Prevención de los trastornos musculoesqueléticos en la movilización ...

en este curso se hará mayor hincapié en la prevención de la patología musculoesquelética de la .... bien sea patológica (ej. ..... Atlas de Anatomía Humana.
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Prevención de los trastornos musculoesqueléticos en la movilización de pacientes para personal de centros asistenciales Manual del formador

Prevención de los trastornos musculoesqueléticos en la movilización de pacientes para personal de centros asistenciales Manual del formador

Asepeyo, Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social nº 151

Autores Francisco López Fernández Médico rehabilitador, Dirección de Asistencia Sanitaria Marta Cros Gutiérrez Fisioterapeuta, centro asistencial Madrid-Francisco Silvela Mª Teresa Llorens Rufach Médico del Trabajo, Servicio de Prevención Propio Coordinación Servicio de Prevención Propio Dirección de Asistencia Sanitaria Diseño Dirección de Comunicación

www.asepeyo.es

Índice 1. Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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2. Objetivos

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3. Contenidos teóricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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3.1 Gestión de la Prevención en Asepeyo y en el centro de trabajo 3.2 Trastornos musculoesqueléticos de origen laboral 3.3 Lumbalgias. Prevención en la movilización de pacientes 3.4 Columna vertebral

4. Contenidos prácticos: Prevención de riesgos y ergonomía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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4.1 Actividad laboral 4.2 Actividad diaria 4.3 Ejercicios

5. Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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1. Introducción En la sociedad actual, el dolor de espalda se ha convertido en un problema sociosanitario de primer orden. Trabajadores expuestos a actividades sedentarias prolongadas, malas posturas o esfuerzos excesivos en el manejo de cargas presentan un incremento del riesgo de padecer trastornos musculoesqueléticos. Igualmente, muchas de las actividades cotidianas que realizamos como dormir, conducir, levantarnos de la cama o de una silla, o el trabajo doméstico, pueden generar dolor de espalda si no son ejecutadas con una posición correcta de la columna. Las estadísticas del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, a través del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), indican la incidencia mayoritaria de enfermedades profesionales de carácter osteomuscular: con el 74,6% en 1997 (7.195 de 9.640), el 74,3% en 1998, el 78,9% en 1999 y el 81,6% (16.019 de 19.622) en el año 2000. Esta declaración podrá verse incrementada con el nuevo cuadro y registro de enfermedades profesionales, aprobado por el RD 1299/2006. En la VI Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo llevada a cabo por el INSHT en 2007, se detecta que el análisis centrado en las molestias musculoesqueléticas evidencia que suelen sentirlas el 74,2% de los trabajadores. Las más frecuentes están localizadas en la zona baja de la espalda (40%), la nuca/cuello (27%) y la zona alta de la espalda (26%). El personal sanitario manifiesta un mayor porcentaje de molestias con un 49,6%, un 34,4% y un 32,4%, respectivamente. La OIT afirma que la manipulación manual es una de las causas más frecuentes de accidentes laborales con un 20-25% del total de los producidos. Son muchos los factores que influyen a lo largo de nuestra vida en la aparición de un cuadro doloroso en la espalda, como factores genéticos, la edad, malas posturas, procesos degenerativos artrósicos, la obesidad, etc. Algunos de estos factores son inevitables, pero otros los podemos prevenir. La Escuela de Espalda se ha convertido en un arma muy efectiva en la prevención de las patologías de columna y en la disminución de sus repercusiones en la salud de los trabajadores. La publicación de la Ley 31/1995 del 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, y el Real Decreto 39/1997 del 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención, otorga rango de obligatoriedad y suma importancia a la formación de los trabajadores en materia preventiva. (Ley 54/2003 de 12 de diciembre, de reforma del marco normativo de la PRL y RD 604/2006, de 19 de mayo, por el que se modifica el RD 39/1997 por el que se aprueba el Reglamento de las SP.)

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2. Objetivos La necesidad de esta acción formativa se ha detectado en las actuaciones preventivas realizadas por el Servicio de Prevención Propio. Los objetivos de la acción formativa serán: Adquirir las técnicas correctas y seguras en la movilización de pacientes Aportar conocimientos de cómo mantener una buena higiene postural en todas las actividades diarias

3. Contenidos teóricos 3.1 Gestión de la prevención en Asepeyo y en el centro de trabajo La necesidad de esta acción formativa se ha detectado en las actuaciones preventivas realizadas por el Servicio de Prevención Propio. La investigación de accidentes/enfermedades profesionales e incidentes consiste en analizar los hechos y circunstancias que han dado lugar al mismo, determinando las causas concurrentes que lo han propiciado, proponiendo y adoptando las medidas correctoras para evitar su repetición. * Nota al formador: en caso de requerir más información, puede consultarse el Manual Interno M-522 y sus documentos anexos en la Pestaña Prevención, apartado procedimientos.

En el análisis de los accidentes ocurridos en Asepeyo durante los años 2007 y 2008, se ha observado que en un 30,50% del año 2007 los accidentes ocurridos con baja eran originados por algún sobreesfuerzo físico y en el año 2008 fue en un 50% de los casos. En el análisis epidemiológico de los resultados de los exámenes de salud realizados a los empleados de Asepeyo durante el año 2008 se detectaron factores de riesgo y/o alteraciones clínicas manifiestas en el 31% de los trabajadores examinados. El primer lugar lo ocupan las enfermedades cardiovasculares y los factores de riesgo relacionados con éstas, en segundo lugar las patologías o factores de riesgo más comúnmente asociados con el estrés (fatiga crónica, alteraciones sueño, cefaleas, trastornos por ansiedad y/o depresión) y en tercer lugar los trastornos musculoesqueléticos (asociados, en su gran mayoría, al dolor de espalda). * Nota al formador: En caso de requerir más información, puede consultarse el Análisis Epidemiológico 2008 en la Pestaña Prevención, apartado Memoria Anual.

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3.2. Trastornos musculoesqueléticos de origen laboral 3.2.1. Definición Estos trastornos se pueden definir como patologías osteomusculares que tienen su origen en sobreesfuerzos al movilizar cargas o al realizar posturas forzadas, en la exposición a vibraciones y/o a movimientos repetitivos realizados de forma habitual en la actividad laboral, que afectan principalmente a las extremidades superiores y a la columna vertebral. Este tipo de trastornos no se presentan únicamente como consecuencia de la actividad laboral. Como veremos más adelante, son muchas las actividades de la vida diaria que pueden conducir a su padecimiento.

3.2.2. Etiopatogenia La etiopatogenia parece estar relacionada con la realización de actividades en las que predominan las contracciones musculares mantenidas (trabajo estático muscular) y las sobrecargas mecánicas articulares. Este tipo de contracción muscular produce una disminución de la vascularización tisular del tejido muscular, que a su vez conduce a una disminución del aporte de energía al músculo y de la eliminación de detritus. Esta disminución del aporte sanguíneo y la acumulación de deshechos del metabolismo celular se manifiesta, en un primer momento, con la aparición de fatiga muscular.

3.2.3. Fases evolutivas Primera fase o de fatiga La realización de un trabajo con contracciones musculares mantenidas, sin realizar periodos de reposo, conduce a la aparición de fatiga, con el resultado de dolor y debilidad, que ceden al suspender la actividad laboral. Su duración se estima en varias semanas. Segunda fase o de contractura La fatiga, mantenida en el tiempo, da lugar a la aparición de contractura muscular. El dolor aparece al iniciar la actividad laboral y cede con el descanso prolongado. Esta fase puede llegar a tener una duración de meses. Tercera fase o de lesión La contractura mantenida en el tiempo conduce a la aparición de lesiones musculotendinosas irreversibles, con la aparición de dolor incluso en reposo.

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3.2.4. Factores de riesgo | Riesgos Se contemplan tres tipos de factores que pueden contribuir a la aparición de estas patologías: Factores físicos asociados al puesto trabajo: mencionados anteriormente, son los causantes directos de la aparición de la lesión. Sobreesfuerzos por movilización de pacientes Sobreesfuerzos por posturas forzadas Sobreesfuerzos por tareas con movimientos repetitivos Sobreesfuerzos por manipulación de cargas Factores psicosociales asociados al puesto laboral: su concurrencia favorece el desarrollo de la enfermedad. Insatisfacción laboral Bajo apoyo social de algunas profesiones, como maestros, sanitarios, etc. Bajo control sobre el trabajo realizado Monotonía laboral, trabajos en cadena, trabajos con baja creatividad, etc. Factores individuales: Predisponen al individuo para su aparición. Edad: Las personas de mayor edad están más predispuestas. Sexo: El sexo femenino tolera peor el sobreesfuerzo físico. Características antropométricas: Los individuos de baja talla y bajo peso son más susceptibles. Tabaquismo: Distintos estudios han relacionado el tabaquismo crónico con la aparición de episodios de lumbalgia. Patologías previas: La existencia de enfermedades degenerativas del aparato locomotor, enfermedades crónicas metabólicas, respiratorias y/o cardíacas favorecen su aparición.

3.2.5. Patologías más frecuentes Conviene mencionar las patologías más comunes en la extremidad superior y la columna, aunque en este curso se hará mayor hincapié en la prevención de la patología musculoesquelética de la columna. Extremidad superior Hombro: Afectación del manguito rotador Capsulitis adhesiva Artritis Tendinosis Otras causas

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Codo: Epicondilitis Epitrocloeitis Muñeca: Síndrome del túnel carpiano Mano: Tendinitis de D´Quervain Columna: Cervical: Cervicalgia postural Dorso- Lumbar: Dorsalgia Lumbalgia mecánica

3.2.6. Tratamiento El enfoque de este grupo de procesos debe ser fundamentalmente preventivo, por lo que se actuará sobre los factores de riesgo físicos y psicosociales del puesto de trabajo y sobre los factores personales del individuo. Cuando las medidas preventivas fracasen y aparezca la enfermedad, habrá que instaurar el tratamiento médico, quirúrgico y/o rehabilitador que se precise.

3.3. Lumbalgia. Prevención en la movilización de pacientes 3.3.1 Mitos en la lumbalgia Mito 1: El dolor de espalda suele ser incapacitante La incapacidad ante un dolor no responde sólo al dolor físico, si no que también está asociado a una respuesta emocional y a una situación vital determinada. Mito 2: Ante un dolor de espalda hay que descansar hasta que desaparezca En la revisión bibliográfica realizada se sugiere que el reposo en cama no es efectivo para el dolor lumbar y puede tener efectos negativos en el mismo.

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Mito 3: La mayoría de episodios están causados por accidentes o por elevar pesos La mayoría de pacientes no recuerda ningún incidente específico que desencadenara las molestias, ni que se produjese tras un esfuerzo concreto de levantamiento de carga o de un traumatismo. Mito 4: Los estudios por imagen permiten identificar siempre la causa del dolor De dos estudios por imagen realizados en personas asintomáticas sanas se observa que: En el realizado en 1990 por Boden, se encuentran hallazgos de imagen de hernia discal en un 20% de la población menor de 60 años y en un 33% de la población mayor de 60 años. En el realizado en 1994 por Brant-Zawadzcki, se encuentran hallazgos positivos de hernia discal en dos tercios del total de población estudiada. Mito 5: Todos los especialistas de columna están de acuerdo en quien debe pasar por el quirófano Si observamos la cirugía lumbar realizada en diferentes países del mundo, vemos que no en todos los países los especialistas están de acuerdo.

3.3.2 Evidencia científica en lumbalgias de origen laboral De estas revisiones sistemáticas realizadas sobre prevención de la lumbalgia, que engloban un total de 2.000 referencias bibliográficas, se han obtenido las siguientes conclusiones de alta evidencia científica: El 60-80% de los adultos ha tenido lumbalgia, ya que habitualmente suele ser persistente o recurrente. La lumbalgia es una de las causas más comunes de visita médica y de pérdida de horas laborales La carga física laboral se asocia a una mayor incidencia de lumbalgia y/o empeoramiento de la sintomatología. Los factores individuales y los psicosociales tienen más importancia que la propia carga física. Haber padecido previamente lumbalgias es, por si solo, el factor predictivo más importante para padecer nuevos episodios de lumbalgia. En la población asintomática, el componente psicosocial es el único factor de riesgo que se ha relacionado con la lumbalgia.

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Las radiografías, la resonancia magnética o los tests funcionales no tienen ningún valor en la predicción de la lumbalgia. Asimismo, se concluye en relación a: A. La relación entre trabajo y lumbalgia, independientemente del origen laboral, que se debe informar a los trabajadores de que: La lumbalgia es común y frecuentemente recurrente, pero los ataques agudos suelen ser breves y autolimitados. La carga física laboral es un factor de riesgo de la lumbalgia, pero habitualmente no es el más importante. La prevención y el seguimiento de la lumbalgia tiene que incidir sobre los factores físicos y los psicosociales. B. Algunos factores predictivos de la lumbalgia son: Haber padecido previamente lumbalgia es por si sólo el factor predictiivo más importante de sufrir nuevos episodios de lumbalgia. En la población asintomática el componente psicosocial es el único factor de riesgo que se ha relacionado con la lumbalgia. Las radiografías, la resonancia magnética o los tests funcionales no tienen ningún valor en la predicción de la lumbalgia. C. En la prevención de la lumbalgia: Las fajas o soportes lumbares no reducen la lumbalgia de origen laboral. La insatisfacción laboral y psicosocial son factores de riesgo de lumbalgia, consulta al servicio médico y absentismo.

3.4. La columna vertebral 3.4.1. Funciones y estructura Está constituida por: Las vértebras: Seis vértebras cervicales, doce dorsales y cinco lumbares. Las vértebras se articulan. Cada conjunto de dos vértebras contiguas, con el disco intervertebral, los músculos y los

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ligamentos que las unen, forman una “unidad funcional”. Estas unidades funcionales confieren a la columna su característica de movimiento y flexibilidad. La última vértebra lumbar se articula con el sacro, que a su vez se une a la pelvis mediante las articulaciones sacroilíacas de baja movilidad. Por este motivo, la estabilidad a nivel lumbosacro será muy importante para mantener una correcta orientación de la pelvis, ya que condicionará el grado de las curvas fisiológicas de la columna. Médula espinal: Es la parte del sistema nervioso central que discurre por el estuche óseo, formado por la superposición de las vértebras. Las raíces nerviosas emergen por los agujeros de conjunción. Salen nervios que envian información motora y llegan nervios sensitivos para conducir sus impulsos hasta el cerebro, a través de la médula. Ligamentos: Conectan las vértebras entre sí y dan estabilidad a la columna, evitando movimientos de rango excesivo. Músculos: Permiten el movimiento. Se disponen en la cara anterior (abdominales), posterior (paravertebrales) y laterales. El diafragma por arriba y los músculos del suelo pélvico por abajo, junto a la musculatura anterior, posterior y lateral de la columna debidamente potenciados, crean una especie de almohada neumática que estabiliza la columna vertebral.

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Morfología: Valorada en una vista anterior es prácticamente recta y la aparición de desviaciones en este plano se consideran patológicas recibiendo el nombre de escoliosis. En una vista lateral a nivel cervical, valoramos una curvatura de concavidad anterior (lordosis cervical), en columna dorsal una curvatura de concavidad anterior (cifosis dorsal), en lumbar una de concavidad posterior (lordosis lumbar) y por último el resalte sacro que genera una concavidad anterior. Funciones: Estabilidad: Es el eje central del cuerpo. Función de sostén: Actúa como sujeción de la parte superior del cuerpo. Flexibilidad: Por mediación de las articulaciones de las vértebras tiene capacidad de movimiento, en todos los sentidos. Amortiguador: De las vibraciones e impactos que genera el movimiento. Protege: La parte del sistema nervioso central constituida por la médula. Bloqueo: De diferentes partes del cuerpo, posibilitando la acción de los músculos y ligamentos para estabilizar en posición estática y proporcionarle movimiento en el espacio.

3.4.2. La postura Llamamos postura de una persona a la forma que adopta su cuerpo en el espacio y cómo lo mantiene para que no caiga por acción de la fuerza de la gravedad. Desde el punto de vista funcional se distinguen, 3 posturas: estática, dinámica y de reposo. El cuerpo humano está en equilibrio cuando su centro de gravedad (punto de aplicación de todas las fuerzas de gravedad, de todos los segmentos corporales) se proyecta dentro de su polígono de sustentación. A mayor superficie de apoyo el equilibrio será mayor. En bipedestación, se considera que el centro de gravedad se encuentra un poco por delante de las vértebras de L1 a L3. En situación de equilibrio se proyecta en el centro del polígono generado por el apoyo de los pies. Es evidente que el cuerpo humano tendrá mayor equilibrio en decúbito que en bipedestación, al ser más grande la base de sustentación. Para lograr esta posición de equilibrio, los músculos deben tener el mismo nivel de fuerza y flexibilidad para que unos grupos no tiren más que otros. Cuando hay una alteración de la postura, bien sea patológica (ej. Escoliosis, hipercifosis, etc.) o por la adopción de posturas viciadas, el centro de gravedad tiende a salirse de la base de sustentación y el cuerpo pierde su posición de equilibrio. Esta situación obliga a que unos músculos tengan que realizar una contracción más potente y mantenida, tendiendo a acortarse y otros a que se relajen haciéndose demasiado largos. Mantenido en el tiempo, este desequilibrio corporal repercutirá en la función articular, evolucionando

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hacia articulaciones demasiado rígidas o demasiado inestables. La incorrecta distribución del esfuerzo muscular condiciona la sobrecarga de los músculos, que son solicitados de forma continuada y genera, fatiga muscular, primer paso de las lesiones musculoesqueléticas por sobrecarga.

3.4.3. Alteraciones de las curvas fisiológicas Como ya explicamos anteriormente, la columna no es una estructura completamente vertical: presenta en el plano sagital (visión lateral) una serie de curvas conocidas como cifosis y lordosis, que se consideran fisiológicas. En el plano frontal, pueden aparecer pequeñas desviaciones que, sin llegar a ser fisiológicas, sí se pueden considerar como tolerables dentro de ciertos límites. El aumento de estas curvas por encima de unos criterios considerados patológicos dan lugar a alteraciones estáticas y dinámicas de la columna, con repercusiones estéticas, respiratorias y dolorosas de la columna. Hipercifosis dorsal En la visión lateral del raquis, el aumento de una curva en convexidad posterior por encima de cierto límite se considera patológico. La cifosis más frecuente es la dorsal y lo más llamativo es el cambio postural, con la aparición de gibosidad dorsal (joroba) y el aumento de la lordosis lumbar y cervical, para compensar.

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La cifosis puede asociarse a una desviación lateral, formándose una cifo-escoliosis. La cifosis puede ser de causa múltiple: -

Postural Congénita Adquirida (traumatismos, tumores, infecciones) Idiopática

Todas las cifosis, incluso las posturales, pueden ser causa de dolor de espalda en mayor o menor medida y requerir un tratamiento sintomático adecuado. La cifosis postural es una deformidad totalmente reductible. Debe recomendarse la corrección de los malos hábitos posturales y la realización de ejercicios, para mejorar la potencia muscular dorsal y abdominal. Hiperlordosis lumbar Es el aumento de la lordosis, es decir, una curva de convexidad anterior viendo el raquis de perfil. Se debe a múltiples causas: desplazamientos de segmentos vertebrales, afectaciones del disco intervertebral, debilidad o pérdida del tono de la musculatura abdominal (en personas que no hacen ejercicio y mujeres embarazadas). Son causa frecuente de lumbalgias. Se deben hacer ejercicios de corrección de la lordosis (báscula pélvica). Escoliosis Es la desviación lateral de la columna vertebral. Clasificación de la escoliosis: -

Estructurada, es la verdadera escoliosis. Postural o actitud escoliótica, se corrige cuando se adopta la posición contraria.

Se trata de una desviación lateral de la columna, sin modificación en la forma de las vértebras. Desaparece cuando la causa se suprime. Las causas más frecuentes son: -

Desigualdad en la longitud de los miembros inferiores. Una mala postura habitual. Contractura dolorosa de los músculos del tronco.

Toda escoliosis se asocia a una asimetría del tronco que se pone de manifiesto en la silueta del cuello, los hombros, las escápulas, el talle y la pelvis.

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Las repercusiones estéticas, respiratorias, funcionales y psicológicas de esta patología difieren según sea el nivel y la gravedad de la curva. El tratamiento de la escoliosis (dependerá del tipo y la angulación de la misma) irá encaminado a evitar el incremento de la desviación y a alcanzar un control postural que reduzca al máximo las repercusiones. Se puede realizar mediante un tratamiento funcional: flexibilización de la columna, potenciación de la musculatura y mejora de la función respiratoria, utilizando tracciones o electroestimulación; tratamiento ortopédico mediante la utilización de corsés o tratamiento quirúrgico en los casos de extrema gravedad.

4. Contenidos prácticos: Prevención de riesgos y ergonomía En esta parte de la acción formativa realizaremos todos los contenidos prácticos de la misma, con ejercicios que pueden ser de utilidad en vuestra labor diaria. La meta de la ergonomía es hallar una mejor correspondencia entre el trabajador y las condiciones de trabajo. Su objetivo es la adaptación del puesto de trabajo al trabajador y la prevención de lesiones con origen en requerimientos inadecuados del puesto de trabajo. La postura correcta debe ser aquella que resulte equilibrada, económica y confortable. Mantener una postura correcta previene la aparición de dolor vertebral y paravertebral de origen mecánico o lesional. Mediante la “higiene postural” tomamos conciencia de las posiciones que adoptamos en nuestras actividades cotidianas y laborales, y aprendemos a corregirlas para mantener una postura correcta. En definitiva, un correcto diseño del puesto de trabajo y una higiene postural adecuada serán la mejor prevención de la aparición de dolor de espalda.

4.1. Actividad laboral En la actividad laboral existen múltiples actitudes posturales que pueden producir dolor y lesiones de espalda. El diseño incorrecto del área de trabajo, así como el de las herramientas, máquinas y elementos auxiliares, la realización de tareas con importante esfuerzo físico o en malas posturas, puede exponer al trabajador a fatiga, molestias musculares en la zona del cuello y la espalda, alteraciones visuales o estrés. Debido a esto, es de vital importancia la higiene postural y el diseño correcto de los puestos de trabajo que impliquen el uso de Pantallas de Visualización de Datos, Manipulación Manual de Cargas (que incluye la movilización de pacientes). En Asepeyo los principales riesgos que podemos encontrar relacionados con los trastornos musculoesqueléticos son la movilización de pacientes, las posturas forzadas y/o estáticas y la manipulación manual de cargas.

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4.1.1. Actividades que requieren posturas forzadas Es conveniente cambiar la posición del cuerpo periódicamente durante el día, alternando las tareas, y hacer varias pausas cortas en vez de un descanso largo. De esta forma, al levantarse de la silla, estirarse o caminar evitará el estatismo sedentario. En los trabajos con posición de pie, para reducir la tensión muscular necesaria y mantener el equilibrio del cuerpo, es necesario mantener un pie en alto apoyado sobre un objeto o reposapiés y alternarlo con el otro utilizando siempre un calzado adecuado. Mantener el cuerpo erguido para que los discos intervertebrales puedan repartir correctamente el peso del cuerpo. En la medida de lo posible, evitar movimientos bruscos y forzados del cuerpo. En el caso de tener que levantar, alcanzar o trasladar objetos hay que seguir las normas posturales para la manipulación de cargas. Al igual que en los trabajos en posición sentado, para reducir la fatiga es conveniente cambiar de posición periódicamente.

4.1.2. Manipulación manual de cargas Se define el manejo manual de cargas como “cualquier operación de transporte o sujeción de una carga por parte de uno o varios trabajadores, como el levantamiento, la colocación, el empuje, la tracción o el desplazamiento, que por sus características o condiciones ergonómicas inadecuadas entrañe riesgos, en particular dorsolumbares, para los trabajadores” (R.D 487/1997). El concepto de carga, además de referirse a objetos, también incluye la movilización de personas y la manipulación de animales en una granja o clínica veterinaria. Se considera que el manejo manual de toda carga que pese más de 3 kg puede entrañar un potencial riesgo dorsolumbar, si se manipula en condiciones ergonómicas desfavorables. Esta manipulación de cargas es un factor de riesgo que puede provocar no sólo patología dorsolumbar (lumbalgia), sino lesiones musculoesqueléticas en otras zonas corporales como el hombro, la extremidad superior, e incluso la inferior. Sobre algunos de estos factores podemos influir de forma positiva, minimizando su influencia en la producción de dolor dorsolumbar y siguiendo una serie de normas posturales a la hora de movilizar cargas: Levantar objetos: Agacharse doblando las rodillas. Con la espalda recta y la cabeza erguida, apoyar los dos pies ligeramente separados en el suelo para mejorar el equilibrio. Agarrar el peso con firmeza (abrazando) lo más cerca posible del cuerpo. Entonces hay que levantarlo, estirando las piernas y manteniendo la espalda recta. Si la carga es demasiado grande o pesa mucho es conveniente pedir ayuda y realizarlo entre dos personas. Nunca se debe flexionar la columna con las piernas estiradas.

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Traslado de objetos: Tratar de repartir el peso entre ambos brazos, evitando trasladar más de 2 Kg en cada brazo. En el caso de trasladar un único objeto pesado, se debe llevar lo más cerca posible del cuerpo y sujeto con los dos brazos. Es aconsejable usar carro (delante), mochila, bandas o tirantes que distribuyan el peso entre los hombros y la pelvis. Nunca llevar una carga que obligue a inclinar la columna. Traslado de objetos (sin levantar el peso): Especialmente para cargas pesadas o de gran tamaño es conveniente empujarlo hacia delante, aprovechando el peso del cuerpo con un pie adelantado. Incluso es mejor apoyarse de espaldas al objeto y empujarlo utilizando la fuerza de las piernas. Siempre es mejor empujar que tirar. Alcanzar y colocar objetos: Para acceder a objetos en niveles superiores hay que intentar colocarse frente al objeto. Para que éste no sobrepase tu cabeza, utiliza una escalera o una banqueta. Mantenerlo próximo al cuerpo. Nunca hiperextender la espalda. 4.1.2.1. Principios básicos en la movilización de pacientes Reconocer y adaptarse al tipo de paciente(neurológico y/o politraumático) para optimizar su capacidad residual Explicar claramente al paciente los movimientos a realizar para propiciar su autonomía Procurar el espacio suficiente para realizar las movilizaciones Utilizar las ayudas técnicas existentes (tablas de deslizamiento, cucharas y/o grúas) Realizar movimientos horizontales. Deslizar, siempre que sea posible, y evitar gestos verticales (levantar) El personal sanitario debe estar en buena forma, correctamente adiestrado y practicar lo que aprenda Ayuda en las transferencias al paciente semidependiente Para la ayuda a un paciente semidependiente en la realización de transferencias o cambios de posición, el profesional deberá observar los consejos de protección de su columna y extremidades. Con tal fin, antes de proceder a movilizar al paciente deberá valorar el grado de colaboración que recibirá, plantearse la estrategia de movilización y explicársela al paciente para obtener su colaboración. En el momento de llevarla a cabo deberá mantener su espalda recta, caderas y rodillas semiflexionadas y base de sustentación amplia separando los pies y adelantando ligeramente uno de ellos.

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Asistencia a través del hombro para el paso de decúbito supino a sedestación Posición: El profesional al lado de la camilla, espalda recta, caderas y rodillas semiflexionadas, pies separados, adelantado ligeramente uno de ellos para aumentar la base de sustentación. Paciente en decúbito supino. Acción: El profesional pasará una de sus extremidades superiores por detrás de la cabeza (estabiliza la misma) y cara posterior del hombro más alejado del paciente. Con la extremidad superior más próxima al costado del paciente, colocará la cara anterior de su antebrazo en la cara posterior del brazo del paciente hasta situar su mano en la cara posterior de su hombro. Con este proceder se estabilizan ambos hemicuerpos del paciente. Se solicita al paciente que intente levantarse al tiempo que el profesional realiza una tracción con sus extremidades superiores y fuerza con las inferiores.

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Asistencia con mano por debajo de la rodilla para el paso de decúbito supino a prono Posición: El profesional al lado de la camilla, espalda recta, caderas y rodillas semiflexionadas, pies separados, adelantado ligeramente uno de ellos para aumentar la base de sustentación. Paciente en decúbito supino con la rodilla más cercana al fisioterapeuta en semiflexión de 45º y hombro en adducción horizontal máxima. Acción: El profesional introduce su extremidad superior por debajo de la rodilla más próxima del paciente para llevar su mano hasta la cara anterior de la rodilla más alejada del paciente. Apoyará la mano contraria en la cara posterior del 1/3 posterior del húmero de paciente. El profesional impulsará al paciente realizando fuerza hacia delante con la mano situada en el húmero y hacia atrás con la situada en la rodilla. El paciente prácticamente no debe realizar esfuerzo.

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Asistencia en el paso de silla de ruedas a bipedestación con doble agarre frontal Posición: El profesional delante de la silla de ruedas enfrentado al paciente, espalda recta, rodillas semiflexionadas, pies separados adelantado ligeramente uno de ellos para situarlo entre las piernas del paciente o delante del pie de la extremidad que realizará el impulso. Acción: El paciente se agarra al profesional realizando un abrazo por encima de los hombros del fisioterapeuta para llevar las manos detrás del cuello y entrelazarlas. El profesional agarra al paciente abrazándole por debajo de los hombros llevando sus manos a nivel dorsal para entrelazarlas. El paciente tomará impulso con su pierna dominante al tiempo que el profesional realiza un balanceo hacia atrás, aprovechando su propio peso y la fuerza de sus extremidades inferiores.

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4.3. Ejercicio físico Una buena forma física asegura un sistema musculoesquelético flexible, móvil y fuerte. El seguimiento habitual de un programa sencillo de ejercicios físicos de extremidades y columna contribuye a su flexibilidad y a la preparación del sistema para responder a solicitaciones mecánicas extraordinarias en el momento de realizar determinado esfuerzos. Uno de los objetivos de la prevención de los trastornos musculoesqueléticos es evitar que aparezca un desequilibrio corporal, favoreciendo con movimientos, estiramientos y ejercicios de potenciación, su conservación. Únicamente recordar que un programa de ejercicio físico debe incluir ejercicios de estiramiento y potenciación de extremidades superiores, inferiores y columna vertebral, además de ejercicios respiratorios y de relajación general. Los ejercicios deben practicarse con ropa cómoda, en un ambiente adecuado, relajado y sobre un suelo semiduro, utilizando colchoneta, manta o una base semejante. La cadencia debe ser lenta y suave, evitando los movimientos bruscos. No deben provocar dolor, ni fatiga. Deben establecerse pausas de descanso entre un ejercicio y el siguiente.

5. Bibliografía Referencias legislativas Ley 31/1995, de 8 de Noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales (BOE nº269, de 10 de Noviembre de 1995). Ley 54/2003, de 12 de diciembre, de reforma del marco normativo de la prevención de riesgos laborales. BOE, nº298 13-11-2003 Real Decreto 39/1997, de 17 de Enero, por el cuál se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención (BOE nº127, de 31 Enero de 1997). Real Decreto 487/1997, de 14 de Abril, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la manipulación de cargas que entrañe riegos, en particular dorsolumbares, para los trabajadores (BOE nº97, 23 de Abril 1997). RD 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo. BOE nº97, de 23 de abril. BOE nº97 23/04/1997 Real Decreto 604/2006, de 19 de Mayo, por el que se modifican el Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención.

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Documentación elaborada por profesionales de rehabilitación y fisioterapia de Asepeyo (20042007). Disponible en: Portal salud / Áreas temáticas / Información útil para pacientes: Recomendaciones para el paciente con lumbalgia (nº referencia: 120.536) Recomendaciones para el paciente con hombro doloroso (nº ref. 120.835) Recomendaciones para el paciente con cervicalgia (nº referencia 121.021) Ejercicios de estiramientos de las extremidades superiores (nº ref 121.264) Dossier informativo Aligera la carga. Reducción del riesgo de trastornos musculoesqueléticos en el lugar de trabajo. Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, 2007.

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