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IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Misiones, Posadas, 2008.

Nuevas modalidades de trabajo a partir del desarrollo forestal. Un estudio de caso en Aristóbulo del Valle, Misiones, Argentina. Noelia Gimena Potschka. Cita: Noelia Gimena Potschka (2008). Nuevas modalidades de trabajo a partir del desarrollo forestal. Un estudio de caso en Aristóbulo del Valle, Misiones, Argentina. IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Misiones, Posadas.

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Nuevas modalidades de trabajo a partir del desarrollo forestal. Un estudio de caso en Aristóbulo del Valle, Misiones, Argentina Noelia Gimena Potschka Becaria CONICET-PPAS-UNaM [[email protected]]

Resumen Esta investigación forma parte de mi tesis de grado, que describe una modalidad emergente a partir de un estudio de caso en Aristóbulo del Valle, Misiones, relacionada con el desarrollo de la actividad forestal y la escasez de recursos maderables no renovables a corto plazo. Así, la globalización representada en la expansión de la forestación ha dado lugar a la reconfiguración de una modalidad de trabajo propia de los obrajes tradicionales de bosques nativos, trasladando ciertos elementos a nuevos escenarios (bosques implantados), ocasionando la articulación entre los nuevos actores sociales. Se inscribe dentro del método etnográfico, propio del enfoque antropológico, considerando el contexto económico y social donde se desarrollan y el marco histórico donde operan las variables independientes e intermedias que condicionan el fenómeno emergente. Desde esta perspectiva resulta imprescindible un enfoque macroeconómico, que involucre la dimensión histórica (dinámica) con el fin de distinguir las formas presentes de valorización y acumulación del capital, el grado de desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción propias de la formación social. Estas cuestiones que refieren al contexto económico en gran escala, y la manera como se manifiestan en el caso seleccionado trae aparejada la descripción de las dimensiones: social, económica y ecológica; arrojando como resultado la caracterización de esta modalidad emergente y contribuyendo a la comprensión de los efectos de los procesos de globalización en las economías locales. Como conclusión, la reconfiguración de esta modalidad ha sido producto de la participación de los pequeños productores en la actividad como abastecedores de materia prima; la demanda del saber proveniente del bosque nativo, y la necesidad por parte de madereros que se abastecen de terceros de sustituir la madera nativa por madera implantada. Palabras claves: pequeño productor minifundista, obrajes, actividad forestal, sustitución maderable

Introducción A lo largo de la década del 90, Argentina ha sido escenario de numerosos cambios entre los que podemos mencionar el redireccionamiento de las actividades del Estado, expresadas en el traspaso de activos y funciones gubernamentales al sector privado.1 El proceso de privatizaciones marca un hito en grandes empresas del país, promoviendo el desembarco de importantes corporaciones transnacionales, provocando una cantidad 1

Esto se ha manifestado en la Ley de Reforma del Estado, implementada como forma de promocionar el proceso de privatizaciones.

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importante de operaciones de fusiones y adquisiciones, registrándose con particular intensidad en el transcurso de la segunda mitad de la década pasada, implicando cambios apreciables en la estructura de la propiedad, las modalidades de gestión y el funcionamiento de los mercados. La apertura económica además, ha permitido la incorporación de tecnología a través de maquinaria importada, contribuyendo de este modo a la tecnificación e innovación tecnológica de los procesos de trabajo. Otro fenómeno destacable ha sido el de la globalización, caracterizado como una nueva etapa en el desarrollo del actual régimen de acumulación que viene a fragmentar la función productiva en extensiones transnacionales, afectando contundentemente a todas las economías nacionales a nivel mundial.2 Cabe destacar que el sector foresto-industrial ha venido cambiado notablemente, avanzando en un proceso de reestructuración. A lo largo de estos años a través de diversos mecanismos se ha promovido la actividad mediante la actualización del marco legal y la eliminación de las regulaciones que de alguna manera “inhibían su desarrollo”. Estas medidas en busca de la consolidación del nordeste argentino basándose en el bosque implantado, como lo expresa la Lic. Claudia Peirano (2004) intentan lograr principalmente el posicionamiento del sector en el mercado internacional a través del logro de “competitividad internacional”3 en los productos elaborados. Esta reestructuración promueve el “uso múltiple y complementario” de su base productiva: el bosque. Un “uso múltiple internacional”4 muestra que el 46% se envía a la industria de la celulosa y papel; otro 46% se emplea en aserraderos y el restante 8% se destina a la generación de energía. De la madera destinada al aserradero, un 43% se convierte en madera aserrada5, mientras que un 33% es chips6 con uso en la industria de la celulosa o de aglomerados7; el restante 24% se destina a la generación de energía. Ahora bien, en los años 80 y 90 ocurre un fuerte crecimiento en la producción de rollizos basados en el desarrollo de los bosques cultivados en la provincia, consagrando a Misiones como la principal provincia productora de madera en rollo de Argentina, representando un 55 por ciento de la producción nacional.8 En términos de especies predomina el pino en Misiones, que representa el 92% de la producción de madera en rollo en la provincia, lo que equivale a 3,5 millones de metros

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En este contexto, a lo largo de los años 90 se ha ido avanzando en el proyecto de integración regional, representado por el MERCOSUR. La apertura comercial experimentada sistemáticamente por Argentina y la integración regional se reflejaron en un fuerte crecimiento del flujo de comercio intraregional y elevándose considerablemente la importancia de Brasil como destino de las exportaciones argentinas. Pero la súbita modificación del escenario económico en el principal socio comercial, consecuencia de la devaluación de la moneda brasileña (Real), ha dado lugar a reclamos para mejorar las condiciones competitivas de los sectores vinculados al intercambio externo, y en especial para facilitar las exportaciones al Brasil y limitar los ingresos de productos brasileños. Generándose como consecuencia, visibles tensiones en el ámbito del MERCOSUR. 3 La competitividad internacional del sector foresto-industrial depende de varios factores que van, desde la tecnología empleada en los bosques, hasta la existencia de un “cluster” productivo. 4 Significa utilizar el 95 por ciento del árbol. 5 El equivalente al 20 por ciento del total. 6 Aprovechamiento de las sobras de madera de aserradero (costaneros, despuntes, etc.) que se clasifican en limpios y sucios. Los chips limpios no tienen cáscara (corteza), mientras que los chips sucios tienen cáscara. 7 Industria de aprovechamiento de derivados. 8 En el caso de la provincia de Corrientes esta situación se muestra un poco diferente. En la década de los 90 la producción de rollizos se ha mantenido prácticamente estable en el nivel de 500 mil m3 anuales. En el período comprendido entre 1994 y 1997 ocurre un pico en la producción, resultante del incremento de las exportaciones de rollizos para pulpa, así como del acentuado crecimiento de la demanda de rollizos para producción local de tableros en la provincia de Entre Ríos. El pico de la producción ocurre en 1997, cuando fueran extraídos aproximadamente 1,4 millones de m3. La participación de Corrientes es aún poco representativa, abarcando solamente un 6% de la producción nacional. Esto es bastante contradictorio frente a la posición que ocupa esta provincia como la segunda mayor provincia detentora de bosques cultivados en el país.

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cúbicos anuales. La participación de las demás especies es poco representativa, como por ejemplo el pino Paraná (5%), eucalipto (2%) y paraíso (1%).9 Si bien la actividad forestal y su inserción en el mercado maderero se encuentra distribuida sobre todo el territorio misionero, presentaremos el caso de Aristóbulo del Valle, destacando la importancia que tienen los pequeños productores minifundistas como abastecedores de materia prima a las industrias de transformación de rollizos.

Presentación del escenario Aristóbulo del Valle se encuentra ubicado en la zona centro de la provincia de Misiones10, en el departamento Cainguás, junto con Dos de Mayo y Campo Grande (capital departamental), teniendo como principales accesos la ruta nacional Nº 14 y la provincial Nº 7. Actualmente el principal núcleo urbano más poblado es el kilómetro 204 y le sigue en importancia el kilómetro 212 (Villa Salto Encantado).11 Aristóbulo del Valle constituye un área productora de bienes primarios, con industrialización in situ y cuya actividad económica se asienta fundamentalmente sobre el sector agrario y la utilización del suelo como base del proceso de producción. Los pilares productivos son el sector maderero, yerbatero, tealero, tabacalero, forestal, la ganadería y el turismo, en menor escala. Este municipio presenta la característica de ser minifundista12, un 70 por ciento de la zona rural con explotaciones agropecuarias tiene una superficie de 25 hectáreas o menor, y el 30 por ciento restante varía entre las 25 y 100 hectáreas, con algunas excepciones que superan esta superficie. Sin embargo, las explotaciones menores a 25 hectáreas ocupan tan sólo un 10 por ciento de la superficie total relevada en el censo agropecuario de 1988, para usos de cultivo de bosques implantados, destinando suelos infértiles, bañados y pendientes preferentemente como forma de ocupación y recupero de suelos dañados. Estos colonos realizan una producción diversificada basada principalmente en cultivos perennes (yerba, té, etc.), con los cultivos anuales para fines de autoconsumo. Estos productos se cultivan en pequeñas parcelas de tierras subdivididas, donde además en forma incipiente se practica la actividad pecuaria, generalmente para responder a las necesidades del agro o para autoconsumo. Se crían bovinos para el laboreo de la tierra y para la producción de leche y sus derivados, que suelen comercializarse a pequeña escala, también para carne se agrega la cría de porcinos y aves para consumo y en algunos casos para la comercialización de sus productos. Su economía se basa en la eliminación de la selva en suelos altamente susceptibles a la erosión, en la dependencia para acceder a los insumos y al mercado de productos y en la 9 Basado en estimaciones para el año 2001, la producción de rollizos de eucalipto representa el 44% (280 mil m3) de la producción de madera en rollo oriunda de bosques plantados en la provincia de Corrientes. Los restantes 56% (350 mil m3) se vinculan a la producción de rollizos de pino. La producción de rollizos de eucalipto se concentra en la región sur de la provincia, la cual se orienta básicamente a la producción de pulpa y tableros en las provincias vecinas, particularmente Entre Ríos. 10 Ubicada a una distancia de 150 Km de la capital provincial. 11 La población de Aristóbulo del Valle se constituye por colonizadores de origen europeo y su descendencia que se han localizado en distintos núcleos a lo largo de la ruta nacional Nº 14. En el Km. 204 hoy sede del asentamiento de mayor grupo humano y punto de convergencia de sus colonias, se asentaron pioneros europeos y sus descendientes: alemanes, ucranianos y polacos.

En el Km. 209 hasta el Km. 218 se radicaron los pioneros en el año 1938, provenientes de diferentes puntos de la provincia y también de los países vecinos de Paraguay y Brasil. En la Colonia Cerro Moreno, se asentaron japoneses, actuales propietarios de Compañía Argentina de Té. Como pueblo, esta localidad es relativamente joven, ya que se funda en 1960, celebrándose el 3 de octubre el día de la colocación de la Piedra fundamental. Como colonia, se funda el 14 de junio de 1921, durante el gobierno del Dr. Héctor Barreiro. 12 La concentración de poca tierra en manos de muchos alrededor de grandes propiedades, puede explicarse en la historia del poblamiento de Argentina y de Misiones, en la cual lo sucedido en los últimos 20 años (el desarrollo del minifundio, la intrusión de campos y la agricultura itinerante) ha cambiado este patrón de distribución histórico (Laclau, 1994).

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imposibilidad de acceso a otras alternativas de producción. Por este motivo, muchos campesinos complementan sus necesidades de subsistencia con el empleo temporario en obrajes o en labores de cosecha de yerba mate o té (Laclau, 1994). En la localidad existe una gran diversificación de actividades, lo que indica la coexistencia de cultivos comerciales y de autoconsumo, propios de los predios menores. Los trabajadores primarios son familiares y la mecanización es casi inexistente. Por lo general emplea mano de obra familiar y muy difícilmente trabajadores asalariados. Esto explica por qué el área de mayor producción se ha ido desplazando hacia el nordeste, paralelamente al desarrollo de la frontera agrícola. Cabe destacar también la importancia de la actividad maderera, debido a que constituye históricamente una de las principales fuentes de recursos en la zona. Otro dato interesante de la localidad es que en ella se ubican las 13 227 hectáreas que conforman el Parque Provincial Salto Encantado junto con el área protegida del Valle del Cuñá Pirú y constituyen una de las unidades de conservación más importantes de la provincia. (Rolón y Chebez, 1998).13 El área del Parque Salto Encantado y el Valle del Cuñá Pirú ha sido explotada, como en mayor o menor medida lo fue todo el territorio provincial.

La actividad forestal Esta actividad se desarrolla en la localidad a través de los colonos minifundistas quienes, como hemos dicho con anterioridad, se han dedicado tradicionalmente al cultivo de la yerba, té, tabaco y otros productos anuales. Recientemente (hace veinte años atrás aproximadamente) la forestación impulsada por el pago de subsidios forestales, se constituye en una alternativa para estos colonos que veían en esta actividad una salida a la crisis de los productos tradicionales, como así también un aprovechamiento de las tierras improductivas. La siguiente transcripción corresponde a un momento de entrevista hecha a un colono del Km. 218 de la localidad de Aristóbulo del Valle, propietario de un cuadro de aproximadamente dos hectáreas de pino elliottii, y algunas plantas dispersas de pino Paraná, que comenta sobre su vinculación con la actividad. “Al pino elliottii los planté por un plan de Ifona, que más bien los planté por el subsidio más que por otra cosa. A este le cuidé más por el tema de las inspecciones. Y mirá, hoy recién me doy cuenta que me sirvió de algo plantarlos, porque en aquel tiempo para mí era como tener basura en la chacra, porque yo tengo yerba y té, y también tung, y con eso me bastaba para vivir bien. Todos estos productos estaban en plena producción y principalmente la yerba tenía mucho valor. Ahora lo que antes valía no vale nada, y como necesito plata para una operación resulta que lo que antes era basura hoy me saca del apuro.”(Entrevista Mariano65 años)

Trayectoria maderera El desarrollo de la actividad maderera en Aristóbulo ha estado relacionada íntimamente con la expansión de la frontera agraria, explotando la madera de montes nativos para realizar rozados en las chacras de los pequeños productores, expandiéndose poco a poco esta explotación, más allá de los límites locales, para la obtención de recursos que sustentan el mercado maderero.

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Su considerable superficie y su conexión con otras áreas naturales aún conservadas localizadas al norte y al sur de la misma, en la Sierra Central, hacen del área un sitio importante para la conservación de la Selva Paranaense en su límite sur de distribución.

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La frontera agraria continúa siendo hoy una modalidad de explotación en Aristóbulo del Valle, como lo afirma una familia dedicada a trabajos rurales en chacras ajenas de la zona del Cuñá Pirú, conformada principalmente por bosque nativo y minifundios con cultivo diversificado. “Él (por el patrón) quería que nosotros tumbemos el monte de un lote que tenía en la zona del Cuña Pirú. Después de tumbar los árboles quería que quememos todo, que plantemos pasto y que hagamos todo el alambrado para el potrero.” (Entrevista Francisco) Según Rulo Bregagnolo, reconocido ecologista de la provincia de Misiones, cuando se refiere a Aristóbulo dice: “…es una sociedad que hace una explotación impresionante de madera, una sociedad donde hay motosierras y aserraderos”. (Entrevista Rulo Bregagnoloecologista). Además también comenta que tradicionalmente la localidad se ha caracterizado por centrar su economía en la producción de madera para el mercado. Actualmente la madera de bosque nativo sigue siendo parte de la producción, aunque es un recurso escaso en las cercanías de Aristóbulo, por lo que se compran montes en zonas lejanas (hacia el norte de la provincia), para la extracción de rollos que luego son aserrados en la localidad. Esta madera es muy costosa dada su escasez, por lo que la madera de bosque implantado logra insertarse en su economía cubriendo parte de la demanda del mercado, haciendo que se tenga que adaptar las maquinarias de los aserraderos para el aserrío de rollos más finos y livianos, creándose así una alternativa de extracción de rollos de implantaciones locales. La aparición de forestaciones introdujo al mercado una madera distinta a la entonces conocida: la madera blanda14 sumado a la carencia de madera de ley15 en el mercado16, entre otros factores relevantes, que permitieron la expansión comercial de madereros, los que encontraron en las especies reforestadas (principalmente pino elliotii, taeda, paraíso, kiri y eucalipto) una alternativa para la sustitución de madera dura por madera blanda.17 Si bien estas superficies en la actualidad han disminuido debido a la tala indiscriminada, la expansión de la frontera agraria, entre otros factores, hacen que la vigencia de esta actividad en la zona sea aún de relevancia. Sobretodo si tenemos en cuenta que del total de aserraderos que actualmente se encuentran en la localidad (36), ocho corresponden a la transformación de madera dura, y once son mixtos, es decir, se trata de establecimientos que procesan ambas clases de maderas (blandas y duras), podemos inferir que más de la mitad de los aserraderos trabajan en el procesamiento de madera proveniente del bosque nativo.

Las condiciones de trabajo de los obrajeros La actividad maderera en Aristóbulo del Valle se constituye en una actividad de trayectoria en la zona y tiene sus orígenes en el proceso de ocupación del espacio por parte de los actores intervinientes en dicho proceso, principalmente colonos que junto con la frontera agraria han proporcionado los recursos para el desarrollo de la actividad extractiva. A su vez, el desarrollo de esta actividad en la provincia se remonta fundamentalmente al frente extractivo,18 “...entendiendo por tal un modelo de ocupación y utilización del espacio 14

Provenientes del pino elliotii, pino taeda, paraíso, kiri, eucalipto. O madera “dura”, correspondiente a las siguientes especies grapia, lapacho, anchico, cedro, entre otras. 16 Producto de la extracción irracional de estos recursos no renovables a corto plazo. 17 La disminución de las especies nativas vino a incidir en la participación de estas en la oferta total de madera, de forma decreciente. Según fuentes del MERNRT, en 1977 esta participación era del 35 por ciento, en 1987 del 19 por ciento y en 1997 la extracción de rollizos de maderas nativas descendió al 16 por ciento. 18 Originariamente, el aprovechamiento de los bosques naturales se limitaba al de unas pocas especies, calificadas como “madera dura” o “madera de ley” como el cedro, lapacho, anchico, grapia, entre otras, pero con el paso del tiempo, se fueron sumando otras especies de variada calidad. 15

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y, simultáneamente, un sistema productivo particular cuyas características fundamentales fueron y aún siguen siendo las siguientes: La baja inversión; las relaciones de producción precapitalistas; la destrucción de recursos no renovables a corto plazo y su inserción absoluta en un sistema de mercado regulado desde fuera de la propia región por un capitalismo desarrollado.” (ABINZANO 1985: 348) El frente extractivo impulsa el surgimiento de una infraestructura conformada por un conjunto mínimo de medios de transporte y comunicaciones, establecimientos comerciales, sistemas de seguridad, entre otros, situándose aquí la aparición de los primeros aserraderos, molinos y obrajes.19 “Los empresarios (contratistas, propietarios, permisionarios, etc.) sólo buscaban extraer el máximo de materia bruta y transformarla in situ en materia prima destinada a los centros extraprovinciales donde recibían tratamiento industrial.” (Ob. cit. 1985: 348) Con el transcurso del tiempo y bajo otras circunstancias la actividad ha ido cambiando en relación con la incorporación de tecnología, factor que ha venido a incrementar la capacidad de producción. Entre los avances en materia tecnológica que han sido incorporados a los obrajes tradicionales figuran la motosierra, que ha venido a reemplazar el uso del hacha; la oruga, como elemento de arrastre, en reemplazo de bueyes y el camión de carga, posibilitando el traslado de rollizos hacia las industrias de transformación. Si bien estas incorporaciones son de gran relevancia, las características que han definido al frente extractivo actualmente concuerdan con la modalidad de extracción que se desarrolla en Aristóbulo del Valle, entre otras localidades de la provincia. Tal es así que desde la SAGPyA se intenta cambiar este perfil, con la implementación de proyectos, tales como “Apoyo a la mejora de la competitividad de las Pymes del sector forestal industrial en Argentina” con financiamiento de la Unión Europea, en este caso. A continuación citaremos la caracterización que hace la SAGPyA. “A través de acciones de capacitación y formación, principalmente, se buscará eliminar las tradicionales limitaciones (...) gestión empresarial deficiente, baja capacitación profesional y técnica, sistemas productivos anticuados, inexistencia de sistemas de control de calidad, productos no adaptados a las exigencias de los mercados externos, escaso contacto con los mercados internacionales, falta de normas de seguridad e higiene en el trabajo forestal y en la industria de transformación de la madera, escaso nivel de asociativismo por parte de las empresas, falta de interrelación entre las asociaciones y desconocimiento de las ventajas de vender madera certificada20.” La modalidad de trabajo extractiva, en el caso de Aristóbulo concretamente, se sustenta en una lógica distinta a la que da impulso al desarrollo de la actividad foresto-industrial en la provincia. En esta lógica distinta, la forestación permite la incorporación de una madera nueva al mercado, la madera blanda, que viene a solucionar de algún modo la carencia de madera dura (producto de la disminución de la cobertura boscosa en la provincia) y el encarecimiento que esto supone, aportando ciertas ventajas, en relación con el ritmo de crecimiento que presentan estas nuevas especies. De este modo, la forestación viene a estar fuertemente influida por la modalidad de trabajo en bosque nativo, trasladándose a este nuevo escenario, el que se constituye a partir del bosque implantado, criterios, métodos y técnicas que son ajustadas a estas nuevas condiciones. 19

Los primeros obrajes consistían en voltear (tumbar) a hacha los árboles que estaban a pocos metros de los ríos o arroyos para ser transportados en jangadas. 20

La madera certificada presenta la característica de cumplimiento con las exigencias de los mercados internacionales en función de las normas de calidad y presentación de producto.

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Esta influencia también se refleja en el uso de la terminología propia del trabajo tradicional, ahora también empleada en el bosque implantado, por parte de los actores involucrados en este escenario. De este modo el trabajo de campo efectuado ha venido a corroborar y enriquecer la comprensión de dicho proceso. El hecho de que las plantaciones características de la zona presenten ciertas particularidades, como ser la ausencia de prácticas silviculturales (poda y raleo), la localización en función del aprovechamiento de tierras improductivas, entre otros, se constituye en un elemento a tener en cuenta toda vez que se traslada dicha terminología. Es decir, este tipo de plantaciones no convencionales desde el punto de vista de la planificación de una forestación, teniendo en cuenta las recomendaciones de los especialistas en función de la preparación de suelo, densidad de plantación, cuidados silviculturales, entre otros, viene a asemejarse a la imprevisibilidad de los obrajes naturales dadas las particularidades que presentan, cobrando importancia la experiencia adquirida en obrajes de bosque nativo.21

El obraje El criterio adoptado para la descripción del trabajo que realizan los obrajeros, así como del escenario en el cual se realiza el trabajo, ha sido el uso de los términos que los propios obrajeros emplean para referirse a ellos mismos y a lo que hacen. La actividad maderera supone una instancia de extracción que se desarrolla en el ámbito del monte (sea nativo o implantado), donde el obraje se constituye en el escenario en el cual se dan las relaciones de trabajo de extracción de materia prima. Esta incorporación de madera implantada al mercado ha venido a modificar los obrajes tradicionales que se hacían en bosque nativo, no sólo en su ubicación geográfica sino también en la composición del equipo de trabajo, la permanencia en los obrajes, en el uso de tecnologías y herramientas, entre otras cosas, advirtiéndose un vínculo permanente entre ambos tipos de obrajes. En principio describiremos brevemente los obrajes tradicionales, para poder entonces referirnos comparativamente al caso en cuestión. Elena Krautstofl en su tesis acerca de las “Condiciones de trabajo y calidad de vida de los peones forestales de bosque nativo de Misiones”, define al obraje del siguiente modo: “El obraje es el lugar físico donde se desarrollan las actividades de apeo y extracción de los árboles...” (KRAUTSTOFL 1991:58) Además agrega: “Los obrajes se levantan en el monte, este constituye el medio físico donde los trabajadores desarrollan sus actividades, lugares agrestes, enmarañados, tan duros en invierno como en verano.” (Ob. cit 1991:71) En el monte, entonces se desarrolla la extracción de rollizos a través de la división social del trabajo donde opera un equipo integrado por los siguientes actores sociales: motosierrista, zanellista, descubertador, camionero y ayudante. En relación con el trabajo que se desarrolla en el monte, cabe la siguiente cita: “De acuerdo a la información obtenida en campo, el proceso de trabajo (...) se desenvuelve básicamente de la misma forma en todos los obrajes. Pero hay que tener en cuenta las diferencias existentes entre unos y otros y que se refieren al nivel de capitalización de cada propietario de obraje, el grado de desarrollo tecnológico alcanzado, la cantidad de mano de obra afectada a este proceso. (Ob. cit 1991:62) 21

Esta importancia se traduce en criterios que son “ajustados” a estas condiciones.

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En alusión a los métodos empleados en la extracción, Krautstofl destaca la importancia de los conocimientos empíricos22 “Los métodos utilizados en los obrajes, responden comúnmente a conocimientos empíricos, referidos a una trayectoria de vida en contacto permanente con el entorno natural y con las tareas propias de esa actividad y en la mayoría de los casos, heredados por un pasado común. Métodos que se han ido desarrollando (no podríamos hablar de perfeccionamiento) desde aquellos primeros obrajes de principio de siglo, cuya característica esencial aún se basa en la depredación indiscriminada de las especies, en la movilidad espacial, transitoriedad humana y condiciones de vida sumamente precarias.” (Ob. cit 1991:58) La autora también comenta sobre las condiciones de trabajo de los trabajadores del monte. “La lógica del funcionamiento de esta actividad condiciona a los agentes a una rotatividad permanente, generando formas de precariedad laboral y de calidad de vida, las que tradicionalmente se las asocia con expresiones tales como: “transitoriedad de los obrajes”, “transitoriedad de la mano de obra”, “falta de afincamiento, es como si fueran nómades”.” (Ob. cit 1991:59) El obraje que se realiza en el bosque nativo, es considerado “pesado, duro, difícil”. Esto se debe, entre otras cosas a la irregularidad de los montes y a que la madera que se explota (madera dura) requiere de cierto manejo sobre las técnicas de volteo, debido a que los árboles que se extraen son de diferentes especies, poseen distintas formas, son de mayor tamaño y las herramientas utilizadas deben ser acordes a estos árboles. Además los riesgos que se corren son muchos, ya que se tiene que ser muy cuidadoso cuando un árbol inicia su caída, porque puede arrastrar o romper las ramas de los árboles vecinos ocasionando accidentes. Otro elemento importante es la ubicación de estos obrajes, ya que la distancia de los centros urbanos requiere la planificación de una estadía de trabajo, donde el campamento es la modalidad elegida. En estos casos el tiempo de estadía en el obraje varía entre una semana, dos o más, hasta el posterior regreso a sus casas. Como lo expresa Elena Krautstofl: “Las condiciones de vida de los trabajadores de obrajes, están íntimamente relacionadas con las condiciones de trabajo. Una vez más tendríamos que mencionar la precariedad a la que están sujetos durante toda su vida como trabajadores del monte, determinada por la movilidad laboral, la situación de campamento habitando en casillas de láminas que no cubren las mínimas condiciones de higiene.” (Ob. cit 1991:75) De este modo las condiciones de trabajo a las que están sujetos los trabajadores del monte hacen de esta, una actividad de riesgo, lo que exige de algún modo un grado de solidaridad entre los obrajeros que componen los equipos de trabajo. Cabe destacar que en estos contextos aparece la figura del capataz quien, como dice Krautstofl: “En general y en la mayoría de los obrajes, la organización técnica del trabajo, se halla a cargo de un “capataz” o “encargado de monte” como se lo llama habitualmente. Es el sujeto que programa y supervisa las actividades de: descubiertada; trazado del camino; el volteo; el arrastre de rollos y el transporte. Hace las veces de intermediario entre la cuadrilla y el patrón, sobre él, descansa la responsabilidad del buen funcionamiento del obraje y la obligación de solucionar los eventuales inconvenientes que puedan surgir, como ser la falta 22

Este es un elemento a tener en cuenta debido a que la importancia de los conocimientos empíricos también se privilegia en el caso de Aristóbulo, reivindicando nuevamente la trayectoria en el bosque nativo.

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de provista, la rotura de alguna máquina, algún problema de salud, etc.”(KRAUTSTOFL 1991:59) A continuación presentaremos fragmentos de una entrevista con un maderero con trayectoria en bosque nativo, que actualmente trabaja en obrajes de bosques implantados, que comentaba acerca del uso del término: “La palabra obraje es usada normalmente cuando uno habla del trabajo en el monte y en el pinal. Aunque entre los obrajeros hacen la diferencia de obraje y pinal. Por ejemplo, el trabajo en el obraje es mucho más pesado y cansador que el trabajo en el pinal; los mismos que hacen esa diferencia, cuando están en el pinal le llaman obraje.” (Entrevistado Enrique61 años) El mismo maderero define al obraje del siguiente modo: “El obraje es el obrador o lugar de trabajo donde se puede estar tumbando un árbol, arrastrándolo o desgajándolo (...) donde se concentran la máquina, el camión y la gente para cargar.” ( Enrique-61 años) En nuestro caso, si bien el término “obraje” se emplea en alusión al bosque implantado, existen diferencias, apreciaciones, que distinguen ambas modalidades, aún cuando se emplee el mismo término. Para entenderlas mejor, conviene ir a los datos de campo. “Hay unas cuantas diferencias con el tema del pino, uno llega al pinal, tiene una plantación de árboles y sólo tiene que tumbar. Por ahí se dejan algunos porque se van eligiendo los más gruesos, eso depende del patrón, pero todo lo que se necesita está muy a mano. Eso no pasa en el monte nativo, porque ahí hay que buscar los árboles, descubertar23, hacer picadas24 para que llegue el Zanello, los árboles están todos lejos uno del otro, y aparte es mucho más difícil tumbar un árbol grande. En el monte los árboles tienen gajos mucho más grandes y desparejos, en el pinal los árboles son mucho más chicos y los gajos son casi siempre iguales... que sé yo, no tienen nada que hacer al lado de un árbol de monte. Y otra cosa, es mucho menos peligroso que en el monte, porque en el pinal está todo limpio abajo, en la mayoría de los casos, y tenés para donde correr en caso de que el árbol gire para otro lado o que se rompa algún gajo; y en el monte te puede pasar cualquier cosa, que se caiga algún gajo, que se rompa un árbol de al lado o que el árbol al caer arrastre a otros.” (Entrevista Hugo-38 años- descubertador) Esta cita nos permite resaltar lo que las idas a campo han corroborado en relación con las diferencias entre montes nativos e implantados. En sí lo que se ha visto es un vínculo existente entre ambos tipos de obrajes donde el monte nativo representa el punto de referencia en relación con el bosque implantado, lo que se relaciona con la idea de “verdadero monte”, “monte de verdad”, como lo expresan sus propias palabras. De este modo los trabajadores que han participado en trabajos en el monte nativo se constituyen en personas de referencia, “verdaderos obrajeros”, que son tenidos en cuenta en la composición de nuevos equipos de trabajo en bosque implantado.

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Descubertar, es buscar los árboles en el monte, por especie, grosor y largo. De lo que se encarga el descubertador, en la zona a ser explotada, marcando un rumbo hacia los árboles encontrados para que se puedan ubicar más rápido cuando comience la actividad del obraje. 24 Hacer un camino para que entre la maquina hasta el árbol tumbado.

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Cabe destacar la característica que presentan los obrajes en bosque implantado que estamos analizando, debido a que al estar en chacras con producción diversificada, el factor “entorno” viene a condicionar la modalidad de extracción, ajustándola al cuidado de las plantaciones aledañas y la presencia constante del colono durante el desarrollo de la actividad, controlando el cumplimiento de lo estipulado previamente en la transacción (que no se dañen los cultivos, ni que queden gajos obstruyendo los caminos internos de la chacra) como así también pueden presentarse situaciones en el volteo de árboles cercanos a galpones, líneas de luz, alambrados, etc. Además, por la cercanía que suponen estas chacras, el tiempo de permanencia en los obrajes viene a acortarse, reduciéndose a la jornada laboral, siendo casi inexistente la estadía en campamentos como lo es en el bosque nativo.

Composición del equipo de trabajo Un equipo de trabajo en bosque implantado se compone básicamente por el motosierrista, el tractorista, el camionero, un ayudante y el patrón. y en algunos casos la presencia del colono. Independientemente del número de actores que se puedan encontrar trabajando en un obraje de acuerdo a la demanda.25 Más adelante detallaremos cada uno de estos actores. Cabe aclarar que esta composición es momentánea, es decir, sucede in situ, los obrajeros no están organizados previamente al trabajo. Es el patrón o contratista quien se encarga de seleccionar el equipo de trabajo, ajustándose el número de trabajadores de acuerdo a la necesidad que demande el trabajo, conforme a las dimensiones del lugar, cantidad de plantas a extraer, tamaño de las plantas, tiempo, etc. Como lo afirma un maderero entrevistado, que se dedica a la compra de plantas en pie y se encarga de organizar el obraje. “El equipo de trabajadores no es fijo, todo depende del trabajo que se haga. Pero lo normal es que estén trabajando tres o cuatro, el camionero, el tractorista, el motosierrista y yo, que siempre estoy y hago de todo” (Entrevistado Enrique-61 años) Además, el equipo de trabajo no siempre se conforma por las mismas personas, variando la composición y la selección de los trabajadores, de acuerdo a algunos factores mencionados por el mismo maderero: “No siempre es el mismo camionero, ni el mismo tractorista. Aparte hay gente que me hace el trabajo que ya tiene su equipo de trabajo formado. Otra cosa, es que hay gente a la que ya le tengo afecto, y con ellos tengo afinidad. Esta gente aparte de ser responsable, tampoco tiene problema en cuanto al tema del pago y casi siempre hacemos acuerdos por si sale algún negocio. Inclusive, si saben algún pinal me avisan, me pasan los precios y me hacen propaganda, esto es algo que tiene valor para mí. También cuando se tiene que entregar algún pedido, o si no se puede trabajar en la semana por mal tiempo, esta gente no me pone trabas para ir a trabajar sábado, domingo o algún feriado. Esas cosas se tienen muy en cuenta al contratar a alguien, la disposición que tenga para cumplir con el trabajo.” (Entrevistado Enrique-61 años) El tiempo de trabajo compartido en muchos obrajes, lleva a tener un conocimiento mutuo entre los integrantes de estos “cuasi equipos”, a tal punto que se diluye la estructura jerárquica entre peones y patrón, incluso en la toma de decisiones para todas las tareas que se desarrollan 25

En el caso de obrajes de monte nativo aparece la figura del descubertador, del que ya hemos hecho referencia con anterioridad.

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en un obraje. En caso de que el patrón no participe de la jornada de trabajo, este conocimiento genera confianza a la hora de delegar estas tareas, sin mantener una supervisión constante de la actividad del obraje. Cabe mencionar un factor importante que incide en la conformación del equipo de trabajo, que es la modalidad que se da en la compra de la plantación, de acuerdo al criterio que adopten las partes (dueño de la plantación y comprador), ya que en estas transacciones, el vendedor suele involucrarse en la actividad, ocupándose del arrastre en el caso de que tenga tractor, o del volteo de los árboles, si tiene motosierra, e incluso pueden acordar un precio puesto en planchada, donde el vendedor ofrece la madera lista para ser cargada en el camión, obteniendo un valor agregado en la venta de su producto. Teniendo en cuenta que la composición del equipo de trabajo prácticamente ocurre in situ, el factor “trayectoria en el rubro” es de suma importancia, debido a que permitirá en la mayoría de los casos el acceso a las tareas de obraje e influirá en el criterio de elección que emplee el contratista en la composición del equipo. De este modo, los contactos previos y el vínculo permanente en la actividad presentan una ventaja comparativa al acceso al trabajo, lo mismo que la trayectoria laboral. Es así como podemos encontrar tanta variedad, como obrajes existan. De acuerdo a la modalidad de la transacción, los tiempos de los trabajadores, la densidad de la plantación y el modo de organización que tenga el maderero.

Obrajeros Este término tradicionalmente ha sido empleado para definir al trabajador del bosque nativo. Según Elena Krautstofl, “El obrajero es aquella persona cuya principal actividad es la de proveer madera al mercado.” (KRAUTSTOFL 1991:58). El obrajero es toda persona vinculada directamente a la actividad de extracción maderera, ya sea en bosque nativo o implantado, como organizador o trabajador in situ. Actualmente los obrajeros se autodenominan de esta forma independientemente del tipo de bosque en el que estén prestando servicios. En Aristóbulo, históricamente los obrajes se desarrollaron en bosques nativos, creando una modalidad de trabajo que requiere experiencia, disposición de tiempo (días o semanas), ingenio, creatividad, habilidades e interacción entre las partes que componen un equipo de trabajo, conformándose como una “comunidad de obrajeros”, con trayectoria y conocimiento del rubro. Los primeros obrajes funcionaban con herramientas rudimentarias, por lo que esta actividad se caracterizó por ser de “trabajo pesado”, como lo afirman los mismos obrajeros: “...hoy ser un obrajero no es fácil, porque sino todo el mundo iba a querer trabajar en el obraje; pero antes no cualquiera se animaba a hacer el trabajo de un obrajero. En los primeros tiempos, los árboles se volteaban a hacha, después se arrastraban con bueyes, que muchas veces tenían que ser dos o más yuntas porque los rollos eran pesados y otras veces se cortaban en planchones o tablas, con sierras de mano en el monte y después se sacaban con carros, para hacer las casas, los galpones, y otros también llevaban esa madera para vender a Posadas. Esos viajes eran con carros tirados por bueyes o caballos, y duraban hasta más de un mes, a veces. Yo no viví esos tiempos de trabajo en el obraje, pero escuché las historias e incluso vi casas, techos y galpones hechos con maderas cortadas en aquellas épocas.” (Enrique-61 años, obrajero) Las relaciones de trabajo del obraje, se dan dentro de un marco de necesidad constante de compartir el trabajo, ya que este es pesado y cansador, y es la única manera de llevar adelante

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las tareas que allí se desarrollan. A consecuencia de esto, el obrajero tiende a mostrarse servicial, ya que constantemente puede necesitar de la ayuda de otros, teniendo una concepción de compañerismo directamente vinculada a la actividad. Sobre este tema, un tractorista entrevistado nos comenta lo siguiente: “La gente del obraje es macanuda, nunca tuve problemas. El obrajero no tiene problemas para ayudarte.”(Juan 38 años) Cuando un obrajero se muestra servicial con los demás compañeros de trabajo, es reconocido como un “buen obrajero”, alguien que no deja a nadie con un problema en la ruta, alguien que está presto a auxiliar a cambio de nada, sabiendo que puede pasar en cualquier momento por las mismas circunstancias. Esto es algo heredado de las costumbres de los obrajes de bosque nativo. El obrajero, también es una persona que se tiene que adaptar a las irregularidades del mercado maderero, itinerando de acuerdo a las ofertas que se presenten, como lo dice un obrajero entrevistado: “A veces trabajo para un tipo, se termina un pinal y por ahí se termina el trabajo, entonces trabajo con otro (...) pero varían entre unos pocos.”(Rául-38 años-6/10/2003) Estando dispuesto a ajustarse a las condiciones que se presentan en tiempos difíciles, tanto en materia económica como en las condiciones climáticas26, obligando las distancias a permanecer fuera de su casa durante todo el día e incluso, si estas son muy lejanas pueden pasar varios días sin regresar a sus hogares. Otro obrajero entrevistado comenta lo siguiente: “Yo trabajé en los obrajes de madera dura en la zona de Moconá, San Pedro, pero ahora ando por acá nomás. A uno ya lo conocen por acá, entonces uno tiene el laburo más seguro (...) otra cosa, en el monte uno sufre mucho más, y casi nunca sé esta en la casa; pero en el pino uno siempre vuelve a la casa, se sufre pero no tanto.”(Raúl 38 años) El trabajo en obrajes es un trabajo de riesgo, donde cada obrajero debe conocer el movimiento no sólo de los demás actores, sino también los riesgos de accidentes que pueden tener en el volteo de árboles, en el arrastre y en el cargado de los camiones, como así también el peligro en caminos sinuosos, en mal estado o con bajadas y cerros pronunciados. Estos riesgos se pueden prevenir gracias al conocimiento y la atención constante durante el trabajo. Los actores que intervienen en el proceso de trabajo de un obraje son, independientemente de la cantidad: el motosierrista; el tractorista o maquinista; el cadenero (o ayudante) y el camionero. El motosierrista es el encargado del volteo de los árboles, desgajado y despunte de los mismos, y el corte a medida o picado de los rollos en la planchada para su posterior cargado. Deberá movilizarse con sus herramientas (motosierra, bidones de combustible, limas, etc.) por toda la zona de la forestación a ser explotada, donde adoptará un criterio de volteo, de acuerdo a las características de los árboles, inclinación, diámetro, longitud, etc., para saber qué dirección le dará al corte, además deberá observar hacia dónde correr cuando el árbol comienza a caer en caso que surjan movimientos imprevistos.

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Lluvias, crecida de los arroyos, fríos y calores, que impiden exigir el rendimiento de las maquinas implementadas en la actividad, por el calentamiento de los motores.

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Después procede al desgajado y despunte del árbol, tratando de obtener la mayor cantidad de madera aprovechable. Una vez que el árbol está preparado para el arrastre toma el nombre de “rollo”. Si es necesario, el motosierrista deberá voltear árboles o cortar ramas que impidan el acceso del tractor para el arrastre. El siguiente es un recorte de una entrevista a un motosierrista con experiencia en bosque nativo, pero que actualmente trabaja en bosque implantado: ‘’El trabajo en el pinal es mucho más liviano que el trabajo que se hace en el monte, el pino es más sucio por la resina que te mancha toda la ropa y las manos, pero igual es más fácil, y cuando uno voltea un árbol en el monte, en el pino uno puede voltear diez. Porque en el pino los árboles son más chicos, los gajos son todos medio parecidos, y los árboles del monte tienen todos una forma distinta, porque hay muchas clases y los gajos son grandísimos, a veces hay que tumbar algunos árboles de al lado para poder correr cuando empieza a caer, y todo eso es pérdida de tiempo. Y otra cosa muy importante es el tema de la distancia que hay entre los árboles que se tienen que tumbar, cuando uno termina de voltear uno tiene que caminar a veces quinientos metros o más, para voltear otro árbol. Pero en el pinal uno tiene todo a mano, los árboles están todos juntos, uno termina uno y sigue con el que esta al lado, y abajo es todo limpio, por si tenés que correr, en el caso de que el árbol caiga mal.’’ (Miguel56 años) Cabe mencionar que un motosierrista con experiencia en bosque nativo, en la generalidad de los casos es visto por los demás motosierristas con respeto y es un referente al que se le pide consejos con respecto al volteo de los árboles, e incluso se pueden escuchar frases durante las jornadas de trabajo sobre este tema, que desprestigian a los que no trabajaron en bosque nativo. Los siguientes son comentarios, a modo de chistes, entre dos obrajeros, en una jornada de trabajo: “¿Qué me vas a enseñar vos si yo trabajé en el monte? ¿vos te crees que ahí se tumban arbolitos como estos? ahí sí que hay que saber porque si no enseguida te cae un árbol encima.’’ (Nota de campo) “Vos crees que porque tumbaste un pino ya sos un motosierrista? vos tenés que ir al monte y ahí vas a ver lo que es tumbar un árbol.” (Nota de campo) Pero también, cuando se presentan situaciones difíciles o de mucho riesgo, ya sea porque los árboles a voltear son muy grandes o porque haya que cambiar la dirección de la caída del árbol por la presencia de líneas eléctricas, casas, plantaciones, etc., se le delega la tarea a un motosierrista experimentado en bosque nativo, ya que inspira más seguridad, no sólo de parte del patrón, sino también de parte de los otros motosierristas, por ejemplo: “Tumba vos, porque ese es muy grande y yo no me animo” (Nota de campo) En cuanto al corte a medida que se da en la planchada, el mejor aprovechamiento de la madera, ya no dependen de la trayectoria en bosque nativo, sino de las habilidades del motosierrista, en el cálculo de las medidas para enderezar los rollos, coincidiendo estas con los pedidos de los clientes. Y esto es algo que se aprende más en el trabajo de bosque implantado, ya que los rollos que se extraen son relativamente finos, y del buen enderezado se obtiene un mejor rendimiento en la producción del aserradero. Esto también es un factor apreciado por los contratistas a la hora de elegir a un motosierrista. El tractorista es el encargado de arrastrar los rollos, que son volteados por el motosierrista, hasta la planchada, que es un lugar suficientemente espacioso como para amontonar los rollos

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para el posterior cargado en el camión. También se encarga del cargado del camión de acuerdo al tipo de tractor que tenga y el porte de los rollos extraídos. La maquinaria empleada en los obrajes de bosque implantado, son por lo general de medianas a chicas (tanto tractor, como camión, motosierras), a la que también se la suele llamar maquinaria “liviana”, tractores que se pueden ocupar en trabajos agrícolas, que sirven para “estirar” (arrastrar) rollos chicos, pero también se utilizan tractores medianos para arrastrar rollos más grandes o árboles enteros (desgajados y despuntados) y agilizar el trabajo, haciendo más dinámico el funcionamiento del obraje en general. Porque en el caso de que un tractor no alcance a arrastrar los árboles enteros, el motosierrsta tendrá que interrumpir el volteo, cortar a medida los rollos, facilitando así el arrastre al tractorista. El ayudante, es la persona encargada de enganchar y desenganchar los rollos al tractor, por lo que también se lo llama “cadenero”, pero también es el ayudante del motosierrista y del camionero en lo que haga falta dentro del obraje. El camionero (o fletero) se encarga de transportar los rollos del obraje al aserradero. Este puede ser propietario del camión o simplemente chofer. Cabe destacar que en el transporte de rollizos extraídos no se necesitan guías de permiso forestal, como ocurre en el caso del bosque nativo. Solamente se exige un remito forestal para presentar en los controles de ruta y en el aserradero. Cuando hablamos de los obrajeros, debemos referirnos también al uso de indumentaria, debido a que como esta corre por cuenta de cada obrajero, nos indica en cierto modo bajo qué condiciones se trabaja, en relación con los riesgos y el cuidado que ellos mismos se tienen. El trabajador típico de estos obrajes no posee uniforme de trabajo, a lo sumo algunos de estos obrajeros visten ropas de grafa, botines de trabajo y guantes, pero lo más común es que usen ropas informales, desgastadas, acordes al clima. Es decir, en verano ropas livianas, remeras, camisas mangas cortas, pantalones livianos o jeans y en invierno camperas, buzos, camisas mangas largas y pantalones de vestir o jeans, alpargatas, zapatillas, botas de goma en épocas de lluvias y un machete en la cintura. El casco no es empleado en estos lugares, la mayoría de los obrajeros usan gorras o boinas, por lo que se suele identificar rápidamente a cada uno de acuerdo al estilo personal que tenga, relacionando el tipo de indumentaria, con el estilo propio del obrajero, encontrándonos con gente que trabaja en el monte de alpargatas u ojotas, mientras otros estilan usar botas de goma sin medias. Algunos siempre llevan puesto boina o gorra, otros siempre tienen el machete en la mano o en la cintura. En este tipo de obrajes, la ropa de trabajo se compra el obrajero, a diferencia del peón forestal que debe usar la indumentaria que le provee la empresa, respondiendo a una normativa general de las ART, consistiendo en el uso obligatorio del casco, camisa y pantalón de grafa, botines de trabajo, guantes, etc.

Jornada de trabajo A continuación se explicará en qué consiste dicho trabajo. Las tareas que se desarrollan dentro de un obraje de bosque implantado son: volteo –o apeo- despunte y desgaje, arrastre, picado o medición - y carga. Como se verá a continuación, en muchas de las tareas que se describen, se utiliza la terminología empleada por los trabajadores para explicarla. Antes de comenzar la actividad general de un obraje, se escoge el espacio para la planchada, luego el motosierrista comienza a voltear los árboles, desgajarlos y despuntarlos. El ayudante se mantiene atento para enganchar el rollo al tractor, cuando el tractorista puede acercarse, ya que tiene que estar atento a los movimientos del motosierrista para que no le caiga un árbol encima. Una vez enganchado el rollo lo lleva hasta la planchada, repitiendo la operación hasta alcanzar una cantidad suficiente como para completar una o más cargas para el camión.

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Cuando la planchada esta completa de rollos, el motosierrisra suspende el volteo de los árboles y se encarga con el ayudante del picado a medidas de los mismos, que por lo general todas estas tareas están supervisadas por el patrón, mientras tanto el camionero se dedica a acondicionar la carrocería, colocando las “estaqueras,”27 los “varales”28 y los cables. El tractorista sigue con el arrastre, si es que quedan rollos fuera de la planchada o si no, va ubicando los rollos picados en dirección al camión, para facilitar el cargado. Una vez que los rollos están picados y el camión preparado para ser cargado, el equipo comienza a cargar los rollos, primero se trata de cargar los más gruesos en el piso de la carrocería del camión, estos son tirados con cables por el tractor29, en el caso de que hayan rollos finos es más fácil cargar a fuerza de hombre o a “muque”, que es el nombre que recibe esta modalidad de carga. Siempre se dejan los rollos más finos para cargar por último, teniendo en cuenta que cuando se esta terminando de cargar, todos están cansados y este es el momento que requiere mayor esfuerzo de los cargadores por la altura que alcanza la carga. El volumen de carga depende del tipo de camión que se este cargando, cuanto más grande sea, más carga puede llevar. Una vez que el camión esta cargado, se atan los cables para asegurar la carga y sale rumbo al aserradero, mientras el equipo de trabajo sigue con las actividades antes mencionadas (volteo, arrastre y picado), preparando otra carga para el camión. Planchada Antes de comenzar el volteo, se elegirá un espacio apropiado para “hacer la planchada”. Tendrá que ser un lugar espacioso, que permita el fácil acceso del camión, el amontonamiento de los rollos extraídos y el maniobrar del tractorista, junto con el equipo de trabajo para el posterior cargado del camión.30 En obrajes grandes o cuando las extracciones son a elección, dispersas unas de otras, se suelen hacer varias planchadas, una principal, y las otras menores, con el fin de amontonarlas por sector. Por lo general, cuando comienza la actividad de un obraje, se suele hacer una planchada provisoria, a un costado de la plantación, fuera del sector forestado; luego, mientras se voltean los árboles, se destina un sector donde se instala la planchada, esta vez sí dentro de la plantación. Cuando se trata de lineos o plantas separadas, se presenta el riesgo de dañar plantaciones aledañas, por eso se destinan espacios reducidos para hacer la planchada, como ser banquinas de caminos internos de las chacras, o vecinales, patios, potreros. Más adelante se detallará el trabajo que se realiza en la planchada. Volteo Una vez que la planchada ha sido elegida, el equipo de trabajo entra en escena: el patrón o encargado organiza el trabajo, localizando las plantas a voltear y recomendando al motosierrista el orden de tumbado de las mismas31. El método para efectuar el volteo, por parte del motosierrista queda a criterio personal, siendo este un elemento de importancia a la hora de posicionarse dentro del rubro. 27

Son los soportes laterales afirmados en la carrocería del camión, que contienen la carga, evitando el desmoronamiento de los rollos. Pueden ser de madera o hierro. 28 Son dos maderas o rollizos de entre 3 y 4 metros aproximadamente, que se emplean para facilitar el ascenso de los rollos a la carrocería del camión, asentando un extremo en el suelo y el otro sobre el piso de la carrocería, formando una rampa. 29 El cargado con cables consiste, en atar una punta del cable a la carrocería del camión, pasando el cable por debajo del rollo y atando la otra punta en el enganche del tractor. El tractor tira del cable haciendo rodar el rollo sobre dos varales apoyados en el borde de la carrocería, que sirven de rampa, para que el rollo suba sobre el camión. 30 La elección de la planchada, por lo general corre por cuenta del patrón o encargado, o el camionero, que sabe el espacio que necesita para maniobrar el camión. 31 Esta recomendación tiene un carácter de orden, en todos los casos. Pero dependiendo del motosierrista, el patrón le suele dar más o menos independencia en el trabajo en sí.

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Desgaje y despunte Una vez que el árbol ha sido tumbado, se procede a lo que los obrajeros llaman “desgaje y despunte”, a cargo del motosierrista y de ayudantes. Con esto el árbol toma forma de rollo. Arrastre Luego, el rollo es enganchado al tractor, por parte del tractorista y ayudantes, a quienes llaman “cadeneros”, en alusión a la función de enganchar y desenganchar los rollos al tractor con una cadena –o cable-. Además de esta actividad, los cadeneros, en carácter de ayudantes, se constituyen en una especie de comodines, colaborando en todo el trabajo del obraje. Una vez que el rollo ha sido enganchado al tractor, el tractorista se encarga del traslado del rollo a la planchada, repitiendo la operación hasta completar una cantidad estimativa de una o más cargas de camión. Cuando el número de rollos en la planchada alcanza para llenar una carga, se suspende momentáneamente el volteo y arrastre para proceder a cargar el camión. Medición (o Picado) Luego que los rollos han sido llevados y amontonados en la planchada, el motosierrista procede a la medición, que consiste en el corte a medida o “picado” de los rollos32, ayudado por el resto del equipo. Carga El cargado del camión se realiza en la planchada. Es una actividad donde participan todos: motosierrista, tractorista, camionero y ayudantes, y donde se hace evidente la “comunidad de obraje” a la que nos referimos más arriba. Es en este momento donde se da lugar a las risas, bromas, burlas. Las risas por lo general responden a situaciones que van pasando sobre la marcha, anécdotas, chistes que se cuentan mientras se trabaja. Las burlas, en cambio pueden interpretarse como formas de denuncia dentro del grupo. Por lo general giran en torno a la falta de voluntad para realizar el trabajo, o a la falta de solidaridad entre los compañeros de trabajo.33 La dirección de la carga la efectúa el patrón o encargado34, en conjunto con el camionero35, además de los aportes del equipo de trabajo en general. La trayectoria, destreza, conocimiento y experiencia laboral se constituyen en elementos de diferenciación dentro del grupo, debido a que es en estos espacios donde se recurre a la opinión de los más reconocidos. Además es el lugar donde se hace gala de la experiencia: en el caso del trabajo del tractorista, donde saber cargar se asocia a lograr correr un rollo usando la barreta36 sin necesidad de hacer tanta fuerza, también lograr ubicar un rollo para ser cargado, empujando con las ruedas del tractor, dejándolo en línea o en pilas para cargar con el fin de ahorrar tiempo y fuerza humana. El motosierrista, por su parte, muestra su habilidad en el volteo de los árboles, a través de la selección de la técnica adecuada que se ajuste a las 32

Las medidas del corte dependen de los pedidos demandados por los clientes a quienes venda el patrón. Por lo general estas medidas son estándares y van desde 2,5 a 5 metros, en intervalos de 0,50 cm. Fuera de las mismas se las consideran especiales. 33 Por ejemplo, mientras se ubica un rollo en el camión, alguien no coopera, se dice en tono de chiste: “este rollo no tiene espinas”, como diciéndole que no se va a lastimar si ayuda. Otro ejemplo típico es decir en tono de pregunta: ”¿Miranda no vino hoy?”, queriendo decir que mira mientras los demás trabajan. 34 La dirección del patrón o encargado, en muchos casos es presencial, es decir, se limita a supervisar que el trabajo se realice de manera habitual, sin sobresaltos. En otros casos responde a órdenes del tipo: “carguen primero los rollos más gruesos...” etc. 35 La supervisión del camionero se hace necesaria por el cuidado del camión, el acomodo de los rollos y la guía respecto a la cantidad de rollos por carga. 36 La barreta es una barra de hierro, de aproximadamente 1,5 metro de largo, con una uña en un extremo y una punta en la otro, que sirve para mover los rollos haciendo menos fuerza, utilizándola como alza prima, tanto en el acomodo de la carga del camión como en cualquier necesidad de mover rollos pesados en la planchada o en otro lugar del obraje

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características del árbol, en cuanto a sus dimensiones –tamaño-, como así también la orientación del mismo y su ubicación dentro del obraje.

Modalidad de trabajo Comúnmente el tipo de contratación es informal, donde las partes (patrón y peón) llegan a un acuerdo en precio por toneladas de madera extraída, donde cada uno tiene una porción de las ganancias (el motosierrista, tractorista y camionero), excepto el ayudante, que suele cobrar por jornadas trabajadas. El patrón suele adelantarles dinero para el combustible, provistas u otro tipo de gastos, además de mantenerse en constante contacto con el camionero principalmente, quien se encarga de llevar y traer del obraje a los trabajadores. La paga al personal se hace por lo general cada sábado, siendo la modalidad corriente el pago en órdenes de compra en supermercados de la localidad37, y parte en efectivo para pagos de boletas y compras en general.

Relaciones de trabajo Las relaciones de trabajo se dan sobre la base de las condiciones y el medio ambiente de trabajo, de ahí que para abordarlas en principio debamos tener presente, en contraposición con lo que dice la SAGPyA en la caracterización de esta modalidad, la presencia del carácter “asociativo”, donde la mayoría de los patrones que se encargan de la transacción con el dueño de la plantación (colonos en la mayoría de los casos) no cuentan con las herramientas para llevar adelante la extracción, implementando formas de asociativismo, que varían en cada caso, recurriendo a obrajeros que cuentan con herramientas propias. En algunos casos son los mismos colonos quienes se involucran con la actividad a través de sus herramientas de trabajo (ya sean tractor, bueyes, camión, motosierra) De este modo, la modalidad de remuneración que se acuerden entre las partes, vendrá a incidir en las relaciones de trabajo que mantengan. Cuando el obrajero es dueño de la herramienta de trabajo, cobra a destajo; mientras que si no cuenta con la herramienta de trabajo, la paga es por día de trabajo. A continuación se presentará el caso de un obrajero que posee un camión y una cargadora. “Yo tengo una cargadora, y hago el trabajo de arrastre y cargado del camión, y me pagan $5 pesos por tonelada puesta sobre el camión. En el caso que me pidan el flete, hasta el aserradero le cobro todo el trabajo entre $18 y $20 pesos depende la distancia.” (Raúl-38 años, camionero) El siguiente caso es el de un motosierrista que no cuenta con herramienta propia. “A mí me pagan por día, depende el patrón y el tipo de trabajo... entre $20 y $22 por día por tumbar los árboles y ayudar a cargar, si es en una chacra y son pocas plantas rinde menos, pero si es en un lote medio grande, el trabajo es mayor y te pagan más.” (Miguel-56 años, motosierrista) Otro factor que incide en las relaciones de trabajo, además de la propiedad sobre las herramientas de trabajo, son las características de cada obrajero, su rol protagónico dentro del obraje en función de su habilidad para llevar adelante las tareas encomendadas como de su compañerismo en el desarrollo general de la jornada. Aquí cabe resaltar la individualidad de cada obrajero, y su carácter de “único”, resaltando las características particulares en función 37

Tradicionalmente “la proveeduría” existente en los bosques nativos se vincula con la explotación y el sobreprecio de los productos. En este caso las órdenes de compra no tienen la misma connotación, en la mayoría de los casos.

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de su trayectoria laboral, permanencia en el rubro, como así también destreza en el uso de técnicas y herramientas de trabajo, entre otras características, haciendo de cada composición de equipos casos particulares, incidiendo en las relaciones que se vayan a dar en el contexto del obraje y en el rubro en sí. Esta situación responde a estrategias de adaptación a las condiciones de competencia y monopolización de la actividad en la provincia, que operan en el marco de un esquema de necesidad y supervivencia.

Consideraciones finales En el presente trabajo hemos visto que la actividad extractiva en la provincia de Misiones se remonta al frente extractivo, en el ámbito del bosque nativo. En este contexto el trabajador del monte u obrajero se encuentra fuertemente condicionado a las condiciones de trabajo a las que estaba sujeto, largos períodos de estadía en el monte, trabajo itinerante, alto riesgo laboral y por consiguiente alta solidaridad entre los integrantes de la cuadrilla o equipo de trabajo, entre otras. La modalidad de trabajo que se desarrolla en el bosque nativo representa un antecedente en el caso que hemos tomado, trasladándose principalmente la figura protagónica del obrajero y la conformación del equipo de trabajo a la explotación de bosques implantados, bajo nuevas condiciones. Estas condiciones han venido a cambiar los obrajes tradicionales que se hacían en el bosque nativo, no sólo en su ubicación geográfica y dimensiones a explotar, ya que se ubican en parcelas de chacras pertenecientes a productores minifundistas, sino también en el uso de tecnologías y herramientas y la propiedad de las mismas en manos de los obrajeros en muchos casos, advirtiéndose un vínculo permanente entre ambos tipos de obrajes. En relación con la conformación de los equipos, cabe destacar al igual que en los bosques nativos, la división social del trabajo, pero con la disminución de los riesgos en función de estas nuevas condiciones, y la presencia de la solidaridad como un factor importante en el desenvolvimiento general de las tareas propias de extracción, junto con habilidades intercambiables fuertemente vinculadas a la propiedad de la herramienta de trabajo. En estos equipos de trabajo, aparece la figura del patrón, como aquel que coordina las tareas en general y también la presencia del colono, como aquel que supervisa la extracción en función del cuidado general de la propiedad. La presencia del propietario en estos casos responde a la modalidad de producción, debido a que es característico de estos productores, la producción diversificada, donde la implantación de bosques se constituye en una caja de ahorro en momentos de incertidumbre y necesidad. Esta modalidad ha modificado las condiciones generales de vida de los obrajeros, sin quitarle por eso el rol protagónico dentro del obraje, producto de la trayectoria, habilidades, técnicas, criterios y saberes provenientes del bosque nativo que son de referencia en estos nuevos contextos. Los cambios en las condiciones de trabajo se deben a la disminución de la permanencia en los obrajes, lo que viene a incidir en la condición de “itinerantes” propias de los trabajadores del monte, entre otros aspectos a destacar. También cabe mencionar que estos obrajeros trabajan por un salario, y en los casos que cuenten con la propiedad sobre la herramienta de trabajo, la modalidad de pago es por tanto o a destajo. La aparición de esta modalidad, ha sido producto por un lado de políticas que buscaban la promoción de la forestación, en principio para el abastecimiento de las papeleras, y luego, para la producción de rollizos, donde colonos minifundistas vieron una alternativa a la crisis de los productos anuales, diversificando de este modo sus producciones. Por el otro lado, la necesidad por parte de los madereros de la zona que se abastecen de terceros, de sustituir la madera dura, debido al encarecimiento ocasionado por la disminución de estos recursos.

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Estas políticas de promoción de la actividad foresto-industrial, junto con la apertura económica de los años noventa, han producido un cambio cualitativo en el sector, de la mano del avance tecnológico, despersonificando no sólo al propietario de estas grandes producciones foresto-industriales -ahora sociedades anónimas- sino también al obrajero, limitando su accionar en el campo de trabajo al impartirle los métodos ya estipulados por un cuerpo técnico y dando origen al operario forestal.

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