Página 2/Sección 4/LA NACION
Espectáculos
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Jueves 30 de julio de 2009
TEATRO Estreno: Marilú Marini debuta hoy con Invenciones, dirigida por Alejandro Maci
Las múltiples voces de Silvina Ocampo Continuación de la Pág. 1, Col. 1 del fuego, texto de Silvina que su esposo, Adolfo Bioy Casares, le había entregado a Marilú unos pocos años antes. Esa noche, a A.B.C. lo ubicaron en un gran sillón Voltaire azul como invitado de honor. Otra noche más cercana en el tiempo, en la glamorosa Villa Ocampo, Marilú les puso el cuerpo a textos de Silvina dirigida, nuevamente, por su amigo Alfredo Arias. Aquella experiencia, que cobró vida hace dos años, culminaba con Axel Krygier interpretando en el gran piano de cola del salón No dejes que te olvide, un bolerazo de Bola de Nieve. Decidida a que no olvidemos ni el nombre de Silvina Ocampo ni su producción, el próximo encuentro entre Marilú y ella se producirá a partir de hoy, cuando se estrene Invenciones, en el Presidente Alvear, según dramaturgia y dirección de Alejandro Maci. Afuera llueve. Marilú llega puntal a la cita con la elegancia que la caracteriza. En algún momento de la charla confiesa que después de visitar tres veces los textos de Silvina Ocampo quisiera terminar un diálogo con ella. Apenas se escucha, se desdice: “No terminarlo, sino, tal vez, comenzarlo. Necesitaba llegar a ciertas zonas para evocar su universo como en un canto más personal, más de artista a artista, más de trabajadora de la palabra con una creadora de la palabra, como es ella. Porque en esta mujer que parecía ser extravagante, inspirada e iluminada hay una profunda reflexión sobre el amor y la muerte, dos temas que están siempre muy presentes. Hay un soneto, que forma parte del espectáculo, que dice: «Un día moriré de saber todo lo que no me gustaba y hoy me gusta, o lo que me asustaba y no me asusta. Un día moriré de cualquier modo, quiero jugar por eso hoy a estar muerta, sin ávidos gusanos y sin pena»”. Es bellísimo. –En todo esto, ¿también hay una encima. A lo sumo, muestra ese sufrimiento con delicadeza, con humor. Hay reflexión tuya sobre la muerte? –Nuestra vida es una preparación cierta crueldad en ella, pero pienso que para la muerte. Todos nuestros adio- es la crueldad de la lucidez.” ses y desprendimientos nos preparan para ese momento. De alguna “La cucaracha es el Ser” A su manera, Marilú también enforma, los actores morimos todas las noches, y en eso hay una suerte de carna a una especie de exquisita maadiós. Y tal vez, por mi lado alemán, ga que, no sin cierto temor, apuesta la muerte es como una compañera otra vez por una poética lejana a los tiempos de la eficacia inmediata de la que está ahí, dando vueltas. Hay otro tema que, inexorablemen- época. “Silvina dice que no se puede amar sin crueldad. Es cierto. te, da vueltas alrededor de la PARA AGENDAR A veces me parece que uno mesa del bar: la figura de Silvina Ocampo. De ella Marilú es cruel con el otro porque Invenciones habla en pasado y presente, tiene que decirle ciertas cocon Marilú sas para poder transmitir desafiando casi el hecho aneMarini, algo muy íntimo que lo hacdótico del fallecimiento de dirección de ga cambiar. Entre nosotros, esta señora de anteojos granAlejandro Maci. desgraciadamente, nada se des, ocurrido en 1993. puede cambiar salvo en el Dice ella: “Silvina es una T. Presidente amor y en el arte. Lo demás, traviesa, una traviesa inspiAlvear, Co¡qué sé yo...!”, suspira mienrada e iluminada. Trabaja lo rrientes 1659. De miércoles tras toma un café. coloquial y lo vuelve poético a sábados, a En Invenciones, un persoe imaginario. Por eso una las 21, y los naje, Greta, repasa su vida azucarera de porcelana del domingos, a entre charlas entrecortadas, salón de su casa era una caja las 19. de Pandora llena de sorpreolores a magnolias, visitas sas que transmitía vibracioimaginarias y encuentros. nes que venían de otros munLo autobiográfico y lo ficdos. Ella tenía ese poder justamente de cional transitan por un delicado zighacernos ver detrás del espejo, como zag. Como punto de partida, Maci tomó varios escritos suyos y una genial una poeta maga”. Su amigo Jorge Luis Borges decía que entrevista que le hizo María Moreno. era imposible engañarla. “Lo maravillo- En ella, por ejemplo, Silvina dice muy so es que su escritura no es solemne –se suelta de cuerpo: “Escribo porque no entusiasma Marilú–. Hay, sí, atisbos de me gusta hablar, para dejar un testiironías, atisbos de alguien que ha sufri- monio más de la vida o para luchar do pero que tiene la elegancia y la com- contra ese exceso de materia que acospasión por el otro de no tirárselo todo tumbra a rodearnos. Pero si lo medito
GENTILEZA CARLOS FURMAN
OLIVER KORNBLIHTT
Las mil caras Marilú en el escenario del Presidente Alvear, y Marilú en el bar durante la entrevista. En un caso como en el otro, la figura y la palabra de Silvina Ocampo (foto, izquierda) se convierten en su mejor interlocutora
un poco, diré algo más banal”. En el material “zurcido” por Maci se cruzan textos en los cuales la autora de Ejércitos en la oscuridad demuestra una gran lucidez intelectual y un inquietante espíritu lúdico. “Si bien por su estilo y por las cosas que dice sus palabras son para cualquier público, el contenido está afectado –reflexiona–. Por otro lado, es de una gran extravagancia, como cuando dice: «¡Qué hermafrodita es el remordimiento!».” –Cierto, mi mamá no diría algo así.
–O se lo callaría... [se ríe]. Silvina tiene textos increíbles... “Hay pasos que cuando se acercan son el compendio de toda la felicidad. En ese momento quisiera ser perro.” ¿Ves? Es una maravilla porque la situación que se describe es emocionalmente fuerte pero no está hecha gongorianamente, aunque tanto ella como yo admiremos a Góngora. Inclusive lo maravilloso en su producción es que no hay momentos, cómo decirte, de solemnidad, aunque indague caminos que no son políticamente correctos para una escritora seria. En todo este juego de voces recreadas vale aclarar que el espectador no se topará con Marilú Marini haciendo de Silvina, como sí ocurría con Niní cuando era imposible no ver a la gran Marshall. “Eso sería reductor de ella –acota esta señora, que desde la década del 60 vive en París, después de su experiencia en
el Di Tella–. El público verá a una mujer que está esperando, y uno de los juegos, de esas invenciones, es Silvina.” Ahí, como hace durante la charla con LA NACION, es cuando Marilú imita la inconfundible voz nasal de Silvina Ocampo. –En ese personaje que trae a colación distintas voces, ¿cómo es tu rutina previa antes de llegar al teatro? Por ejemplo, estamos en medio de una tarde de tormenta y la obra comienza con una tormenta. Ese dato tomado al azar, ¿sirve? –Todo sirve. No podés hacer el personaje desde otro lugar que no sea tu cuerpo físico y tu cuerpo mental. Si un actor tiene dolor de callos o de oídos hay que metabolizarlos. En este caso es algo... Marilú se detiene. Hace una pausa y retoma: “Es increíble lo que me preguntás, porque es como si recién ahora, a una semana del estreno, le estuviera dando un cuerpo al personaje. Y si normalmente soy capaz de dibujar al personaje, en este caso todavía no sé muy bien qué aspecto tiene. La conozco más a Silvina que a Greta, la protagonista de Invenciones”. A Silvina Ocampo escribir teatro no le gustaba del todo. “Lo siento como un pecado contra la expresión”, dijo alguna vez. Pero en este nuevo encuentro Marilú Marini parece ser su contracara y su complemento. En el punto medio de estas dos magas, entran en juego las invenciones de una y de la otra.
Estrenos Esta semana: propuestas variadas acercan musicales de distintos géneros y tramas que se centran en profundas reflexiones sobre los vínculos. Urdinarrain
Bodas de turquesa
Hernán Morán habla de la ausencia y de la no aceptación de la muerte. Con Liliana Weimer, Maruja Bustamante, Mayra Homar y elenco. En La Carbonera, Balcarce 998. Sábados, a las 21. Desde 20 pesos.
Silvana Alonso dirige a Solange Risuleo y José Luis Alvarez. Sobre una pareja que lleva 18 años de casados. En El Sábato, Uriburu 763. Viernes, a las 22. $ 20.
Invenciones (Ver nota aparte.)
Las asesinas de Gardel Dirigida por Diego Cosin, con dramaturgia de Lucía Laragione y Antonia De Michelis. En el Payró, San Martín 766. Sábados, a las 21. Desde 20 pesos.
La amante de Dios Abigail Zevallos es dirigida por Eduardo Lanfranchi. En Fray Mocho, Perón 3644. Sábados, a las 19; domingos, a las 19. $ 25.
Un hueco Juan Pablo Gómez dirige a tres amigos que se preguntan si existe una manera correcta de llorar. Club Estrella de Maldonado, J. B. Justo 1439. Sábados, a las 22. $ 20 (reservas al 155 708 5927).
30 días De Pepe Cibrián y Angel Mahler, con Francisco Pesqueira, Heidi Fauth y Laura Manzini. En el Los Angeles, Corrientes 1764. De miércoles a viernes, a las 20.15; los sábados, a las 19 y a las 21.30, y los domingos, a las 19. Desde 40 pesos.
Rosita... de cómo pasa el tiempo
Tres hombres de bien
Gabriel Serenelli dirige a Laura Silberberg, Mariela Mirochnik y Andrea Vertone. El Piso, Hidalgo 878. Domingos, a las 17.30. Desde 20 pesos.
Eduardo Valentini dirige el encubrimiento del asesinato de un niño. Con Freddy Duer, Marina Degtiar, Sara Szeinbaum, Alejandro Hodara y Pablo Lichtin. En el
Actor’s Studio Teatro, Díaz Vélez 3842. Sábados, a las 21.30. Desde 20 pesos.
Swing Time Elizabeth de Chapeaurouge dirige esta pasión por el swing, el jazz y el tap. En el Maipo, Esmeralda 449. Martes, a las 21. Desde 35 pesos.
El hombre que no duerme Diego Lublinsky y Paula Travnik conviven con la familia de su padre para estar junto a él en sus últimos días. Con Patricia Becker, Fernando Sayago, Jorge Booth y elenco. En El Kafka, Lambaré 866. Jueves y domingos, a las 20.30. $ 30.
Mujeres que cantan Liliana Pécora dirige a Verónica Díaz Benavente en un homenaje musical. En Caras y Caretas, Venezuela 370. Sábados, a las 20.30. $ 20.
El pánico De Rafael Spregelburd, dirigida por Ezequiel Lozano. Viernes, a las 21, en Espacio Urbano, Acevedo 460 (4584-2257). $ 20.