BIOARQUEOLOGIA-2012
TRABAJO PRÁCTICO N° 11 TEMA: Tafonomía e índices de abundancia taxonómica utilizados en zooarqueologia 1-OBJETIVOS -Articular conceptos tratados previamente en clases teóricas y prácticas.
2-INTRODUCCIÓN Frecuentemente se ha supuesto que el hombre es el único agente depositador de los restos encontrados en un sitio arqueológico, esto determina un enfoque cultural en los análisis zooarqueológicos (Saavedra, 1994). En algunas ocasiones, las características de algunos conjuntos óseos, no guarda relación directa con la actividad cultural que generó la muestra arqueológica (Saavedra op. cit.). Por esto, los estudios tafonómicos en arqueología son fundamentales. ¿Qué entendemos por Tafonomía? Es la disciplina que se ocupa del estudio de los procesos de fosilización y de la formación de los yacimientos de fósiles. La tafonomía es un sub sistema conceptual de la Paleontología que aspira a explicar cómo ha sido producido y qué modificaciones ha experimentado el registro fósil. Estos temas son de interés para el desarrollo de diferentes áreas del conocimiento científico (Paleontología, Estratigrafía, Sedimentología, Geoquímica, Geología Regional, Biología, Arqueología y Medicina forense, entre otras) (Fernández López, 2000). Además de los estudios tafonómicos, es necesaria la cuantificación de los restos de animales, para ello se han propuesto diferentes tipos de índices que dan cuenta de la abundancia taxonómica y anatómica. 3-ACTIVIDADES
La muestra de restos óseos faunísticos que se analizará procede de un trabajo de campo llevado a cabo en la Reserva Experimental de Horco Molle. Este trabajo práctico debe ser realizado en grupo y entregado para su corrección. Indicar el nombre de los integrantes del grupo. 1) Observe la muestra ósea y realice las siguientes determinaciones, volcando los datos en una tabla: a) Identifique los diferentes restos desde el punto de vista anatómico y taxonómico. b) Contabilice los restos. c) Determine la edad posible de los individuos. 2) Fundamente su identificación mencionando que elementos usó para ello (atlas, colección de comparación, en base a que rasgos identificó edad, etc.). Abreviaturas de la tabla: HL=hueso largo, HC=hueso corto, L=hueso laminar J= juvenil, A= adulto
Taxón/Categoría
Parte anatómica
Tipo de Hueso HL HC L
Edad J A
Cantidad
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
3) Sobre la muestra ósea ya identificada taxonómica y anatómicamente, registre los siguientes datos en una tabla: a) Reconozca e identifique indicios tafonómicos, particularmente fracturas, marcas, coloración diferencial y otros. b) Atribuya a su posible agente productor indicando si es natural (meteorización, eventos de depositación, pisoteo, acción de carnívoros) o intencionales (alteración térmica, tecnofactura, procesamiento de la presa, extracción de médula, etc.) o producidas en la excavación. c) Calcule el NISP y el MNI (índices de abundancia taxonómica) de la muestra analizada. Abreviaturas de la tabla: N= natural, I= intencional, E= excavación A= Indique su interpretación acerca del posible agente productor de la marca y/o fractura
Taxón/Categoría
Parte anatómica
Fracturas
Marcas
NISP MNI
Agente productor
N I E N I E 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
Bibliografía Fernández López, S.R.2000. Temas de tafonomía. Departamento de Paleontología. Facultad de Ciencias Geológicas. Universidad Complutense de Madrid. 2° Taller de Arqueología de Chile Central (1994) www.arqueologia.cl
Saavedra, B. 1994. Tafonomia de micromamiferos en aleros de chile central. Actas del 2° taller de arqueología de chile central.
Cátedra de Bioarqueología ZOOARQUEOLOGÍA Y TAFONOMÍA Año 2011 La historia del registro arqueofaunístico se inicia con el conjunto vivo y finaliza en el conjunto recuperado y muestreado. Hay una serie de procesos que alteran el registro a través de su historia de formación y recuperación (distorsiones y sesgos). La Tafonomía permite la reconstrucción dinámica del pasado y las condiciones que generaron el registro estático.
Los procesos de formación del registro arqueológico incluyen: Procesos bióticos provocados por factores naturales que actúan sobre la disponibilidad del recurso faunístico y variables culturales que tienen que ver con estrategias de caza o producción animal (patrones de matanza, distribución de partes, intercambio, etc.) y con los conjuntos faunísticos resultantes de actividades de caza, sacrificio, muerte natural, etc. Procesos tafonómicos: son todos los procesos que regulan el pasaje de elementos de la biósfera a la litósfera.
•
Destrucción y dispersión de elementos óseos (desmembramiento y procesamiento) • Sedimentación y enterramiento • Erosión, exposición secundaria y redepositación del material óseo Estos procesos son provocados por factores naturales, como la meteorización, acción de carroñeros, raíces, pisoteo; o por factores culturales como tecnofacturas, trozamiento, patrones de descarte y el pisoteo. También se incluyen factores mecánicos y químicos que ocurren cuando el material ya está enterrado y los procesos de reciclaje cuando los materiales quedan nuevamente expuestos por erosión, actividad de animales cavadores y remoción de sedimento por parte del hombre. Asimismo, hay factores asociados con las técnicas de muestreo y recolección del material (dependen de arqueólogo y deben explicitarse en los trabajos) y con la preparación, forma de embalaje, transporte y conservación de las muestras que pueden afectar los materiales hasta su estudio. Todos estos procesos determinan el grado de identificabilidad del registro arqueofaunísitico provocando pérdida de información. Las excavaciones deben contemplar las técnicas de tamizado o flotación para rescatar los restos pequeños que generalmente se pierden y con ellos una gran cantidad de información. Las Fracturas Óseas son producto de las propiedades biomecánicas del hueso y de los aspectos tecnológicos o naturales asociados a su producción. Se producen por diferentes procesos y agentes: - Las Fracturas Tafonómicas o Naturales son aquellas producidas por factores biológicos no humanos, como la acción de carnívoros (consumo de piezas cazadas, carroñeo, etc.) que se alimentan, mastican, roen y tragan los huesos; o por factores no biológicos (depositacionales y posdepositacionales), tales como la deshidratación, meteorización, transporte fluvial, pisoteo de animales y hombres. - Las Fracturas Intencionales o de Origen Humano son el resultado de actividades relacionadas con el procesamiento de los animales para su transporte, consumo o utilización como materia prima. El consumo incluye el trozamiento primario y secundario (segmentación en unidades mayores): cabeza, caja toráxica, columna, cuartos; el trozamiento en unidades terciarias: sesos, carne y médula ósea. La médula ósea es fuente de: Vitaminas A, D, E y K, proteínas, grasa, etc. Usada para alimento, base de pinturas, etc. - Las Fracturas por Procesos Tecnológicos son aquellas producidas para obtención de formas base y su formatización durante la fabricación de instrumentos, adornos, etc.
Fracturas producidas por carnívoros: escotaduras con piqueteado (pitting) y surcos (scoring).
El estado en que se encuentra el material óseo condiciona la formación de algunos patrones de rotura característicos. Existen diferencias en el patrón de rotura de los huesos según sean frescos y no frescos (deshidratado), si fueron cocidos (hervido o asado) pierden elasticidad y se fracturan de forma más astillada; factores intrínsecos de los huesos de acuerdo a sus propiedades: tamaño, forma y densidad. Según el tipo de fractura se puede inferir el agente productor: • Fractura intencional traumática: suele dejar huellas de impacto en forma de una escotadura semilunar. • Fractura intencional con marcado perimetral previo: forma de surco completo o incompleto (para guiar el borde de la rotura). • Fracturas producidas por carnívoros: presentan escotaduras como resultado de la presión ejercida por los dientes durante el roído o masticado del hueso y dejan atributos asociados muy característicos como el piqueteado (pitting) y los surcos (scoring). • Fracturas por meteorización o acción del fuego, previo al enterramiento. Asimismo, Huellas, Marcas y Rastros sirven para interpretar diferentes aspectos del comportamiento humano o animal, producidas durante el procesamiento, transporte o consumo de animales o cuando se roen o mastican los huesos. El aprovechamiento de
los productos que ofrece un animal por parte de las sociedades humanas requiere la puesta en acción de un conjunto de actividades, las cuales pueden dejar rastros sobre la superficie de los huesos. Estos daños se visualizan en forma de marcas, las que se producen por el contacto del filo activo del instrumento empleado (lítico, óseo, valva, metal u otro) sobre el tejido compacto superficial del hueso. Para interpretarlos hay que registrar una serie de atributos que permitan determinar 1) el origen del agente productor, 2) la variación de atributos morfológicos y de posición, 3) la funcionalidad de las marcas y 4) el grado de intensidad y secuencia de la producción de las mismas. Para distinguirlas y distinguir los agentes que las ocasionaron, se observan tanto características macroscópicas como microscópicas. Macroscópicas: • marcas de corte intencionales: finas, perpendiculares, en forma de V y de lados paralelos. • marcas de carnívoros: anchas, de sección en U y sinuosas, de distribución irregular. • marcas de roedor: de a pares, paralelas o superpuestas, cortas y de fondo plano o redondeado. • las improntas de raíces son irregulares y presentan un patrón dendrítico. Microscópicas: • marcas de corte con estrías paralelas en surcos estrechos • marcas de raspado (scraping marks) estrías paralelas en mayor superficie • marcas de machacado (chopping marks) sin estrías y con desprendimiento de material por impacto, las de carnívoros no presentan estrías internas • marcas combinadas de carnívoros: piqueteado con surcos o perforaciones (punctures). Si la acción de roído y masticado es intensa puede haber pulido. Otra característica relevante la constituye la posición de las huellas en la topografía de los huesos. En base a su ubicación, distribución y orientación es posible distinguir huellas de procesamiento de las carcasas. Las de desollamiento, desarticulación se pueden hallar en huesos largos cerca de articulaciones, son cortas, subparalelas y perpendiculares. Las de descarne están en extremos y partes medias de diáfisis y orientadas en forma oblicua o paralelas al eje del hueso.
Posición, distribución y orientación de huellas de procesamiento en huesos.
Los modelos etnoarqueológicos y la arqueología experimental también ofrecen un material fundamental en la generación de hipótesis y vías de contrastación. También se considera la Formatización de huesos para la producción de instrumentos y adornos: Cuentas, colgantes, tallas, instrumentos musicales, punzones, agujas, alfileres, cucharas, torteros, puntas de proyectil, retocadores o raspadores, etc. Se observan marcas perimetrales, estrías, superficies pulidas, etc.
Diferentes tipos de agujas de hueso del Formativo (Montículo del Mollar – Casas Viejas (Nasif y Gómez Cardozo 1999)
Instrumentos realizados en hueso. Formativo de Tafí del Valle, Montículo de Casas Viejas, Tucumán (Nasif y Gómez Cardozo 1999).
Por otro lado, la Alteración Térmica se puede visualizar a través de rasgos tales como la coloración y las fracturas. Las causas que la provocan pueden ser: la preparación de alimento, el descarte en fogones, su uso como material de combustión, la fabricación de tecnofacturas. El fuego es un agente que puede destruir y/o alterar la estructura anatómica y cuantitativa del conjunto óseo. La frecuencia y distribución de huesos quemados permiten inferir acerca de intensidad en el uso del fuego o patrones de acumulación y descarte. Los huesos pueden presentar rasgos diferentes si son quemados en estado seco, fresco sin carne o con carne. Hay otras Evidencias Indirectas sobre modos de ser y de vivir de los humanos del pasado y su relación con los recursos naturales, tales como las expresiones plásticas en la cerámica (zoomorfas) a través del modelado o pastillaje, de las pinturas y figuras modeladas, el arte rupestre, la información etnográfica y las crónicas.
BIOARQUEOLOGÍA – 2011 Zooarqueología - Índices de Abundancia Taxonómica y Anatómica Los restos faunísticos son útiles para abordar diferentes problemas arqueológicos: como aquellos vinculados a la interacción hombre – fauna a lo largo del tiempo, incluyendo la dieta, la domesticación de animales; como también información sobre paleoambientes, extinciones y su impacto sobre las sociedades humanas. Como en todo diseño de investigación científica, la zooarqueológica cumple determinadas etapas, que incluyen en primer lugar el planteo de un problema y posteriormente la recuperación del material en el campo. Una vez obtenidos los materiales, el análisis en el laboratorio incluye una serie de tareas tales como la identificación anatómica y taxonómica de cada resto individualmente, la medición y registro de modificaciones en los huesos, como huellas, marcas y fracturas, entre otras. Sin embargo, para responder los problemas planteados por una investigación, a menudo no es suficiente con comparar la presencia o ausencia de los taxones. Se necesita algún indicador de la abundancia relativa de los taxones y de las partes anatómicas de cada conjunto. Los datos cuantitativos que se pueden generar sobre el total de la muestra tienen como objetivos: 1. estimar la abundancia relativa entre taxones, lo que permite hacer inferencias sobre su importancia económica en términos de su contribución a la dieta. 2. establecer la diversidad y abundancia de las partes esqueletarias representadas. 3. determinar en que medida la abundancia taxonómica y la anatómica reflejan aspectos del comportamiento cultural. 4. hacer inferencias paleoambientales en base a la abundancia taxonómica. 5. medir la proporción en que han sido explotadas las diferentes especies de un ambiente, y si coincide con las proporciones naturales del ecosistema o si se han seleccionado determinadas especies. Es necesario tener en cuenta que todos los métodos de cuantificación poseen ventajas y desventajas. La conveniencia de una medida por sobre otra depende enteramente del criterio del analista y de los problemas que intenta responder. Asimismo, muchos de los métodos se complementan, y su empleo en forma conjunta permite comprender mejor la estructura de las muestras bajo estudio. Índices de abundancia taxonómica: Entre las medidas de abundancia taxonómica, dos de los más comunes son el Número Mínimo de Individuos y el Número de Especímenes Identificados por Taxón (MNI y NISP respectivamente por sus siglas en inglés). El cálculo más fácil es el Número de Especímenes Identificados por Taxón (NISP o Number of Identified Specimens), que es el número de huesos o fragmentos de huesos que pueden ser asignados a la especie dentro de un conjunto. El mismo se calcula directamente contabilizando la cantidad de huesos y fragmentos identificables. Especimenes óseos pueden ser tanto huesos completos como fragmentos, e incluye en forma genérica a los dientes sueltos. Es la unidad mínima de observación y de análisis.
Las principales ventajas del NISP son: 1) puede calcularse directamente a medida que se realiza la identificación y 2) su valor es aditivo. Sin embargo, tiene las siguientes desventajas: 1) no todos los huesos son igualmente identificables; 2) el número de huesos identificables puede variar de una especie a otra; 3) es dependiente del grado de fragmentación; 4) es dependiente de las técnicas de muestreo y recolección; 5) diferentes historias tafonómicas dificultan las comparaciones entre conjuntos de una misma o diferentes localidades; 6) es difícil derivar cálculos de biomasa a partir de los conteos de especimenes. El Número Mínimo de Individuos (MNI o Minimal Number of Individuals) es el método más conocido y usado para caracterizar las abundancias taxonómicas. Su objetivo es medir la importancia relativa entre las diferentes especies de un mismo conjunto. El MNI es el número más pequeño de individuos que da cuenta de todos los huesos identificados en la muestra para un taxón determinado. Se calcula contando el elemento esqueletal más abundante de la muestra, teniendo en cuenta la lateralidad, es decir, aquellos huesos que se repiten en el esqueleto. Por ejemplo, si hay tres húmeros derechos y dos húmeros izquierdos de llama, entonces el NISP es igual a 5, y el número mínimo de llamas presentes era tres. Su objetivo no es estimar el número real de animales cazados, sacrificados o depositados. El MNI no puede ser mayor que el NISP, y generalmente es menor. Por ejemplo, si una muestra contiene dos húmeros derechos y dos izquierdos, el NISP es 4 y el MNI es 2. Una muestra que contenga 4 húmeros derechos tendrá un NISP de 4 y un MNI también de 4. Distintos autores varían el modo en que calculan el MNI. Algunos aparean los huesos derechos e izquierdos similares según el tamaño y cuentan cada par como un individuo, y luego suman los que no fueron apareados. Otros introducen el criterio de edad teniendo en cuenta la fusión, o el criterio del sexo donde puede identificarse. Veamos otro ejemplo: supongamos que de todos los elementos óseos de un taxón dado de nuestra muestra el más abundante es la tibia, para la cual tenemos 10 tibias derechas y 8 izquierdas. Así el MNI es igual a 10. Si aplicamos un criterio de edad como el estado de fusión, tenemos 8 tibias derechas fusionadas, 2 tibias derechas sin fusionar, 2 tibias izquierdas fusionadas y 6 tibias izquierdas sin fusionar. Las 8 tibias derechas fusionadas dan cuenta de las 2 tibias izquierdas fusionadas, las que podrían pertenecer a los mismos individuos. Pero hay 6 tibias izquierdas que pertenecerían a otros 6 individuos que no están representados por los elementos anteriores (y que con el mismo razonamiento, darían cuenta de las dos izquierdas no fusionadas). O sea que el MNI es de 8 + 6 = 14. Esto sirve para mostrar que distintas formas de calcular el MNI producen diferentes resultados. Las principales ventajas del MNI son que no es afectado porque una especie tenga más huesos identificables que la otra o si los animales ingresaron al sitio enteros o segmentados en partes seleccionadas. Entre sus desventajas se cuentan: 1) el no ser aditivo (es decir, hay que recalcularlo cada vez que se amplia la muestra por nuevas excavaciones); 2) las distintas formas de calcularlo dificultan las comparaciones y 3) sobredimensiona a las especies representadas por muy pocos especimenes; 4) el trozamiento y la preservación pueden actuar en forma diferencial sobre los huesos más frecuentemente empleados para calcularlo. Índices de abundancia anatómica: Para calcular la frecuencia con que están representadas las diferentes partes del esqueleto, previamente se establece un conjunto de zonas esqueletarias de referencia.
Estas son categorías anatómicas generales en las que se puede dividir a la carcasa de un animal. El esqueleto axial puede dividirse en las siguientes zonas: a). cabeza, b). columna vertebral, c). caja torácica. Por su lado, el esqueleto apendicular comprende a la: a). pata delantera, b). pata trasera, c) manos y pies. A fin de estudiar la representación de estas partes esqueletales, se realizan otros cálculos de abundancia anatómica. El Número Mínimo de Elementos (MNE o Minimal Number of Elements) corresponde a las veces que cada unidad anatómica está representada en la muestra, independientemente del lado del esqueleto de donde provengan. Se calcula contando el número total de elementos pero eliminando los fragmentos que provienen del mismo hueso. Las Unidades Anatómicas Mínimas (MAU o Minimal Animal Units) se calculan de igual manera, pero el número total de elementos es dividido por la cantidad de veces en que ese elemento anatómico está presente en un animal vivo. Por ejemplo, si tenemos 10 fémures de guanaco, el MNE es igual a 10, y el MAU es 10 dividido por la cantidad de fémures en el animal (2), por lo que el MAU es igual a 5. A continuación se pueden realizar otros cálculos, como la cantidad de carne que representan los huesos, para determinar la importancia económica de cada especie. El NISP y el MNI no son suficientes, porque pueden subrepresentar o sobrerepresentar a una especie dada. Por ejemplo, un MNI de 10 llamas y un MNI de 10 chinchillones indican la misma abundancia de las dos especies, pero la llama tiene un peso mayor y provee mayor cantidad de carne que un chinchillón. Por ello se intenta estimar el peso del cuerpo a partir de los restos esqueletales a través de distintos métodos. Las ecuaciones alométricas usan la relación observable entre la masa corporal animal y distintas dimensiones esqueletales. Algunos investigadores calculan toda la carne representada por cada individuo presente, y otros la carne de cada elemento esqueletal recuperado, teniendo en cuenta que a veces los cazadores trozaban el animal cazado y llevaban al sitio las partes que más les interesaban, por lo que los huesos hallados en un sitio serían el resultado de esas unidades de despieze. Las ecuaciones que se usan para estos cálculos se determinan a partir de estudios actualísticos que miden y pesan las partes de animales actuales. También hay que tener en cuenta que no solo se aprovechaba la carne de los animales, sino también el cuero, las vísceras, la lana, tendones, etc. Bibliografía usada: HESSE, B. y P. WAPNISH. 1985. Animal bone archaeology. From objectives to analysis. Taraxacum. Washington, EE UU. KLEIN, R. G. y K. CRUZ-URIBE. 1984. The analysis of animal bones from archaeological sites. Caps. 2 y 3. The University of Chicago Press, EE UU. MENGONI GOÑALONS, G. L. 1988. Análisis de materiales faunísticos de sitios arqueológicos. Xama I, pp. 71-120. Mendoza. MENGONI GOÑALONS, G. L. 1999. Cazadores de guanacos de la estepa patagónica. Cap. 3. Sociedad Argentina de Antropología. Buenos Aires. RENFREW, C. y P. BAHN. 1993. Arqueología. Teoría, métodos y práctica. Editorial Akal. Madrid, España.