Técnicas de Trasplante de Grandes Árboles y Arbustos Ornamentales

condición también es si es perenne o caduco. ... entre la planta y el agua disponible en el suelo, dicho en ... de la planta e incentiva el crecimiento de raíces.
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Cátedra Planificación de Espacios Verdes Materia: Manejo del suelo y la vegetación

Técnicas de Trasplante de Grandes Árboles y Arbustos Ornamentales



Búsqueda de Información y Compilación: Lic. Leandro N. Oxilia Supervisión y corrección: Ing. Agr. Elsa N. Faure

Trasplante de grandes árboles y arbustos ornamentales El trasplante es una práctica de la arboricultura que se emplea para cambiar la ubicación de un ejemplar arbóreo y/o arbustivo de un lugar a otro independientemente de su tamaño. Esta práctica siempre presenta un trauma fisiológico para los individuos. Por lo tanto, los motivos para realizar un trasplante deben estar criteriosamente fundamentados.

Criterios y trasplantar

condiciones

del

ejemplar

a

Los criterios a tener en cuenta para realizar la tarea de trasplante se los pueden dividir en dos áreas. Por un lado criterios culturales y estéticos y por otro lado las condiciones técnicas y fisiológicas. Dentro de los primeros se debe considerar la especie a trasplantar, ya sea por su valor ornamental o cultural; considerar la tasa de crecimiento, el factor tiempo posee gran valor para los árboles y arbustos. Por ejemplo un

individuo de crecimiento lento se lo considera para trasplante ya que su reposición con un individuo nuevo tardará muchos años en llegar a su tamaño; considerar la forma, ya que muchas veces crecen árboles cerca de construcciones altas o en cercanía con otros árboles o en zonas ventosas y por ende su arquitectura de ramas puede estar desbalanceada, desequilibrada. Por último, y no menos importante, debe considerarse el factor económico, en general los costos de las labores de trasplante son altos, por lo tanto hay que evaluar el costo-beneficio del trasplante respecto de una simple extracción y consecuente plantación de un ejemplar joven. Dentro de las condiciones técnico-fisiológicas se debe considerar las características del sitio destinado, esto implica evaluar los aspectos ambientales, topográficos, edáficos y del entorno para determinar si es un lugar propicio para esa o esas especies a trasplantar; estimar el desarrollo radical. Esto es muy importante ya que por cuestiones de tamaño y peso no se puede extraer la totalidad de las raíces de un árbol con la totalidad del volumen edáfico explorado. Por lo tanto se deben cortar raíces y disminuir considerablemente el volumen de tierra. Por consiguiente, se debe estimar el desarrollo radical de las especies para optimizar la extracción del volumen del pan de tierra con la mayor cantidad de raíces posibles. La distribución, arquitectura y densidad de las raíces depende de varios factores como genéticos (depende de cada especie), climáticos como precipitaciones, temperatura y vientos, calidad de suelo (textura, disponibilidad de nutrientes y agua), topografía, presencia de impedancias y de napas freáticas y por último el manejo del árbol (si fue plantado de semilla o si sufrió cortes de raíces anteriormente o si fue plantado con varios años de envasado de vivero en el mismo recipiente haciendo enroscar y estrangular las raíces). Generalmente en regiones con regímenes altos de precipitación las especies tienden a desarrollar raíces superficiales mientras en zonas de poca precipitación buscan humedad a mayores profundidades. La temperatura y vientos también influyen en el crecimiento de raíces, en zonas de altas temperaturas y mayor frecuencia e intensidad de vientos aumenta la desecación de los suelos y por ende se desarrollaran raíces más profundas buscando humedad. En regiones de muy bajas temperaturas también se desarrollan raíces profundas buscando las temperaturas más cálidas en las profundidades. En climas

templados y subtropicales con buena frecuencia de precipitaciones las raíces tienden a desarrollarse superficialmente. En suelos sueltos y arenosos, que retienen poco contenido de agua y nutrientes en sus partículas albergando grandes poros llenos de aire, las raíces tienden a ser más profundas y menos densas; por el contrario en suelos pesados o arcillosos, que poseen buena retención de agua y nutrientes y escasa aireación, con perfiles poco profundos, las raíces suelen ser superficiales y densas pudiendo sobrepasar la proyección de la copa del árbol sobre el suelo. Por lo tanto el pan de tierra a extraer en el primer caso se priorizará la profundidad respecto del ancho. Mientras que en el segundo escenario se prevalecerá un pan de tierra más ancho que profundo. Otra condición a tener en cuenta es la edad del ejemplar ya que cuanto más longevo es el individuo disminuye el éxito de trasplante. Otra condición también es si es perenne o caduco. Esta situación condiciona la época de trasplante y la práctica de manejo a realizar. En general los trasplantes deben hacerse en la época de menor actividad metabólica (excepto en palmeras) para evitar stress hídrico producto de su menor capacidad de absorción por corte de raíces. La menor actividad metabólica no coincide con días calendario sino con la fenología de cada individuo. Por ejemplo, un ejemplar de Tipuana tipu o Jacarandá mimossifolia es recomendable realizar el trasplante a principios de primavera donde la senescencia del follaje ocurre a fines del invierno o principios de primavera por ende todos los fotosintatos se albergaron en los órganos de reserva de la planta. Para citar otro ejemplo, un ejemplar de Tilia moltkei el trasplante debe realizarse en invierno ya que la senescencia del follaje ocurre en otoño. Otra condición a tener en cuenta es el estado fitosanitario del ejemplar a trasplantar. El ejemplar debe estar en buenas condiciones fitosanitarias ya que como se ha mencionado anteriormente un trasplante genera un gran stress para el individuo y si se encuentra en malas condiciones de salubridad aumenta la probabilidad de fracaso de esta práctica. Otra consideración limitante es la logística. Muchas veces se encuentran interferencias en el trayecto y por lo tanto se requieren podas drásticas. Este es un gran inconveniente ya que un trasplante debe mantener lo que algunos autores nombran la "dignidad" del árbol. Se refiere

a su valor patrimonial, es decir, no se puede trasplantar ejemplares dejándolos reducidos a un tronco con pocos muñones o con un pan de tierra reducido a la medida de la caja del camión que lo transporta. En esos casos debería reverse la necesidad de realizar el trasplante. Por último el carácter genético es otra condición ya que hay especies que toleran mejor al trasplante respecto de otras. Para citar algunos ejemplos en orden de mayor a menor resistencia al trasplante podría mencionarse palmeras, palos borrachos, jacarandás, timbós, lapachos, robles, coníferas. Tratamiento previo al trasplante Como se dijo anteriormente, la decisión de trasplantar un árbol maduro debe estar suficientemente justificada ya que esa intervención no es gratuita para el ejemplar: al despojarlo de una gran parte del sistema radical se generan cambios hormonales y desequilibrios en la relación agua-árbol que afectan su crecimiento y desarrollo, así como también, disminución en el anclaje y susceptibilidad a plagas y enfermedades. Toda metodología de tareas a realizar previo al trasplante están ligadas a disminuir la tasa evapotranspiración del ejemplar ya que el drástico corte de raíces necesario para la extracción del pan de tierra supone un desequilibrio entre coparaíz que desencadena en stress hídrico del individuo. Esto se explica porque el proceso fisiológico de absorción de nutrientes y agua se debe a la diferencia de potencial agua existente entre la planta y el agua disponible en el suelo, dicho en otras palabras, la planta primero transpira y por tal motivo absorbe. Por lo tanto una gran pérdida de agua por ETP por las hojas no podrá abastecer de agua y nutrientes a la planta por la escasa cantidad de raíces que fueron cortadas para generar el pan de tierra. Para mitigar esta pérdida de agua por la transpiración se intenta frenar o eliminar parcialmente los órganos evapotranspirantes. Por lo tanto el trasplante en especies caducas debe realizarse a partir de la finalización de senescencia del follaje. En especies perennes se debe realizar en épocas de baja actividad metabólica. Para contribuir a la disminución de la ETP se reduce el follaje a través de podas de acortamiento y raleo. La poda debe ser parcial y no total para evitar incrementar muerte de raíces.

Algunos autores sostienen que no se debe podar drásticamente para evitar el desequilibrio hormonal principalmente de auxinas. Las auxinas son hormonas que se forman en los meristemas foliares y en los brotes nuevos aéreos y traslocan de modo basípeto hacia las raíces. Son la responsables de promover el crecimiento de las células que se encuentran en las áreas oscuras de la planta e incentiva el crecimiento de raíces adventicias entre otras cosas. De esta manera se promueve el equilibrio entre copa-raíz. En especies con presencia de follaje puede crearse una atmósfera saturada de humedad para disminuir el gradiente de humedad entre el mesófilo de la hoja y la capa límite. Para ello se cubre al follaje con un nylon haciendo de esta manera disminuir al mínimo la tasa de ETP. Otra opción, también es aplicar anti-transpirantes sobre el follaje. En general los días húmedos (menor gradiente de humedad), nublados (menor radiación), frescos (menor temperatura) y de poco viento (menor resistencia a la capa límite) son los días óptimos para estas tareas ya que todos estos factores inciden en la ETP. En especies jóvenes o en zonas de climas secos, es recomendable regar días anteriores para que la planta se encuentre bien provista de agua sin stress hídrico. Además un correcto contenido de humedad en el suelo permite realizar el zanjeo con menor dificultad que en un suelo con bajo tenor hídrico. Si por diversas razones que exceden a lo técnico (razones políticas, de tiempo, etc.) se debe hacer el trasplante fuera de la temporada favorable, se deberá ser muy estricto y llevar al extremo todas las prácticas anteriormente descriptas, pero de todos modos disminuye la probabilidad de éxito de esta práctica.

Preparación del terrón. La preparación del terrón es una de las labores más importantes del trasplante, ya que se trabajará sobre el sector más crítico del árbol de esta tarea. Por cuestiones de peso y logística es muy difícil retirar un terrón de tierra con el total de las raíces exploradas en todo el perfil. Un árbol joven de apenas 10 cm de diámetro de tronco (según un estudio realizado por Watson y Himelick en 1982), puede llegar a absorber un volumen de suelo de

20 m3 (variable según la especie). Esto puede llegar a tener un peso de 40 toneladas sólo de terrón (depende del tenor hídrico del suelo y de su textura). Un árbol bastante más grande puede explorar más volumen de suelo y sería prácticamente imposible levantarlo.

Por lo tanto, la profundidad del terrón depende de varios factores ya expuesto en párrafos anteriores. La profundidad no es una función lineal como vimos en el caso de los árboles de raíces superficiales, pero sí lo es para aquellos árboles de raíces pivotantes.

También se ha mencionado que, la forma volumétrica del terrón depende del desarrollo radical de cada especie en cuestión. En la ciudad de Buenos Aires donde prevalecen suelos arcillosos, de relleno y perfiles sub-superficiales impedantes como antiguos asfaltos o cimientos, las raíces tienden a tener un crecimiento más superficial que profundo, buscando aireación y explorando los primeros centímetros de suelo para aumentar su superficie de absorción. Muchas veces llegando a pasar 3 veces el tamaño de la copa donde las raíces terminales son las de absorción, las cercanas al tronco son de anclaje y las intermedias de crecimiento y elongación.

El siguiente cuadro ejemplifica lo antes expuesto:

Como regla general, para árboles que experimentan raíces superficiales, se debe realizar un terrón con un ancho no menor a 10 veces el diámetro del tronco. Así, volviendo al mismo ejemplo, un árbol de 10 cm de diámetro de tronco deberá tener un metro de ancho de terrón. Si exageradamente se profundiza hasta un metro de profundidad obtendremos 1 m3 de cepellón, o sea apenas un 5% de volumen de suelo explorado por las raíces y mayoritariamente raíces de anclaje y no de absorción, es decir que la generación del terrón, elimina casi la totalidad de las raicillas y pelos absorbentes que eran los que estaban en contacto con el gran volumen de suelo capaz de suministrar agua. Así, se ha reducido fuertemente la capacidad de absorción de agua, mientras la tasa de ETP continúa. Esta regla varía para especies con raíces pivotantes que puedan desarrollarse en profundidad (en suelos sueltos, con napas freáticas profundas, regímenes de precipitaciones bajos, etc.). Se prioriza un poco más las profundidad respecto del ancho del terrón. Como regla general se puede estimar la profundidad del terrón teniendo en cuenta el diámetro del tronco. La profundidad debería ser 5 veces el diámetro del tronco más 25 cm. Es decir un tronco de 18 cm. se debe extraer un pan de 115 cm. de profundidad aproximadamente. Al priorizar la extracción de un terrón de importante profundidad, se debe reducir el ancho del cilindro de dicho terrón, para ser viable la operatoria del trasplante.

Terrón de tierra raíz superficial Diámetro Ancho Profund tronco (m) (dm) (cm) 0,5 2,5 5

Terrón de tierra raíz pivotante Ancho (m)

Profund (dm)

0,35

5

10

1

5

0,81

7,5

15

1,5

6,6

1,22

10

20

2

7,8

1,58

12,5

25

2,5

8,5

1,88

15

30

3

9,3

2,19

17,5

35

3,5

9,9

2,46

20

40

4

10,4

2,72

22,5

45

4,5

10,8

2,96

25

50

5

11,2

3,19

27,5

55

5,5

11,5

3,4

30

60

6

11,8

3,62

32,5

65

6,5

12,1

3,82

35

70

7

12,4

4,03

37,5

75

7,5

12,6

4,21

40

80

8

12,8

4,39

42,5

85

8,5

13

4,57

45

90

9

13,2

4,74

47,5

95

9,5

13,4

4,92

50

100

10

13,6

5,09

52,5

Este cuadro, que se ve reflejado en los siguientes gráficos, muestra que la profundidad para los arboles de raíces superficiales parece responder a una función logarítmica que tiene en cuenta el crecimiento radical, la estabilidad del terrón y la optimización volumen-peso.

60

12

50

10

40

8

30

6

20

4

10

2

0

0 5

15 25 35 45 55 65 75 85 95

5

15 25 35 45 55 65 75 85 95

Profundidad de terrón raices superficiales

Ancho de terrón raices superficiales

Profundidad raices pivotantes

Ancho de terrón raices pivotantes

Se puede observar que siempre prevalece el ancho sobre la profundidad, y que esta relación presenta mayor énfasis a medida que el árbol a trasplantar presenta un mayor diámetro de tronco. La morfología volumétrica del terrón debe ser de un cono invertido de fácil ductilidad. Se comienza a hacer de forma cilíndrica y a medida que se profundiza y la densidad de raíces disminuye, el cavado se dirige progresivamente hacia el centro del árbol, hasta llegar a la profundidad final con una base suficiente para que el ejemplar se sostenga y fácilmente pueda "despegarse" al ser elevado. Si la operación demora deberá cubrirse con una arpillera húmeda a fin de evitar que se deshidraten las raíces expuestas. Es una labor que debe hacerse con herramientas que permitan un corte de raíces bien nítido para disminuir la superficie de contacto, evitar el ingreso de patógenos a los tejidos expuestos y para acelerar el proceso de cicatrización total debido a su menor superficie específica. Para realizar cortes nítidos y sin daños debe realizarse

con palas manuales o palas hidráulicas bien afiladas, estas deben sólo cortar y no arrancar, por tal motivo no es recomendable realizar este trabajo con palas cargadoras, retro-excavadora, o similar ya que estas no cortan nítidamente las raíces sino que las desgarra y además pueden quebrarlas por dentro del pan de tierra. Previamente debe cerciorares de tener un buen tenor hídrico el suelo ya que esto permite facilitar hincar las palas cortando mejor las capas de tierra y raíces y permite obtener un terrón estable debido a su mejor cohesión de las partículas del suelo. Por lo tanto, para asegurarse, se puede comenzar a preparar el terrón días posteriores a una lluvia o regar previamente y comenzar al día siguiente. Este riego puede ser más eficiente realizándose un zanjeo de un diámetro ligeramente superior al del terrón definitivo y de 25-30 cm de profundidad, formándose canaletas circulares para retener el agua. Este zanjeo también debe hacerse en el pozo de plantación definitiva.

corte de raíces completo, dejando la mitad de la capacidad de absorción del árbol intacta.

Si se realiza el terrón con pala manual, se recomienda trabajar de espaldas al ejemplar para hincar la pala y, al traccionar hacia el cuerpo, compacta del lado del terrón y desgrana del lado del zanjeo, de esta manera contribuye a mantener la estructura del cepellón. Protección del terrón: En suelos francos o franco arcillosos de buena estructura y firmeza se emplea una práctica muy utilizada en la actualidad que consiste en el uso de papel film para proteger el terrón. Si se extrae un terrón de forma de paralelepípedo se protegen principalmente los vértices y las aristas con el papel film. Una vez colocado en el hoyo de plantación es importante retirar el mismo para no impedir el crecimiento radical y su consecuente penetración en el nuevo perfil de suelo. Suelos de textura gruesa como franco-arenosos, arenosos, etc. pueden no mantener la estructura del terrón. Para ello se debe realizar una empalizada con listones de madera o similar junto con un plástico y ser atados con zunchos, alambres tensados o sogas para mantener la estructura del cepellón. Otra técnica consiste en colocar una malla de material desplegable y luego se cubre con yeso o cemento. Esta especie de "maceta" evita que se rompa o desmorone el cepellón. Tanto el primer ejemplo como el segundo se desarman las estructuras realizadas una vez colocado el terrón en el hoyo de plantación.

Transplante con tiempo suficiente En el caso de contar con tiempo para la realización del trasplante, este se puede realizar en dos etapas. Etapa 1: Se cortan la mitad de las raíces realizando un semicírculo alrededor del árbol con el radio correspondiente. Luego se cubre el medio terrón con un plástico para evitar que el crecimiento de las raíces adventicias penetren el nuevamente en el suelo, confinando su crecimiento dentro del terrón. Posteriormente se le agrega un sustrato suelto en el zanjeo realizado para facilitar la extracción. Esta tarea se fundamenta en disminuir el stress que produce el

Etapa 2: al año siguiente se completa el círculo. Para ese momento, sobre el primer corte realizado la temporada anterior, ya se han formado raíces adventicias con capacidad de absorción. Lo ideal, es esperar una temporada más para recién realizar el transplante con un individuo que tuvo tiempo de generar nuevas raíces y pelos absorbentes. De esta manera la probabilidad de éxito es casi de un 100 por ciento. Estos cortes de raíces deben realizarse en la época anterior a la rizogénesis. Elevación del árbol y logística. El retiro del árbol depende de la maquinaria disponible, si se cuenta con pocos recursos como un trasplante en un predio rural puede utilizarse la maquinaria que posee el campo. Puede utilizarse tractores. Para ello, una vez realizado el terrón se realiza una pendiente inferior al 20% inmediatamente cercana al cepellón. Puede colocarse una chapa acanalada de zinc en toda la pendiente por donde va a ser elevado a superficie. Esta chapa acanalada disminuye el rozamiento siendo mucho menor al que produce la tierra, evitando así que se rompa el terrón. Se atan sogas tanto en la cruz como en la base del tronco del árbol. Las ataduras deben estar protegidas con un material de goma o caucho o similar para evitar roces en la corteza y estrangulamiento en arboles poco lignificados. Con la tracción generada por el tractor, se retira el árbol con su terrón a superficie. Luego se procede a levantar al árbol con guinche o similar y se lo apoya sobre el transporte (camión, carretón, etc.). Todos los amarres y el apoyo del árbol durante su elevación y su traslado deben colocarse protecciones que amortigüen golpes y eviten roces y consecuentes lastimaduras. Para generar la elevación del árbol desde el lugar donde se encuentra implantado se pueden utilizar hidrogrúas. Para saber el tamaño de la misma es necesario conocer el peso estimado del terrón y del árbol. Para el cálculo del terrón simplemente se calcula el volumen y se multiplica por la densidad del suelo. Un terrón urbano como en la Ciudad de Buenos Aires generalmente compactado y con buen contenido hídrico puede 3 tener una densidad de 1.8 - 2 ton/m . Para conocer el peso del árbol se calcula el volumen de sus ramas principales y se lo multiplica por la densidad de la madera. Generalmente un árbol de

madera semi-blanda como una Tipuana tipu que 3 tiene un peso de 680 gr/dm de madera seca, en 3 estado vivo puede llegar a 1 kg/dm por el contenido hídrico de sus tejidos. Una vez que se estima el peso se sabe la hidrogrúa a utilizar. También es importante saber la accesibilidad de la hidrogrúa sobre la pluma ya que la inclinación del brazo disminuye la capacidad de carga para levantar el árbol. Para levantar el árbol es muy importante colocar protecciones en los lugares de donde será sostenido (la cruz es el lugar más práctico). Actualmente se utiliza papel film para evitar el roce de la atadura de la faja. Si se cuenta con maquinaria específica puede utilizarse el equipo trasplantador. Este equipo consta de un camión con 4 palas de operación hidráulica. Estas palas se hincan en el suelo perfectamente cortando los perfiles de tierra y raíces pequeñas y medianas. En la actualidad existen de distintos diámetros. En Buenos Aires se emplea una máquina de 2.08 m de diámetro por 1.8 metros de profundidad en forma de cono con un peso de 3.500 - 4.000 kg (depende de la textura del suelo y de su tenor hídrico). Esta máquina tiene la capacidad de extraer 10 toneladas. El método de uso de esta máquina consiste primero en realizar el pozo de la nueva ubicación, se extrae la tierra y ésta primera se vierte en algún lugar apropiado. En segundo lugar la máquina abraza el árbol a trasplantar centrando las palas hidráulicas alrededor del tronco, (en el supuesto caso de que tuviese el sistema radical mayoritariamente en un lateral, se podría descentrar las palas hidráulicas hacia ese lateral) descienden las palas hidráulicas y se hincan en el suelo. Una vez que las 4 palas se unen unas con otras el terrón se encuentra totalmente cortado y se extrae el árbol. Se lo trasporta en la misma máquina hasta el lugar donde se realizó el pozo de plantación donde se lo deposita suavemente, encajándolo perfectamente. Luego la máquina retira las cuchillas y ya está preparada para una nueva operación. Si se realizase un segundo trasplante, nuevamente se realiza el pozo de plantación de la futura ubicación del nuevo árbol y ese terrón extraído se deposita sobre el pozo abierto generado por el primer árbol traspalando, tapándolo y así sucesivamente continúa el trabajo. Hay casos donde se encuentran raíces grandes y éstas quedan presas entre las palas hidráulicas trabándolas. En ese caso se deberá palear a mano el sector donde se encuentra la raíz, descubrirla y cortarla nítidamente con

motosierra bien al filo de la pala hidráulica y posteriormente colocar un fungicida (captan) y pastas cicatrizantes. Luego mover el equipo para permitir meter la totalidad de la raíz cortada dentro del terrón y así poder cerrar las palas. Si esto no se hace quedan abiertas las palas hidráulicas y produce que se desgrane el terrón dejando raíces expuestas y perdiendo estabilidad el árbol en la plantación ya que el pozo de plantación ya fue realizado previamente. La capacidad de esta máquina se limita a arboles pequeños y medianos ya que por su diámetro puede extraer hasta árboles de diámetro de tronco inferiores a 21 cm. Posee múltiples ventajas ya que el corte de raíces es nítido, si cierran bien las palas no se desgrana el terrón, el árbol no sufre perturbaciones en el tronco ya que no es necesario atarlo del mismo o de ramas para levantarlo ya que se levanta desde el terrón y los tiempos de operatividad se reducen notablemente. Implantación: La implantación consiste en la colocación del ejemplar en el lugar elegido (este sitio debió haber sido analizado anteriormente desde la calidad de suelo, la topografía, el entorno, etc.) Para ello previamente debe haberse realizado el hoyo de plantación, el cual debe ser al menos 3 veces el volumen del terrón. Para dimensionarlo, si se extrae un pan de 3 m de diámetro con una profundidad de 0.93 m. de modo cilíndrico, el pan posee 6,57 m3. Entonces se deberá realizar un hoyo de 5 m de diámetro y 1.12 m de profundidad que son 22 m3. Se prioriza siempre el ancho por sobre la profundidad en la realización del hoyo ya que las raíces profundas crecerán menos respecto de las laterales. La profundidad de plantación del ejemplar debe realizarse a nivel del cuello. Si se planta más profundo, se ocasiona podredumbre del fuste, por la humedad del suelo. Si por el contrario, queda más superficial, las raíces superiores, pueden deshidratarse por no tener contacto con la humedad del suelo y quedar expuestas. Todas estas situaciones ocasionan la muerte de las raíces y consecuente menor anclaje y absorción de agua y nutrientes. La metodología adecuada para la realización del hoyo es separar el horizonte A del resto de los horizontes que se encuentren en la excavación. Una vez finalizada la excavación se desecha los horizontes B o C y se incorpora el horizonte A en todos los bordes del hoyo, luego se completa con sustrato rico en materia orgánica,

preferentemente liviano para permitir una buena aireación. Inmediatamente se apisona ligeramente para evitar el esponjamiento producido por el movimiento del suelo, necesario para nivelar. Luego se procede a la plantación del árbol haciendo coincidir el nivel del terreno de su procedencia con el nivel del terreno de la nueva ubicación. Es muy importante la incorporación del sustrato de buena calidad ya que de esta manera, una vez plantado el ejemplar, la nuevas raicillas encontraran inicialmente un entorno edáfico de buena calidad. En el caso de operar con el equipo trasplantador, la forma de trabajo del mismo no requiere realizar un hoyo mayor al del terrón, siendo ésta una de las principales desventajas de ésta operatoria. Sin embargo, y para remediar este vicio, debe realizarse un zanjeo inmediatamente alrededor del borde donde finaliza el terrón, de un 50% de la profundidad del terrón necesario (tabla) y aproximadamente unos 20-30 cm de ancho. Este zanjeo se hace formando un anillo y luego se incorpora el sustrato poroso y rico en materia orgánica. Una vez realizado el relleno con el sustrato correspondiente, en todas las maneras de operatoria de trasplante, debe realizarse la olla de riego. Esta consiste en realizar un pequeño montículo alrededor del árbol inmediatamente por fuera del hoyo de plantación de apenas unos 20 cm de altura. Por dentro del mismo se realiza el riego de asiento de los ejemplares trasplantados. Este primer riego es fundamental que se realice inmediatamente después del trasplante. La función de este anillo permite la eficiencia del riego de asiento evitando el escurrimiento superficial del mismo al incorporar el agua. En el caso de contar con suelos de drenaje deficitario, en el pozo de implantación se realizan perforaciones para lograr romper las capas impermeables realizando canales de drenaje. Estas perforaciones se las rellenan de un material suelto como arena gruesa o grava. Si el perfil de suelo impedante es muy profundo de todos modos las perforaciones contribuyen a aumentar la superficie de exploración de las raíces y contribuye a descompactar el perfil en esas capas de suelo al aumentar la cantidad de macroporos. Si la ubicación final del trasplante es en una pendiente, una forma de realizar el pozo de plantación es cavar realizando un escalón. Otra forma de realizarlo es creando un muro de

contención ladera abajo hasta la altura de la base del tronco y rellenar con sustrato hasta el nivel del muro. Es importante que el sustrato incorporado sea bien drenante y que alcance no más de 5 cm por debajo del nivel superior del muro, (para que actúe como olla de riego de asiento) ya que si llegase a encontrarse muy por debajo, el agua de riego y precipitaciones se acumulará en el fondo del escalón generado, manteniendo anegado el sector por tiempos prolongados. Es recomendable contar con un drenaje inferior para retirar los excesos de agua. (Pedir los detalles constructivos de los maceteros del CEC). Tutoraje Una vez trasplantado (o plantado) el ejemplar siempre es necesario tutorarlo. Para árboles trasplantados, el tutoraje consiste en diseñar un sistema que asegure la estabilidad del mismo y evitar movimientos en el terrón. Es muy importante fijar bien la especie trasplantada, ya que el movimiento puede ocasionar la muerte de las raicillas que están creciendo, y por otro lado, evitar la caída del ejemplar. Si esto ocurriese la planta sería prácticamente irrecuperable, ya que se destruye el terrón. Los tutores deben permanecer durante al menos dos años, este tiempo es el suficiente para que las raíces se extiendan en el suelo y permitan el anclaje necesario. Existen varias formas de tutorado pero las más utilizadas son las siguientes: a)tutorado con estacas, b)tutorado con tensores c) tutorado con puntales. El primer caso (a) se utiliza para árboles pequeños con diámetros de tronco inferiores a 10 cm y además el árbol debe estar implando en suelos profundos para permitir clavar las estacas. Esta forma de tutorado consta de colocar estacas paralelas al tronco con una altura que alcance el nivel de la cruz del árbol. Este tutor debe estar clavado en suelo firme un 25% de la distancia entre la superficie del suelo firme y el nivel de la cruz del tronco (por lo tanto un 20% del total de la estaca se encuentra clavada en suelo firme). Esta profundidad varía en función de la textura del suelo. Suelos de textura gruesa deberá clavarse a mayor profundidad. El grosor de la estaca depende de la densidad su madera o material, del tamaño del individuo y el tipo copa que desarrolla la especie. La colocación de las estacas debe

realizarse antes de rellenar con sustrato el hoyo de plantación inmediatamente adyacente al terrón.

se debe introducir el elemento tensor en el cable galvanizado para permitir tensar fuertemente el cable.

Una vez colocadas las estacas se procede al amarre de éstas con el árbol. Se recomienda realizar el amarre en las 3/4 partes del tronco contando desde la base. El amarre debe realizarse con materiales que no lastimen el tronco (caucho, goma, etc.) y se realiza en forma de 8 (ocho). De esta manera el crecimiento en grosor del tronco no se estrangula con el amarre y permanece bien firme. Para evitar que el amarre eventualmente se deslice hacia abajo se le realiza una pequeña muesca a cada estaca y dentro de ella se incrusta el amarre.

En el espacio público las estacas deben sobresalir notablemente y los cables de acero galvanizado deben estar llamativamente reconocidos por lo que muchas veces se introduce unos tubos corrugados flexibles de color llamativo, generalmente son anaranjados, que contrastan perfectamente con el verde. Este tipo de tutorado tiene el inconveniente de ocupar mucha superficie

El tutorado puede realizarse con una sola estaca, ésta debe estar en sentido a los vientos predominantes de modo tal que el árbol con el viento tienda a alejarse del tutor y no al revés. También puede realizarse el tutorado con dos estacas que se colocan alineadas una con la otra. Esta forma de tutorado es muy común en arbolado urbano de alineación donde los vientos son en la dirección respecto de la calle. En situaciones donde los vientos ocurren en varias direcciones se colocan 3 estacas de modo equidistante (a 120º de distancia respecto del tronco). Otra forma de tutorado es con tensores (b) y se utiliza para árboles de mediano y gran tamaño. El tutorado con tensores consta de cables galvanizados, un elemento que genera la tensión (tensor) y las estacas que se hincan al suelo y que amarran al cable galvanizado. Se coloca un segmento 25-35 cm de manguera dentro de cada alambre, se procede a envolver inmediatamente por encima de la cruz las primeras y gruesas ramas bifurcadas con dicho alambre-manguera (la manguera sirve para evitar lastimar la corteza de las ramas principales donde se amarra el cable galvanizado) y se amarra a la estaca donde será clavada en suelo firme. Esta estaca debe estar inclinada mirando en sentido opuesto al árbol y se realiza una pequeña muesca para incrustar el alambre enroscado. La estaca debe estar clavada bien profunda para evitar que se suelte ante fuertes vientos. La profundidad y el espesor de la estaca dependen del árbol que deba sujetar, la copa que desarrolle y la textura del suelo. En líneas generales un árbol mediano en un suelo franco puede clavarse a 60 cm de profundidad dejando 50 cm asomando en superficie para que sean visibles. Se deben colocar al menos 3 tensores por árbol. Finalmente

El tutorado con puntales (c) se utiliza en arboles grandes, generalmente son troncos de eucalipto. La cantidad de puntales a colocar depende del tamaño del árbol. Como regla general la sumatoria del diámetro de puntales debe coincidir con el diámetro del tronco. El mínimo a colocar deben ser 3 puntales distribuidos equidistantemente siempre a 45ª respecto del suelo con uno de los extremos inmediatamente por debajo de la cruz del árbol. Por ende la altura de la cruz del árbol es el que determina la longitud de los puntales. Por ejemplo un árbol de 36 cm de diámetro con una cruz a 2.4 m de altura a puede ser tutorado con 3 puntales de 12 cm cada uno o 4 puntales de 9 cm y todos de 3.4 m de largo. Los extremos que apoyan en la cruz del árbol deben ser cortados a 45ª para que tenga mayor superficie de apoyo con el tronco y deberá colocarse una protección para la corteza del mismo para evitar lastimaduras. Esta protección debe ser de goma o caucho, arpillera etc. pero principalmente no debe permitir el deslizamiento de los puntales. Para que éstos estén bien firmes, relativamente cerca del extremo de la cruz, se realizan unas pequeñas muescas en forma horizontal en cada puntal y se incrusta un alambre galvanizado que pase por todas muescas y al encontrarse el alambre se realiza un torniquete o se le coloca un elemento tensor. Este alambre nunca debe tocar el tronco del árbol en su recorrido. Para clavar los puntales se colocan una estaca inclinada mirando en sentido opuesto al árbol en el extremo inferior de cada puntal para que sirvan de tope ante movimientos que pueda realizar el árbol contra el puntal. Cada puntal evita el vuelco del árbol hacia el sentido donde se encuentra el puntal, en cambio el tensor evita el vuelco del árbol en sentido contrario donde se encuentra el cable galvanizado.

Es posible combinar distintos tipos de tutorado. Si se debe tutorar un árbol traspalando cerca de un precipicio puede tutorarse con puntales y tensores. Los puntales evitan el vuelco del árbol hacia el lado contrario al precipicio y los tensores evitan su vuelco hacia dicho abismo. Tratamiento post trasplante Todo trasplante no finaliza con la implantación y tutorado. Como se trata de un material vivo, requiere de ciertos cuidados y tratamientos que, según cuales sean, continúan entre 6 y 24 meses. Este periodo de establecimiento del individuo puede ser definido como el intervalo de tiempo requerido por la planta para adquirir un sistema radical normal. La planta se encuentra sometida a graves factores de stress. El primer tratamiento que debe realizarse de manera inmediata es el riego de asiento que se realiza dentro de la palangana construida. Esta palangana contribuye a que sea más eficiente el riego buscando la total infiltración dentro de terrón y sus inmediaciones evitando así la pérdida de agua por escurrimiento superficial. Es importante conocer la calidad del agua ya que es el elemento fundamental del trasplante y de ella depende el éxito de esta práctica. Hay que evitar inadecuadas concentraciones de salinidad. (Si el agua contiene elevado índice salido, conviene ir regando con más frecuencia y menos volumen ). La cantidad de agua a incorporar depende del volumen de pozo de plantación realizado, de la textura del conjunto de suelos (terrón, sustrato, suelo natural) y del tenor de humedad existente de dichos suelos. Sabemos que un suelo está compuesto en líneas generales por un 50 % de material sólido y 50% de poros, los cuales (dependiendo de la textura y del tenor hídrico) en un suelo franco a capacidad de campo el 25% es aire y el resto agua. Por lo tanto se debe regar entre un 0% y 25% del volumen del pozo de plantación. Dentro de esta variabilidad depende el % de humedad del suelo. Un suelo a capacidad de campo no deberá regarse (o se regará muy poco) un suelo como los de la ciudad de Buenos Aires en CMP posee un contenido de humedad del 35-40% y a CC un 70-75%. Por lo tanto deberá regarse entre un 30-40% del 50% del volumen del pozo de plantación que corresponde a la porosidad dando una relación de 150 a 200 litros por m3 de suelo como máximo. Para dimensionar lo anteriormente mencionado, tomando el ejemplo anterior, un pozo de plantación de 22 m3, si el suelo se encuentra muy seco (CMP) albergará a

CC entre 3300 a 4400 litros de agua. En la ciudad de Buenos Aires el tenor hídrico de los suelos es alto y el sustrato incorporado como material de relleno también, por lo tanto la cantidad a regar es considerablemente menor. Es importante mantener un buen contenido de humedad del suelo. Estudios revelaron que 2 días después de regado hasta capacidad de campo el suelo del terrón puede alcanzar tensiones de déficit hídrico de -0.5 bares. Este grado de sequedad (que es mínima) puede detener el desarrollo radicular y reducir la capacidad de las raíces para tomar agua por aumento de la suberización (Bevington y Castle, 1985). A la planta le lleva 4-5 meses desarrollar las raíces suficientes para comenzar a explorar el suelo fuera del terrón para absorber cantidades suficientes de humedad del suelo (Watson y Kupkowski, 1991). Tanto la frecuencia como la dosis de riego dependerán de las condiciones climatológicas de la temporada del lugar, la especie, el tipo de suelo, el drenaje, la topografía y el asoleamiento. La tasa de crecimiento también es una medida de stress. Disminuye drásticamente tras el trasplante y recupera su valor cuando se regenera el sistema radical y el stress del trasplante se ha reducido. (Watson 1987, Giman y Beeson 1996). Para considerar que un árbol está perfectamente establecido tras el trasplante debe desarrollar un nuevo sistema radical capaz de alcanzar la humedad y los nutrientes de un gran volumen de suelo llevándole varios años lograrlo. El tiempo de crecimiento de las nuevas raíces es mayor en los árboles longevos que en aquellos jóvenes. La tasa de crecimiento radicular es similar para ambos tamaños, pero la distancia que las raíces deben crecer para desarrollar todo el sistema radical sí es distinta, por lo que un árbol pequeño requerirá menores incrementos anuales de su volumen radicular que un árbol de mayor tamaño para completar el sistema. La velocidad de crecimiento radical tras ser trasplantado depende en gran medida de la temperatura del suelo. En climas donde los suelos son cálidos y húmedos todo el año, las raíces crecerán más rápido y el árbol se establecerá antes. Por lo tanto el crecimiento de las plantas depende de una seria de factores. Temperatura, intensidad de luz, humedad, nutrientes y factores genéticos. Si las condiciones ambientales son adecuadas, solo el factor genético (máxima tasa de

crecimiento posible) limita el crecimiento de la planta.

cronograma de riego con la frecuencia y cantidad de agua adecuados.

Para estimular la rizogenesis y fomentar la disponibilidad de nutrientes en el suelo así como también estimular la actividad microbiana se puede aplicar bioestimulantes como los de origen vegetal a base de extractos de algas que liberalizan aminoácidos y actúan como nutrientes y activadores. No se conoce con exactitud la eficiencia de estos bioestimulantes sobre los trasplantes de grandes ejemplares (si se conoce en el enraizamiento de esquejes) ya que los factores ambientales, la disponibilidad de agua y la calidad de la práctica cultural inciden considerablemente más que la aplicación o no de estos productos. Sí son recomendables porque contribuyen a la rizogénesis y no son contraproducentes. La utilización de fertilizantes no es recomendable en el período de establecimiento del individuo, ya que el árbol se encuentra en pleno stress hídrico. Una exposición repentina de las raíces a concentraciones de sales elevadas puede enfatizar los niveles de stress por osmosis extrayendo agua desde las raíces del árbol hacia el medio edáfico saturado, deshidratándolas. Además la capacidad de absorción es muy escasa y el aprovechamiento de los fertilizantes por ende, sería prácticamente nulo, lo que producirá lixiviación de casi todos los elementos aportados, contaminando las napas. Una vez que el árbol se ha establecido completamente, dosis adecuadas de fertilizantes dan muy buena respuesta. (Estudios de Van de Weiken, 1981). El empleo de acolchado o “mulching” es una práctica interesante para conservar la humedad del suelo, amortiguar temperaturas extremas, controlar malezas, aportar nutrientes y materia orgánica. El acolchado debe estar bien compostado y debe tomarse la precaución de no cubrir la corteza del tronco y no debería superar los 5 cm de espesor. Se debe controlar en esta práctica, la aparición de hongos. La poda que debe realizarse solo es de saneamiento, que consiste en actuar sobre ramas secas, enfermas, mal ubicadas, muy próximas entre sí haciendo o casi haciendo contacto y aquellas con mal ángulo de inserción. Se deberá hacer un seguimiento del estado fitosanitario del ejemplar, tratando de prevenir y curar plagas y enfermedades, así como también controlar la firmeza del tutoraje, y realizar un

Bibliografia Ing. Agr. Carlos A. Bellón. Apunte Catedra de Parques y Jardines Facultad de Agronomia UBA. 2da Edición. Noviembre 1969. Revista de Horticultura Nº69. Jardines Urbanos. 1991. España.

Ing. Agr. Carlos Roberto Anaya. El libro verde 2. Corredores ambientales y calidad de vida. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ministerio de Desarrollo Urbano. 2012. HortTecnology. W. Todd Watson. Department of Horticulture. University of Missouri, Columbia. Workshop. Influence of tree size on trasplant establisment and growth. Enero-Marzo 2005. Links de interés. http://datateca.unad.edu.co/contenidos/358013/C ontenidoEnLinea/leccin_8_humedad_infiltracin_p ermeabilidad_consistencia_y_profundidad_efecti va_del_suelo.html http://www.atlasdebuenosaires.gov.ar/ http://hort.ifas.ufl.edu/woody/establishmentperiod.shtml http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/c onsolidado/publicacionesdigitales/80403_TRANSPLANTE_DE_MATERIAL_VEGETA L_DE_PORTE_ARBOREO_POR_EL_METODO _DE_CEPELLON_ESCAYOLADO/80403/8_OPERACIONES_POSTTRANSPLANTE.PDF