Domingo 10 de febrero de 2008
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dixit
la contra
Regresó como el ave... en
A los 41 años, Alberto Acosta volvió al fútbol de la AFA y convirtió un gol para Fénix en el 3-2 sobre San Miguel; “el regreso de una leyenda”, lo calificó Beto Por Xavier Prieto Astigarraga De la Redacción de LA NACION
“¡
Dale, Beto! ¡Jugá!”, sonó el grito, agudo, impaciente, en la tribuna del estadio Municipal de Pilar. Iban dos minutos y medio de partido y Beto, o Alberto Federico Acosta, acababa de dejarse caer en el área tras unos manotones con su marcador personal. Daba la impresión de que la gente de Fénix lo miraba de reojo. Nadie lo decía, pero parecía que algunos lo pensaban: “con 41 años, ¿éste no vendrá a robar?”. Y no. Acosta fue a resurgir. Al menos, mediáticamente, por una tarde y en el fútbol oficial de la AFA, sin grandes objetivos ni ambiciones para el futuro mediato. Porque el hombre de Arocena, Santa Fe, que se retiró de la primera A en 2003 en su querido San Lorenzo, había seguido haciendo lo que ama, jugar al fútbol, en torneos intercountries. “Esto era para disfrutarlo”, repetía ayer el ex romperredes de San Lorenzo. “Esto” era jugar un partido con Fénix, por los puntos, en la primera C. Y los puntos, los tres, quedaron ahí, al borde de la ciudad de Pilar, gracias al 3-2 que por la 21era fecha el equipo albinegro consiguió frente a San Miguel, y que le permiten ubicarse tercero, a cinco
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LAS SENSACIONES. “Es un sueño muy personal, algo que yo deseaba. Disfrutamos todos, mucha gente, amigos que vinieron a verme, como Rafael Savino, Pablo Michelini, Oscar Passet, mi familia... Más no se puede pedir. Hay como para escribir un libro. Una vuelta así, con un gol... Espectacular.”
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EL GOL. “Había dicho que este regreso era para disfrutarlo; no tiene nada que ver con lo que viví en el fútbol grande. Esto era más para dar una mano a los chicos. Es un gol importante, por supuesto, porque vale para el 3-2, para seguir arriba –que es lo importante– y para el objetivo: ascender.”
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EL FISICO. “Me sentí bien. Sabía que había trabajado bien en la pretemporada, aunque no como para volver al fútbol porque no lo pensaba. No es fácil readaptarse a un ritmo bastante fuerte, con chicos de 20, 25 años. No hay que olvidar que tengo 41 años y debía regular. Pensé que iba a cansarme mucho más. Veremos cómo amanezco mañana, pero lo manejé bien.”
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LA ACTUACION. “Creo que fue buena, muy buena. En el segundo tiempo jugué más como centrodelantero porque salió Sebastián [Neuspiller] y tenía que haber una cabeza de área. No era lo habitual mío de los últimos tiempos, porque me tiraba un poco atrás; me gusta jugar así. Y por estar después de 9 vino el gol: la primera pelota que tuve en el área terminó adentro. Un gol, para los goleadores, siempre es importante. Pero lo saliente fue el triunfo, que merecían estos chicos. Estoy mejor que lo que esperaba.”
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LA EXPERIENCIA. “Tuve un plus
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EL TRATO CON LOS RIVALES.
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EL FUTURO. “Dije que de visitante
Acosta acaba de anotar y celebra con una nueva camiseta en su trayectoria
unidades del líder, Colegiales. Beto mostró cierta lógica prominencia en el abdomen, pero no estuvo de relleno, en absoluto. Participó en las acciones de los primeros dos tantos y, con una cuasi palomita, logró el tercer gol, que a los 38 minutos del segundo tiempo pudo asemejarse a un adorno para un triunfo amplio, 3-0. No lo fue: ese tanto resultó fundamental, porque San Miguel convirtió de penal y de cabeza en el poco tiempo que quedaba. Sin esa conquista del santafecino, Fénix no habría festejado. Y su tarde no habría sido completa. Tuvo unas 32 intervenciones directas en el juego, una cada tres minutos en promedio. Seleccionó los momentos en los que tomó protagonismo, no fuera cosa de agotar pronto las energías que sus cuatro décadas y pico le otorgaban. Fue el de siempre: áspero en el contacto, simuló recibir faltas, protestó un poco, preocupó bastante, hizo amonestar a algún adversario, cayó un par de veces en fuera de juego, pidió la pelota al arquero en los saques, les habló a sus compañeros... Y mandó la pelota adentro del arco, el gran sello de su larga carrera. A su cargo estuvo la arenga previa, tras el calentamiento en el campo de juego. Fue el capitán y encabezó la salida del conjunto a la cancha, antes de santiguarse tres veces al pisar el césped. Soportó la marca personal de Leonardo
Un ritual que el 9 revivió cuatro años después El 6 de diciembre de 2003, en el Nuevo Gasómetro, había sido la última función de Alberto Acosta. Ayer, 1526 días más tarde, volvió a un vestuario por un torneo de la AFA, y fue de los últimos en irse, pues la prensa no dejaba de requerirlo.
Kulich, y ganó y perdió. La primera ovación tardó en aparecer, y vino de la barra, tras un cabezazo afuera. “Aplaudan, no dejen de aplaudir, los goles de Betito que ya van a venir”, cantó-exhortó un plateísta, casi sin repercusión. Y ni bien comenzó la segunda etapa, ante un banderín en alto por culpa de Acosta, otro comentó: “40 años jugando al fútbol y no sabe lo que es un off-side este b...”. Pero al rato (18 minutos) empezó a participar decisiva y positivamente en el tanteador. Un pase suyo al medio, que peinó Matías César, terminó en mano a mano de Leonardo Ruiz: 1-0. A los 37, otra de sus intervenciones acabó en Ruiz –la figura–, que señaló el 2-0. Y un minuto luego, Beto conectó de cabeza abajo un centro y festejó por sí mismo, con el abrazo general de sus compañeros y su típico gesto de los cuatro dedos levantados, aludiendo a su familia. Después, los goles visitantes no le quitarían la sonrisa. “Palermo suma capítulos a su película. ¿Esto sirve para una tuya?”, le preguntó LA NACION. “Puede ser. El regreso de una leyenda”, la tituló entre risas. El público de Fénix esperó que terminara de charlar con los periodistas en el campo para despedirlo con una ovación y brazos en alto. Alberto Acosta ya lo había conquistado, con lo que mejor sabe hacer: enviar la pelota a la red. El típico festejo de Beto con los brazos abiertos se repitió en ocho clubes; algunos fueron San Lorenzo –aquél con el que más se lo identifica–; Sporting, de Lisboa, y Boca; actuó también en Unión, Toulouse, Yokohama Marinos y Universidad Católica
// FOTOS D E G. HO ROV I T Z , E L D I ARI O REG I O N AL D E P I L AR
Y ARCHI VO
importante por ella, por un segundo de adelanto respecto a los demás. Pero también las piernas juegan y, por más que uno piense, hay cosas que no puede hacer.”
“Ellos iban perdiendo, se empezó a poner pierna fuerte, nos hicieron dos goles... Es normal en esta categoría. Incluso, creo que lo de hoy fue demasiado light. Hay que destacar que los chicos de San Miguel jugaron bien, y fuertemente, pero con mucho respeto. Me felicitaban, porque a los 41 años esto no es fácil. Algunos chicos me decían «yo gritaba tus goles, y ahora tengo que enfrentarme con vos». Fue muy lindo, muy respetuoso de su parte.”
no voy a jugar. No sé si estaré en otro partido de local. Se dio éste, nada más, y después se verá.”