Una aventura sensible

7 jun. 2009 - “La animación es una coreografía. Tratamos de esculpir al personaje y, después, darle su espíritu. Esta película es una celebración de la.
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Espectáculos

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Domingo 7 de junio de 2009

CINE Estreno de Pixar: Up: una aventura de altura

Una aventura sensible Continuación de la Pág. 1, Col. 4 cuente a lo Disney, aunque pertenezcan a ese imperio desde 2006, pero la magia está en su gente, en sus productos y no tanto en el exterior. Ahora, apenas uno entra en su pabellón principal todo está decorado como si se tratase de una película de aventuras de los años 20. Es la celebración de Up: una aventura de altura, otra de esas jugadas atípicas que acostumbran hacer estos impresionantes creativos, que se estrenará este jueves en la Argentina, con la técnica de 3D. Su protagonista es Carl, un vendedor de globos de 78 años que, tras la muerte de su esposa, planea cumplir aquellos sueños que compartía con ella. Y esos sueños son los de un chico de imaginación profusa que sueña con explorar paraísos perdidos y encontrar especies animales desconocidas. A su aventura se suman un boy-scout tan adorable como parlanchín, un perro increíblemente real salvo por el hecho de que puede hablar, y una especie de grulla gigante multicolor. Periodistas de todo el mundo, invitados por la productora, fueron citados allí para la primera proyección con público, en el cine de Pixar. Y, al finalizar, todos los creativos –incluido el director Pete Docter– quedaron expectantes. El aplauso final los hizo respirar tranquilos. Pero estuvieron atentos a cada mirada o expresión de sorpresa, a cada sonrisa o momento de emoción. “Esta es una película sobre las relaciones, una historia distinta que nos permite transmitir emociones intensas. Fue un gran desafío. Cuando Pete nos describió el proyecto lloró de la emoción. Queríamos transmitir eso mismo”, dijo Jonas Rivera,

productor del film. “Las relaciones entre un hombre y una mujer, entre dos niños y entre los seres humanos y los perros. Todo eso refleja amor”, agrega el director. Hace más de una década, a Docter se le ocurrió la idea de Monsters, Inc. inspirado en sus miedos de la niñez sobre la existencia de monstruos debajo de su cama. La idea ahora partió de esas viejas películas de aventuras que se pasan, cada tanto, por la TV y de una combinación de sentimientos y valores. “Enseguida pensamos en un anciano gruñón, rutinario. Nunca las personas mayores son protagonistas y son los que tienen las mejores historias”, cuenta el director y guionista. Y enseguida vino a su mente la espléndida relación que tuvo en sus comienzos como animador con uno de sus maestros: Joe Grant, a quien conoció cuando ya tenía 90 años. “Fue uno de los legendarios animadores que crearon muchos clásicos de Disney. Incluso formó parte del equipo de Blancanieves y los siete enanos, en 1937. Era sabio y me transmitió la importancia de la emoción en el cine animado. Lo adoré y siempre lo tomé como referente. Carl, el personaje central, tiene mucho de Joe, y también me conmueve pensar en eso.” A su vez, este viejito con aspecto de marioneta de esponja, pero tan real, estuvo también físicamente inspirado en el actor Edward Asner, quien le prestó su voz. “La animación es una

uno de los personajes. En cambio, Russell es un círculo, igual que Dug, el perro. Es lenguaje animado”. Muy cerca de su oficina hay una gran sala de ensayo con enormes espejos para los brainstormings. “Los animadores somos como los actores y hasta como los coreógrafos. Reproducimos emociones de la misma forma que ellos. Damos ilusiones porque en cada paso hay que dejar en claro que algo fantástico puede ocurrir”, agrega Scott Clark, supervisor de animación. Uno podría quedarse horas y horas hablando con animadores, dibujantes, guionistas y demás creativos de una película como ésta. ¿Qué los hace tan particulares y entusiastas? Depositan su ego en sus personajes. Cuando hablan de estas criaturas lo hacen como si estuvieran enamorados. Y no hablan de ellos mismos sin parar. Es más, les gusta algo del anonimato que da el mismo atractivo de sus películas. “El amor por la creación, en la animación, es difícil de describir. Y por eso todos tenemos distintas nacionalidades y estamos acá. Cuando amás algo intensamente, se da”, describe López. FOTOS DE BUENA VISTA

El universo Pixar El ícono de estos estudios de animación en sus jardines (izq.) y las hermosas imágenes de este film que habla de los sentimientos

coreografía. Tratamos de esculpir al personaje y, después, darle su espíritu. Esta película es una celebración de la vida y está llena de metáforas y simbolismos. Por ejemplo la casa, que es un personaje más. En sus colores está representado el espíritu de Ellie, la esposa de Clark. El lenguaje de Up es la

simplicidad, es básicamente emocional”, describe el español Daniel López, director de arte y diseñador de personajes. “Con el diseño de Carl fuimos muy cuidadosos. Es cuadrado porque representa su personalidad. Tiene hasta pecas en las manos. Es que tenemos mucha información de cada

La casa que vuela Pero Carl no sólo vive de las grandes aventuras, sino de aquellas pequeñas cosas que suceden diariamente y que, cuando algo potente como una pérdida, altera esa rutina, se vuelven esenciales. “Hay momentos fuertes en el film que fueron realizados con mucho cuidado. Teníamos mucha expectativa en la reacción de ustedes al ver la escena en la que Carl le da un bastonazo al tipo del geriátrico. Ese momento causa risa, pero cuando empieza a emanar sangre de la frente del personaje, es

muy fuerte. Pero está muy justificado y la escena siguiente, definitoria en la acción, te eleva del mismo modo que a Carl y a su casa lo elevan los globos”, explica Docter. Es que este abuelo de apariencia rígida, pero extremadamente sensible hace elevar a las alturas su vieja casa con todos sus globos, para encontrar aquel paraje remoto del Tepuy, en la triple frontera entre Venezuela, Guyana y Brasil. ¿Cómo se hace creíble una casa que vuela gracias a simples globos atados? Los avances de la técnica de animación han ahondado en una posibilidad real como para hacer palpable esa fantasía. “Hicimos un estudio y, en realidad, se necesitarían 26 millones de globos para hacer volar una casa victoriana como la de Carl y Ellie. Pero acabamos utilizando casi 21.000 globos en el momento en que la casa remonta vuelo, y casi la mitad cuando ya está recorriendo el continente por el aire. No fue fácil. El movimiento de un globo debe responder a los otros miles de globos. Pero ese desafío, sumado a los colores y transparencias de cada uno, fue fantástico de lograr gracias a nuestros efectos especiales. Lo mismo ocurrió con la escena de la tormenta o con el zeppelin”, explicó Steve May, supervisor de dirección técnica de la película. A su vez, aunque se enorgullecen del 3D de la película, no sienten que sea lo principal. “No quisimos que produzca el impacto ese de querer agarrar los globos con la mano. No me gusta que la pantalla te invada y siempre estuve precavido con el 3D. Lo utilizamos para que nos ayude a contar la historia y para que sea una ventana a través de la que el espectador se puede meter”, concluye Docter.

De Tucumán a los estudios Pixar, en San Francisco De pronto, al ver tantas nacionalidades trabajando, surge una pregunta: ¿hay algún argentino? Sí, claro. Y aparece rengueando tras un partido de fútbol y con un reconocible acento tucumano. Se trata de Gastón Ugarte, director técnico de modelado y escenografía, de Pixar. En lo que respecta a Up, trabajó “en toda la parte orgánica de los sets de la selva y Venezuela; y en el vecindario de Carl. Para esas escenas modelé todos los vehículos de construcción y los autos también”, explica.

Gastón Ugarte y el perro Dug

Gracias a un gran esfuerzo de su familia llegó a estudiar animación a los Estados Unidos hace diez años y pasó por estudios pequeños y grandes, hasta llegar a Pixar hace dos años y medio. “Acá no entra cualquiera, es muy difícil. Casi siempre se contrata a gente que lleva varios años en la industria y con experiencia. Trabajé en Charles y tres años en Sony”, cuenta. Aprendió el “manual Pixar” sobre el final de la gestación de Ratatouille, y fue creciendo en cargo hasta llegar adonde está actualmente. “Pixar está dirigido por artistas y eso marca la diferencia. En otras empresas la gente corporativa es la que termina tomando las decisiones. La buena onda que vez por los pasillos no es ficticia. Acá hay verdaderamente gente humilde y creativa. Al principio dudaba de todos, pero me di cuenta de que son auténticos. El entusiasmo por cada proyecto no te hace reparar en el ego propio”, concluye.