Pequeñas historias de la Aviación Española
LA GUERRA CIVIL 1936-1939
coleccion Manu Militari www.manu-militari.es
Cuadernos de la Guerra civil española
Del autor : Jesús María López de Uribe
Este PDF es gratuito y ha sido compuesto por la Editorial
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coleccion Manu Militari www.manu-militari.es
León Cuaderno CERO
2013 pagina 2
A mi familia y a mi padre, que en paz descanse. A Francisco Javier González Fernández-Llamazares, conservador del Archivo de la BANCA FERNÁNDEZ-LLAMAZARES que ha conseguido que me emocione con un conflicto que suelo dejar de lado. Al joven aventurero leonés José PallarésTorres, cuyo detallado álbum de juventud es digno de uno de los mejores descubrimientos históricos y que cambiará la visión de esa época. Y a Carlos Javier Domínguez , compañero “adjunto al redactor” en mi aventura periodística, por abrirme paso a la 'Aventura de la Historia' en la Guerra Civil Española.
León, 28 de marzo de 2013
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Introducción
el arma aérea ESPAÑOLA antes de la guerra
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Presentación de la colección por parte del autor: Un proyecto surge de pronto, cuando uno menos se lo espera. En mi caso la Guerra Civil Española es algo que afronto muy pocas veces porque es un conflicto que nunca me ha interesado en sus grandes líneas estratégicas y mucho menos políticas. Quizás tiene que ver que en mi familia (procedente de Logroño, aunque yo he nacido y vivido en León) no hubo muertos en esa guerra fraticida que devastó nuestro país hace ya 76 años. Una guerra entre hermanos es lo peor que puede ocurrir, ya lo pudimos comprobar con las terribles imágenes de Yugoslavia en los primeros años de los noventa; una guerra muy similar a la española en la falta de actuación de los países europeos ante los campos de concentración y las matanzas indiscriminadas. Una vergüenza que nos ocurrió a los españoles entre 1936 y 1939... y a los derrotados durante más años aún. Mi concepto de la Guerra Civil Española es que unos radicales de un bando y de otro destrozaron las vidas de los que estaban en medio; es decir, la mayoría de las personas. Uno de mis abuelos, el más humilde, fue preso el 17 de julio del 36 en Melilla y juzgado por el absurdo cargo de “leer 'El Socialista' a los soldados analfabetos”. Se pasó, por supuesto, toda la guerra encerrado (y algún año más) y, como dicen en mi familia, “tenía ángel” ya que no fue fusilado y en alguna que otra ocasión cuando le tocaba que le fueran a señalar se lo 'saltaban'.
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Mi otro abuelo, que había estudiado Medicina y Farmacia a la vez, era de 'familia bien'. El levantamiento le pilló en Logroño. Le tocó, por supuesto, tratar a los heridos del bando 'nacional'. Sin embargo, en esta guerra tan extraña en la que los dos ejércitos contendientes eran de familiares, entre combate y combate se encontraban en tierra de nadie para intercambiar noticias, alimentos y suministros. Mi abuelo el médico, alguna vez pasó las líneas para salvar a algún que otro republicano. Así que durante años he observado a los descendientes de uno y otro bando echarse a la cara mil cosas sin darse cuenta de que el dictador ya murió y que las cosas de aquellos tiempos deberían mirarse desde un punto de vista distinto: las personas y sus historias individuales, que humanizan todo lo que ocurrió. No son las ideas ni las ideologías lo importante; es más, es lo menos importante en situaciones tan terribles porque la gente sólo actúa para intentar salvar la vida. En abril de 2012 inicié 'Tardes con Historia'. Un evento gratuito en el que se pretende divulgar Historia de forma amena y que los asistentes puedan investigar por su cuenta sobre el tema (para ello ofrecemos documentación a posteriori en nuestra web). En aquella ocasión nos acercamos a las historias personales de la Guerra Civil (aunque también hablamos del 'León Romano' y del 'Origen de la Navidad' en los dos eventos posteriores de 2012) aprovechando la publicación por parte de un compañero de fatigas periodísticasCarlos Javier Domínguez, , del libro 'Asesinaron La Democracia' que cuenta la muerte del alcalde republicano socialista de León Miguel Castaño.
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En aquél primer evento, que fue un éxito, la organización me pidió el favor de incluir un ponente sorpresa. No me sentó muy bien en su momento, pero no tenía más remedio que aceptarlo. La sorpresa fue cuando vi que era un amigo de juegos infantiles y al final la cosa salió genial de forma imprevista. Mostró una carta en la que se demostraban dos cosas que Carlos Domínguez no pudo comprobar con documentos en su libro: que los 'prohombres' de la ciudad y el obispo sí habían intercedido por Miguel Castaño y los demás políticos que fueron fusilados... y que los militares sublevados les habían impuesto multas desorbitadas por intentarlo. Francisco Javier González Fernández-Llamazares, el conservador del Archivo de la Banca del segundo apellido, había cambiado la Historia de la Guerra Civil en León en esas dos cuestiones y lo había verificado con documentos históricos. Casi un año más tarde, Javier Fernández-Llamazares y yo quedamos por casualidad para que me enseñara un álbum de fotos que dijo que me “iba a encantar”. En una conversación en el Bar Cantábrico de León vi algo que me dejó completamente sorprendido: una serie de fotos de los aviones de 'Stalin' con las insignias del Ejército del Aire franquista y con la fecha “1942”. Además, la historia de quien las había sacado era increíble: un joven leonés de la adinerada familia Pallarés (que tuvo a su padre y sus tíos encerrados en el Campo de Concentración de San Marcos en León), se alistó en la Armada Nacional al cumplir los 18 años como telemetrista y participó en combates tales como el embarrancamiento del destructor 'José Luis Díez',
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descubrió los restos del hidroavión en el que se estrelló Ramón Franco y, tras terminar la guerra, se alistó en la Escuela Pre-Militar de San Javier (Murcia) para convertirse en aviador naval, pilotando precisamente los hidroaviones de la Armada de la escuadrilla de Ramón Franco en Pollensa (Mallorca).
Una de las páginas del álbum de José Pallarés Torres; arriba, se pueden ver dos 'Ratas' o 'Moscas'; en el centro, un Fiesseler Storch de reconocimiento y un aparato que no he conseguido identificar, posiblemente estadounidense; debajo, dos ME-109 E
Desde 1940 se dedicó a fotografiar todos los aeródromos que pudo, con lo que encontramos una impresionante serie de fotografías de 'Ratas', 'Chatos' y 'Katiuskas' todos “vestidos” de franquistas en los aeródromos de Tablada (Sevilla), Villanubla (Valladolid) y Los Llanos (Albacete). Ni corto ni perezoso envié una
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nota de prensa a los medios de comunicación con excelente resultado. Hasta la edición digital de El Mundo lo referenció, lo cual me hizo gran ilusión (aunque los comentarios de algunas personas son para 'echar aparte'). El joven Pallarés resultó muerto en un accidente de aviación en 1947 a los 26 años, justo ocho años tras iniciar sus increíbles aventuras. Ese álbum, más sus cartas, más la increíble documentación que se puede sacar de él, es una de las joyas más hermosas que he visto en mi vida. La serie de aviones no sólo es la de los republicanos patrullando los cielos de la España franquista durante la Segunda Guerra Mundial (y hasta 1955), sino que también hay alemanes y de otras nacionalidades. En él se puede observar lo metódico que era José Pallarés Torres y la suerte que tuvo de vivir una intensa vida rodeado de la tecnología más avanzada de su tiempo. Sólo por eso, y por azares del destino, la Guerra Civil Española me interesa hoy por encima de todo los demás, por lo excepcional del hallazgo y porque está todo en su disposición original. Algo increíble. Pero aún así no soy de la Guerra Civil estratégica o política, se ha hablado demasiado de ello y se ha distorsionado hasta la saciedad. Por ello, con mi empresa Q-Ality he decidido crear estos pequeños cuadernos gratuitos en formato PDF diseñados con todo el cariño como si fueran de la época, con la intención de agruparlos en un libro electrónico de pago (pero muy barato) cuando termine la serie. En ellos se hablarán de pequeñas historias de los aviadores y los hechos sucedidos en la Guerra Civil Española, por ser una
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de mis pasiones la aeronáutica militar (yo detecté esas fotos de los aviones de Stalin en el Ejército del Aire franquista y la importancia de ese álbum) y porque es un aspecto no muy conocido de ese conflicto. Así, también lanzo 'Manu Militari Ediciones', con lo que el blog primigenio pasa a ser un proyecto más importante de lo que fue en su comienzo, algo que inicié en 2008 para divertirme y contar el fenómeno bélico humano desde un punto de vista completamente distinto (la guerra es un asco, es sucia, es sanguinolenta, pero es algo consustancial a nuestra especie y dentro de ella se dan historias tremendas y preciosas, y los soldados cambian de “malos a buenos” dependiendo de las situaciones en las que se ven envueltos, siendo todo muy paradójico y con diversas aristas que hay que estudiar; no todo lo que parece en un principio explica las pequeñas historias personales). Y no se me preocupen, que algo de “pequeña historia” hay en este primer cuaderno para que vean cuál va a ser el tono de esta publicación que les dejo gratuita en la Red. Hagánme un favor... ¡recomiéndensela a los amigos! ¡Comenzamos!
Nota: "Las imágenes del álbum de José Pallarés Torres proceden del archivo de la 'Banca Fernández-Llamazares', con expreso consentimiento de Javier González Fernández-Llamazares para este cuaderno número I de 'Pequeñas Historias de la Aviación Española. La Guerra Civil 1936-1939'.
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Los inicios de la aviación militar en España Para esta introducción voy a utilizar la entrada de la Wikipedia 'Historia del Ejército del Aire de España', que no es que sea muy rigurosa pero da una idea para ir situándose en la historia que nos ocupa. Las partes copiadas y pegadas estarán en cursiva para que se puedan distinguir por el lector.
El 5 de septiembre de 1909, Joan Oliver, apodado como 'el volaoret', despegó con un aeroplano de 200 kilos en los terrenos militares de Paterna (Valencia), consiguió recorrer 50 metros suspendido en el aire y aterrizar. El aparato tuvo un coste de 20.000 pesetas. El 2 de abril de 1910 nace la aviación militar en España por medio de una Real Orden que decreta "el estudio, por los servicios de Aerostación, aeronáutica y aviación del tipo de aeroplano más conveniente para el ejército, así como la creación del laboratorio de aerodinámica". De estos servicios de aeronáutica se encargará el Cuerpo de Ingenieros, así como del dirigible España. En marzo de 1911 se inició el curso para la primera promoción de la Aviación Militar en Cuatro Vientos, cerca de Madrid. El alumnado pertenecía en su totalidad al Arma de Ingenieros y el cuadro docente, aparte del coronel Vives Vich, era civil. Hasta la tercera promoción, en 1912, no se incorporaron oficiales de Marina: dos
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alféreces de navío. Más tarde, el 28 de febrero de 1913, cuando la aviación militar cuenta ya con algunos pilotos y medios, se crea por Real Decreto el Servicio de Aeronáutica Militar dividido en la rama de Aerostación y la de Aviación. Este servicio, que está a las órdenes del coronel Pedro Vives Vich, depende únicamente del Ministro de Defensa, estando vinculado todavía a la Sección de Ingenieros del Ejército. Dos meses después, el 16 de abril de 1913 se aprueba el emblema del actual Ejército del Aire. El 5 de noviembre de 1913, (el 24 del mismo mes segun ciertas fuentes) la escuadrilla expedicionaria española interviene en la Guerra de Marruecos, actuando por primera vez en el mundo como una unidad militar de aviación organizada en conflicto real y llevando a cabo el primer bombardeo organizado en guerra de la historia. En esta primera ocasión fue usado en esta misión un aparato Lohner B-1 Pfeilflieger. El 15 de diciembre de 1915 realiza su vuelo el primer hidroavión militar en España a cargo del capitán Roberto Withe Santiago con un Curtiss JN-2 modificado. El 15 de junio de 1919 supone un hito para la aviación mundial debido al primer vuelo transatlántico sin escalas a cargo de los británicos John Alcock y Arthur Brown volando desde Terranova hasta Irlanda en un biplano Vickers Vimy.
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El arma aérea tras el desastre de Annual (1921 - 1933) El arma aérea española sufre una gran y acelerada transformación cuando se produce uno de los desastres militares más horrendos y vergonzosos de la Historia Bélica de nuestro país. La Guerra del Rif provocará que la aviación militar española entre en combate, con el primer desembarco anfibio y aeronaval de la Historia en Alhucemas y la participación de nuestro primer portaaviones, el 'Dédalo' (que fue una reparación de la Primera Guerra Mundial por parte de de Alemania por los mercantes españoles hundidos). Seguimos con la Wikipedia hasta el siguiente punto (recordad, todo lo que va en cursiva está copiado de la entrada anterior de la Historia de la Aviación Española en esa enciclopedia de uso libre).
El 21 de julio de 1921 se produce el Desastre de Annual y tres días después la pérdida del aeródromo de Zeluán a manos de las cábilas de Abd al-Krim. La Aviación Española perdió doce aviones (diez fueron incendiados, uno derribado y otro sufrió un accidente). El gobierno habilita créditos para la compra de material aeronáutico y en algunas provincias se inician suscripciones populares con este fin. El 3 de noviembre de 1922 la Aviación Militar Española recibe la Medalla Militar colectiva por "su trabajo eficientísimo y acción sobre el enemigo y de cooperación con otras fuerzas en cuantas operaciones se
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efectuaron desde el 29 de junio de 1921". El 8 de septiembre de 1925 se realizaron operaciones aéreas en colaboración con el ejército francés en apoyo al desembarco de Alhucemas. En ellas participaron 136 aviones, 18 hidroaviones de la Aeronáutica Naval, de ellos doce pertenecientes al portaaviones 'Dédalo' (que cuenta además con un globo cautivo y un dirigible) y otros seis hidroaviones franceses, así como el 37.º Regimiento de Bombardeo francés apoyaron el desembarco de 18.000 soldados en la bahía de Alhucemas. El Dornier Wal, llamado Plus Ultra, que había iniciado su vuelo el 22 de enero en Palos de la Frontera llega, por fin, a Buenos Aires el 10 de febrero de 1926. El día 5 de abril de ese mismo año tres aparatos de la Escuadrilla Elcano parten del aeropuerto de Cuatro Vientos con destino Manila, de ellos sólo el Breguet XIX de los Capitanes Joaquín Loriga y Eduardo González-Gallarza llega a su destino el día 18. A finales de la década de los años 20 se finalizaron varios proyectos de construcción de nuevos aparatos de factura española como el HACR 'Pirata' del Capitán de Ingenieros Antonio Cañete Heredia, el primer hidroavión español, que hizo su primer vuelo el 17 de agosto de 1927 y el del primer autogiro, modelo C-8L de Juan de la Cierva, que despegó el 18 de diciembre de 1928.
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Los aeródromos más importantes en 1934 Pocos españoles conocen cómo se configuraba el Arma de Aviación durante la Segunda República. Es necesario decir que había varios aeropuertos de importancia (Cuatro Vientos en Madrid, Barcelona, Sevilla, Los Alcázares en Murcia, Tetuán y León son los primeros en construirse, a los que se sumarían después
Un plano de 1934 del 'Servicio de Protección del Vuelo'; los aeródromos militares (o aeropuertos) son diez y se pueden ver señalados con recuadros (en una próxima reedición de este PDF se colocará una imagen mejor).
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Logroño, Granada, y Larache y Algarayón en África y Las Palmas en Canarias) y una serie de aeródromos más pequeños que se pueden ver en la fotografía. La situación del Arma de Aviación en el periodo republicano lo cuenta la Wikipedia así:
En 1933 se crea la Dirección General de Aeronáutica, un organismo que se responsabilizará de todos los aspectos técnicos, administrativos y de formación tanto de la aeronáutica militar como de la civil. Durante los primeros años de la República la estructura organizativa permanece intacta. El cuerpo de aviación se encontraba dividido en dos ramas: Aviación Militar, dependiente del Ejército de Tierra, y Aeronáutica Naval, que prestaba labores de apoyo a la Marina. En cualquier caso, el arma de Aviación Española necesitaba a mediados de los años 30 una modernización urgente. Existían planes para sustituir a los Nieuport-Delage Ni D-52 por el Hawker Fury y a los bombarderos Breguet XIX por los Martin 199 (B-10), pero quedaron en suspenso con el estallido de la Guerra Civil. La Aviación Militar se encontraba dividida en tres escuadras con base en Madrid, Sevilla y Barcelona; un grupo con la denominación Fuerzas Aéreas de África con varias bases repartidas por el protectorado español de Marruecos y unas escuadras de instrucción con base principalmente en Cuatro Vientos y en Los Alcázares. La Aeronáutica Naval (desde 1933, Aviación Naval) se dividía en cuatro escuadrillas especializadas en
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torpederos, combate y adiestramiento, reconocimiento y bombardeo. Y con esta introducción terminamos el primer cuaderno de 'Pequeñas historias de la aviación española. La Guerra Civil 1936-1939'. El siguiente será de menos páginas, pero esperamos que más interesante todavía.
Fin del primer Cuaderno de 'Pequeñas historias de la aviación española – La guerra civil 1936-1939'
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