Opinión

AFTOSA: las fortalezas del modelo 'U %HUQDUGR&DQp Presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA)

El control de la epidemia de fiebre aftosa que azotó a nuestros rodeos durante el año 2001, una de las más graves de nuestra historia, la reapertura de la Unión Europea, Israel y otros destinos a nuestras carnes frescas, así como las buenas perspectivas que presentan otros mercados muy exigentes como Estados Unidos, Canadá y México, es la consecuencia de la restitución en el ámbito público de una política de Estado moderna y participativa, cuya eficacia ya había sido probada. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) es el escribano que da fe de la sanidad, la calidad y la inocuidad de los alimentos. La violación de ese rol, lamentablemente, afectó todas sus acciones y llegó a producir efectos tan absurdos como el cierre de mercados de granos, frutos de mar, o carne equina y aviar, no susceptibles a la aftosa, por citar algunas de las dificultades paraarancelarias que debimos remontar en los últimos 11 meses. Pero no estamos en esta función para ser historiadores. Con optimismo nos propusimos rescatar y adecuar nuestro modelo de gestión aplicado en los años ´90, que nos permitió obtener en 1996 el reconocimiento de la Organización Internacional de Epizootias (OIE) de País Libre de Aftosa con Vacunación. Hoy, el control de movimientos y la aplicación sistemática de vacunas, dos veces al año, a la totalidad del rodeo nacional son condiciones necesarias pero no suficientes. La clave está en la reconstrucción del sistema de acción sanitaria y vigilancia epidemiológica integrado por el SENASA, las provincias y más de 300 fundaciones locales de lucha contra la fiebre aftosa, que constituyen la base fundamental de nuestro proyecto estratégico y nuestra tarea cotidiana. La visión regional de la lucha contra la enfermedad y una rigurosa acción sanitaria, transparente y sostenida en el tiempo, le confieren



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consistencia a nuestro Plan de Erradicación de la Fiebre Aftosa 2001-2004. Esta situación nos ha permitido revertir la crisis de credibilidad internacional producida por el ocultamiento, un efecto más pernicioso que el rebrote de la enfermedad anunciado al mundo el 13 de marzo de 2001. Restablecido el compromiso de la década anterior vamos por más. El modelo participativo y descentralizado que nos ha permitido avanzar en el control de la aftosa está asumiendo, paulatinamente, un rol sustantivo en las luchas sanitarias con el objetivo de controlar enfermedades que hoy afectan el comercio de productos de origen animal y vegetal. A la par, el SENASA se ha propuesto modernizar su funcionamiento, adecuándolo a la dimensión planetaria del intercambio comercial y tecnológico, con un sentido nacional y solidario con todas las cadenas productivas a las que se encuentra vinculado. Estamos trabajando para establecer nuevas metodologías de gestión, fortalecer la capacitación de nuestro personal y evolucionar hacia instancias de participación más directas, eficaces y dinámicas, como la incorporación de los consumidores a nuestro Consejo de Administración. Debemos ampliar y modernizar nuestra capacidad de gestión. Los mercados mundiales demandan alimentos seguros y productos de origen agropecuario de calidad certificada en cantidades crecientes, en parte por la paulatina liberación del comercio internacional y en parte por el crecimiento de la población mundial. Toda crisis es una oportunidad. El desafío de la aftosa puso en tensión a todo nuestro sistema sanitario. Esta experiencia y la utilización de adecuadas herramientas de diagnóstico nos permiten afirmar que avanzamos hacia un nuevo sistema y nos preparamos para el nuevo paradigma: un organismo que agrega valor y facilita la integración de la producción agroalimentaria.