eBook 12 fotografías comentadas by machbel

Al llegar al segundo soporte, el sol estaba ya muy alto, y me dio por ... las escenas acaban por aparecer, ya sea por un corredor que flota en el ..... de la costa.
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12 fotografías comentadas

12 fotografías comentadas Fotografía de viajes por Víctor Gómez - machbel

Introducción Gracias por descargarte este eBook. Para aquellos que no me conozcáis, mi nombre es Víctor Gómez, y soy fotógrafo y blogger de viajes, autor del blog de viajes machbel.com que llevo escribiendo desde hace más de 10 años. Mis pasiones son viajar, la fotografía, los coches y los helados, así que podría decirse que estoy encantado con mi trabajo, aunque me ocupe todo el día (y parte de la noche).

Prefacio La idea de hacer este eBook surgió de la necesidad de querer tener algunas de mis mejores fotos a mano, ya sea para enseñárselas a amigos -como tú-, clientes o desconocidos.

12 fotografías comentadas Fotografía de viajes por Víctor Gómez Copyright 2015 © Todos los derechos reservados Autor: Víctor Gómez Maquetación: Víctor Gómez Foto de portada: Víctor Gómez Foto del autor: Ainara García Corrección: Nina Fernández Derechos de autor Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida sin el consentimiento expreso del autor. machbel es una marca registrada.

Con un archivo de más de 250.000 fotografías, llega a resultar muy difícil seleccionar un pequeño puñado de ellas y, aunque podría borrar la gran mayoría, con el tiempo se les acaba cogiendo cariño. Por eso no me quiero limitar únicamente a mostrar las fotografías, sino que quiero contar la historia detrás de ellas y qué me motivó a hacer click, para que conozcas el momento y por qué resolví así la situación. Así, en este eBook reflejo parte de mi trabajo, con algunas fotos de naturaleza, otras callejeras y otras que simplemente muestran un momento que me gusta mucho. Espero que lo disfrutes leyéndolo tanto como yo haciéndolo. Un abrazo, Víctor

Brooklyn Bridge, Nueva York. 2014

Brooklyn Bridge, Nueva York En 2014, volví por segunda vez a Nueva York, tras mi primer viaje en 2008. Entonces había aprovechado para mejorar mi equipo en la que probablemente sea la mejor tienda de fotografía, B&H (no confundir con la marca de filtros, como me pasa a mí). En este segundo viaje, de tres semanas, mi objetivo principal era captar buenas fotografías de la ciudad que nunca duerme. El puente de Brooklyn, que une la isla de Manhattan con el barrio del mismo nombre, es uno de los principales iconos a retratar. La previsión meteorológica para aquel día era muy buena, a pesar de estar a mediados de marzo, época en la que incluso nieva en Nueva York (como pasó pocos días después), así que aproveché para levantarme bien temprano y recorrer el puente a pie, desde Brooklyn hasta Manhattan, siempre con el sol a la espalda. Ninguna fotografía terminaba de convencerme, sobre todo por la falta de gente en el puente, un elemento que siempre quiero que aparezca en mis fotos de ciudades, y por los pequeños andamios repartidos a lo largo de las diferentes zonas del puente. Al llegar al segundo soporte, el sol estaba ya muy alto, y me dio por mirar hacia atrás. En 5 minutos estaría justo sobre la perpendicular del puente, creando un bonito contraluz e iluminando los tirantes desde arriba, así que sencillamente esperé. Tuve 30 segundos para hacer varias fotografías con el sol sobre el puente, siendo la que más me gustó esta de la corredora flotando en el aire, entre los conos, con la profundidad que dan los tirantes iluminados por el sol. En fotografía es muy importante esperar y, con suerte, las escenas acaban por aparecer, ya sea por un corredor que flota en el aire o, en el más común de los casos, por una bicicleta que se cruza delante de tu cámara.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 24-70 f2.8L @ 24mm

1/200 seg. f/7.1. 160 ISO Filtro polarizador B+W

El procesado de esta imagen es muy sencillo, como el de casi todas las fotos de este eBook. Gracias al amplio rango dinámico de la cámara full frame, no hay excesivo problema en quemar el sol un poco o en empastar las sombras, por lo que me limité a aumentar el contraste general de la fotografía, para así resaltar las formas, y a darle más intensidad a los colores. Un poco más de enfoque y detalle nunca viene mal, así como poner a mi gusto ese cielo azul de invierno. Si la foto está bien hecha, no hace falta perder mucho tiempo con el Lightroom ni con el Photoshop.

Isla de Skye, Escocia. 2013

Isla de Skye, Escocia En verano de 2013 viajé a Escocia, una región que me cautivó por sus grandes paisajes, los más espectaculares que había visto nunca. Eso sí, tanto verde y tanta cascada tienen un precio: me llovió casi todos los días. Como no hay mal que por bien no venga, y en Escocia el tiempo cambia cada cinco minutos, tras el chaparrón normalmente aparecía el colorido arcoíris. Hubo un día que vi unos cinco o seis arcoíris diferentes. Así de caprichoso es el tiempo en Escocia. La Isla de Skye, la mayor de las islas Hébridas Interiores, era uno de los puntos fuertes de aquel viaje, ya que en ella se halla gran parte de los iconos naturales de Escocia, como es el Old Man of Storr y las montañas Quiraing, formaciones surgidas de su pasado volcánico. Skye ha sido usada como inmenso plató para multitud de películas y series, como por ejemplo: Los inmortales, Stardust o Juego de Tronos. Que sea uno de los lugares emblemáticos para fotografiar en Escocia no quiere decir que allí el tiempo sea mejor y, en los tres días que estuve en la isla, creo que sólo paró de llover durante 5 horas. Evitando que el desánimo me venciera, seguí recorriendo la isla, a ver si en algún lugar paraba el diluvio y conseguía alguna foto. Ese momento llegó cerca del atardecer del último día cuando, estando cerca de la costa, paró el aguacero y salió de nuevo el arcoíris. Detuve el coche y busqué algo para encuadrar con el arco de luz y así construir una imagen interesante. Vi la casa blanca con techo oscuro y no dudé un instante. La foto original es muy apagada e incluso desagradable, pero un buen procesado mejora mucho el momento captado, demostrando una vez más lo importante que resulta este paso en la fotografía de naturaleza.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 24-70 f2.8L @ 24mm

1/160 seg. f/10. 160 ISO Sin filtros

El procesado de esta fotografía es bastante intenso, más que nada porque el día estaba muy apagado, por lo que no hay sombras que ensalcen el paisaje. Se puede intuir el fuerte viento en las ondulaciones del mar, que le dan un aspecto pictórico a la toma. El recorte en formato panorámico favorece claramente a la fotografía, ya que evita parte de ese cielo tan plomizo. Como el motivo principal es el arcoíris, di bastante intensidad a los colores, hasta llegar a percibir trazos de un segundo arcoíris reflejado, que no se veía en un primer momento. El levantamiento de las sombras, enfoque y nitidez son los pasos finales para terminar esta fotografía de tan marcado carácter escocés.

Skyline de Nueva York, 2014

Skyline de Nueva York Mi objetivo en el viaje de 2014 a Nueva York era el de hacer bonitas fotografías desde los mejores miradores de la ciudad y, sin duda, uno de los más carismáticos es el del parque del puente de Brooklyn. Esta nueva zona de esparcimiento surgió al recuperar el espacio sin usar del puerto, ofreciendo unas magníficas vistas del skyline de Manhattan, sobre todo al atardecer. Recién llegado a Nueva York, y tras dejar el equipaje en el alojamiento, mi primera parada fue este parque, al que tantas ganas le tenía tras la horrible foto que había hecho en mi viaje anterior. Imagínate, sin trípode y abusando del ISO al no poder apoyar la cámara en la estrecha barandilla. Como la experiencia es un punto, esta vez me informé bien y me conciencié de que tendría que cargar con el trípode, yo o mi compañera de viaje, la sherpa oficial. Llegamos pronto al parque con intención de buscar los mejores lugares para hacer fotos, y así perder el mínimo tiempo posible una vez que la luz fuese la deseada. La caída del sol fue muy aburrida, así que hubo que esperar hasta que se encendieran los rascacielos para tener una fotografía más interesante. Para el primer plano busqué los palos de madera en los que descansan las gaviotas, que sabía que existían por haberlos visto en imágenes de otros autores. Lo que no me esperaba era que el mejor encuadre fuera desde una rampa que baja hasta el mar y a la que una enclenque cadena prohibía el acceso. Ningún problema, ¡seguro que por 10 minutos no iba a pasar nada! Y así fue. Instalé el trípode, configuré la cámara al máximo tiempo de exposición que permitía, 30 segundos, y a esperar resultados. Justo lo que buscaba.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 24-70 f2.8L @ 25mm

30 segs. f/5.6. 160 ISO Uso de trípode

En la fotografía nocturna de ciudades hay que ser muy cuidadoso con las fuertes luces de los edificios y las sombras de los lugares sin iluminar, por eso es importante medir bien la luz y hacer la fotografía en RAW. Con una buena toma, el procesado en este caso se limita a un pequeño recorte, a potenciar el contraste y los colores existentes y a corregir la gran iluminación de lo alto de los rascacielos. No me gusta borrar elementos de las fotos, por eso dejé la estela de luz del avión arriba a la derecha, para darle un toque de realidad a la imagen.

Pico de las Nieves, Gran Canaria. 2014

Pico de las Nieves, Gran Canaria En septiembre de este año hice uno de los viajes que más me han gustado, y fue bien cerquita, a las Islas Canarias. Tenía 3 semanas para recorrer Gran Canaria (la isla que me vio nacer), El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife, por ese orden. El objetivo principal era fotografiar los rincones naturales más bonitos de las islas afortunadas, teniendo en cuenta que sólo disponía de una oportunidad para sacar la mejor imagen de cada lugar, así que debía informarme muy bien sobre las condiciones meteorológicas. Lo bueno de las Islas Canarias es que siempre hace buen tiempo, fotográficamente hablando, en una zona u otra de cualquiera de las islas. Por ejemplo, el día de esta foto, hacía un sol de justicia en Maspalomas, donde estaba alojado, pero al conducir hacia el centro de Gran Canaria, una densa niebla comenzó a extenderse alrededor. Según se aproximaba el atardecer parecía que aquello no iba a despejar, pero aun así, subí -mejor dicho, condujehasta la cima del Pico de las Nieves, la montaña más alta de Gran Canaria, con 1.949 metros. La espesa niebla cubría totalmente la isla, pero por lo menos se veía el Teide al fondo, imponente. El sol ya había desaparecido del horizonte cuando, en un instante, las nubes se movieron dejando ver el Roque Nublo, una de las formaciones más reconocibles de la isla. Menos mal que estaba preparado para que ocurierra algo así, y ya tenía puesto el teleobjetivo y desplegado el trípode para hacer fotos al Teide, así que sólo tuve que reencuadrar la cámara para hacer una de las fotos que más me gustaron de este viaje. Por muy malo que esté el tiempo, siempre puede mejorar. Aquella noche, incluso se llegó a ver la Vía Láctea.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 70-200 f2.8L @ 185mm

1,6 segs. f/8. 100 ISO Uso de trípode

La fotografía original está un poco subexpuesta, para evitar perder detalle en el perfil del Teide, ya que la luz disminuía rápidamente y en este caso resulta mejor quedarse corto que quemar el gran volcán. Con el primer ajuste automático de Lightroom ya veo que la fotografía tiene muchas posibilidades, así que la trabajo un poco más, levantando sombras y potenciando colores, y en pocos minutos tengo una bonita imagen en la que se ve el Roque Nublo de Gran Canaria con el Teide al fondo. Quité también alguna mancha del sensor, que eso siempre molesta.

Celebración del Año Nuevo Chino, Madrid. 2012

Celebración del Año Nuevo Chino, Madrid Las mejores fotos siempre suelen aparecer por casualidad, así como los mejores momentos para fotografiar. Me encontraba en la capital de España, Madrid, con motivo de la feria de turismo FITUR. El sábado, por la mañana temprano, salí del hotel para tomar el metro en Gran Vía, con la suerte de encontrarme en plena celebración del Año Nuevo Chino. Como aquel día no tenía ninguna reunión (de haberla tenido, no me habría quedado otra que cambiarla), y la fiesta me llamaba mucho la atención, me dispuse a hacer fotos con el único objetivo que llevaba encima, el 50 milímetros fijo, ya que iba ligero de peso. Al salir del hotel, no creí que me alejaría del recinto ferial en todo el día. Estoy acostumbrado a fotografiar con un objetivo zoom 24-70, así que aquel era un buen momento para probar qué tal me las apañaba con un objetivo fijo. Las sensaciones fueron magníficas y las fotografías iban apareciendo poco a poco, sin importar que a veces los motivos me quedasen un poco lejos o un poco cerca. Pensando y moviéndome, al final podía resolver las situaciones de manera más que digna.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 50 f1.4 @ 50mm

1/320 segs. f/2.8. 100 ISO Sin filtros

Como iba con un objetivo de gran luminosidad, me centré en retratar los coloridos vestidos ceremoniales que había por toda la Puerta del Sol. De refilón, vi a esta mujer haciéndose un selfie con el móvil.

En fotografía de calle, si tienes que procesar mucho una imagen es que algo has hecho mal en el momento de la captura, ya sea por la fugacidad del momento o por tener mal ajustada la cámara.

Un buen instante en el que se conjuga la modernidad con la tradición, algo tan unido a la cultura china. Encuadré para no aparecer en el móvil y que se viese bien la escena. Click.

En este caso, la captura original es muy correcta, por lo que sólo tuve que aumentar el contraste -un poco bajo por estar en zona de sombra-, aplicar el enfoque estándar de todo RAW y aumentar un poco la intensidad de los colores, ya que al ser una fiesta, quería que los colores brillasen.

Este es un encuadre que se usa muchísimo en los últimos años para mostrar que los móviles, y los selfies, están por todos lados y en todas las fiestas.

Para potenciar el motivo principal de la fotografía, el selfie en el móvil con el vestido, subí un poco la exposición en esa zona.

Festival aéreo de Gijón, Asturias. 2014

Festival aéreo de Gijón, Asturias Los festivales aéreos son un gran momento para sacar fotografías. Y tengo la suerte de que en la ciudad en que resido, Gijón, se celebra todos los veranos un festival aéreo. Aunque todos los años es muy parecido, y ya casi sabes las piruetas que van a hacer los aviones, el ojo fotográfico y los gustos de cada uno cambian, por lo que siempre vuelvo a casa con imágenes diferentes y que cada vez me gustan más. El año pasado quise ir ligero, sin cargar con la mochila, para así poder meterme más en el mar -el festival se hace sobre la playa de San Lorenzo-, por lo que decidí ir únicamente con la cámara y el teleobjetivo, sin multiplicador ni nada. Al tratarse de una full frame, un 200 milímetros no es gran cosa, por lo que no iba a centrarme en sacar detalles de los aviones -algo imposible-, sino en sus piruetas y en cómo se relacionaban con el público asistente. Uno de los momentos más esperados del festival es siempre la actuación de la Patrulla Águila, una de las mejores formaciones aéreas de la actualidad, y que en todo momento sorprenden con sus arriesgadas maniobras ejecutadas con precisión.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 70-200 f2.8L @ 200mm

1/640 segs. f/3.2. 200 ISO Filtro polarizador B+W

Y además, los aviones echan humo blanco. Siguiendo la evolución del espectáculo, sabía que en los giros muy fuertes las alas hacían estelas blancas, así que sólo tenía que fijarme bien y esperar el momento exacto.

El procesado de esta fotografía me gusta especialmente, ya que realzo algo que muchos consideran negativo en los objetivos, el viñeteo. De esta forma le doy más carácter al momento, así como un aire antiguo que le sienta muy bien.

Click. Ahí estaba lo buscado.

Sigo un procesado estándar, con un reencuadre que mejora la foto, aumento el contraste general, potencio un poco los colores, y subexpongo bastante los negros para marcar más el viñeteo, que se siente diferente al añadido digitalmente.

En lo que respecta al color especial que tiene el cielo, es el producido por el bochorno de verano y el potente filtro polarizador, que siempre ayuda para hacer cielos más interesantes.

Ya sabes, cuanto menos procesado, mejor quedan las fotos.

Mazo de Mazonovo, Asturias. 2014

Mazo de Mazonovo, Asturias El occidente de Asturias es una zona muy montañosa con grandes reservas de hierro y agua, por eso desde tiempos inmemoriales existe el oficio de herrero en la zona de Taramundi. Tenía muchas ganas de fotografiar a varios herreros tradicionales trabajando, unos en talleres un poco más modernos, y otros en los más tradicionales, como es el mazo de Mazonovo, en el que se encuentra el ferrero Friedrich. Este mazo tiene la peculiaridad de que es totalmente original, siguiendo el ancestral método de forja inventado hace siglos, en que el agua se convierte en el principal motor de la herrería, impulsando el mazo y el fuelle usado para avivar el fuego. El mazo lo puede visitar cualquier persona, con la posibilidad de forjarse su propia punta de hierro, pero aun así solicité permiso para hacerle fotografías y que no le pillase de improviso. Antes de llegar al mazo, hice una pequeña investigación para ver cómo era el lugar y qué posibilidades ofrecía. Era ya de noche y en el lugar sólo funcionaba uno de los focos, por lo que el ambiente era de lo más misterioso, aunque un poco puñetero para hacer fotografías. Sin problema, me gusta usar ISOs altos. Siempre que hay que subir mucho el ISO es porque estás en sitios interesantes, como en esta ocasión. Cuando Friedrich puso la pieza de metal en las brasas y abrió el fuelle, saltaron chispas de forma espectacular, momento que quise retratar, así que usé una velocidad un poco baja, y disparé una buena secuencia, sin ráfaga. Es en esta foto en la que más chispas se ven, y por ello resultó escogida.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 24-70 f2.8L @ 40mm

1/50 segs. f/3.2. 1600 ISO Sin filtros

Las condiciones de luz de esta fotografía son difíciles. En el taller del herrero sólo funcionaba una luz, por lo que el entorno se ve muy oscuro, y la llamarada de fuego es muy brillante, por lo que pone al límite el rango dinámico del sensor. No quería usar flash, para no matar el ambiente. Que el fuego salga quemado en una escena como esta es normal (es lo que tiene el fuego, quema cosas), sobre todo si queremos que se distinga un poco el entorno, así que en el procesado me centré en recuperar las altas luces y en potenciar el color del fuego. Un aumento de contraste y un ligero retoque de las curvas hace el resto. Tenemos una bonita fotografía de un herrero asturiano tradicional en plena faena. Casi se siente el fuego.

Mirador de la Luna, Cataluña. 2015

Mirador de la Luna, Cataluña La zona del prepirineo tiene espectaculares miradores, como este de La Luna, que descubrí por casualidad al ir hasta Berguedá a ver las últimas construcciones de Gaudí que aún me faltaban por visitar: los Jardines Artigas y el Chalet de Catllarás. En el camino al refugio de montaña abandonado, creado para los trabajadores de Güell por la mano de Gaudí, vi que había una plataforma metálica en lo alto de la montaña, así que eso sólo podía significar que allí arriba había un mirador. Conduciendo con cuidado por la pista de tierra, que en algunos tramos era bastante complicada para el turismo en el que iba, llegué hasta el inicio de la senda del mirador, según rezaba el cartel. Unos 200 metros y una fuerte cuesta con escaleras me separaban del mirador, al que llegué justo para captar este espectacular atardecer con los Pirineos al fondo (el de las fotos pequeñas). La técnica es la habitual en fotografía de naturaleza: trípode robusto bien colocado, cámara con angular o teleobjetivo, según lo que queramos captar, algún filtro que nos pueda ser de utilidad (en mi caso, en vez de filtros degradados neutros, prefiero sacar tres tomas a distinta exposición y juntarlas en postprocesado, haciendo un HDR. Con esto evito cargar más peso y tener que preocuparme de los filtros, que son muy delicados). En este caso no hizo ni falta HDR.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 70-200 f2.8L @ 95mm

1/200 segs. f/5.6. 160 ISO Trípode Vanguard VEO 285 AB

Se ve claramente que la imagen principal está subexpuesta, al haber hecho la foto rápidamente. Menos mal que en el postprocesado pude recuperar las sombras sin mucho ruido, y darle el toque azulado que quería. La otra fotografía, con el sol cubierto parcialmente por una nube, la pongo para ilustrar lo importante que es el postprocesado en estas fotografías de naturaleza. La original es la que obtendrías directamente de la cámara, algo muy aburrido. La procesada es del estilo que se suele ver en los fotógrafos de naturaleza. En 2 minutos se puede conseguir esta mejoría, siempre y cuando expongas bien el sol y tengas claro qué parámetros tocar en Lightroom.

Fotografía original Canon 5D Mark II Canon 24-70 f2.8L @ 24mm

Fotografía procesada 1/160 segs. f/9. 320 ISO Trípode Vanguard VEO 285 AB

Museo del Louvre, París. 2014

Museo del Louvre, París Hay museos en el mundo, como el del Louvre, que han sido ya tan fotografiados que resulta difícil hacer algo un poco original y diferente. El patio central del museo del Louvre está más que retratado, con esas vanguardistas pirámides de cristal que tanta disparidad de opiniones generaron en su momento, pero que tan bien quedan en fotografías, sobre todo a la hora azul. Como el día amenazaba lluvia y el cielo estaba horrible, busqué otro ángulo en el que el cielo no tuviera tanto protagonismo. Lo encontré en este pasillo que da acceso al museo, por el que caminé a la salida del mismo, tras visitarlo. Este encuadre, aunque efectivo, también está muy visto, por lo que esperé a que pasase gente y ver si podía hacer algo un poco más interesante. Tuve la suerte de que un grupo de estudiantes se pusiera a caminar por el pasadizo, y a uno de ellos, amante del rock, supongo, le diera por levantar las manos y hacer unos cuernos a mi cámara. Seguro que el chaval no sabía que estaba haciendo una forma similar a la torre del Louvre del fondo, pero nada más verlo por la cámara, hice varias fotos. Momento perfecto. Click. El chaval se rió con sus amigos por su gesto espontáneo, y yo también me reí con ellos para darle las gracias por lo simpático de ese gesto surgido al azar que tan bien completa la fotografía. Las mejores fotografías salen sin esperárselas, pero hay que estar preparado para hacer la foto adecuada en el momento justo, siempre con el dedo en el disparador.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 24-70 f2.8L @ 62mm

1/250 segs. f/3.5. 160 ISO Sin filtros

En esta imagen, lo importante es el momento captado y la repetición de formas, por lo que me limité a un procesado básico y correcto que potenciara la fuerza del momento. El primer paso fue enderezar un poco la fotografía, ya que es muy importante que las líneas estén perfectamente verticales, aunque no hizo falta corregir la distorsión del objetivo, al ser mínima. Después, aumenté el contraste para potenciar las manos, un poco más de intensidad en el color, enfoque, recuperación del cielo para que no quedara tan feo y ¡foto terminada! En total, no me llevaría más de 2 minutos procesar la fotografía, mejorando mucho esta tras el proceso.

Playa de San Lorenzo, Gijón. 2014

Playa de San Lorenzo, Gijón Varias veces al año, en las costas del mar Cantábrico hay fuertes tormentas con grandes olas, llamadas en Asturias ‘mareonas’. Al ser Gijón una ciudad con costa, estas mareonas se convierten en un gran espectáculo para sus habitantes, que acuden al paseo de la playa de San Lorenzo para verlas de cerca. Nosotros, los fotógrafos, tampoco nos perdemos una, ya que las olas son tan grandes y fuertes que resultan realmente espectaculares, e incluso podemos tener la suerte de que el oleaje ocurra en un día soleado, como fue el caso. Puse el teleobjetivo para intentar capturar alguna gran ola chocando contra el paseo que se ve al fondo, porque las hubo más altas que las propias esculturas. Entonces estaba en una zona del paseo de la playa donde las olas no rompían directamente, pero de vez en cuando levantaban espuma al chocar con las rocas de la costa. Justo en el momento en que estaba concentrado en las olas del fondo, una grande chocó en la parte del muro donde me encontraba y cubrió todo el encuadre con gotas de mar. Click, click, click. Al estar enfocando al fondo, las gotas no sólo no molestan, si no que dan más sensación de temporal, al sentir que el agua te da en la propia cara. Aunque estaba en una zona segura, y a varios metros de la barandilla, hay que tener en cuenta que en estas situaciones nada está controlado, por lo que hay que extremar las precauciones y situarse lo más lejos posible de la costa. Ya van unos cuantos a los que se lleva el mar por hacer fotos con el móvil demasiado cerca.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 70-200 f2.8L @ 200mm

1/320 segs. f/14. 160 ISO Sin filtros

Las fotografías a contraluz son de las que más agradecen el procesado, aunque sea muy rápido y sencillo, como en este caso. Aquí, lo único que hice fue aumentar bastante el contraste, sobre todo bajando mucho los negros, recuperar un poco la zona del sol, y subir la saturación de color. Al ser una hora próxima al atardecer, el color amarillo predomina en la escena y en este caso no está aumentado en el procesado. Con la saturación general ya aparece ese tono amarillo tan bonito. Para terminar, un poco de enfoque y fotografía lista.

Puente de las Cadenas, Budapest. 2015

Puente de las Cadenas, Budapest Esta es la fotografía más moderna de este eBook, y posiblemente también la que más me gustó del viaje a Budapest, porque refleja un poco lo vivido durante el viaje a esta fotogénica ciudad. Era el primero de los tres días que estuve en Budapest, y como sólo tenía la tarde disponible, fui directamente hasta el Danubio, ya que esta es la zona con las mejores vistas al atardecer. Estaba cruzando el puente de las Cadenas, parándome cada poco para fotografiar el sol cayendo detrás de las colinas y a los turistas sobre el puente, cuando, en el segundo pilar, me encontré con esta chica posando para que su amiga le hiciera una foto con el móvil. Inmediatamente me fijé en que armonizaba muy bien con los colores grises y azulados del puente, al ir con ropa muy sobria y sin letras, además de que estaba mirando justo hacia el Danubio. Encuadré con una ligera inclinación, sin llegar al ángulo holandés, para situar el otro pilar del puente por debajo de su mirada, y que así tuviera más presencia la chica en la fotografía, además de lograr una mayor sensación de profundidad en la imagen. Hice dos fotos en el momento, y esta fue la única en la que estaba mirando hacia el Danubio. Tuve la suerte de que la gente del fondo miraba en la misma dirección, enfatizando más su importancia, y que la mujer de negro no quedase cortada. La foto quizás sería mejor si no hubiera gente en el puente y la chica estuviera situada un poco más a la izquierda, pero esto es la vida real y no siempre está todo en el sitio que quieres, teniendo que encajarlo lo mejor posible. Aún así, estoy contento con el resultado.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 24-70 f2.8L @ 24mm

1/250 segs. f/2.8. 3200 ISO Filtro polarizador B+W

El procesado de esta fotografía es muy leve, pues me limité a aplicar los ajustes por defecto que hago a todas las fotos. Contraste, enfoque y saturación. El aspecto antiguo o vintage se debe a estar tomada al atardecer -justo cuando una montaña cubría el sol pero éste aún no había superado el horizonte- y al filtro polarizador, que enfatiza los tonos azulados. Con subir un poco la temperatura de color para no dar un aspecto tan triste y apagado, la foto ya está terminada. No hace falta ni reducir el ruido, que aunque sea alto, le queda bien. Como es muy importante la gama de colores fríos de la imagen, desaturé las minúsculas zonas amarillas y rojas, para no desviar la mirada. Pequeños detalles que aportan mucho.

Estación de Cité, París, Francia. 2014

Estación de Cité, París, Francia Acababa de visitar Notre Dame, en la Île de la Cité, e iba a tomar el metro para ir hasta la Torre Eiffel a ver el atardecer, cuando al entrar en la estación de Cité, me sorprendió su estilo modernista tan a lo Metrópolis. Inaugurada en 1910, entrar en esta estación es como viajar un siglo atrás en el tiempo, y es que París sorprende en cada rincón. Tanto me gustó la parada que me puse a hacer fotos a todos los detalles que veía, y eso que aún no había llegado a los andenes. Bajando por las escaleras se empezaba a ver el túnel del metro y daba la casualidad de que dos trenes estaban parados en el andén. Hice varias fotos, pero no terminaba de gustarme ninguna. Los trenes eran muy oscuros y no se veía gente en las imágenes. En un momento concreto, el tren situado en el andén más cercano se fue y dejó a la vista las ventanas del otro, el de al lado, con esa mujer de rojo situada en el lugar justo para contrarrestar la fuerza del anuncio rojo de la izquierda y complementar el colorido de la escena. El cartel azul, aunque llamativo, no molesta en ningún momento y ayuda a situar la fotografía en Francia. Un instante perfecto en el que unir el estilo modernista del metro de la Ciudad de la Luz con su uso cotidiano por parte de los habitantes, en una imagen que transmite un estilo totalmente parisino. No en vano, París, junto a Nueva York, son las ciudades donde más grandes fotógrafos han hecho la mayor parte de su trabajo, y es que, si estás atento, hay grandes fotos en cualquier rincón de estas ciudades. Muchas veces no es fácil verlos sin repetir las imágenes ya tomadas por otros, pero ahí están.

Fotografía original, tal cual salió de la cámara Canon 5D Mark II Canon 24-70 f2.8L @ 48mm

1/125 segs. f/2.8. 3200 ISO Sin filtro

La fotografía original está sorprendentemente bien expuesta a pesar de la oscuridad del metro y del amplio rango lumínico. Aun así, le falta un poco de énfasis en el motivo principal de la fotografía: la mujer de rojo sentada en el vagón. Toca ponerse manos a la obra: Suave aumento del contraste general, levantamiento de las sombras para que los vagones se distingan mejor, y saturación de los colores, sobre todo el rojo y el naranja, pero tampoco demasiado para no darle un efecto de dibujo animado. Estamos ante una escena cotidiana, por lo que un procesado correcto y sobrio es más que suficiente para tener una bonita foto de París.

Fin Todas las semanas hay artículos nuevos en machbel.com, así que no te olvides de visitar la página para inspirarte y planear mejor tus viajes. Soy especialista en viajar bien y barato. Tampoco te olvides de seguirme en las redes sociales, donde cuento en todo momento mis viajes y publico más fotografías. ¡Me encanta descubrirte los lugares maravillosos del mundo!

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