y durante el primer semestre de 2011, actores fundamentales de la cultura del municipio de Pasto establecieron un plan de trabajo común, levantaron un marco axiológico para combatir las desesperanzas de otros momentos previos, y diseñaron participativamente un Proyecto Articulador para la construcción de ciudad-región desde la cultura. María Mercedes Guerrero, maestra de danza contemporánea, e integrante de la mesa, considera que este esfuerzo es una posibilidad nueva para pensar que la cultura se merece un lugar diferente para impulsar el desarrollo de la ciudad. “Desde la danza, desde el teatro, desde cada expresión artística podemos contribuir más allá del arte por el arte a construir ciudadanía. Esa es la apuesta de la cultura para la construcción de ciudad”, afirmaba enfáticamente Elizabeth Garzón en las relatorías de la mesa. Al igual que la artista plástica, una decena de gestores culturales lograron establecerse como un buen ejemplo de que sumando talentos y capacidades es posible aportar desde el pensamiento, la investigación, la acción y la creación a un mejor desarrollo local.

Políticas públicas para la región Hoy el departamento de Nariño cuenta con una política pública de comunicación gestada desde el corazón del sector comunicativo que trasladó su plan decenal al escenario legislativo departamental y conquistó un triunfo para la gestión sectorial. Igual sucedió con el plan decenal de cultura. Miguel Córdoba, sigue en la lucha comunicativa doce años después. Ahora “esperamos que la política se logre implementar, son muchas las necesidades del sector que deben atenderse con seriedad”, dice. La radialista Sara Tovar reafirma “el trabajo ahora es saber cómo la vamos a posicionar, cómo la vamos a implementar”. Del proyecto estructurante del sector cultural se logró impulsar un trabajo cooperativo mayor alrededor de la firma de los pactos ciudadanos por la cultura, pactos que fueron firmados por candidatos a la alcaldía de Pasto y a la gobernación de Nariño. Allí todo estará por construirse de la mano de procesos democráticos participativos y ciudadanos. Así el territorio es modelo de cooperación local y regional, y desde la fortaleza de los procesos el apoyo internacional entra a contribuir como un socio más en la gran tarea de todos los días: construir región desde la comunicación y la cultura.

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Comunicaión

La Alianza permanente para la comunicación y la cultura de Nariño, cuya secretaría técnica la ejerce el Fondo Mixto de Cultura de Nariño, cuenta entre sus principales actores con: Consejo de medios comunitarios de Nariño Secretaria de Educación Departamental – Subsecretaría de Pedagogía y Cultura. Programa de Desarrollo Sostenible Suyusama Red de Emisoras Comunitarias Sindamanoy Fundación Social Academia Nariñense de Historia Fundación Luna Arte Corpominga Periódico Voces de Nariño Instituto de Bienestar Familiar ICBF Red de Emisoras Indígenas Colectivo de Comunicación Pa.labrar Red de Comunicación de las organizaciones sociales de la región Macizo – Alto Patía. Fundación Gestores Generación Alternativa Radios Ciudadanas Gobernación de Nariño Mesa Departamental de Población Desplazada Revista Correo del Sur Universidad Nacional a Distancia Fundepaz Rincopi Como proceso ciudadano, cuenta con el respaldo de: PNUD - UNFPA y el Ministerio de Cultura.

Opinión

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Etnodesarrollo y autonomía,

a pesar de la guerra

Por Borja Paladini Adell

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n la La Cocha se reunieron más de 100 jóvenes de todo Nariño para avanzar en el diseño y la formulación de la política pública de juventud. Representantes del pueblo Epedara Siapidara y de los consejos comunitarios del Pacífico nariñense, ateridos por el frío, acompañan el taller con sus sacos, abrigos y bufandas improvisadas. Entre los jóvenes, uno revisa con interés y constancia un libro que parece cobrar vida en sus manos. Cuando te acercas puedes ver que sus párrafos están subrayados intensamente, y pesan doble en sus hojas. En los debates escuchas cómo defiende con especial asertividad las ideas que hablan de un Nariño plural en donde los y las jóvenes negros deben ser incluidos en la política. Sientes profunda su convicción. El no desistirá en su objetivo. Me acerco y le pregunto ¿por qué es tan importante ese documento? Me explica, “El Pacífico nariñense está sobrediagnosticado, y sobreplanificado, pero ninguno de estos esfuerzos los realizamos nosotros, sus habitantes históricos. Siempre eran otros los que venían a definir qué era importante para el territorio, cómo debían ser nuestras vidas. Con el Plan de Etnodesarrollo, por primera vez somos los negros del Pacífico quienes ordenamos nuestro futuro, quienes orientamos nuestros sueños en caminos posibles de cambio, autonomía y dignidad”. Edgar me mira a los ojos y con énfasis concluye, “Para nosotros es fundamental que nuestra mirada, recogida en el Plan, sea parte integrante de la política de juventud. Queremos decidir y somos decisorios”, afirma contundentemente. Es Édgar, un muchacho muy delgado, alto, y enérgico, quien me cuenta que durante 2008 y 2009 formularon el Plan de Etnodesarrollo de los 33 consejos comunitarios de la región Sanquianga y Telembí del Pacífico nariñense. Hoy en día es uno de los principales referentes que tienen para su incidencia política. En una sola respiración me cuenta que están cualificando sus capacidades con el apoyo de la Gobernación de Nariño y la cooperación internacional en procesos de formación que apoyaron la formulación participativa del Plan y sus roles de liderazgo como jóvenes. Como si eso no bastara, están impulsando la Escuela de Formación Integral de Asocoetnar, la cual busca potenciar la renovación de liderazgos en la Costa Pacífica, así como cualificar a los líderes de la región como gestores y soberanos en el territorio. Eugenio Estupiñan Guevara, asesor de la Gobernación para el Pacífico nariñense ahonda en la idea. De acuerdo con sus palabras, el exgobernador Antonio Navarro Wolff, en concertación con los pueblos indígenas y las comunidades negras, propuso impulsar el Plan de Etnodesarrollo Nariño Pacífico. Este apuesta quedó recogida en el Plan de Desarrollo Departamental en el 2008 y se configuró como uno de los

programas territoriales marco recogidos en la Estrategia de Cooperación Internacional de Nariño. El Plan de Etnodesarrollo Nariño Pacífico se construye a partir de los Planes de Vida y Etnodesarrollo de las Comunidades negras e indígenas del Pacífico nariñense, entre ellos el Plan de Asocoetnar. Con el Plan se busca impulsar un marco de alineación política, social, económica, ambiental y cultural del territorio a partir del cual orientar y coordinar todas las intervención públicas, privadas y de cooperación internacional en el Pacífico. Es un mandato de los pueblos del Pacífico que orientan sus procesos de identidad, autonomía y etnodesarrollo. Haber construido el Plan desde los referentes locales, las cosmovisiones y simbolismos endógenos y con la plena participación de las comunidades le da una gran legitimidad como referente. Es un proceso que ha permitido que los actores locales cooperemos mejor entre nosotros, desarrollemos capacidades para el legítimo gobierno del territorio y, sobre todo, orientemos desde nuestras miradas nuestro futuro. Pero es fácil también preguntarse ¿por qué planificar en un contexto de tanta violencia e inseguridad? La respuesta viene de la propia estrategia de cooperación de Nariño: incluso en contextos de alta conflictividad es necesario impulsar estrategias de desarrollo humano y construcción estratégica de paz. No se niega, sino se reconoce que la región atraviesa una situación delicada de crisis humanitaria. Pero, desde una concepción humanista y estratégica del desarrollo y la construcción de paz es necesario –y también imperativo- no sólo atender las consecuencias humanitarias de la violencia, sino también enfrentar las causas de fondo de la misma. Desde esta lógica se propone que los actores locales y los actores de cooperación coordinen sus acciones para enfrentar los retos de la construcción de paz en función de la apuesta de desarrollo humano sostenible y el etnodesarrollo. Y aunque el frío insiste en quedarse en La Cocha, Édgar me ofrece unas pistas adicionales. “El plan de etnodesarrollo es un esfuerzo significativo que permite recuperar la identidad, pensar rutas de desarrollo endógeno y el sentido estratégico de futuro. Es un herramienta que fortalece la gobernabilidad sobre el territorio. Es un grito obstinado hacia el mundo, un manifiesto de permanencia y autonomía con el territorio”. Édgar sigue con su libro, otros jóvenes siguen diseñando su futuro. En la cabeza me queda claro que frente a una realidad en donde otras fuerzas están determinando el devenir del desarrollo y la paz (o la guerra) en la región, el Plan de Etnodesarrollo es uno de los instrumentos de resistencia del que disponen los habitantes del Pacífico para que nadie olvide que a pesar de las dificultades del presente, las comunidades negras se reclaman los dueños y habitantes del territorio y los orientadores de su desarrollo.

“Nariño Decide” es una iniciativa creada con la participación de más de 100 organizaciones de la sociedad civil de todo el Departamento. Busca cualificar los procesos democráticos y hacer un ejercicio de incidencia política y veeduría ciudadana desde las voces, las historias y los procesos comunitarios que se han construido en el territorio. Esta iniciativa ha sido promovida por “el Fondo Mixto de Cultura de Nariño, el Programa Suyusama, la Agencia para el Desarrollo Local de Nariño (ADEL) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)”.