THE QUEEN OF PEACE DID NOT LONG DELAY her August

TO THE IMMACULATE HEART OF MARY. Part 21. THE QUEEN OF PEACE DID NOT ... and Francisco were pasturing their sheep around 4:00 in the afternoon.
273KB Größe 1 Downloads 3 vistas
P REPARING FOR THE C ONSECRATION OF THE A RCHDIOCESE OF S AN F RANCISCO TO THE I MMACULATE H EART OF M ARY Part 21

Our Lady of Fatima and the shepherds, Church of San Domingo, Portugal. Photo by José Luiz Bernardes Ribeiro

THE QUEEN OF PEACE DID NOT LONG DELAY her August visit to the children. On Sunday, August 19, Lucia and Francisco were pasturing their sheep around 4:00 in the afternoon. Jacinta was not with them. At that moment, Lucia saw the preparatory signs of the apparition and begged her brother, John, to go fetch Jacinta. She even paid him a few pennies for the errand after he initially refused. As Francisco and she waited for Jacinta, they saw the characteristic light descend this time upon a little bush. They were in the place where twice they had received the visit from the Angel of Peace the previous year. At the moment Jacinta arrived, Our Lady appeared. Lucia greeted her with her customary obedient humility: “What do you want of me?” “Come again to the Cova da Iria on the thirteenth of next month, my child, and continue to say the Rosary every day. In the last month I will perform a miracle so that all may believe.” “What are we to do with the offerings of money that people leave at the Cova da Iria?” “I want you to have two ardors (platforms for the carrying of statues in procession) made, for the feast of Our Lady of the Rosary. I want you and Jacinta to carry one of them with two other girls. You will both dress in white. And then I want Francisco, with three boys helping him, to carry the other one. The boys, too, will be dressed in white. What is left over will help towards the construction of a chapel that is to be built here.”

We see here how Our Lady approves of and loves public processions and devotions in her honor. Having received these instructions, Lucia then asked for the cure of some sick people. “Some I will cure during the year.” Then Our Lady looked sadly at them, encouraging them in their vocation as victim souls: “Pray, pray very much. Make sacrifices for sinners. Many souls go to hell, because no one is willing to help them with sacrifice.” We see here how the salvation of many people depends on our personal fidelity to grace. Our Lady departed from the children, then, in her usual manner, towards the east. The children brought home branches from the bush upon which Our Lady had appeared. Manuel Marto always remembered the beautiful odor emanating from those branches, calling it “magnificent.” Even Lucia’s unbelieving mother could not deny the beauty of the odor of sanctity contained by the branches. Several days later, the children found a large rough rope in the lone street in Aljustrel. They cut pieces of the rope to wear around their waists, against the skin, to offer the discomfort as a sacrifice for the conversion of sinners, as Our Lady had urged them to do. A week earlier, on August 12, one day before Our Lady appeared without welcome at the Cova, Pope Benedict XV had sent a peace proposal, with a detailed and specific plan for a gradual end to the war, to all of the warring powers. It was met with unqualified approval only by Emperor Charles and King Ferdinand of Bulgaria. The other powers received the proposal, in the words of Warren Carroll, “as Arturo da Oliveira Santos had handled the Fatima children: questioned, locked up, threatened, and finally dismissed with contempt.” The insane, diabolical war went on. One wonders how many of the souls of the dying soldiers were saved at the last moment by divine grace through the Sacred Heart of Jesus and the Immaculate Heart of Mary, due to the sufferings of three little shepherd children of Fatima. †

LA REINA DE LA PAZ NO TARDÓ EN RETRASAR su visita de Agosto para los niños. El domingo 19 de Agosto, Lucia y Francisco estaban pastando sus ovejas alrededor de las 4:00 de la tarde. Jacinta no estaba con ellos. En ese momento, Lucía vio los signos preparatorios de la aparición y rogó a su hermano, Juan, que fuera a buscar a Jacinta. Ella incluso le pagó unos cuantos centavos por el recado después de que inicialmente el se negó. Mientras Francisco y ella esperaban por Jacinta, vieron la luz característica descender esta vez sobre un pequeño arbusto. Estaban en el lugar donde dos veces antes habían recibido la visita del Ángel de la Paz el año anterior. En el momento en que Jacinta llegó, apareció Nuestra Señora. Lucia la saludó con su habitual obediente humildad: "¿Qué quieres de mí?" "Vuelve a la Cova da Iria el día trece del próximo mes, hija mía, y continúa diciendo el Rosario todos los días. En el último mes haré un milagro para que todos puedan creer. " - ¿Qué vamos a hacer con las ofrendas de dinero que la gente deja en la Cova da Iria? "Quiero que tengas dos ardores (plataformas para el transporte de estatuas en procesión) hechos, para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Quiero que Jacinta y tú lleven uno de ellos con otras dos niñas. Ambas deben de ir vestidas de blanco. Y luego quiero que Francisco, con tres niños que le vayan ayudando lleven el otro. Los niños también deberán ir vestidos de blanco. Lo que sobre ayudará a la construcción de una capilla que se construirá aquí. " Vemos aquí cómo Nuestra Señora aprueba y ama las procesiones y devociones públicas en su honor. Habiendo recibido estas instrucciones, Lucía pidió la curación de algunos enfermos.

-Algunos Yo curare durante el año. Entonces Nuestra Señora los miró con tristeza, animándolos en su vocación de almas de las víctimas: "Recen, recen mucho. Hagan sacrificios por los pecadores. Muchas almas van al infierno, porque nadie está dispuesto a ayudarlas con sacrificio. " Vemos aquí cómo la salvación de muchas personas depende de nuestra fidelidad personal a la gracia. Nuestra Señora se apartó de los niños, entonces, en su manera usual, se fue hacia el este. Los niños trajeron a casa ramas del arbusto sobre el cual Nuestra Señora había aparecido. Manuel Marto siempre recordaba el hermoso olor que emanaba de aquellas ramas, llamándolas «magníficas». Incluso la madre incrédula de Lucía no podía negar la belleza del olor a la santidad contenido en las ramas. Varios días más tarde, los niños encontraron una gran cuerda áspera en la calle solitaria de Aljustrel. Cortaron pedazos de la soga para llevarlos alrededor de la cintura, contra la piel, para ofrecer la incomodidad como un sacrificio para la conversión de los pecadores, como Nuestra Señora los había instado a hacer. Una semana antes, el 12 de Agosto, un día antes de que Nuestra Señora apareciera sin ninguna bienvenida en Cova, el Papa Benedicto XV había enviado una propuesta de paz, con un plan detallado y específico para un final gradual de la guerra, a todas las potencias que estaban en guerra. Sólo recibió la aprobación incondicional del emperador Carlos y del rey Fernando de Bulgaria. Las otras potencias recibieron la propuesta, en palabras de Warren Carroll, "como Arturo da Oliveira Santos había manejado a los niños de Fátima: interrogados, encerrándolos, amenazándolos y finalmente despidiéndolos con desprecio". La guerra diabólica e insana continuó. Uno se pregunta cuántas de las almas de los soldados moribundos fueron salvadas en el último momento por la gracia divina a través del Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, debido a los sufrimientos de tres pequeños pastores de Fátima. †