INFORMACION GENERAL
Lunes 21 de septiembre de 2009
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Mañana: Ratas y plagas invaden la ciudad
Los porteños y la contaminación | Nota II de III
La polución del Río de la Plata no cede Continuación de la Pág. 1, Col. 5 tín (Unsam) se comprobó la existencia de elementos contaminantes orgánicos e inorgánicos en las aguas de la llamada Franja Costera Sur del río, que se extiende desde San Fernando hasta Magdalena y baña las costas del área metropolitana. La presencia de estas sustancias contaminantes –originadas en los efluentes cloacales, domiciliarios (detergentes) e industriales que llegan hasta el Río de la Plata transportados por otros ríos y arroyos que en él descargan– se mantiene constante desde que docentes y alumnos del 3iA comenzaron los estudios e impactan directamente en la calidad del agua. “No está peor, pero tampoco está mejor la situación. La carga es más dolosa a medida que pasa el tiempo. Como sociedad, no hemos hecho nada por revertir la contaminación”, reflexionó el doctor en química Daniel Cicerone, profesor asociado de la Unsam y coordinador de la investigación sobre la Franja Costera Sur. Los efluentes cloacales, dijo Cicerone, aportan compuestos nitrogenados, como nitratos, nitritos y amonios, que son empleados por los organismos fotosintéticos como nutrientes. Si se registran en gran cantidad, provocan el aumento desmedido de organismos que impiden el paso de la luz y comienza un proceso de eutrofización, o sea de muerte de la biota. Además, aportan organismos patógenos, como bacterias y virus.
Por otra parte, los efluentes industriales transportan contaminantes orgánicos e inorgánicos. Los frigoríficos, por ejemplo, si no tratan sus vertidos, entre los que se destacan restos de animales, aportan gran contenido de bacterias. Al introducir en un curso de agua materia orgánica, ésta consume oxígeno para su oxidación y hace descender los niveles de ese elemento en el agua; así, se favorecen procesos anaerobios, durante los que se producen metano y sulfuro de hidrógeno, y se liberan olores nauseabundos. Mientras tanto, las curtiembres y la metalurgia generan metales, como el cadmio, el cromo, el cobre, el plomo, el cinc y el mercurio. Otras industrias liberan pesticidas y fertilizantes.
licenciado en oceanografía. La calidad del agua se mide en una escala del cero al 100. Por debajo de 24, el líquido no es apto para ningún uso; entre 24 y 52, sirve para un uso mínimo; entre 53 y 92, para uso limitado. Finalmente, entre 93 y 100, el agua puede ser destinada a cualquier uso. Los equipos del 3iA toman muestras de agua en las desembocaduras del Riachuelo y del arroyo Medrano, y en el curso del río Reconquista que, al igual que los dos anteriores, es afluente del Río de la Plata. Cicerone recordó que eligieron esos tres torrentes porque eran los que la bibliografía identificaba como los tres que más contaminación aportaban al
Río de la Plata, por las cuencas que atraviesan, en el siguiente orden: Riachuelo, Reconquista y arroyo Medrano. La Unsam midió el impacto del Riachuelo en la Franja Costera Sur en 2002, 2004, 2005 y en 2006. En la desembocadura del arroyo Medrano (uno de los tres arroyos subterráneos más importantes de la Capital, junto con el Maldonado y el Vega), trabajó en 2001, 2003, 2005 y en 2008.
Vertidos tóxicos Los estudios sobre el río Reconquista evaluaron la calidad del agua en el segmento que corre entre la ex ruta 8 y la Panamericana, en 2007 y en 2008. Los contaminantes presen-
Menor calidad Cicerone explicó a LA NACION que, por todas estas sustancias en suspensión, los efluentes cloacales e industriales disminuyen la calidad del agua y, por ende, la “aptitud de uso del recurso”. En la ribera porteña, la mayoría de los usos están invalidados. ¿Cuáles son esos usos? Fuente de agua para consumo humano, protección de la vida acuática, irrigación, recreación y uso industrial. Como se sabe, está prohibido bañarse en el Río de la Plata y la biota (la fauna y la flora) está seriamente comprometida. “Además, a mayor contaminación, la potabilización resulta más costosa y demanda mayores esfuerzos”, señaló Cicerone, que también es
Imagen aérea de la contaminación del Medrano
tes en ese tramo, expresó Cicerone, vierten en el Río de la Plata. Según los resultados de los análisis, en la desembocadura del Riachuelo, a la altura de Vuelta de Rocha, el índice de calidad del agua se sitúa en 16 y un poco más cerca del Río de la Plata, en Cuatro Bocas, alcanza 33. A esa altura, la Franja Costera Sur mostró valores de entre 54 y 57. Allí, los investigadores hallaron que era casi nulo el oxígeno disuelto, era alta la carga de nitrito y amonio, y había algunos metales, como el cromo, el plomo y el cadmio, todos nocivos para la salud. En tanto, el arroyo Medrano, que libera su caudal justo en el límite entre la Capital y Vicente López, llega con un índice de 15, toca los 37 en las instalaciones del Club Universitario de Buenos Aires (CUBA) y ronda los 41 y 42 frente a Ciudad Universitaria. A sólo 1000 metros de allí, funcionan las tomas de agua de AySA, la empresa encargada de distribuir agua potable a la Capital y al conurbano. Fue alta la carga orgánica hallada, había alteraciones en el oxígeno disuelto y era elevada la presencia de amonio y nitrito. No se observaron metales. Finalmente, en el río Reconquista, muy influenciado en el segmento analizado por la recepción de los pluviales del partido de San Martín, los valores oscilaron entre 30 y 40. Los equipos del 3iA detectaron disminuido el oxígeno disuelto, aumentado el nitrógeno, fósforo, cadmio y plomo, entre otros; amonios y nitratos.
GOOGLE MAPS
El Riachuelo, el peor
Un río no apto para bañarse
La ciudad no controla el recurso
En AySA procuran que se tome conciencia LAURA ROCHA LA NACION El agua dulce es un recurso limitado. Sólo el tres por ciento del líquido disponible en el planeta puede ser potabilizado. Sin embargo, en el área metropolitana de Buenos Aires hay escasa conciencia sobre el uso racional de este recurso vital. La empresa estatal Agua y Saneamiento (AySA), que abastece a la Capital y a 17 partidos bonaerenses, suministra unos 500 litros de agua por día por habitante. Si se tiene en cuenta que en Arabia Saudita por familia se consumen 50 litros diarios, se puede calcular que es, por lo menos, excesivo. También la OMS indica que, para subsistir, una persona debe utilizar 50 litros diarios para beber y cocinar. Los porteños consumen cada día diez veces más. “Desde AySA, hacemos muchas campañas con los chicos. Trabajamos en el plano educativo. Acá no hay sanciones ni restricciones. Se debe tener en cuenta que si ese consumo se bajara el 20 o el 30%, el esfuerzo y el dinero podría destinarse más rápidamente a la extensión de la red”, indicó Adriana Lauro, directora de Relaciones Institucionales de la empresa. En ese sentido, señaló que poner medidores para contabilizar el consumo por habitante era algo aún difícil. “Poner medidores de forma masiva implica una inversión enorme que no se le puede pedir a la gente. Hoy la prioridad es la expansión de la red”, indicó. Y dio el ejemplo de lo que sucedía en Alemania, donde existe un sistema de ponderación: funciona un medidor, pero no es controlado todos los meses. En las facturas, figura el promedio del consumo del usuario. A fin de año, si se cobró de más, se devuelve el dinero, y, si se consumió más, se abona la diferencia. Además, según Lauro, en la ciudad, los sistemas de construcción de los edificios impiden que se ponga un medidor en cada departamento. “Debería ser el consorcio el que definiera cómo prorratear el consumo por unidad. Sería un principio de solución”, agregó.
Objetivo 2017
La basura se mezcla en el agua contaminada aportada por arroyos subterráneos en la Costanera Norte La Comisión de Ecología de la Legislatura porteña estudia un proyecto que pretende crear un régimen ambiental para el agua, así como existe uno para el aire. Hoy, la ciudad no administra el recurso, ya que de ello se ocupa la Nación y es regulada por AySA. El proyecto, que podría ser debatido en las próximas semanas, pretende promover la protección ambiental, asegurar la calidad del agua, fomentar su uso racional y, por sobre todo, coordinar políticas públicas entre la Capital, la provincia de Buenos Aires y la Nación. De este modo, y mediante la autoridad de aplicación que crearía la norma, también la ciudad podría intervenir en materia de concesiones, así como de inspecciones y controles. “Creemos que la ciudad no debe renunciar a esa potestad. Por eso es que el proyecto establece mecanismos para las negociaciones y futuros contratos de los concesionarios”, indicó a L A N ACION Eduardo Epszteyn, presidente del bloque de Diálogo por Buenos Aires. En la comisión, se trabaja en conjunto con el macrismo, con la diputada Marta Varela y con la representante de la ciudad en el Ente Regulador del Agua (ERAS), Mariana García Torres. “Una de las cuestiones que será más importante es declarar el derecho universal al acceso al agua de todos los habitantes”, agregó el diputado. La iniciativa también impulsa que se regule el nivel contaminante de los vertidos que se permitirán según la actividad y el curso de agua. Además, se establece en el proyecto que debería haber mediciones periódicas de los cursos. La autoridad de aplicación, de prosperar el proyecto, será la Agencia de Protección Ambiental porteña.
Se consumen 500 litros diarios por habitante
FOTOS DE RICARDO PRISTUPLUK Y HERNAN ZENTENO
Análisis de agua favorables en tres barrios Un laboratorio evaluó para LA NACION el líquido consumido en Belgrano, Caballito y Villa Lugano Pese a que las condiciones de contaminación en el Río de la Plata se mantienen, según estudios académicos, la empresa estatal AySA –responsable de proveer de agua potable y servicios de desagües cloacales a la Capital y a 17 partidos del conurbano– afirma que realiza un complejo proceso de depuración que elimina los componentes físicos, químicos y biológicos indeseables, para transformar el agua en apta para el consumo. De hecho, LA NACION pudo verificar, por medio de análisis de agua corriente encargados a un laboratorio privado, que el grado de potabilidad del agua que se consume en la ciudad es aceptable. Los pasos seguidos por AySA van desde la floculación y decantación, para la eliminación de partículas de turbiedad; la filtración, que concluye esa eliminación; la desinfección con cloro, para inactivar microorganismos patógenos, hasta la alcalinización, que corrige el nivel de acidez para evitar daños en cañerías. Para abastecer su área de concesión, en la que viven 7.596.267 personas, AySA cuenta con tres plantas potabilizadoras (la General San Martín, la General Belgrano y la Dique Luján), que distribuyen un promedio de 500 litros diarios de agua potable por habitante. Según información provista por la empresa, se realizan controles de calidad en distintas etapas del proceso: se analiza agua cruda (del río) de toma superficial, agua cruda de toma subterránea, agua a la salida de la planta potabilizadora y el agua
LA NACION hizo analizar muestras de agua en los barrios de Belgrano, Caballito y Villa Lugano. Estos fueron los resultados obtenidos:
Qué bebemos
Muestra N°1
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Muestra N°2
CABA
CABA
CABA
Caballito
Belgrano
Villa Lugano
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%,$##/#'-#(los valores máximos consignados son los que determina la Organización Mundial de la Salud)
TURBIEDAD Valor máximo: 50 u.