NOVENA DE LA GRACIA - 2017 En honor de San Francisco Javier
¿Cómo nació la Novena de la Gracia? Es digno de mención, el interés mostrado por muchísimos peregrinos y devotos de San Francisco Javier, por conocer detalles y pormenores de la Novena de la Gracia, que se celebra cada año y universalmente del 4 al 12 de Marzo, y de modo especial y multitudinario en Javier, lugar de su nacimiento. Esbozamos aquí los puntos sobresalientes del origen e historia de esta Novena, para responder y satisfacer en lo posible estos deseos de sus devotos.
1.- Un milagro de San Francisco Javier originó la Novena de la Gracia Por la gracia y misericordia de Dios, San Francisco Javier realizó un espectacular y asombroso milagro en la persona del P. Marcelo Mastrilli, joven jesuita italiano nacido en 1603 en Nola (Nápoles). Este milagro es el punto original de la Novena de la Gracia. El mismo P. Marcelo lo cuenta detalladamente en una carta al Padre General de la Compañía de Jesús de entonces, Padre Mucio Vitelleschi. El milagro ocurrió en el Colegio de Nápoles en 1633 y el P. Marcelo Mastrilli tenía 30 años. Nápoles pertenecía a la Corona de España, cuyo Virrey era entonces el Conde Monterrey. Este Virrey quiso celebrar la fiesta de la Inmaculada con toda solemnidad y pompa en su Palacio, y para ello, ideó levantar cuatro altares grandiosos y suntuosos en los cuatro ángulos del patio interior, correspondiendo confeccionar uno de ellos a don Carlos Broncacho, íntimo amigo del P. Mastrilli, al cual llamó para dirigir el levantamiento y posterior desmantelamiento del altar, ya que era muy hábil y entendido en estos menesteres. Tras el acto festivo – religioso, en el desmantelamiento, y ya de noche, a un obrero que trabajaba en lo alto de una escalera de siete metros, se le escapó un pesado gran martillo de dos libras de peso que dio de lleno en cabeza del P. Mastrilli, quedando sin sentido y manando sangre por la brecha producida. Era el 11 de Diciembre de 1633.
2.- Los médicos dan por desahuciado al herido Los mejores médicos y cirujanos de Nápoles acudieron al Colegio. El 31 de diciembre, el enfermo empeoró de modo preocupante. Los médicos no ven la posibilidad de vida del P. Mastrilli, y se despiden del Colegio, dando el caso como humanamente irremediable. Se le ha paralizado el brazo izquierdo. Los nervios y músculos de la cara, del cuello, de las mandíbulas, se atrofian completamente y sufre espasmos. Se queda rígido de frío, sin reacción ante los remedios caloríficos que le suministraban. No puede tragar nada.
3.- El voto misionero del P. Mastrilli El Superior Provincial de Nápoles, acude al Colegio para despedirse del enfermo, P. Mastrilli, alentándole en aquellos últimos momentos. El enfermo, con mucho trabajo, pidió permiso al Padre Provincial, para hacer el voto de ir a las misiones de las Indias, si Dios le concede salud y vida. Concedido el permiso, emitió en presencia del Provincial fervorosamente el voto misionero, movido más por devoción que por esperanza de vivir. Se le administró la Unción de los enfermos y el P. Mastrilli pidió que le trajeran a la habitación un cuadro de San Francisco Javier. Lo colocaron junto a la cama. Además tenía en la mano una reliquia del santo que se la aplicaba a la garganta. Logró comulgar ante el asombro de sus compañeros pero todo el día fue una agonía. Para colmo de males, una gravísima infección lo había invadido.
Son las nueve de la noche del 3 de enero de 1634. En esa hora precisa, parte de la Comunidad está en la habitación del P. Mastrilli, para asistir a su muerte, y el resto está en Iglesia encomendándole a Dios, y disponiendo todo para el funeral. El Hermano sacristán, muy previsor, colocó los crespones negros en el altar y en el presbiterio, y llevó la mortaja a la habitación del enfermo. A la mañana siguiente, día 4, los fieles que acuden a la Iglesia de los jesuitas es numerosísimo. ¿Por qué? Porque de madrugada, ha recorrido por la ciudad entera no la noticia de la muerte del P. Marcelo Mastrilli, sino la de su curación total y repentina. En el altar mayor de la Iglesia de la Compañía, en el mismo altar preparado para la misa de su funeral, celebra la Eucaristía el P. Mastrilli, y da luego la comunión a los numerosos fieles asistentes.
4.- ¿Qué había ocurrido? Un gran milagro El mismo P. Mastrilli relató a sus compañeros la aparición del santo misionero mientras le estaba rezando y le animó a marchar a las misiones e incluso a pedir la gracia del martirio. Desapareció el santo tras la última oración del enfermo. En ese momento, cesó íntegramente el dolor y la enfermedad. El P. Mastrilli se quitó las vendas de la cabeza y los paños de la herida. El color normal en la cara, como cualquiera de los presentes. Ninguna señal o cicatriz en la cabeza. El cabello normal, siendo así que los cirujanos le habían rapado la cabeza. Aquella misma noche, por deseo del P. Rector, el P. Mastrilli escribió con todo detalle, durante dos horas y con una letra excelente el relato del milagro. El cuadro de San Francisco Javier que fue ocasión del milagro, fue llevado en procesión por toda la ciudad de Nápoles, y colocado luego en la Iglesia del colegio, en una capilla dedicada al santo.
5.- Misionero en el Japón y mártir. La Novena, devoción mundial El P. Mastrilli se convirtió en el gran apóstol de la Novena a San Francisco Javier conocida universalmente como Novena de la Gracia. Añadió a su nombre el del santo Misionero de Oriente y se llamará Francisco Marcelo Mastrilli. Se embarcó hacia el Japón con otros 32 jesuitas, saliendo de Lisboa el 7 de Abril de 1635, día del nacimiento de San Francisco Javier, y fecha también de la salida hacia las Indias del santo, 94 años antes (1541) a los 35 años. El P. Mastrilli tiene 32 años. Tras dos años y medio de travesía, desembarca en Japón el 6 de Agosto de 1637, y lo hizo ocultamente, por estar Japón absolutamente envuelto en una de las más horrorosas persecuciones anticristianas de la historia. El P. Mastrilli, preveía el martirio. Apresado al poco de desembarcar, fue condenado a muerte por un tribunal de Nagasaki, aplicándole el tormento de la fosa (az-uri), colgándolo por los pies hasta tocar con la cabeza el fondo de un pozo, de la altura y anchura de un hombre, rellenando las paredes del foso con inmundicias y sabandijas. Le hicieron incisiones en las sienes para que no perdiera el conocimiento manando sangre gota a gota. Permaneció colgado cuatro días con sus noches, sin lograr que apostatara. Lo sacaron y viéndolo todavía con vida, le cortaron la cabeza en la colina de Nagasaki, lugar de la crucifixión de los primeros mártires del Japón. Era el 17 de octubre de 1637. Tenía 34 años. El proceso de su muerte por la fe, se inició en 1638, y se conserva en la Real academia de la Historia de Madrid. La Novena de la Gracia, comenzó como devoción privada, y se hizo inmediatamente devoción pública y universal, en los nueve días anteriores a la canonización de San Francisco Javier, del 4 al 12 de Marzo, fecha que parece recomendaba el P. Mastrilli. Se extendió por toda Europa en fechas bastante cercanas unas de otras. En Malinas (1660), Lisboa (1665), Zaragoza (1670), Barcelona (1671), Madrid (1671), Paray-leMonial (1692). Varios Papas concedieron indulgencias especiales a los que hagan esta novena: Clemente XIII (1759), Pío VI (1783), León XIII (1898), Pío X (1904).
P. Frco. Javier Cortabarría, sj. Comunidad del Santuario de San Francisco Javier Javier (Navarra)