5 LA PENTAIDEA

Milton Henríquez

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LA PENTAIDEA

Con la caída del Muro de Berlín se declaró la “Muerte de las ideologías”, acusadas y condenadas por “dogmatismo”. Los partidos tendieron al pragmatismo como herramienta de gobierno. Veinte años después es evidente que el pragmatismo se volvió dogma y que muchas veces su aplicación llevó a incoherencias trágicas. Los partidos políticos modernos y efectivos, comprenden la diferencia entre ideología y dogmatismo y se han dado cuenta que la labor gubernamental requiere coherencia para ser efectiva. Para llevar a Panamá al Primer Mundo en una generación tenemos que construir primero un Partido Político de Primer Mundo y eso implica establecer la organización política a través de una visión común que le de coherencia a nuestra obra. La Ideología Social Cristiana o Humanismo Integral, es muy rica y poderosa, y por ello cuenta con vasta literatura que -lamentablemente- pocos se leen. Es indispensable pues crear una “síntesis portátil” de ésta, para que sea instalada en la totalidad de la dirigencia política que hará obra de gobierno.

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Con ese propósito hemos creado La Pentaidea que busca ser esa “síntesis portátil” que le permita a nuestros dirigentes y militantes contrastar las ideas, propuestas o proyectos y verificar si corresponden con nuestra visión del Mundo. Creemos firmemente que, al hacer esto, no sólo seremos gobernantes coherentes, sino también mucho más efectivos en la prevención y solución de los problemas que deberemos enfrentar y en el logro de los objetivos planteados el nuestro Proyecto Histórico: “Llevar a Panamá al Primer Mundo en una generación”. LA PENTAIDEA la podemos visualizar en nuestra estrella verde de cinco puntas, en donde cada punta representa una idea que se integra con las demás para sintetizar una ideología poderosa y transformadora.

1. LA PERSONA 2. LA DIGNIDAD 3. LA POTENCIALIDAD 4. LA SOLIDARIDAD 5. LA SUBSIDIARIEDAD

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LA PERSONA Es el eje, sujeto y objetivo de toda nuestra acción política. Así como para un fascista todo se hace por el Estado (encarnado en la persona del Duce, del Führer o del Caudillo) y para un comunista todo es por el Partido; y para un socialista todo es por la Sociedad; o para un liberal es el Individuo su razón política; para nosotros es: la Persona Humana. Alguno preguntará en qué se diferencia la Persona del Individuo; pues en varias cosas. Primero: el Individuo es un concepto físico material que significa literalmente “que no se puede dividir más”, o sea que el Individuo es la unidad mínima en la que se “divide” la Sociedad. Para nosotros, la Persona es la unidad básica con la que se “construye” la Comunidad. Vemos pues dos dinámicas opuestas, mientras una visión es divisiva y tiende al egoísmo, la otra es sumatoria y multiplicativa y tiende al altruismo. Tal vez podríamos definir nuestra visión más crudamente como un “altruismo egoísta” porque la Persona sola no se realiza plenamente, sino que es en la Comunidad en donde la Persona logra todo su potencial. También es importante resaltar que en general las demás ideologías políticas se preocupan de la creación y la distribución de los bienes materiales. La

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gran disputa entre socialistas y liberales es: ¿Cuál mecanismo es más eficiente para crear y distribuir los bienes materiales que produce la Sociedad? En general la polémica política se construye sobre la dimensión físico-material. Para nosotros la Persona se integra en tres dimensiones: La físico-material, la intelectual y la espiritual. Sólo satisfaciendo sus necesidades físicomateriales, intelectuales y espirituales -en conjunto- es que la Persona se realiza plenamente. Por eso nuestra acción política busca comprender y atender las tres dimensiones de la Persona y no sólo lo físico-material como las demás. La Persona es pues el eje de nuestra atención y de nuestra acción política. Las propuestas que tenemos, buscan atender la necesidad de realización de la Persona en sus tres dimensiones, a saber: La físico-material, la intelectual, y la espiritual, para lo cual la Persona requiere de vivir en comunidad. La vida en comunidad se da en varios niveles, tanto en el plano familiar, como el de vecindad, el de comunidad, el de municipio, el de provincia, el de nación, el de región y el de humanidad.

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En esta interacción, requerimos de normas de conducta que nos orienten hacia una convivencia armónica, productiva y satisfactoria. Por esta razón necesitamos comprender y vivir los otros cuatro conceptos. El concepto PERSONA está pues en la punta superior de nuestra Estrella Verde, a la cabeza y por encima de todas las otras.

DIGNIDAD Toda persona, por ser persona, tiene una dignidad. Esto es independiente de su raza, religión, género, nacionalidad, ideas políticas, profesión u oficio. Esta dignidad implica una serie de derechos que le son inherentes por ser persona y cuya validez es independiente de que lo diga o no lo diga la Ley. El Derecho a la Vida; el Derecho a formar una Familia; el Derecho a no creer o creer en un ser superior y rendirle culto; el Derecho a no ser vejado ni humillado y los otros propios del Derecho Natural son derechos independientes de que la Ley los establezca o no. Si la Ley no los contempla, nuestra lucha será para que lo haga, y si los establece, nuestra lucha será para que se respeten.

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Esta “Dignidad de la Persona” nos obliga a un trato respetuoso para con nuestros semejantes y para con los grupos organizados. Este respeto debe ser recíproco entre gobernantes y gobernados y plantea un deber de civilidad, cortesía, puntualidad, pulcritud y empatía con nuestros semejantes -y de estos hacia nosotros- independientemente de nuestro nivel jerárquico, social, económico o cultural. La DIGNIDAD la ubicamos en la punta izquierda superior de nuestra Estrella Verde, en el lado del corazón con el que sentimos y amamos.

POTENCIALIDAD Además de nuestra Dignidad, tenemos una Potencialidad. Nuestra potencialidad es la capacidad de realización que tiene cada persona en los ámbitos físico-material, intelectual y espiritual. En cada ser humano las potencialidades son distintas, así mismo son distintas en cada uno de los tres planos para cada persona. Sabemos también que su capacidad de realizar ese potencial está condicionada a circunstancias físico-materiales, intelectuales y espirituales.

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Nosotros comprendemos que la persona no escoge su circunstancia al nacer, y que a lo largo del camino a su realización toma decisiones, a veces acertadas y otras equivocadas. Nosotros creemos que es nuestro deber darles a todas las personas la oportunidad de iniciar su vida sin desventajas circunstanciales, y a lo largo de la misma, darle la oportunidad de corregir su rumbo -dentro de su libre albedrío- sin afectar los derechos de terceros. Es nuestro deber como gobernantes y dirigentes, no solo asegurar que la labor gubernamental no sea un obstáculo para el logro de dicha potencialidad, sino que la misma aumente las posibilidades de desarrollo de cada persona de manera equitativa. La POTENCIALIDAD está en la punta derecha superior de nuestra Estrella Verde, en donde se ubica -para la mayoría de los seres humanos- la capacidad física de crear, de producir y de comunicar. Para poder concretar en acciones de gobierno o en posiciones políticas, nuestras ideas sobre la Persona, su Dignidad y su Potencialidad, necesitamos la guía de otras dos ideas muy poderosas que deben implementarse en tándem. La Solidaridad y la Subsidiariedad.

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SOLIDARIDAD La Solidaridad es el deber que tenemos de dar a nuestro prójimo todo lo que podamos darle; ni más, ni menos. Solidaridad significa que, de nuestros recursos materiales, intelectuales y espirituales, debemos dar a los que tienen menos que nosotros todo lo que podamos darles. Esto es, que no debemos dar más de lo que tenemos o podemos dar, pero tampoco menos de nuestra capacidad, limitado solo a lo que establece el principio de “Subsidiariedad” del que hablaremos a continuación. Si usamos un ejemplo material diríamos que, si una persona necesita cien y yo tengo en exceso cien o más, debo dárselo; y que si una persona necesita cien y yo solo tengo cincuenta sólo debo darle cincuenta. Significa también que si yo tengo cien pero debo pagar la escuela o la luz o las medicinas y sólo me sobrarán diez cuando lo haga, yo solo debo dar diez porque lo demás está comprometido; no es un excedente. La SOLIDARIDAD la ubicamos en la punta izquierda inferior de nuestra Estrella Verde, en el lado de nuestra pierna izquierda, con la que nos impulsamos para acercarnos a los demás.

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SUBSIDIARIEDAD La Subsidiariedad es el deber que tenemos de abstenernos de dar al prójimo lo que él o ella pueden lograr por sí mismos. Subsidiariedad significa que no debemos herir la dignidad ni afectar la potencialidad de nuestros semejantes dándoles cuando no lo necesitan, dándole más de lo que necesitan o dándole de forma que los humille o los haga dependientes de otros. Todo ser humano prefiere ganarse el pan con el sudor de su frente, que ser dependiente de la caridad de otros. La Subsidiariedad es el mecanismo que garantiza que cualquier intervención que realicemos por otros no va a denigrar su dignidad humana, no va inhibir su potencialidad y por el contrario va a lograr la oportunidad de que la persona, la familia, la comunidad, el gobierno local o nacional recuperen su capacidad de realización de su potencialidad. La SUBSIDIARIEDAD la ubicamos en la punta derecha inferior de nuestra Estrella Verde, en el lado de nuestra pierna derecha, con la que nos impulsamos hacia arriba cuando queremos dar un gran salto.

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CONCLUSIONES Como hemos visto, nuestra PENTAIDEA no solo conforma una Estrella Verde sino que también corresponde al cuerpo humano. La Persona a la cabeza, la Dignidad en el lado de su corazón, la Potencialidad sobre su brazo derecho, la Solidaridad en su pierna izquierda y la Subsidiariedad sobre su pierna derecha. Nuestra PENTAIDEA permite contrastar cualquier iniciativa, sea del Modelo de Salud, del Modelo Educativo, del Régimen Tributario o de una ordenanza municipal y saber si es coherente con nuestra visión y si la propuesta no lo es, nos indica dónde hacer los ajustes para que lo sea, y siempre nos garantiza que lo que se haga sea para el beneficio de la Persona y no del Estado, de la Persona y no del Partido, de la Persona y no de la Sociedad o del Individuo, si es en detrimento de ella. Nuestra Pentaidea se aplica a nivel personal, a nivel familiar, a nivel comunal, a nivel municipal, a nivel nacional y a nivel internacional. La PENTAIDEA es nuestra brújula en el camino a llevar a Panamá al Primer Mundo en una generación.

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