Los 150 años de relación con Alemania

El ranking mundial de universidades realizado por el diario ... Universidad Autónoma de México, que ocupa el lugar ... y Santo Domingo con EE.UU. Surgió en ...
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Notas

Miércoles 24 de enero de 2007

LA NACION/Página 19

Pasteras, un cauce de solución Por Juan Carlos de la Peña Para LA NACION

E

L conflicto con Uruguay por las pasteras lleva ya muchos meses y sólo se lo ha manejado desde el punto de vista político. Creo importante hacer una propuesta diferente del tema que, opino, sería una forma razonable de acercarnos a su solución. Esta consiste en la evacuación de los líquidos que salen de la planta por medio de un conducto de poco más de 100 kilómetros de distancia, para que éstos se descarguen en el Río de la Plata. Solución que resolvería los problemas de contaminación del río Uruguay y llevaría tranquilidad a los vecinos de Gualeguaychú. El río Uruguay tiene un bajo caudal de estiaje entre los meses de mayo y octubre: sólo 500 metros cúbicos por segundo de valor medio. Botnia dice que va arrojar al río un efluente –resultante de los procesos químicos para blanquear la pulpa de papel– de un metro cúbico por segundo (1m3/s), lo cual representa un 0,2 % de dicho caudal que puede no alcanzar para diluir los productos químicos que contiene el efluente. Debemos también tener en cuenta que, en la zona de Fray Bentos, el río escurre a baja velocidad y que ésta disminuye aún más cuando recibe el efecto de las mareas del Río de la Plata y de los vientos del Oeste. Cuando la planta funcione, este fenómeno va generar la concentración de los productos químicos, lo cual, sumado a la elevación de la temperatura del agua, deteriorará su calidad, poniendo en peligro la vida de los peces y produciendo otros efectos nocivos al hábitat natural. Un río de estas características exigiría que, además de los estudios de impacto ambiental específicos para cada emprendimiento, se realizaran estudios globales que tuvieran en cuenta el impacto de otros procesos contaminantes que ya existen. La Comisión Administradora del Río Uruguay, que administra el río desde 1973, debería hacerse cargo de esta tarea. El Río de la Plata, principal tributario de los ríos Uruguay y Paraná, tiene un caudal de 20.000m3/s. Este valor es 40 veces superior al que tenemos frente a Gualeguaychú, y asegura la dilución de los efluentes de la planta. La construcción de un conducto de evacuación de los efluentes resultantes de proceso de producción de Botnia hasta el Río de la Plata sería una solución factible a la contaminación del río Uruguay. Hoy existen tecnologías que permiten realizar este tipo de obras, con metodologías relativamente simples y con costos acotados. Una solución similar a la que se propone aquí fue adoptada por la empresa ENCE, al decidir reinstalar su planta en las inmediaciones de la ciudad de Colonia, sobre el Río de la Plata. Un problema adicional es el de la contaminación del aire. Este se podría resolver con la creación de una comisión binacional, con la participación de las partes interesadas –vecinos del Gualeuguaychú y Fray Bentos–, que controle las emisiones de gases a la atmósfera. La consideración de lo aquí propuesto acercaría una forma de destrabar el conflicto con nuestros hermanos uruguayos. © LA NACION El autor es presidente del Partido Demócrata Cristiano (Córdoba).

Los 150 años de relación con Alemania C

ELEBRAMOS este año los 150 años de relaciones argentino-alemanas. El punto inicial fue el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, firmado en 1857, entre el reino de Prusia y los restantes Estados de la Unión Aduanera y la Confederación Argentina. Durante este siglo y medio, ambas sociedades experimentaron altibajos. Cuando se trata de aludir cautamente a crisis políticas y económicas, estos hechos se suelen denominar “vicisitudes” de la historia. Precisamente, los abismos de la historia alemana y la política criminal durante el régimen nacionalsocialista, y por consiguiente, la emigración involuntaria de ciudadanos alemanes de esa época, en su mayoría alemanes judíos, generaron un vínculo particular entre nuestras naciones. Los inmigrantes encontraron una oportunidad para un futuro mejor gracias a las puertas abiertas de la Argentina. Por lo tanto, esta celebración no puede hacerse sin recordar las etapas oscuras de la historia; es una oportuna razón para detenernos un instante y reflexionar, además de motivo de alegría por las muy buenas relaciones entre nuestros Estados en el presente, y de agradecimiento para todos aquellos que han contibuido a que así fuera. La Argentina y Alemania conforman en el presente sociedades estables, unidas por un amplio consenso de valores, por los principios de la democracia, por el dominio de la ley, por la defensa de los derechos humanos y por el respeto hacia el Derecho Internacional. Probablemente, en 1857 el cónsul general de Alemania dominaba las relaciones bilaterales, pero el embajador, hoy ya no posee ese poder. ¡Afortunadamente! Desde entonces, las conexiones entre nuestros países se han desmonopolizado y diversificado. En términos políticos, incluso, podría decirse que se democratizaron. Los gobiernos ya no están investidos de la autoridad soberana para establecer las relaciones. Las actuales elites de ambos países deben enfrentar los desafíos de la globalización para que se configure de tal modo que sea útil a sus economías sin descuidar objetivos como la cohesión regional, el medio ambiente, la protección climática o la meta prioritaria de una buena gestión de gobierno: la inclusión social. Ese es el esfuerzo de Alemania y de la Argentina. En el marco de esta orientación, la integración regional constituye la base para el desarrollo económico permanente. El significado prioritario, desde el punto de vista político y económico de Europa, o bien, de América del Sur, para nuestros países, se refleja en las estadísticas del comercio exterior. En el caso de Alemania, más del 60% de su comercio se lleva a cabo en la Unión Europea. Desde la década de 1950, Alemania siempre abogó por la integración europea. Al igual que todos los 27 miembros de la UE, Alemania ha cedido competencias nacionales en favor de institu-

Por Rolf Schumacher Para LA NACION ciones europeas, es decir, del Parlamento, del Consejo, de la Comisión, del Banco Central europeos, y de la Corte Europea de Justicia. Estas instituciones y los hechos producidos, tanto dentro como fuera de la Unión, muestran la realidad del continente. Lamentablemente, en la Argentina (como en otros países) aún no se reconoce plenamente la realidad de la UE. La limitada percepción se refleja en el hecho de que, con frecuencia la Unión es vista sólo como un mercado común. Sin embargo, es mucho más que eso. Por otra parte, esta subestimación lleva pronto a la cuestión relativa a la política agraria y a las subvenciones. ¿En qué medida se conoce que las subvenciones por cada establecimiento agrícola son menores que en los EE. UU.? La UE es actualmente, en el mercado mundial, el principal comprador de productos agrícolas, en particular, de los países en vías de desarrollo. Deberíamos tener una visión de las oportunidades que brindaría un acuerdo con la

Consejo de la UE por parte de Alemania en el primer semestre de 2007. También en virtud de las relaciones birregionales, los contactos bilaterales con la Argentina poseen para Alemania una importancia especial. Ello quedó demostrado durante la visita que, en 2006, efectuó a Buenos Aires el ministro federal de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, así como durante la visita del ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana, a Berlín. Otra prueba de ello fue la reunión entre la canciller federal Angela Merkel y el presidente Néstor Kirchner, en 2006, y la visita a Alemania del presidente de la República Argentina, en 2005. Existe un amplio consenso, ya se trate del fortalecimiento del Derecho Internacional, de la Corte Penal Internacional en La Haya, del desarrollo de instrumentos para la solución pacífica de conflictos, de la lucha contra el tráfico de drogas y el terrorismo, de la no proliferación de armas nucleares, del Protocolo de Kyoto y de la necesidad de pasos sucesivos;

El punto inicial fue el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, firmado en 1857, entre el reino de Prusia y los restantes Estados de la Unión Aduanera y la Confederación Argentina Unión que, con un intercambio comercial superior a 50.000 millones de euros, es el socio más importante del Mercosur y el que más ayuda, en materia de cooperación técnica le provee. Un acuerdo contribuiría a que dos procesos de integración, vinculados por intereses, por raíces culturales y por un amplio consenso de valores, otorguen a su cooperación un marco más sólido, un diálogo institucionalizado y una mayor cooperación científica y técnica. Por último, por medio de una mayor seguridad jurídica, se generaría un estímulo adicional para las inversiones europeas. La Argentina, el país que dentro del Mercosur tal vez se caracterice por ser el de mayor influencia europea, podría desempeñar un papel más relevante aún. ¿Por qué esta digresión sobre la integración? Para demostrar que la diversificación de nuestras relaciones bilaterales no sólo influye a nivel nacional. Además de la participación de otros actores alemanes en las relaciones bilaterales, la diversificación también incide a nivel supranacional. Por lo tanto, esta relación cuenta hoy con un tercer pilar: la birregionalidad. Es un avance más que debe aprovecharse para continuar el acercamiento durante la presidencia del

como de la reforma y el fortalecimiento de la ONU. Ni siquiera el disenso con respecto a los modelos de reforma del Consejo de Seguridad de la ONU nos hará desistir de aprovechar el amplio consenso para promover nuestros intereses en común. ¿Cuál era el estado de nuestras relaciones en 1857? Implicaban algo de tráfico comercial y un número aún muy reducido de inmigrantes alemanes (menos de 4000). ¿Cuál es el estado actual? Implica infinitamente más. Es casi inabarcable. Actualmente residen en la Argentina entre 40.000 y 50.000 personas que poseen pasaporte alemán. Existen entre nuestros países cientos de miles de vínculos de comercio, de inversiones y de turismo. El comercio binacional registró nuevamente una cifra récord, que supera los 2.000 millones de euros. Alemania ocupa el cuarto lugar entre los proveedores de la Argentina y, como comprador de productos argentinos, el noveno. La fuerte actividad de la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana contribuye a que las cifras sigan incrementándose. ¡El interés de los inversores alemanes continúa en ascenso! La gran densidad de nuestras relaciones se refleja también en la sociedad civil, por medio de innumerables contactos

individuales y de instituciones, como las fundaciones políticas Konrad Adenauer, Friedrich Ebert y Friedrich Naumann, cuyas actividades en la Argentina resultan en un verdadero tendido de puentes entre nuestras sociedades. El amplio ámbito del intercambio cultural supera a los institutos Goethe, a las asociaciones de amigos, las escuelas con enseñanza de alemán y la colecitividad con antecedentes familiares en Alemania, estimada en 800.000 personas. Esto es, que cada vez abarca a un mayor número de argentinos sin nexo familiar con Alemania. Todas estas actividades generan lazos que, en muchos casos, se vuelven duraderos. Para mí es una satisfacción que una alumna de 17 años realice un viaje de intercambio de tres meses a Alemania, viva en el seno de una familia alemana y concurra allí a la escuela. También me alegra que jóvenes alemanes de 20 años, que durante un año prestan el servicio civil (en reemplazo del servicio militar) en instituciones sociales, conozcan una Argentina que muy pocos extranjeros ven. Es loable aquella fisioterapeuta de 25 años, que, durante quince meses, ayuda en Nueva Orán a niños con discapacidades físicas y mentales y que, al recibir tanta gratitud de personas carenciadas, le resulta difícil abandonar la Argentina. Debo mencionar al pastor evangélico que, en los difíciles años de la dictadura militar, facilitó a más de un joven argentino poder emigrar a Alemania. Periodistas alemanes y argentinos informan desde ambos países y aumentan el grado de conocimiento. Jóvenes científicos argentinos asisten durante cinco años a universidades alemanas para llevar a cabo sus proyectos de investigación y regresan luego a la Argentina para transmitir a estudiantes argentinos el conocimiento adquirido. Así, nuestros países no practican una fuga de cerebros, sino que se benefician recíprocamente con una ganancia de cerebros. Fácilmente podría continuar la enumeración, incluyendo también el fútbol, un tema inevitable entre Alemania y la Argentina. Precisamente, me impresionan estos co-embajadores que actúan desinteresadamente, pues confieren a nuestras relaciones una dimensión humana. Es un placer ver la superación de los inicios modestos que las caracterizaron en 1857. Aprovechemos entonces las oportunidades de superar los crecientes desafíos durante el próximo medio siglo, cuando se cumpla el bicentenario de las relaciones bilaterales. Hagamos uso de la posibilidad de la cooperación bilateral, regional e internacional, ampliemos la base de aspectos en común y trabajemos en positivo para que las futuras generaciones tal vez puedan decir: ¡Bien hecho! © LA NACION El autor es embajador de Alemania en nuestro país.

Balance político de América latina E

l crecimiento económico es el aspecto más positivo que presenta América latina en el balance del año que terminó. Según el BID, es del 4,5%, sin déficit externo, inflación promedio del 6% para toda la región y equilibrio fiscal, situación que nunca se dio en las últimas décadas. Las exportaciones de la región serán récord, estimándose que alcanzarán los 656.000 millones de dólares, gracias al valor de las materias primas. Las exportaciones han crecido 46% en Bolivia –pese a la crisis política que vive el país– también en Perú (37%), Ecuador (27%), Venezuela (26%), México (20%), Uruguay (20%), Brasil (16%), Colombia (15%), la Argentina (14%) y Paraguay (13%). Para la Cepal, el crecimiento es aún mayor y alcanza al 5,3%. La entidad informa que es el cuarto año consecutivo de crecimiento y el tercero superior al 4%, luego de haber crecido entre 1980 y 2002 a un promedio de sólo el 2,2%. El mayor crecimiento fue el de Cuba (12%), luego el de Venezuela (10%) y tercero el de la Argentina (8,5%). El más bajo fue el de Brasil (2,8%) y México estuvo algo por de-

bajo del promedio (4,8%). Uruguay, Colombia y Perú crecieron por encima del promedio y países con situaciones políticas difíciles, como Bolivia y Ecuador, también lo hicieron cerca del 5%. Los avances en tratados de libre comercio fueron pocos y limitados, con la excepción de Chile, que siguió aumentando sus acuerdos bilaterales, a la vez que avanzaron en la negociación con EE.UU., tres países de América

Pese al indiscutible éxito económico, es la región del mundo emergente que menos crece latina: Colombia, Perú y Panamá. Pese al indiscutible éxito económico, es la región del mundo emergente que menos crece y donde es más bajo el progreso social. El crecimiento latinoamericano promedio es casi la mitad del de Asia, menor que el de Medio Oriente y la periferia europea y aún más bajo que el de Africa, que en lo que va de la década ha crecido en promedio 1,5% más. Es así como el Banco Mundial informó que América

Por Rosendo Fraga Para LA NACION latina es la región del mundo con mayor desigualdad y la que está reduciendo menos la pobreza. De acuerdo con la Cepal, 205 millones de latinoamericanos viven bajo la línea de pobreza, lo que representa el 38,5% del total de la región. En 2005, la pobreza era del 39,8%, habiéndose reducido 1,3%, lo que resulta poco para el éxito económico alcanzado durante el año. La pobreza extrema o indigencia –menos de un dólar diario por persona– alcanza al 14,7%, que representa 79 millones de personas, habiéndose reducido un 0,7% respecto del 15,4% que se registraba en 2005. Si bien hay progreso social, éste es leve para el crecimiento de la economía y es menor que el registrado en el resto del mundo emergente con excepción de Africa. La limitación más importante de la región para crecer en el largo plazo está en el plano educativo y científico. El ranking mundial de universidades realizado por el diario británico The Times muestra que sólo una universidad de América latina está entre las mejores doscientas del mundo. Es la

Universidad Autónoma de México, que ocupa el lugar 74. Recién en el puesto 500 aparece una universidad argentina (la Austral), seguida después por las universidades católicas de Chile y Perú. En este ranking, sólo Africa quedó peor posicionada que América latina. La penetración de Internet en la región, al finalizar 2006, alcanza al 16% de la población. Es exactamente el promedio del mundo, pero con los países más pobres de Asia aumentando la penetración de la Red en forma más acelerada. Hay pocos latinoamericanos entre los científicos más reconocidos del mundo y la casi totalidad de ellos trabajan fuera de la región y principalmente en los Estados Unidos. En lo político, fue un año de elecciones presidenciales en el cual votó el 85% de la región y se produjo un giro ideológico hacia el centro. La reelección de Lula en Brasil y la elección de Bachelet en Chile confirmaron la existencia de un eje socialdemócrata al que se suma también Uruguay. La Alianza Bolivariana de las Américas

(ALBA), constituida por Venezuela y Cuba, sumó a Bolivia, Ecuador y Nicaragua, aunque el nuevo presidente de este país (Ortega) anunció que su país no abandonará el tratado de libre comercio de América Central y Santo Domingo con EE.UU. Surgió en forma imprevista una tercera línea de centroderecha, con los triunfos de Calderón en México y Alan García en Perú –con su nuevo giro hacia esta dirección– que

La mayor limitación de la región para crecer en el largo plazo está en el plano educativo y científico junto con Colombia y la mayoría de los países de América Central generan un eje con costa sobre el Pacífico, próximo a Washington en términos políticos. Queda así una región más heterogénea, donde el liderazgo de Chávez comienza a encontrar ciertos límites y Brasil a intentar ejercer un rol de moderador, más que de liderazgo. La influencia de EE.UU. es baja, pero la hostilidad hacia este país, menor que un año

atrás. La muerte de Pinochet y la enfermedad de Castro mostraron en 2006 los símbolos del fin de un ciclo de más de medio siglo, en el cual las guerrillas comunistas por un lado y los gobiernos anticomunistas, por otro, debilitaron durante décadas la democracia en la región. En conclusión: el crecimiento económico ha sido el logro más importante e indiscutible de América latina en 2006, básicamente impulsado por los altos precios de las materias primas que exporta; pero ha sido la región del mundo emergente que menos ha crecido y la que muestra menor progreso social, con reducciones muy leves en la pobreza y la indigencia; el bajo desempeño en educación y ciencia aparece como la limitación más importante para el crecimiento sostenido de América latina en el largo plazo y en lo político, la serie de elecciones presidenciales que han tenido lugar en la región durante 2006 mostraron un giro hacia el centro, con la existencia de tres líneas: la izquierda populista, la socialdemócrata y la centroderecha.© LA NACION El autor es director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.