Panorama de la educación 2015 Panorama de la educación 2015: Indicadores de la OCDE1 es una de las fuentes más autorizadas de información sobre el estado de la educación en todo el mundo. Ofrece datos sobre las estructuras, la situación económica y el rendimiento de los sistemas educativos en los 34 países miembros de la OCDE, así como de otros países asociados. Coincidiendo con la publicación en español la Fundación Santillana con la colaboración de la Fundación Telefónica, edita una serie de notas explicativas con los indicadores más relevantes del informe.
Nota nº 1
¿Cuál es el gasto en educación por estudiante? La inversión española por alumno no alcanza la media de la OCDE en términos absolutos, aunque sí la supera en relación con su riqueza. Los países de la OCDE invierten, de media, 10.220 dólares norteamericanos al año en cada uno de sus estudiantes, comprendiendo, en este conjunto, a alumnos de educación primaria, secundaria y universitaria, así como a quienes eligen una formación profesional. En España, esta cifra es algo menor: 9.040 dólares por alumno. Sin embargo, si atendemos a la relación entre cada país y su riqueza, medida en el producto interior bruto per cápita (el trozo de la economía de un país que corresponde a cada uno de sus ciudadanos), vemos que el país invierte más que la media, en proporción, que el conjunto de Estados miembros de la OCDE: es el 28% de nuestro PIB per cápita. España supera a la media de la OCDE (27%) o, lo que es lo mismo: aunque el gasto por alumno sea menor que el del conjunto de los Estados miembros, la economía española 1
Pertenecen a la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, Corea del Sur, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Islandia, Israel, Italia, Japón, Luxemburgo, México, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Suecia, Suiza y Turquía.
realiza un esfuerzo levemente mayor que el que realizan, de media, los países del organismo. Ese porcentaje también supera a Chile y México, los dos únicos Estados latinoamericanos de la OCDE. Estos se encuentran por debajo de la media, con un 25% y un 21%, respectivamente, según el informe Panorama de la educación 2015, recientemente publicado.
España Gasto por estudiante
Chile
México
Media de la OCDE
Gasto por estudiante en relación con el PIB per cápita
Aunque en esa relación porcentual España sí que supera la media de la OCDE, al igual que, como veremos más adelante, lo hace en el gasto por estudiante de formación profesional, la inversión realizada en cada uno de los alumnos españoles no alcanza la media de la OCDE, en cualquier caso, en ninguna de las tres etapas formativas. Al observar por separado cada uno de los niveles educativos, vemos que algunas pautas se repiten: Luxemburgo, Suiza, Noruega y Estados Unidos son los que más invierten por alumno en todas las etapas, y Eslovaquia, Chile, México, y Turquía, los que menos. Las cantidades y estructuras de las inversiones en educación de los distintos miembros de la OCDE varían, fundamentalmente, en principio de su riqueza. A través de datos recabados entre 2000 y 2012, sabemos que los países en los que más ha aumentado la inversión en educación son los que siguen yendo a la cola en gasto. No hay un solo Estado miembro de la OCDE en el que, a pesar de la crisis económica, la inversión por estudiante no haya aumentado desde el año 2000 y, muy especialmente, en el período anterior a 2008. La pasada recesión es fundamental a la hora de interpretar la tendencia en inversión educativa: con todo, el texto no olvida que la muestra, que acaba en 2012, aún no refleja todas las repercusiones de aquel surco.
Aunque desde 2005 hasta 2012 el gasto por estudiante aumentó de media un 21%, a partir de 2010 y 2012, periodo en el que el PIB comenzó a crecer en el conjunto de los países de la OCDE (gesto de recuperación con respecto de la crisis de 2007 en Estados Unidos, 2008 en Europa), el gasto en educación por estudiante disminuyó en más de uno de cada tres Estados miembros. En España, la inversión en educación, y el gasto por estudiante, alcanzó su pico en 2010 (aunque la recesión llegó en el cuarto trimestre de 2008) y decrece desde entonces. Por motivos así, según el estudio, la respuesta de los Estados de la OCDE a la recesión fue tardía. En los dos años de recorte, en España se acusa una fluctuación de 114 a 99 (16 puntos) 2 con respecto a los estudiantes universitarios, y de 113 a 103, (10 puntos), en los estudiantes de secundaria. Al igual que Chile, y que la media de la OCDE, España invierte en educación universitaria menos del doble (180%) de lo que lo hace en educación primaria, y promueve un acercamiento a la equidad, en este sentido, a partir de la crisis: el mencionado recorte de 16 puntos en educación universitaria es mayor que el de 10 puntos, ocurrido en educación secundaria. México, en cambio, gasta más del triple en cada estudiante universitario con respecto de cada alumno de educación primaria, y es el Estado miembro en el que esta diferencia es la más acusada. Con todo, España es de los pocos países de la OCDE, junto a Italia, Islandia y Hungría, en los que la inversión por estudiante no universitario ha decrecido desde que llegó la crisis económica. También figura en la lista de Estados miembros en el que, en los ejercicios posteriores a 2008, disminuyó el gasto por alumno universitario. El recorte de la inversión real coincidió con un aumento de las matriculaciones; a grandes rasgos, la crisis económica empujó a los alumnos de los Estados miembros de la OCDE a las universidades. De media, en 2012, se encontraba allí el 115% de los alumnos que estaban en 2005, tendencia presente, y casi uniforme, en el conjunto de los países. Si separamos de los gastos la inversión en I+D, cada universitario español cuesta, actualmente, 8.983 dólares, mientras que su formación en todas las etapas anteriores de la educación vale 8.152 euros. Esta diferencia (831 dólares) se acentúa en la media de la OCDE (1.502 dólares), y reitera esa tendencia por la que los países menos ricos distribuyen su gasto
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El 100 equivaldría al gasto por estudiante invertido en 2005, año anterior a la crisis y en el ecuador del periodo estudiado (recordemos, entre 2000 y 2012).
por estudiante de forma más equitativa, en lugar de concentrarla en la universidad, sin que olvidemos que hay excepciones al respecto. Dentro de la universidad, también hay diferencias. En España, la inversión en I+D (investigación y desarrollo, esto es: trabajo académico, publicaciones y divulgación, departamentos académicos y laboratorios, en oposición a la inversión en docencia pura) supone el 27% de lo que se dedica a cada alumno, porcentaje que crece hasta el 31% en la OCDE. En México, este porcentaje ronda el 18%, mientras que en Chile, el I+D apenas supone el 4,5% de lo que cuesta cada universitario. Cuando separamos el gasto en I+D vemos que los países de la OCDE invierten menos en los estudiantes de orientación general, es decir, quienes eligen la educación secundaria superior y la educación universitaria, que en los alumnos de FP (formación profesional), que eligen estudios más técnicos y en centros no universitarios. De media, la OCDE gasta 327 dólares más en los programas de formación profesional que en los de orientación general secundaria superior (en España, el bachillerato), mientras que esta diferencia alcanza los 2.106 dólares en el caso de los estudiantes españoles. En México, esa distancia se reduce a la mitad, mientras que en Chile, la inversión por alumno de educación secundaria superior es levemente mayor que la dirigida a quienes eligen una formación profesional.
España
Chile
México
Media de la OCDE
Gasto por alumno de educación superior, orientación general Gasto por alumno de formación profesional
La inversión por alumno en formación profesional es de los pocos indicadores en los que España supera a la media de la OCDE: 10.567 dólares por cabeza, frente a los 9.025 del conjunto. La excepción se acentúa al pensar que, al contrario de como ocurre en el resto de países, esto se debe a que los alumnos matriculados en FP en España es muy bajo. De
momento, los estudiantes españoles prefieren las universidades, aunque, al menos en términos de inversión, resultaran mejor recibidos en la formación técnica.