María Luz Endere y José Luis Prado

de yacimientos arqueológicos y paleontológicos. 47. María Luz Endere y José Luis Prado. Capítulo 3 . 100 Obras del patrimonio arquitectónico olavarriense.
3MB Größe 55 Downloads 65 vistas
Patrimonio, ciencia y comunidad Un abordaje preliminar en los partidos de Azul, Olavarría y Tandil

Editado por

María Luz Endere y José Luis Prado

INCUAPA | Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires

Título original:

Patrimonio, ciencia y comunidad Un abordaje preliminar en los partidos de Azul, Olavarría y Tandil Dirección de los Editores:

María Luz Endere: [email protected] José Luis Prado: [email protected] INCUAPA, Facultad de Ciencias Sociales, UNCPBA. Av. Del Valle 5737, B7400JWI. Olavarría, Argentina Diseño y diagramación:

DG Anabella Galvano Serie Monográfica INCUAPA (Núcleo de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano) Director: Dr. Gustavo Politis y Codirector: Lic. José Luis Prado. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires Rector Ing. Marcelo Spina ISBN Queda hecho el depósito legal que manda la Ley Nº11.723

© INCUAPA Impreso en Argentina en 2008

índice

Colaboradores

7

Introducción

13

Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

17

María Luz Endere

Capítulo 2. Criterios de selección, valorización y zonificación de yacimientos arqueológicos y paleontológicos

47

María Luz Endere y José Luis Prado

Capítulo 3 . 100 Obras del patrimonio arquitectónico olavarriense 1890-1970. Criterios para la elaboración de un inventario del patrimonio arquitectónico

67

Mario Daniel Arabito

Capítulo 4. Patrimonio geológico de la región de Tandil, Olavarría y Azul (provincia de Buenos Aires)

77

Rodolfo O. Gentile

Capítulo 5. Conservación del patrimonio natural de los partidos de Azul, Olavarría y Tandil

101

Leonardo Raffo

Capítulo 6. Patrimonio paleontológico

111

José Luis Prado

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región Pablo G. Messineo, María A. Gutiérrez y Gustavo G. Politis

143

Capítulo 8. Las ocupaciones arqueológicas del Holoceno tardío en la cuenca superior del arroyo Tapalqué (partido de Olavarría)

167

Pablo G. Messineo y María P. Barros

Capítulo 9. Pinturas, pircas y aleros en las sierras de Curicó (partido de Olavarría)

187

Victoria Pedrotta, Patricia Madrid y Gustavo Politis

Capítulo 10. Algunas consideraciones en torno al valor patrimonial y a la preservación de las construcciones de piedra del Sistema de Tandilia 207 Victoria Pedrotta

Capítulo 11. El patrimonio arqueológico de la Antigua Frontera Sur: fuertes, fortines y tolderías

235

María del Carmen Langiano, Julio Merlo y Victoria Pedrotta

Capítulo 12. Inmigrantes en las Pampas. El caso de los vascos en Tandil

259

Marcelino Iriani

Capítulo 13. Patrimonio histórico e historias personales. Pulperías, almacenes de campaña y comerciantes en los márgenes de la frontera bonaerense

275

Valeria A. Palavecino

Capítulo 14. El desarrollo de la minería en el partido de Olavarría. Su abordaje desde la arqueología industrial

289

Carlos Alberto Paz

Capítulo 15. Patrimonio documental en Azul, Olavarría y Tandil

309

Nora Daniela Iarritu y María Luz Endere

Capítulo 16. Percepciones y reflexiones sobre el patrimonio de los partidos de Azul, Olavarría y Tandil

321

María Luz Endere, María Gabriela Chaparro, Valeria A. Palavecino y Nora Daniela Iarritu

Capítulo 17. Patrimonio mirando al futuro. El caso del partido de Azul

339

Carlos Enrique Fortunato y Mariela Tancredi

Capítulo 18. El cincelado del orfebre: patrimonio cultural inmaterial de Olavarría. El caso de la Escuela Municipal de Orfebrería y Artesanías Tradicionales María Eugenia Conforti, Mercedes Mariano y María Luz Endere

357

Capítulo 7 Las primeras poblaciones indígenas de la región Pablo G. Messineo, María A. Gutiérrez y Gustavo G. Politis

Introducción El poblamiento temprano del continente americano y la coexistencia de los seres humanos con los grandes mamíferos pleistocénicos extiguidos han sido algunos de los temas que atrajeron la atención de los investigadores desde los comienzos de la disciplina. En la región pampeana fue Florentino Ameghino quien a fines del siglo XIX y principios del XX marcó el inicio de las investigaciones sistemáticas sobre el proceso de poblamiento indígena. A pesar de que su hipótesis sobre el origen sudamericano y pampeano de la humanidad fue posteriormente refutada, sus aportes a las investigaciones sobre la ocupación humana del continente fueron relevantes. Sus desafiantes planteos motivaron discusiones a nivel mundial. Algunas de sus ideas pioneras, tales como la convivencia de los seres humanos con los grandes mamíferos extinguidos, se confirmaron por investigaciones posteriores, a pesar de la demoledora crítica que el antropólogo Aleš Hrdlicka š le hiciera en 1912. Las investigaciones arqueológicas desarrolladas en las últimas décadas permiten afirmar que el poblamiento humano de la región pampeana habría ocurrido hacia los 12.200 años radiocarbónicos antes del presente (AP.) y, entre este momento y los 8.000-7.500 años AP., se registran las evidencias del período de ocupación inicial de los ambientes pampeanos (Politis et al. 2004). Los restos materiales recuperados en varios de los sitios arqueológicos de la región han sido de gran importancia para interpretar el proceso de poblamiento inicial. Además, las investigaciones han generado información para discutir algunos de los modelos planteados a nivel conti-

nental sobre temas relevantes como, por ejemplo, cuándo y cómo se produjo el poblamiento inicial de América; cuáles fueron las estrategias de explotación de los recursos faunísticos y la tecnología lítica utilizada por los primeros pobladores y qué rol desempeñaron los grupos cazadores-recolectores en la extinción de la fauna pleistocénica (Bayón et al. 2006; Cione et al. 2001; Flegenheimer 1986-1987; Flegenheimer y Bayón 1999; Gutiérrez y Martínez 2007; Martínez y Gutiérrez 2004; Mazzanti 1997; Politis 1984; Politis et al. 1995, 2004, entre otros). En el centro de la provincia de Buenos Aires, en las cuencas de los arroyos Azul y Tapalqué, se han registrado dos sitios arqueológicos llamados La Moderna y Campo Laborde (Figura 1) que aportan información valiosa para discutir algunos de los temas anteriormente mencionados sobre los grupos cazadores-recolectores que poblaron la región pampeana. Ambos sitios, que presentan historias de investigación muy diferentes, se resumen y discuten en este capítulo. El primero de ellos, La Moderna, fue descubierto en 1972 y excavado en varias oportunidades por distintos equipos de investigación hasta 1984 (Figura 2) (Palanca et al. 1972, 1973; Palanca y Politis 1979; Politis 1984). En años recientes y debido a los resultados controvertidos de las dataciones radiocarbónicas sobre restos óseos de megamamífero, se obtuvieron muestras de sedimento del sitio para realizar nuevos fechados sobre materia orgánica (Politis et al. 2003). Los análisis del sitio La Moderna han sido abundantes y los resultados están publicados en su totalidad (Palanca et al. 1972; Palanca et al. 1973; Palanca y Politis 1979; Politis 1984; Politis y Gutiérrez 1998; Poli-

143

.07

Patrimonio, ciencia y comunidad

Figura 1. Ubicación de los sitios arqueológicos La Moderna y Campo Laborde. tis et al. 2003; entre otros). Por el contrario, el segundo sitio, Campo Laborde fue descubierto en el 2000 y se encuentra aún en pleno proceso de investigación. Sin embargo, los trabajos de campo y laboratorio ya realizados han permitido obtener gran cantidad de información que ha sido presentada en congresos y se encuentra en etapa de publicación (Messineo y Politis en prensa; Politis y Messineo 2008). Este trabajo tiene como objetivo presentar los resultados obtenidos hasta el momento en las investigaciones arqueológicas que se realizaron en ambos

sitios con el fin de caracterizar la ocupación humana temprana de las llanuras adyacentes al sector noroccidental del Sistema Serrano de Tandilia. Para ello, se resumen las interpretaciones sobre varios aspectos vinculados a las conductas de los cazadores-recolectores tempranos tales como las estrategias tecnológicas y de subsistencia, la antigüedad y la funcionalidad de los sitios arqueológicos, la movilidad y el uso de los distintos ambientes pampeanos. Por último, se combinan con la información generada en otros sitios arqueológicos a fin de caracterizar la forma de vida de las sociedades cazadoras-recolectoras tempranas de la región pampeana.

Figura 2. Excavación del sitio La Moderna durante la década del '70, a cargo del Lic. Floreal Palanca.

144

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Los sitios arqueológicos más antiguos del centro de la provincia de Buenos Aires Sitio La Moderna La Moderna, ubicado en el partido de Azul, fue el primer sitio arqueológico registrado de la región pampeana donde la asociación estratigráfica entre artefactos líticos y fauna extinguida fue confirmada (Palanca et al. 1972, 1973; Palanca y Politis 1979). El nombre del sitio deriva del antiguo nombre de la estancia “El Colorado”, propiedad de la Familia Miretzky. Fue precisamente un empleado de la estancia, el Sr. Carlos Ledo, quien descubrió los primeros hallazgos y se lo comunicó al dueño del establecimiento, el Ing. Bernardo Miretzky, quien a su vez llevó al Museo Municipal “Dámaso Arce” de Olavarría los restos arqueológicos hallados. Esto motivó las primeras excavaciones sistemáticas que fueron llevadas a cabo entre 1972 y 1973, bajo la dirección del Lic. Floreal Palanca, en ese momento Director del Museo y del Instituto de Investigaciones Antropológicas de Olavarría (IIAO), y la colaboración de

un nutrido grupo de arqueólogos y adscriptos al Instituto (I). Desafortunadamente, casi la totalidad del material recuperado durante los trabajos de campo iniciales se perdió debido a la combinación de dos circunstancias desafortunadas: el precipitado exilio del Lic. Floreal Palanca y las inundaciones que cubrieron la ciudad de Olavarría y el Museo Municipal “Dámaso Arce” en 1979 y 1980. Posteriormente, nuevas excavaciones y análisis (e.g. faunísticos, tafonómicos, tecnológicos y dataciones de Carbono 14) permitieron una mejor caracterización de la ocupación humana y de la antigüedad de los restos arqueológicos (Politis y Gutiérrez 1998; Politis et al. 2003) (II). Durante las distintas etapas de investigación se excavó una superficie de 51 m2 (Figura 3) y se recuperó una gran cantidad de materiales arqueológicos que llevaron a la identificación de dos eventos de ocupación humana (denominados componentes culturales). El Componente Inferior, el cual se presenta en este capítulo, está relacionado con la ocupación más antigua del área, es el que ha aportado los datos más significativos y el que ha sido investigado en profundidad. Dicho componen-

Figura 3. Planta de la excavación del sitio La Moderna en donde se observa las distintas etapas de investigación.

145

Patrimonio, ciencia y comunidad

Figura 4. Placas óseas de distintos géneros de armadillos gigantes extinguidos hallados en los sitios La Moderna y Campo Laborde (dibujos tomados de Meléndez 1990).

te está ubicado en una unidad geológica transicional (a’) entre los Miembros Guerrero y río Salado de la Formación Luján (ver Geología y estratigrafía de los sitios), y se halla integrada por sedimentos correspondientes a las orillas de un antiguo pantano (paleopantano). En estos sedimentos se hallaron en estrecha asociación abundantes restos líticos de distintas materias primas y huesos de un armadillo gigante extinguido o gliptodonte (Doedicurus clavicaudatus). Las distintas dataciones radiocarbónicas efectuadas sobre huesos de esta especie ubican a este evento de ocupación en el Holoceno temprano (ver Cronología de las ocupaciones tempranas). El conjunto lítico está compuesto aproximadamente por 2.000 desechos de talla y 16 instrumentos de cuarzo cristalino que presentan evidencias de retalla y/o retoque unifacial. Además, se halló una lasca de cuarcita y tres instrumentos confeccionados en cuarcita y dolomía silicificada (Palanca et al. 1973; Politis 1984; Politis y Gutiérrez 1998). Los estudios realizados sobre los filos de los instrumentos (análisis funcionales con microscopios de altos aumentos) sugieren que los mismos fueron utilizados en actividades de corte y en el raspado de sustancias duras (Politis y Olmo 1986; Politis y Gutiérrez 1998). Las materias primas de los artefactos líticos hallados en el Componente Inferior de La Moderna provienen de distintos afloramiento rocosos del Sistema Serrano de Tandilia. En primer lugar, hay una alta densidad de desechos de talla sobre cuarzo cristalino, lo que es esperable ya que el

146

afloramiento de esta materia prima se localiza a menos de 1 km del sitio y, por lo tanto, estaba fácilmente accesible para los cazadores-recolectores que carnearon al gliptodonte a orillas del pantano. Por otro lado, se recuperaron unos pocos instrumentos confeccionados sobre dolomía silicificada y cuarcita. La exigua representación de estas rocas se debe a que los afloramientos se hallan a distancias mayores (aproximadamente a 30 y 100 km, respectivamente -ver la localización de fuentes de aprovisionamiento de distintas rocas en el Capítulo 8) y, en consecuencia, los instrumentos de estas materias primas debieron ser transportados muchos kilómetros y haber sido usados en reiteradas oportunidades antes de ser finalmente descartados en el sitio. Los análisis faunísticos permiten proponer que el gliptodonte (Doedicurus clavicaudatus) fue posiblemente cazado o carroñado y luego despostado en las orillas del antiguo pantano. Las partes esqueletarias recuperadas en las excavaciones son sólo aquellas pertenecientes al esqueleto axial (vértebras y costillas) y placas óseas del caparazón (Figura 4). Por el contrario, no fueron halladas en el sitio las unidades anatómicas superiores de los miembros traseros y delanteros (e.g. húmero, fémur, tibia, etc.), las cuales son ricas en carne y grasa, de rápido procesamiento en los sitios de caza y fáciles de transportar. Estos resultados indican que los huesos faltantes en La Moderna pudieron ser transportados hacia otros lugares como son los campamentos residenciales o sitios de actividades múltiples, mientras que los restos óseos abandonados en el sitio fueron aquellos que no poseían altos rindes de carne (ver Los megamamíferos explotados, Figura III). Los estudios sobre los efectos tafonómicos realizados señalan que la composición del conjunto óseo y la acumulación de huesos de Doedicurus clavicaudatus no son el resultado de la dinámica fluvial en el pasado. O sea, no son la consecuencia de la acumulación de elementos dispersos (y originalmente desconectados) a causa del curso de agua. En consecuencia, las evidencias disponibles indican que la asociación de huesos de Doedicurus clavicaudatus y de los materiales líticos en la unidad transicional (a’) fue un evento producido como resultado de la actividad humana intencional como es la caza o carroñeo y el despostamiento de una presa (Politis y Gutiérrez 1998).

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Geología y estratigrafía de los sitios La zona donde se localiza el sitio La Moderna presenta suaves ondulaciones en donde afloran la roca de base o sedimentos asignables al Pleistoceno superior. Los estudios geológicos del sitio fueron realizados por Zetti, Tonni y Fidalgo (1972). En el sector donde se llevaron a cabo las excavaciones se reconocieron tres unidades litoestratigráficas (UL) que apoyan sobre la UL (a), definida regionalmente como sedimentos de planicie de inundación correspondientes al Miembro Guerrero de la Formación Luján (ver glosario de definiciones geológicas en el Capítulo 4). El Componente Inferior del sitio La Moderna, relacionado con la ocupación inicial del área, se halla ubicado en una unidad transicional (a’) entre la UL (a) y la UL (b), y su distribución espacial está restringida al sector de las excavaciones (Figura I). Esta unidad, compuesta por sedimentos areno-limosos y limo-arcillosos, estaría representando los bordes de un antiguo pantano ubicado en el Holoceno temprano (ver Cronología de las ocupaciones). La UL (b) constituida por sedimentos limoarcillosos y limo-arenosos que presentan concentración de materia orgánica y abundantes moluscos de agua dulce (Biomphalaria y Littoridina) corresponde al Miembro Río Salado de la Formación Luján. En la parte media de esta unidad se ha identificado el Componente Superior del sitio La Figura I. Perfil estratigráfico del sitio La Moderna. Moderna (posiblemente Holoceno medio o inicios del tardío), el cual se halla constituido por restos óseos de guanaco (Lama guanicoe), ñandú (Rhea americana), posiblemente perro (Canis) e instrumentos líticos confeccionados en cuarcita y cuarzo (Politis 1984). Por último, la UL (c) está formada por sedimentos eólicos asignados a la parte reciente de la Formación La Postrera, sobre la cual se desarrolló el suelo actual (Zetti et al. 1972). Durante los estudios geológicos llevados a cabo en el sitio Campo Laborde se han reconocido las unidades estratigráficas típicas del Pleistoceno tardío y Holoceno de la región pampeana, mostrando similitudes con aque- Figura II. Perfil estratigráfico del sitio Campo llas observadas en el sitio La Moderna. En la Laborde. parte inferior del perfil estudiado se hallan expuestos los sedimentos lacustres asignables al Miembro Guerrero de la Formación Luján, ubicado cronológicamente en el Pleistoceno final (anterior a los 10.000 años AP.). Por encima de esta unidad se encuentra representado el contexto arqueológico del sitio Campo Laborde, el cual se ubica en sedimentos asignables a un antiguo pantano ubicado en la base del Miembro Río Salado de la Formación Luján (Figura II). Este paleopantano, ubicado en el Holoceno temprano, se hallaría en la misma posición estratigráfica que la unidad transicional (a’) del sitio La Moderna. Por encima de la unidad que contiene los materiales arqueológicos se produjo la formación de un paleosuelo, que se habría desarrollado a expensas del antiguo pantano. Por último, se depositaron los sedimentos eólicos correspondientes a la Formación La Postrera sobre los cuales se formó el suelo actual. En estos niveles superiores y en el Miembro Guerrero no fueron recuperados materiales arqueológicos (Figura II).

147

Patrimonio, ciencia y comunidad en el partido de Olavarría. El sitio fue descubierto por casualidad por el dueño del campo, el Sr. Walter Laborde en el año 2000, quien halló huesos de megaterio aflorando desde la barranca de uno de los cañadones que forman parte del arroyo Tapalqué (Figura 5). En esa oportunidad la alumna de arqueología de la FACSO María Inés Rivas y la Lic. Julieta Soncini visitaron el lugar y realizaron las tareas de salvataje de los huesos que estaban expuestos. Posteriormente, se llevaron a cabo tres campañas de excavación sistemática (2001, 2002 y 2003) durante las cuales se excavó una superficie aproximada de 28 m2 (Figuras 6 y 7).

Figura 5. Huesos de megamamíferos (Megatherium americanum) sobre la barranca del canal que desemboca en el arroyo Tapalqué.

Además de los restos óseos de Doedicurus clavicaudatus (la especie más representada en el sitio) se recuperaron huesos que correspondían a otras especies, tanto extinguidas como actuales. Entre las primeras, se encuentran una vértebra y placas de dos de los gliptodontes que habitaban la región pampeana: Neosclerocalyptus sp. y Glyptodon sp. También se recuperaron algunos huesos dérmicos de un milodontino (un perezoso gigante extinguido). Entre las especies actuales se hallaron tres fragmentos de hueso de Lama guanicoe (guanaco), cuatro de Myocastor coypus (coypo), un tibiotarso de Rhea sp. (posiblemente ñandú) y tres huesos de Holochilus brasiliensis (rata nutria). Sin embargo, a excepción de Doedicurus clavicaudatus no existen evidencias claras de que las otras especies hayan sido explotadas o consumidas por los cazadores-recolectores de La Moderna y es probable que los huesos de estas especies se hayan incorporado al sitio por causas naturales.

Sitio Campo Laborde El sitio Campo Laborde se encuentra ubicado en la cuenca superior del arroyo Tapalqué

148

La totalidad de los materiales arqueológicos (e.g. restos óseos y material lítico) se hallaron en sedimentos asignables a un antiguo pantano ubicado en la base del Miembro Río Salado de la Formación Luján (ver Geología y estratigrafía de los sitios). Este paleopantano, ubicado en el Holoceno temprano, estaba en la misma posición estratigráfica que la unidad transicional (a’) del sitio La Moderna (ver Cronología de las ocupaciones tempranas). Los resultados del análisis paleoclimático desarrollado por la Lic. Pamela Steffan (2006) a partir del estudio de los gasterópodos terrestres indican la persistencia en el paleopantano de un ambiente con características palustres. Estas características permiten inferir la presencia de condiciones favorables para el establecimiento de depresiones pantanosas o lagunares durante períodos de tiempo prolongados (ver El ambiente durante el poblamiento inicial). Los estudios faunísticos realizados sobre los materiales óseos permitieron determinar la presencia de varias especies de megamamíferos extinguidos y de fauna actual. Entre los primeros se registraron Megatherium americanum (megaterio, un perezoso gigante extinguido), Neosclerocalyptus sp. y Doedicurus sp. (ambos gliptodontes) y, entre las especies actuales, se identificaron Rheidae (ave), Lagostomus maximus (vizcacha), Dolichotis patagonum (liebre patagónica), Tayassu sp. (pecarí) y Artiodactyla (posiblemente guanaco). Además, se registró un diente de carnívoro (posiblemente un zorro) y restos óseos de varias especies de mamíferos pequeños y medianos que se hallan en proceso de análisis. Es interesante mencionar que existe una gran diferencia en la representación de los restos óseos

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Figura 6. Planta de la excavación del sitio Campo Laborde.

para las diferentes especies. Por un lado, Megatherium americanum es el que presenta la mayor cantidad de huesos correspondientes a las distintas partes anatómicas del esqueleto (79 huesos completos o casi completos). De esta especie se hallaron costillas, vértebras (cervicales, toráxicas y lumbares), un fragmento de pelvis, huesos largos de los miembros (tibia, fémur y radio), huesos del carpo y tarso, metacarpos, metatarsos y falanges (ver Los megamamíferos explotados: Figura IV). Hasta el momento no se han encontrado elementos óseos del cráneo y sólo se recuperaron dos fragmentos de diente y huesos del hioides. Para las otras especies de megamamíferos sólo se hallaron el extremo distal de un húmero perteneciente a un gliptodonte (Neoslerocalytus sp.) y parte de la diáfisis y del extremo distal del fémur de otro giptodonte (Doedicurus sp). Además, se hallaron 142 huesos dérmicos que podrían corresponder al megaterio. Con respecto a las especies de menor tamaño, las partes anatómicas presentes son muy escasas (sólo 14). Todas las especies se encuentran representadas por un único individuo.

Figura 7. Imágenes donde se observa la distribución de la gran cantidad de huesos de megamamíferos.

149

Patrimonio, ciencia y comunidad

Cronología de las ocupaciones Las dataciones radiocarbónicas realizadas mediante el método de Carbono 14 permiten obtener la antigüedad de los materiales orgánicos que se hallan en la naturaleza (e.g. hueso, madera, carbón, semillas, etc.), los cuales, en muchos casos, son hallados en los sitios arqueológicos. Dado que el Carbono 14 es un isótopo inestable que se encuentra en un organismo, su concentración inicial del 100% Carbono Orgánico (pCM), comienza a disminuir (desintegración radioactiva) en función del tiempo transcurrido desde su muerte, mediante una constante física que es de 5.568 años. Es decir, la concentración inicial del 100 pCM en el organismo se reduce a 50 pCM cuando pasan 5.568 años (período de semidesintegración del C-14), y así sucesivamente. De esta forma, midiendo la concentración de Carbono 14 que queda en la muestra enviada a datar, podemos calcular la edad de la muerte de ese organismo (Figini 2004). Dos métodos son utilizados para realizar dataciones radiocarbónicas: Standard y AMS. El primer método mide el número de emisiones beta y es necesaria una muestra que posea un mínimo de 4 g de carbono. El segundo mide el número de átomos de C-14 y solo se necesitan unos miligramos de carbono. Entre los problemas que presenta la utilización de este método podemos mencionar: a) contaminación de la muestra a datar por la incorporación de carbono alóctono y de diferente edad, lo cual implica un error en la determinación de la edad C-14 verdadera; b) el efecto reservorio que poseen algunos componentes en la naturaleza y, en algunos casos, la muestra a datar puede tener un reservorio de cientos de años y c) no pueden estimarse cronologías de materiales orgánicos que poseen más de 40.000 años (Figini 2004). Las edades están expresadas en años radiocarbónicos antes del presente, tal como son informados por los laboratorios de dataciones de C-14 de todo el mundo. Sin embargo, los años radiocarbónicos no coinciden exactamente con los años calendáricos y a medida que tenemos edades más antiguas, esta diferencia se hace mayor. Esto es porque se ha observado una diferencia entre ambos años debido a que la concentración de C-14 en la atmósfera no ha sido siempre la misma y esto ha afectado la cantidad de C-14 que absorbe un organismo, lo que a la postre es lo que se mide y se traduce en años antes del presente (AP.). Para los fines de este trabajo, dejaremos los años radiocarbónicos como unidad de medida tal como ha sido informado por los laboratorios que hicieron las dataciones, pero hay que tener en cuenta que la edad real (o sea, aquella expresada en años calendáricos) es un poco más antigua. Aproximadamente esta diferencia es de 2.000 años cuando estamos en los 10.000 años radiocarbónicos antes del presente. La cronología del sitio La Moderna ha sido siempre problemática y controversial debido a las discrepancias obtenidas de los fechados radiocarbónicos (Carbono 14). Por estas razones, se han realizados múltiples dataciones, primero sobre colágeno obtenido de los restos óseos de Doedicurus clavicaudatus y, posteriormente, sobre materia orgánica de los sedimentos extraídos del Componente Inferior. Problemas similares han surgido con los fechados sobre colágeno de los restos óseos de Megatherium americanum obtenidos del sitio Campo Laborde. Se han realizado también otro tipo de dataciones (OCR) para determinar cuándo se produjo el evento de ocupación del sitio (ver Tabla I). En el sitio La Moderna, el primer resultado radiocarbónico sobre un hueso de Doedicurus clavicaudatus fue un fechado standard que produjo una edad de 6.550 ± 160 años antes del presente (AP.), la cual fue considerada demasiado joven ya que los sitios que presentaban asociaciones entre restos óseos de megamamíferos y desechos de piedra se ubicaban cronológicamente en la transición Pleistoceno-Holoceno (ca. 10.000 años AP.). Posteriormente, se obtuvo un segundo fechado mediante AMS que dio una edad mucho más antigua, de 12.350 ± 370 años AP. Con el objetivo de resolver la gran discrepancia entre ambas dataciones, se hicieron dos nuevos fechados adicionales sobre la última muestra ósea, pero con un pretratamiento de laboratorio más detallado para tratar de identificar posibles contaminantes durante la extracción del colágeno. Estas dataciones, también realizadas en AMS, produjeron edades de 7.010 ± 100 años AP. y 7.510 ± 370 años AP. Por último, una nueva datación sobre una tercera muestra de colágeno de Doedi-

150

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

curus clavicaudatus dio un resultado de 7.460 ± 80 años AP. (Politis 1984; Politis y Gutierrez 1998). Finalmente, como parte de un acercamiento geocronológíco de los sitios tempranos pampeanos, se dataron dos muestras de materia orgánica de sedimentos tomadas de la unidad transicional (a’) sobre el perfil norte de la cuadrícula 8 del sitio (ver Geología y Estratigrafía de los sitios). Una de las muestras dio una edad de 8.284 ± 63 años AP. La segunda muestra extraída de los sedimentos asociados directamente con el nivel arqueológico (dos microlascas de cuarzo cristalino fueron recuperadas de esta unidad durante la realización del muestreo) arrojó una edad de 7.417 ± 107 años AP. (Tabla I). En consecuencia, la serie de fechados radiocarbónicos conseguidos sobre distintos tipos de materiales (huesos y sedimentos) ha permitido plantear que la cronología del Componente Inferior del sitio La Moderna se encontraría entre los 7.000 y 7.500 años AP. (Politis et al. 2003). Por su parte, del sitio Campo Laborde se enviaron, en diferentes etapas, once muestras de huesos de megamamífero extinguido para realizar dataciones radiocarbónicas mediante AMS. Cinco de las muestras no poseían suficiente colágeno y fallaron en obtener una edad absoluta, mientras que las seis restantes sí produjeron dataciones radiocarbónicas. Los dos primeros fechados fueron realizados sobre dos costillas distintas de Megatherium americanum. Una de las costillas dio una edad de 7.750 ± 250 años AP. y la otra 8.080 ± 200 años AP. Una tercera datación obtenida sobre un hueso largo de un megamamífero, que no pudo ser determinado taxonómicamente, arrojó una edad de 8.720 ± 190 años AP. (Tabla I) (Messineo y Politis en prensa). Posteriormente, tres nuevas dataciones fueron realizadas sobre un metapodio, un tercer metacarpo y una falange de Megatherium americanum. Los fechados obtenidos sobre el colágeno de estos huesos dieron edades de 9.730 ± 290 años AP., 7.630 ± 460 años AP. y 6.740 ± 480 años AP., respectivamente (Tabla I). Aunque este amplio rango cronológico necesita ser reevaluado en el contexto de nuevas dataciones radiocarbónicas sobre diferentes huesos y realizadas en otros laboratorios, este grupo de edades ubica al componente arqueológico del sitio Campo Laborde en el Holoceno temprano (entre 9.700 y 6.700 años AP.). Este rango cronológico está en concordancia con la edad esperada en base a los estudios geológicos y a la posición estratigráfica de dicho componente (Messineo y Politis en prensa).

Nº de Laboratorio

La Moderna Componente Inferior

Muestra

Edad 14C AP

Material Fechado

LM-1 LM-2-4 * LM-2-4 LM-2-4 LM-1-4 C-MQ8-1 C-MQ8-2

Doedicurus clavicaudatus Doedicurus clavicaudatus Doedicurus clavicaudatus Doedicurus clavicaudatus Doedicurus clavicaudatus Materia orgánica Materia orgánica

Beta-7824 TO-1507 TO-1507-1 TO-1507-2 TO-2610 DRI-3012 DRI-3013

6.555 ± 160 12.350 ± 370 7.010 ± 100 7.510 ± 370 7.460 ± 80 8.356 ± 65 7.448 ± 109

Campo Laborde

Sitio

FCS.CLA.28 FCS.CLA.99 FCS.CLA.100 FCS.CLA.154 FCS.CLA.211 FCS.CLA.1979

Megatherium americanum Megatherium americanum Megamamífero indet. Megatherium americanum Megatherium americanum Megatherium americanum

AA-55117 AA-55118 AA-55119 AA-71665 AA-71666 AA-71667

7.750 ± 250 8.080 ± 200 8.720 ± 190 9.730 ± 290 7.630 ± 460 6.740 ± 480

Tabla I. Fechados obtenidos para los sitios La Moderna y Campo Laborde. * Fechado cuestionado por ser el único que muestra grandes discrepancias con el resto de las dataciones de Carbono 14 del sitio.

151

Patrimonio, ciencia y comunidad de piedra cuando los huesos se hallaban en estado fresco, o sea cuando el animal estaba recién muerto. La causa de estas fracturas puede vincularse a la extracción de la médula ósea de los huesos (tuétano) o a la confección de los instrumentos. Por otro lado, una tibia correspondiente a la liebre patagónica presenta huellas de corte en la parte media del hueso producida por un instrumento de piedra.

Figura 8. Marcas de corte sobre una costilla de Megatherium americanum del sitio Campo Laborde.

En el sitio Campo Laborde se recuperaron 131 restos líticos, de los cuales dos son instrumentos y los demás corresponden a los desechos de talla producidos durante la confección y la reactivación de los instrumentos (la mayoría son microdesechos menores a 1 cm). La roca más abundante es la cuarcita (casi el 50%) proveniente del estrato superior del Grupo Sierras Bayas del Sistema Serrano de Tandilia. Las otras materias primas presentes son la ftanita (25,95%) y la dolomía silicificada (17,56%). Ambas rocas afloran también en el mismo sistema serrano. En muy bajos porcentajes se hallaron el cuarzo y otras rocas que no pudieron ser aún determinadas. Los dos instrumentos hallados durante la excavación estaban en estrecha asociación con los huesos de megaterio (Figura 10). Ambos artefactos estaban confeccionados sobre cuarcita y habrían sido descartados en el sitio porque se rompieron (posiblemente la fractura se produjo cuando los instrumentos estaban siendo utilizados en el procesamiento de la presa cazada). Uno de los instrumentos ha sido interpretado como la base de una punta de proyectil lanceolada que fue realizada mediante retoques bifaciales y, el otro, como una raedera confeccionada sobre una lasca mediante retoques unifaciales (Figura 11).

¿Qué sucedió en estos dos sitios? Figura 9. Instrumento expeditivo confeccionado sobre un fragmento de costilla de Megatherium americanum. Los análisis realizados indican que sólo algunos huesos de megaterio y liebre patagónica muestran evidencias de modificaciones humanas. Por un lado, una costilla de megaterio posee varias huellas de corte (Figura 8) y dos fragmentos de costillas han sido interpretados como instrumentos expeditivos los cuales exhiben en el borde de la fractura un redondeado y pulido producto de su uso (Figura 9). Además, algunos huesos de este perezoso extinguido poseen un patrón de fractura helicoidal, que pudo ser el resultado de un impacto intencional con algún percutor

152

Tanto La Moderna como Campo Laborde, brindan algunas claves para tratar de reconstruir algunos aspectos de la vida de los antiguos grupos indígenas de la región pampeana. La Moderna ha sido interpretado como un sitio donde un gliptodonte (Doedicurus clavicaudatus) fue despostado y carneado durante un único evento en el borde de lo que fue un antiguo pantano en el Holoceno temprano. Sin embargo, no es posible determinar si la presa fue cazada o carroñada. Esta última estrategia habría consistido en el aprovechamiento oportunístico de un animal que podría haber muerto en el pantano por causas naturales. La ausencia de armas de piedra en el sitio, como por ejemplo, pun-

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Figura 11. Instrumentos hallados en el sitio Campo Laborde.

Figura 10. Asociación entre el instrumento de piedra y los restos óseos de Megatherium americanum. tas de proyectil o boleadoras, apoyarían la segunda opción. Para llevar a cabo el procesamiento del animal (descarne, desarticulación de los huesos, etc.) para su consumo y su posterior traslado a otros sitios, se utilizaron instrumentos poco elaborados de cuarzo cristalino (es decir instrumentos informales) y algunos pocos instrumentos de cuarcita y dolomía silicificada que tenían evidencias de haber sido ya usados anteriormente (instrumentos formales que posiblemente llevaban los indígenas de un lado a otro para ser usados en varias tareas) (Politis y Gutiérrez 1998). Como ya se expresó, el cuarzo cristalino es una materia prima que aparece en las inmediaciones y que por lo tanto estaba disponible para afrontar la tarea de carnear a un gliptodonte, una actividad que seguramente requirió de abundantes filos frescos que podía proveer el cuarzo. La ausencia de una gran cantidad de unidades anatómicas que poseen altos rindes económicos, tanto en grasa como en carne, sugieren que las mismas fueron transportadas hacia otros sitios como los campamentos residenciales, donde se encontraría quizás el resto del grupo. Por su parte, el abandono en el sitio de restos óseos sin procesar tales como la mandíbula, la columna vertebral y parte del caparazón se debe a que estas unida-

des son muy difíciles de transportar por su peso y por ser de poco rendimiento en carne y grasa.

A: Artefacto formatizado con retoques marginales confeccionado sobre una lasca de cuarcita.

Por otro lado, los estudios llevados a cabo en Campo Laborde, sugieren que en el sitio se habría cazado y procesado un megaterio, también a orillas de un antiguo pantano. El fragmento de base de la punta de proyectil podría ser una de las armas utilizadas para cazar a este animal, que fue descartada en el sitio porque se fracturó cuando, posiblemente, se estaba dando muerte a la presa. Los análisis tecnológicos de los materiales líticos (e.g. tipos de lascas y los tamaños de los microdesechos) indican que en el sitio se llevaron a cabo las últimas etapas de la fabricación de los instrumentos líticos y la reactivación de los filos de las herramientas que habrían sido utilizados para procesar al animal cazado. Cabe destacar que los instrumentos recuperados están exclusivamente confeccionados sobre cuarcita, los cuales probablemente fueron abandonados porque se hallaban fracturados y ya habrían cumplido su ciclo de vida útil. La ausencia de instrumentos confeccionados sobre otras rocas tales como la ftanita y la dolomía silicificada (rocas que aparecen representadas en los microdesechos) permite plantear que estos indígenas emplearon una estrategia conservada, por la cual los instrumentos utilizados para procesar al megaterio fueron transportados hacia otros sitios. Lo que quedó en Campo Laborde fueron las lascas producidas, durante el procesamiento de la presa, cuando se iban embotando los filos de los instrumentos y estos debían ser reactivados, o sea, retocados para generar un nuevo filo cortante.

153

B: Fragmento de punta de proyectil (la zona de puntos en gris representaría la forma de la otra parte ausente de la punta).

Patrimonio, ciencia y comunidad

Los megamamíferos explotados en los sitios Los megamamíferos hallados en la región pampeana corresponden a algunos representantes nativos que se originaron y desarrollaron por decenas de millones de años en Sudamérica como, por ejemplo, los perezosos gigantes (megaterio, milodon y glosoterio), los gliptodontes (lejanos parientes de los armadillos actuales), los toxodontes (un mamífero parecido al hipopótamo) y la macrauquenia (un gran herbívoro con ciertas similitudes con los camélidos aunque de una familia faunística totalmente distinta). Junto a estos coexistían otros mamíferos de gran porte provenientes de América del Norte como, por ejemplo, los mastodontes, los caballos americanos, un camélido más grande que los representantes actuales (Hemiauchenia), el tigre diente de sable y el ciervo. Estos inmigrantes ingresaron al continente durante el Gran Intercambio Biótico Americano como consecuencia de la formación del Istmo de Panamá hace aproximadamente dos millones de años (Pasquali y Tonni 2004; Tonni y Pascuali 1998; Capítulo 6). Entre las especies de megamamíferos que presentan evidencias de haber sido explotadas en los sitios arqueológicos La Moderna y Campo Laborde encontramos a un gliptodonte (Doedicurus clavicaudatus) y un megaterio (Megatherium americanum, un perezoso gigante). Ambas especies son recuperadas frecuentemente en los sedimentos del Pleistoceno tardío de la región pampeana. Asimismo, se han hallado restos de estas especies en otras regiones del territorio argentino y en países limítrofes (e.g. Uruguay y Brasil).

Figura III. Esqueleto de Doedicurus clavicaudatus (los huesos en gris son los hallados en el sitio La Moderna).

Doedicurus clavicaudatus: Este mamífero correspondiente a la Familia Glyptodontidae fue una de las especies acorazadas de mayor tamaño, cuya longitud total se estima cercana a los 4 m y su altura máxima en 1,5 m (Figura III). Estudios alométricos permitieron estimar su peso en 1.468 kg (1,4 toneladas) (Fariña et al. 1998). Como todos los gliptodontes, esta especie presenta un esqueleto externo compuesto por un enorme caparazón más o menos esférico (diámetro superior a los 2 m), formado por placas de formas rectangulares a hexagonales (Figura 4). La región caudal, también protegida por un esqueleto externo, está formada por un tubo rígido de 1,10 ó 1,30 m de largo, precedido por varios anillos compuesto por placas. La parte posterior del tubo caudal con forma de “clava” (ensanchado y comprimido) posee una serie de depresiones para la inserción de espinas córneas, las cuales sirvieron probablemente para la defensa. Los estudios sobre las preferencias alimenticias de gran parte de los gliptodontes indican que los mismos poseían hábitos pastadores, sugiriendo que la especie Doedicurus clavicaudatus estaba adaptada a ambientes abiertos y áridos. Megatherium americanum: Este perezoso gigante cuyo nombre significa “Bestia Grande”, correspondiente a la Familia Megatheriidae, fue la especie de mayor tamaño conocida del Pleistoceno sudamericano, cuya longitud superó los 5 m (Figura IV). Estudios alométricos permitieron estimar su peso en 6.073 kg (6 toneladas) (Fariña et al. 1998). Sus miembros terminaban en fuertes garras y poseía una cola con poderosas implantaciones musculares lo cual llevó a postular a los investigadores que dicho animal podía caminar en posición erguida o bípeda, utilizando la cola como apoyo. Esta adaptación al bipedismo implica que los miembros delanteros quedaban libres para realizar otras actividades no relacionadas con la locomoción como, por ejemplo, el uso agresivo de las enormes garras que poseía. El megaterio era un animal herbívoro y posiblemente de hábitos solitarios, aunque últimamente se ha planteado que podría ser ocasionalmente un comedor de carroña

154

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

(carne). Los estudios relacionados con la dieta indican que esta especie fue probablemente un ramoneador generalizado, es decir que su alimentación consistía en una mezcla de ramas pequeñas, arbustos, hojas y frutas, aunque pudo haber sido más selectivo y capaz de consumir carne como un recurso energético alternativo (omnívoro) (Bargo 2003). Los análisis paleoecológicos sugieren que los megaterios habitaron ambientes áridos a semiáridos más templados y abiertos. Algunos estudios realizados en los últimos años indican que estos megamamíferos (megaterios y gliptodontes) tendrían metabolismos muy bajos y el número de individuos sería relativamente escaso debido a la reducida tasa de reproducción y al prolongado período de gestación.

En el sitio Campo Laborde se encontró representado una gran proporción del esqueleto del megaterio, tanto de los huesos del esqueleto apendicular (miembros) como axial (vértebras). Esta alta representación de unidades en el sitio de caza y procesamiento sugiere que los indígenas transportaron a los campamentos residenciales principalmente tejidos blandos (carne y grasa), abandonando en el lugar los pesados huesos ya descarnados. Las evidencias obtenidas en La Moderna y Campo Laborde son similares en varios aspectos: la antigüedad de las ocupaciones de los sitios es coincidente (Holoceno temprano), poseen casi la misma situación topográfica y ubicación en el paisaje (paleopantanos o ambientes lagunares), una secuencia estratigráfica equivalente y una asociación faunística comparable. Ambos sitios serían el resultado del uso de lugares pantanosos (los cuales se ubicaban en las cabeceras de lo que hoy son los arroyos Azul y Tapalqué) como lugares de matanza o carroñeo de grandes mamíferos pleistocénicos. Los mismos parecen corresponder a un único evento. En base a la posición estratigráfica y a las dataciones radiocarbónicas, los contextos arqueológicos de los sitios se ubican cronológicamente en el Holoceno temprano, con posterioridad a la extinción de gran parte de la fauna pleistocénica, indicando la supervivencia de algunas de estas especies más allá del límite PleistocenoHoloceno (ca. 10.000 años AP.). Además de las similitudes entre los dos sitios en cuanto a la funcionalidad, a la explotación de

las especies faunísticas y a las rocas utilizadas, se observan diferencias en las estrategias de obtención de las presas y en el tratamiento que se hizo de los recursos líticos. Tal como se mencionó más arriba, se propone que en La Moderna el consumo del gliptodonte habría sido el resultado de una estrategia de carroñeo, posiblemente como parte de un encuentro casual con el animal ya muerto naturalmente o moribundo. Las evidencias indican que la explotación del megaterio en Campo Laborde habría sido producto de una estrategia de caza, probablemente con lanzas que poseían puntas líticas. En lo que respecta a las diferencias en el uso de los recursos líticos, se puede mencionar que, aunque en los dos sitios se identificó el uso de instrumentos tallados con mucha elaboración sobre algunas de las rocas (e.g. cuarcitas, ftanitas y dolomías silicificadas), en La Moderna se reconoció el empleo de una estrategia expeditiva sobre el cuarzo, debido a que se utilizaron filos naturales e instrumentos con escasos retoques (lascas sin estandarización en sus formas) para procesar al gliptodonte y fueron abandonados en el sitio, una vez usados. Es importante mencionar que todas las materias primas halladas en los sitios provienen de afloramientos ubicados en el Sistema Serrano de Tandilia. Sin embargo, la dolomía silicificada y la ftanita corresponden a rocas locales, aflorantes en las Sierras Bayas de Olavarría (ver Capítulo 8), distante aproximadamente a unos 20 a 30 km de los sitios, mientras que la cuarcita sería una materia prima no local cuyo afloramiento se encuentra a más de 100 km.

155

Figura IV. Esqueleto de Megatherium americanum (los huesos en gris son los hallados en el sitio Campo Laborde).

Patrimonio, ciencia y comunidad

El poblamiento temprano de la región

en algún período entre los 20.000 y los 15.000 años AP.

Existen varios modelos sobre el poblamiento de América que abordan el tema de cómo, cuándo y por dónde se produjeron las primeras migraciones humanas al nuevo continente. Estos modelos presentan edades y rutas de acceso diferentes a partir del estudio de distintas líneas de evidencia como son los estudios lingüísticos, genéticos, paleoambientales y arqueológicos. Si bien los distintos modelos de poblamiento están en continuo debate y sujetos a nuevos hallazgos, metodologías e interpretaciones, es posible remarcar algunas tendencias que tienen mayor consenso entre los investigadores. En este sentido, el modelo que parece ser más sólido es aquel que propone que los indígenas americanos provienen de ancestros del Este asiático y que llegaron al continente entrando por el noroeste en algún momento durante el Pleistoceno final.

Los sitios arqueológicos que presentan evidencias que permiten discutir el poblamiento temprano de la región pampeana se hallan localizados en dos áreas diferentes de la región: el Sistema Serrano de Tandilia y la llanura adyacente, ubicada entre este sistema serrano y el de Ventania (Figura 12). En las serranías de Tandilia los trabajos de dos equipos de investigación dirigidos por Nora Flegenheimer y Diana Mazzanti han producido una gran cantidad de información sobre los primeros indígenas que habitaron la región (ver entre otros Flegenheimer 1986-1987; Flegenheimer y Bayón 1999; Mazzanti 1997, 1999; Mazzanti y Quintana 2001, entre otros). La mayoría de los sitios descubiertos se localizan en cuevas y aleros (e.g. Cueva Tixi, Cueva El Abra, Abrigo Los Pinos, Cueva Burucuyá, Cueva La Brava, Amalia sitio 2, Los Helechos, Cerro La China 1, etc.), aunque algunos han sido registrados a cielo abierto (e.g. Cerro La China 2 y 3, Cima del Cerro El Sombrero). Por otra parte, en el área Interserrana los sitios se han hallado únicamente a cielo abierto y se localizan próximos a los cuerpos de agua (Arroyo Seco 2, Paso Otero 5 y El Guanaco) (ver Bayón et al. 2004; Martínez 2001). La antigüedad de los sitios más tempranos en el Sistema Serrano de Tandilia está comprendida entre los ca. 11.150 y 9.500 años AP. y en el área Interserrana entre los ca. 12.200 y 10.000 años AP. En este último sector se han encontrado una menor densidad de sitios aunque un mayor número de especies animales de gran tamaño cazadas en relación a los de la sierra (Martínez 2001; Martínez y Gutiérrez 2004). Asimismo, llama la atención la ausencia de sitios arqueológicos en otros sectores de la región pampeana y se ha propuesto también que algunos de los sitios más tempranos podrían estar actualmente bajo el agua debido a que la línea de costa de la provincia de Buenos Aires estaba a decenas de kilómetros hacia el Este en el momento inicial de ocupación (Figura 12).

En lo que respecta a las vías de entrada de las primeras migraciones de poblaciones humanas al continente americano se ha postulado diferentes accesos. En términos generales se propone una ruta costera y otra continental. La primera hipótesis sostiene que las poblaciones humanas migraron a través de la costa Pacífica y que los sitios arqueológicos más tempranos se encontrarían actualmente bajo agua debido a los cambios de la línea de costa luego del derretimiento de los grandes glaciares. En segundo lugar, quienes propugnan la ruta continental, postulan al Estrecho de Bering como la vía de entrada de las distintas oleadas de migraciones humanas. Este estrecho se había transformado en un puente terrestre que unía ambos continentes en gran parte del Pleistoceno debido al descenso del nivel del mar durante las glaciaciones. Esta ruta es la que presenta actualmente mayor aceptación por parte de los investigadores. Sin embargo, todavía no está claro el momento exacto en que se produjeron las migraciones iniciales al continente y han sido planteadas varias alternativas para explicar el proceso de poblamiento. Uno de los modelos postula una llegada muy temprana al continente (más de 100.000 años atrás), mientras que en el otro extremo, el modelo más conservador plantea una entrada muy tardía, hace aproximadamente unos 12.000 años AP. Sin embargo, una gran parte de los investigadores adhieren a un tercer modelo intermedio, que propone que el poblamiento se produjo en los momentos finales del Pleistoceno,

156

Las evidencias arqueológicas de este poblamiento inicial indican que a finales del Pleistoceno (ca. 12.000-11.000 años AP.) las llanuras pampeanas de Argentina estaban ocupadas por bandas de cazadores-recolectores. Estos datos no apoyan el modelo de un poblamiento tardío del continente (o sea de aproximadamente 12.000 años) pero tampoco tiene una antigüe-

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Figura 12. Ubicación de los sitios tempranos en la región pampeana. dad muy alta. En consecuencia, las evidencias arqueológicas provenientes de la región pampeana apoyarían el modelo de poblamiento que plantea que los primeros grupos humanos que arribaron al continente americano debieron llegar aproximadamente entre los 20.000 y 15.000 años AP. (Flegenheimer et al. 2006; Politis et al. 2004). Una vez en la región pampeana, esto es hace aproximadamente 12.000 años atrás, y luego de un lento proceso de expansión a lo largo y a lo ancho del continente, estos primeros pobladores debieron enfrentar una serie de problemas, muchos de los cuales son propios de una situación de exploración de un nuevo territorio. Uno de estos problemas, quizás uno de los más graves, fue el abastecimiento de materia primas, es decir de rocas de buena calidad

para poder confeccionar sus instrumentos. Las fuentes de materias primas en la región pampeana se encuentran heterogéneamente distribuidas y los sectores en donde se han identificado su explotación y utilización son los sistemas de Tandilia y Ventania, la costa Atlántica y afloramientos menores en el área Interserrana (ver Capítulo 8, Figura 4). Se propone que la estrategia de aprovisionamiento dominante de estas rocas habría consistido en el acceso directo a los afloramientos debido a la alta movilidad que poseían los grupos humanos y a la suposición de que durante estas etapas de ocupación de la región la densidad humana habría sido muy baja. Esto implicaba, entre otras cosas, que las bandas de cazadoresrecolectores no necesitaban competir entre sí para obtener los recursos necesarios para la subsisten-

157

Patrimonio, ciencia y comunidad

El ambiente durante el poblamiento inicial El poblamiento pampeano y su desarrollo posterior han sido discutidos en los últimos años en el marco de la evolución ambiental regional. Numerosas investigaciones multidisciplinarias indican que durante el Pleistoceno final y el Holoceno temprano (entre los 12.000 y 7.000 años AP.) la región pampeana sufrió modificaciones en las condiciones climáticas y ambientales, las cuales generaron cambios en la distribución y en la presencia de las especies de flora y fauna. Dichas transformaciones hicieron que la región estuviera constituida por una diversidad de ambientes con recursos heterogéneamente distribuidos, que variaron significativamente en los distintos momentos de ocupación. A fines del Pleistoceno (ca. 12.000-10.000 años AP.) las evidencias paleoambientales obtenidas en el arroyo Tapalqué sugieren que en las llanuras pampeanas primaban condiciones climáticas más frías que las actuales en ambientes semiáridos a áridos (Figura V). Los estudios de polen realizados sobre muestras provenientes de la parte superior del Miembro Guerrero de la Formación Luján (ca. 10.700 años AP.) sugieren el desarrollo de una estepa herbácea con comunidades bajas de interdunas en un clima subhúmedo-seco (Prieto 1996). Otros estudios paleoclimáticos realizados sobre análisis isotópicos de gasterópodos y restos fósiles de vertebrados concuerdan con las evidencias polínicas indicando un incremento en la aridez (clima más seco) relacionado a un período frío que se desarrollo en el área (Bonadonna et al. 1995; Tonni et al. 1999). Además, la línea de costa actual de la provincia de Buenos Aires estaba desplazada casi 100 km hacia el Este, debido al descenso del nivel del mar, lo que produjo una mayor superficie continental emergida. Los diferentes datos paleoambientales indican que los grupos cazadores-recolectores que ocuparon la región en épocas muy tempranas, lo hicieron bajo un clima hostil, más frío y seco que el actual, en un continente más ancho y con una cubierta vegetal totalmente diferente a la que conocemos hoy en día. Durante el límite Pleistoceno-Holoceno (ca. 10.000 años AP.) se desarrolló en la región el paleosuelo Puesto Callejón Viejo que indica el establecimiento de condiciones climáticas de mayor humedad similares a las actuales. Este suelo ubicado entre los Miembros Guerrero y Río Salado puede Figura V. Cambios de la temperatura durante el Pleistoceno final y Holoceno (tomado y modifica- representar un primer momento de mayor temperatura y humedad ligado a la fase de do de Carlini y Tonni 2000). deglaciación que se estaba produciendo en gran parte del continente americano. En los inicios del Holoceno, estratigráficamente ubicado en la parte inferior del Miembro Río Salado de la Formación Luján (entre 10.000 y 8.000 años AP.), se comprobó mediante estudios de polen, la presencia de una vegetación característica de lagunas y depresiones pantanosas, la cual presupone la existencia de un clima subhúmedo-húmedo. Hacia los 8.000 años AP. se produjo un cambio en el polen, indicando el establecimiento de praderas húmedas, donde predominaron las gramíneas (Prieto 1996). Sin embargo, los datos isotópicos de la base del Miembro Río Salado y la fauna de vertebrados indican un deterioro climático relacionado con una fase más árida, donde dominó en algunos sectores la sedimentación eólica que precedió al "Optimun climático" o "Hipsitermal" del Holoceno medio (Bonadonna et al. 1995).

158

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

Posteriormente, durante el Holoceno medio (6.500-3.500 años AP.) se registró paulatinamente una tendencia hacia el incremento en la temperatura y la humedad, con niveles del mar más altos (entre 2 y 2,5 m) que los actuales, cubriendo algunas partes costeras del territorio bonaerense (Figura V). Durante los últimos 3.500 años AP. (Holoceno tardío) las características vegetales están relacionadas a típicas formas del paisaje de un clima árido-semiárido, tales como paleodunas y zonas bajas y la presencia de especies animales relacionadas con climas secos y áridos (Fidalgo et al. 1986; Prieto 1996; Tonni et al. 1999). Estos cambios climáticos culminaron a fines del Holoceno tardío (ca. 1.000 años AP.) con el establecimiento de las condiciones climáticas modernas. Actualmente, la zona de estudio posee un clima templado húmedo influenciado por el efecto moderador que ejerce el océano Atlántico. La temperatura media anual es de 14,2°C (ver Capítulo 8).

cia: rocas, animales, plantas, etc. La alta movilidad espacial de estas primeras bandas explica los hallazgos de rocas de diferentes procedencias en los sitios arqueológicos. Además, en algunos sitios se han recuperado rocas exóticas provenientes de Uruguay (de distancias mayores a los 500 km) que fueron utilizadas en la confección de artefactos altamente conservados, mediante una técnica de reducción bifacial. Esto apoya también los amplios rangos de movilidad o intercambio que debieron tener estos grupos.

Interserrana está básicamente compuesto por una alta frecuencia de desechos líticos producto de la manufactura final de los artefactos y la escasa presencia de instrumentos formales, que en su mayoría se encuentran fracturados. Esto seguramente

Los cazadores-recolectores tempranos del Cono sur americano compartieron entre sí una tecnología lítica similar, cuya particularidad mayor fue la confección y el uso de un modelo particular de punta de proyectil, denominada “cola de pescado” (Figura 13). Este parece haber sido el tipo de punta excluyente en la región pampeana durante gran parte del período inicial de ocupación (entre 11.000-10.000 años AP.). Este tipo de puntas se encuentra en abundancia en los sitios de las serranías de Tandilia como en algunos de los sitios de la llanura (Paso Otero 5 por ejemplo). Con posterioridad, ya en el Holoceno temprano, este modelo de punta es reemplazado por otros que incluyen a las triangulares medianas sin pedúnculo (halladas en los entierros del sitio Arroyo Seco 2 y datadas en ca. 7.600 años AP.) y las lanceoladas, como la que se encontró fracturada en el sitio Campo Laborde (Figura 11). Cabe destacar que existen diferencias en cuanto a la diversidad y frecuencia de artefactos líticos entre los dos sectores de la región donde se registran evidencias de ocupaciones humanas tempranas. En este sentido, en los sitios del Sistema Serrano de Tandilia están presentes una gran variedad de instrumentos y las distintas etapas de producción de dichos instrumentos. Contrariamente, el registro arqueológico de los sitios de la llanura

Figura 13. Puntas de proyectil del tipo "cola de pescado" halladas en distintos sectores de la región pampeana. Referencias: 1-2: Cerro La China, Argentina (Tomada de Zárate y Flegenheimer 1991), 3: Lobos, Argentina (Tomada de Eugenio 1983), 4: San Cayetano, Argentina (Tomada de Politis 1991) y 5-6: puntas fragmentadas (sin pedúnculo) del sitio Paso Otero 5 (Tomada de Armentano et al. 2007).

159

Patrimonio, ciencia y comunidad debió estar relacionado con la disponibilidad en las sierras de materia prima de calidad en abundancia, mientras que en la llanura esta constituía un bien escaso. El otro gran desafío que debieron enfrentar los primeros cazadores-recolectores que llegaron a la región fue el de la obtención de alimentos, sobre todo los de origen animal, que aparentemente eran centrales en su dieta. En los sitios arqueológicos se halló una gran diversidad de especies que fueron explotadas de diferente manera por estos grupos pioneros. Entre las especies explotadas se encuentran en primer orden los grandes mamíferos extinguidos, tales como megaterios, gliptodontes, caballos americanos y camélidos. También se cazaron y consumieron otros animales de menor tamaño como son el guanaco y el venado de las pampas, la liebre patagónica, los roedores y las aves, como el ñandú. Además, es posible que los recursos vegetales (sobre todo los frutos de los árboles y arbustos de especies de los bosques del Espinal y del Monte) hayan sido importantes en la dieta. Sin embargo, esta información es difícil de contrastar arqueológicamente debido a que la región pampeana no posee condiciones favorables para la preservación de este tipo de material orgánico. Una de las posibles vías para investigar esta cuestión es el estudio de los isótopos del carbono (13C) y del nitrógeno (15N) en los huesos humanos. Este tipo de análisis está empezando a dar algunos resultados interesantes para identificar qué parte de la dieta era de origen animal y cuál era de origen vegetal. Los resultados obtenidos en esqueletos datados en el Holoceno temprano (ca. 7.800 a 6.300 año AP.) recuperados en Arroyo Seco 2 están siendo aún procesados (Politis et al. en prensa). Cabe destacar, que las decisiones de los grupos humanos en el pasado respecto de qué presas consumir, no dependieron exclusivamente de factores ecológicos y económicos. Una amplia gama de cuestiones vinculadas al dominio ideológico y a las prácticas sociales (e.g. preferencias y tabúes alimenticios, creencias, mitos, etc.) debieron también jugar un rol significativo en las decisiones de consumo. En este sentido, es sugestivo marcar que tanto en La Moderna como en Campo Laborde se hallaron restos de una especie de glipodonte (el Neosclerocalyptus) que estaba disponible en la región probablemente hasta el Holoceno temprano. Sin embargo, no hay ninguna evi-

160

dencia de consumo de este animal en ningún sitio de la región. Es probable entonces que esta especie no haya formado parte de las presas seleccionadas para alimento por otras razones diferente a lo estrictamente económico. Sea cual fuera la estrategia de obtención de las presas es probable que la actividad de los primeros habitantes del continente haya desencadenado modificaciones en el medio ambiente de tal magnitud (e.g. incendios de pastizales) que podrían haber tenido una gran influencia en la extinción de los grandes mamíferos del Pleistoceno. En este sentido, se ha planteado una relación multicausal entre los cambios climáticos y ambientales y la actividad producida por los seres humanos para explicar la desaparición de los grandes mamíferos (ver discusión en Politis et al. 1995).

Comentarios finales Como se ha sintetizado y discutido en este capítulo, la región pampeana habría sido ocupada por los primeros seres humanos hacia el 12.200 años AP., lo que se traduciría en años calendáricos en aproximadamente 14.000 años atrás. Perecería que estos primeros pobladores dejaron sus huellas más visibles en la llanura interserrana, en el sitio de Arroyo Seco 2 y, un poco más tarde, en las cuevas y aleros del sector Sureste de las serranías de Tandilia. En el centro de la provincia de Buenos Aires, en la cabeceras de los arroyo Azul y Tapalqué se encuentran los restos de poblaciones posiblemente descendientes de los primeros pobladores indígenas, quienes, hace unos 8.000 o 7.000 años atrás, cazaban en las orillas de los pantanos los últimos grandes mamíferos que aún sobrevivían. Poco tiempo después la fisonomía de la región cambiaría: estos animales pleistocénicos se extinguirían definitivamente y solo quedaron disponibles para la caza animales medianos como el guanaco o más pequeños con el venado de las pampas, el ñandú y varias especies de roedores. Sin duda, un menú de carnes mucho menos variado al que estaban acostumbrados. Los pastizales pampeanos cambiaron también como consecuencias de la extinción, ya que no tenían que soportar la presión de consumo que ejercían sobre las gramíneas los grandes herbívoros que dominaron el Pleistoceno. Para mediados del Holoceno, es decir después de los 7.000 años AP., la región pampeana era muy diferente a la que habían encontrado los primeros pobladores: había otra composición faunística,

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región otra estructura de pastizales y una nueva línea de costa marina. El desafío de estas poblaciones indígenas durante el Holoceno medio fue cómo adaptarse ecológicamente y socialmente a este nuevo ambiente pampeano y cómo adecuar sus necesidades a esta nueva situación. Cuando los primeros españoles llegaron a la región, casi 8.000 años después, la encontraron poblada por grupos cazadores-recolectores que mantenían una forma de vida aún similar en algunos aspectos a la de los primeros pobladores del Pleistoceno final. Lamentablemente, su capacidad adaptativa, tan exitosa durante más de 12.000 años no les sirvió para enfrentar una nueva situación histórica, impuesta por la conquista europea y con ella se

perdieron modos de vida ancestrales y legados culturales singulares, únicos e irrepetibles. Nota I. Entre otros se debe mencionar la participación de Leonardo Daino, Edgardo Benbassat, Delia Irusta, Aldo Pankonin, Liliana Gau, Alejandra Perfumo, Joaquín Affonso, “Dito” Ferreira y Carlos Schroeder. Nota II. Las investigaciones efectuadas en el sitio La Moderna durante 1984 fueron realizadas gracias a la inestimable colaboración del Museo Municipal Enrique Squirru de Azul y de Norma y Augusto Mayer, quienes estaban a cargo del mismo.

Agradecimientos A los editores del libro María Luz Endere y José Luis Prado por la invitación a participar en este volumen. Estas investigaciones fueron financiadas por el PICT Nro.04-12777 de la ANPCYT otorgado al Dr. Gustavo Politis y por el subsidio anual otorgado al INCUAPA por la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

Glosario Análisis funcional: es un estudio que se realiza con un microscopio de altos aumentos que permite observar en los filos los rastros de uso (micropulidos y estrías) que se producen durante las actividades en que fueron empleados los instrumentos. A través de estos estudios se puede determinar si el instrumento fue utilizado para trabajar madera, hueso, cuero o fibras vegetales; si la actividad se hizo en estado húmedo o seco y si el mismo fue empleado para corta, raspar y/o perforar (es decir los movimientos implicados en su uso). Cazadores-recolectores: son bandas formadas por un grupo reducido de individuos que no producen alimentos y que obtienen los distintos recursos por medio de la caza de animales grandes y pequeños, como asimismo por la recolección de otros tipos de productos como, por ejemplo, huevos, vegetales, etc. Estos grupos eran considerados altamente móviles (nómades) ya que trasladaban sus campamentos a diferentes zonas para abastecerse de los recursos necesarios para su subsistencia. Efectos tafonómicos: se refieren a las modificaciones que sufren los huesos o los conjuntos de huesos por agentes naturales. Por ejemplo, los carnívoros cuando se alimentan de sus presas suelen dejar marcas de esta actividad en los huesos, siendo el efecto tafonómico más común los hoyos realizados con los caninos. Estrategias conservadas: se han utilizado cuando las rocas presentes en un determinado ambiente son escasas o se hallan distribuidas de forma heterogénea en el paisaje. Estas estrategias consisten en no descartar en los sitios los instrumentos confeccionados en esas materias primas mientras puedan seguir siendo utilizados y transportados hacia otros lugares hasta que sus filos se agoten o se fracturen. Estrategias expeditivas: se han empleado cuando las rocas presentes en un determinado ambiente son abundantes, de buena calidad y distribuidas homogéneamente en el paisaje. En ocasiones, el empleo de estas estrategias ha posibilitado utilizar directamente los filos naturales de las lascas o confeccionar ins-

161

Patrimonio, ciencia y comunidad trumentos con escasos retoques y sin estandarización en sus formas (instrumentos informales). Estos instrumentos fueron abandonados enteros (con filos utilizables) en los sitios en que se usaron. Fauna pleistocénica o megafauna: son los animales de gran tamaño que llegaron a pesar más de una tonelada (algunos pudieron pesar hasta cuatro o cinco toneladas). Gran parte de estos megamamíferos son característicos del Período Cuaternario (Edad de los Mamíferos) y ocuparon la región pampeana durante el Pleistoceno (los últimos 2 a 2,5 millones de años) y comienzos del Holoceno (8.000 años AP.). El proceso de extinción produjo la desaparición de un grupo de animales gigantes que habitaban la región. Holoceno: período de tiempo geológico más reciente que se desarrolló desde los 10.000 años AP. hasta la actualidad. Este período se caracteriza por condiciones climáticas más benignas (templadas y húmedas) relacionadas con la finalización de las glaciaciones y ha sido dividido en tres momentos (temprano, medio y tardío) en relación a los cambios climáticos acontecidos en la región. Instrumentos formales: denominación de los instrumentos de piedra confeccionados sobre lascas que presentan retoques bien realizados sobre los filos, algunas veces en ambos caras del instrumento (e.g. puntas de flecha). Estos instrumentos están altamente estandarizados en sus formas y tamaños, implicando una alta inversión de trabajo en su fabricación. Instrumentos informales: denominación de los instrumentos de piedra confeccionados sobre lascas que presentan escasos retoques sobre el filo tallado. Estos instrumentos son realizados sobre distintos tipos de lascas (no estandarizadas en sus formas y tamaños) y con una baja inversión de trabajo en su fabricación. Pleistoceno: es la primera parte del período Cuaternario que ha sido caracterizada como la época de las glaciaciones, debido al avance de las grandes masas de hielo sobre los continentes por el descenso de las temperaturas del planeta. El comienzo de esta época ha sido estimado en 2 millones de años, mientras que su finalización habría sido hace 10.000 años AP.

Bibliografía Armentano, G., G. Martínez y M. A. Gutiérrez 2007. Revisión del sitio Paso Otero 5: aspectos tecnológicos y fuentes de aprovisionamiento. Arqueología en las Pampas, editado por C. Bayón, A. Pupio, M. I. González, N. Flegenheimer y M. Frère, Tomo II, pp. 535548. Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires. Bargo, M. S. 2003. Biomechanics and palaeobiology of the Xenarthra: The state of the art (Mammalia, Xenarthra). Senckenbergiana Biologica 83 (1):41-50. Bayón, C., N. Flegenheirmer, M. Zárate y C. Deschamps 2004. “…Y vendrán los arqueólogos en busca de un hueso”… Sitio El Guanaco, partido de San Cayetano. Aproximaciones Contemporáneas a la Arqueología Pampeana. Perspectivas Teóricas, Metodológicas, Analíticas y Casos de Estudio, editado por

162

G. Martínez, M. Gutiérrez, R. Curtoni, M. Berón y P. Madrid, pp. 307-319 UNCPBA, Olavarría. Bonadonna, F. P., G. Leone y G. Zanchetta 1995. Composición isotópica de los fósiles de gasterópodos continentales de la provincia de Buenos Aires. Indicaciones paleoclimáticas. Evolución Biológica y Climática de la Región Pampeana Durante los Últimos Cinco Millones de Años, editado por M. T. Alberdi, G. Leone y E. P. Tonni, pp. 75-104. Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC, Madrid. Carlini, A. A. y E. P. Tonni 2000. Mamíferos fósiles del Paraguay. Cooperación Técnica Paraguayo-Argentina, La Plata. Cione, A. L., E. P. Tonni y L. Soibelzon 2003. The broken Zig-Zag: Late Cenozoic

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región

large mammal and tortoise extintion in South America. Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales (n/s) 5 (1):1-19. Eugenio, E. 1983. Una punta “Cola de Pescado” de Lobos, Provincia de Buenos Aires. ADEHA 2:20-31. Fariña, R. A., S. F. Viscaíno y M. S. Bargo 1998. Body mass estimations in Lujanian (late Pleistocene-early Holocene of South America) mammal megafauna. Mastozoología Neotropical 5:87-108. Fidalgo, F., R. O. Gentile y H. A. Correa 1986. Geología y geomorfología en la cuenca del Arroyo Tapalqué. Informe 30. Presentado a la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires, La Plata. Figini, A. J. 2004. Carbono-14 y sus aspectos críticos. Folia Histórica del Nordeste 15:161-174.

fauna durante el Pleistoceno final- Holoceno en la Región Pampeana (Argentina). Zooarchaeology of South America, editado por G. Mengoñi Goñalons, BAR International Series 1298:81-98. Mazzanti, D. 1997. Archaeology of the Eastern edge of the Tandilia Range (Buenos Aires, Argentina). Quaternary of South America and Antarctic Peninsula 10 (1994):211-227. 1999. Ocupaciones humanas tempranas en Sierra La Vigilancia y Laguna La Brava, Tandilia Oriental (Provincia de Buenos Aires). Actas del XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Tomo III, pp. 149-155, La Plata. Mazzanti, D. y C. Quintana (Eds.) 2001. Cueva Tixi: cazadores y recolectores de las sierras de Tandilia Oriental. 1 Geología, Paleontología y Zooarqueología. Publicación especial 1. Universidad Nacional de Mar del Plata, Mar del Plata.

Flegenheimer, N. 1986-1987. Excavaciones en el Sitio 3 de la localidad Cerro La China (Provincia de Buenos Aires). Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XVII (1) (N.S.):7-28.

Meléndez, B. 1990. Desdentados. Paleontología 3, Vol.1 Mamíferos, editado por B. Meléndez, pp. 173-212. Editorial Paraninfo, Madrid.

Flegenheimer, N. y C. Bayón 1999. Abastecimiento de rocas en sitios pampeanos tempranos: Recolectando colores. Los Tres Reinos: Prácticas de Recolección en el Cono Sur de América, editado por C. Aschero, A. Korstanje y P. Vuoto, pp. 95-107. Instituto de Arqueología, San Miguel de Tucumán.

Messineo, P. G. y G. G. Politis En prensa. El Holoceno temprano: La Moderna y Campo Laborde. INCUAPA 10 Años. Perspectivas Contemporáneas en la Arqueología de las Regiones Pampeana y Norpatagónica, editado por G. G. Politis. Serie Monográfica N° 6, INCUAPA (FACSO-UNCPBA), Olavarría.

Gutiérrez, M. A. y G. Martínez 2007. Trends in the faunal human exploitation during the late Pleistocene and early Holocene in the Pampean region (Argentina). Quaternary International. Sitio web: doi:10.1016/j.quaint.2007.09.024

Palanca, F. y G. G. Politis 1979. Los cazadores de fauna extinguida en la Provincia de Buenos Aires. Prehistoria Bonaerense, pp. 70-91. Municipalidad de Olavarría, Olavarría.

Martínez, G. G. 2001. “Fish-tail” projectile points and megamammals: new evidence from Paso Otero 5 (Argentina). Antiquity 75: 523-528.

Palanca, F., L. Daino y E. Benbassat 1972. Yacimiento “Estancia La Moderna” (Partido de Azul, Provincia de Buenos Aires). Nuevas Perspectivas para la Arqueología de la Pampa Bonaerense. Etnia 15:19-27.

Martínez, G. G. y M. A. Gutiérrez 2004. Tendencias en la explotación humana de la

Palanca, F., L. Gau y A. Pankonin 1973. Yacimiento “Estancia La Moderna” (Partido de

163

Patrimonio, ciencia y comunidad Azul, Provincia de Buenos Aires). Nuevas Perspectivas para la Arqueología de la Pampa Bonaerense. Etnia 17:1-11.

M. Salemme y N. Flegenheimer, pp. 45-50. College Station, Center for the Studies of the First Americans (CSFA) and Texas A&M University Press, Texas.

Pasquali, R. C. y E. P. Tonni 2004. Los mamíferos fósiles de Buenos Aires. Cuando los Gliptodontes caminaban por la Avenida de Mayo. Universitas (Editorial Científica universitaria), Córdoba.

Politis, G. G., P. G. Messineo y C. A. Kaufmann 2004. El poblamiento temprano de las llanuras pampeanas de Argentina y Uruguay. Complutum 15:207-224.

Politis, G. G. 1984. Arqueología del Área Interserrana Bonaerense. Tesis Doctoral inédita. Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, La Plata.

Politis, G. G., C. Scabuzzo y R. Tikot En prensa. An approach to prehispanic diets in the Pampas during early/ middle Holocene. International Journal of Osteoarchaeology.

1991. Fishtail projectile points in the Southern Cone of South America: An overview. Clovis: Origins and Adaptations, editado por R. Bonnichsen y K. Turnmire, pp. 287-301. Center for the Study of the Firts Americans, Orono, Maine.

Prieto, A. R. 1996. Late Quaternary vegetational and climatic change in the Pampa grassland of Argentina. Quaternary Research 45:73-88.

Politis, G. G. y D. Olmo 1986. Preliminary analisis of the lithic collection of the La Moderna site, Argentina. Current Research in the Pleistocene Studies 3:36-38. Politis, G. G. y M. A. Gutiérrez 1998. Gliptodontes y cazadores-recolectores en la Región Pampeana de Argentina. Latin American Antiquity 9 (2):111-134. Politis, G. G. y P. G. Messineo 2008. The Campo Laborde site: new evidence for the Holocene survival of Pleistocene megafauna in the Argentine pampas. Quaternary International. Sitio web: doi:10.1016/j.quaint.2007.12.003 Politis G. G., J. L. Prado y R. P. Beukens 1995. The Human impact in PleistoceneHolocene extinctions in South America. Ancient Peoples and Landscapes, edited por E. Johnson, pp. 187-206. Museum of Texas Tech University, Lubbock. Politis, G. G., E. Johnson, M. A. Gutiérrez y W. T. Hartwell 2003. Survival of the Pleistocene Fauna: New radiocarbon dates on organic sediments from La Moderna (Pampean Region, Argentina). Where the South Winds Blow. Ancient Evidence for Paleo South Americans, editado por L. Miotti,

164

Steffan, P. G. 2006. Paléoenvironnements des dépôts Holocènes de Cortaderas et Campo Laborde (Argentine) à partir de l’analyse des assemblages malacologiques. Tesis Master M2. Université de Montpellier II, Sciences et Techniques du Lanhuedoc. Tonni, E. P., A. Cione y A. Figini 1999. Predominance of arid climates indicated by mammals in the pampas of Argentina during the Late Pleistocene and Holocene. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoloecology 147:257-281. Zárate, M. y N. Flegenheimer 1991. Geoarchaeology of the Cerro La China Locality (Buenos Aires, Argentina): Site 2 y Site 3. Geoarchaeology: An International Journal 6 (3):273-294. Zetti, J., E. P. Tonni y F. Fidalgo 1972. Algunos rasgos de la geología superficial en las cabeceras del Arroyo del Azul (Provincia de Buenos Aires). Etnia 15:28-34.

Lecturas sugeridas Flegenheirmer, N., C. Bayón y A. Pupio 2006. Llegar a un nuevo mundo. La arqueología de los primeros pobladores del actual territorio argentino. Museo y Archivo Histórico Municipal, Bahía Blanca.

Capítulo 7. Las primeras poblaciones indígenas de la región Politis, G. G. 2000. Los Cazadores de las Llanuras. Los Pueblos Originarios y la Conquista. Nueva Historia Argentina, editado por Myriam Tarragó, Tomo 1, pp. 63-103. Editorial Sudamericana, Buenos Aires. Politis, G. G. y P. E. Madrid 2001. Arqueología Pampeana: Estado actual y perspectivas. Histo-

ria Argentina Prehispánica, editado por Eduardo Berberián y Axel Nielsen, pp. 737-814. Editorial Brujas, Buenos Aires. Tonni, E. P. y R. C. Pascuali 1998. Mamíferos fósiles. Cuando en la pampa vivían los gigantes. Taller Gráfico del Centro Literario, Buenos Aires.

165